Сегодня день рождения у
Никто не пишет литературу для гордости, она рождается от характера, она также выполняет потребности нации...
Ахмет Байтурсынов
Главная
Спецпроекты
Переводы
Mailin Beyimbet "Monumento a Shuga"

02.12.2013 1465

Mailin Beyimbet "Monumento a Shuga"

Язык оригинала: MONUMENTO A SHUGA

Автор оригинала: MONUMENTO A SHUGA

Автор перевода: not specified

Дата: 02.12.2013

I

Salimos del pueblo al mediodía. Las caravanas de las nubes grises se iban impetuosamente al sur, pero eran tan amplias y luminosas, que el sol se abría paso a través de ellas libremente e iluminaba suave luz con su la tierra. Pero el viento era todavía frío y agudo – el cual soplaba desde el norte y penetraba hasta la médula. Comenzaba septiembre.
Nosotros éramos dos.
Yo montando sobre un bajo, pero muy juguetón caballo viejo bayo. La silla de montar, aunque lamentable, vieja - generalmente en tal, el bey recorre sus manadas. Sobre mi llevo puesta una chaqueta acolchonada hecha de pelo de camello, yo se la pedí al amo en aquella casa donde pasamos la noche, ella esta rota, con agujeros debajo de los brazos, y a mí me ventila mucho. Mi compañero de aproximadamente cuarenta años. Tiene la cara picada de viruela oscura, una barba rala y el bigote apretado. Y sus ojos son de color negro, redondo, sonrientes. Y de todos modos, parece locuaz humana y sociable. El cabalga sobre el caballo castrado de 5 años de edad, en esos pastores manidos pastan sus rebaños de ovejas. El caballo viejo necesita todo el tiempo para prepararse.
Nosotros cabalgamos. El viento soplaba a nuestras espaldas. Desde la aldea nos hemos alejados unas quince millas, y ahora alrededor de nosotros están los pastaderos veraniegos, pisados por los rebaños. Triste y abandonados. De vez en cuando solamente cerca de los pantanos se miran volaban una bandada de gansos salvajes. Allí recientemente había unas yurtas, entre las estufas de tierra en las cañadas y barrancos se encuentran los huesos amarillos, se revuelcan cada trastos, que están las fanfarrias roídas ovejunas. Y en ellos se lanzan los buitres y los cuervos......

 

Pagina 7

 

No importa lo mucho que vayamos, y todo parece, como si del lugar no nos hemos echado en marcha y el dzhaylyau*- veraniego fin no tiene. Un paso termina y comienza otro. Mi caballo viejo lo he soltado por el lince, y a mí mