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Musrépov Gabit "Ulpán es su nombre"

29.11.2013 1958

Musrépov Gabit "Ulpán es su nombre"

Язык оригинала: Ulpán es su nombre

Автор оригинала: Ulpán es su nombre

Автор перевода: not specified

Дата: 29.11.2013

Novela

 

Hasta que una mujer no se levante, un hombre no se despierta.

Todo tuvo lugar y todo pasó como en un día y una noche.

1

Yeseney sobre el caballo observaba desde la cresta de lo alta de una colina en la región Karshygaly como de lejos desde la corriente viva tranquila, que parecía no tener fin, venían sus caballadas. Después de arazado los pastaderos veraniegos, ahora en otoño bajo las pezuñas de los caballos estaban ligeramente cubierto de nieve la hierba virgen. Es cierto, no hace falta buscar mejor lugar para pasar el invierno... Hay recuencos, donde siempre de antemano se puede esconder caballos de feroces tormentas locales. A poca distancia también hay protección segura contra mal tiempo – sobre lomas se extendían bosques que todavía no habían perdido del todo su follaje. Aún le parecía que desde la colina se oía el crujido calmante para el corazón de hierba jugosa en fuertes dientes de caballos. Parece que no hace falta temer por el destino de caballadas este invierno. No se habla sin razón: para perder al hombre rico basta un yute[1] y para perder al batyr[2] basta una bala. El es un hombre rico y un batyr. Como para confirmar sus pensamientos y en previsión de alabanza de nuevas tierras, se volvió en la silla hacia sus compañeros de viaje.

Había cuatro personas en la colina con él.

Uno de ellos se llamaba Turkmeno-Musrep por el origen de su antepasado reciente, fue el aliado más cercano de Yeseney. El segundo fue también Musrep por nombre, al su nombre habitualmente  se añadía “cazador”, fue descendiente del clan Aday. Estaba inmóvil en la silla Bekentay-batyr. Y el cuarto fue Kenzhetay – el hermano menor de Turkmeno-Musrep, maestro del arnés permanente de Yeseney.

Dos Musrepes eran muy diferentes. Turkmeno-Musrep tenía oído fino y sybyzgy[3] – flautillo de estepa – se animaba cuando él lo llevaba a los labios. Él mismo escribió algunos kuyes[4] que encantaron al auditorio en muchos aúles. Siempre tenía caballo selecto. Turkmeno-Musrep tenía manía por las modas y vivía como dzhiguit privado de quehaceres familiares, aunque en su  bigote y barba bien cuidados se podía notar de cerca algunos –, por el momento sólo algunos – pelos canos.

El apodo “cazador” hablaba de la pasión de su tocayo. No se podía imaginarle en otro aspecto – sobre la mano derecha sentada negra águila erizada en capirote, llamada Terror de zorros, y detrás una carabina de cañón. Al callarse solo en la caza a éste Musrep le gustaba hablar pero no se distinguía por la elocuencia.

Fue él quién mostró estos lugares a Yeseney, y ahora, al captar su mirada, trató de recordar sus méritos:

- ¡Oh, aha-sultán! ¿Qué he dicho? Ahora lo ves por ti mismo ...¡ Alá el mismo creó estos pastaderos de invierno para sus caballos! Por ahora la región Karshygaly no pertenece a nadie. ¡Pasarás el invierno una vez, y le darán nombre de aha-sultán, y será heredado por tus hijos y nietos!

Yeseney le miraba en silencio. Musrep-cazador no se distinguía por la elocuencia, ni por la inteligencia y la sensibilidad tampoco... Sin decir muchas palabras dos veces tocó a lo vivo a Yeseney. El rango alto de aha-sultán es un sueño todavía al cual pretende desde hace muchos años, y no se sabe si lo consiga . “Por tus niños y nietos ...” Cómo lo tiene que interpretar él cuyos dos hijos murieron en un solo día, y cuya mujer dejó de dar a luz hace veinte años... En la boca de cualquier otro hubiera sonado como un insulto, una burla! Tal desgraciado adulador es Musrep-cazador, quiere complacer a rajatabla.

El invierno pasado al encontrarse a la caza regaló a Yeseney dos zorros rojos y tres hurones y desde entonces se porta con desembarazo. Y desde veranillo de San Miguel pasado se hizo inseparable de Yeseney, adiestra a sus jóvenes perros de raza árabe. Por eso Yeseney le permite a veces algo lo que no permitiría al otro, y ahora sólo movió la cabeza, como si echara una mosca molesta.

Turkmeno-Musrep que siempre entendía todo decidió advertir a Yeseney.

- Está claro al instante - dijo - que el herbaje es abundante aquí, los pastaderos los cuidaron y no los tocaron en verano ni en otoño ... Pero, ¿dónde ahora se puede encontrar tierra de nadie? Todo lo pertenece a alguien ...

Musrep-cazador le cortó con aire descontento:

- ¡No sabes mucho! ¡Es la tierra de nadie más verdadera entre todas tierras de nadie! ¿Acaso hay en estos lugares al menos una esquina donde no he estado? Por el hocico y la piel puedo determinar de que región es este zorro o este lobo... Y cuántos son ... ¡Dios es mi testigo - en Karshygaly ahora hay tres mil lobos, cinco mil zorros, doce mil hurones y siete mil liebres ..!

Turkmeno-Musrep bromeó:

- Pobres lobos, pobres zorros ... Quedarán hambrientos si hay tan pocos liebres ... Pero tal vez Museke[5], nos diga cuántas son perdices de color blanco y negro?

- Así es –Yeseney apoyó la broma. Si hay tantos lobos hambrientos, van a comer en invierno todas mis caballadas, y me quedaré de a pie y hambriento...

Al anochecer del cielo, cubierto de pesadas nubes oscuras, había cernido escarchilla menuda, y luego nevó copiosamente.

Kenzhetay tocó el brazo de su hermano y señaló con la cabeza el bosque. Turkmeno-Musrep también miró y se dirigió a Yeseney:

- Parece que no estamos solos ...Del lindero se arrastra el humo de hogueras ... ¡Y allí vienen caballeros!

Tres caballeros se dirigían a ellos del bosque. Uno de ellos a la cabeza, su caballo llevaba paso de ambladura. El dzhiguit se acercó muy junto, detuvo su caballo, y sin confusión, exclamó:

- ¡Salam, estimados! Nos enviaron comunicarles una solicitud de tres aúles de la familia de kurleutes-emigrantes... Todo el verano y el otoño no tocaron los pastaderos en Karshygaly esperando escapar del invierno aquí. Nuestros aúles no pueden defender Karshygaly con fuerza... Nos enviaron con la esperanza de que la solicitud fuera escuchada con benevolencia por los fuertes, pero honestos.

Musrep-cazador, quien se sintía casi dueño de estas tierras, con grito rudo cortó al joven:

- ¡No digas tonterías, mocoso! Mira ... Di a tus kurleutes, que ni se les ocurra disputar por la tierra, donde pisaron los cascos de caballos de aha-sultán Yeseney!

Pero el joven no se apocó, no se calló:

- Tal vez no les consideréis como hombres a los que no tienen su Yeseney ... apesar de todo pedimos volver atrás las caballadas ... ¡Ellos van a destruir nuestra tierra como fuego!

A Musrep-cazador se le subió la sangre a la cabeza:

- ¿Con quién estás hablando, sinvergüenza? Si no te enseñaron como portarte respetuoso con los mayores .., yo ... ¿Quieres ser azotado por el culo desnudo?

Aún tocó el caballo, pero Yeseney con movimiento imperioso le paró. El joven esperaba.

El muchacho gustó a Yeseney ... Los ojos de dzhiguit en la flor de la vida irradían coraje y decisión. Sus hijos, llevados en un sólo día por la viruela negra, habrian podido ser parecidos a él. Y en su familia de los sibanes que consiste de diez aúles grandes, furtivamente pero atentamente observaba por los jovenes dzhiguites y trataba de apoyarles si hacía falta y era posible ... Yeseney mostró imperceptible a Turkmeno-Musrep, invitándole a suavizar la grosería del cazador.

Turkmeno-Musrep oyó que el joven había dado nombre de emigrantes a sus kurleutes. Personas arrancadas de sus tierras ... Por lo tanto, los aúles, que le enviaron, viven de milagro. Tal vez ellos ni siquiera tengan un influyente Aksakal- pico de oro, que en una disputa podría defender los derechos de sus parientes.

- Escucha, hijo mío, no se puede hacer caso omiso a tal solicitud como la vuestra, – dijo en voz baja. Así lo di en el pueblo ... Y en cuanto a ti, no voy a decir que eres un grosero. Quién tiene bello rostro suele tener alma de Dios. Tal vez hayas encampanado, pero lo entendemos – es por la desesperación ...

Yeseney escuchaba con aprobación a Turkmeno-Musrep y el joven que no se asustó las amenazas de Musrep-cazador, ni se confundío por las palabras que acabó de oír.

-Estimados ... La gente que me envió, no requería que me calentara y o mostrara soberbia. Si lo ocurrió, entonces la culpa es mía. Una palabra justa como la flecha hiere el blanco. Una palabra injusta late en el pecho de la persona que lo dijo. ¡Aquí teneís mi aip[6]!

Él bajó de su caballo y tiró la rienda con negligencia a Kenzhetay.

- Si eres maestro del arnés, lo guiarás ...

Todo ocurrió tan rápidamente que no pudieron ni darse cuenta. El joven hizo apearse a uno de sus guías, montó al su caballo de un salto y lanzó en despedida:

- Perdóname si estuve inconveniente ...

Sus compañeros montaron al caballo y todos se dirigieron hacia el bosque.

Yeseney les seguía con la mirada, pero a Turkmeno-Musrep que le daba del ojo, le pareció que estaba dispuesto a seguir al joven dzhiguit.

- ¿Por qué no me permitisteis? - con amargura dijo Musrep-cazador. - Hacía falta azotar al descarado por el culo desnudo. Él se enojó otra vez y debió de imaginar cómo habría volado su látigo, castigando al muchacho.

Turkmeno-Musrep con una sonrisa miró a Yeseney.

¿La hija de quién puede ser? - le preguntó, meditando consigo mismo.

Hija .. - sólamente la segunda vez en todo ese tiempo Yeseney dejó escapar una palabra.

¡Por supuesto! Nuestro Musrep-cazador conoce aquí todas zorras y pasó por alto al más hermosa de ellas. ¿Y tú mismo? Cuando ella dijo: "Aquí tenéis mi aip", su mirada no fue sólo decisiva, abierta... A Yeseney le miró con la curiosidad de muchacha joven.

¡Qué Turkmeno, qué Turkmeno!... - reía Yeseney -. No es joven, en efecto. Y ni una se oculta de tu mirada. ¿Tal vez le llamemos – Musrep-cazador?

- La muchacha? .. ¡Si es verdad, el Señor me golpeó con soil[7] en la cabeza! Estoy avergonzado ... Entonces es hija de Artykbay, es Ulpán! No transcurrió un mes cuando pasé la noche en su casa. ¿Cómo no he reconocido su caballo amblador moro? Ulpán pasó todo el día conmigo a la caza y le regaló dos gansos gordos ... ¿Oh,querida mía cómo ahora voy a mirar a tus ojos?

- Cuando vas a azotarla, por supuesto, no te sale bien - acabó con él Turkmeno-Musrep.

El cazador no tenía nada que contestar y bajó la cabeza, y Yeseney preguntó para desvanecer las dudas al fin:

¿Estás seguro? ¿Es realmente hija de Artikbay-Batyr?

¡Oybay, aha-Sultan! No se puede encontrar a otra tal chica aquí... Es Ulpán. Y su caballo ... Allí, Kenzhetay mantiene el caballo amblador moro. Míralo – en las cuartillas de patas traseras hay anillos blancos y la estrella está en la frente. Cuando tal caballo ambla ni una gota de agua se derramará de un tazón, puesto en su grupa.

Ahora cada uno de ellos no entendía cómo no había reconocido a la muchacha en el joven dzhiguit... Por lo demás, el día estaba nublado, anochecía y seguían cayendo copos de nieve ... ¿Y además quién va a enviar a una chica por un asunto importante! No es de admirar que no la pudieran reconocer, pero apesar de todo Musrép-cazador suspiraba tristemente, Yeseney se entornaba, Kenzhetay miraba con respeto a su hermano mayor. Sólo Bekentay-batyr, imperturbable como muchas personas fuertes, esperaba tranquilamente que ocurriría después.

Ulpán apresuró al caballo.

Sus parientes - kurleutes - sacaron que de pastaderos esteparios de verano vienen caballadas de Yeseney. Y se inquietaron. Sobre todo, cuando la patrulla conoció entre jinetes a Yeseney.

Ulpán le reconoció montado al gran caballo rodado. Reconoció, aunque su cabeza estaba cubierta con un capucho de negro paño grueso. Reconoció y recordó cómo se había asustado al verle a Yeseney por primera vez. ¿Cuántos años tenía entonces? Cinco años, nada más.

Su padre decidió enviarla para hablar con los recién llegados inesperados y Ulpán se disfrazó y trató de comportarse de tal manera que ninguno de ellos se dió cuenta de que no negociaron con el joven dzhiguit sino...

Ahora Ulpán pensaba que había logrado hacerlo y estaba muy contenta de sí misma.

Después de su salida repentina los compañeros de Yeseney, y él mismo no sabían qué hacer. ¡Habían tomado aip de la chica! El caballo moro piafaba cerca Kenzhetay como un remordimiento vivo de su torpeza. Tal vez en este momento Yeseney recordara un dicho popular: “Sacrifica el ganado para salvar la vida, sacrifica la vida para salvar el honor.”

Turkmeno-Musrep captó su mirada: - Deberíamos avergonzarnos de irrumpir en las tierras de Artikbay-batyr, - dijo - Pero la mayor vergüenza es que permitimos a su hija dejar su caballo por la culpa aparente!

Siguió mirando a la cara de Yeseney picada de viruelas.

Yeseney nunca tuvo que pagar aip en toda su larga vida. Y desde entonces, cuando – hace mucho – se hizo bey[8], siempre exigió castigar rigurosamente a los responsables de violaciónes de reglas esteparias no escritas, no siempre justas, pero duras... Y ahora se sentía torpe y ridículo que por un estúpido accidente se hizo culpable. Sobre todo porque Artikbay, aunque hace mucho no se visitaron, le había ayudado muchas veces, y había salvado de la vergüenza, y de la muerte segura.

Por eso encontró dificultades, no considerándose a sí mismo con derecho de decidir como proceder. Turkmeno-Musrep dijo:

- En mi opinión, lo mejor sería volver el caballo moro a la propietaria ... Y encima - un caballo más.

Musrep-cazador se alegró más entre todos, porque sabía cómo cazar y acosar la bestia, pero no tenía idea cómo salir de una mala situación, en la que cayeron no sin su participación.

- ¡Tocayo mío! ¡Querido amigo! - gritó. ¡El aha-sultán no tiene mejor amigo y consejero! Llevad mi caballo blanco a los pobres kurleutes...

Pero el caballo blanco era viejo, y Yeseney mostró a Kenzhetay al su bayo, apodado Muzbel, que significa el lomo de hielo, que tenía desde la cabeza hasta la grupa una raya gris perla recta. Y cuando Kenzhetay, apenas parando el caballo moro, que aspiraba a su casa, se puso en marcha, Yeseney le dijo:

- Saluda de mi parte a Artek ... Dile que mañana vendré hacer una reverencia ...

Kenzhetay con los caballos encabestrados desapareció en la cortina de nieve, y Yeseney dijo su decisión:

- Que no ponga los cascos ni un sólo caballo más allá de la colina... excepto el kos[9] de Sadyr. Dos koses hay que llevar hacia Kusmurún y el cuarto hacia nuestros pastaderos en Akkusak, Karaemen y el lago Elamán. Vosotros, dos Musrep, quedaréis conmigo, y tú, Bekentay, vete con los koses de Kusmurún ...

Bekentay asintió con la cabeza y tocó su caballo, y no supieron lo que pensaba en todo lo que les había sucedido en esta colina.

Yeseney solo y despacio iba al lago, que no tuvo tiempo para cubrirse de hielo. Por la mañana ordenó poner las yurtas allí.

“Tal vez me haga viejo - pensó. - Hace poco oía primero el vuelo de una flecha disparada por una mano enemiga y lograba evitarla ... ¿Cómo pude ofender a Artikbay-batyr? No lo pensé - si son aúles de kurleutes, él está con ellos ... ¿O empezó a comprender peor? Antes siempre elegía un lugar para la invernada de caballadas por sí mismo. Y en este caso confié en el cazador, como si no supiera el precio de su charlatanería ... Y no me di cuenta que nos hablaba una chica, pero Turkmeno-Musrep ...”

Este encuentro casual hizo a Yeseney volver en los tiempos de quince años de antigüedad. Entonces casi nunca se separaron con Artikbay y los akýn en diferentes voces alabaron las hazañas de este batyr. En la lucha con los guerreros de Kenesary-tore[10], que hacían incursiones una tras otra al norte de la estepa kazaja, Artikbay-batyr demostró la fuerza de mano y la firmeza de carácter.

Vinieron también en los aúles de familias kerey y uak que estan emparentados.

Para empezar llegaron los mensajeros con la exigencia de que todos los aksakales y todos los karasakales[11] se reunieran en un lugar señalado, donde Kenesary debía ser elegido como Khan de todos los kazajos. Les dieron tres días y tres noches para pensar vendrían o no vendrían, agarrarían o no agarrarían el borde del fieltro blanco en el cual debían levantarle.

Los kerey-uak tenían de que pensar. Cinco sus vólostes fronterizaban muy cerca con Tobolsk, Baglan, Stap, Kpitan[12] - en dos últimos nombres los kazajos adaptaron dos palabras rusas - el estado mayor y el capitán. También había otros stanitsas cosacas, pueblos, aldeas ...

En el distrito de Amankaragay los mercados comenzaron a hacer ruido. Té y azúcar, pan esponjoso cocido, toallas, jabón, algodón, terciopelo, seda, cuero de curtido fino – todas estas cosas en mayor o menor grado, dependiendo de la riqueza, se hicieron corrientes de yurtas de aúl. Hace veinte años (“ahora hace treinta y cinco años - pensó Yeseney - más de la mitad de la vida”) los Khan cayeron en el norte de la estepa kazaja, y resultaron mucho menos escaramuzas intestinas, luchas, batallas ... La gente se acostumbró dormir en paz por la noche y no hacía falta poner los centinelas.

Kenesary quería poner fin a todo. La gente tiene memoria... No tenía más que proclamar alguna vez como Khan a uno de los presuntuosos descendientes de Genghis Khan, como cada uno en su heredad hacía lo que le daba la gana, no haciendo caso de los principios, violando facilmente las leyes de familia.

Por eso, un día y una noche, otro día y otra noche, y otros tres días pasaron, y no había respuesta, que esperaba Kenesary. Entonces intervinieron sus sarbazy[13]. Los sarbazy llevaron caballadas, llevaron a chicas y mujeres jóvenes. Lo que fue imposible robar o cargar fue quemado. Los aúles que no deseaban aceptar a Kenesary como Khan estaban en el mayor apuro... Pero no logró romper o conquistarlos.

Cuanto más pensaba Yeseney, menos entendía a Kenesary. Al parecer, no es tonto ... Pero, ¿qué está esperando? Es que se mantienen firmes las ciudades rusas al este de la tierra kazaja, al oeste y al sur ... Uralsk, Orenburg, Tobolsk, Tyumen, Petropavlovsk, Omsk ... Entre ellas se extienden las stanitsas cosacas. ¿Dónde está esperando Kenesary crear su kanato? ¿En Betpak Dal? ¿En el desierto pelado y estéril? ¿Qué destino prepara, en su insaciable sed de poder, para las familias que se unieron a él? Nada más que aktaban-shubyryndy - el gran desastre y la miseria! Algunos de los que le siguieron hace dos años, comienzan a entenderlo y se escapan de sus campamentos ... Es cierto que el uriádnik ruso se saldrá con la suya en el aúl, no dejará escapar, pero la vecindad con los rusos da muchos beneficios. Y de lo que cae en el caldero de su Khan no recibirás ni una espuma turbia...

Yeseney sabía el estado de ánimo de sus parientes cercanos – sibanes, sabía que pensaban los otros, y comenzó a resistir obstinadamente a Kenesary. Cinco vólostes poblados por los kerey y uak con una disposición desesperada le apoyaron en la lucha.

La guerra intestina kazaja deja a muchos heridos, pero rara vez deja a los muertos. Los arqueros suelen disparar de lejos, por eso las flechas no hieren de muerte. El sarbaz, armado de soil, garrote de combate – shokpar con cierta habilidad puede parar fácilmente los golpes de lanceros y aun de contragolpe – romper la lanza o la pica. Y si lo consigue, su enemigo se hace completamente impotente e inerme. La batalla de sable casi no se aplicaba. Así en tres años de enfrentamientos entre Yeseney y Kenesary no mataron más que trescientas personas. Sin embargo, en cada segunda familia había mutilado, ya nadie de familia podía contar con él como un sostén y un defensor.

A Yeseney le informaron que Kenesary concentraba a los jinetes en la orilla de Ishim y pensaba llevarles a los kerey-uak. Pero Yeseney también convocó en cinco vólostes a hombres capaces de portar armas, y los dispersó en las orillas de lagos, en zhaylyau.[14] A la cabeza de destacamentos especiales colocó a los batyr probados y aksakales fieles, y él mismo acompañado con cuarenta jinetes se puso en camino para ver al jefe del distrito Amankaragay Genghis Valikhanov.

Genghis, el hijo del último Khan de aquí, delegado por las autoridades rusas como aha-Sultan, fue consanguíneo de Kenesary, también tore ... No se unió, como era de esperar, a la rebelión, pero tampoco tomó medidas para acabar con su bandidaje. ¿Los aúles se pasan a Kenesary? .. Que se vayan ... ¿Los fugitivos vuelven? Que vuelvan ... Y así duraba tres años. Aha-sultán se ocultaba en su horda, como llamaron su cuartel general según la vieja costumbre, y se preocupaba más que la poplación del distrito, devastado por las irrupciones, le suministrara regularmente cuarenta caballos gordos para la matanza del invierno - sogym, y en verano -  cuarenta yeguas lecheras y cien ovejas ... Yeseney pretendía poner en claro al fin su estado de ánimo y su relación con él.

Aha-sultán para el verano se trasladó a yurta, y Yeseney entró hacia él con su compañero fiel Turkmeno-Musrep acompañado por dos batyr - Artykbay y Sadyr.

Genghis se levantó para saludar al más influyente bey en su consejo. Aha-sultán siempre con admiración pero también con recelo miraba a Yeseney - moreno, picado de viruelas, cuya cara se hacía feroz cuando algo consideraba injusto.

- Siéntese. En su lugar. Siempre es suyo - le mostró a su lado.

Al entrar Yeseney todos los que estaban en la yurta, se levantaron. Se levantó también el enviado de Kenesary Tleumbet-Bey. Se levantó Janay-batyr, que había venido con él.

Yeseney aceptó sus respetuosos saludos como fue debido y se sentó junto a aha-sultán a la derecha, estrechando en este sitio de honor a Tleumbet-bey. Sentandose Yeseney le chocó con la rodilla y él, haciendo mohines, se hizo atrás.

Cuando todos se sentaron, Genghis continuó:

- Bienvenido, Eseke ... Me alegro de verle, pero vino un mes antes de que fijamos un congreso. Por eso quiero preguntar - ¿todo está bien?

Yeseney resopló con enojo:

- ¡Oh, Dios mío! .. ¿Si todo estara bien, acaso me pondría en camino? ¿Acaso tu pariente enfurecido dará paz a la población bajo tu dominio? ¡Cada día una incursión! He venido porque ya no se puede seguir viviendo así.

Yeseney de intento habló de lo que todo el mundo sabía, habló con dureza para herir a Tleumbet, y cada su palabra pegaba como un látigo.

Genghis intentó suavizar la conversación:
Y nosotros aquí - en la horda - vivimos en paz, gracias a Vd ... Esperamos que mientras mismo Yeseney está entre los suyos, nadie se atreva a atacar a los kerey-uak ...
Pronto ya son tres años, cuando los kerey-uak empezaron a dormir en sus sillas de montar - dijo Yeseney, mirando a la cara de aha-sultán.

Resulta que nuestro Eseke vino enfurecido... Y cuando Eseke se enoja, no me atrevo a abrir la boca ...- Genghis sonrió, esta sonrisa se podía considerarla como una tentativa de echar todo a juego, pero también como un recordatorio a Yeseney de que todavía se encontraba en el cuartel general de aha-sultán, y que lo recordara. – Y ahora no puedo aún atreverme a apelar a su paciencia, para no llevar el caso a una riña abierta.

Al darse cuenta de que los nudos de conversación no se ataban, Tleumbet-Bey habló solemnemente como siempre, entretejiendo alusiones en su discurso, como si cantara o leyera un poema:

- Desde entonces cuando los kazajos se hicieron kazajos,

tienen su propio país,

y  hallaron su propia tierra...

¡Perder ahora el kanate

significa perder todo!

¡La desgracia se establecerá en sus aúles,

y dejarán de existir como nación!

Sonó como un hechizo, y luego Tleumbet comenzó a advertir:

- Una saba[15] negra donde un potro podía nadar libremente, una enorme olla de Bukhara, capaz para un andosco, todo quedará vacío sin propietario. ¡Y aquél quien quiere pan cocido en hornos grandes, aquél quien va a blasfemar a su khan, - sea bey o esclavo - no evitará el castigo!

Tleumbet ya francamente jadeaba de indignación y concluyó con una vaga amenaza:

- ¡No me tocó verlos prosperando!

Escuchandole por primera vez y en otras circunstancias, podría impresionar. Pero Yeseney le conocía y no consideró necesario contestar a Tleumbet directamente, miró de reojo a Musrep.

Ese comenzó pensativo:

- ¡Otagasy[16] ..! Tal vez por tener pocas barbas, por falta de sentido común y por mocedad no entendí a nuestro respetado Tleumbet-bey. ¿De qué kanate, qué Khan, qué tiempo habló? Hace veinte años Valikhan, el padre de nuestro aha-sultán, que está entre nosotros, se fue de este mundo picador. ¡Desde entonces no sabía que los kazajos de seis distritos de Gobierno General de Siberia tenían su propio khan! ¡Si la gavilla de renegados y vagabundos nombra como khan a Kenesary, que le nombre! Y a nosotros ¿qué nos arde? ¿Qué hombre cuerdo le reconoce como a su khan? ¿Para qué? Para robar y matar a los que se niegan a reconocer a Kenesary? Usted, Tleuke, nos visitó dos veces y dos veces repitió la misma tonada estudiada ... ¿Y qué le contestaron a Usted los kerey-uak ​​que constituyen cinco vólostes? ¿Qué? ¿No acuerda?

Tleumbet-Bey, cerrando fuertemente los ojos, se quedó con la cabeza bajada. No quería ver a Musrep, tampoco quería oír ni una sola palabra suya. Un insulto sin igual - Yeseney, el bey del distrito, este ruso protegido, afecto al pan cocido en hornos grandes, no quiso contestar personalmente al mensajero de Kenesary, su bey, y lo encargó a un turkmeno, al cual le lleva siempre consigo ...

Pero Musrep no ha terminado todavía.

- ¿Se acuerda su primera visita? - continuó - todo fue bastante decentemente ... ¿Y la segunda vez? - Esperó un poco, sin prestar atención a lo que Yeseney frunció el ceño con desaprobación, concluyó: - ¡Entonces, volvió a casa sin caballo!

No hay mayor vergüenza para los kazajos que volver sin caballo, además para no la gente sencilla sino el bey. Y todos reunidos en la casa de aha-sultán sabían que tenía en cuenta Musrep y sabían que todo fue pura verdad.

Entonces Kenesary envió de nuevo a Tleumbet-bey para persuadir a los kerey-uak rendir el albedrío. Kenesary sabía a quién enviar ... No sin razón, alabando la elocuencia de renombrado bey, le nombraban la garganta doblada, el paladar de cobre ... Encantó a los reunidos con la abundancia de refranes y dichos apropiados, la melodía apasionada de su discurso ... Hizo emocionarse a los representantes de los cinco vólostes de los kerey-uak, y ellos otorgaban de cabeza, gritando: “¡Oh degen-ay, cómo lo dijo! ..” conquistados no sólo por el significado de sus palabras sino por su manera de hablar. “¡Oh degen-ay! .. ¡Solo Edige, el protector del pueblo, podría decir así! ”, - comenzaron a ensalzar al bey.

“No necesito elogios, con sólo que mis palabras lleguen a mis parientes”, - contestó Tleumbet modestamente y se respaldó en una almohada de plumón:

Parecía que todo iba como suponía.

Pero de la muchedumbre se adelantó y se detuvo delante de Yeseney un anciano casi canoso.

“Yeseney - se dirigió a él - tal vez no es momento ahora... Pero te he traído como al bey una queja... Preguntale a este santo crisóstomo,  preguntale a Tleumbet-bey: ¿De quién es un caballo amblador bayo con manchas, en el que vino para verte?”

“Tal vez es suyo ... - dijo Yeseney - ¿Crees que Tleumbet-bey montará a un caballo ajeno?”

La almohada de plumón le pareció a Tleumbet-bey una piedra con ángulos agudos. Él exclamó, saltando:

“Resulta que has puesto una trampa aquí para mí?”

Yeseney no respondió, esperando que iba a decir este solicitante inesperado.

“No sé monte o no - continuó aquél. Pero un caballo amblador bayo con manchas famoso en todas las carreras es mío. Hace dos semanas malditos bandoleros - y este hombre, tu huésped, era su cabecilla, llevaron una caballada de mis caballos bayos con manchas. ¡Ojalá que hubieran dejado un sólo caballo para continuar la raza! Quité la casa y ayer me mudé a la periferia de Kpitan...”

La gente que acabó de escuchar piadosamente a Tleumbet, empezó a hacer ruido con desaprobación, pero Yeseney la paró con el movimiento de la mano:

“¿Y tú quién eres?”

“Uno logra fama con su caballo, el otro con los perros ... Sautbek de los atygay-karauly es conocido por sus perros amarillos con manchas, y yo, uno de los viejos inútiles de los koily-atygay, soy conocido por un caballo amblador bayo con manchas, el cual no tengo ahora.”

“Entonces eres Zhamanbala?”

“Puede ser ...”

Yeseney guardó silencio. Siempre tuvo que esperar mucho tiempo cuando pronunciaría la palabra final. Y ahora se prefirió dirigirse a Tleumbet:

“Estimado bey ... Le pido pronunciar sentencia usted mismo ...”

“Cuarenta azotes” -  contestó aquél bruscamente. “¿A quién?”

“Por supuesto, a aquél quien se atrevió a quejarse del bey!”

Al pensar un poco, Yeseney se dirigió a Zhamanbal: “El caballo es tuyo ...”

Todo ocurrió en la segunda visita del mensajero de Kenesary hacia los kerey-uak.

Tleumbet-bey permanecía inmóvil, como ídolo de piedra, que hay muchos en la estepa desde tiempos inmemorables, no dijo ni una palabra, ni abrió los ojos.

Entonces Yeseney sin prestarle ninguna atención, se volvió a Genghis:

- Has dicho, aha-sultán, que vine enfurecido... ¿Acaso no hay razones para eso? ¡Ahora oí tantas palabras pomposas! Una saba negra, donde un potro podría nadar en kumís como en nuestro lago Elaman... Una olla donde se puede preparar un andosco entero...... ¡Son palabras al aire! ¡No hacen fe! Y blasfemar el pan es cometer gran pecado. El pan se hizo como la carne para un kazajo. ¿Cuándo los Khan que tenían una saba negra y una olla de buhar daban de comer a la plebe? .. Ya te he dicho ... Bueno, levantaron a Kenesary en el fieltro blanco. Bueno, se hizo Khan. ¿Dónde estará su kanate? ¿En Betpak-Dale? Por eso los aksakales que hace dos o tres años se desgañitaron por él, ahora hacen volver a la gente a su patria. En secreto ... Si los agarran los sarbazy de Kenesary, primeros azotes los consiguen estos mismos aksakales ... No nací ayer, y no he perdido la razón todavía! Pero recuerda mis palabras - Kenesary nunca se hará khan de seis distritos. No pasará mucho tiempo, y huirá en la estepa de Sariarka, pues tampoco puede regresar a casa en su tierra natal.

Yeseney dijo todo lo que quería decir, y se quedó en silencio.

Guardaban silencio todos los bey, los aksakales y los batyr reunidos para un consejo, esperando la palabra de aha-sultán. Pero Genghis guardó silencio también.

Sabía que Yeseney tenía razón, pero no lo dijo en voz alta. Qué - Kenesary ... En Europa nadie se atreve a alzarse contra de las armas rusas que aplastaron el orgullo de los estados occidentales. Kenesary lleva la nación a la desgracia, su rebelión acabará en tragedia.

Pero al pensar - ¿Si los gobernadores de vólostes y los bey influyentes de tres zhuz[17] eligen Khan a Kenesary? ¿Tal vez, el gobierno del rey también lo reconozca? ¿Y entonces el control de la estepa pasará a él? Podría ser. Aunque es dudoso. El kanate ahora no es un poder muy viable. La gente está agotada por las incursiones sangrientas incesantes, desesperada ... La gente está dispuesta a renunciar a Kenesary, y ahora, repite palabras amargas de alguien: “A todo tirar Kenesary va a vivir cien años, y luego, ojalá, muera.”

El gigante moreno picado de viruelas con su mente lo entiende todo y pone claramente a aha-sultán, descendiente de Genghis Khan, en la alternativo: como aha-sultán encabezar la lucha de la gente contra Kenesary o pasarse abiertamente al lado de su familiar. Para presentar esta reclamación Yeseney llegó al cuartel general antes de la hora señalada.

Aha-sultán suspendía el juicio. Por supuesto, un hombre, designado para su puesto, además con el grado de mayor, tendría que levantarse primero contra rebelde Kenesary. Pero, ¿Cómo decidirse a eso? ... Tleumbet-bey, también, sentado en el sitio de honor, insiste, su susurro arrullador penetra en sus oídos: eres tore de la familia de Khan, tu sitio está junto a Kenesary ... ¿Pero cómo decidirse?

Yeseney consideró neceario añadir: - Tu familiar Kenesary concentró a miles de sarbazy cerca las tierras de los kerey-uak. Quiere atacar dentro de unos días. No tengo miedo de decir que tampoco estamos con los brazos cruzados y ya se verá quién es Calleja. Está claro, que esta vez una de las partes va a pedir clemencia. Vine para decirte que lo sepas.

Aha-sultán no contestó de nuevo, y Tleumbet-bey, harto de guardar silencio, decidió tomar la palabra. Se dirigió a su principal oponente:

- Nos llegó una noticia y no sabíamos alegrarnos o llorar ... Como si Yeseney, el principal bey del distrito de Amankaragay se hiciera un jorzhun[18] ruso... ¡Nos da lo mismo, con sólo que te sientes bien!

Al escuchar tranquilamente a Tleumbet, respondió: - Bueno ... Puedo estar agradecido a mi jorzhun usado. En el se metieron doscientos sarbazy de Kenesary ... Pero me sorprende oírle a usted... Fue un bey honorable de los atygay y karaul, y ahora se ha convertido en un ágil poshtabay[19] de Kenesary y por su primer movimiento de cabeza galopa a rienda suelta a dónde indique. Le felicito también con su nuevo cargo de honor.

No hacía falta explicar a los reunidos sus palabras punzantes. Yeseney recibió el rango de confaloniero, y en las luchas durante tres años hizo prisioneros a unos doscientos guerreros y se los entregó al Stap. Y Tleumbet en las últimas elecciones perdió el título de bey y estaba agregado a Kenesary cumpliendo sus tareas.

Genghis maldijo en sí a Yeseney y Tleumbet ... ¡Hete ahí que se encontraron en su casa! Lo mejor sería roncear como consiguió hacer hasta ese momento. Pero si no dice "sí" a este gigante tenaz, él se quejará al Gobernador General de Siberia de que una buena mitad del gran distrito constantemente está atacada por los rebeldes. En Omsk confesará sin tormento. Y tiene a quien presentar una queja; Turlybek, consejero que está al cargo de los seis distritos de Kazajstán, es su primo por parte de madre. La denuncia, por supuesto, va a comenzar con las palabras: “Más de una vez visité personalmente a aha-sultán, hablé con él, advertí del peligro, pero no me hizo caso...”

Y Genghis en este momento pensaba sobre todo como sin decir "sí" ni "no" a ambas partes hostiles, tratar de poner fin a esta reunión, que estaba a punto de estallar en disputa abierta.

Sin saberlo, vino en su apoyo el mayor Bergsen, llamado Bersen por los kazajos, lo que significa dado, fijado ... Bien alemán bien sueco de nacimiento.

- Señor aha-sultán, todo está preparado para juegos de deportes ecuestres - informó -. Y los arqueros también están preparados. ¿Comenzamos?

Genghis se alegró con su visita como si fuera su hermano:

- Vamos, vamos ... - Y se dirigió a su consejo: Estimados bey ... Cuando fluyen muchas palabras, la verdad se hunde. Sabemos a dónde se extiende el humo de hogueras, encendidas por ambos. La última palabra será dicha, y ahora os invito a disfrutar del arte militar de nuestra gente...

Así dijo, contagiado por la locuacidad de Tleumbet, y se levantó.

Los huéspedes también se levantaron y salieron detrás de él. Bersen-fijado, tenía su nombre por algo. El gobernador de Siberia envió a aha-sultán Genghis veinte cosacos armados. Para la guardia. Pero, por supuesto, para la vigilancia continua también.

Los cosacos comenzaron con dzhiguitovka[20] y se mostraron maestros. Galopando a uña de caballo montaron en sillas, a galope bajo la panza del caballo pasaron de un estribo al otro. ¡Los caballos estuvieron tan adiestrados! Hace un momento galoparon y de repente se quedaron clavados, por orden se cayeron fácilmente de costado y quedaron inmoviles.

Yeseney pensaba con envidia que caballos kazajas se azorarían en este caso, correrían de un lado para otro, espantandose unos a otros, no obedeciendo al jinete...

Genghis llevó por algo a sus invitados y sus consejeros para ver los juegos ...

Después de dzhiguitovka los cosacos salieron en equipaje militar completo. Cortaron mimbres, y el sol apenas lograba brillar en la hoja fría y no era posible ver a la misma hoja – con tal velocidad el sable subió y bajó. Tiraron de carrera contra un pelele. Hubo una lucha de instrucción con picos, y aunque los cosacos se entreveraron violentamente, nadie fue arañado.

Musrep, que estaba cerca, notó como Genghis estaba mirando con aire significativo a Tleumbet. Da una lección demostrativa para que lo transmita a Kenesary. Probablemente, aha-sultán espera que después de tal espectáculo Tleumbet dejará de insistir ... ¿Quién de ellos va a vencer a tal guerreros entrenados y bien armados?

Pero el alumno resultó poco perspicaz. Al principio aparentaba que sólo estaba mirando como todos los demás, pero luego no pudo resistir, y Musrep escuchó su voz burlón:

- Acaso, si nos encontramos con ellos en otro lugar, vamos a mirar boquiabiertos, como hacen sus caballos levantarse y echarse?

No, nada ayudará ... No se puede convencer a Tleumbet, ni a Kenesary. Ellos y sus otros bey y aksakales ya no pueden manejar la resistencia, ni apartarse del camino destructivo.

Los cosacos quedaron inmoviles de repente, enfundaron sables y se retiraron, dando paso a siguientes pruebas, que se celebraban en honor de Tleumbet-bey.

Desde un travesaño entre dos pilares en el hilo colgaban monedas: brillaban en sol dos grandes, antiguas pulidas monedas de cinco kopeks, dos rublos de plata y dos monedas de cinco rublos de oro. Bersen anunció condiciones: él, que da con la flecha en la moneda de cobre, será premiado ​​con el zorro, en el rublo - con la piel de lobo, y él, que da en la pieza de oro, recibirá la cebellina.

Era natural que por habilidad, vista aguda, maña de parte de Yeseney con un arco en manos saldría Artikbay-batyr, y de parte de Tleumbet saldría Janay-batyr. Se detuvieron juntos en una distancia de cincuenta pasos medida de antemano, y, como era debido, intercambiaron saludos corteses.

El mejor arquero de los kerey no tiene que dar paso a nadie, tira tú - propuso Janay.

No, - dijo Artikbay -. Argyn, su antepasado, fue primogénito de nuestro antecesor, que su flecha vuele primera.

Cedo mi turno ...

Y yo no puedo aceptarlo ...

¡El mejor arquero de los kerey, dispara!

- Usted es de más edad que yo, es mi hermano mayor ...

Después de tres propuestas y negativas Janay metió una flecha y empezó a apuntar, pero tuvo que espantar una mosca, posada en las pestañas, y frotó el ojo derecho.

- No debería hecerlo, - dijo Artikbay con simpatía.

Janay con fuerza tendió el arco y de repente soltó la flecha. La flecha voló sin cortar el hilo, sin rozar la moneda. Janay, por supuesto, apuntó en la pieza de oro.

La flecha de Artykbay soltada detrás cortó el hilo, y la pieza de oro, al brillar débilmente, cayó en el suelo. El juez designado para observar los arqueros traía al batyr de Yeseney la cebellina...

Janay se anzó como un halcón sobre su rival:

¿Por qué me has distraído, a poco que me apunte?

Quería advertir con amistad ... Si frotar los ojos antes del tiro, la flecha dará en la luz blanca, sino en el blanco. ¿No fue así?

¿Qué te importan mis ojos? ¿Acaso maté a tu padre, y tú estás exigiendo una compensación por él?

Artikbay también empezó a perder la calma:

- ¡Artikbay-batyr no perdonaría a nadie no sólo por su padre, sino por un cabrito negro!

- ¡Canalla!

- Viejo caballo castrado, que olfatea a una yegua ladrón, ¿ acaso soy más infame que tú?

Se conocían desde hace mucho tiempo y sabían mucho uno de otro ... La hermana de Kenesary llamada Bopay tenía fama de mujer insaciable. Descendiente de Genghis Khan, no podía casarse con un simple kazakh, pero no tenía costumbre de dejar escapar a uno de los batyr u otras personas eminentes que le gustaron. Las huellas de su caballo en la estepa, lejos del aúl, casi nunca quedaron solas. A veces Janay iba con ella...

Janay saltó hacia atrás, levantó su arco. Pero Artykbay también tenía un arco en manos...

Genghis gritó:  -: ¡Bueno, ya basta!

Los batyr se dispersaron con tal aspecto como si decidieran no volver a beber agua de un lago, no vivir juntos en este mundo, y con sus miradas prometieron encontararse fuera del cuartel general de aha-sultán, en alguna parte en el campo de batalla, y lo más pronto posible. ..

Genghis entendí que las pruebas no traerían paz y calma, y al suspenderlas, se dirigió a su casa.

A los batyr-lanceros y arqueros de ambas partes no les quedó más que separarse y dispersarse a sus yurtas.

Después de un banquete opíparo Genghis, a solás con Yeseney, trataba de persuadirle:

- Eseke, usted hizo bien en venir... Pasaría unos días. En verdad, no se puede discutir y decidir todo de un tarrajazo. ¿Eh?

Pero Yeseney no estaba de acuerdo:

- No puedo ni un solo día... Lo que he dicho no es para echar un granito de sal. Kenesary me apunta al corazón... Estoy esperando tu decisión, aha-sultán. Y después me iré inmediatamente. Tengo que de camino visitar Step y Kpitan.

Genghis sabía para qué se proponía allí y que va a decir, y intentó, aunque entendía que no hacía falta, explicar:

- Hay que ponerse en mi lugar ... - le dijo -. Estoy entre dos fuegos, y cada puede quemarme. ¿Acaso tengo que avivar el fuego? Que la gente decida como quiere ... – encontró la respuesta Genghis. Si soy aha-sultán, tú eres uno de los siete bey ... Todos servimos al rey. ¿Acaso Kenesary es sólo nuestro enemigo? Y el rey no dio fuerzas para luchar contra él. Creo que el rey nos está confiando poco... Ves, comparto mis secretos contigo ... Controlamos un solo distrito. Y los partidarios de Kenesary, he oído, se ponen de acuerdo en los tres zhuz para elegirle Khan. No voy a intervenir. Como es predestinado, así va a suceder. Y en cuanto al rey .. - Genghis bajó la voz hasta el susurro, aunque estaban sólo los dos en la yurta – Me parece que no está en contra si no cesamos de destruir uno a otro ... Yeseney con la franqueza kazaja de batyr no empezó a susurrar:

Entiendo ... ¿No tenemos que esperar ayuda del jefe del distrito? ¿Es cierto?

Su fuerza supera a la de enemigo, lo sé. ¡Y nuestro Eseke a la cabeza! - le consoló Genghis - ¿Cómo me veré si me meto en ese asunto? Es para morirse de risa.. - intentó con halago y broma suavizar su negativa.

Al anochecer, Yeseney fue a casa con sus jinetes.

A Turkmeno-Musrep le dijo brevemente, sin entrar en detalles de la conversación con aha-sultán, que los kerey-uak tendrían que defenderse ellos mismos. No se puede contar con nadie.

Yeseney y sus hombres se fueron, y Tleumbet-bey unos días continuó la presión sobre Genghis, pero no cosiguió nada. Pero al menos se enteró de que no apoyaría a Yeseney. Aha-sultán quedó fiel a sí mismo.

3

De Amankaragay Yeseney con sus compañeros iba toda la noche y al amanecer llegó al aúl de Zhazy-bey, quien pasaba el verano en la orilla de la embocadura del río Ubagán llamada Pequeño Tengiz.

Este Zhazy-bey, descendiente de los Argyn, una vez participó en la preparación para la demarcación de las tierras de las provincias de Orenburg y Siberia[21], a sus palabras daban oídos y su palabra siempre estaba dirigida contra Kenesary. Sin embargo, todavía no montó a sus jinetes en caballos y no lanzó un grito de guerra: "Atta", pero en todos asuntos era partidario fiel y amigo inseparable de Yeseney. Zhazy tuvo que estudiar un poco en una escuela rusa, era un hombre sensato, y - después de Yeseney – se consideraba el más influyente bey del distrito de Amankaragay.

Acogió a su amigo con honor, pero hablar al alma, como lo requería una situación difícil, no consiguieron. Yeseney al bajar de la silla y dirigirse a una grande yurta blanca, vio a lo lejos a los dos jinetes que galopaban a revienta cinchas hacia aúl.

- Son míos - dijo, cuando los jinetes se acercaron. De veras, eran mensajeros de los exploradores de Yeseney que le buscaban por todas partes. Pasó lo que tuvo que pasar - las tropas de Kenesary cruzaron Ishim ayer.

Yeseney los escuchó tranquilamente. Estaba preparado para esta noticia, pero esperaba tener tiempo para regresar antes del ataque.

- ... Zhazy - se dirigió a su amigo. - Dame cuarenta caballos. Si quedan salvos, devolveré, si caen te pagaré el coste ...

Los invitados sólo tuvieron tiempo para entrar en la yurta y apagar la sed con kumís[22] cuando fuera sonó la trápala. Por orden de Zhazy conducireron corriendo cuarenta caballos de su caballada.
- ¿Qué cuentas podemos tener?, - dijo en la despedida Zhazy -. No pienses en eso, Eseke, y no devuelvas nada ...
Al cambiar los caballos, fueron sin parar ...
Preguntaron brevemente a los quien encontraron... Pero sin preguntas era evidente que no fuera una salida ordinaria de los sarbazy de Kenesary. Fue un intento de poner fin a la resistencia de los kerey-uak con un golpe decisivo. Algunos aules por descuido, creyendo que estaban en salvo, lejos - no quisieron de antemano dejar dzhaylyau[23] y se quedaron en sus anteriores campamentos de verano. De ahí llevaron los caballos. Llevaron a las chicas y mujeres jóvenes. De yurtas tomaron los fieltros y alfombras y todo el ajuar hasta el último plato.

Al amanecer Yeseney llegó a su casa. Los sarbazy de Kenesary se enfrentaron con los dzhiguites de los Kerey-uak. Resoplando, corrieron caballos que perdieron a sus jinetes ... La línea principal de la batalla se trasladaba al sur y luego al norte, ambas partes tenían perseguidores y perseguidos. Ya los perseguidores volvieron las riendas, y los perseguidos se lanzaron contra ellos ...

Yeseney en un instante comprendió la situación. Kenasary tenía cinco veces menos jinetes, pero eran sarbazy para quienes la guerra se hizo cosa habitual. Y sus dzhiguites ayer se dedicaron al trabajo pacífico y, a pesar de su mayor número se amontonaron en vano, no se dieron cuenta de que tenían que avanzar en la formación desplegada, garantizando la seguridad de los bordes. En desorden común choques encarnizados se encendieron allí, donde se encontraban los más valientes, bien conocidos por fuerza y ​​agilidad, batyr y lanceros.

Yeseney tampoco pudo tomar el mando... Fue fuerte, intrépido, pero nadie le llamara comandante. Sin embargo, sabía qué hacer. Para empezar corrió de una línea del combate a la otra, lanzando un grito de guerra de los kerey, su común urán:

- ¡Oshibay! ¡Oshibay! ¡Oshibay! Que sepan sus dzhiguites: Yeseney está aquí con ellos, eso les dará aliento y ​​ firmeza. Animó a cada batyr, que encontró y luego entró en el centro de la pelea, hizo a los sarbazy retirarse, sin olvidar mirar al mismo tiempo, dónde, en que bosque o valle se flaqueaban sus hombres, y de inmediato venía en apoyo. Cinco o seis batyr, que le seguían, arrastraban a los kerey-uak. Ahí, donde se encontraban, el enemigo se vio obligado a retirarse.

El sol salió al mediodía, y los caballos de ambas partes se cansaron. Las flechas en sus aljabas se agotaron. En un salto, encabezado por Yeseney, los cincuenta hombres de Kenesary se encontraron en el cerco y se vieron obligados a rendirse.

Cuando se dispersaron, resultó que de la milicia de Yeseney cayeron prisioneros tres veces más ... Todavía se podía ver cómo los llevaban codo con codo... Sobre todo se dejaron coger los que trataban de atrapar a los caballos que quedaron sin dueño.

En esto fue herido mismo Yeseney. ¡Por casualidad, tontamente! Se lanzó para detener a sus dzhiguites que huían del campo de batalla y con ellos intentó recuperar a los prisioneros, pero la flecha se clavó en el cuello de su caballo, y el caballo cayó. Boca abajo, rasguñandose la cara cayó también Yeseney. Secándose la sangre, tomó la rienda da manos de Bekentay-batyr que estaba junto a los caballos de turno, puso el pie en el estribo del caballo fresco, y una flecha enemiga le alcanzó, se clavó entre omóplatos. Yeseney agarró la melena, incapaz de moverse ...

Musrep, Sadyr y Artikbay que lucharon junto a él, le rodearon y comenzaron a curarle con un método antiguo y probado. Primeramente sacaron la flecha, y luego mojandola en la sangre que chorreaba de la herida, celebraron un rito “ushyk-tau” para echar una enfermedad.

Sonó un hechizo:

- ¡Ushyk! ¡Ushyk! ¡Ushyk! ¡Ayuda a curar, profeta Yusuf! ¡Ushyk! .. ¡Ushyk! ¡Ushyk! .. No son nosotros quienes curan, sino el negro baksy[24] de Alday! Ushyk! Ushyk! Ushyk!

Musrep ordenó:

- ¡Vamos! ¡Al médico, en Stap! ¡Bekentay! ¡ Encabestra el caballo del bey!

Bekentay adelante, Musrep y Sadyr apoyaban a Yeseney en la silla de ambos lados, Artikbay-batyr le protegía por detrás.

-¡Oybay, cuidado, al paso, al paso ... - gimió Yeseney, de sitio echaron los caballos al galope.

Ir al paso significaba hacerse pricioneros. Musrep gritó:

- ¡Galopa, Bekentay! ¡No te pares! ¡Galopa! Los sarbazy que se retiraban notaron que Yeseney abandonaba el campo con los más peligrosos batyr, y se animaron, comenzaron a envolverlos, y una parte los alcanzaba por detrás.

El asunto podría acabarse mal, pero, afortunadamente, llegaron a tiempo escuadrones de cosacos del Stap. Los cosacos se dispersaron en ​​cadena, algunos de ellos tenían picos en las manos, los rayos de sol se reflejaban en sables desnudos ... Los sarbazy, que casi alcanzaron a Yeseney y sus batyr, empezaron a atrasarse con cordura, pero al fin silbaron en el aire unas flechas de despedida. Una de ellas alcanzó a Artikbay-batyr, que seguía galopando por detrás, justo en el sacro ...

Ne tenían tiempo para pararse y celebrar un rito ushyk-tau ... En marcha sacó con su mano la flecha, la tiró en la tierra y continuó apresurando el caballo, sin prestar atención al dolor. No dijo ni una palabra de que estaba herido antes de reunirse con los cosacos. Incluso - como si nada hubiera pasado, en ruso saludó al sótník[25]: "Dyrasti ..." Y sólamente cuando Yeseney y todos ellos estaban a salvo cayó de la silla de montar.

A Yeseney y Artykbay los llevaron en albardas de camello en Stap y metieron en un hospital militar. En un mes Yeseney volvió a casa a caballo. A Artikbay-batyr no le dejaban ir durante seis meses, y llevaron al aúl en un trineo. Desde entonces, y para siempre sus dos piernas se quedaron sin vida - incluso con la ayuda no podía dar ni un paso. La gente decía que si no había sacado la flecha él mismo y la tirado en la estepa, si con la misma flecha sus compañeros habían celebrado un rito de la expulsión del dolor - ushyktau, entonces no habría perdido las piernas. Ya que Yeseney también fue herido, pero para él todo se terminó con felicidad...

Yeseney este mes estaba en el hospital, pero no estaba ocioso. Tenía planes secretos, que estaban a punto de cumplirse después de que rechazaba a Kenesary un buen rato, le resistía obstinadamente y finalmente hizo irse. Kenesary comprendió que los escuadrones de cosacos apoyarían a los kerey-uak en la lucha contra él, y no volvió a molestar a los aúles que no bajaron la cabeza delante de él. Se mudó al sur, de camino a la zona premontañosa de Alatau.

Yeseney se lo atribuía un mérito y pensaba como sería mejor aprovechar sus ventajas .. No por casualidad se fue entonces al aha-sultán, sabiendo de antemano que Genghis no quisiera hacer nada en contra de su familiar ... Los descendientes de Khan no pueden no soñar con el kanate. Genghis Valikhanov no se puso enfrente Kenesary, le permitió saquear mucho tiempo el distrito, permitió con esto una escisión entre las familias kazajas y traicionó los intereses del gobierno ruso ... ¡Si inculca esas ideas al gobernador de Siberia, le quemarán como un plomo fundido! ..

Genghis no  temía en vano - Yeseney realmente tenía un hombre para quien los oídos del gobernador están siempre abiertos. No fue un hombre ajeno - aquel mismo nagashi[26], primo, Turlybek Coshen-uly, un funcionario prominente, consejero del gobernador para los seis distritos de Kazajstán.

Yeseney, para no perder tiempo, mandó por Turlybek, y él vino a Stap. La herida de Yeseney no curaba, supuraba, y sufrido de dolor, acogió al familiar enojado:

- ¿Para qué, se pregunta, correteas por allí, en Omsk? ¿Cuánto se puede soportar que los bastardos tore estén sobre nuestro cuello? ¿Acaso no habéis entendido todavía quién es Genghis? Que ayudó mucho a Kenesary al negarse a ayudarme y oponerse a él. Turlybek contestó con respeto:

Eseke ... Esta opinión se refuerza cada vez más en la oficina del gobernador ... Sin embargo ...

Sin embargo no se atreven a tocarlo, lo que quieres decir - le interrumpió -. ¡Lo sé sin tí! Entonces, dejadme las manos libres. ¡En cinco días, le llevaré en Omsk, atado, él no podría mover la mano!

Un graduado del seminario de Omsk, habitante de la ciudad no sólo por ropa – terno negro, cuello almidonado - Turlybek, a diferencia de un testarudo y altanero estepario Yeseney, era  hábil como un caballo de encuarte... Sabía lo que valía Genghis, quería ayudar a su primo, a quien corría obligaciones , pero algo era superior a sus fuerzas.

Conocía a fondo la situación en Omsk. Sabía que desde entonces cuando dejó de existir el kanate y fueron creados distritos encabezados por aha-sultanes, la primera gran prueba para el gobernador era la rebelión de Kenesary. Turlybek no ocultaba su actitud negativa a Kenesary e insistía en acciones decisivas, pero no encontró apoyo. Algunos altos funcionarios sinceramente consideraban salvajes pérfidos a los kazajos, con quienes no se podía contar, y por eso no se atrevían a poner fin de una vez a todos los privilegios de la familia de Khan, privarla de toda esperanza al retorno al pasado.

Turlybek comprendía otra cosa también: Kenesary quería aprovechar el descontento de simples kazajos, hacerlos proclamarle Khan. Yeseney, echado incapaz boca abajo, reprendiendole, pretendía utilizar la negativa de Genghis a oponerse a Kenesary para conseguir el título de aha-sultán.

Sabía más. Para protegerse del rival, Genghis tenía intención de destituir a Yeseney en las próximas elecciones, elegir al otro bey, más complaciente y tratable. Al otro, a pesar de la victoria de Yeseney sobre Kenesary. A pesar de que las acusaciones de duplicidad y perfidia de Genghis indudablemente eran justas ... Por desgracia, sería difícil impedirlo. Genghis gozaba del respeto del gobernador. Aquél riendose, citaba a Shakespeare, exactamente de Genghis - pasa la noche en borracheras, y luego descansa todo el día en cama ... ¡Tal vez no necesitaban al otro aha-sultán!

El asistente de Genghis mayor Bergsen se quejaba de él, enviaba relaciones de que el cuartel general de aha-sultán lo visitaron enviados de Kenesary, al caer la noche hablaban lejos del aúl, intercambiaban presentes de valor que demostraban el respeto mutuo y la comprensión. Pero dudas, descontento, incluso pruebas directas - todo se hizo cenizas, se estrelló contra la roca sólida. Era superior a sus fuerzas de Turlybek destruir o aun sacudirla. Por todas seguramente ganaría Genghis. Yeseney sería echado, perdería su puesto de bey. No se haría aha-sultán - un hombre de estepa, menos ducho, un hombre de otro círculo ...

Pero Turlybek no lo dijo a Yeseney, pensó que no era necesario. Aquél, boca abajo como antes, apoyando su barbilla en su mano fuerte, continuó con su imperioso bajo profundo:

- ¿Para qué te enseñó ..? ¡Podría encontrar al otro huérfano y enviarlo en Omsk! Demuestra que no era en vano! Genghis está al borde del abismo, es necesario empujarle un poco. Sé cómo hacerlo, pero me veo obligado a estar acostado aquí y hasta no puedo levantar la cabeza!

¡En otro caso se derrumbaría el shanyrak[27] de Genghis de un golpe mío!

Yeseney en ardor podía decidirse a hacerlo. Al fin los cosacos de Stap le ayudarían ... ¡Consideraban todo como "horda! "Bari bir" - decían. Que Kenesary que Genghis ... Turlybek lo entendía bien. Decidió tratar de calmar las pasiones, guardar a Yeseney y Genghis. Después de todo, si se malquistaban, no habría paz en el distrito, aunque Kenesary, al parecer, no tenía intención de volver.

Turlybekov dijo con seriedad:

- Eseke, el momento ahora de hecho es favorable. En Omsk le aprecian a usted. Creen que no fue Genghis sino usted, quién mantuvo el distrito de Amankaragay, no le dejó unirse a la rebelión. Hace poco visité al Gobernador General, recibí permiso para visitarle a usted. Me pidió saludar de su parte a Yeseney Estemesov ... También dijo, que no olvidaría sus méritos y reflexionaba que honores rendir a Yeseney ...

Cuando Yeseney lo escuchó se animó y dijo tranquilamente:

- En la comisión de fronteras deja un informe de mi nombre. Detalladamente, no escatimando palabras describe mis combates durante tres años contra Kenesary. Subraya que le puse en un callejón sin salida, y tuvo que irse. Le eché. Tendrá que pasar el invierno en Betpak Dale, no reunirá fuerzas más para volver aquí! Es como su padre ... Kasim era un fámulo de Khan Jiva y diez años luchaba contra los rusos. Éste sigue el camino de su padre y lo seguirá más... - Yeseney hizo una pausa, seguro de que Turlybek era su deudor y trataría de cumplir precisamente su voluntad, continuó: - No diré nada más... Sabes que sería mejor decirle al gobernador. Para mi será suficiente - el mejor honor para mí, si derribas a Genghis!

Turlybek se despidió y estaba para salir, pero para ver a Yeseney entró zhuzbashy – sótník de los cosacos Kotsuh, y con él - Tlemis, un joven que vivía en Stap y en ocasiones actuó como intérprete.

Aman, Yeseney-Bey Estemesovich – le saludó Kotsuh en kazajo, llamando, sin embargo, a Yeseney por nombre patronímico, añadiendo a su nombre "bey" que sonaba muy honorable para los turcos, como oyó.

Aman, Yefim-tore Kotsuk, aman, - respondió Yeseney. De veras no podía pronunciar la letra "c" en el nombre del sótník o lo hizo a propósito, pero aquél tal vez no se daba cuenta del significado de la palabra, que insultó a muerte su méntula, o hacía como que no se daba cuenta...

Bueno, Yeseney-Bey, ¿se puede dar por concluido el asunto con maldito Kenesary? ¿Crees que no volverá?

¡No! ¡Qué va! ¿Cómo puede volver si mismo Yeseney empezó y Kotsuh acabó?

Tenían algo parecido - atrevimiento, quizás, y por eso gustaban uno al otro, compartían sus secretos e intenciones, y cuando a uno le faltaban palabras en ruso, y al otro - en kazajo, les ayudaba Tlemis.

- Entonces, no vendrá más? - Yeseney quería continuar hablando de la derrota de Kenesary. No tuvo tiempo para disfrutar de la victoria, - Da pena que me hirieran ... Te lo habría tirado con un lazo yo mismo!

El sótník, asintiendo con cabeza escuchó a Tlemis y se inclinó hacia Yeseney:

- Si intenta meterse así será ... ¡Pero no tendrá ganas, probó a nuestros sables cosacos! Es una lástima que llegáramos tarde ... Mi cosacos abandonaron el segazón, desenvainaron los sables y fueron ... ¡Y fueron! Tlemis con ellos, después rebuscó todos los alrededores - cuatro días viajaron y regresaron anoche. En esta ribera de Ishim ni un alma quedó, todos se dispersaron. El día antes de ayer mis hombres cruzaron al otro lado, corrieron casi cuarenta verstás.[28] No hay nadie. Los ancianos-inválidos, viejas repiten que Kenesary se fue al sur ...

- Has dicho primeramente que no hay nadie ahí ...

- Quiero decir que no hay nadie quien pueda tomar las armas, Yeseney-bey ...

La conversación continuó, pero Yeseney contestaba lacónicamente, no estaba pensando en el sótník sino enTlemis.

Una vez, cuando Tlemis sólo tenía diez años, Yeseney ordenó azotar a su padre quien se obligó a pacer cerdos en stanitsa. El muchacho estaba como clavado, y cuando su madre, sollozando, se arrojó a los pies de Yeseney para doblegarle, su hijo la hizo levantarse y la llevó a casa. Yeseney fue seducido por lo que una hermosa mujer se echó a sus pies, la firmeza del chico también le impresionó - perdonó cinco golpes ... El dueño de aquel casa era poco atrayente, y su esposa atraía las miradas de hombres. “Este cerrado de mollera no es padre del chico – pensó Yeseney -. El padre es cherqués-joyero de nariz aguileña, que a menudo visita el aúl ... Por lo visto, no pudo resistir, fue seducida por el brillo de broches y el repique de pendientes ...”

Muchos años pasaron, y Tlemis – ahora dzhiguit muy adulto – de veras se parece al caucásico, no se puede ocultarlo. Vive en Stap y no habla ruso peor que kazajo.

Por su cara Yeseney veía que Tlemis no había olvidado de la azotaina, a que sometió a su padre.

¿Los padres están bien? – le preguntó amablemente, Yeseney.

El padre murió y la madre está bien – Tlemis contestó impasiblemente. Yeseney continuó:

Pronto en Irbite será una feria ... Como ves, estoy acostado, no puedo levantarme. Tal vez te quedes en mi aúl y visites esta feria? No tengo nadie a quien enviar .. – suspiró.

Que sea así, Eseke – Tlemis consentió, sin demostrar entusiasmo, sin embargo, y sin expresar agradecimiento - ¿Cuándo desea?

Sería bien no más tarde que en dos días ya estás en el aúl. Observarás tu mismo que ganado seleccionar para la venta.

Bueno, Eseke ...

- Antes de irte visítame. Tlemis asintió.

Pero el sótník no terminó su conversación:

- Yeseney-bey Estemesovich ... Mañana voy al cuartel general de aha-sultán. Hay que volver a los cosacos, que tiene en su guardia. ¿De quién protegerle ahora? Y las mujeres de cosacos no me dejan vivir, se enfureciron sin sus maridos .. . ¡Sin embargo, nuestro gobernador es un extraño! Ordena luchar contra un sultán, y al otro ordena proteger. ¿Lo entiende algo? Después de todo, ambos son ... Están enviando constantemente mensajeros uno al otro, se intercambian cumplimientos... ¡En este viaje voy a meter a aha-sultán a algún sitio un ají!

Yeseney se desternilló de risa, a la vez gimiendo de dolor. Tembló su cabeza morena como un gran caldero de tamaño, voló por debajo el plumón de la almohada.

- Métele un segundo ají de mi parte, - dijo. Un mes más tarde Genghis se movió del cuartel general a su aúl. Le preocupaba poco que en aquel momento el distrito se quedó sin control. Y la gente en el distrito se preocupaba poco por el aha-sultán, esperando que no regresara nunca.

Así fue hace quince años ...

4

Y ahora Yeseney lo recordó todo confusamente, pero claramente. Incluso apresuró su caballo, como si huyera de nuevo, herido, de la persecución... Le dolió una cicatriz accidentada entre los omóplatos ... En aquel momento su fama era fuerte y constante, y él era vivo, fuerte, seguro de sus decisiones, y del extremo de su látigo goteaba sangre más de una vez. Y ahora andaba por los sesenta años... El tiempo de la reflexión, el arrepentimiento, la beneficencia, cuando no debería permitir la violencia y la injusticia ... ¿Y qué pasó? Ansió el territorio suntuoso, donde se estableció para el invierno su primer amigo, que una vez le había cubierto por sí mismo de las flechas enemigas. ¿Sería suficiente un caballo alazán que Kenzhetay llevó al batyr como la compensación por el insulto? ¿Sería suficiente compensación? Sin embargo, mañana estará claro. Mañana visitará a Artikbay. No es agradable justificarse y culpar de todo a Musrep-cazador, en las palabras de quien creyó, como si el territorio no perteneciera a nadie ...

Viajaba a un nuevo campamento cerca del lago. El lago al oeste y al sur estaba rodeado por el bosque de abedules y abelas. Al norte y al este se erizó un matorral de mimbrera y codeso, bajando por la cañada en la estepa. Al borde el lago estaba densamente cubierto del juncar y el hielo no logró cubrir la superficie limpia, el viento la rizaba un poco como si se pusiera carne de gallina en espera del invierno cercano.

¡Estaría bien pasar el invierno aquí! Los bosques están llenos de fieras. El agua en el lago es dulce, no salada. El combustible está a mano, el ramaje seco como se pide. Hay donde refugiar el ganado. No va a pedir nada. Estaría bien si Artikbay-batyr se adivinara proponerle poner al menos un de los cuatro koses.

No muy lejos de la orilla, protegidos del viento con árboles, estaban dos yurtas blancas y tres negras. El trineo con patines de madera sin recubrimiento de hierro levantó pértigos, en otro local estaban puestos arneses y sillas. Cerca de la yurta blanca más grande, donde vivía Yeseney, había dos perreras para perros de raza árabe, los mismos a quienes entrenó Musrep-cazador.

Los perros no ladraron cuando llegó, no hicieron mimos al dueño. Sólo salieron, se estiraron y le miraron esperando lo que iba a suceder después.

Yeseney no se puso a ocuparse de ellos, se fue a su habitación. Apoyando en la almohada, escuchaba si no regresara Kenzhetay. ¿Por qué se demora? Entregó un caballo - y ya está.

Kenzhetay regresó por la noche.

¿Cómo pasó? – preguntó Yeseney sin mostrar impaciencia.

Arrendó a Musbel junto a la yurta del batyr. Está muy contento.

¿Y que dijo?

Dice – “No sé de quién es la culpa ... Ulpánzhan ... Creció y nadie le contradecía. Hacía lo que quería. ¿Quién sabe lo que le dijo a usted. Si Yeseney envió un caballo puede ser que no es por culpa sino por generosidad, vieja amistad.” Además dijo, que Allah le bendiciera ...

¿Y cómo está? Tal vez, en cama, no se levanta?

No se levanta... Dicen que a veces pide abrir la puerta y así, sin levantarse, tira con el arco en el viejo álamo. A cien pasos. No le dije nada, él mismo le invitó para mañana. Dijo que tal vez hubiera olvidado el gusto de las baursakes[29] que cocinaba su zheneshe[30] Nesibeli.

Yeseney se quedó en silencio. Por todos sus asuntos, lucha, entretenimiento en trece años su caballo no pisó en el umbral de Artikbay-batyr ...

- ¿Qué dijo más Arteke ..?

Kenzhetay no quería mucho reproducir una conversación, que recordaría a Yeseney una vez más de su falta, pero no podía ocultarla, a sabiendas de que iba a ir allí ... Artikbay le preguntó a su hija que le había pasado con Yeseney, por qué le dejó un caballo amblador en señal de su culpa - ¿qué culpa? ¿Por qué Yeseney no sólo lo devolvió, sino envió un caballo más?

Ulpán explicó: “Les dije que nuestra región Karshygaly era suficiente para que el ganado de diez aúles sibanes pasaría el invierno y no era suficiente para los koses de Yeseney. Entonces me acusaron de que hablé con insolencia. No discutí, dejé la rienda y me marché. Si Yeseney devolvió un caballo y envió su caballo más, se hizo responsable!”

Yeseney preguntó si no vivía pobre la familia de Artykbay y al parecer, se quedó contento de que  no viviera pobre. No se notaba la riqueza especial, pero todo lo necesario estaba en la casa. Y en la rejilla dentro de yurta estaban fijadas picas - largas y cortas, arcos y aljabas con flechas, sable en la vaina, armas que fue la gloria de Artikbay-batyr ...

Yeseney no se enteró de todo lo que quería saber, pero en cualquier caso, consideró que, por primera vez era suficiente. - Bueno, - dijo -. Vamos, es hora de rezar ... Kenzhetay no era sólo maestro del arnés, sino también imán, o más precisamente - soplete. Pronunciaba oraciones como cantando e Yeseney las repetía para sí, sólo moviendo los labios. No pudo – en toda su larga vida - aprenderlas de memoria. Tal vez no se esforzaba - recordar cuatro diferentes pronunciaciones de la letra "a", tres de la letra "c", dos tipos de la letra "x", la letra "г" diferente en dos casos... Por lo tanto estaba cerca Kenzhetay, pronunciando cada palabra, pero repitiendo tras él Yeseney convertía aquellas palabras en Dios lo sabe que ...

Quizás Yeseney realizaba namaz con tal aplicación - cinco veces al día, como Dios manda a un piadoso musulmán, por que había muchos pecados sobre su conciencia.

Especialmente le pesaba uno, ya que después su vida estaba en decadencia, a pesar de su poder, influencia, riqueza ... Una vez quitó la tierra y echó en una lejana desierta estepa al pacífico y pobre aúl Nuraly que estaba situado junto a los pueblos rusos. Los aksakales de este aúl le imprecaron con una terrible maldición, y al año siguiente los dos hijos de Yeseney murieron en un día de la viruela negra.

Al enterrarlos, Yeseney a casa notó que su cuerpo picaba y comenzaba a encostrar. Fue al final del verano, pero los días eran bochornosos. Yeseney, sin perder un minuto, montó a su caballo y se dirigió al lago Aulie-kol - un lago sagrado, salado, famoso por sus propiedades curativas. Dejó la ropa en la orilla y se sumergió hasta los ojos en agua. Ordenó a los suyos que trajeran yurta y kumis, y horas enteras estaba en el lago. Demostró una paciencia inimaginable - no tocaba las costras, no se rascaba ya que el comezón de la viruela negra puede volver loco al hombre! No admitía a los curanderos, no pedía a los molás rezar por su salud.

Era difícil decir si tenía el agua santa del lago propiedades curativas o no, pero Yeseney recuperó. En recuerdo de esa prueba difícil en su cuerpo quedaron manchas grandes como cinco kopeks.

La maldición del hostil aúl no cesó de traer desgracias. Aquel año su esposa cesó de dar a luz. Yeseney se sometió a su suerte, se resignó al hecho de que no tendría herederos, y inclinó su cabeza orgullosa sobre la alfombra para namaz, esperando que tal vez Dios oyera sus oraciones. Y ahora, por la tarde, volvió a recordar las palabras aduladores de imprudente Musrep-cazador: “¡Una vez pasarás el invierno y Karshygaly será heredado por tus hijos y nietos!”

Yeseney no podía concentrarse en oración, no le venían al pensamiento las palabras árabes melodiosas. Y sin terminar la oración, se levantó – tiene intenciones limpias, y Dios le perdonará.

Aunque ayer se acostó tarde y hoy se levantó antes del amanecer, Yeseney no podía dormir. Como una serpiente se metió en yurta una inquietud vaga, ambigua para él. Primeramente se predisponía que era el remordimiento por la ofenza involuntaria, que hizo a Artikbay. Pero el segundo Yeseney, que a veces observaba al primero y le decía que nadie más se atrevería a decir, incluso Turkmeno-Musrep, le interrumpió: "No mientas a sí mismo, Yeseney ... Todo resultará bien con Artikbay mañana ... "

¿Qué es entonces? .. El presentimiento de algunos cambios, no se puede decir - felices o tristes. ¡Basta! ¡Si echar ese presentimiento en varias largas jornadas a caballo! Le pareció aún que lo consiguió y con alivio se acostó de costado y cerró los ojos, llamó en ayuda de Dios ... Pero - no. Se imaginaba los ojos del camello de un año, escondidos del sol por las pestañas largas ... A continuación, en el prado verde aparecía de detrás del bosque una brusca yegua blanca como la nieve, y bizcando alegremente con el ojo negro, no se dejaba acercarse ...

Yeseney tenía calor, y para distraerse de las visiones obsesivas, empezó a reflexionar, a donde, enviar caballadas, contó perros de caza, caballos de carreras de monta necesarios para la caza de invierno ... Pero nada podía calmarle.

Recordó como había visitado - la única vez - a Artikbay-batyr. Sí, hace trece años. Yeseney, saludando al dueño con gritos fuertes, entró en su yurta, y al encuentro corrió una chica asustada de unos cinco años... La pobre tal vez no sabía que en la tierra había gente tan grande, y su voz probablemente le pareció trueno.

Tres días no se atrevía a aparecer junto a la cama de su padre, solamente miraba por la ranura y desaparecía instantáneamente, cuando la llamaban. La vez pasada Yeseney regresaba de una feria de Irbit y no vino con las manos vacías. Le regaló buen caballo, dos yeguas con potros, camello cargado con fardos de té y azúcar, orejones, pasas, vestidos y ajuar.

Los pasas y orejones, collares brillantes hicieron su trabajo. Ulpán se acostumbraba a Yeseney. Todavía le parecía grande, pero no tan terrible. En su bolsillo siempre había caramelos ... Y no los ahorraba, por más que pedías... Tenía la cara morena picada de viruelas, pero cuando la miraba la cara era buena.

Ulpán se hizo amigos con él.

¡No le dejaba en paz, incluso en los momentos de namaz! Subía por detrás - de talones en hombros – y empezaba a ordenar: "Me voy en camello muy lejos ... ¡Y te quedas en casa!” Le gustaba mucho – de hecho se balanceaba como en camello. Realizando namaz estaba en cuclillas, inclinándose hasta el suelo, y luego echando atrás la cabeza. “Ahora, enderézate, ahora siéntate, ahora inclínate de nuevo.” Le gustaba que el “camello” cumlía sus órdenes y reía a carcajadas.

Hace mucho oyó Yeseney la risa de niño. Resultaba que había olvidado de que los niños de esta edad eran inventores inagotables, hablaban su propio idioma, podían enojarse por cualquier motivo insignificante y, en seguida, alegrarse impetuosamente de una bagatela.

Ulpán se despertaba tarde - después de un día agotador, y dormía como un tronco. Al despertarse y comer, la tomaba con Yeseney, y en sus oídos sonaba de nuevo su voz: “Ata[31] ... Lee namaz ..” A pesar de que ya había leído las oraciones de la mañana, ponía la alfombra obediciendo. “Primeramente, siéntate ...” Y sentía como por detrás las manos delgadas le abrazaban por el cuello. “Y ahora levántate.”

Una vez, sentada en su regazo, acariciandose, Ulpán preguntó:

“¿Ata, quién te arañó la cara?”

“Me zamarreaba con zarpas un lobo negro cuando era pequeño ... No obedecía, huía del aúl, y me atrapó. Y tú no juegues lejos de casa, ¿Está bien?”

“Está bien, está bien ... Eres negro y grande como nuestro toro en el rebaño”. Creció en aúl y no sabía que en la tierra había leones y elefantes, si no le comparara con ellos.

"No, no soy un toro. No tengo astas. Y no corneo a los niños, si me molestan".

"¡Ah! .. ¡Yo sé quién eres! Eres un bura[32] negro. Pero no tengo miedo. Eres un bura bueno, ¿verdad? "

"Soy bueno ..."

Una vez en la oración Ulpán gimió: "¡Oybay-ay, ata! ¡Me está picando algo! ¡En la espalda! ¡Tal vez una hormiga haya penetrado! "

Bajó, y Yeseney al atraparla, con otra mano enfaldó su vestido, bajó un poco sus pantalones cortos de terciopelo y con uña sacudió la hormiga clavada en su cuerpo, precisamente al lado de un lunar negro un poco más bajo de la cintura.

Una jóven a quien Yeseney encontró en la colina fue misma Ulpán ... ¡Trece años pasaron! La niña-bribón con sus travesuras infantiles, un lunar delicado creció. ¡Ese cazador se proponía azotarla! Si ...  si ... Un lunar negro no podía desaparecer ...

"¡O Creador, que pasa conmigo! La jauli elda-belda, galy bin kazim ... - recordó sin un soplo de Kenzhetay las palabras calmantes de la oración. – Hay que dormir, trataré de dormirme ... "

Le llamaba un bura negro y decía que no tenía miedo. Parece que hoy por la tarde no ha tenido miedo ... Miraba directamente, sin apartar los ojos. Echó en cara su verdad y se fue imbatida. Cuando era una pequeña niña, estaba bien engordada por su madre, y cómo creció, que esbelta se hizo ...

De nuevo Yeseney trató de detener una corriente de pensamientos inquietos, y de nuevo fracasó. ¡Maldito bura, viejo negro bura! .. Mañana hay que hacer una reverencia ante Arteke, consolar al batyr, decir que las caballadas se trasladarán en otros invernaderos y pedir perdón ... Tal vez Ulpán sirva té, ¿quién más? Cuando era pequeña, con que gusto lo hacía, cuando su madre le permitía ocupar el sitio junto al samovar. Sus labios eran encarnados y jugosos, como mayueta, sus ojos brillaban. Afortunadamente, la viruela no tocó su cara. Dios guárdala ...

No puede ser que tal jóven hasta ahora se quedó desapercibida. Tal vez alguien pidiera su mano, sinvergüenza, pagara un rescate de antemano. ¡Un perro! ¡Tal perro nació con tan buena estrella! Una costumbre estúpida de los kazajos – pedir la mano cuando la niña está todavía en la cuna. ¡El batyr empobrecido, débil hace mucho comió un rescate recibido por su hija!

Su madre, Nesibeli era tan hermosa de joven, que no hacía falta buscar mejor. Ulpán le salió por su apariencia, el carácter, al parecer también era de su madre - generosa, alegre, directa. ¡Cómo le sentaría saukele[33], que por primera vez se pone en la cabeza una joven que se ha casado! ¡Con qué dignidad y gracia estaría sentada, revolviendo kumís en una copa esculpida! Habría inmediatamente más luz en la gran yurta blanca.

Se acordó de su esposa, que hace siete años, se separó de él. No había nada que añadir - su  mujer Kanikey también era hermosa, pero fría y maldiciente. Después de elegir bey a Yeseney sin pedir su consejo sin permiso empezó a meter las narices en asuntos ajenos, mandar, causando descontento entre la población, sembrando discordia entre aules .. Consideraba que debería ser así - no era una mujer simple de aúl, era de la familia del bey destacado... Y trataba de hacer todo en contra de Yeseney, reñía con él, se burlaba. Después de la muerte de sus hijos, creyó en el poder de la maldición, creyó que Yeseney había enojado a Dios, y aquél nunca le perdonaría. Y también comenzó a maldecir a su marido. Al final, él se cansó, se hizo imposible vivir juntos, y Yeseney le entregó su parte, la estableció en Kirkoylek y ya siete años contorneaba muy lejos este aúl.

Desde entonces no acercó a sí a ninguna de las mujeres. Se dedicó a su granja, su ganado, caza, llevaba los asuntos judiciales. No tenía familia. ¡Parecía calmarse un bura negro! Pero el diablo- tentador toda la noche le tortura, y si Alá Compasivo no vendrá en apoyo, no le hará entrar en razón, cualquier cosa puede pasar...

Al día siguiente, Yeseney dedicó todo el día al envío de caballadas, y por la tarde dirigió su caballo hacia la yurta de Artikbay-batyr. Con él fueron Turkmeno-Musrep, Sadyr y Kenzhetay. No llevó consigo a Musrep-cazador.

- ¿Te acuerdas de lo que prometiste a la hija de Artykbay? Pagué aip por tus amenazas. Tan pronto como cae más nieve, con tu águila coge dos o tres zorros, llévalos a Arteke como regalo y pide perdón. Hoy no tienes nada que hacer a su dastarhan[34]. Quédate ...

Artikbay-batyr empezó a lucir todo de alegría al ver a sus queridos amigos, queridos invitados.

- Has encontrado entonces un camino a casa de tu hermano! – exclamó. Eres mi león ... Un amigo mío ... ¡Acércate! ¡No puedo levantarme al encuentro! Has recordado sin embargo... - Saludos y reproches - todo se mezcló. Mucho tiempo tenía de la mano a Yeseney y le dejó ir al pegar su mano a la mejilla.

Sus ojos brillaban de lágrimas cuando se dirigió a Musrep.

- Estás aquí, mi Turkmeno ... ¡Libre de miedo! - Él tenía la mano de Musrep mucho tiempo en la suya, como si tuviera miedo soltarla. - La gente dice que protegí de la muerte a Yeseney. Y tú me salvaste la vida, eres mi ángel de la guarda ...

De hecho, se reunieron casi todos - como el día de la batalla decisiva contra los sarbazy de Kenesary. Yeseney, Artikbay, Musrep y Sadyr ... Sólo Bekentay faltaba. El viejo batyr recordó como medio año había pasado en un hospital en Stap. El aúl de Musrep no estaba muy lejos, y cada semana Musrep le enviaba comida casera, kumís. Finalmente, un médico militar con un suspiro dijo que la medicina era impotente. Musrep vino en trineo y en frío crudo llevó a Artykbay a su casa.

 

Mucho tiempo Artikbay saludaba a Sadyr. Estaban llorando y riendo, daban palmadas uno al otro en la espalda. Artikbay le reprochaba de gozo:

- ¡Y tú, mi batyr, un famoso lancero! ¿De veras llegó un día, y te veo otra vez? ¡Oh, viejo verde! ¿Por qué en quince años nunca has arrendado el caballo junto a mi pobre yurta? Pensaba si estarías vivo.

Sadyr se arrodilló junto a la cama y se quedó allí mientras Artykbay saludaba a otros invitados, y después dijo a su viejo amigo:

- ¿Cuando podríamos vernos? ¡Maldito sea todo! Quedaron atrás los días cuando apreciaban a los batyr y sus lanzas. Tu Sadyr hace tiempo cambió su lanza en kuruk[35] y se hizo pastor.

Artikbay suspiró. Sabía bien que la audacia de combate y la riqueza no siempre están vecinas en la vida pacífica. Sadyr, como muchos otros, cayó bajo el poder de larga duración de Yeseney.

Después los visitantes estrecharon la mano a la mujer de Artykbay y sólo echaron un vistazo a Ulpán que estaba junto a su madre. Un breve vistazo, es indecentemente examinar a la jóven. Ella miró de reojo a cada uno y comenzó a trajinar, al agarrar un pulido samovar de cobre, salió.

Llegó la hora a Yeseney de reparar la torpeza causada por la repentina aparición en Karshygaly de sus caballadas.

- Arteke ... - dijo. - Tenemos culpa, pero, créame, no sabíamos que usted se había establecido en esta región. Ya que su campamento anterior estaba un poco más alto.

- Sí, casi a cien kilómetros. Aksuat ... Luego nos trasladamos aquí. Con el tiempo lo contaré. ¿Sabes un dicho? Cuando un onagro cae en un pozo en su oídos se colan sapos. Algo parecido e pasó conmigo.

- Pero en cuanto me he enterado de que usted está aquí, que ocupa estas tierras, envié la mayor parte de caballadas en la dirección de Kusmurun, y otra parte en otros pastaderos.

- Enviaste en vano. Si hay paz y armonía entre personas, el agua en el lago será suficiente para todos ...

- ¡No, Arteke, no! ¡No quisiera pasar por un ingrato! Para que la gente hable que Yeseney quitó la tierra de su salvador.

- Sería mejor si dijeran que Yeseney quería pasar un invierno, y el viejo inválido no le alojó en su hogar ...

- ¡No voy a permitir a nadie calumniarle, Arteke!

- Pues ... Pasarás al lado este invierno, por eso haz sentar a tu hermano mayor en un trineo, llévale en la estepa y muéstrale cómo cazas a lobos. Ya son quince años que me convertí en un perro a la estaca, por lo que al menos tú ahora ... Ordena poner tu yurta cerca de la mía.

Co eso llegaron a un acuerdo. Yeseney se convenció de que un kos podía pasar el invierno en Karshygaly. Artikbay-batyr comprendió que si Yeseney estaba al lado, entonces él también pasaría el invierno sin preocupación.

Yeseney cambió de conversación a la caza:

- ¡Por supuesto, vamos a la estepa! Prepare un arco y una lanza. Me han dicho que usted tira en la puerta abierta - en un álamo inmóbil a cien pasos. Si Dios quiere, su flecha encontrará un lobo en la estepa.

- Vamos a ver ... Lo que tiro a veces en un álamo ... ¿Acaso tengo otro entretenimiento? Paso el tiempo afilando puntas para los picos, haciendo flechas. Si no hay nadie al lado, tiro al blanco. A veces sucede que doy en el blanco, a veces la flecha falla ...

Cuando llegaron a la yurta de Artykbay, ataron los caballos a toda prisa, y Kenzhetay salió para ponerlos en un sitio tranquilo. No van a irse de aquí pronto. De la yurta vecina salió Ulpán con un samovar en manos.

Kenzhetay la llamó:

- Palomita... Deja el samovar, lo traeré... Ella bajó el samovar.

- Mira, dzhiguit ... ¡No me llames palomita! Tengo el nombre - Ulpán. Y ahora, después del té vas a ensillar para mí un caballo bayo, que trajiste ayer. Está pastando cerca – allí junto a los árboles. En un lazo. La silla está aquí....Y ahora lleva el samovar ... - Sus palabras sonaron de tal manera que era imposible no obedecer y Kenzhetay tomó las asas.

Entró primero en la yurta, Ulpán le seguía.

Yeseney notó su aparición conjunta. A Kenzhetay, al igual que a su hermano, le encanta vestirse, es un hombre prominente, joven ... Si Ulpán ... Yeseney les miraba sospechosamente. No, nada ... Kenzhetay no se sentó a dastarkhan, fue inmediatamente a la puerta, explicando:

- Hace falta poner los caballos en un sitio tranquilo...

Artikbay trató de embellecer un pobre banquete bromeando:

-Yeseney-Myrza[36],  nuestras yeguas dejaron de dar leche, y ahora tenemos en casa una yegua alazán llamada “Samovar”. Gracias a Alá, esa yegua en cualquier momento le permite ordeñar. ¡Kaaa-tyyy-nn![37] - en alta voz, como buen amo, llamó a su esposa. - ¡Ordeña bien a la yegua alazán!

Apenas se le escapó de la lengua a Yeseney: "Ten paciencia, ten paciencia, Arteke, todo el invierno voy a darte beber kumís." Pero dijo otra cosa:

- Estamos todos acostumbrados al té, ¡maldito sea! Si no lo bebes por la mañana, te duele la cabeza todo el día. Pediríamos té, si usted no pusiera el samovar. ¿Y los baursakes? .. Hace mucho que no he probado los baursakes de las manos de nuestra querida zheneshe ...

Bebiendo té, Yeseney - cuanto pudo - no miraba a la chica, pero no pudo apartar los ojos. Un gorro de terciopelo carmesí con caracul negro, una pelliza ligera de patas de hurón, cubierta por el mismo terciopelo carmesí, pantalones de terciopelo carmesí. Calzada con botas de becerro de tacones altos y por encima - chanclos de cuero, llamados en estos lugares "kavush". Toda su ropa estaba un poco arrugada, estaba claro que la sacaban del cofre en ocasiones especiales.

Servía té sin levantar los ojos en los invitados. Sólo se podía ver las manos y la cara ... Parecía ser de las chicas modestas que no ostentaban su belleza ... ¿O entendía que la belleza oculta afectaba más a los dzhiguites? Por detás de la trenza apretada y gruesa blanquecía el cuello. Sus manos eran firmes, ágiles, acostumbradas al trabajo.

Yeseney suspiró, se volvió, pero la echó una mirarda de nuevo. Adulta ... Ahora no va a pedir que le retire una hormiga clavada ... Toda la noche se contenía: "¡No te rabies, un bura negro, no te rabies ..." Repetía esas palabras para sí, como un hechizo, pero producían poco efecto. Ulpán estaba delante de él - en realidad, aún mejor que en sus visiones de noche inquietas, y Yeseney dos veces dejó sin respuesta las preguntas de Artikbay.

La primera quien notó su estado fue la madre de la joven - Nesibeli y se le oprimió el corazón. A Musrep no se le escapó tampoco. Algo va a pasar ... Y sólo en la cara de Ulpán no había sombra de inquietud.

Cuando terminaron beber té, Ulpán puso el samovar a la pared y salió de la yurta.

La yurta inmediatamente ze hizo vacía - como si no quedara nadie. Yeseney comenzó a añorar. ¡Por desgracia no venían palabras sencillas e informales para romper el silencio embarazoso! Se podría contar bromeando cómo ella llegó en la colina, vestida de dzhiguit, con qué orgullo tiró a Kenzhetay la rienda de su caballo. No tuvieron tiempo de pensarlo, cuando ella ya estaba montada a otro caballo y se alejaba a galope ... Eso haría reír a todos. Puede ser, Ulpán sonreiría también, añadiría algo que pensaba ayer – logró o no engañar a Yeseney y sus compañeros con su apariencia. O tal vez no dijera nada, sólo echara una mirada centelleante... ¿Cómo que Yeseney-bey no se dió cuenta a tiempo sacar esta conversación? La razón de su torpeza es la edad ... ¡De todos modos tiene casi sesenta años!

Ulpán no estaba mucho tiempo. Yeseney se daba de cabezadas para inventar algo que la haría volver a los huéspedes. Gracias a Alá, Kenzhetay estaba aquí con todos y no daba vueltas fuera como si para poner los caballos en un sitio tranquilo... Yeseney le miró:

- Kenzhetay, harías bien en cantar al batyr ...

- ¡Barekelde![38] - aprobó la solicitud el dueño. En la familia de Turkmeno-Musrep poseían la maestría de cantar, sabían extraer del sybyzgy sonidos maravillosos, hacer alegrarse, reflexionar y llorar al dombra... Pero no había dombra en la yurta de Artykbay y Kenzhetay dobló un látigo para que las manos representando la melodía inaudible ayudaran a la canción.

Cantó "Slushash":

En un gorro de cebellina una joven,

y en la niebla no se perderá el dzhiguit,

no se perderá -

encontrará el camino a su amada.

No le verán los vigías

que Kantay ha colocado,

que no sabe lo que se tiene

en la región de Turgay de oro!

Pero la más preciosa es

Slushash -

su hija, ante cuya belleza

el sol se oscurecerá,

y la luna se descolorará...

La voz de Kenzhetay sonaba con penetración, pero no era sólo su voz - daba un sentido emocionante a cada palabra, por un instante en la yurta de Artykbay apareció un valiente y enamorado dzhiguit que no tenía miedo del peligro, y altivo en su riqueza Kantay-bey, y una joven en la niebla, que ocultó el aúl de su padre ... Nunca ha sabido Slushash qué es hambre, que significa cuando un viejo vestido se rompió y no hay nuevo ... Pero tampoco ha sabido que es felicidad ... En la tierna infancia se tomó los dichos y su padre recibió un rescate por ella - una gran cantidad de ganado. El novio resultó poco atrayente, débil y daba asco a Slushash. Las miradas apasionadas que la echaba un dzhiguit llamado Altay no la dejaron indiferente. No era hijo de bey, no era rico - pero sólamente con él Slushash podría encontrar la felicidad ... Sólamente con él ...

Puede ser que la canción impresionó tanto al auditorio porque la pena de los enamorados se convirtió en la pena de Kenzhetay, con ellos esperaba y sufría que se malograron sus esperanzas.

Los gansos vuelan en otoño -

Slushash quisiera volar con ellos ...

Slushash tiene un novio no amado,

un novio detestado...

El querido -

nunca será su novio!

Su pena es tan pesada,

Ni siquiera un camello negro pueda levantarla...

El padre se alegra -

al vender a su hija, multiplicó

sus manadas y rebaños.

Artikbay suspiró y dijo, como si compartiera sus propias desgracias:

- Oh, el rescate, el rescate... ¡Qué de cosas hace con la gente!...

Y se quedó en silencio. Los demás se quedaron en silencio también, apenandose por la suerte de la joven. Kenzhetay cantó de tal manera que nadie podía quedarse indiferente.

Afuera, se oyó la trápala – los caballos galopeaban. La trápala se acercaba. Al oído había muchos jinetes. Los perros empezaron a ladrar. Se oyeron los gritos rudos de hombres.

Kenzhetay arrancó una lanza de la pared y salió corriendo. Era difícil esperar de Sadyr-batyr - anciano, corpulento, tal rapidez con la que agarró una lanza y se dirigió a la salida, pero se detuvo: algunas personas se dirigían en la yurta.

Ulpán primera se irrumpió, apenas brilló el faldón de su pelliza carmesí. Resoplando, se detuvo a la cabeza de su padre y se apoyó contra la pared. Tres entraron corriendo. Por delante un hombre en un malajay[39] de zorro, su bigote se erizaba como de un gato. El viento levantó las llamas en el hogar casi hasta el shanrak[40].

El Bigote de gato ordenó:

- Arrástrala en la calle! Pensaba escaparse de nosotros ...

Pero Sadyr gritó a plena voz: - ¡Tú, zoquete! ¿A quién quieres arrastrar? ¿Ah? -  la punta de su pica casi tropezó con la barbilla. El dzhiguit como si se ahogara con el agua, su garganta hizo gluglú.

- ¡Siéntate!

Mientras se sentaba con humildad junto al fuego, Sadyr con la punta de pica enganchó un malakjay de zorro y lo echó al fuego. Otros dos dzhiguites que ya tendían sus manos a Ulpán, también quedaron inmóviles, sin tocar a la joven. Manejando fácilmente una lanza, Sadyr les hizo sentarse al lado del primero.

Turkmeno-Musrep no intervenía. Intervenir significaba ofender la dignidad de batyr de Sadyr que se consideraba capaz hacerlo sin la ayuda de alguien. Con ellos unió a dos más. Aquéllos, por lo visto, al oír el ruido, decidieron ayudar a sus compañeros.

Contento de sí mismo – desde hace mucho no se vio obligado a emplear su fuerza y habilidad - Sadyr al terciar una lanza, no quitando los ojos de los prisioneros, pidió a Nesibeli, que estaba al lado de Ulpán, agarrando la mano de su hija como si fuera pequeña:

- Saca el koguén[41], dámelo...

La gente poco acomodada suele tener toda su riqueza a mano - Nesibeli entregó una cuerda a Sadyr.

Con una lanza quitó gorros y uno por uno puso lazos de pelo en sus cuellos. Con mucho gusto lo hizo con aquél quien entró primero y se portaba como su jefe. Aquél no se oponía, solamente temblaban sus bigotes de gato.

- En casa representate un héroe, halcón descarado - murmuraba Sadyr -. Te pegaré cuarenta azotes – medio año no podrás montar a caballo... ¿Qué das vueltas? ¿Hacerte cosquillas con una lanza? Quemaré tu cabeza Dios mediante en el fuego ...

Sadyr les ponía tibios de intento. En la lucha siempre hay que echar pestes al enemigo y toda su familia, sacar de quicio, entonces se irá del seguro – y la victoria será tuya!

Sadyr puso lazos a todos los cinco y fijó los cabos en dos lados opuestos de la yurta, se alejó un poco, apoyandose en una lanza, admiró su obra.

- Así es, mis corderos ... Sentaos tranquilamente. ¿Escuchad la decisión de sabio Yeseney-bey!

Ya de por sí agacharon las cabezas. Encontrarse en tal lazo al caer prisionero en la guerra o estar detenido por robo, se consideraba como la humillación más grave. No menos que volver en aúl sin caballo... Tal dzhiguit perdía para siempre el respeto de sus parientes. Sin embargo, este método de castigo se aplicaba raramente en aquel entonces, pero Sadyr estaba demasiado enojado. Ahora, al enterarse de que Yeseney estaba delante de ellos, los prisioneros se abatieron.

Yeseney volvió hacia la cama de Artykbay:

- ¿Quiénes son, Arteke? ¿Los conoce? Artikbay hizo un gesto con la mano:

¿Cómo no conocerlos? Son mis casamenteros. Son ellos quienes arreglaron matrimonio de nuestra Slushash ... - Miró a su hija -. Ay, la pobreza ... Pensé emparentar con un mercader llamado Tulen, su aúl está cerca de Baghlan, sabes, dónde celebran las ferias de Pokrov... ¡Esperaba que Ulpán viviera en la abundancia! Pero su hijo resultó débil y poco atrayente, como cantó Kenzhetay ... Tiene enfermedad de huesos, está para el arrastre. Tal vez, la tisis.. Ulpánzhan se negó en rotundo casarse con él. Entonces - lo has visto - irrumpieron en mi casa para secuestrarla. Se alegran de que no puede protegerla.

- Es suficiente, Arteke, basta lo que ha dicho - Yeseney le detuvo -. Vimos todo lo que pasó después. Sadyr, lleva a los casamenteros a tu campamento, pasarán la noche allí ...

Sadyr seguía disfrutando de la victoria. Por primera vez en quince años después de los disturbios de Kenesary brilló su lanza. Por primera vez en quince años, capturó a tantos prisioneros. ¡Bravo, Musrep, no intervino y le permitió mostrar su fuerza! Yeseney también decidió con sabiduría. La noche es larga. Se puede hacer salir cien veces por uno a esos descarados de la yurta, a donde los empujará de puntapiés, y dar una azotaina a cada uno. La mano no se cansará. ¡Que por la mañana el bey decida lo que quiere!

Sadyr les quitó lazos, ordenó montar a caballos - dos personas a cada uno. En la yurta había cinco, dos quedaron para cuidar de los caballos, ellos tampoco se atrevieron a resistir. Seis estaban montados en tres caballos. Él dió las riendas al séptimo y los arreó adelante.

El hijo de Tulén – Murzash, a quien estaba prometida Ulpán, llegó el año antepasado en primavera fragante. Para entonces Ulpán se resignó con su suerte y la voluntad de Dios. Dejó de deliberar consigo misma de amor y odio en la vida de una joven. Aún quería ver al novio.

Salió de una cortina azul. Levantó los ojos y apenas se hizo atrás. El novio despedía mal olor, sus ojos se movían rápidamente. Y cuando las mujeres según la costumbre antigua intentaron juntar sus manos, la palma de Ulpán tocó algo húmedo, resbaladizo, como el moho podrido. Le parecía que no podría lavarla aún con jabón que su madre aportaba de la tienda... Desde entonces sólo al recordar su roce se estremecía con asco y deseaba agarrar un jarro y aclarar las manos lo más pronto posible.

Desde entonces surgió una desavenencia en las relaciones de los casamenteros - así el viento rompe el hielo en el lago y aparta los témpanos de hielo uno del otro. El mercachifle intimidaba al anciano que no tenía hijos. Exigió devolver cinco yeguas con potros una vez recibidas a cuenta del rescate. Artikbay lo consideró justo y las devolvió. Entonces Tulén exigió la cría en los diez años. ¡Eran tantos caballos que Artikbay no pudo imaginar! Los insultos, acusaciones y amenazas continuaron. Al fin Artikbay, del mal cuanto más lejos mejor, dejó su Aksuat y se transladó aquí. Pero no se preservó, los dzhiguites enviados por Tulén para secuestrar a la novia le encontaron.

Yeseney estaba contento en su interior de que hubiera ocurrido así y se hubiera encontrado en la casa de Artykbay. ¡Todo salió bien y Ulpán estaba libre! Mañana por la mañana pronunciaría sentencia severa pero justa y nadie se atrevería a apelarla. ¡Impondría un impuesto alto a los casamenteros y los echaría del aúl que no aparecieran cerca! Además, enviaría uno de sus koses para pasar el invierno en las tierras de Tulén quien atentó contra su posible felicidad.

Sadyr ya llevó a los prisioneros y Ulpán seguía estar a la cabeza de su padre. No podía dar ni un paso. No podía quitarse el chekmen[42] de lana de camello puesto encima de su pelliza. Nesibeli también tenía miedo de apartarse de élla.

Ahora le daba vergüenza a Ulpán de lo mucho que se asustó, pensaba que era fuerte, valiente, estaba orgullosa de que pudiera ser un hijo para sus padres...

Por la noche cuando Ulpán dijo a Kenzhetay ensillar su caballo bayo, tenía que como siempre conducir corriendo su pequeña caballada del pastadero al corral junto a su yurta.

Reunió los caballos y de repente del bosque aparecieron dos jinetes.

- ¿De quién son los caballos? - preguntó uno de ellos.

- ¿De quién? .. Son nuestros ...

Pensó que eran cuatreros y se apresuró, con un grito fuerte envió los caballos al aúl.

- ¡Es ella! ¡Ella misma! - gritó alguien por detrás de un árbol.

- ¡Cogela! ¡Detenla! ..

Los gritos se elevaban detrás de ella, se acercaban. Ulpán al dejar la caballada, echó el caballo al galope, llegó rápidamente a casa, adelantando a sus perseguidores al alcance de la flecha. Pero en casa no estaría a salvo si no fuera por los invitados ... Le dolieron tanto su desdicha y desamparo que Ulpán, incapaz de contenerse más, cayó en el fieltro al lado de la cama de su padre y se echó a llorar.

Los huéspedes la salvaron, pero también eran testigos de su humillación. Estaba acostumbrada a lo que nadie le contradecía, todos obedecían, pero en realidad era simplemente una de las muchas jóvenes a quienes se podía cambiar por el ganado, secuestrar... En aquel momento la podrían transportar atada sobre la silla. La echarían en las manos de Murzash podrido ... Se estremeció de nuevo, quiso dejar de llorar  y no consiguió. Le daba vergüenza también porque los invitados de honor por su culpa se encontraron en una situación incómoda.

A Yeseney le gustaría calmarla, consolar, decir que ya no había nada que temer ... Pero no sabía si encontraría tal palabras que no revelaran sus pensamientos de la noche pasada y miró a Musrep.

Musrep también entendía que era la hora de intervenirse, pero pensó que lo haría Yeseney. Pero después de su alusión comenzó:

- Ulpánzhan ... No hay que llorar, el peligro pasó. Ves, el propio Alá ha dirigido nuestros caballos a su casa. Deseamos bien a este hogar y hemos llegado a tiempo! Nadie más se atrevería a perseguirte, entrar en la yurta de tu padre. Te protegeremos. ¿A quién apreciamos más que la hija de Arteke y nuestra zheneshe? Vamos a hacer lo que quieras... Tienes sólo la felicidad por delante, deja de llorar.

Los sollozos se calmaron, pero sus hombros seguían temblando, y Artikbay dijo con tristeza:

- Somos aquí unos cuarenta familias de los kurleutes ... Pero nos reunimos en un aúl solamente en verano y en invierno nos dispersamos cada uno para un sitio. En invierno ponemos yurtas en los linderos de bosques densos para esconderse de las tormentas. Sería un día de lluvia para nosotros... Si no hubiera sido por vosotros... Yeseney, habrá lugar para todos en Karshygaly. Instalate con tu kos al lado.

- Arteke, tengo la culpa de no aparecer durante trece años ... No puedo negarme a lo que usted pida. He decidido para dar una lección a su casamentera poner uno de mis koses para el invierno cerca de su aúl.

- ¡Oybay-ay! Le vas a arruinar ...

- Que sea así ... Puede juntar su caballada a las de Sadyr para que Ulpán no tenga que como pastor por la noche, en la helada del invierno ...

Después de la cena, los invitados comenzaron a prepararse. Ulpán sonrió en despedida por primera vez en la tarde.

Por la mañana Sadyr de camino al campamento de Yeseney una vez más intentó convencer a los prisioneros, que aquél que se atreve a mostrar fuerza a los indefensos, no tiene que contar con la benevolencia de los que son más fuertes... Les ató codo con codo, quitó gorros y los metió en el seno a cada uno. Iba por detrás terciando la lanza. Al lado iba Kenzhetay, al cual Yeseney envió por él.

- ¡Kerey-uak kekeku, Suir-batyr tekeku! - gritaba alegremente el dicho que advertía de que nadie tenía que estar a malas con los kerey-uak. En otro caso Suir-batyr glorioso, las hazañas del cual no se desvanecieron después de tantos años y cuyo nombre en las familias de los sybanes todavía sonaba como un grito de guerra, vengaría.

Los presioneros iban dando traspiés, apenas cayendo, barriendo la nieve con los dobladillos de abrigos largos. Tenían hambre. No temían a Suir-batyr que había muerto hace mucho, pero habían oído hablar mucho de la intransigencia brutal de Yeseney a los ladrones y bandidos.

Sadyr les describía en voz alta un futuro que les esperaba: - Ay, diablo ... Tendré que sin escatimar el tiempo conduciros corriendo hasta Stap. En Stap van a curar los harapos de vuestras orejas heladas. Pasarán dos meses. Después a cada uno en la frente estigmatizarán “un ladrón-secuestrador”. ¡Le pido a Alá que me entreguen una marcadora! Luego - adiós ... El uriádnik ruso os llevará a aquellos lugares donde viajan en collas.

Sadyr hablaba más para atemorizar a los dzhiguites que no se quejaran ante Yeseney de la azotaina de la noche.

- ¡Kerey-uak kekeku, Suir-batyr tekeku!  - continuaba -. Os conducirán corriendo dos inviernos y dos veranos hacia las collas. ¡Muévete! ¡Qué os arrastraís los pies como hámsteres! ¡Yeseney-bey está esperando!

El campamento de Yeseney estaba cerca del de Sadyr, y él no tuvo tiempo para predecir su futuro destino, ya que ya habían llegado. Los dzhiguites al cruzar el umbral cayeron de bruces ante el severo bey, tocando el suelo con frentes en señal de resignación. Se semiarrodillaron encogidamente junto a la puerta.

- Puedes ir, - dijo Yeseney a Sadyr. - Traslada en Karshygaly tu kos, lo hemos acordado con Artikbay.

Sadyr salió. De nuevo era un pastor, no era batyr como de anoche.

Yeseney miraba atentamente a los presioneros.

- Bueno .. - se dirigió a ellos.

Contestó aquél con los bigotes de un gato:

- Somos sus familiares, aha-sultán ... Somos los kerey ... Vivimos cerca de Baghlan. Nosotros ...

- Ayer entraste primero en la casa de Artikbay-batyr .. Mandabas ... ¿Quién eres?

- Soy el mayor hijo de Tulén, me llamo Myrzakeldy. Mi hermano menor está enfermo desde niño. En invierno se sintió peor. Hemos pensado que si traemos a la novia, tal vez mi hermano se sienta mejor.

Lo inventó durante la noche para calmar a Yeseney que su hermano menor estaba enfermo y que compadecía a su hermano menor, así que ...

-       ¿Quién casa a un enfermo? - preguntó Yeseney.

-       Hemos esperado que si traemos a la novia se sienta mejor. El rescate fue pagado, por eso pensamos que la kelin[43] nos pertenecía.

-       Pero Artikbay-batyr os devolvió todo.

-       No fue todo. No devolvió la cria en los diez años.

-       Eh .. - Yeseney cogió el truco. - ¿Si Ulpán enviuda, pasará en tu propiedad?

-       Sí, taksyr[44] ... – Myrzakeldy no se atrevió a oponerse.

¡La astucia de los kazajos es rabicorta como la cola de liebre! El hermano estaba a la muerte. Sólo tiene que traer a casa a la kelin, pronto enviuda y entonces el hermano mayor según la ley del levirato se hará sucesor del menor.

-       ¿Lo inventó tu padre o tú mismo?

-       No hemos dicho al padre - ni yo ni hermano ...

No hacía falta continuar la conversación e Yeseney dijo:

-       Idos. No voy a ordenar llevaros al uriádnik en Stap. ¿Tu padre exige a Artykbay el resto del rescate? Que venga a mí casa. Pero no ... - decidió expresar su amenaza. - En la segunda mitad del invierno voy a poner un kos en vuestras tierras. Entonces le veré, así que dile a tu padre. Kenzhetay, desátales las manos y déjales ir. Pero si los encuentras aquí ...

-       ¡Nunca, taksyr! - exclamó Myrzakeldy. Los dzhiguites hicieron una profunda inclinación ante Yeseney y salieron.

Desde anoche ninguno de ellos no había comido nada y tenían que arrastrar los pies hasta el campamento de Sadyr donde también desde anoche estaban arrendados sus caballos.

Sadyr que iba a trasladarse hacia Artikbay, los siguió con los ojos. Que lástima ... Yeseney se hizo más bueno con la edad, aún no ordenó azotarles. Está bien que él mismo... ¡Aun siendo pastor, no es bey en ninguna parte!

Los dzhiguites hambrientos a caballos que piafaban temblando de frío iban al bosque.

Todo salió bien. Yeseney no les castigó con severidad, pero Myrzakeldy se inquietó en serio. ¡Si el bey pone un kos suyo en sus tierras, se podrá comparar esa desgracia al yute! ¡Su caldera al no conseguir llenarse, se vertirá hasta el fondo! ¡Para que se necesita una pobre joven, que no vale más que cinco yeguas! Pero no encontrarás a otra joven como esa y le pertenecería, le pertenecería a Myrzakeldy, si ayer hubieran logrado agarrarla y llevarla a casa.

Se dirigían a casa de un pariente lejano, que también vivía en Karshygaly. Les ayudó en secreto a secuestrar a Ulpán.Iban haciendo eses para confundir sus pistas antes de llegar a la yurta solitaria al borde del bosque.

El parentesco con él de veras no era el más cercano, pero de todos modos era un parentesco. Rymbek - se llamaba asi - era el marido de la nieta de Igamberdy y el sobrino de Kairgeldy, hijo de Karabay. Karabay nació de Akbaypak, la hermana menor de la madre de Tlepbey. Tlepbay era el abuelo de aquel mismo Tulén quien arregló el matrimonio de Ulpán con su hijo menor Murzash.

Rymbek estaba en casa.

Fue él quien informaba constantemente la familia de Tulén donde estaba la yurta de Artykbay cuando los kurleutes de costumbre se dispersaron en invierno. “Secuestrar a Ulpán es más fácil que atrapar un ganso” - afirmaba a la dastarhan.

Anoche Rymbek mostró el camino a Myrzakeldy y sus dzhiguites, les ayudó esconderse cerca de aquel lugar donde pastaba la caballada de Artykbay. Esperó con ellos la aparicion de Ulpán. Ellos persiguieron a la joven y él pensando que todo estaba hecho se apresuró a casa y toda la noche no sacaba la cabeza.

La noticia del acontecimiento de la noche mucho antes del amanecer cundió de una yurta a otra por todas cuarenta familias de los kurleutes dispersas en Karshygaly . Consideraron su deber visitar a Artykbay para expresar alegría con motivo de la salvacion de Ulpán del peligro...

Tambien le visitó Rymbek, tuvo que visitar. Escuchaba conversaciones que le hacían agazaparse de frio aún al lado del hogar.

- ¡Si no nos visitara honrado Yeseney, perderíamos a nuestra Ulpánzhán!

- ¡Es justo que zheneshe decidiera sacrificar un carnero gris! Hay que servir la cabeza a Yeseney...

A Artykbay le advertían:

- Aksakal, en vano ha puesto su yurta para el invierno lejos de las nuestras. ¡Trasládese más cerca de los vecionos!

- ¿Quién podría sabelo? - preguntaban algunos. - ¿Quién? .. Entonces hay algún pernizo, un informante. Hasta que no le encontremos, no castiguemos, no se puede estar tranquilos.

Tambien Rymbek oyó que en cuellos de los secuestradores habían puesto lazos infames. Yeseney ordenó darles cuarenta azotes, y además les iban a estigmatizar en la frente a cada uno y llevar a un lugar donde viajaban en collas.

Por lo tanto las detalles se propagaban como un chacoloteo de cotorras, un graznido de cuervos. Alguien oía algo y como siempre ponía algo de su cosecha.

Al fin y al cabo Rymbek no aguantó y se fue al dejando a su mujer en la casa de Artykbay. No faltaban problemas, y aún Myrzakeldy vino con sus dzhiguites.

Rymbek saltó de la yurta al encuentro.

- ¡Danos de comer!

- ¡Oybay-ah! ¿De comer? - se lamentó Rymbek -. Aquí teneís un cordero, una caldera... Sólo idos lo más pronto posible por Dios. ¡Si no, estoy perdido! Quieren descubrir de quien os enterasteis de todo ...

- ¡No tiembles como la cola de un perro! – le cortó Myrzakeldy.

Pero ni él ni su gente no iba a demorarse, recordando las palabras de despedida de Yeseney – “si los ven aquí...” En la despedida le injurió con maldad a Rymbek:

- ¡Que reventen tus ojos de cerdo! Para ... ¿Cómo podías no saber que Artykbay tenía huéspedes, en particular Yesenia?

Rymbek suplicó:

- ¡Voy a ser tu siervo! ... ¡Vete!

No les dijo nada de azotes, que se deshonraron para siempre por estar atados con koguén y que  todo el mundo lo sabía. Pero consideró necesario decir una cosa: Yeseney decidió dejar a Sadyr en la casa de Artykbay para todo el invierno para que protegiera la paz de su familia.

Myrzakeldy al oir el nombre de Sadyr escupió y tocó su caballo. Rymbek volvió en la yurta. Esperaba a su mujer y tenía miedo de su regreso. ¿Qué más oyó mientras estaba allí? ¡No fuera a surgir el nombre de un informante! ..

Sadyr se instaló en el campamento de Artykbay. Su campamento consistía en cuatro yurtas oscuras, donde vivían desbravadores, mujeres que  ordeñaban yeguas, dzhiguites que cuidaban de las águilas reales. Eran diez personas.

Yeseney no se trasladó. Se quedó allí dónde estaba su campamento.

No quería ver a Ulpán a menudo. Se atormentaba con la piedad por ella. “Tendré setenta años - pensó - y Ulpán no llegará a sus treinta. ¿Entonces qué? .. Ulpán no es una de aquellas chicas que se someten a la voluntad de Dios y el padre y toda la vida aguantan en silencio las penas del destino. No, no es una de ellas ... ”

Así pensaba con toda franqueza, pero toda su torturada, obligada verdad se trasladó a una distancia inimaginable, sólo una vez por la mañana Yeseney tuvo que ponerse a orar. De pronto sintió como Ulpán, pequeña, subía por su espalda... Se le subió la sangre a la cabeza, sintió escalofríos y sus pensamientos se alejaron de Dios, a quien un mahometano tenía que dirigir su oración.

Con malas sensaciones pensó que los dos hermanos Turkmeno no podían quitar los ojos de ella. Uno de ellos era un dzhiguit hermoso y valiente, pero joven, no tenía aquel fuerza segura de Musrep ... Musrep nunca se ha casado, un solterón, pero el diablo le ha dado algún tipo de poder especial, las chicas y mujeres jóvenes lo sienten. Si Musrep – pues no piensa vivir toda su vida sólo – le pide: “Yesenia, arregla mi matrimonio con esta chica.”

La oración falló. Yeseney apenas pronunció últimas palabras, se levantó y plegó la alfombra. No podía quedarse a solas con sus pensamientos en la yurta...

Musrep-cazador todavía no se ha recobrado de la ofensa que no le invitaron a casa de Artikbay-batyr, pero cuando Yeseney le invitó a la caza de zorros, se alegró:

- ¡Resulta que hay Dios para Musrep-cazador! - dijo a Sadyr. - Resulta que Musrep-cazador sigue viviendo, no ha muerto ...

Dos águilas y cuatro perros lobos pertenecían a Yeseney, el dueño de dos perros amarillos era Turkmeno-Musrep.

Diferentes personas regalaban perros a Yeseney y ellos no se llevaban bien. Dos perros amarillos eran de la misma camada y Turkmeno-Musrep no tenía penas con ellos. El nombre de uno era Bars y del otro – Sadak, de veras se doblaba y se enderezaba como un arco con una cuerda tensa cuando seguía la pista corriendo. Ambos perros tenían un pedigrí notable. No hacía falta enseñarlos, ellos mismos enseñaban al dueño como cazar. Aquel perro que notaba primero al lobo o al zorro emprendía la persecución y el segundo envolvía a cierta distancia.

Apenas salieron los perros de Yeseney empezaron en libertad a ajustar sus cuentas. Cuatro perros como añojos de tamaño - sus caninos brillaban como puñales – se mordieron con ferocidad y luego de costumbre de perros se lanzaron contra aquel perro que cayó primero en la pelea común. Ya no era capaz de levantarse, estaba tumbado ni siquiera lamiendo la sangre.

Los perros de ambos Musrep también se llevaban mal y Turkmeno-Musrep se separó con Sadyr.

Bars y Sadak no tenían nada que hacer al lado del aúl, en lugares hollados por el ganado. Sólo a cierta distancia empezaron a aspirar el aire mirando alrededor y bajar las cabezas estudiando cuidadosamente las huellas que encontraron. En tal caso cazadores no deben apresurar los perros porque comienzan a inquietarse, mostrar impaciencia y entonces no resultará nada bueno.

Turkmeno-Musrep y Sadyr marchaban al paso por detrás. Perdieron toda esperanza, pero por la tarde encontraron a un lobo.

Primero le notó Bars y echó a correr tras él. Un lobo miró atrás con rabia, sintió perros, caballos, humanos y se dio cuenta de que tenía que irse. Les adelantaba en un verstá.

- ¡Mira! .. - Sadyr gritó con entusiasmo -. Es grande.. ¡Es arlán – un macho!

Siguió a galope a Bars y Musrep esperó un poco. Observaba a Sadak que se dirigió de lado para cortar y no tenía prisa. Musrep dió vuelta a su caballo.

Al cabo de un tiempo el lobo, Bars y Sadyr desaparecieron de la vista. Pero Sadak no pensaba desviarse de la ruta elegida. A veces daba un salto alto, moviendo la cabeza en aquel dirección donde desapareció el lobo.

Musrep sabía lo que estaba pasando ... Sadak con olfato superior llevaba al lobo. El olor ora se alejaba ora se acercaba ya que el perro ora comenzaba a inquietarse, ora se calmaba ... Podía discernir que el lobo empezó a cansarse ya que se mezclaba el olor de sudor. Pesado ... ¿Se hartó hace poco o engordó durante el verano de la vida harta? Sadak sabía que no les esperaba un encuentro con una loba sino con un arlán. No se podía encontrar una loba sola en aquel momento ya que enseñaba la caza a sus lobatos. ¿Y el lobo? Degolló una oveja recientemente y también olía a su sangre.

Sadak quedó inmóbil confuso ... El olor ... ¿A dónde desapareció el olor del lobo? Sadak avanzó un poco, pero se detuvo de nuevo y comprendió que el lobo torció a un lado. Pero el viento seguía de allí.... Volvió la cabeza hacia su amo, como pidiendo perdón, y torció rápidamente y con la misma certeza corrió en diagonal.

A Musrep le pasó su entusiasmo y él azotó al caballo. Pero su caballo, como siempre uno de los mejores, más rápidos le seguía a duras penas. Sadak cada vez estaba más lejos. Luego Musrep de la silla también vió un lobo. Como una flecha Sadak lo golpeó de costado y el lobo cayó, se volvió unos dos o tres veces y Bars lo alcanzó por detrás. Los perros y el lobo se entrelazaron en un pelotón.

- ¡Bien hecho, mi Sadak! ¡Bien hecho, Bars! - gritaba a todo galope Musrep, agitando el látigo, donde en la punta fue prendido un plomo pesado.

Pero cuando se encontró al lado de la carnicería, ya no tenía nada que hacer porque el lobo se desangraba, sus tripas estaban en la nieve. Bars se esforzó.

Una vez más sus perros demostraron que no tenían iguales. Ni siquiera tenía uno llamado Musrep-cazador. Esta vez Sadak y Bars utilizaron uno de sus trucos, tal vez lo exigiera la situación. Los últimos cincuenta pasos Sadak se arrastró sobre el vientre para no aparecer ante los ojos del lobo y se lanzó en el momento oportuno, lo derribó, se agarró de la garganta ... Entonces Bars llegó a tiempo, rabioso por la persecución, clavó caninos en el vientre del lobo, dos veces sacudió la cabeza ...

Musrep arrojó el lobo en la grupa del caballo de Sadyr. Los perros con aire de ganadores corrían al lado y gruñían en ocasiones. La cabeza del lobo se inclinaba hacia abajo y el caballo de Sadyr también resoplaba con atención, aunque entendía que el lobo estaba muerto y no había peligro.

A mitad de camino encontraron el aúl de Artykbay. Era imposible no visitar al viejo y cuanto más no regalarle un lobo conseguido. Al agarrar la pata trasera, Musrep lo arrastró en la yurta.

- Arteke, - dijo, - este lobo es suyo ...

El viejo batyr no era mimado ni siquiera por amistad mucho menos que por simple atención humana. Se levantó en la cama, tendió las manos a Musrep:

- ¡Oybay, querido! Mujer, ponga la caldera, vamos a preparar un toy[45]. ¡Por primera vez en quince años en mi yurta hay una piel de lobo!

Tal vez estuviera exagerando, tal vez sus parientes le dejaran una parte de la cacería. Pero no se podía poner en duda su sincera alegría.

Al atardecer Yeseney visitó a Artykbay.

Ya despellejaron el lobo y estacaron el cuero en la kerega - pared enrejada. Su morro casi alcanzaba pértigas superiores que unían la parrilla con shanrak, su cola se arrastraba por el suelo.

- ¿Turkmeno, has regalado el lobo a Arteke? - preguntó Yeseney celosamente.

- Sí ... - contestó Musrep con negligencia. - Es todo que hemos cazado...

-  ¡Buena pieza…  viejo lobo! – tuvo que notar Yeseney. - ¡Que su riqueza, Arteke, se multiplique tres veces por nueve! Pero tampoco estamos con las manos vacías ...

Se descorrió la cortina y en la yurta entró Musrep-cazador, teniendo dos zorros rojos delante.

- ¿Dónde está mi Ulpán? - dijo. - ¿Dónde está mi nívea? Ven aquí ... Toma mi aip... ¡Salam, Arteke! ¿Está bien su familia, su ganado? Ulpánzhán, su Agay[46] es culpable ante tí. Toma y ​​perdóname. Hola, Nesibeli. ¿Tal vez no te canses de reírte de mí? Está bien, ríe. A la gente le gusta reírse de la vejez tonta ...

Ulpán se acercó y tomó los zorros.

- Usted los da y los tomo ... - dijo, sonriendo. - Ahora se los devuelvo. No necesito aip ...  Volvió a poner los zorros en las manos del cazador.

Sentandose en un lugar de honor, Yeseney se mezcló en la conversación:

- Los aipes pueden ser de vuelta y no, lo digo como bey.. - Dió a entender claramente que el caballo bayo con un cerro gris – Muzbel - se quedaría en la propiedad de Ulpán. A la caza desde por la mañana Yeseney inventaba cómo asociar a la joven a una conversación ...

Ulpán sentía que no se podía, no era conveniente guardar silencio y respondió con una broma:

- ¿Se puede considerar devuelto el caballo que volvió en su caballada?

Yeseney entendió que quería decir que Muzbel, junto con los caballos de Artykbay se unió a las caballadas de Sadyr. Aprobó su broma y en broma aludió:

- ¿Unirse con los suyos? .. Significa que quiere llevar a toda la caballada.

Ulpán se alertó, pero no dejó ver nada. ¿Qué quiere decir el viejo? ¿Alude al rescate que está dispuesto a pagar? ¡Hay que intentar de ahuyentar esos pensamientos!

- Los caballos adquiridos de una caballada entera, - dijo - no hicieron el bien a nuestra familia.

Turkmeno-Musrep escuchaba. Algo iba a pasar ... Musrep-cazador no entendió nada de estas parábolas, tenía los zorros en las manos y empezó a hablar de lo suyo:

- ¡Ulpánzhán! ¡Que sea tu víctima, pero maldito sea este aip! Estoy haciendo un regalo a tu padre. Toma los zorros. Si no tomas, los echaré ...

¿Qué tenía que hacer? Ulpán los tomó, llevó los zorros en otra yurta y regresó de inmediato para servir el té.

En el dastarkhan de nuevo hablaban de la caza. Musrep-cazador contaba como de Yeseney huyó un ciervo guapo:

-¡Qué lástima, Eseke! ¡Un ciervo blanco como la nieve y cuernos como si fueran de oro! Todo por sus perros ... Si no pelearan entre sí, el ciervo no huiría! Los perros buenos saben envolver, seguir, atajar ... ¿Y los suyos? Emprendieron la persecución a montón, se cansaron, pelearon, apenas los habíamos separado. Los perros reunidos de diferentes lugares no son jauría de caza, por eso el ciervo huyó.

Artikbay escuchaba sus palabras con alarma.

- ¿Un ciervo, dices? ¿Blanco como la nieve? ¡Oybay! Nuestra Ulpán lo salvó una vez. Los dzhiguites lo perseguían todo el día, acosaron por fin y se lanzó en el lago. ¿Si es él? ..

- Puede ser - dijo Ulpán.

Artikbay dijo la verdad, que el ciervo lo salvó Ulpán. Cuando saltó al lago, los cazadores no sabiendo cómo sacarlo enviaron a casa de Artikbay por un arco y flechas. Ulpán no les permitió tomar un arco y a su caballo amblador galopeó hacia el lago.

Conocía este ciervo antes. De vez en cuando lo encontraba en el bosque y él se acostumbró a la joven. La joven no lo perseguía, no lanzaba perros rabiosos. Sin embargo, el ciervo no le dejaba acercarse, pero tampoco huía. Continuaba pastando, aunque cautelosamente, pero como le parecía a Ulpán, amablemente la miraba.

En las orillas Ulpán encontró a unos quince dzhiguites. Los perros corrían de un lado para otro ladrando violentamente, olfateando una caza cercana e inaccesible. El agua entonces ya estaba fría y ni los perros de caza ni sus propietarios se atrevían a meterse en el lago.

Ulpán no hablaba con ellos mucho tiempo:

- ¡Todos fuera! - gritó imperiosamente. – ¡Qué vergüenza! Cuarenta familias de los kurleutes quieren desgarrar el pobre ciervo en cuarenta piezas. ¡No os atreváis a tocarlo! ¡Es mi ciervo!

Los dzhiguites aunque no se alegraron mucho de su intervención después de un día de caza difícil, no discutieron, se marcharon y llevaron los perros. El ciervo esperó un rato, hasta que desaparecieran de la vista y se esfumara su olor, el olor del peligro. Luego salió a la orilla, se sacudió. Lo perseguían todo el día, pero no huyó a todo correr de Ulpán, sino caminó lentamente hacia el bosque.

La conversación sobre el ciervo de repente tomó un sentido diferente y Turkmeno-Musrep seguía atentamente todos sus giros.

Todo empezó cuando Musrep-cazador exclamó:

- ¡Si sólo vierais los ojos de aquel ciervo! Completamente negros... Te miran justo en el corazón...

Sobreentendía sólo el ciervo, pero Yeseney inesperadamente habló:

- Has dicho que tenía los ojos negros. ¿Y la frente? ¡La frente blanca como la nieve! – Al confundirse con lo que se refería directamente a Ulpán, Yeseney volvió a Turkmeno-Musrep y le dijo de pasada: - Si no te separaras de nosotros con tus perros amarillos, nada salvaría al ciervo blanco.

Pero Musrep en esta conversación no quería abrazar la causa de Yeseney e dijo:

- Eh ... ¿Por qué crees que no salvaría? Hoy también lo he visto. ¡Guapo! Saltó de la saucera a sólo cincuenta metros. Pero no lo perseguí y llamé los perros ... - Captó la mirada agradecida de Ulpán y continuó: - No azuzo a mis perros contra tales animales pacíficos. Los míos son los lobos y los zorros. No hay que tocar el ciervo.

Ulpán sin palabras, sólo con ojos preguntaba a Turkmeno-Musrep:  “¿Es cierto? ¿Se puede creer?”  Artikbay también se alegró:

- ¡Oh, Ulpánzhán! .. Qué bien que hay Musrep. Está pensando igual que tú. Todo nuestro aúl lo llama el ciervo de Ulpánzhán. No sólo no lo tocan, sino cuidan.

Musrep-cazador prometió solemnemente:
- No voy a tocarlo tampoco ... ¡Si miro otra vez a tu ciervo como a la caza, no volveré a ver a mi hijo que está en la cuna en casa!

Ulpán le advirtió:

- Agay, hay una hembra con dos cervatos, vive cerca de Tusdy-kol[47] ... Tampoco se puede tocarla ... Mira ...

Al principio Yeseney estaba contento con lo que giro tomó la conversación en la dastarkhan. Lleno del sentido especial ... ¿Y luego? ¡Todo por culpa de Turkmeno-Musrep! Elogiaría la belleza de un ciervo, comparándola con la de la joven y la belleza de la joven con la belleza y la nobleza del ciervo. ¿Y él? .. “Da pena azuzar a los perros  ... no desgarrar... rematar ...” Entiende todo pero de intento gira a otro lado, como si se tratara sólo de la caza ... Aún Ulpán al parecer estaba dispuesta a mantener la conversación ... Ambos Musrep – uno por astucia y el otro por tontería – llevaron la conversación en lugar infranqueable. Él mismo también ... ¡No intervino! Habían tan cómodos giros ... Cuando Ulpán dijo que la caballada adquirida en su conjunto no había traido ningún bien a su familia, hacía falta responder: la misma pena no se repite dos veces si hay una mano fuerte capaz de prevenir cualquier desgracia. Bueno ... No por última vez estan en la yurta de Artikbay-batyr, no por última vez Ulpán sirve el té. Cuando ordena que traigan kumís, ella se sentará junto a la copa esculpida con la cuchara en la mano. Diez días va a pensar e inventará algo para que nadie, excepto Ulpán, pueda mezclarse en la conversación. Le hará ora reír, ora pensar, ora arder en fiebre, ora palpitar...

Diez días pasaron pero Yeseney no inventó nada que haría a Ulpán ora arder en fiebre, ora palpitar. Visitó a Artykbay, dos veces le llevó al anciano a la caza en su trineo. Artikbay no dejaba un arco de las manos, pero encontaron ningún lobo. Sin nada regresaban a casa.

 

Yeseney les visitaba, sentaba en silencio en dastarkhan. Ulpán parecía acostumbrarse a sus nuevos vecinos. Se reía francamente de la charlatanería de Musrep-cazador, no de sus palabras y chistes, bastante torpes, sino de él mismo. De otra manera escuchaba a Turkmeno-Musrep, pero estaba a punto de salir y con su salida el campamento de Yeseney enmudecería.

¿Pero por qué, - estaba pensando Yeseney, - tiene que parecer a alguién, que no es él? No, Yeseney puede quedar sólo Yeseney! ¿Cómo parecería si se hiciera verboso, excesivamente atento, cariñoso? ... Provocaría sólo risas.

Yeseney llamó a Turkmeno-Musrep, que desde por la mañana se preparaba para el viaje.

- He pensado que pasaremos juntos este invierno... ¡Pero no consientes por algo, solterón! Tienes tus cosas en la cabeza, no voy a tratar de saberlas! Te pido al fin hacer un encargo. Para eso hay que quedarse un día más.

- Está bien, Eseke, me quedo.

- No preguntas - ¿por qué?

- Vas a decirlo tú mismo ...

- Te lo diré ... Ya que has consentido, vete a casa de Artikbay. Como mi casamentero. Bueno, ¿de qué tienes miedo? Vas a decirlo cómo es ... Vas a decir que Ulpán gustó a Yeseney. ¿Y qué? Los viejos de más edad que yo toman tokales[48] a las jóvenes. Yo, como tú, soy un solterón. Pero tú nunca has casado e yo a pesar de estar casado casi diez años estoy solo. No he cumplido todavía sesenta años, lo sabes. Has compuesto un kuy  “Algashkym”  sobre el primer amor. Hay primer amor y Ulpán se hará mi canto del cisne. Si es necesario, habla con ella. Eres irresistible en las conversaciones con las jovenes y las mujeres. Pruebalo una vez más para mí.

No había nada inesperado para Musrep en su solicitud, sin embargo, pensaba que Yeseney arreglaría él mismo sus negocios, pero al parecer tenía miedo de la negativa.

- Vale, iré, si me pides - dijo Musrep.

- No te vayas así. Vete para traer el consentimiento. No pienses sólo en mí, ¿acaso quieres que quede vacía una yurta blanca, la yurta principal de los sibanes?

De todo lo que ha dicho esas palabras causaron a Musrep la impresión más fuerte. ¿Quiénes son los sibanes sin Yeseney? .. Diez pequeños aúles, dispersados en los linderos de bosques. Yeseney hizo su familia influyente, no se puede hacerle caso omiso arreglando los asuntos de la estepa. Se quedó sin herederos. ¿Quién de sus familiares podrá sustituirlo? Nadie ... No hay tal hombre en ninguno de los aúles. Yeseney lo entiende. Da pena de él ... Hay que ayudarle ... Pero le da pena a Musrep de Ulpán también. Sería mejor que Yeseney eligiera a otra chica. Aunque ... ¿Cómo se sentiría aquélla? Daría pena de ella también... ¡Diablo! ¡Por qué en todos los aúles de los sibanes no hay ninguna viuda digna de Yeseney, en ningún aúl de los diez!

En todo lo Musrep pensaba ya en la silla por el camino a casa de Artikbay y apiadándose de Yeseney, de Ulpán, de sí mismo bajó del caballo y entró en la yurta.

Ulpán no estaba en casa y Musrep sintió alivio. Entonces se podía hablar del asunto no mirando a sus ojos bellos como los del ciervo. Para no perder tiempo de inmediato transmitió las palabras de Yeseney sin adornar ni cambiarlas. Artikbay le escuchaba frunciendo el ceño en silencio y su madre, Nesibeli, no pudo contenerse, se deshizo en lágrimas y salió corriendo de la yurta.

- Por eso he venido hoy, Arteke - terminó Musrep. - Le he dicho todo a usted y hoy tengo que llevar su respuesta a Yeseney.

 

Artikbay estaba inmóvil, como en los peores días de su enfermedad en el hospital de Stap.

- ¿Cuál puede ser la respuesta, Musrep? - dijo por fin. - ¿Acaso Yeseney volverá la hoja? No le conoces peor sino mejor que yo. ¿Si digo no, nos dejará en paz? Menos mal que te envió para avisar.

- ¿Puedo decir que está de acuerdo?

- ¿Acaso el águila pide consentimiento del zorro cuando cae del cielo?

- ¿Qué tengo que contestar a Yeseney? Artikbay se calló de nuevo.

- Lo haremos así... – decidió y por lo visto la decision no era fácil. - Que Ulpán ella misma ... Dile a Yeseney, que hable el mismo con Ulpán. Si nos pide la bendición que no quede por eso. No es difícil bendecir ...

Podría irse, pero Musrep estaba esperando si el anciano dijera algo. La madre estaba llorando. El padre también estaba en contra. ¿Acaso se negará Yeseney a lo suyo, si se lo dice? No se negará. ¿Si la joven va a decir “por nada en el mundo”?  Él saldrá con la suya apesar de todo, sólo el destino de la joven será más triste...

No esperó en vano. Artikbay añadió:

- Musrep, nos conocimos hace veinte años. En combate sabía que si Musrep estaba cerca, de aquel lado estaba protegido ... Te pido que hables también con mi hija. Ayúdala  ... Tu consejo será sincero, lo sé. Habla hoy mismo. Tu tocayo, este charlatán, llegó muy de mañana y llevó a Ulpán a la caza de zorros. Pensaban ir al lago Tuzdy-kol. Al salir de la yurta siga todo recto.

Se tomaba su tiempo. Paseaba. No hay nada de bueno en ser un casamentero, cuando todos alrededor lloran y no son lágrimas de alegría. ¿Cómo hablar con Yeseney? Es impermeable a dos cosas: ensalmado contra la bala y las palabras en contra de sus intenciones no llegan a sus oídos. Por la mañana ha dicho: “Tu kuy “Algashkym” trata del primer amor y Ulpán será mi canto del cisne.”

Ulpán por la mañana tenía buen humor. Su pequeña caballada se unió con a las de Sadyr y no tenía motivos para ir a menudo a la estepa. Después de un fallido intento de su secuestro los padres la dejaban ir de mala gana. Musrep-cazador hizo bien en venir y llamarla a la caza de zorros.

El día fue sereno y soleado. El cielo azul como una enorme carpa cubría la tierra y las nubes que habían sembrado la tierra con nieve se disiparon. Los abedules cubiertos de nieve se erguían como jóvenes mujeres casadas en vestidos blancos. De debajo de la saucera, también blanca, de repente arrancó en vuelo una perdiz blancal, levantando el polvo blanco y brillante al sol y ennegrecieron, se desnudaron las ramas finas.

Ulpán era la hija de la estepa y no sólo sentía perfectamente un cambio de las cuatro estaciones del año, sino también cada matiz del otoño incipiente y avanzado cuando la nieve blanca y esponjosa sustituye al fango. Ella disfrutaba el viaje, aunque su compañero era Musrep-cazador que sólo provocaba risas.

Primeramente se apasionó por la caza ya que el águila rompía fácilmente los lomos de zorros encontrados que habían muchos. Pero pronto se aburrió. La caza de zorros con águilas no es muy divertida. No hay galope tendido, no hay persecución... Sólo hay que mirar y esperar.
Tenía que contener su nuevo caballo bayo, Muzbel-tory. Le comprendía muy bien. Su dignidad humillaba lo que en la silla estaba sentada un tal chica que no constituía una cuarta parte del peso de su dueño verdadero Yeseney. Le habría enseñado a galopar, si no hubiera sido por los frenos de hierro ... Sin embargo, tenía la mano fuerte ... ¡Si no, habría echado a correr y habría galopado hasta que ella desgarrara su ropa!

Ulpán miraba con asombro a Musrep-cazador. ¡Sabía que era un original, pero no esparaba que a tal grado!

Retiró el águila y se inclinó sobre una zorra muerta.

- ¿Qué estás haciendo, perra roja, puta, piernas en medias negras? ¿Has pensado escapar de mí? ¡Mira, empezó a enredarse, al no alcanzar la edad apropiada! Una sinvergüenza ... Y tu madre era aún más descarada que tú.

Los perros de los kazajos se consideran adultos al cumplir nueve meses. El cazador avergonzaba la joven zorra por lo que dos veces esquivó las garras del águila que cayó desde arriba.

Otra vez comenzó a regañar el águila:

- ¿Ves la zorra por primera ves o qué? ¿Cuánto hay que enseñarte, si la cola está empinada, significa que es hembra. Cogela junto a la cabeza. Si la coges junto a la cola, ensuciará toda tu cabeza. Estarás un mes en casa, con un pico bajado, como si perdieras el padre... Ulpán, hija, toma esa zorra como mí regalo ...

A una zorra vieja con pelo canoso Musrep-cazador regañaba como a la esposa:

- ¡Eh, pícara vieja en sucios pantalones amarillos! ¿Por qué te has emperrado? Si has caido bajo la mirada de vieja Musrep, echate y no serpentees, no saltes ...

Ulpán se cansó de escucharle, arrastrarse apartada, apenas contenía un bayo impaciente y se dirigió al cazador:

- Quisiera visitar mi ciervo de camino...

- Vete, vete, mi hija - consintió.

Un poco aparte Ulpán encontró las huellas del ciervo y lo siguió pero vio de lejos a Turkmeno-Musrep. Se levantaba en los estribos, buscando a alguien. Trotaba y al lado corrían sus dos galgos. Sí, era él, su sombrero de astracán negro, su abrigo de piel de potro y su caballo alazán que zapateaba un poco cuando trotaba.

Ulpán se alegró del encuentro. Con él siempre tiene libertad, aunque parece que este Musrep no oculta que no es indiferente a ella ... Pero Ulpán no siente un peligro en él. Sabe que Turkmeno-Musrep nunca confesará, no se abrirá. Su edad no es un obstáculo, tampoco al parecer hay otros obstáculos. Probablemente, así trataría a ella su hermano mayor si le tuviera. Y ella trataría así al hermano mayor.

Ella dió rienda suelta al bayo y el caballo la llevó rápidamente a la rambla, a donde bajó Turkmeno-Musrep.

- Agay - preguntó ella, haciendo Muzbel-tory volver grupas – anda a la caza de lobos? ¿Por qué entonces ha salido tan tarde? ¿Tal vez se haya dormido?

Admirando la chica, contestó:

- No quería encontrar un lobo sino a tí, Ulpándzhan ... Para despedirme. Mañana me voy a casa.

- ¿Acaso su casa no está aquí? ¿Nos deja?

- ¿Quién ha dicho que dejo? ¿ Acaso alguien puede dejarte? Pronto regresaré.

- Si tiene que ir, vaya, - consintió -. Pero hoy usted será nuestro invitado. Corté un montón de kuray para que pueda hacer un sybyzgy melodiosa ...

Musrep no tenía corazón para iniciar una conversación para la cual la buscaba a ella. Por eso consintió con mucho gusto:

¿Sybyzgy? Por supuesto, voy a hacer y la haré cantar.

Pero será por la tarde... Y ahora ... ¿Tal vez busquemos un lobo?

Musrep no iba a cazar hoy pero los perros se pegaron a él, al ver que montaba al caballo. Pero estaba dispuesto a cumplir cualquier petición de Ulpán.

Vamos a buscar – consintió él -. ¿No tienes miedo de los lobos?

Usted va a estar al lado ...

Bueno, no justo al lado ... Pero mira tienes que escuchar cada palabra mía!

No daré ni un paso sin su órden. Soy su esclava, agay, marcada con su estigma!

Musrep bajo de un salto y apretó la sobrecincha, y alargando el estribo, tocó accidentalmente la pierna de la chica. La pierna estaba caliente y Musrep se estremeció, como si se hubiera quemado, y apartó la mano.

Al lado de ellos, en la nieve se extendía la cadena de huellas de ciervo y Ulpán en agradecimiento por haberla llevado a la caza, generosamente ofreció a Musrep:

Agay ... ¿Quieres ver de cerca a mi ciervo?

Si me lo enseñas ...

Antes de eso, se montaron lado al lado, el estribo a estribo, y ahora Ulpán ha traspasado su  compañero y comenzó a llamar en voz alta, como llaman a las cabras en aúl:

      ¡Shogue!, ¡Shogue!

El ciervo escuchó una voz familiar aparició de saucera, hizo algunos saltos grandes, eseñandole su  intrepidez. Los cuernos amarillos tafilados brillaban al sol, como puñales de oro y por eso, tal vez, Musrep-casador lo llamara un ciervo blanco con cuernos de oro. Sin embargo, para el invierno, le había crecido el pelo oscuro, se hizo gris plateado, solo su frente se hizo más blanca, no por gusto Yeseney había hablado sobre su frente blanca aquel día en la yurta de Artykbay.

El ciervo sin nigún temor acudió a la llamada de Ulpán, pero ahora se ha inquietado. Es posible que ella también haya comenzado de andar con perros? .. Y tenía un hombre a su lado, y siempre existe peligro de un hombre ... Los hombres son enemigos! Y los perros son enemigos.

Pero una vez que ella no estaba sola un ciervo no se disponía de hacer mimos, para demostrarle su destreza, en tres saltos cruzó el claro ... Si quiere verlo, que llegue sola. Saltó, se dio la vuelta sin tocar la tierra, y desapareció en matorral.

Bars y Sadak no le hicieron caso. Desde chiquitos fueron amaestrados para cazar lobos. ¿Y esto? Algún chivo, los que en aules hay suficiente ...

A Musrep le ha gustado un ciervo bonito, le ha gustado la confianza que cogió con Ulpán, y previendo la conversación que iba a tener con ella, Musrep comenzó a expresar su arrebatamiento un poco exagerado;

- No tiene ni un defecto! - exclamó -. Y nosotros, en vez de admirar su belleza, lanzamos los perros a él, queremos llenar nuestro caldero con su carne, como si tuvieramos pocos ovejas o caballos engoradados para la masacre!

Se pusieron en camino, y para un tiempo los perros de color pío amarillo trotaban por delante, con las narices en el suelo, subían las cabezas olfateando los olores lejanos ... Pero de repente los dos perros, se quedaron inmóviles al mismo tiempo, miraron a su dueño y se pusieron a correr contra el viento.

Musrep dio las últimas instrucciones a la muchacha:

- Ushandzhan, los perros van a llevar ahora un lobo de alguna parte. No pierdas al que le va a perseguir. No te acerques más de media milla . Si el lobo torce al bosque o al lago, no le cruces camino. Los perros van a hacer todo ellos mismos. La carrera va a durar como siete millas entonces el lobo intentatará esconderse en el bosque. Pero en aquel momento, por otro lado me apareceré yo ... ¿Entendiste?

- ¿Cómo no voy a entender ..?

Galopeban, sin quitar la vista encima de los perros, alejandose poco a poco del bosque espeso al lado contrario de depresión, cubierta de mimbreras y saucera.

-Agay – gritó ella emocionada, - Uno de los perros se detuvo!

- Tu, Ulpán, siguele volando, no cedas al que va corriendo sólo a lo lejos... Es Bars.

Ulpán dió latigazo al bayo, y Musrep se quedo atrás. Lo que él conocía muy bien y lo que se repetía muchas veces en su vida, era nuevo para Ulpán, no tenía a nadie para ir ni tampoco la caza del lobo es un pasatiempo para las mujeres. Y ahora ella estaba galopeando, sin quitar la vista de encima de Bars, aferrada a la crin de su caballo, como si hubiera nacido así en una silla de montar en una carrera impetuosa:

Todo iba como se debía.

Sadak por el olor se fue de lado hacia el lobo, Musrep se fue detrás de Sadak, por su comportamiento Ulpán no lo entendería, pero Musrep se dió cuenta que Sadak no era tan tenso como la última vez cuando se habían encontrado con ul lobo feroz, está vez estaba corriendo relajado, un poco descuidado. Tal vez los perros hayan encontrado una loba. Y una perra es una perra... Va a correr sin rumbo ...Bars tendrá que dar unas vueltas, pero no le dejará escapar! Sadak, por supuesto, olfatea y Ulpán con su caballo, y Bars ... ¡Y la loba! En pleno invierno, hubiera reconocido su olor en la distancia de una jornada. Y al encontrarla en aquel momento, no pensaría en como despedazarla, tendría otras cosas en su mente ...

Y Ulpán ya un buen tiempo estaba siguiendo a Bars, la distancia entre ellos y la loba se acortó, pero aún estaba lejos para alcanzarla. Y la llanura como si fuera creada para tal carrera, cuando la primera nieve no tapaba la vista al caballo, no impedía de correr ni al lobo, ni al perro. Si Ulpán hubiera lanzado la rienda Muzbel-tory habría alcanzado a la loba. Pero, ¿qué hacer entonces? .. Musrep dijo que el perro iba a hacer todo solo, y no se debía tratar de torcer el lobo. Y de hecho,  si le alcanza, y el lobo de repente se lanza a ella mostrando los dientes? ¿Entonces qué? Además existe una creencia que los lobos siempre están dispuestos lanzarse contra una chica joven ...

Sin quitar los ojos de encima del perro notable de color pío amarillo. Ulpán no se dio cuenta de dónde estaba. Tampoco entendía, que la loba se convenció de que no escapara y se volvió hacia el bosque. Tuvo que detener caballo, Ulpán se volvió en sí y miró en lo que sucedía. La distancia entre el perro y la loba se acortó mucho, y sin embargo, la loba, al parecer, alcansara primera el bosque. Y va a escapar. Y se quedó una milla, no más. ¿Gritar, o no? Ahora, si estara aquí Musrep-agay, sabría qué hacer! Pero no estaba. Y el bosque ya está a una distancia de vuelo de una flecha. Se jodió la caza! Pero ¿por qué se remolina la nieve allí? ... La loba se metió en un cubíl? ¿Y las dos pías? ... ¿Qué lo que hay?  ¿Se hubieran peleado allí entre ellos, olvidandose de la loba?

Ulpán por poco pasó por encima de ellos, y al ver en la nieve una loba aplastada, por la tensión de persecución, por el sentimiento de la suerte, por lástima, - se echó a llorar, y las lágrimas vertían, y cuando vino Musrep, ella sollozaba y no podía parar.

Oh, Dios mío! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?

No lo sé ... No estoy llorando, Musrep-agay, pero no puedo detener las lagrimas – continuando sollozar, dijo ella.

Nada, Ulpandzhan, esto pasa ... No puedes dominar las lágrimas cuando tu corcel gana la carrera, o cuando tus perros cojen un lobo. Marcha aquí al paso para que se enfría el caballo.

Mientras ella marchaba, Musrep quitó la loba de los perros y la arrastraba por la nieve hasta que la piel no se limpiara de la sangre. Después de eso, llamó a Ulpán:

Ven aquí ... Acéptalo, aynalayyn[49], ..

No, agay ...

Deja tu "no" cuando estoy hablando! De acuerdo con una costumbre antigua, el primer animal, matado en la caza, se ata con correas a la silla de montar de uno que estaba por primera vez en la caza.

Mientras marchaban al paso Musrep todavía dilataba el comienzo ...

¿Bueno, estás contenta? – la preguntó.

Oh, Musrep-Agay! Ni siquiera sabía que podía ser así ... Galopeas a rienda suelta, te da miedo, pero iguál sigues galopeando. Incluso resulta que puedes perder la voz ...

Cuando vuelva, iremos otra vez ...

Estaba a punto de morir de enojo – me pareció * que la loba iba a escapar, estaba cerca del bosque. Quería gritar, pero no podía!

Menos mal, que no has gritado, - le explicó Musrep.-El perro se distrae en la voz de su dueño y pierde la velocidad. Y el lobo se va. Y cuando el perro y el lobo se encuentran cara a cara, el cazador debe elegir un lugar detrás del lobo para distraerlo.

Ulpán escuchaba, asentía con la cabeza, y luego miró a su alrededor :

Agay, ¿a dónde vamos? ¿Llegamos a nuestro aúl? Ya que después de esta persecución me da vueltas la cabeza. Estamos lejos. ¿Qué bosque es? Nunca he estado aquí.

¿Cómo que no has estado! Cada día pasas por aquí. La loba daba las vueltas y torció hacia el mismo bosque, pero por un lado opuesto.

Y me parecía, que siempre corría recto.

Ya se agotó la conversación acerca de la caza, y Musrep no podía comenzar su mensaje. Frunció el ceño y se quedó calado por un largo tiempo, respondiendo brevemente a Ulpán, sin escuchar a veces sus preguntas. Ulpán, sin comprender de lo que estaba pasando, también, se quedó en silencio, echandole la mirada de vez en cuando con replejidad.

Finalmente ella no pudo contenerse:

- Musrep-agay ¿Qué está pensando?

- ¿Yo? .. - Dijo, como si regresara de muy lejos -¿Yo? .. - Y se calló de nuevo. Miró Ulpán, y ella se alarmó, presintiendo algo malo.

- ¿Qué pienso? ..

Y ya no quedaba ninguna escapatoria para retirarse.

- Ulpán ... – empezó él - Ulpán, escucha lo que te digo y no me interrumpas, no importa lo que diga, escucha hasta el final, deseas o no deseas oirlo...

Después de esta introducción, de una forma seca y formal se puso a cumplir la comisión de Yeseney, le comunicó la conversación con sus padres. Ahora decir "no" o decir "sí", este derecho le pertenece a ella. Sonaba como si estuviera hablando de ir a la feria o en buen otoño de éste año, favorable para los rebaños ...

Tal vez a Ulpán le haya impresionado más la indiferencia con la que hablaba Musrep. Sí, no podía dejar de notar la mirada fija de Yeseneya cuando la miraba a ella ... Pero parecía que simplemente estaba admirando, cómo puede admirar la juventud una persona mayor, casi de la misma edad que su padre! Y sin embargo, ella se avergonzaba y su intuiciíon no le engañaba! A Yeseney-biy ella recordaba de su infancia. Después no le había visto durante mucho tiempo, pero su nombre para ella estaba en el primer lugar entre todos los nombres famosos en la estepa. Es cuarenta años mayor que ella. Y no hay nadie que pudiera protegerla de Yeseney, su voluntad es inevitable. ¿Qué puede hacer ella ..? Seguramente Musrep-agay no aceptó de buen grado su encargo ... Pero si tienes una cabeza entonces reclínala a la tierra, si tienes piernas - arrodillate .. Ulpán se pusó a reirse.

Primero en la voz baja, pero cada vez más irresistiblimente y más desesperada, y su risa ya parecía más un llanto, se desfalleció, y comenzó echarse de un lado en la silla de montar, y Musrep apenas tuvo tiempo para agarrar su mano, que sostenía la rienda y la arrastró hacia él .

- ¡Basta! - Le gritó groseramente.

Ulpán se enderezó en la silla y se quedó en silencio.

* - Ahora reconoces el bosque - preguntó con cautela.

Sí. Allí parece se ve el humo de nuestro aúl ...

Tu madre debe estar esperandonos, freyendo baursakas... Este olor cosquillea la nariz.

Le hablaba en voz baja y suave como con una cría. Y ella tenía la voz tranquila cuando empezó a hablar con Musrep:

- Agay ... No me malinterpretes, no me reía de ti ... Está esperando por mi respuesta? Dígale a su hermano mayor Yeseney ... Si el mismo Yeseney echó un lazó de kuruk al cuello, en las yurtas poco numerosas de kurleutos no existe tal fuerza para quitar éste lazó. ¿Él me pide la mano? ¿Quién somos para oponernos a su voluntad? Pero hazle saber que Ulpán no es tal joven a la cual se puede tomar barato!

Musrep se acordaba:

- Por supuesto, por supuesto ... ¡Aynalayn, todo va a ser como tu quieras! Y todo lo demás selo vas a decir a él.

Ulpán le escuchaba y no escuchaba, pero más escuchaba. Lo que él dice - por supuesto, por supuesto ... Tal vez, haya pensado que ella se alegró? Estaba enfadada con Musrep, por qué vino a ella con tal encargo, como podía ponerse de acuerdo! Ulpán estaba enojada pero igual le confiaba a Musrep y sintió la necesidad de explicar:

- Musrep-Agay ... La primera noche ... Usted y sus amigos me han salvado del desastre! Y yo igual sentía un peligro. No, no de Tulén y su hijo. Ví los ojos de Eseney! .. Luego llegó otra vez * me miraba ... Una vaz ni siquiera dió cuenta de que el té le corría por la barba. Realmente pensé que había perdido la cabeza.

Musrep pensó que sería más fácil encontrarse con una decena de sarbazos de Kenesary que tener esta conversación con Ulpán cuando estaba allí a su vera, cuando tu caballo marcha al paso, y su caballo marcha al paso,

- Yeseney ..? ¿Cómo se puede decir que ha perdido la cabeza? Perder la razón y tirar un kuruk a una chica como tú!

Ya vivió bastante - objetó Ulpán -. Y hace tiempo no está solo. ¿No ha visto a una más guapa que yo?

No sé - dijo Musrep – Quizás haya visto. Pero yo tampoco vivo el tercer día, y también ha visto. A veces es una hermosa. Y cuando abre la boca es mejor no escucharla. Y A veces sucede una  inteligente.Y cuando la escuchas,es  mejor  cerrar los ojos. Ulpán, Dios te dió todo -   se puede mirarte y escucharte. Yeseney ha permanecido mucho tiempo en soledad, creo, que haya tardado mucho en elegir ...

Si le había preguntado algo más, a Musrep le costaría contestar, porque el dolor de ella se hizo su dolor, no tenía nada más para decirle, no podía responderle a ella.

Pero, afortunadamente, Ulpán no le preguntaba más nada . Musrep le echaba miradas de soslayo a ella, y parece entendía lo que estaba pensando ... Ella odiaba con vehemencia a Eseney, estaba dispuesta tomar el arco en el cabezal de su padre y lanzar una flecha afilada de corta distancia al que llamaba desde la infancia Bura Negro ...

Y sin embargo la chica ... Ella no puede permanecer indiferente ante de lo que piensan, de lo que hablan de ella los demás! Se puede mirarla sin cerrar los ojos? Escucharla sin tapar los oídos? ¿Qué corazón de una doncella no se contraja de elogio? Incluso si no lo pronuncia el más querido, no el que ella había imaginado en sus sueños agitados.

Ella no decía más nada. Musrep también se quedó callado.

Así llegaron hasta la yurta de Artykbay, viendo de lejos a Nesibeli. Nesibeli andaba en quehaceres domésticos alrededor de la yurta, fingiendo que tenía algunas preocupaciones, urgentes, y de hecho no apartaba los ojos de la pista en la que iba a aparecer Ulpán.

A Musrep le asombró la tranquilidad con la que Ulpán llamó después de todo a su madre:

- Ala ... Musrep-Agay me llevó a cazar. Musrep-Agay me regaló una piel de lobo. Y mañana se quiere regresar a casa. Manda a sacrificar un potro. Musrep-agay hoy va a ser nuestro convidado, no le dejo que se vaya.

Aunque Musrep trataba de no mirar a los ojos de Nesibeli, pero sabía que la madre no esto, no sobre el convidado esperaba oír de su Ulpan. Y sin intentar de sonsacar nada, Nesibeli humildemente como muchas madres respondió:

- Está bien, mi hija ... ¿Para quién sacrificar un potro* si no para Turkmeno-Musrep? Ni antes ni en el futuro, no has tenido un hermano más allegado y querido que él.

Ella también insinuaba algo, tratando de hacer a Ulpan hablar con sinceridad, ella esperaba que  Ulpán sola decidiera su suerte, sin endosar la responsabilidad  sobre viejo y enfermo Artykbay y sobre ella, ella deseaba toda la felicidad para su hija, pero no sabía cómo se logra. Nesibeli esperaba, pero Ulpán de momento no quería compartir nada con ella, y Musrep habló primero:

- No ... – protestó él -. No hace falta... No hay necesidad de sacrificar un porto por mi. Basta con tomar el té con sus baursakas.

Ulpan rozó sus objeciones:

- Apa, no le hagas caso ... Vamos a comer hasta hartarnos. Manda a dar comida a los perros y a Musrep-agay. Mañana tienen un largo camino, ciento verstás[50], supongo. Y en el camino, dicen, no aparece ningún aúl.

En la yurta han encontrado los mismos ojos expectantes de Artykbay igual que los de Nesibeli, pero Ulpán sin dar a Musrep insertar una palabra, habló primera:

- Padre, yo no tenía idea de que los perros pueden ser más inteligentes que los humanos. Sadak, Bars. Ellos me enseñaron a cazar lobos! Olfatearon una loba, y la perseguían ...

Ella seguía contando de la caza con todos los detalles, y otra vez Musrep ha notado, que Ulpán como si tuviera miedo de silencio aunque sea para un minuto, para que los padres no le pregunten de repente: ¿Qué has respondido a Musrep cuando él te dio la noticia del triste e inesperado noviazgo de Eseney?..

Y así fue durante el té y después del té Ulpán trajo y puso delante de Musrep un brazado de kuray, aquí habían tallos secos y frescos ... Todos eran como hermanos gemelos, rectos, sin diámetros nodulares, cada uno en cinco suyemas de largo, del pulgar extendido hasta el dedo índice.

Musrep tampoco quizo empezar una seria conversación con los padres de Ulpán – repaso las cañas, una a una, eligió dos de todas, las mejores, y comenzó a esculpir sybyzgy. Cada agujero en un lugar determinado, equivocas un poco y sybyzgy sonará fuera de tono. Y para comprobar después de cada agujero aplicaba sybyzgy por una punta gruesa sobre los labios y escuchaba ... Parece que suena bien ...

Mientras que él cortaba los siete agujeros, estaba pensando que canción tocar. "Suir-Batyr? Pero es un grito de guerra  no de todos los Kereyes sino de Sibanos. Este kuy es bueno para una campaña, y no para consolar a la chica y sus padres. "Bozinguen"? .. El llanto de camella blanca, que perdió a su cría. También es desacertado, como van a escuchar este kuy Nesibeli, Artikbay?

Ulpán cansada de esperar se acercó.

- Ya has afinado sybyzgy?

- Parece afinado ... Pero ¿qué tocar? - Le dejó elegir a ella.

Ulpan dijó sin pensar:

Kuy "Algashkym" – es suyo?

Parece mío.

Toque...

Artikbay y Nesibeli cambiaban miradas cuando Musrep aplicó sybyzgy sobre  la boca, y en la yurta sonaron los primeros sonidos de la canción – una canción sin palabras sobre el primer amor. Y las palabras no eran necesarias. Escuchando los sonidos finos de caramillo cada uno y el joven y el viejo repetían para sus adentros: "Oh, el primer amor ..." Y cada uno pensaba de lo suyo, del pasado o del futuro... Con el que ya tenía todo en el pasado kuy suspiraba: "Mientras yo viva, no olvidaré como me acompañabas al lado de la yurta blanca y me has dicho en la despedida," Siempre serás mi amor ". Y la que no tiene nada ni en el futuro, oye: "Mientras yo viva, no olvidaré, como podría acompañarte al lado de layurta blanca y decirte en la despedida..."

Y lo bueno de kuy de Musrep fue lo que cada uno podía encontrar en él algo suyo. Y el mismo, sin apartar de los labios el sybyzgy, se ponía alegre y triste, y hoy tocaba su propio kuy no como de costumbre, más tiempo que de costumbre, y todo - y la conversación con Yeseney, la búsqueda de Ulpán en la estepa, y sus palabras: yo no soy de estas chicas a la cual se puede tomar barato, todo cantaba la segura sybyzgy de Musrep, hecha de un simple kuray,  y sin los brazos de un hombre, sin los labios kuray sólo puede susurrar en el viento ...

Ulpán ha oído antes este kuy "Algashkym", pero hoy no lo reconocía. De repente Musrep que ya tiene casi cuarenta, no un niño ... - toca como si fuera la primera vez que encontró estos sonidos... ¿Para ella? ¿Sobre ella? Se sentía triste, aunque no estaba desesperada. Se dio cuenta de que Musrep enviado por Yeseney ahora se está despidiendo de ella. Se está despidiendo ... Y ella también tiene que despedirse de él.

Cuando se había muerto el último sonido, Ulpán dijo en voz baja:

- Algashkym ... El primer amor. Hay el primer y hay el último...

Musrep no pudo decir nada delante de ella, ni al Artikbay, ni a Nesibeli. Ulpán le dio a beber el té, y lo único que podía hacer - es intercambiar miradas alentadoras con el viejo Batyr. Pero Nesibeli, que no le quitaba los ojos de encima, captó esta mirada. Y cuando le acompañaba junto  con Ulpán, dijo:

- Veo que te haras el hermano mayor de Ulpán. No va a tener una persona más cercana que tu en la familia de sibanos.

Ulpán fingió no escuchar las palabras de su madre. Después de todo, decidió que tiene derecho como hermana tutear a Musrep:

- Musrep-Agay ... Si pases mucho tiempo afuera, me ofenderé ... No me hagas echarte de menos.

Y acariciaba la melena áspera brillante del caballo rojo de Musrep.

Musrep estaba ancioso por irse pronto y él no con el mismo sentido que tenía antes a veces, pasó la mano por la cabeza de Ulpán... Le dio unas palmaditas en el hombro ...

- Dios sabe quién añora primero: tú o yo. Adiós, Aynalayin ... Adiós, zheneshe, cocina baursakas, llegaré pronto a verlos.

A su caballo no le gustó a altas horas de la noche ponerse en camino. El caballo caminaba lentamente, sin deseo,  y hacía falta golpearlo un par de veces con una camcha, para convencerlo: que el dueño no tiene intención de quedarse, el dueño está apurado.

Cuando Murcep enró en la yurta de Yeseney, que estaba sentado sombrío como la noche a través de la cual Musrep venía a verlo.

- ¿Dónde tu has estado? ¿Qué desgracia te ha pasado, que no aparecías durante tanto tiempo – se lanzó contra él.

Musrep primero se sentó, y luego respondió:

- ¿Que no aparecía...? ¿Sería mejor si hubiera regresado con un rechazo? -¿Quién deja de irse a un casamentero exitoso sin un agasajo ?

La cara de Yeseney se iluminó al oir las palabras "un casamentero exitoso".

Musrep continuó:

- Sí, sí, sí, sí ... He hablado con todo el mundo. Y lo más importante, con Ulpán! Pero quiero advertirte - Ulpán no es esa clase de chica ... No es así, para tomarla barato. Hablarás con ella misma. Y los padres, los padres no se darán por vencido.

Yeseney se indignó:

¿Barato? ¿Qué no tengo ganado? ¿O soy tacaño? .. ¿O no voy a ser capaz de hablar con Ulpán, si ella está de acuerdo?

Aquí, tal vez, no a expensas de los caballos ... - dijo poco Musrep.

Y no quizo explicar a Yeseney, excitado con la noticia, de que no se trataba del número de los caballos, que mandará a conducir en el aúl de kurleutos, sino de otra cosa ... Ulpán se le va a meter en la cabeza como son las cosas.

Y ahora Musrep solo quería lo más rápido posible salir de la casa de Eseney, con su alegría y sus esperanzas, igual que hace poco quizo dejar la casa de Artykbay.Y el cielo al amanecer aún estaba oscuro cuando Musrep cogió los perros y se fue a su aúl.

8

Pasaron más de dos semanas, desde que Yeseney se estableció en Karshygaly.

Se fue Turkmeno-Musrep, se fue Musrep el Cazador. Yeseney se enojó con ellos – le habían dejado ... Turkmeno-Musrep no se parecía a sí mismo, a pesar de que cumplió con su deber. Ha traído el consentimiento y le abandonó a su propia suerte. Musrep el Cazador dijo: "Esta águila enflaqueció, ya no vale para nada, no va a coger ni un zorro. Voy a traer la otra ". Y se perdió.

A Yeseney le rodean los familiares, pero a estos dzhiguitos nunca les tocaba nada, excepto carne y kumys. No es que hablar con ellos al alma... En la caza son de poca utilidad - animados, saltando arriba y abajo, gritando, haciendo ruido ahuyentan a los animales.

Y se comportaban como si tomaron a la gente de yurtas de Artykbay por los tolenguitos1, hijos de nadie, que deben servir con humildad y en silencio a Yeseney y a toda su familia. Ellos regañaban a Nesibeli. Los jovenes dzhiguitos sin saber las intenciones de Yeseney, molestaban a Ulpán. Y ayer éste ahmak Imanaly, el hermano menor, se le ocurrio decir a Ulpán cuando se detuvo cerca de Muzbel-tora:

- Eh! No te acerques más a él! Este caballo es mucho más caro que diez de estas chicas como tú! .. Déjalo!

Ulpán quitó el bridón y no ensillaba más a Muzbel, a pesar de las súplicas y ruegos de Yeseney. No la ablandó, lo que Yeseney había echado a Imanaly: ¡Lárgate, que no te vean mis ojos!" Imanaly se marchó, pero los Tolenguitos – los servicio, personas que se reunieron de diferentes lugares, ellos podían pertenecer a diferentes familias y tribus.

En el bayo, que tiene una franja gris a lo largo de la cresta, Ulpán igual no se sentaba.

En otras ocasiones, Yeseney, tal vez, hubiera reaccionado con más calma al hecho de Imanaly. Pero ahora ... Ya que Ulpán dando su conformidad , eludía la respuesta principal - cuando ... Si ella fuera de una  familia pareja a la posición de Yeseney, el truco del hermano habría llevado al rompimiento de relaciones, y a Yeseney le habrían echado de aúl de la novia! Pero fuera lo que fuera, Ulpán se mantuvo fiel a su palabra, y Yesenia no podía comprenderla y se atormentaba.

Él estaba descontento de sí mismo: el famoso biy, sabe resolver los casos complicados y no puede desenrollar la maraña de estado de ánimo de una docella! Y una vez más, estaba enojado con Turkmeno-Musrep. Se fue y no ayudó ... ¿Qué hay detrás de las palabras de Ulpán - no es una de esas chicas que se puede tomarla barato... No se trata de dónde comprar la ropa cara en la feria de Tobolsk o Irbit-skoy. ¡Astucia! La astucia de docella, que, como se suele decir, se puede cargar en cuarenta burros.

Si ella se hubiera resistido, le habría roto la resistencia. Pero entonces, no hay ni resistencia. Sonríe enigmáticamente, repitiendo - sí, estoy de acuerdo. Yeseney estaba sombrío, silencio, entonces Ulpán decía de broma: "¿Para qué esta prisa? .. Tenemos todo el invierno por venir. Tenemos tiempo para hablar, si no, nos aburrimos uno del otro. " Y se marchaba.

Yeseney ha decidido que ya es suficiente, hay que acortar la rienda, que no se ve el final de esto. Y aquella noche, la estaba esperando en su yurta con una gran impaciencia. El fuego en la chimenea estaba encendida y los invitados se sentaron alrededor. Ulpán no vino sola, vino acompañada por dos mujeres jóvenes. Se cambió, se quitó la ropa de dzhiguit, que solía llevar por el día. Llevaba un vestido. Yeseney le dijo amablemente:

- Siéntate más alto, Ulpandzhan. En el puesto de honor.

A las mujeres jóvenes reidoras les pareció gracioso que Yeseney, un hobre de edad, y no de edad, sino viejo, se llenó de alegría al ver a Ulpán como un niño.

Ulpán crecía sola en la familia. Y se acostumbró comportarse como un chico independiente. Durante mucho tiempo no se sentía como una muchacha joven. Nunca cargaba la mano con nadie en las refriegas de niños de aúl, que se iniciaban y se acababan instantáneamente. Siempre era primera en equitación.Y al crecer mantiene estos hábitos de chicos, pero ha cobrado la conciencia de su fuerza de una mujer.

Yeseney la llamó, y Ulpán sin ningún rastro de timidez, se sentó en el puesto de honor, más alto que el del dueño.

- Más cerca - dijo -. Acércate al fuego ... Fue un instante, pero era suficiente para que Ulpán sin necesidad de ninguna explicación, se sentió que hoy es una noche cuando no se limite a miradas. No se limita a promesas ilusorias para el futuro. Ella dijo:        

- He oído que al que le gusta sentarse cerca del fuego, va a sentir frío toda la vida.

Pero se aproxima el invierno, está haciendo frío.

Estoy acostumbrada ... - respondió Ulpan.

Yeseney o no entendió, o no quizó entender, o no sabía que decir ...

- ¿Y cómo es la salud de Artek?

- Usted le ha visto ayer y esta mañana. Él es el mismo de siempre ...

Si Yeseney pensaba que él sabía como controlarse, pero Ulpán realmente lo sabía. Se estaba sentada con modestia en el puesto de honor y con humildad esperaba que más quiere saber.

- ¿Él me regaña?

- ¿Por qué? Y si quisiera - ¿Quién se atrevería a regañarte?-Preguntó inocentemente Ulpán.

Yeseney nunca, en su larga vida, no suspiraba tanto y no se sentía tan impotente.

Su conversación, con todas las omisiones, se topó con una espesura impenetrable, y Yeseney – al lado no había nadie a quien podía enojarse, se enojo consigo mismo! Él es un hombre o no? ¿Cuánto se puede desconcertarse delante  una niña presumida, podría ser su nieta! Estaba cansado de romper la cabeza sobre el verdadero significado de sus palabras, y sin rodeos, fijando una mirada sombría, le preguntó con cariño:

- Ulpandzhan ... Turkmeno-Musrep me dijo ... Me comunicó tus palabras ... Tú no eres una de esas chicas que se puede comprar barato. No lo sé ... ¿Qué quieres? ¿Ganado? Cuanto hay en nuestra estepa, todo va a ser tuyo, solo pide ..

Se dio cuenta de que, hablaba mal y no podía parar, y en la cara de Ulpán vio que hablaba mal, pero esperaba y esperaba por su respuesta ...

Ella se lanzó como en la infancia, como una niña, de la que tenían miedo todos los muchachos de aúl.

¡No se puede ni venderme, ni comprarme! ¿Quién recibirá el ganado el que vas a pagar por mí? .. Mienras no estaba Sadyr, mi padre correría nuestra pequeña caballada de pastizal. O mi madre.  ¡En nuestra familia yo me encargaba de esto!

- Te escucho, pero no te entiendo ... ¿Qué quieres? "¿Qué quieres? .." Ulpan reflexionó. Perdida en sus pensamientos, obviamente, por esto fue Ulpán, elegida por Eseney porque podía reflexionar, a diferencia de la mayoría de las chicas de su edad. Ulpán nunca será una tocal ordinaria, no quiere aceptar la posición de una esclava, amada por el marido, pero obligada a conformarse con los restos de  dastarkhan de su primera esposa1

Ella se atrevió a decir de lo que estaba pensando durante muchos días, pero no dijo claro:

-¿En qué casa de las tuyas piensas llevarme?

Yeseney se desconcertó. Él nunca respondía inmediatamente, pero con esta chica sentía que no podía  pensar mucho. Ya tardió demasiado ...

Tokal a menudo gozaba  del amor de su marido, pero no gozaba de influencia.

Como quieras - dijo - Otau[51] te va a esperar. Si deseas  te quedaras en mi yurta grande. Todo depende de ti.

No, - dijo con orgullo Ulpán - ¿Si quieres llevarme, llevame en una yurta grande, me voy a sentar, como ahora, en un puesto de honor. Pero dime – si se acostumbran los ojos de tu hermano menor, si se somete a esto Imanaly?

Se van a acostumbrar ... – prometió Yeseney  - se van a acostumbrar en un día. Tu serás la baybishe[52].

Para Ulpán fue importante aclarar todo esta noche, la noche de decisiones definitivas.

- Pero Eseney ya tiene una baybishe...

- Baybishe ..? No. Vivo en Orele, y ella - en Sorele ... Si tu crees que nunca engañaré a Dios, cree también que entre nosotros hay un camino de siete años.

Ulpán escuchaba muy atentamente.

Orele así suelen decir cuando traban al caballo por una pata delantera y trasera. Entonces no podrá  huir lejos,  como que no es ni libre ni trabado. Esta palabra se puede escuchar todos los días en el pueblo, pero ahora tenía otro sentido cuando Yeseney hablaba de sí mismo.

Y Sorele es una cueva, cavada de prisa donde durante la época de revueltas, de guerra ponen los cadáveres hasta que llegue el momento de llevarlos y enterrarlos en su país natal, entre las tumbas de sus padres. Habían muchas guerras, hay muchos nombres - Sorele. Esta palabra Ulpán aprendió de su padre, Artikbay le contaba que si no hubiera llegado a tiempo Kotsuh con los cosacos para ayudarle, habría quedado en Sorele ...

Así que ... Yeseney está en Orele ... Ya su primera esposa envió a Sorele, y allí ella se va a quedar hasta el final de sus días. Así hay que entender. Y cuando hablaba de la longitud de la carretera en siete años ...Durante siete años vivien separados.

Esto consolaba a Ulpán, no va a ser una servidora.

- Yeseney ... – dijo ella.

Antes Ulpán le decía - "usted", "aksakal" ... Y así, al oír su nombre, pronunciado por primera vez, Yeseney se ha quedado pasmado, como para asegurarse que la chica le llama a él. Yeseney se detuvo y miró a su alrededor - pero desde hace mucho tiempo se quedaron a solas, todos lo demás, dándose cuenta de que iban a molestrale habían salido.

- Yeseney – continuaba ella – Allí tienes el camino de siete años. Y entre tú y yo hay un camino de cuarenta años. ¿Has pensado en eso?

Él ponía esta pregunta a sí mismo muchas veces, y estaba preparado oirla,

- He pensado- respondió - que no soy la primera persona que toma una chica con una gran diferencia en la edad. No eres la primera a quien ha mirado el hombre de mi edad. Cuarenta años? Soy Yeseney...

Ulpán escuchaba y Yeseney continuó:

- No sé por qué no me fui de su casa... De Karshigaly ... La belleza, la juventud. Y lo más importante vi quien podía convertirse en Yeseney después de mí, a los cuarenta años. Y en mis tiempos hacerse el segundo Yeseney. Y esto va a empezar ... Va a empezar esta noche!

Ulpán durante tanto tiempo resistía a su destino que ella mísma no lo creía: las palabras de Yeseney la habían agitado. Ella no sabía qué decirle, pero le ayudaron los dzhiguitos. Entraron en la yurta - uno con kumgan, otro con un lavabo para lavarse las manos, y el tercer llevaba un plato en el que se alzaban las piezas deslizantes de carne cocida. Todo lo que pudo hacer Ulpán en este momento, inesperadamente para sí mísma, fue echar una mirada agradecida y cariñosa en la cara oscura, cubierta de viruelas de Yeseney.

Pero el momento de su privacidad se terminó. En la yurta se metió Sadyr con Artikbay encima de sus hombros. Después entró Nesibeli, se detuvo tímidamente cerca del umbral.

Yeseney se había parado y salió a su encuentro.

- Siéntese – dijo él -. A partir de ahora en esta yurta para Ustedes no hay otro puesto... – Sólo el tor[53].

Y todos los que estaban en la yurta, entendieron: que no fue sólo un signo de hospitalidad. Es la cortesía hacia las personas que pronto serán sus familiares.

Artikbay y Nesibeli se sentaron en tor. Parece que esta noche, el caso se resuelva, a partir de ahora constantemente hasta que sigan con vida, se sentarán aquí, y nadie será capaz atentar la zona Karshygaly, que pertenece a los familiares de Yeseney... En el nombre de Artikbay la palabra "bay" va a determinar su posición y los kurleutos-emigrados del tribu de kipchakos, ajenos para keryes estarán en esas tierras unas personas respetables.

Pero mientras todo esto estaba por llegar, y sólo las primera sospechas de que esto iba a pasar, nacieron en las cabezas de los envidiosos, considerados como parientes de Yeseney.

Esto no preocupaba ahora aYeseney. Él todavía no ha pagado por completo el homenaje al padre de su futura esposa.

Arteke, ... Hoy día, cuando de acuerdo con las leyes aplicables, empezamos la masacre de invierno. Mi deber es llevarle la cabeza, para que bendiga nuestro dastarjan.

Hace tiempo la gente honorable de la estepa no le pedía bendecir la comida, por esto Artikbay con mucho cuidado cogió la cabeza de oveja de las manos de Yeseney, tomó el cuchillo para agasajar a todos. Él parece aún dudaba si para él hacían este honor, y Sadyr, su viejo amigo de guerra, se vio obligado a animarlo:

Arteke... Creo que, sin su bendición en esta casa no van a pasar.

Artikbay pasó las manos sobre su rostro, sus labios se movían, susurando las palabras de la oración de sobremesa. Ha aparecido un plato nuevo sobre el mantel – zhaya la carne curada de caballo con un toque de grasa dorada. Servían kumís, en esta temporada lo podían beber sólo los dueños de los rebaños grandes.

Él quería ser generoso hoy, y se sentía más fuerte que nunca, capaz de regalar alegría a las personas que le rodean.

- Arteke – dijo él -. Ulpandzhan me ha dicho que le resulta difícil cuidar el ganado. Yo mismo también lo veo. Y si es así ... Que a partir de ahora todo el kos de Sadyrov pertenece a Ulpán. No me voy a coger ni un potro de este kos. Si ella deja sus caballadas en Karshygaly, sus caballos pueden pastar con ellos.

La gente que se sentaba a la dastarkhan se sorprendió  . ¿Qué es esto, la generosidad? .. O una persona, sabiendo de su edad, adjudica de antemano la parte de Ulpán para evitar posibles disputas familiares en futuro? Yeseney estaba  peligroso y despiadado, e imparcial, pero como bueno muy pocas personas le conocían. Tal vez en la vejez su corazón empiece a descongelar? Entonces, algunos dirían que viviera mil años, Ulpán. Y otros maldirían la hora en que a Yeseney se le había ocurrido invernar en Karshygaly y encotró la yurta de Artykbay en su camino.

Yeseney, mi amigo ... - la voz de Artykbay tembló -. Tu acto es digno de ti. Calmaste mi corazón y el corazón de la madre de Ulpán. Durante muchos años yo tenía miedo de que conmigo ellos son bastante desprotegidos. Ahora me siento aliviado.

Yeseney se levantó, sacó un caftán[54] de esmeraldino brillante, bordado en oro, con una medalla de oro en la solapa izquierda, en recuerdo de la victoria sobre Kenesaros - un regalo del gobernador general de Siberia, y lo puso en los hombros de Artykbay.

Sadyr ofreció sus hombros a Artikbay, Yeseney ayudó al viejo. Nesibeli se fue, se fueron todos los demás.

Ulpandzhan ... No quiero que pienses que yo te he dado tu parte. Esto es mi regalo. Todo lo demás que tengo, vamos a disponer juntos. Dos Yeseneyes, dos dueños. Y el kos de sadyrov es tuyo. Puedes hacer con el lo que quieras. Por mí, que tus viejos no necesiten nada. Tu sabes, que no tengo hijos, no tengo a quien dejar todo. Tu vas a ser para mi un hijo, una hija, una mujer y una amada. Si tu sales como el sol encima de mi casa, ya no tendré más nada para pedirle a Dios. Siéntate más cerca. Pon tu cabeza aquí

Él escuchaba a sí mismo y se sorprendía. Pensaba que se había olvidado desde hace mucho tiempo de la ternura, se había olvidado las palabras que solían decir a las mujeres a solas. Resulta ser que no se ha olvidado!

Ulpán le escuchaba con el corazón palpitante ... ¿Quién otro en su camino podría hacerse Yeseney? Un hombre debe ser firme en las decisiones. Debe ser fuerte, y tener un gran corazón, y así veía al hombre que había encontrado en la cima de la colina. Dios mío, cómo era, difícil de imaginar, hace cuarenta años! Y si no fuera él, ¿a quién habría encontrado ella? A alguien como Murzash, el hijo de Tulén ... Y algún otro joven dzhiguit, pudiera igualarse a Yeseney? ¿Quién sabe? .. Pero ella no ha encontrado a uno así.

Ulpán hace poco, después de hablar con Turkmeno-Musrep sobre el arreglo de matrimonio - estaba dispuesta a tumbar a Yeseney con una bala, lanzar una flecha en él del arco de su padre. No puede ser que ahora, después de que ha sucedido todo lo que ella quería, está buscando excusas para sí misma?

Ulpán se recostó, puso la cabeza en sus rodillas, como él se lo pedía.

- No vamos a perder muchas palabras - dijo ella- Mañana reúne a tus sibanos y a mis kurleutos, haz un toy y delante de la gente repite lo que me dices, lo que me prometes...

Yeseney no respondía. Su grande, oscura cara, salpicada por la viruela se acercaba a  la cara blanca de la chica.

Más tarde ha pasado mucho tiempo desde aquella noche, ella escuchaba una canción de un akyn ruso, traducida al kazajo por un akyn Abay, de la familia de tobykty. Sobre un viejo imperioso - Tenguize[55], como él atacó con una tormenta inevitable a una joven cosaca, y sus ojos de color azul oscuro se humedecieron de la pasión.

Los ojos delante de ella eran marrones oscuros.

Al amanecer Yeseney fue a la tina con agua y durante mucho tiempo disfrutaba de salpicaduras.

- ¿Quieres? – preguntó a Ulpán -. Báñate tu también.

Se puso de pie, y de repente se le ocurrió una idea simple y clara que a partir de ahora este hombre es su marido, va a estar allí a su lado noche y día, en la alegría y en la desgracia.

El cuerpo viejo, acalorado como en la juventud, por el sentimiento de su poder y de la eternidad, se enfrío de nuevo en el agua. Yeseney extendió una alfombra de oración.

Y el cuerpo joven después de un baño se enfrió al principio, pero después volvió a acalorarse...

Ulpán se resbaló de nuevo bajo las sábanas.

9

En la primavera - Yeseney, Ulpán, Nesibeli y con ellos cuatro dzhiguitos dejaron aúl de Artykbay. Hasta la frontera con las colonias rusas iban a caballo, como de costumbre, y allí, en un lugar previamente designado, les esperaba Tlemís. Él condujo un carro con una capota que se abría y se cerraba, como un acordeón, con los pequeños peldaños en cada lado. Era un carro tirado por tres caballos. Tlemís llamaba este carro una carretela...

Por mucho que ella podía recordar, Ulpán jamás ha sentado en una simple telega[56]. Pero ahora se embarcó en un peldaño pequeño, se sentó así de fácil en el asiento de tafilete, como si toda su vida hubiera pasado en los carros.

¿Y por qué debe intimidarse? No se intimidó cuando se hizo la dueña de una fortuna que no había podido imaginar. A Yeseney le daba gracia su manera de administrar... El kos regalado por su marido contaba con quinientos caballos. El aúl de Artykbay nunca conocía tanta abundancia, aúl estaba lleno de carne, inundado de leche de yeguas. Para el momento de su partida, doscientas yeguas parieron.

La gente rica podía decir que Ulpán casi desnuda entró en la casa de Yeseney. Tenía alguna ropa, de fiesta  por el concepto de Nesibeli, reformada de la ropa vieja de sus padres. La madre cortaba  y cosía. Sabiendo la adicción de la hija Nesibeli trató de acomodarlo para equitación.

Más cerca de la primavera Yeseney iba a llevar Ulpán en su aul, pero ella le dijo:

- Si tus familiares me ven en mis trastos viejos, no se van a burlar de mi: gracias a Dios que no  haya llegado sin pantalones ...

Yeseney se incomodó. De alguna manera él no estaba acostumbrado a pensar en lo que necesitaba una mujer, lo que era imprescindible. Él decidió:

A mediados de mayo habrá una  feria en Tobolsk. Di que conduzcan allí cuarenta caballos seleccionados.

Ulpán obró así mismo. Después de todo, para que ser rico si no para tener comida y bebida deliciosa, vestirse bien, si no para poder hacer lo que quieras! Este verano eres rico, y después del invierno puedes convertirte en un pobre más pobre de todos los pobres! Y quería ir a la feria para que los ojos se acostumbraran a lo que ella nunca había visto, ni podía imaginar...

Tlemís, al que Yeseney envió a Irbit, cuando estaba herido, ingresado en el hospital en Stapa ya durante quince años  se encarcargaba de sus asuntos comerciales. Yeseney mandó que les  encontrara. Y Ulpán no mostró que estaba sorprendida. No sólo para ella, sino para Yeseney también sería incomodo, si ella desencajara los ojos...

Y, de hecho, la sorprendían muchas cosas. La carretera ordinaria la que cogieron ... Era ordinaria  y no ordinaria a la vez. La carretera tenía una pista en el centro para un caballo de varas, que llevaba orgullosamente la cabeza enmarcada por un arco. Y dos pistas en cada lado, para dos caballos de refuerza que galopeaban separados, inclinando las cabeza en los lados opuestos. Y las ruedas de la carretela ancha andaban justo detrás de ellos. Ulpán la hija de nómadas cuya vida pasa lejos de caminos carreteros por primera vez ha visto este tipo de carretera, serían los rusos que la habían aperto.

Sin reducir la velocidad, sin pasar al trote, al paso, una troica[57] corría a plena velocidad, y la carretela parecía que estaba flotando, sin tocar el suelo. Acostumbrada a la silla de montar, Ulpán estimo también esta manera de viajar. Es cómodo, rápido ... Muy por detrás se quedaron los dzhiguitos, que les acompañaban.

Cuando estás en la silla de montar y te gusta el caballo, se puede admirar la postura de su cabeza, una melena exuberante, un cuello torcido hermoso... Pero  no puedes ver su parte lateral. Y aquí tienes todo el trío delante! Y esta carrera rápida está acompañada por un repiquete incesable de las campanas.

Así que ... Ulpán estaba contando para sus adentros. Ante que todo, la carretera ... Una carretela con un trio de caballos incansables. Bueno, ¡aguanta, mi querido Yeseney! Déjame llegar a la feria ...

Ulpán ha reparado una isba rusa, la que nunca ha visto antes. Tlemís ha acordado en una casa, que les preparen té y comida. Dos habitaciones limpias. El suelo pintado de madera, ventanas con cristales, mucha luz dentro como en la calle. Y la cena debe estar preparada para ellos, en aquella estufa grande que ocupa un buen tercio del salón.

Una mujer rubia de mediana edad con los ojos azules les agasajaba, sacando rápidamente con pinzas las teteras y ollas con horquilla, acercando los sartenes y bandejas con badila. Ulpán ya tenía hambre y con un gran placer estaba comiendo un bollo blandito blanco, hecho de masa agria. Le gustaron mucho las tartas redondas con queso crema. Cuantas cosas se puede preparar, cocer, freír, de carne, leche, harina ...

¿Y esta familia tiene ganado? – ella preguntó en voz baja a Tlemis.

¡Qué ganado! .. No tienen nada. Un par de caballos, una vaca, como una docena de pollos. Siembran un poco de pan para sí mismos.

Ulpán se seguía admirando de isba. Y de esta, y de la otras, cuando salieron después de la cena para seguir su camino. Había un pequeño pueblo cosaco, acogedor, bien cuidado. Y hasta que el pueblo desaparició de la vista, Ulpán ha hecho una muesca más: una isba rusa. ¡Así mismo, Yeseney!

Muchas cosas de aquel día y todos los días siguientes se grabaron en su memoria. Parece que la estepa era la misma de siempre, la que le encantaba ... Las melenas verdes de boscajes . La estipa plumosa en el viento. La bruma de calor, que cubre todo este espacio, cuando el sol está alto después del mediodía. ¿Y su vida? El verano y el invierno pasa en la yurta. Cuatro tipos de ganado, que les permite reproducir el profeta Muhammad. Sogym la masacre invernal, cuando cada familia prepara la carne, que tiene. Una vida monótona, sin ningún tipo de cambios, como una noche larga. Ulpán de alguna manera aceptó el destino de una mujer kazaja, con su dobladillo sucio, con su humildad eterna, con las charlas inútiles ... Tal vez ella exajerara al enfrentarse a la vida totalmente diferente a la que ella conocía. Pero algunos pensamientos e intenciones nuevos y desconocidos hasta para ella misma la ponían a pensar con inquietud: "quién viva, lo verá ..."

Tlemís se ocupó de su alojamiento. En la orilla del río, donde el Tobol hace un lazo enrollado, estaban colocadas tres yurtas, una blanca y dos negras.

Al bajar de la carretela, Ulpán ordenó, como si fuera acostumbrada de ordenar:

- Mi madre y yo nos alojamos en en mi otau, tu en una yurta grande, y en la tercera vamos a recibir los huéspedes. Allí también vamos a cenar, y el té vamos a beber en otau. Bájate mi tigre...

Ulpán prentendía de no parecer sorprendida y lo lograba y Yeseney no podía dejar de asombrarse, y no disimulaba su asombro, viendo la desenvoltura con la que se portaba su Ulpán , con que cordura hacía todo y volvía a agradecer Alá por la decisión insólita que había tomado el otoño pasado de pasar el invierno con las caballadas en Karshygaly.

Él se detuvo para saludar las personas que le esperaban y Ulpán con su madre y con Tlemás pasaron al otau blanca como la nieve.

Una kazaja trataba de quitar un tundik  que cerraba el agujero para el humo en la parte superior.

Ulpán dijo:

Dile que no lo toque, mamá lo va a abrir.

¡Hey, mujer! ¡No lo toques, vete de aquí! - Gritó Tlemís. Debe ser su esposa. Así groseramente y sin ningún motivo no suelen de hablar ni con los servidumbres.

La mujer había desaparecido, como si nunca estuviera allí.

Abrir un tundik no es tan fácil. Nesibeli primero había echado la mirada al sol, había determinado de donde soplaba el viento, y sólo después quitó el fieltro.

Entró en la yurta detrás de su hija y se detuvo asombrada. La cubierta superior hecha de fieltro blanco fue decorada con adornos de terciopelo negro, las alfombras elaboradamente tejidas escondían las paredes enrejadas, y el suelo estaba cubierto de alfombras peludas. Frente a la entrada había ropa de cama de satén, terciopelo ... Los cofres estaban cubiertos con las fundas de fieltro blanco. Había un kumgan de latón pulido con un pitón largo y curvado, un perolito de cobre para lavar la cara, las cortinas pesadas de seda azul.

Aquí todo brillaba, relucía, pero Ulpán, fiel a la palabra dada a sí misma, no mostró su asombro. Agradeció a Tlemís, él entró detrás de la dueña de la casa y su madre:

- Sólo sus ojos pueden ver, si algo está mal hecho ... Y yo no veo ningún defecto, ninguno Tlemís-aga. No te ofendes que te llamo por el nombre. Llamo por el nombre a todos, empezando por Yeseney.

Durante los años, él se acostumbró que las mujeres rusas le dicen Tulamesh o Tilamesh, y por lo tanto, ni siquiera prestó atención cuando Ulpán le llamó por su nombre, que era inaceptable en los aules hablando con un hombre. Pero ahora él mismo estába reflexionando cómo decir a éste tocal, al parecer, mimada con la atención del marido viejo. No había podido decidir y trató de evitar decirle directamente:

- Hay defectos... ¡Cómo no habrán! Pero poco a poco arreglaremos. En Tobolsk en la feria se puede encontrar, todo lo que su corazón desee. También tengo una cantidad de comerciantes conocidos. Así que no se preocupe.

Salió.

Ala ... Siéntate. En el puesto de honor, donde siempre te sientes en casa. Esto es mi otau. En el aúl de Yeseney me llevarás con este yurta.

Cariño, ¿cuándo has tenido tiempo? ¿Cuándo encargaste una yurta así?

Ala, soy Yeseney? ¿Qué dificultades pueden existir para Yeseney! Mañana iremos a la feria. Todo lo que necesites para ti, para el padre, para la casa - toma todo ... Compraremos todo ... No yo vine a la feria con Yeseney sino Yeseney vino conmigo.

Pero, ¿cómo no iba a sorprenderse Nesibeli? Si sólo en un invierno Ulpán ha logrado domar un hombre como Yeseney. Pero todavía no había una boda principal en su aúl natal.

Entró una mujer, que para su llegada intentaba abrir un tundik, sin ningún éxito.

- ¿Van a lavar la cara? - preguntó.

- Sí ... Y Usted es la esposa de Tlemís-aga? Sí, zkena ...

Cuando Ulpán y Nesibeli se lavaron, se cambiaron, los dzhiguitos trajeron dastarkhan y un  samovar caliente. Ulpán les dijo:

- Que alguien de vosotros llama a Yeseney. Y el samovar ponedlo aquí, yo misma voy a servir el té.

Yeseney no vino solo. Además de Tlemís estaban dos comerciante tártaros más y un ruso.

Aquellos dos se llamaban Galiaskar, Galiulla y el ruso se llamaba Gleb.

"Ulpán por la primera vez en el papel de una dueña no en aúl, no en casa, con un poco de gran atención interceptando las miradas de los huéspedes, leía los pensamientos ... Parecía que al principio la habían tomado por una hija de Yeseney y Nesibeli por su esposa, pero luego empezaron a dudar y así se quedaban en las dudas hasta que Yeseney no se puso a hablar con ella:

- Ulpandzhan ... Llegaron los comerciantes y los comerciantes siempre están de prisa, siempre tienen poco de tiempo, y un montón de cosas para hacer. Éste ruso quiere comprar tus caballos, a por mayor. Por supuesto, si lleguen a un acuerdo.

Tlemís consideró necesario recordar de los precios feriales:

- Cuatro caballos están vendidos, cuarenta rublos por cada uno. Pero de todos los caballos, estos cuatro son los mejores.

Y este hombre - Talíb – cuánto da?

Treinta y cinco ...

Ulpán sin pensar mucho y sin regatear:

- ¿Cómo suelen decir? - dijo ella a Tlemís - hacemos un trato. Estoy de acuerdo.

Antes de salir, Gleb ha dicho:

- Madame, les debo el mejor zorro plateado que puedo encontrar, y el perfume de París ...

Tlemís tradujo y explicó que "madame"es una forma de llamar a una mujer noble.

Él salió para acompañar a Gleb y Galiaskar y Galiulla felicitaron a janum con un negocio exitoso y le desearon suerte en la feria. Galiaskar la invitó a su casa mañana. Su esposa y su hija van a ser felizes ... Si khanum va con ellas a la galería comercial, a ningun comerciante le ocurre engañarla ... Y aparte de la feria, Galiaskar tiene su propia tienda. Todas las mercancías son para khanum, basta sólo decir que lo que necesite.

Galiulla parecía muy contento con la invitacíon organizada por Galiaskar. Con esta "madame", como la ha llamado Gleb, se puede tratar. Ya tenían tiempo para calcular la cantidad de dinero, que va a poner en su bolsillo el comerciante ruso de la venta de cuarenta caballos y cuánto van a recibir ellos, si Dios quiere...

Después los dos se habían ido y Tlemis regresó y trajo a Ulpán un fajo de billetes impresionante y un saco con plata.

¡Tienes que agasajarnos! ... – dijo Yeseney con cariño, como siempre hablaba con ella.

Cuando envía un zorro plateado, te haré un buen tymak, no te va a congelar la cabeza en invierno. Te conviene, mi mozo?

Sí, khanum, me conviene ...

Pero ahora coje dinero para no tener bolsillos vacíos.

Oybay-ay! ¿Me das tanto?

Nada ... , No soy tacaño ...

No! Prefiero tomar este rublo de plata con la reina! No lo voy dar a nadie! Ella es tan hermosa. Melo guardaré.

Nesibeli les escuchaba y no cansaba de alegrarse, no cansaba de rogar a Alá que prolongue su felicidad. Ahora a ella misma le parecía extraño que ella había salido corriendo de la yurta en la  montaña, cuando Turkmeno-Musrep les comunicó la intención de Yeseney. Y mirando a su yerno viejo y su hija aún muy joven, Nesibeli trataba comprender: si Yeseney se ha puesto más sencillo, más amable o Ulpán desde el primer día había encontrado una segura línea de conducto con él, estaba cariñosa y dominante, revoltosa y terca .. . "Mi chico ", "mi tigre" a él le gustaba cuando ella le llamaba así.

Y Yeseney? .. Nesibeli nunca ha visto una persona así. Rapto de su riqueza, una sed inagotable del poder , aires de gran señor, pasión a caza tal vez todavía lo tenga, pero Ulpán borraba todo esto. A veces era una tutelada, que escuchaba los consejos de su mundología y a veces una mentora, que le daba consejos a él.

Un enorme, en apariencia sombrío Yeseney cada vez que mira a Ulpán recibe su mirada de complicidad. "Mi Yeseney", - ella le llama. Y a veces, son como los niños. Ulpán se prepara para salir. Yeseney la llama rigurosamente, ella acude corriendo, se mantiene en posición firme. Él obligatoriamente arregla algo: o ajusta kamzol, o vuelve a atar los cordoncitos de malajai[58]. "Me temo que vayas a crecer desaliñada  y torpe ... y le pega ligeramente como a una niña -. Bien, ahora puedes ir." Yeseney es Yeseney. Se puede permitir hacer lo que le de la gana sin hacer caso a los demás. Lo mísmo que él estaba contando de la belleza de la reina, tenía en cuenta a  Ulpán.

En estos días en la feria él se quedó en la sombra. Si lo hiciera otra persona, podría causar las miradas de asombro, las burlas ocultas. Pero Yeseney ... Algunas personas que le han tenido miedo antes por su severidad, su aislamiento, ahora tratan de acercarse y conocerlo de nuevo.

Para Ulpán el viaje a la feria significaba mucho. La gente empezo a  hablar de ella, de su inteligencia, el impacto en los negocios. Y una cosa no menos importante que ella misma se enteró de que podía ser diferente, y no una simple chica de aúl, que adoraba montar caballo y que había aprendido con la ayuda de Turkmeno-Musrep a cazar con galgos los lobos.

La persona, que ha vivido en las dificultades, siempre tiene preocupación de que la felicidad no va a durar mucho. Esto es lo que sucede más a menudo y Nesibeli y ella una y otra vez le pedía a Dios que no pase de su misericordia la casa de su hija.

Se sentaban Yeseney y Ulpán  con sus bromas, Nesibeli con sus alegrías y temores, cuando se han quitado la cortina y en la yurta entró Turkmeno-Musrep.

- Assalaumaleykem ...

De su brazo colgaba un látigo, tenía puesto la ropa de viaje se veía que acaba de desmontarse de la silla,

- ¡Musrep-Agay! - Saltó Ulpán. Nesibeli también se levantó a su encuentro.

Yeseney miró ferozmente al huésped inesperado:

- ¿Eres tu, Turkmeno? ¿Tu? .. ¡Casi se me ha olvidado tu cara! ¿Dónde estabas metido todo el invierno? ¿Por qué nos obligas echarte de menos? Siéntate, ya no vas a ir a ningún lado.

No era de costubre, si no Ulpán ya se arrojaría al cuello de Musrep y le abrazaría y le besaría. Él entendió todo por su mirada y también vió que con su matrimonio realmente se hizo su hermano, le gustaría también abrazarla, acariciarla como una hermana.

Yeseney lo sentó a su lado.

- Y tu, Turkmeno, no hemos tenido noticias tuyas... Pero he oído que tu, él que durante tantos años te mantenías fuerte, ahora también estás liado. ¿Por qué no nos invitaste al toy de boda?

Musrep contestó inmediatamente:

El toy lo hemos aplazado hasta su llegada - dijo. –No hemos tenido tiempo ... Nuestro bebé ha nacido y Shynar no puede ausentarse, día y noche está a su lado.

Un bebe? ..

Si estuvieron a solos, Yeseney sin duda ya burlaría del amigo, le preguntaría que por qué tan pronto y si su mujer ya había llegado de su casa con beneficio?

Pero tenía vergüenza de Ulpán y dijo brevemente:

- Bueno, te felicitamos...

Y Ulpán, por supuesto, le preguntó:

Un varón? .. Una hembra?

Aún no se sabe. Aún no se pone de pie, y Shynar no me lo enseña – dice que le voy aojar.

No se pone de pie – dijo Ulpán sorprendida .. - ¿Y cuándo;? ..

Hace tiempo. Ayer cumplió doce días

¿Doce días y tu quieres que el niño se ponga de pie?

- ¿Pero qué estás diciendo? - Yeseney exigió una explicación. Nesibeli sonrió y se volvió hacia su hija:

- Eh, Ulpán ... ¿Cómo no has entendido? Fue su camella que parió, la camella ...

- Sí? ..

Por los ojos de Musrep Ulpán se dio cuenta de que su madre había adivinado, y se rió con alivio. Porque ella igual que Yeseney sorprendió del por qué Asrep hubiera cogido una mujer embarazada?..

Musrep siguió explicando – la cría todavía es débil, no domina sus propias patas y las patas son  largas,  ni siquiera levanta la cabeza, siempre está tumbado ... Esta camella blanca Shynar la llevó de su casa.

- Y la cría es blanca también – le cortó Ulpán.

- Sí, blanca como la nieve, dice Shynar. Pensamos hacerlo como un premio principal en paluan[59] para uno que gane todos en nuestro toy.

Yeseney intervino:

Puedo ver en los ojos de Ulpán...Le excitas la codicia, quieres que yo luche en tu toy!

Y qué te va a pasar, si participas? O ya estás viejo? ¿Cuántas veces has luchado con los paluanos, famosos y ganabas!

¡Él va a luchar, va a luchar! - exclamó alegremente Ulpán y dió una palmada en la rodilla de  Eseney -. Él va a ganar todos – y la cría de camello blanca va a ser mía!

¡Está bien! - Yeseney estaba de acuerdo, pero puso sus condiciones: - Pero tú, Turkmeno, también tienes que salir en la alfombra con los demás.

-Voy a salir ...

Y parece que el destino del premio ya han resuelto, mucho antes de que los paluanos iban a entrar en el combate en un Toy ...

Ulpán hace tiempo no ha visto a Musrep, y tiene tales cambios en su vida desde entonces, ella seguía preguntando:

- Musrep-Agay, usted dice, que mi futura amiga, mi hermana se llama Shynar[60]?

- No me casaría, si se hubiera llamado de otra manera.

- Fanfarrón - dijo Yeseney – Fuiste un fanfarrón de soltero y casado sigues igual!

Fanfarrón o no lo vas a ver.

- ¿Quieres decir que ella es más bonita que Ulpán? Fue difícil responder esta pregunta, pero no para Musrep:

- Cada mujer debe tener su propia belleza, única. ¿Nos discutimos qué caballo es mejor bayo o  moro? No. Decimos que hermoso, bueno, fino, bello...

* Para sí mismo como para consolar Yeseney repitió una antigua verdad probada:

No por gusto dicen que la belleza de un hombre es en su inteligencia, y la inteligencia de una mujer es en su belleza ...

Bueno, consideramos que he tenido la suerte igual que tu, la inteligencia de mi Shynar, no es sólo en su belleza, ya estoy convencido en esto.

-Ulpandzhan ... Parece que se recupere su conciencia?

- Y tu también ya pareces un hombre! Yeseney ya le respondió sin chiste:

Dices la verdad, Turkmeno ... A veces, resulta difícil conocer a sí mismo ... - Pero él no estaba acostumbrado a la franqueza completa, incluso con Musrep, y regresó de nuevo al viejo rumbo de conversación: -  A donde me lleva, la estoy siguiendo. ¡Me convierto en quien me convierto, va a ser el logro de ella! ¿Y la tuya tambiénes así?

Ahora me siento más aliviado – respondió Mursep haciendo un suspiro largo. Ahora mi pobre mujer no tiene ni un momento libre, todo es por culpa de esta cría. Sólo adivino por la mirada. Veo que no hay combustible y corro por el estiércol. No hay agua ... Agarro un cubo, corro hacia el lago y regreso, tratando de no derramar agua.

¡Así estás corriendo!

A veces pasa que un  mosquito hace correr a un tigre...

Ulpán escuchaba de una manera condescendiente a dos hombres, uno que no es nada jóven y el otro no tan jóven, que estaban hablando de las mujeres jóvenes, de sus esposas.

Ella preguntó:

Musrep -Agay, vas a encontrar el tiempo mañana para ir conmigo al mercado? ¿Tienes muchas cosas para hacer?

Una vez visitado resuelvo todos los asuntos...

Yeseney preguntó con el aire descontento:

- ¿Y yo me quedaré solo?

Por el día Musrep-Agay estará conmigo y por la noche contigo. Por el día tendrás cosas para hacer. Tus kureyes y tus uakos están esperando a Yeseney cuando empiezas a desmontar sus lítigos acumulados durante el invierno. Y si quieres vamos juntos ...

No - cortó -. Lo único que faltaba andar por el mercado. Nunca en mi vida lo hacía!

- Trataré de no tardar mucho – prometió Ulpán.

La mañana siguiente, mientras la carretela andaba suavemente de la orilla de Tobol hacia la ciudad, Ulpán comenzó de nuevo una conversación acerca de Shynar;

- ¿Y cuánto mide?

Ya deshabituó de  Turkmeno-Musrep y ahora no sabía si decirle “Usted” o "tú".

- Si se poneís en frente una de la otra, podreís mirarse a los ojos. Pero parece que ella es un poco más delgada que tu. Esta chica nunca ojeaba un lobo en la estepa, pastoreaba camellos.

- ¿Y qué carácter tiene..?

- Carácter - preguntó Musrep,  sin saber qué contestar-. Es tranquila. No es miedosa. Creo que es amistosa ... Las mujeres mayores de nuestro aúl la miman, temo que la puedan depravar. Lo único que se oye: "Aynalayn-ay ... Aynalayn-ay ... " Y los niños no la llaman de otra manera sólo ayay-apa[61] ...

¿Y tu cómo la llamas? - Preguntó Ulpán.

¿Yo? .. Akmaral ...

Ulpán por el tiempo ha dejado de interrogarlo, recordado su ciervo común blanco en Karshygaly, una cierva blanca con dos crías en el lago salado... ¿Y por qué  Musrep llama así a su esposa? ¿No hay otros apodos cariñosos? Akbota, por ejemplo una camella blanca ...

Pero era mejor de no recordar de esto, y para cambiar el tema:

Musrep-agay, ¿qué harías si fueras rico?

- Mejor no, - dijo, - El rico sufre nada más ... No duerme por la noche, pensando cómo evitar la pérdida de ganado. O yute ... O alguien le va a robar ...

Ella seguía insistiendo:

- No, pero de todos modos ..?

- Sinceramente, aynalayn - No lo sé. Lo que es necesario, lo tengo. Dos caballos de montar, dos yeguas, dos perros. Y ahora esta camella. Tenemos la cría...

No! La cría es mía!

Ah, verdad es tuya, tuya ...

Entraron en la ciudad ... Los ojos de llaneros no están acostumbrados a esta multitud de gente, esta cantidad no encontrarás ni en un toy! Las casas son de piedra y madera, las puertas y ventanas están adornadas con tallado fino ... ¿Qué se puede decir de ellos si los caballos en atelaje resoplaban asustados, bizcaban por los lados y en cualquier momento estaban dispuestos hacer un extraño. Tlemís, que estaba sentado en la posición del conductor, apenas podría detenerlos.

Tlemís explicaba ... En la casa blanca de dos pisos antes vivía el gobernador. ¿Y esto? El edificio macizo, con una base sólida y las cruces en las torres, dirigidas al cielo es una iglesia. Los rusos rezan aquí a su Dios, aquí les bautizan al nacer, aquí celebran la misa de funeral. Un granero largo de piedra con las ventanas grandes, alrededor del cual hay multitud de la gente allí hay puestos, tiendas. Aquí siempre puedes compara lo que quieras si tienes dinero.

Ulpán ha comprendido de una vez no me va a recordar todo, y ha dicho:

-Vamos a casa del tártaro comerciante de ayer, ¿se llama Galiaskar? .. Sí, Galiaskar es su nombre.

Tlemis torció en lacalle lateral y envió atelaje a la casa de ladrillo de dos pisos.

- Me preguntabas ¿qué haría si fuera rico? - En primer lugar, me gustaría construir una casa como ésta ... Mira lo limpio que está en el patio, la alfombra de hierba verde. Un pozo. Si es así por afuera, imagínate ¿cómo está por dentro?

Sí, la decoración y los muebles de la casa a Ulpán le parecían lujosos. Y ella furtivamente pero con mucha atención examinó la mujer y la hija de Galiaskar. Las tártaras se visten de la ropa ligera y cómoda, se comportan libremente. Su idioma se parece a Kazajo y no parece, pero es comprensible. Ah, y Galiaskar hablaba Kazajo como si fuera su lengua materna.

Una gran mesa redonda estaba llena, quedaba solo espacio para colocar las teteras y tazas. Parecería, ya no faltaba nada para añadir.

Pero su esposa Galiaskar Razia igual se preocupaba:-Coman ... Todo lo que hay sobre la mesa es para ustedes ... Este Galiaskar siempre me deja colgada. Llegó por la tarde y dijo: - por la mañana tenemos invitados. Y yo le digo – me quieres matar? No me da tiempo para nada y me voy a morir de vergüenza. Y él me dice en ruso: no pasa nada, no pasa nada Razia-khanum ... En ruso, para que yo no discuta. Me dice pero así verás a una kazaja hermosa. Y no mentió. Coman...

Ulpán no comía mucho para que no pensaran que tenía hambre. Bebió un poco de té, y después Razia khanum la llevó en la tienda de Galiaskar. El comerciante no sólo hablaba kazajo fluido, pero también sabía que podía ncesitar cualquier mujer de estepa, tenía mercancías para todos los gustos, de todos los ingresos. No por gusto decía "En ningún lugar encontrarás lo que hay en mi tienda..."

Las botas de cordobán de diferentes colores ... Unos kavushes-Ichigues bordados de abalorios . Kamzoles de terciopelo, de felpa ... Miralos y parece que un arco iris se extiende por el contador! Y el mismo arco iris en la otra esquina, donde han colgado vestidos de seda. ¿Dónde les cosieron? En Kazan ... Esto está lejos de la estepa norte kazaja, pero alguien ha encontrado allí tal corte que permite guardar la forma habitual para las mujeres de aules y hacer los vestidos más ligeros y más comodos.

Ulpán primero pidió tres pares de botas. Un dependiente servicial, tártaro también, en kazajo la invitó:

- Siéntese, tiene que probar ...

Ulpán se sentó, pero no había cambiado los peales por la mañana. Por esto se negó probarlas, sólo comparó las botas nuevas con las que tenía puestos. que estaban en él. Parece que están bien

- Las compro ...

Después obligó a su madre a probar kavushes y durante mucho tiempo seleccionaba todo lo necesario ya que no sabía cuando iba a volver a una feria ... Lo único que faltaba en la tienda eran los vestidos con volantes dobles y kamzoles de manga larga.

Y hay gente que puede coserlo?

Claro ... - respondió el dependiente.

Llevó un sastre Shakir y Shakir se encontraba en una situación embarazosa. Normalmente los kazajos no dejan tocarles para tomar sus medidas, se considera un mal agüero. Es difícil conseguir la tela fina para mortaja y vale caro, por esto con la mayor exactitud miden a los difuntos y no a los vivos.

Erguida orgullosamente, Ulpán se paró frente a un sastre y se quedó inmóvil mientras él suavemente, casi sin tocar a la mujer joven tomaba medidas, escribiendo los números en papel. Y  Nesibeli en la esquina murmuraba súplicas, rogando a Dios salvar su Ulpán del presagio malo.

Cuando todo esto se acabó, Ulpán recordó que Musrep había dicho que Shynar era de mismo tamaño que ella, y ella dijo a Shakir:

Estos vestidos y camzoles hágame tres de cada.

Tres? ..

Sí. ¿Cuánto va a tardar? -Cinco días más o menos ...

Llegó el momento de pagar la cuenta, y los nudillos  empezaron a moverse rapidamente en las cuentas bajo los dedos ágiles de Galiaskar, no ha confiado una compra tan grande al dependiente.

Él contaba pronunciando:

- Terciopelo azul - cuarenta y cinco arshín[62] ... Terciopelo carmesí - cincuenta y cinco ... - Rojo - treinta y tres ...

Seguía bisbisando y finalmente unos billetes grandes se quedaron en un cajón de su escritorio. Pero Ulpán no escatimaba - si tenemos dinero, ¿para qué guardarlo? El dinero es para gastar.

Razia-khanum en la despedida aconsejó a Ulpán poner toda la ropa nueva después de visitar el baño, el camino de aúl era largo. Ella les había encontrado una anciana local, que las llevó.

Acerca de baño a Ulpán le habló su padre, él había estado en las ciudades rusas y en Stapa había pasado seis meses en el hospital. Una cosa es oír hablar y otra cosa entrar en la sala con vapor caliente, hacía tanta calor como en la estepa el día más caluroso ... Una languidez placentera envolvió todo el cuerpo, y las manos blandas de la anciana lo frotaban fácilmente, y el cuerpo se  cubrió de espuma que daba cosquillas... Y el pelo, lavado con agua, que tenía olor acre a vinagre se soltaban sobre los hombros ... "Mañana vendré otra vez - pensaba felizmente Ulpán -. Y pasado  mañana - también. ! Voy a venir cada día, hasta que regresemos en aúl!" Y mentalmente se hizo un nudo en su pañuelo para el futuro -  hacer un baño ruso ...

De camino a casa Ulpan vió a Galiaskar y Musrep que iban en una calesa, tirada por un caballo ralazán, grande que no le conseguirías su crin con la mano ... La calesa andaba silenciosamente. Los bordes estaban guarnecidos con metal brillantes, las cajas para los viajeros estaban hechas de salce y pintadas de color marrón brillante.

Al principio pensó que fue una calesa de Galiaskar y dijo:

'- Musrep-Agay ... Comienza a montarte en un carro de comerciante te olvidarás cómo montarse  en la silla.

- Esto no es un carro. Es una calesa. Mía. – Lo compraste?

- Y el caballo, y todos los arreos...

Akmaral para esto me envió a la feria. ¿Crees que le va a gustar? - Le preguntó preocupado.

- ¡Por supuesto!

A casa, a las yurtas en las orillas de Tobol Ulpán regresaba en la calesa de Musrep en el carruaje. Ella quería pasar tranquilamente por las calles, ver la ciudad. Ella miraba y no podía dejar de notar que un caballo alazán oscuro, acostumbrado al ruido y multitud de gente, andaba tranquilamente, ligeramente para que todos admiraran su belleza. En las curvas, en el sol brillaban las cuatro herraduras.

- Mañana cómprame una calesa igual. ¿Me lo vas a comprar, Musrep-aga? Y una pareja de caballos . He visto unos así en la calle.

- Una vez que tu pides la voy a comprar. ¿Y los caballos de qué color?

- Lo que te guste a tí a mi también me va a gustar ... Yeseney les encontró al lado de la yurta grande.

- Bueno, Turkmeno ... Gastaste toda la ganancia de las pieles de lobo en este carro. Y ¿con qué vas a alimentar a tu esposa?

- Una esposa buena sola alimentará a su marido.

Ulpán estaba ansiosa por expresar su deseo a Yeseney:

- Mi Yeseney, no regañes a Musrep por su compra. Mañana también voy a comprar una calesa con los caballos. Nuestros caballos son demasiado miedosos para tirar de un carro.

- ¡Quieres arruinarme!

- Voy a arruinarte!.. Ya estás arruinado, ya casi no tengo mi dinero. En cinco días vamos a casa. Y hasta entonces - cada mañana voy a ir al baño a bañarme. Pruébalo, y vas a ver el gran placer que es!

Antes de salir quitarón la yurta-otau blanca más pequeña y la cargarón en los camellos, los camellos llevarón los bultos con las compras y Ulpán con su madre fueron en la calesa nueva  uncida con los caballos rápidos y tranquilos del color gris oscuro.

En la despedida, Ulpán le recordó:

- Musrep-agay, dile a Shynar, que cuide mi cría y no le enseñe a nadie...

10.

Por aúl llegaron en la primera mitad del día, y Yeseney le dijo burlando con cariño:

Pués bien, la joven kelín, ahora tendrás que caminar a pie ... Y yo voy a ver cómo te inclinas por cada lado en una costumbre habitual.

No sé si puedo ... Pero no me mires. ¿De acuerdo?

- Bueno, - le prometió.

La multitud de chicas y mujeres jóvenes que salieron a su encuentro, se acercaba, y Yeseney bajó a Ulpán con su madre. Se bajaron las mujeres del aúl natal de Ulpán que la acompañaban. – Ellas iban detrás. Y como veinte  dzhiguitos-jinetes siguieron Yeseney.

Mirando de reojo a las mujeres, que recibían a Ulpán, Yeseney sonrió: "Mis parientes en inteligencia podrían competir con un burro orejudo... Se imaginan que baybishe de Yeseney va a entrar en su propia casa tapada con su cortina ... "

De hecho, llevaban en dos varas finas una cortina de seda de color verde oscuro que debería esconder de las miradas indiscretas a su nueva familiar.

Delante de todas iba Aytolkyn la mujer de Imanaly. Encima de dos kamzoles de terciopelo puso un abrigo, en su cabeza se elevaba como un turbante un zhaulyk de calicó ligero blanco .

Dos mujeres jóvenes - en ambos lados de Aytoykyn-tenían puesto la ropa más ligera, más oportuna para el tiempo que hacía: en las cabezas tenían saukele con galones dorados, kamzoles sin manga, vestidos blancos con volantes dobles. Las tres se pararon inclinándose, cuando pasaba de largo la carretela cubierta con Yeseney.

La cortina de verde oscuro se movía hacia Ulpán. Aytolkyn piensa que si se pone un zhaulyk que apoya el cielo, se ve más alta! Y ha puesto dos kamzoles y abrigo con el calor que hace para ocultar las caderas gordas. El sudor que bajaba de la cara, mojo la parte inferior de zhaulyk, debajo de la barbilla, y el polvo ensució el calicó blanco, y parecía que a Aytolkyn le crecía una barba...

Y la que está a su derecha? .. Morena, de mejillas sonrosadas. Botas bordadas en los pies ... La sonrisa agradable... Los rabillos de los ojos un poco hacia arriba ... Un lunar en la mejilla izquierda. Debe ser Shynar, como la describía Musrep respondiendo las preguntas de Ulpán. Por supuesto, Shynar! Gracias a Dios Musrep finalmente se encontró una pareja.

En el aúl de Yeseney después de la partida de su primera esposa, la principal era Aytolkyn, se consideraba la más importante. Con Ulpán y Nesibeli saludó con arrogancia:

- ¡Hola, palomita! ¿Cómo está tu salud? ¿Consuegra, todo está bien en tu casa? - Las palabras se le estancaban entre los dientes, y la palabra "usted",  parecía que no le servía para nada.

Y aún cuando repartía shashu, un tipo de dulces, Aytolkyn añadía a su manera, como si advirtiera para el futuro:

- El bienestar en la casa - desde los primeros pasos kelín ... Cómo el crecimiento de rebaño - del báculo del pastor. Y el bien y el mal dependen de las cejas del kelín que ha entrado en la casa, sus cejas subidas o fruncidas ...

Los niños se pusieron a repartir shashu. Quitando los dulces de las manos, luchando. Ulpán no podía apartar los ojos de ellos. Muchos tenían vientres hinchados, es un indicio claro de inanición constante. Las piernas delgadas. Y los ojos rojos, inflamados. A Ulpán le impresionó, la cantidad de los niños flacos y enfermos en aúl de Yeseney! Es posible que en invierno hayan tenido yute, y pasaban hambre?

Aytolkyn todavía se daba aire de importancia, se daba pisto ... Shynar se acercó a Ulpán.

¿Eres tú, aynalayin? - preguntó Ulpán.

Soy yo, - respondió Shynar.

Y Nesibeli rápido se dió cuenta – es la esposa Musrep. Le dió un beso a Shynar:

- ¡Sé feliz por muchos años!

Pero si Ulpán examinaba Aytolkyn, Aytolkyn también examinaba Ulpán como sólo las mujeres saben examinar una a otra. Raro ... En la cabeza tenía un pañuelo blanco de seda, como un mantel, y saukele por encima del pañuelo. ¡El cuello tenía abierto! .. Quiere jactarse - que los hombres vean, que cuello más hermoso tiene! ¡Qué vergüenza! Un vestido de seda de color amarillo brillante, y el cuello rojo. Está claro que le faltó tela. Y tenía sólo un kamzol puesto de terciopelo azul oscuro. ¿Qué lo que puede tener mejor esta mendiga? Menuda belleza, por la que han dado un kos de caballos. No tiene nada especial... Y la cara ... No más blanca que la de ella, de Aitolkyn! Vamos a ver cómo se pone esta chica después de parir tres hijos y dos hijas... Y los ojos peligrosos. Y Musrep la alababa. Las botas ... Si hubiera pensado mejor habría puesto unos azules con lunares y no las rojas con una costura clara. Y esta Shynar sin hogar, la esposa de haraposo, que llevaba unos iguales. La verdad sea dicha: "Que no hay nada peor que un kedey[63] que se engalana ..."

Aytolkyn levantó la mano, y dos mujeres jóvenes se acercarón a Ulpán para taparla de las miradas indiscretas con una cortina mientras ella caminaba hacia la casa de su marido.

Ulpán también levantó una mano para detenerlos, y dijo: - Mira, kelín ... – Lo pronunciaba mirando al otro lado, para no cruzar la mirada de Aytolkyn - Diles que la quiten. ... No voy a taparme, mientras camino a mi aúl.

"Kelín? .." Para Aytolkyn, la primera mujer en el aúl de Yeseney, éste nombre era peor que un latigazo, que recibía a menudo de su marido Imanaly.

 “¿Qué?”. – Lo único que pudo decir.

Te digo que les mandes a quitar la cortina. En el camino a mi aúl quiero ver la tierra y el agua, las mujeres y los niños. Quítalo ...

Como quieras ...

Aytolkyn ofendida frunció el ceño y pensó: "La gente no me va a condenar, te condenará a ti." Ella no quería admitir la derrota - no cedió el sitio delante de la procesión solemne. Ulpán y Shynar caminaban juntas y hablaban en voz baja.

Pensé que Musrep-Agay iba venir en mi boda ...

Envió a su hermano mayor. Y él está terminando de sembrar.

Sembrar? ..

Sí. Yo no sabía, y ya no es el primer año que ellos siembran una parcela de avena y mitad de la parcela de trigo. Les ayudaba, también.

Eso es lo que sentí, que tenías las manos ásperas ...

Tus manos tampoco son de seda.

A pesar de que nunca he sembrado, pero tenía bastante trabajo... ¿Y como está mi cría blanca? ¿Está viva?

Está tan viva, que es imposible vigilarla!

¿Y vuestro aúl está lejos de aquí?

Todavía estamos viviendo en un invernadero, no hemos mudado. Y tu cría causa problemas. Tenemos que mantenerla encerrada, tu has pedido no enseñarla a nadie antes de tu llegada ...

Ulpán apretó su codo con gratitud.

Aitolkyn todavía marchaba a la cabeza, y las mujeres jóvenes que se sintieron de inmediato la confianza entre sí, no podían no hablar de ella.

- Aitolkyn está delante de ... - dijo Shynar, y lo importante no consistía en estas palabras, sino en la manera de decirlo.

Ulpán la apoyó:

¡Dios mío, qué pija! ...

¿Y qué? Ella tiene razón - sonrió con picardía Shynar.  A una kelín rebelde hay que domar desde el principio, después será demasiado tarde.

- ¿Quién te dijo que soy rebelde?

Nadie me dijo, pero te conozco como si hubiera crecido contigo en el mismo aúl.

Ya veo ... Musrep-agay ya te dijo bastante tonterías de mi ...

Tu Musrep-agay no deja manchar tu honor ni con un grano de polvo, igual que el mío ...

Eh! .. ¿Y por qué siempre llamas a tu señor por su nombre así de fácil?

- Él mismo lo ordenó, y yo me acostumbré.

A veces pasa que dices poco y sabes mucho. Ulpán pellizcó furtivamente el muslo de Shynar , y querían continuar la conversación, pero de repente miraron hacia adelante, donde cojeaba Aytolkyn. Los tacones altos de sus botas se apartarón por atrás y con cada paso se apartaban cada vez más.

Shynar acordó:

Parece que hay una canción ... "Las botas con tacones, pero cuidado con cada movimiento ... Si tropiezas, saltarás y caerás sobre la espalda ... "

La conozco ... Pero a veces no cantan "saltarás" sino " saltarás con trasero hacia atrás."

Por poco se rieron en voz alta. Viendose por primera vez les gustó también el hecho de que ambas sentían lo mismo por Aytolkyn.

Para poner fin a esto, Ulpan preguntó

- Y ella es de una familia de alta alcurnia?

- ¡Cómo! Dicen que es de familia de khan ... Ulpán con arrogancia levantó una ceja.

El aúl de Yeseney se situaba en una cañada entre dos lagos, juncar cubría sus orillas. Delante, donde blanquecían seis o siete yurtas, Ulpán de lejos reconoció su otau.

- Por poco me estiré las piernas... - se quejó Shynar - Mientras ayudaba a poner tu yurta, mientras organizabamos la cama ...

- Espera ... – la detuvo Ulpán.

Aparte, lejos de los lagos, se colocaban sin ningún orden yurtas oscuras en verdura de estepa.

- ¿Quién vive ahí?

Shynar a propósito comenzó a enumerar:

- Viven tus pastores, ovejeros, tus ordeñadores, aguadores, fogoneros, manaderos ...

¿Dices que son míos?

Tuyos.

Ulpán se quedó callada.

Su aúl natal nunca conocía de holgura y de abundancia ni hablar. Sin embargo, cada familia de kurleutos tenía su propio ganado y su yurta, no de fieltro blanco, de uno oscuro, pero la tenían... Nadie dependía de nadie y su padre Artykbay lo respetaban por su antiguo valor, logros del pasado. No por su riqueza, sino por la mente tranquila y razonable. Y estas yurtas, son todo remendadas, el último refugio de los pobres. Un aúl de Eseney, del famoso biy, batyr... Del ricachón. ¿No sería mejor para los sibanos vivir sin Yeseney? .. Astagfirulla! Qué pensamientos crueles se le meten  en la cabeza y en el momento cuando estaba en el umbral de su casa ... Pero aunque Ulpán estaba emocionada por su nueva posición desconocida, aunque - lo sabía – por delante la esperan no soólo momentos alegres, pero también las pruebas, la diferencia entre los aules, blanco y negro, le saltaban a los ojos con los primeros pasos sobre la tierra de Yeseney.

Cerca de una yurta grande de Yeseney estaban esperando los hobres y las mujeres de los aules de sibanos.

Aitolkyn todavía andaba por delante, no más lejos que un lasso tirado, se inclinó delante de una yurta blanca.

- Has todo como yo ... - susurró Ulpán a Shynar.

Y se dirigió a las personas mayores, se pusó de rodilla y les dió la primera reverencia  profunda a ellos y no a la yurta blanca donde le estaba esperando su marido. Shynar hizo lo mismo, pero de vergüenza se cubrió la cara con la punta de un pañuelo.

Uno de los dzhiguitos estaba a punto de quitar la cortina de una yurta grande, cuando Aytolkyn, para que todo estara hecho por su orden, le ordenó:

Abre ...

Yo mismo pensaba ...

Te digo – abre ya! Dzhiguit la empujó con el codo:

- Voy a abrir y tu apartate... ¿Vas a entrar en la yurta antes de baybishe? ¡Apártate! ...

En una yurta grande blanca Ulpán, notando a los aksakales silenciosos en los puesto de honor, se inclinó ante ellos y sólo entonces se sentó justo por debajo de Yeseney. Shynar esta vez no se atrevío de seguir su ejemplo, estaba dudando, pero Ulpán la llamó con un tono perentorio:

- Ven aquí ...

Shynar también saludó los aksakales pero se sonrojo de confusión y se sentó de alguna manera incomoda de costado... Y junto a ella se sentó Nesibeli y otros kurleutos que acompañaban a  Ulpán.

Yesenia, riendo, mirandolos, dijo a Shynar;

- Eh! .. Tu Musrep no es siban, es turkmeno... Aquí para ti, Shynar, todos los puestos de honor son libres... ¡No tienes ninguna obligación de honrar estos ancianos con una reverencia!

El mayor de todos ellos, con una barba blanca como la nieve interrumpió al hospedador:

- Nunca lo digasYeseney, ni en broma. Ante mis ojos fue que un aksakal nuestro Bespay no por gusto casó a su hija mayor con un dzhiguit turkmeno forastero. Por su valentía la casó ... Y el padre de Musrep era muy joven cuando falleció, protegiendo a los sibanos de los calmucos. Después de todo, cuanta gente llegaba para invadir nuestra tierra! Sí, Yelamán era un batyr ... ¿A quién más de los sibanos hicieron un montículo tan alto como una montaña? El más alto está encima de polvo de Yelamán, que descanse en paz!Yeseney levantó las manos:

¡Oh Bai Bac, me rindo!

A nadie les dió tiempo a decir algo cuando en la yurta entró el objeto de la conversación -  Musrep. Él se inclinó desde el umbral ante todo el mundo y Ulpán y Nesibeli se levantaron al verlo. A Nesibeli le estrechó la mano con las dos manos, y a Ulpán la abrazó y la besó en la frente.

- ¿Cómo se atreve éste Turkmeno! – haciedo el celoso, gritó Yeseney.

Musrep, sin prestarle atención, dijo:

- Que tu llegada nos traiga felicidad a todos, Ulpandzhan ... - Luego se volvió a Yeseney: - No es tu preocupación... Siéntate ...Quédate tranquilo! ..

Los viejos lo escuchaban aprobativamente. Habían paz y armonía en la casa. Habían paz y armonía entre los amigos. Así es mejor y más fácil para la gente vivir en este mundo.

Siéntate más alto – Yeseney invitó a Musrep.

No, mi puesto está al lado de Nesibeli, mi consuegra.

¡Oye! – se indignó Yeseney -. ¿Has vuelto loco, mientras estabas lejos de nosotros? A Ulpán le dices hermana y su madre dices consuegra. ¿Cómo entender esto?

Entiendelo como quieras, - dijo Musrep y se sentó junto a Nesibeli.

Él preguntó por la salud de Arteke, se apenó de que el anciano no había podido llegar en la boda de su única hija ... Nesibeli transmitió su petición que Musrep que venga a visitarlo. Musrep ha prometido que en cuanto se trasladen a dzhaylyau en el lago Kayran-col, aueles estarán en los lados opuestos, van a venir ...

- Y vas a llevar a Shynar contigo. Y nosotros iremos - dijo Ulpán.

Musrep sonrió de su audacia:

- Con un bridón dorado está  embridadoYeseney ... – él cantó el primer renglón, pero al parecer decidió que no iba a cantar toda la canción, inmediatamente terminó dirigiendo el filo del segundo rengón en sí mismo: - ¿Y tú, Musrep, tampoco te muerdas su bocado, ponte serio!

El tenía oído, podría tocar una melodía que había oído, escribía kuy, pero una voz Dios no le había dedo. Por esto Musrep cantó sólo dos renglones, cambiando los nombres en canción famosa.

Bakberdy tenía una barba más blanca, pero él no ha perdido el gusto por las conversaciones interesantes, por las personas ...

- Por lo que veo a los dos le quedan bien las riendas doradas... – dijo.  Me alegro... Uno de ustedes se casó con la hija de Artikbay-Batyr, el otro se casó con la hija de Shakshak-biy. Por lo tanto, Alá no abandona de su misericordia a los sibanos. Sean juiciosos, que no se desgaste la rienda... - él tendió sus manos ncima de ellos y bendició a los recién casados.

Normalmente tan áspero Yeseney hoy estaba alegre y próvido.

Oh, aksakal - dijo -. ¿Qué debo hacer? Hubiera dirigido sus palabras sólo a Musrep. Y Usted me embridó junto con él.

Y que así sea, Yeseney, a ti primero. Nunca he oído hablar que Musrep  había dado  a alguien aunquesea un papirotazo.

- ¿Entonces para qué necesita una rienda?

- ¡Oh, Dios mío! Kelín la que él llevo a nuestro aúl, me gustó. Sobre él lo he dicho, para que ella nunca me reciba con las cejas fruncidas.

El viejo se puso de pie. Estaba en esta edad, cuando no se eternizan mucho en el dastarkhan más digno, en la mejor conversación.

Ulpán se levantó también para acompañarle. De los abrigos de piel y chaquetas, colgados en una fila en la pared, ha elegido una bordada con oro y la echó sobre los hombros del anciano.

- Que se cumplen sus deseos, ata ... Después de él se levantaron otros viejos.

Cuando se fueron, Ulpán volvió a su asiento y susurró:

Shynar ... Eres la hija de Shashkak-biy? ..

Vaya ... Después te cuento.

Musrep dijo a Nesibeli, se sentaban juntos desde el primer momento:

Consuegra, escúchame ... Cuando el toy se acaba, no te vayas a ninguna parte. Primero pasa por nuestra casa. - Musrep echó una mirada a Shynar – Ella me mandó a invitarte, sólo así, sólo con una condición tan sólida. Y a Ulpán ella misma le va a invitar.

Ella ya me ha invitado, pero no tuve tiempo para decirlo a Yeseney.

¿No es suficiente que ella te invitó? No me voy a demorar- dijo Yeseney.

Estaban bebiendo kumís durante mucho tiempo y ya bebieron hasta saciarse. Llegó la hora de samovar. Un dzhiguit joven, uno de los que servían en la yurta de Ulpán a orillas de Tobol trajo un samovar, pulido a un brillo, resoplando como un caballo después de una larga carrera. En dastarhan apareció un servicio dorado de té, Ulpán lo había comprado en la feria, tintinearon las cucharaditas de azúcar. No vertieron azucar a granel, azúcar vertieron en azucareras, en tazones pusieron albaricoque seco ambarino y las pasas de color púrpuro oscuro, casi negro.

-Puedo pasar aunquesea una hora tranquila, sirve el té, - pidió Ulpán-preguntó y se apartó, dando espacio a Shynar.

Después de la partida de los viejos Musrep inmediatamente comenzó a ordenar:

Consuegra, siéntate aquí, en el puesto de honor. Y no te levantes, venga quien venga! – No se calmó hasta que Nesibeli se movió, e incluso pinchó a Yeseney:-¿Y tú en tu propia casa también te comportas como un biy famoso, el mismo Yeseney? Eres un yerno, debes mostrar cortesía ...

¡Que Dios te castigue! ¿Por qué no me dejas en paz? – dijo Yeseney indignado -. Cuando llegaron en los puestos de honor se sentaban nuestros aksakales, no podía echarles de aquí. Mira, Ulpán, ya estoy empezando a pensar mal. ¿Qué hay entre vosotros? ¿Por qué le dejas bailar encima de mi cabeza?

¿Entre nosotros? Hay entre nosotros ... - Ulpán a propósito hablaba lentamente y misteriosamente. – Entre nosotros hay una cosa ... Yo soy la hermana de Musrep y Musrep es mi hermano mayor, el único que tengo en mi vida.

Mientras ella hablaba Musrep se sentó entre Yeseney y Nesibeli:

- ¿Entendiste? Y si entendiste, no lo olvidas jamás. Soy un hombre que tienes que respetar no menos que al mismo Arteke.

- Menudo kaynaga tengo... – rió Yeseney .

- Tenga lo que tenga, otro no habrá... - respondió inmediatamente Musrep.-Y tú, Ulpán?.. ¿No has visto con quién tu casas? ¿Has dado tu conformidad por inocencia?

Ulpán se sonreía y Yeseney levantó sus manos:

Yu ves que tengo mis manos arriba... Me callo! Ya no soy Yeseney y no quiero ser Yeseney!

No, eres Yeseney – Ulpán replicó en contra -. ¡No levantes las manos. Es demasiado pronto para renunciar su nombre. ¡Espera! Hasta el final de nuestro toy tu serás Yeseney. ¿Y luego? ..  ¿Yo seré? .. Pero entonces ten cuidado. Si tu como biy decides mal el asunto, voy a reconsiderar tus decisiones ...

Yeseney nunca había oído tantos ataques contra sí mismo. Tal vez por eso le haya gustado no oponer y responder bromeando:

- ¿Lo oyes, Shynar? ¿Lo oyes? De tu yurta y de la mía los dos humos se unen en uno... Tú me dejas entrar en tu casa si llego por la noche y te digo: aynalayin, mi barba está mojada de lágrimas; Ulpán alzó el látigo contra mi, me ha pegado... Y te digo: no tengo a nadie a quien pudiera quejarme de mi destino ... Excepto a tí...

Shynar quisiera responder – te dejaré entrar ... Yeseney dice todo esto no sólo para ella sino también para Ulpán, para que Ulpán entienda que su amiga ha entrado en su casa como una hermana, y el mismo Yeseney puede hablar con ella como si fuera de su familia, ignorando los susurros de los demás.

Ulpán lo entendió y se rió con gratitud.

Pero Shynar aún tenía dudas. El mismo Yeseney? .. Yeseney-biy? En su aúl natal, muy lejos de aquí, Shynar ha oído hablar en muchas ocasiones que un hombre que llevaba este nombre tenía un carácter arisco, a veces se ponía cruel, que tenía la cara picada de viruela, una cara sin sonrisa. Ella había escuchado más ... Que los ladrones y bandidos que por las noches roban y llevan caballadas, además de la oración habitual, dicen: "¡Oh Allah! Cuídame ... Y no me dejes caer en las manos de Yeseney... "

Ahora, le parecía, que le habían hablado de otro Yeseney ... Y Shynar que hasta ahora no se atrevía subir la mirada, le miró, pero no le dijo nada, se limitó con una sonrisa.

Yesenia estaba insistiendo:

- Shynardzhan ... No dices nada ... ¿Por qué? ¿No puede ser que éste Turkmeno te haya domado iguál que había domado un caballo más rebelde del rebaño? No me contestaste - ¿me dejarás entrar o no?

Shynar respondió:

- ¿Te dejaré o no te dejaré entrar? Te deje, probablemente... No voy a dejar sin atención su queja. Es muy posible,  que podemos satisfacer su solicitud - dijo ella imitando la voz de biy, que dictaba la resolución.

Yeseney satisfecho meneó la cabeza y se volvió hacia Musrep:

- Oye, Turkmeno, no por gusto se han reconocido una a la otra a primera vista!

Ulpán se quedó callada por un rato, escuchando la conversación.

Los kazajos sólo tomando el té, pueden hablar tranquilo y sin prisa. Mientras hay carne en dastarhan, ¡nadie habla! Ante todo hay que elegir con los ojos el mejor pedazo, después agarrarlo como si fuera por casualidad ... Los ojos, las manos, la boca siempre están ocupados. Y los oídos están tapados, para cualquier conversación lúcida.

Un samovar y una tetera con el té en el dastarkhan hacen que las personas se pongan más atentas a los demás, entonces se puede mantener una conversación informal, confiar al interlocutor los  pensamientos más íntimos, arreglar las cosas.

Ulpan, escuchando a Shynar, a Yeseney, a Musrep, recibiendo la bendición de un anciano venerable Bakberdy, no podía dejar de pensar en lo que había llamado su atención al entrar en aúl de Yeseney que la había recibido como una familiar. Con hospitalidad. Como a una baybishe.

No sólo los imagines de los niños harapientos, enfermos, tenía ante sus ojos. No ... Ya mucho tiempo pasaron al dastarkhan y fue el mismo Yeseney que ella había acostumbrado ver a su lado. ¿Pero por qué  a parte de los cuatro hombres viejos que se fueron primeros, al bendecir a los recién casados, a parte de Musrep, que era conocido por su independencia, todos los otros dzhigitos entraban agachados en la yurta de Yeseney ..?

Él mismo ha nombrado cuarenta dzhiguitos no solo sibanos sino de todas familias del tribu de kereyes, cuarenta dzhiguitos  uno por uno entraban en la yurta, informaban de lo que estaba hecho para que el toy pasara, como había mandado Yeseney, y se retiraban rápidamente, dando la espalda a la salida. A algunos servían tazones con kumys a los otros no. El juramento alambicado de Imanaly acompañaba la fiesta como una canción incesante, él se agitaba afuera. Ulpán ha pensado que tal vez Imanaly con sus gritos, Aitolkyn, con su arrogancia y la gente repulsen la gente de Eseney, que ni se atreve acercarse. Esto no es para el bien de sibanos, a cuya familia ella entró como baybishe.

Incluso Tlemis, un hombre de confianza de Eseney, que había venido con ellos, no se quedó. Entró una vez e informó:

- En el lago Kozhabay se reunieron trescientos yurtas, cinco municipios - kereyes y uakis ... Llevan ganado para la masacre. Ordeñan yeguas. Habrá kymyran[64] en abundancia.

Dijo esto y se fue sin sentarse.

A su lado estaba Shynar - su nuevo cariño. Musrep que a partir de ahora y para siempre es su hermano mayor. La madre no quitaba felices y agitados ojos de Ulpán.

Estaba Yeseney...

Pero Ulpán no podía disfrutar tranquilamente de su felicidad. ¿Sienten el respeto por Yeseney? Si ... ¿Le tienen miedo? Sí. ¿Le aman los familiares del tribu de sibanos? No ... El hombre cuya fama ha pasado por encima de muchas transiciones en todas las direcciones, mantiene a los cercanos agarrados, y el mísmo poseedor de la gloria al final se queda solo. Indudablemente Yeseney es un gran hombre, pero el hombre grande veja más dolorosamente, esto Ulpán tenía claro – Ulpán es la hija de un tribu pobre pero libre de kurleutos. Y con toda la posibilidad de pensar lo que quieras, decir lo que quieras, hacer lo que quieras, con todo el amor de Yeseney el alma de Ulpán se llenaba de angustia.

Ella tenía la esperanza: tal vez me equivoque ... ¿Entonces por qué en aúl, donde hay un montón de carne, kumys no se oyen la risa, voces alegres? Y nadie, desde que se establecieron a un dastarkhan rico no ha cantado ni una cancion.

Y de estas reflexiones, innecesarias para su primera visita en aúl de su marido, la distrayó  Musrep:

Cuando se termine el toy, nos quedaremos aquí para tres días,- insistía - Y ahora tenemos que ir a casa, si permites, Ulpandzhan ...

Parece que ha repetido su petición.

- Bueno, Musrep-Agay ... - acordó Ulpán, de repente se sintió excesivamente cansada -. Haced lo que teneís que hacer. Y yo hasta que regresen viviré con mi madre en otau.

Shynar no decía nada, pero era evidente que ella apoyaba la petición.

Yeseney y Ulpán ... Ulpán y Yeseney ... Además de esta vida, han tenido su propia vida juntos. Musrep y Shynar por la noche se fueron a su aúl.

- ¿La hija de Shakshak-biy se despertó ..?

Desde el patio se oyó la voz de Asrep, el hermano mayor de su marido.

- Me he levantado, agueke1, me he levantado hace tiempo!

Shynar salió corriendo de la yurta a su encuentro, tenía las mangas remangadas hasta los codos, los dedos estaban manchados de harina y la masa. Asrep condujo las yeguas de pastoreo que pertenecían a sus dos familias.

- Átales...

Pero apenas Shynar inició a cebar los potros, Asrep volvío a llamarla:

Eh... ¿Y dónde está tu perezoso?

Él no es perezoso, fue a recoger leña, él y apa.

¿Y qué, no lo podría hacer sólo?

Apa quizo recoger también la corteza seca ...

-¿Y tu por qué comenzaste a amasar la masa desde por la mañana? ¿Los huéspedes llegarán hoy?

- Hoy en día, agueke[65] ...

- Bueno, va. Yo voy a atar los potros.

A pesar de que refunfuñaba como es debido, ya que es el mayor de la familia, pero no pudo engañar a Shynar con su regaño. Asrep ama a su hermano, y ​​ahora le ama a ella, y cuando amenaza sus amenazas no dan miedo, más parecen una broma. Y ella siempre sabe cómo responderle  con la misma broma y Asrep está satisfecho de que la esposa de Musrep, con la que él mismo había arreglado el matrimonio, estaba abierta, alegre, nunca la ha visto con las cejas fruncidas. Ella escuchó por casualidad como Asrep decía a su esposa: "Eh, ella siempre está ocupada. Y como se cuida, no vas a encontrar ni una mota de polvo en su camzol ... "

Es cierto Asrep estaba contento de como esto había pasado el otoño del año pasado ... Desde el cielo caía la lluvia continua y fría, siberiana, el agua estaba cayendo, cayendo, sin cesar ya durante tres dias.

Asrep  ya por la tarde conducía el ganado en el establo cuando al lado de su casa se paró una camella blanca, desde arriba ella miraba con aire descontento al que le llevaba... ¿Quién fue un hombre o una mujer?.. Parecía que fue una muchacha, pero su gorra y los pantalones eran de  hombre. Una muchacha ... De su pelo trenzado en tres trenzas, chorreaba agua. Sus botas de cuero crudo estaban empapadas y sus puntas romas se hincharon.

Montada en la camella se sentaba una mujer de edad envuelta en harapos, ella llamó a Asrep:

- Otagasy-ay ... Nos mojamos, nos congelamos ... Déjanos pasar la noche aunque sea en el establo si no se puede en tu casa ?

En las últimas dos semanas, a vísperas del invierno los pobres llaneros se arrastraban a stanitsas cosacas con la esperanza de ganarse el pan allí. Y una "izba rusa" de Asrep por lo menos les parecía así, al menos por una noche les daba refugio contra la intemperie.

Él dijo a la mujer:

Hubieras quedado en su casa, a que consuegros vas con este tiempo!

Eh, qué casamenteros? Vamos, sin rumbo, y a donde los pies nos lleven. Tal vez salvemos de la hambruna entre los rusos.

¿Cómo te vas a salvar? En sus poblados nada más tienen trabajo para los hombres. No te mantendrás con la hija ...

Pensaba ganar algo cosiendo. En vez de dar consejos, mejor dime ¿si vas a dejar pasar la noche o no?

- ¿Qué les voy a hacer? Bajate de la camella, vamos ... La chica, sin participar en la conversación, tiró dos veces por la rienda y dijo: "Shok! Shok! ", pero la camella no iba a acostar en el la tierra húmeda en el fango y rugía con desagrado.

- Espera ... - Asrep cogió la rienda, llevó la camella bajo el cobertizo, pero incluso allí no se acostó de inmediato en una cama de paja: estaba probando, daba un paso para atrás, luego para alante, y finalmente dobló las rodillas y se cayó torpemente en el vientre. La madre de la chica se bajó y Asrep les dijo:

- Vayaís a la casa. Allí está mi esposa. Secaís la ropa

Se acalentaís ...

Asrep cerró el granero, y luego vino Musrep, él había ido a ver a Yeseney. Dos perros suyos de color pío amarillo, corrieron hacia el dueño, ponían sus patas sucias sobre sus hombros, gimiendo, exigiendo que les acariciasen. Y no se tranquilizaron hasta que no les dio a cada uno unas palmaditas en la nuca.

¿Por qué te llama? - preguntó Asrep.

Quiere que yo vaya con él a poner caballadas para el invierno. Y a cazar cuando cae la nieve.  Dice que le he olvidado, qué me quede cerca, aunque sea no por mucho tiempo.

- ¿Vas a ir?

-Sí, siempre está solo ... Aunque ya ha pasado pasado, no puede aceptar la pérdida de los hijos. He dicho que sí. Asrep examinado el caballo del hermano se fue:

- Tu Kulan[66]-tuyak1 se puso flaco, le dejaste molido. Coje el alazán. Deja que descanse, se asienta.

Todo esto fue justo antes de aquel viaje a Karshygaly cuando se toparon con el aúl de kurleutos con Artikbay Batyr.

Desensillando caballo Musrep entró en su cueva. Nadie se atrevió llamarla habitable y confortable. Hacía frío, la esquina de la estufa de la cocina se derrumbó. Adobe ladrillo que se pliega la salida del horno, se fue deteriorando gradualmente a punto de derrumbarse podría, después de cubrir la puerta. Así mismo frío hacía en el segundo cuarto. La cama desde por la mañana se quedó arrugada, desordenada. En el pilar mediano que sostenía el techo plano pendía una lámpara lineal, la encendió. El cristal no había sido limpiado por un largo tiempo. Sin embargo, daba suficiente luz para ver las telas de araña en las esquinas. Y la ropa mojada, que él ha quitado, estará tirada aquí hasta que regrese. No, estaba reflejando él, cambiando de calzado, hacía falta una mujer en la casa, no se podía estar sin una mujer ... Ya hubiera arreglado la estufa para el invierno – ¿cómo vivir sin estufa en invierno? Hubiera cubierto el cuevo de arcilla. Asrep parece no tener tiempo... Sin embargo, mientras este con Eseney el hermano lo hará todo...

Y Musrep se ocupaba del hogar dos veces al año - y entonces trabajaba de sol a sol, y las puestas de sol en verano en su región son muy tardías. Ni siquiera regresaba a dormir a casa - diez días en la primavera y veinte días al final del verano. Asrep no admitió en el arado en los días de la siembra, y no le dejaba tocar la guadaña. Hacía todo solo en las dos haciendas. Para la familia de su hermano, solía de sembrar una desiatina de trigo y una desiatina de avena para sí mismo. Segaba heno. Recogía pan, cuando llegaba el momento, y las espigas se llenaban de granos pesados. Su avena él recogía verde, así lo almiaraba, heno salía no peor que la grama que gustaba a los los caballos.

Y así sus preocupaciones domésticas acababan. Asrep se dedicaba a la trilla, llevaba los sacos en el cobertizo. Y Musrep se montaba en la silla, y sólo los caballos y los perros de caza podían decir por donde andaba.

En casa no había ni una gota de agua, y si hubiera iguál no tenía como hervirla, y al anochecer Musrep fue a la casa de su hermano mayor. Sabía que solo tenía que alabar a su esposa, decir lo generosa que estaba y Zhanisha le dará comida, el té con baursakas. Ella, por supuesto, hace tiempo desentrañó su halago torpe; pero ni en los aules de kerey-uakos, ni en los aules de argyn- kipchakos, él no ha bebido té tan rico como hacía ella ... Pero Zhanisha cada vez empieza a presumir su capacidad para ocuparse de la casa y le sirve más pedazos.

En la cocina de Asrep vio una chica – la chica se sentaba junto a la estufa, donde bailaba el fuego, se calentaba y se estaba secando la ropa mojada junto al fogón. El calor le daba sueño, ella no se oyó una vez que alguien había entrado, y Musrep tuvó tiempo para considerar sus piernas. Menudas piernas! Los talones redondos, rosados, pantorillas fuertes... Este tipo de piernas, por lo que él podía decir, es una rareza entre las mujeres kazajas que pasan la mitad de la vida en una silla de montar.

Pero no tuvo tiempo para admirarla, la chica se despertó del chirrido de la puerta, recogió rápidamente las piernas y volvió la cara. Para Musrep era suficiente de lo que había visto - una mujer bonita, nariz recta, un poco respingada, se sonrojó del calor y sus mejillas morenas se cubrieron de rubor.

Zhanisha se levantó:

- Siéntate, Myrza-dzhiguit1[67] ...

Tenían tiempo para tomar el té. En dastarkhan, más cerca de la puerta, se sentaba una mujer de edad, desconocida. Obviamente, fue la madre de aquella chica, supuso Musrep.

- Teneís huéspedes... - dijo.

No somos como tu - le picó Zhanisha -. Ya tiene cuarenta y no se casa! Somos personas con familia, tenemos huéspedes a menudo .

No pasa nada, - eludió-. Tengo toda una vida por delante. Tengo un hermano mayor, me arreglará matrimonio, no importa.

Con cuántas chicas intentaba hacerte el partido! Pero es difícil darte el gusto!

Porque él no mira a la chica, sino quién es su padre -, bromeó Musrep -. Y yo no me voy a casar con su padre.

Mira cómo presume ... – le amenazó con el puño Asrep. – Ya no me voy a meter en tus asuntos, resuelvelo tú mismo ...

Zhanisha les interrumpió:

- Ya, suficiente ... – dijo ella a su marido, si no nuestros huéspedes van a pensar que os peleaís. ¿Myrza-dzhuguit vas a beber el té? La cena está casi hecha. ¿Esperarás la cena?

- El té se puede beber después de la cena.

Mientras Zhanisha cocinaba, los hermanos hablaban de sus asuntos. Asrep hacinó, no diez, como se esperaba, sino quince arbás de avena verde y heno - treinta arbás debe ser suficiente para dos años. Musrep dudaba que arbá  había hecho Asrep, no más grande que un nido de halcón ... Pero, en realidad, este año ha trabajado a conciencia, ha segado mucho heno ...

- Oh, mocoso – se indignó Asrep.-Dices que has trabajado mucho – estabas allí en un prado agitando su guadaña! Hubieras probado de transportar heno, hacinarlo ... El próximo verano te voy a mostrar cómo cargar todo sobre mis hombros!

Estas conversaciones se repetían cada otoño, y Zhanisha, sin prestar atención, sirvió la cena. En un plato profundo amarilleaba papilla de mijo limpio con un poco de carne encima. Zhanisha llamó a la chica que seguía sentando en la cocina junto la estufa. Pero ella no respondió y no vino. Cómo forzar  a una chica que está a punto de casarse sentarse a dastarkhan descalza. Zhanisha le trajo la copa con la cena.

Y la madre de la chica comía lentamente, cogiendo en la cuchara un poco de mijo y ninguna vez tocó la carne. Ella cumplió con dignidad, como si no tuviera nada de hambre y se sentó a dastarkhan sólo para no ofender a los dueños.

Asrep mostraba su preocupación por ella:

- Eh zheneshe ... Coje más. De mijo tenemos un montón. No seas tímida. No hay por que avergonzarse. Éste es mi hermano menor. Y mi mujer lo está mimando, en su casa ni enciende la  estufa, y comida no tiene...

Le daba tiempo y para hablar y para comer, y cada vez empujaba los padazos de carne para el huésped.

¿Cuál es tu nombre? - la preguntó.

Nausha ...

¿Y cómo se llama tu marido?

El nombre de mi marido era Shakshak.

Asrep recordó una historia vieja en la estepa de un hombre que tenía el mismo nombre que no tenía el destino favorable.

Después de la muerte del famoso Shakshak-biy sus pobres esposas se dispersaron por el mundo. Tal vez seas una de ellas?

Ay, pero que biy, por Dios! .. Fue argyn de la generación principal. Y mi marido fue de Karaules. Un zapatero ... Y yo cosía para las mujeres de aúl, de esto vivía. Pero ya han pasado tres años desde que nos había dejado.

No tiene sentido seguir contando ... ¡ El que tiene familiares, se da cuenta! Come ... Come sin miedo, todavía no has cogido ni un pedazo de carne!

La mujer le dijo a Asrep con todo el corazón:

¡Que Dios te bendiga por tu bondad! No podría haber soñado que esta noche mi hija y yo nos quedamos bajo el techo, en el calor. Pensaba pasar la noche en el bosque junto a nuestra camella. Y si ¡ no quiera Dios! algún vagabundo hambriento la hubiera quitado...

Pero nada ... ¡Dios aprieta, pero no ahoga! Mañana llegarán a Kpitan y de allí ya Bolatnay queda cerca. Cómete hasta hartarte ... Y tu hija que no se incomode. La papilla alimenta hasta mejor que la carne. Como suelen decir - bay valora su ganado, y el pobre valora su salud. Coman...

A la mañana siguiente Musrep se levantó temprano, llevó sus caballos al aguadero. Y al regresar del lago, vió la chica llevando su camella por la rienda delante de las ventanas de Asrep, y su madre estaba sentada encima ... Parece que se han puesto en camino de inmediato para llegar a Kpitana antes de que oscurezca. Lluvia no se detenía. Al notar a Musrep, la chica se paró por una costumbre, mamada en la leche de la madre, no cruzar el camino a un hombre. Durante la noche durmió, descansó. Estaba bonita ... Musrepov quería que le mirara, y luego que se revolviera al marcharse ...

- Buena suerte ... – le dijo a ella -. ¡Ojalé se pare esta lluvia, que no le empape todo el camino!

Su bota derecha, que se había secado durante la noche junto al fuego, ya abrió su boca. Musrep lamentó que en la víspera se había comprometido a ir junto Yeseney, podría quedarse y ayudar con algo a estas personas sin hogar.

Él puso los caballos en el establo a Kulan-tuyak y al alazán, dejó que se vayan a la pila de avena y se fue.

La camella blanca se alejaba más y más. Cortina transparente de lluvia difuminaba sus contornos. Las botas de la chica seguramente se llenaron de agua y ella camina con los pies mojados. Y el agua penetra desde arriba. No hay nada peor que no tener casa... Y si mirarla bien es alta y fuerte. Es fácil estar hermosa en una ropa elegante. Y esta chica si descansa un poco puede gustar  hasta con su gorra ridícula masculina, debe ser de su padre ... Y en los pantalones masculinos, allí caben dos como ella... Pobrecita ... Y podría ser esbelta, como un álamo. ¿Qué le espera en Kpitane? ¿En Bolatnaye a donde van?

Asrep vio por casualidad por la ventana que Musrep estaba allí, bajo la lluvia, siguiendo con la mirada a los que se habían ido, que aquella noche fueron sus huéspedes ocasionales.

- Katyn, katyn ... Míralo - llamó a Zhanisha a la ventana -  Parece que tu myrza-dzhiguit  está listo!  Le da tanta pena que se vayan que hasta se le estiró la cara. Llámale! ..

Zhanisha abrió la puerta:

- Myrza-dzhuguit! ¿Qué haces allí mojando bajo la lluvia? ¿A dónde meras? Ven aquí, vamos a beber té.

Musrep miró por última vez, el velo de lluvia escondió casi por completo la camella blanca. En casa, se sentó, el hermano mayor comenzó a reirse un poco de él:

- Oye ... Cuánto pindongueas por distintos aules. Realmente no podías encontrar ninguna chica para que ella te sirviera el té y no mi Zhanisha? ..

- ¿Y quién te dijo que estaba buscando una chica?

- ¿Te imaginas que ella sola te va a encontrar? ¿O Dios te la va a mandar?

Musrep entendió que no tenía ningún deseo discutir con su hermano y respondió bromeando ...

- ¿Quién va a resistir si el mismo Dios se preocupa por ti?

-Sí? Y entonces dime - ¿Te gusta la chica que se ha ido de aquí por la mañana y se ha llevado su camella? ¿Y a ti?

- Bueno, es coja de una pierna ... Es bisoja de un ojo. Sin contar esto no es nada mala.

- Tienes razón.

Zhanisha junto a samovar pensó que  Musrep no parecía a sí mismo, respondía brevemente, no entraba en disputas, como solía ser entre los hermanos.

Y Asrep fue decidido

Deja de hablar - dijo, aunque Musrep callaba -. Entre todas las chicas es la primera khanum! Y la vas a tomar como esposa!

¿Cómo la voy a tomar?

Yo me ocuparé de esto! ¡Yo!

Como quieras ...

- Oh, mocoso – se indignó Asrep - Mirale, se está presumiendo, me hace un favor! Fue yo que  la seguía con la mirada, y casi tocaba el pecho con la barbilla? Fue yo? .. Sigues pindonguear así encontrarás alguna víbora arriconada, y perecerás. ¡Pero no lo voy a permitir!

- ¿Por qué estás gritando? Te dije – como quieras ... Zhanisha decidió que es hora de mezclarse:

No puedes, nopuedes! No puedes perder esta chica. Me gustó de inmediato. Me hacía merced, me decía: "Apa, apa ..."

Bueno, las cosas son así ... - Asrep decidió que ya habían charlado sufisciente. - Ve. Has prometido a Yeseney – ve, no le ofendas.

Pase lo que pase ... Musrep ha tardado mucho en ensillar el alazán, Kulan-tuyak realmente tiene que descansar. Y se ha ido.

Asrep ha esperado hasta que el velo de lluvia esconde su hermano, y luego ha puestola silla de montar en el caballo.

¿Hasta dónde se aleja la camella, llevada por una chica que anda a pie? Da tiempo no solamente para tomar un té, se puede comer un carnero e igual alcanzarla, y les encontró en tres verstás.

- Zheneshe - Llamó a la mujer, acercándose my pegado – Dígale a su hija – que dé la vuelta, está lloviendo... Quédense con nosotros un par de días más.,.

Nausha primero se asustó. Recordó como dijo anoche: "¿Qué haríamos si alguien codiciara nuestra camella." Cómo se le ocurrieron los pensamientos  tan sucios, ella misma llevó la desgracia!

Tenía la desesperación en su voz:

- Si quieres quitarmela, derrumbame al suelo y matame ... Y luego llévala!

Pero parecía que la chica no compartía la preocupación de su madre, se le escapó una risita.

Nausha! ¿De qué tienes miedo? - se sorprendió él.

¿Cómo puedo saber para qué nos alcanzaste con este tiempo el dueño bueno ni al perro echará de la casa..,

La chica se rió de nuevo, parece que no sólo era más valiente que su madre, pero también era más ingeniosa. Asrep decidió actuar directamente:

- Sí, les alcanzé... Y ahora, nadie, ni siquiera Dios mismo, podrá dividirnos! No podrá dividir, Nausha. Vuelve, te digo, para no morir vagando por las carreteras. Vuelve y seé mi consuegra.

- ¿Qué dice éste hombre? ¿Qué está diciendo? Shynar,  ¿tu oyes? .. – En su voz sonaba la confusión, y la inquietud aún no ha pasado.

Shynar se quedó callada.

Este charlatán se llama Musrep, Ustedes le han visto anoche, es mi hermano. Hermano menor.

- Ya me dí cuenta.

- Él ya tiene cuarenta años, y todavía está solo,  no se podía encontrar una novia digna! Les alcanzé para pedir la mano de su hija para él.

Asrep desmontó en el fango de la carretera y abrazó la chica por el hombro que se escondía del viento junto a camella.

- Aynalayyn ... Camella chiquitica – me parece que tu madre te llama Shynar? Acepta... Te vas a sentir bien con nosotros. Yo seré como un padre para ti. Y Musrep es un dzhiguit verdadero! Con él no conocera pena, no estará bajo la lluvia en la carretera ... ¿Llevaremos atrás tu camella? Y tu móntate en mi caballo.

Cogió su rienda, y sin esperar su acuerdo, predispuesto con antelación no aceptar las objeciones, se volvió hacia la casa. Y Shynar, al parecer, no iba a objetar. Sin embargo, no se montó en un  caballo le seguía a Asrep a pie. En ella se encendió un presentimiento de cambios como se enciende la leña seca en el viento . Ella deseaba estos cambios, y les temía ... Y sobre todo – se incomodaba por sus enormes botas que se llenaron de agua y chapoteaban inoportunamente.

Asrep, se giraba mirando o a la hija o a madre, describiendo, que tipo de vida le espera a Shynar. Le prometía poner una yurta-otau blanca, conducir rebaños de ovejas gordas y una yeguada de caballos bien cebados de diferente color ...

Nausha, sorprendida aun más que la hija, le preguntó:

- Shynar, ¿crees en todo esto? ¿Puedes creerlo? Pero Shynar sonreía y seguía callada. Escuchando...

De inmediato les llevó en la cueva de Musrep.

- Ahora es su casa ... Quiten toda la ropa mojada, se cambien, tal vez ustedes tengan la ropa seca ... ¡Miren eso! Este batyr desparramó todo aquí ... Bueno, nada ... Se puede hacer la cama. Y arreglar la estufa para que no se caiga. Se puede hacer todo teniendo las manos.

Los muebles de la cocina y de la segunda habitación evidentemente no correspondían a la descripción pintoresca de Asrep.

- No tengan miedo ... – les consolaba -. Hasta la tarde voy a arreglar todo aquí. Y por ahora vengan a nuestra casa. Mi katyn ya está encendiendo un samovar. Vengan, no se demoren ...

Shynar y su madre se quedaron solas.

-Hija ... ¿Qué ha pasado? ¿Él está bromeando? ¿Está diciendo la verdad?

¿Por qué iba a bromear, por qué iba a decir mentira? No puede ser que está mentiendo solo porque se incomoda o te tiene miedo.

No, todavía esté soñando, tal vez? Y en el sueño veo ... Una boda? ¿Hemos pensado en una boda ayer?

¿Apa quién puede saber algo de antemano? Y me parece buena gente.

Podría ser ... ¿Puede ser que sea su consuegra? Pobre Nausha confusa no se atrevía preguntar, si su hija estaba de acuerdo...

Shynar la entendió:

- Creo que esto ya ha pasado ... Vamos a acomodarnos...

Nausha salió desenalbaldar la camella. Shynar respiró profundamente y contuvo la respiración.

Se quitó y echó en el pasillo las botas pesadas que odiaba. Y la gorra voló allí también. Y los pantalones de caballero mojados, cubiertos de barro que ella no va a poner nunca más! Los pies se han puesto blancos de agua. Shynar estaba toda desnuda en el medio de la sala, con el pelo suelto. No había nadie para tener verguenza. En la cintura tenía una marca roja – se va a quitar... En una cadera habían unos puntos marrones resecos; parece que se haya arañado por  la noche. Shynar los limpió con una toalla. Examinaba su cuerpo con un sentido nuevo y desconocido lo admiraba. Echó sus brazos detrás de la cabeza y se estiró. Dio unos pasos de esquina a esquina. La puerta rechinó y Shynar desnuda en un instante se envolvió en la manta.

Pero esto fue su madre.

Shynar no quizo levantarse. Después de la mañana húmeda se acalentó y nunca aceptaría ponerse en camino... LaAlmohada olía a clavo. Da igual que es una cueva ... Si arreglar la estufa habrá calor. Acostumbrarle al orden, para que no desparrame su ropa sucia por todas partes. Se llama Musrep? Si ... Dios.

¿Cuándo vuelva mi Mursep? ¡Que vergüenza! Y en el cofre negro en el cabezal hay otra manta y cuatro almohadas. ¿Es posible que en la casa sin una dueña llegan invitados? Que apa coja una de estas almohadas y mantas y duerma un poco.

Nausha entraba, salía, y al final trajo un korzhun y otro saco pequeño, un cofre pequeño, un hato. Ella reprochó a su hija:

- ¿Por qué te acuestas en la cama ajena? Shynar quería travesear, bromear:

La cama no es ajena, - dijo ella - ¿Y nuestras cosas no se mojaron?

Creo que no, están secas. Por la noche, he metido todo en la casa ... Aquí están tus ichigos, kavushes. El vestido y la chaqueta, se arrugaron, pero las vamos a estirar. Y tu gorrito estaba en el cofre, pero nada sólo hay que estirar las plumas ...

Pobreza es precavida. La madre ha guardado la ropa, en la que una chica joven podría salir sin verguenza. Ella misma la cosió  y da ugual que en el gorrito solo la parte superior está hecha de  terciopelo y la felpa de kamzol no es tan fina, es áspera - Shynar no cedería ante las mujeres, vestidas aún más lujoso...

¿Qué significa para la ropa para una muchacha! Shinar se vestía lentamente, y al vestirse, resultó más delgada, se cambió su andar, y sus ojos brillaban como dos estrellas, que se reflejaban en las aguas tranquilas del lago.

Y Zhanisha parece que haya esperado para poder echar un vistazo a Shynar, entró al momento cuando la chica se vistió.

- Consuegra!.. - le tendió la mano a Nausha.

Se tomaron primero por las puntas de los dedos, y estiraron las manos unidas hacia adelante, y así tres veces y luego se abrazaron.

- Veo completamente otra chica ... - Zhanisha besó los ojos de Shynar – He venido para recogerlas. Tomaremos el té ... Ahora quitamos la cama, la cerraremos. Y su horno agueke prometió arreglar.

Cuando llegaron las mujeres Asrep comenzó prepararse.

- Ustedes son las dos consuegras,  hablen así para que no sólo a mi pero a Musrep también se nos zumban los oídos ...

Zhanisha se acomodó en dastarkhan.

Dale, Shynardzhan ... Tu vas a servir el té. ¿Dónde has visto que las consuegras servían, y kelin se sentaba como una esposa de jan! No, corre alrededor de nosotras, trata de complacernos!

Después de un conocimiento casual, que tuvo una continuación tan inesperada, tenían que conocerse mejor y  Zhanisha con Nausha encontraron rápidamente un lenguaje común *

Resulta que Shakshak era un buen zapatero, un maestro de su oficio. Estos ichigos y kavushes que Shinar tiene en los pies, les cosió hace casi cuatro años ... Y después había tifo.Y el pobre se murió. Todos tienen familiares, y los familiares pueden ser peores que los lobos ... Organizaron siete días después de la muerte, cuarenta días, un año ... Así no se quedo ganado en la casa! Y luego la sequía del verano pasado. No había ni una gota de lluvia. La gent de su aúl, una familia tras la otra, comenzaron mudarse más cerca a las ciudades y aldeas rusas. Para no quedarse solos ... Llevaron la camella, que sobrevivió milagrosamente, y se pusieron en camino. Y qué cosa buscar? .. En el bolsillo de su abrigo habían tres rublos y setenta y dos kopeks. Los que todavía quedaron de Shakshak - por las botas, que había cosido. Y no hay más nada, y que no haya nunca más, si digo mentira "

Shinar realmente no escuchaba atentamente lo que contaba su madre, de su vida sabía todo. Para ella más importante fue lo que Zhanisha contaba de su familia. Los hermanos perdieron temprano a su padre, que fue asesinado en una de las batallas continuas de los sibanos. Asrep Musrep y pastaban el ganado, pastaban vacas. Cuando Asrep  tenía como veinte años se fueron juntos a la ciudad, a Tyumen, y trabajaron allí cinco años de cargadores. Cargaban trigo, ladrillos, carbón, cuero en las barcazas y barcos ... Ahorraron dinero y regresaron a casa. Asrep se casó y Musrep está solo... Visita a menudo aules, es un amigo de Eseney. Srei siempre está en casa dayase  no tiene tiempo para descansar de él.

- Nosotros no somos ricos – dijo Zhanisha. - Pero nunca dependimos de nadie.

Shinar quería que ella contara más sobre Musrep, pero se intimidaba pedirla. Zhanisha empezó sola:

- Parece que nuestra kelinn se haya aburrido de escuchar sobre Asrep... Y nuestro myrza-dzhiguit! ¿Dónde más se puede encontrar uno así! No recuerdo él aunque sea una vez se ha metido en la riña... Ya sabeís las que suelen pasar entre familiares ... Y cuando su hermano mayor comienza a regañarle, Musrep no dice palabra. Él responde bromeando y Arsep ya no tiene nada para decir. Cuando es necesario sembrar el pan, segar heno, jamás he visto a uno así. Desde la mañana hasta la noche no se siente. Y después búscalo! En casa nada lo mantiene, así él es un huésped bienvenido en cada toy. La gente no dan descanso myrza-dzhiguit. Tiene dos caballos y dos perros. Ordeñamos las yeguas, y este verano, selo habían pedido las yeguas para un tiempo, hace poco les devolvieron. Los potros son muy flacos, y los potros del año pasado están carnosos. Lo veraís ... Y hoy vosotras os habéis ido y él también ensilló su caballo.Yeseney le invitó ...

Shynar pensó que suspiró en voz baja, pero Zhanisha igual lo ha notado:

No va a tardar mucho... – explicó. – Regresará en unos diez quince días, y para recogerte Shinar el envió a Asrep, dijo que sin ti no volviera – ella adornó un poco los acontecimientos. – El dijo - No pierdas esta chica, aunque por ella de dote piden siete veces por cuarenta y nueve caballos

Shinar estaba roja, como si se sentara al lado del fuego. Y su madre inocentemente comenzó a replicar:

- ¿Pero para qué tanto ganado? ¿Quién lo va a cuidar?

Apenas pudo contenerse para no reír.

Asrep vino al atardecer satisfecho

- Parece que todo está hecho... La llama zumba en su estufa. Y ahora dejen que se seca, no la enciendan dos días, vivan en nuestra casa. Y mañana nos está esperando el trabajo ... Si la lluvia se detiene, debemos arcillar la casa de Shynar, que brille. Y encalarla. En nuestro shoshana[68] tenemos un monton de arcilla blanca. Ah y revisan allí las cosas de éste vagabundo, tantos bienes se enroñan.

En casa Shynar sin sentarse, empezó a revisar las cosas en el cofre. Vaya * .. La nueva ropa interior no lavada,  la ropa nueva - todo mezclado con cortar de terciopelo y satén, piel curtida de astracán, pieles no curtidas de zorro. En el fondo estaba un viejo cinturón con bolsillos y cacerina, había curtida fina de cabra para ichigo.

Para sí misma Shinar no encontró nada que pudiera ser útil para ella y frunció el ceño: "¿No puede ser que pensaba vivir toda la vida sin una mujer?" - dijo ella a sí misma.

La madre entró en la habitación, que acaba de examinar en la cocina el contenido de un cofre kebezhe de madera para comestibles.

Hay té y azúcar... Hay aceite y harina ...

Entonces no vamos a morir de hambre, - se rió despreocupadamente Shynar, y cerró la tapa del cofre -. No sé ... Tal vez aquí haya algo para ti, pero para mí no hay nada. Bueno, cuando vuelva, le voy a dar un rapapolvo! ..

Así suele de decir la gente que en toda su vida no quitarían ni un saltamontes de su mano, si se coloca allí.

Musrep no volvió ni en diez días, ni en quince. No aparecía más de veinte días.

Tarde en la noche las ventanas de la casa de su hermano también estaban oscuras, y en su cueva. Un peero gris ladrando se precipitó hacia adelante, pero reconoció dos caballos de color pío amarillo y se detuvo,

sólo gañó un poco, como si pidiera disculpas, y se metió de nuevo en su perrera.

Musrep conjeturaba si había realizado su hermano mayor de lo que quería, o no ... Conjeturaba, atando la roja al poste en el establo, y le parecía - no, Asrep no es el tipo de personas que retroceden. Lo estaba pensando cuando lanzó en shoshale fuertemente atadas pieles de lobo, y dudaba - y por qué la chica y su madre tienen que estar de acuerdo? No, todavía hace frío en la casa, y no hay agua para calentar el té... Pero cuando abrió la puerta y entró, le dió la impresión que había entrado en la casa de otra persona! Hacía calor. La luz de la lámpara bajada, pero inmediatamente la chica quitó la mecha, y la habitación de nuevo le parecía extraña. Ligeramente trepitaba la cortina de color amarillo-marrón de satén, las almohadas blancas puestas en la cama.

Somos nosotros ... Shynar y yo - dijo Nausha - Pasa ...

Ya veo, - dijo Musrep.

Lo que pasó así debe ser la voluntad de Dios... Musrep le tendió las dos manos.

Assalaumaleykem ...

No sabía qué decir a Shinar, que estaba allí al lado de la pared, sonreía y sus ojos brillaban. Le podría decirl que esperaba quese apuraba, y pasó una distancia de dos días en un día ... Podría decir que se cansó de soledad, y que ahora... Pero no podía encontrar las palabras, y Musrep la miraba callado.

Y para Shinar estos veinte días pasaban tan lentamente y cuántas veces se imaginaba que Musrep regresó... Aquella noche, cuando se calentaba junto a la estufa en la cocina en Zhanishy, dió la espalda y sin embargo tenía tiempo para examinar el dzhiguit que había entrado ... Y hoy, al oír por la ventana el crujido de la nieve bajo los cascos de los caballos, dijo, "Apa! .. Esto es Musrep ... ¡Es él! Enciende la lámpara ... " y estaba listo para decir, como lo esperaba, con la esperanza - que hoy por el día, por la tarde ... Si no por el día, entonces por la tarde ... Muchas palabras que había preparado, pero estaba junto a la pared, con los brazos bajados, y sólo sentía el ardor en las mejillas.

Nos instalamos en tu casa en tu ausencia - continuaba Nausha, dándose cuenta de que no va a oír nada – ni del dueño, ni de su hija -. Gracias a Dios ya no somos unos sin cobijos ahora. Quítate la ropa ... Pasa...

Musrep quitó malajay, quitó una corta pelliza para una silla.

- No sé ... ¿Por qué Allah es tan generoso conmigo? - dijo.

Shinar finalmente se atrevió acercarse, él cogió sus manos, y puso las manos de ella sobre sus hombros.

- Te helaste de frío en el camino – dijo ella. - Y tienes hambre ... Apa ... Pon un samovar. Y en en aquella casa y di quien ha llegado...

Decía todo esto - palabras comunes ... Nausha salió y Mursep tomó a Shynar en sus brazos, y ella le rodeo el cuello con los brazos. Y de pronto, comprendió claramente que nació y vivía para tomar una noche en brazos a esta chica, con un nombre Shinar ... Ella de hecho es delgada, tierna! Huele a leche fresca. Y la voz - como una campana de plata colgada en el arco de una troica, que corre en la estepa.

¿Por qué tardaste tanto?

Musrep estaba dispuesto a ahogarse - de alegría, en la felicidad inesperada y para no ahogarse, pasó a los matices chistosos habituales;

- ¿Por qué iba yo a volver hasta que hayas terminado acondicionar la casa?

- ¿ Y tu sabías que estaba aquí? ¿Alguien te lo dijo?

No. No, soñé contigo como estabas enluciendolas paredes de una cueva. Como limpiabas mi ropa sucia dispersos en cualquier lugar, amenazando acostumbrarme al orden ...

No puede ser! Y si aquella mañana nuestra camella hubiera ido más lejos por el camino?

Al parecer lo tenía seguro, tu ves  - mis sueños se hacen realidad una casa, la liempieza. Huele a heno fresco, lo aplicaste sobre el suelo. Las almohadas blancas como la nieve. ¿No con tus manos está hecho todo esto?

Shynar se alegró de que él lo había notado, se alegró de alabanza, pero dijo:

- No sólo con mis manos. Mamá se esmeró y tu zheneshe.

Afuera sonaron los pasos - Asrep a propósito caminaba haciendo mucho ruido para señalar desde lejos de su llegada.

- Regresó tu vagabundo, Shykarzhan? Átalo ahora al lado de la perrera, para que no huya de la casa.

Shinar deslizó hasta el suelo.

~ Agueke, entre, sientese, - dijo ella enrojeciendo - ¿Y por qué zheneshe no vino, agueke?

- Ella está acicalándose en su vejez ... Dice que va a poner lo mejor de lo que tiene. Con motivo de toy. Y tenemos toy aynalayin. Nos has trajido felicidad. La gente nos llamaba turkmenos de dos clanes, pero vivíamos como una familia. Entonces tu estás aquí y aparició aúl, es nuestra casa y tu casa. Siéntate, estemos hoy en familia. Y tú, Musrep? Todo bien, tranquilo? Yo desde por  la mañana tenía Kulan-tuyak preparado, mañana me iba ir a buscarte.

Creyendo que ya dijo suficiente al ver a su hermano menor, Arsep pusó un cojín y se arrellanó ...

Kelin... Acalienta un samovar...

Apa ya lo acalentó * .. – respondió Shinar.

- Kelin ... Hierve la carne. ¡Vas a tener tiempo para admirar el tuyo!

Vino Zhanisha - de hecho ataviada. – y se puso ayudar.

Dos familias se quedaron hasta el amanecer. Té, carne y kumís, de nuevo té  - y ya nadie quizo comer, nadie quizo beber, pero nadie quizo despedirse.

Nausha se fue primera a la cocina, se hizo la cama y se envolvió con la cabeza envolvió en una manta.

Sinar cerró la cortina. Musrep, desnudandose notó para sus adentros – que bueno que un baúl negro habían quitado del cabezal y lo habían puesto en los pies...

12

En la primavera, después de una magnífica boda en aúl de Eseney, mucha gente se fue, pero una cosa boda pero los kureyes y los uakis, además de las felicitaciones han traido a biy sus litigios. El inicio de algunas se perdían en el pasado lejano, y los litigios se cubrieron de una variedad de detalles y ofensas nuevas, y cada parte exigía justicia, aportaba sus argumentos y justificaciones, y la verdad ya era tan mezclada con mentiras, que fue tan imposible separ una de la otro como la avena salvaje - de avena. Habían muchos demandantes y querellantes primitivos en cada aúl de sibanos, no todos los días se puede presentar el caso al biy principal, y por esto el traslado a dzhaylyau retrasaba.

Todo el día Yeseney estaba rodeado de gente y en la colina de consejo, la cual biy tiene que juzgar y al lado de la casa ... Resolvía los asuntos rápidamente. Interrogaba dos personas de cada parte y pronunciaba la sentencia, de lo contrario lo haría hasta el invierno ... No dejaba que nadie interfiera, si alguien trataba apuntar una respuesta al entrevistado, Yeseney le ponía una cuarta parte de la cantidad que se recuperaba del culpable. A los testigos miraba con sospecho. "¿Quién trata de llevar una gran cantidad de testigos – Preguntaba y él mismo respondía: - Sólo un difamador o ladrón, o un violador."

En estos días Ulpán no tenía tampoco ni un minuto libre. Hubo la temporada de esquila de ovejas y tiempo para cortar las colas y melenas a los caballos. Y aparte de los asuntos domésticos, llegaban la gente para hablar con Ulpán también, no sólo con Yeseney.

Vino la vieja:

- Aynalayyn ... En mis viejos manos frágiles tengo cuatro nietos huérfanos. No pueden salir de la casa, están desnudos ... Te ruego por Dios dame un poco de lana, par hacerles una ropa de calle, aunquesea una para todos...

Ella dió para los cuatro.

Luego vinieron más dos mujeres viejas. Y dos viejas más y una un poco más joven. Tres viejas y tres jóvenes ... Llegaban una tras otra, llegaban los necesitados, y los que habían oído hablar de que Ulpán, parece que la palabra "no" no lo sabe. Preguntado la misma lana, leche, harina, kurt, té, el material para una gorra, botones para camisa, un carrito para las migraciones a dzhaylyau

Ulpán no negaba a nadie. Y no porque quería pasar por generosa o no sabía el precio de los bienes. Simplemente se cansó de un toy largo, de un torrento sin fin de gegente con litigios, a veces absurdas y ridículas, de mendigos, que ponían la cara conmovida ... Les daría toda la riqueza de Eseney a todos, para que nadie tenga ninguna razón molestarle! Que acabe rápidamente con sus kereyes revoltosos y sus uakas para poder echarlos de aquí!

"Mañana vendremos" - con esta noticia ya tres veces enviaba un mensajero a Shinar. Pero ese mañana nunca llega! Quizás Ulpán se sentía triste también porque Nesibeli se había ido a su casa, no podía quedarse más tiempo. Artikbay estaba solo, y él, como nadie necesitaba atención. Yeseney, apenas franqueaba el umbral, se caía del cansancio, a ella no le daba tiempo para comunicarle – de las mujeres oía los descontentos regaños de sibanos: sin Yeseney no se atrevían  mudarse a dzhaylyau, y él se ocupa de los asuntos de kereyes y esto no tiene final...

Nueve días han pasado desde el toy. Yeseney, como de costumbre, estaba sentado en una colina, rodeado de gente. Ulpán se acercó a él lentamente, y los rayos del sol poniente se reflejaban en el traje de oro en saukele en bordados dorados de  kamzol de terciopelo verde. La multitud de los querellantes se desminuyó considerablemente, pero igual hacía falta una semana más para arreglar los asuntos de los que se quedaron.

Cuando ella se acercó Yeseney se puso de pie.

- Para todos Ustedes soy Yeseney - él dijo: Y esto va mi Yeseney. En esto ya terminemos, si no quieren que me den una pasada. Ya es la hora de ir a dzhaylyau. Y ustedes vayan también. Y tratan de resolver sus asuntos en paz.

También se pusieron de pies y se inclinaron ante él en señal de despedida, agarrándose las manos, pero Yeseney ya no les prestaba atención. Él veía sólo a Ulpán.

No debe ser tan fácil – habituar a sonreir a una persona tan oscura, cerrada. Ulpán lo ha logrado.

- ¿Te cansaste de esperar? ¿Estás enojada conmigo?

- Pero estás cansado, mi tigre ... Ya es la hora de detener el juicio ... -Ya ... Ellos se van. Ahora, de nuevo, puedes tomar todo el poder en tus manos.

Él la abrazó con la mano derecha por su hombro, y así fueron a casa.

- ¿A la casa de Musrep-agay iremos mañana? – Le preguntó, - Iremos, le hemos prometido.

- Mientras tanto, descansa. Beberemos té en la yurta pequeña, en la grande hay mucho polvo, en estos días, tampoco tuve tiempo suficiente. Ve ...

Acariciandole con la mirada, Ulpán se quedó en el patio y llamó a Kenzhetay. Para calmar a los sibanos que estaban ansioso por ir a dzhaylyau, por la mañana ha mandado cargar un par de camellos en otro lado de aúl, para que todos vean que baybishe  se prepara para ponerse en camino.

Ella dijo a Kenzhetay:

- Ves, allí al borde hay un atan[69]? Tiene la rienda con una banda roja. Hoy mismo llevale a Shynar.

Vas a decir que es un regalo de Tobolsk. Di también que vamos a venir mañana. Y no digas más ni una palabra. ¿Entendiste? Kenzhetayev asintió y se fue.

De vuelta en Karshygaly Ulpán notó como la miraba este joven dzhiguit, y desde entonces habalaba con él brevemente y frialdad. Pero hoy es el final de todos los asuntos y su voz sonaba más amable.

Exió una confirmación de Eseney - si van a ir ... Si no cambiará la opinión...

Iría hasta el día de hoy - dijo.

Hoy ya no vamos a ir. He enviado un hombre para decir que vendremos mañana. Y tu entretanto ve bañate en el lago.

La orden de janshi mata el orden de khan!

No vas al lago, no te dejaré entrar en la cama...

Sí? .. Si un buldyrshin no echa una ojeada lánguida, entonces buyrshin1 su excusa no arrancará su rienda... Así dicen?

Bueno, bueno ... Ve!

Ulpán como una verdadera buldyrshin bajó las pestañas. Yeseney ya conocía bastante bien cuándo y qué miradas ponía, y se dirigió al lago.

Shinar desde lejos avistó a Kenzhetaya con camello cargado y le esperaba al lado de la yurta, en el que se habían trasladado de la casa con la llegada de los días más calurosos.

- ¿Qué Taykenzhe? Estás regresando en el aúl de los hermanos? ¿O  piensas mudarte? Todavía no le ha inventado un apodo, que no se ven a menudo, y por esto ha modificado su nombre: Kenzhetay - Taykenzhe ... Así, también, se puede llamar al hermano de su marido.

Kenzhetayev fingió estar enojado:

Buldyrshin es una camella joven; buyrshin - un joven camello.

En vez de estropear mi nombre, sería mejor llamarme simplemente Kenzhetay! Si no por hacerte rabiar voy a retornar todo lo que he traído!

¿Y si te voy a llamar Baurym, cariño?

- Baurym? Si es verdad.5 entonces bésame!

Kenzhetay en la silla, se inclinó hacia ella y le ofreció la mejilla.

Shinar le besó.

-Así es ... Tu misma no has dado cuenta hay que persuadirte! .. Coge la rienda, hazle acostar a atán y quita tus bultos.

¿Qué bultos?

Eh! ¿Qué torpe! Te han dicho: "Esto es un regalo de Tobolsk. Vendremos mañana ".

¿Qué más te ha dicho?

- Más me ha dicho - ni una palabra ... Shinar tomó la rienda de camello.

Reconoció Ulpán en este acto. Llegarán mañana - da tiempo para no coger a los dueños desaparcebido. Enviaron de antemano los regalos para evitar expresión de gratitud. De cualquier otra persona Shynar no aceptaría y así mismo devolvería Kenzhetay al atán. Pero es Ulpán ...

Zhanisha corrió para ayudarle.

Lo envió Ulpán - le sopló al oído Shinar. Kenzhetay se fue y llevó al camello, y las dos mujeres desataban las cuerdas y quitaron dos fieltros estampados y dos alfombras lanosas – los baúles estaban envueltos en ellos. Las llaves estaban en los ojos de las cerraduras. Abrían las cerraduras con un tinteo largo.

Una vez logrando cerrar las tapas en estos baúles – Shinar exclamó  -  Creo que aquí hay un dote completo para la novia. Mira, zheneshe y las cortinas hay!

Diría - para muchas novias! Se puede casar todo nuestros aúl! Las botas ... Bordadas ...

Sinar cogió las botas en las manos. Zhanisha continuaba el examen:

- Y en ese baúl? Shinar quitó la tapa:

- Té y azúcar ... Mucho albaricoque seco y pasas. Un juego completo para el té. Juego para kumys. Y para la mesa - manteles y toallas.

Nausha se juntó a ellas, y las tres examinaban las bienes maravillosas. Olvidando de que ya han visto un vestido de seda blanco con dos volantes, volvieron a ensalzarlo. No podrían decir que lo que más les había gustado, sabían solo una cosa - todos estos bienes, son muchos, regalarón a Shinar. En el fondo del primer baúl habían piezas de tejido. Las mujeres no podían encontrar palabras para expresar su admiración, y sólo podían chasquear la lengua ... Pero no se puede llamarlo la codicia o juzgarlas. Fue un ímpetu de las mujeres ansiosas por las cosas que les dan la seguridad, que pueden convertir la feo en la bella y la bella en una estupenda.

Shinar primera volvió en sí.

- Mañana, tenemos invitados ... Apa, zheneshe ... Vamos a quitar los baúles. Debemos prepararnos.

Empezaron a empaquetar las cosas, con tanta pena, como si tuvieron que separse de ellos para siempre, después de verlos sólo un rato.

Llegaron al día siguiente a mediodía. No se entiende o Ulpán con Yeseney, o Yeseney con Ulpán.

El invernadero de los turkmenos de dos haciendas  rodeaba el bosque con semicírculo. En la brisa se erizaban las espigas de grama, que sale bien y crece rápidamente en la tierra abonada, llena de aguas desheladas. Y luego, hasta el lago, los prados verdes estaban cubiertos de manchas de flores brillantes. Las pequeñas caballadas y pequeñas manadas no tenían tiempo para acabar con la floración de primavera.

Ulpan fácilmente saltó de la calesa, y cerró los ojos para respirar más profundamente los olores del  viento picante estepario, que se detenía en el bosque y se lanzaba en el follaje verde de los árboles, haciendolo susurrar.

Si existe paraíso en este mundo, - dijo ella, no puede existir en ningn otro lugar! Y en nuestro aúl siempre hay epolvo, suciedad ... Ella ni le miró, pero Yeseney suspiró con culpa.

- ¿Envidias? - preguntó Shinar- Vive conmigo. ■

- ¿Vivamos en su casa? – ofreció Yeseney – ¿Un par de días?

Ulpan se puso alegre ...

Y mi camello? ...

Se fue a dar un paseo, vuelve pronto.

- Te estaba diciendo qu no lo mostraras a nadie!

- Le dije que no se fuera. Pero es travieso. Musrep se dio cuenta de que pueden charlar así durante mucho tiempo, de nada en particular, simplemente disfrutando de la conversación y sugirió:

¿Dónde les gustaría colocarse? Es posible en la casa de invierno. Puede ser en la yurta. O simplemente en la hierba – Enseñó los fieltros, alfombras extendidas en lindero con las almohadas multicolores encima. Mira Ulpán - dijo Yeseney -. Como se pavonea este  Turkmeno sólo tenía que casarse con la hija de Shakshak-biy!

Cualquier cosa que ofrece Musrep-Agay, todo va a estar bien - respondió Ulpan -. Vamos, Yeseney, en el aire libre? Aquí es tan bueno como si visitara Karshygaly otra vez.

Ella suspiró tristemente ... Había un toy sin fin. Estaban los querellantes. Estaban solicitantes y mendigos. No estaba acostumbrada a esta cantidad de personas y aún tenía la cabeza pesada. Sin embargo, en la estepa casi no estaba. Nunca ha pasado por los lagos, que tienen la orilla y el  fondo de arena limpia. Solo hoy Ulpán se ha sentido libre y sin preocupaciones.

- ¡Hombres! Qué hacen allí de pie, cerrando el mundo! Siéntese – y se sentó primera en la alfombra -¡Eh, muchacha! ¡Trae té! - imitando los gritos de los hombres, Ulpán se dirigió a Shinar -. ¿A santo de qué te estiras la boca de oreja a oreja todo el tiempo?

El té estaba preparado. De la cueva con una toalla en la mano salió Nausha, después - Zhanisha con kumgans y un com de cobre cerca de la alfombra. Kanisha puso la palanganay kumgan en la hierba, y se arrodilló delante los invitados. Entonces comenzó echar agua en sus brazos, primero a Yeseney. Nausha silenciosamente abrió un mantel.

¿Quién es ella? - Preguntó Yeseney a Musrep.

A partir de ahora, es tu consuegra. Madre de Shinar.

Resulta que es ella que te ha hecho feliz?

Ella ...

Van a tener su felicidad - intervino Ulpán. Deja que traigan y pongan su otau...

Sinar sonrió tímidamente. En su cara estaba escrito: "¿De qué otau ella está hablando..?" Ulpán se pegó fuertemente a ella, le dio un codazo suave en las costillas. "Cállate ... Después te digo, "- susurró.

Han traído el samovar. Echaron baursakas sobre el mantel, pusieron un plato con buñuelos. Nausha trajó otro plato, no muy profundo.

- Esto Shinar me forzó prepararlo ... Coce, coce -  me dice ella ... Y esta comida no es para los invitados de honor - dijo ella justificandose.

Fue un pan - aún caliente, cocido en las cenizas, roto en pedazos y mezclado con mantequilla salada. Desde la antigüedad, este pan fue considerado un manjar entre los kazajos. Ulpán por el olor adivinó lo que Nausha había traído mientras ella no sabía, ponerlo o no sobre un mantel,  y soltaba la copa de sus manos,

- Esto es para mi! Para! Que nadie espere, no voy a dejar nada a nadie ni para probar!

Se quitó la tapa y se acercó el plato.

- No voy a dejar ni las migajas ..!

Estaban bebiendo té cuando Asrep llevó un camellito blanco. Una cría, cubierta de borra en vez de pelo. Él descansó. Él tropezaba, y movía con dificultad sus piernas delgadas.

Ulpán, se olvidó del té y saltó.

- ¡No lo mires  - le vas a aojar ! – Relampagueo los ojos a Yeseney.

Asrep en su boda fue uno de los primeros huéspedes por parte de Eseney y Ulpán con él podía sentirse relajada.

- Que tengas los pastos amplios, rebaños fértiles, mi mayor cuñado ...

- Ojala se realizen todos tus deseos, zheneshe ... Y se echaron a reír los dos.

Por supuesto, es ridículo – un mujer tan joven fácilmente dice cuñado a una persona mayor, y un hombre de edad, con una barba llena de canas, dice a una mujer joven - yseneshe. Pero tal es la voluntad de Alá obstinado – que a partir de ahora todo el clan de sibanov debe acostumbrarse a que Ulpán es la mayor entre todas sus mujeres, una baybishe de su clan!

Asrep había echado a la camella contra el viento y se adhirió para el té.

La cría estaba muy contenta de que ahora podía jugar con la madre. Cuado está parada  solo dormitas en sus pies largos nudosos, y en esto no hay ningúna ternura, ni calor. Y ahora lo que quieras ... Se puede tomar carrerilla y pegarla en la ijada tierna, restregar la cabeza contra la joroba ... Se puede pellizcar la oreja, lamerle un ojo ... La camella suspiraba y aguantaba sus travesuras.

Shinar se acercó a Ulpán, dejando a Zhanisha a dastarkhan.

¿Dónde encuentra la fuerza - dijo Schynar, todo el día es así ... Mama leche y empieza travesear, casi como tú. Mira que va a hacer al verme.

La cría se detuvo y aguzó el oído. Reconoció la voz de Shinar, y corrió hacia ella, pero no pudo pararse a tiempo, pasó de largo. Todavía no se sentía muy confiado con sus cuatro patas. Y si tropieza - y Shinar caería junto con él...

Shinar sacó del bolsillo un trozo de sal.

- Ven, ven, Aynalayin han – le llamó como llaman kazajos a sus niños.

El camellito había amusgado sus orejas, se había arrugado, pero al final se acercó, y recogió la sal de la palma con sus labios suaves. Empezó a chupar, moviendo la cabeza de placer.

Ulpan le vigilaba con celos.

- Shinar, dame la sal, también!

Puso la mano delante con un trozo blanco, Ulpán, imitando la voz de Sinar, le estaba llamando:

- Ven, ven, aynalayin!

El camellito en un primer momento aguzó el oído con desconfianza, pero que en realidad quería sal. Él vino y la comió ...

- Bien por ti! Bien hecho - con alegría Ulpán le ha elogiado y se giró hacia Shinar con aire de triunfo - Y tú vete, no llama mi camello!

Así se conocieron y al conocerse se hicieron amigos. Él corría frenéticamente a Ulpán, como para tumbar o morderla, pero al acercarse se desarrugaba , abriendo la boca, movía los labios – sonreía pidiendo más sal. Y Ulpán se contagió de su humor - entonces se escapaba de él y luego le perseguía ... Y no se sabe quién disfrutaba más de este juego.

Finalmente regresó a dastarkhan y se sentó.

Sírveme otra taza de té, Shinar ... Es el mejor regalo que me podías hacer! ¡Qué hermosa la cría! ¿Qué alegre! Y entiende todo.

Ella se quitó el saukele y lo puso al lado, se cubrió la cabeza con un pañuelo ligero de seda, y se acodó sobre la rodilla de Eseney que no pronunció ni una palabra - pero las palabras eran innecesarias para ver cómo él miraba en los juegos de Ulpán con el camello ...

Cuando terminaron con el té, Shinar llevó a Ulpán para enseñar cómo viven. Mostró el establo,  el redil de Musrep. La llevó en la casa, y Ulpan se alegró al ver por la primera vez una tal isba rusa en un aúl kazajo, parecida a una donde se habían quedado con Eseney en su camino a Tobolsk. Al menos en invierno los niños y los viejos no se congelan en una yurta fría.

Y desde qué tiempo ellos hacen aquí casas y cuevas? .. Shinar contó lo que le habían contado a ella:

- ¿Hace mucho tiempo ... Su abuelo, turcomano, vino joven en esta tierra. Los sibanos le dieron la tierra de sus posesiones. Y poner una yurta en aquellos días no era fácil. Primero había cavado una cueva, luego construyó una isba. Desde entonces, es una costubre.

Las casas de Asrep y Musrep estaban uno frente al otro, se puede cambiar miradas por las ventanas. Así mismo colocaron las accesorias – las cocina de verano schoschaly, los corrales. Tienen una costumbre de  segar heno para mantener el ganado durante todo el invierno en el establo. Y hay un pozo en el patio, no hace falta ir a buscar agua del lago.

Por la llegada de los invitados que encalaron las paredes, cubrieron los suelos con heno fragante recién cortado. Ulpán durante mucho tiempo miraba en el horno, estufa, abría y cerraba las puertas, miraba por la ventana. Sí, una verdadera "isba rusa ..."

Aquí vamos a pasar la noche, ¿está bien? - dijo Ulpán.

En esta choza? ...

No me hagas que te alabe! Luego pasaron en la yurta de fieltro oscuro. Aquí

estaban los regalos que ayer había traído Kenghetay.

- Mira, para qué tanto ...

Ulpán no le dejó terminar, tapándole la boca con la mano.

- ¡Cállate! Que ninguna palabra salga de tu boca! Acuerdate, también tienes una otau blanca como la nieve. ¿Eres advenediza en este aúl? Musrep-Agay te vio, y tu lo viste a él, se amaís. ¿Es por lástima que te tomó por esposa? ¡No! En Tobolsk, hablaba de ti nada más6. A mi me decía - si tu no fruncieras el ceño, no entornaras, sieras más delgada en la cintura, tuvieras un lunar en la mejilla, entonces te podría comparar probablemente con Shinar. ¿Lo entiendes? Y el hermano mayor de tu marido en nuestro toe te elogiaba aún más! Te aman. ¿Qué más tu quieres?..

Shynar la escuchaba callada. Que hasta ahora en la familia de Musrep, a veces se recordaba que es sólo la hija de una viuda sin hogar y tiene que recordar ... Ulpán expresó lo que ella misma quería, pero no se permitía pensar.

- ¡Ojalá Dios me hubiera dado tu mente dios, aunque sea un poco! – exclamó ella y abrazó Ulpán, se estrechó contra ella. Y no pudo contener las lágrimas.

- ¿Estás llorando? ¿Qué resentimiento tienes hacia Dios? La misma Ulpán y podría llorar de emoción, de ternura, de amor. Pero ella se acostumbró a no mostrar los sentimientos en presencia de otros y sólo pasaba la mano por la espalda de Shynar:

- Ya, deja aynalayin, para, chiquita... acunando a Shinar como un bebé -. ¿Quieres escuchar un cuento?

Shynar rió entre lágrimas.

Después de la cena, se fueron juntos al lago.

La camella la llevaron por la rienda. Y la cría de camello acosaba los cuervos en la carretera, sin olvidar acercarse de vez en cuando y estirando el cuello - "buj-buj"-pedir sal.

El sol caliente en la orilla inundó de luz los cuerpos desnudos de las mujeres jóvenes - Ulpán de color blanco lechoso y Shinar, más morena. Sin dudarlo, se lanzaron a las aguas vivas, y el mismo sol brillaba en las gotas.

¿Desde que había dejado mi aúl natal, no he bañado nunca más!

¿Y en casa? - Preguntó Shinar.

- ¿Y qué en casa? Siempre hay alguna prohibición!

Se bañaron en las aguas claras tranquilas, todavía no sufiscientemente calientes este verano y del frío los cuerpos se han puesto duros. Ulpán tocó el fondoy se puso de pie. El agua llegaba a la parte inferior del pecho. Y Shinar se puso a su lado.

Eres como una muchacha, la cual el marido todavía no se ha llevado a su casa – le dijo Ulpán -. Mira, Shinar, realmente naciste con buena estrella.

Hasta me da miedo – admitió.  Que no podré sostener tanta felicidad. Que algo va a pasar ...

Oh, maldita felicidad la que no podrás sostener!

Me gustaría tener una hermana como tú.

Igual somos casi gemelas. . La única diferencia es que tu naciste de seda y yo de lino ...- Le tocó con el hombro el hombro de Shinar – Compara tu misma ...:

¡Que pesada eres!

En este punto, del fondo borboteaban fuentes heladas, y se les congelaron los pies. Ulpan ampliamente agitó los brazos y se puso nadar de nuevo. Shinar la miraba admirando – que rápida, y su cuerpo en el agua parecía un mármol blanco. Shinar pensó - que nadaba sin miedo así mismo como se comportaba en la vida. Y va al medio del lago, no tiene miedo.

Shinar nadaba cerca de la orilla, chapoteando en el agua con las manos y los pies, y el sol se acercaba más, brillando en las gotas.

Ulpán despues de nadar a satisfacción regresó a ella:

Me habrías sacado si me hubiera ahogada?

¡Cómo! ¡Mira que vas atraer la desgracia!

Y si lo hubieras hecho, te habría sacado por la pierna.

- Lo mejor de todo es no ahogarse, Ulpán. Ni tu ni yo. Se asentaron en  la sombra de la caña en la arena limpia dorada. La arena ha sido calentada por el sol, y fue maravilloso extender los pies congelados. Retorzaron el pelo mojado e hicieron nudos.

- ¡Oh, ese pelo! - se quejó Ulpan -. Son espesos y ásperos gruesas como la cola de un caballo bien alimentado! Puedo peinarlo sólo después de lavarlo. Y si no – no hay ninguna manera.

Y yo en cualquier momento. Los míos no son ni espesos, ni ásperos.

Dios te dió todo, no fue tacaño. En Tobolsk, todos los días me iba al baño, y el pelo parecía al pelo. Y al regresar en aúl, dónde encontrarás aquí el baño. Una tártara vieja me decía que no se podía lavar el cabello con agua fría si no te ibas a llenar de piojos. Pero hasta ahora Dios me salvó.

Dime y el baño de hecho es tan bueno? Asrep-Agay exige construir un baño. Pero Musrep nole hace caso.

-Asrep mucho tiempo trabajaba como cargador en la ciudad, y Musrep también. Claro que tienen que construirlo. Deja que Asrep le agarre a Musrep por las orejas y le esfuerza! Esto sería genial! En el invierno también podría venir para bañarme!

Tu Musrep solo encuentra pretextos...Dice - ¿Dónde  voy a encontrar ladrillo cocido, piedras, barriles grandes de agua. Lo aplazó hasta el otoño.

Y tu, no le dejes en paz. ¿No sabes cómo lograr lo que quieras? .. Deja que te dicen lo que hace falta, y yo les obligo encontrar todo en dos días!

No lo hagas. Todo lo haces tu ... Y yo quiero enganchar a tu Musrep!

- Pobre hombre! Así que él deja que le enganchen ? Los dos se rieron, como si realmente vieron a Musrep, enganchado a una arbá, con todo el arnés y un yugo alrededor de su cuello. Dejando de reir, Ulpán se puso muy preocupada por otra cosa:

¿Y cómo voy a llevar mi cría de camello? En la calesa no cabe,  llevar por la rienda le cansará.  No quiero dejarlo hasta el otoño.

Lo vas a llevar junto con la madre.

La madre?

¿Y qué, tu le vas a dar el pecho?

Vete a la porra ...

No voy a ir. Ya decidimos hace mucho tiempo – vas a coger a la camella también:

-Sí? Para que la gente diga que Ulpán había ido de visita y regresó con una camella y la cría!

Y Ulpán de repente empujó a Shinar en el pecho, y ella se cayó en el agua de espalda, agitó los brazos y las piernas, Ulpán echó hacia ella, pero Shinar ya puso los pies en el fondo, agarró a Ulpán por detrás y en repetidas metió su cabeza en el agua.

Se perseguían una a otra, se salpicaban, se ensuciaron de barro y se rieron hasta el punto de que ya no podían más, y sólo imitaban el sonido de un camello chiquito, cuando arranca sal. Y ni una ni la otra no podrían contestar la pregunta qué lo que era tan gracioso y divertido. Y lo que fue era la falta de los juegos en la infancia, tenían una reserva de la risa ahorrada, y todo esto se acumula igual que el dolor, el odio, la venganzay necesita la salida.

Se puede decir que Ulpán creció sin amigas, conocía solo los juego y diversiones de muchachos, y Sinar, desde la infancia vestida en harapos, se ponía más cerrada, desconfiada, se incomodaba delante las coetáneas. Se encontraron y empezaron a conocer una a otra, y se alegraban de este reconocimiento.

Fue difícil dejar ... ¡Mucho más divertido fue continuar de salpicarse, hundir, revolcarse en el fango de barro, pegando de repente en las partes tiernas con una caña quebrada. Se ensuciaron tanto que fue imposible distinguir quién de ellas era de mármol blanco y quien de seda morena.

Suficiente – Suplicó primera Shynar.

Suficiente ...

Se habían metido en el agua para lavarse, y luego salieron en la orilla, no se escondían de nadie, orgullosas de su juventud desnuda, de sus cuerpos perfectos, de la belleza, y de la libertad tan esperada y quizás tan efímera.

No querían despedirse, y se vestían lentamente.

Cerca del aúl Ulpán notó un casi listo "Alty-bakan" – un columpio de seis pértigas y lazos. Dos dzhiguitos, ya han atado las pértigas y ahora estaban amarrando las cuerdas.

 

 



[1] La caída masiva de ganado causada por el helamiento de pastaderos.

[2] Un Campeón, guerrero.

[3] Un instrumento musical de viento de los pueblos turcos

[4] Una pieza musical sin palabras.

[5] "eke" - un prefijo respetuoso al nombre.

[6] Una compensación por la ofensa

[7] Un garrote ligero

[8] Un alguacil

[9] varias caballadas que suelen pastar juntas, pero aparte de otros koses

[10] Tore - familias nobles de Kazajstán descendientes de Genghis Khan, sus representantes solían ocupar puestos influyentes.

[11] aksakales - ancianos de barba blanca; karasakales - hombres maduros de barba negra que tienen derecho de voto en los asuntos importantes.

[12] Baglan es stanitsa Zverinogolovskaya en la actual región de Kurgan; Stap es stanitsa Presnogorhovskaya en la región de Kustana; Kpitan es stanitsa Presnovka en el norte de Kazajstán.

[13] soldados de infantería de los pueblos de Asia Central

[14] pastaderos de verano, eran estrictamente repartidos entre diferentes familias.

[15] La odrina para kumís hecha de piel de vaca

[16] Tratamiento a personas honorables, a la letra - el guardián del hogar, el fuego.

[17] Una alianza de clanes. Los kazajos tenían tres zhuz: Grande, Mediano y Júnior. Los sibanes del clan de kerey pertenecían al zhuz Mediano.

[18] Jorzhun es una petaca, así Tleumbet modificó la palabra “Jorunzhiy - confaloniero”

 Yeseney recibió este rango por la resistencia a los jinetes de Kenesary.

[19] Recadero

[20] jineteada

[21] Por primera vez una frontera bastante condicional y temporal entre las tierras de las provincias de Orenburg y Siberia fue establecida en 1838.

[22] Leche fermentada de yegua o de camello

[23] Pastadero de verano

[24] curandero

[25] jefe de un escuadrón de cosacos

[26] pariente por parte de madre

[27] Shanrak - círculo de madera para la boca de humo en yurta, al cual se fijan pértigas superiores, tiene otros significados  – casa, hogar.

[28] verstá - antigua medida rusa ≈ 1,06 km

[29] buñuelos de masa agria, fritos en manteca hirviendo.

[30] aquí: la tía

[31] Tratamiento al abuelo.

[32] Un camello de dos jorobas

[33] Un sombrero alto en forma de cono, decorado con plata y monedas de oro, perlas y coral, uno de los antiguos sombreros de los kazajos.

[34] mantel, mesa puesta

[35] Un largo palo fino con un lazo de cuerda en el extremo para atrapar a los caballos.

[36] Myrza – señor.

[37] Katyn - lenguaje popular: tía, mujer.

[38] Muy bien, una exclamación de sorpresa

[39] Un gorro de piel con orejeras

[40] Una cima circular de la cúpula de la yurta turca

[41] Una cuerda larga con un montón de lazos a todo lo largo para atar los corderos.

[42] Una ropa de calle para hombres parecida a la bata

[43] Una yuerga y la mujer más joven en la casa

[44] señor

[45] La fiesta de los pueblos de Asia Central acompañada por canciones, bailes, festín.

[46] Un hermano mayor, tío, se puede utilizar con respeto a un hombre mayor de edad.

[47] Un lago salado

[48] Tokal – una esposa menor.

[49] Aynalayyn – cariño, cariña

[50] Verstá – una antigua medida rusa 1.06 km

[51] Otau – una yurta blanca de los recién casados

[52] Baybishe – la primera esposa

[53] Tor es un puesto de honor en una yurta, frente a la entrada, al lado del fuego.

 

[54] Caftán es un abrigo ruso antiguo.

[55] Tenguíz así los kazajos llaman a Caspiy.

[56] Telega es un carro de transporte de cuatro ruedas

[57] Troica – un tiro de tres caballos

[58] Malajai – un gorro de piel con orejas

[59] Paluan – forzudo, luchador

[60] Shynar - plátano, como un nombre femenino significaba belleza, firmeza, fidelidad.

 

[61] Ayay-apa es una mujer hermosa

[62] Arshín – antigua medida rusa 0,71 m

[63] Kedey – un pobre de la clase baja.

 

[64] Kshshran – la crema, tomada de la leche de camella.

[65] Agueke – es una forma respetuosa de "agay" hermano mayor, tío

[66] Kulan-tuyak  es un casco del pollino, éste apodo dan a un caballo con un empeine alto del casco.

 

[67] Mirza dzhiguit: aquí es un cuñado generoso; no solían de llamar por nombre al hermano de su marido hermano, les daban apodos.

 

[68] Shoshana. – Una cocina de verano con el horno de seto.

[69] Atán - un camello de carga, castrado.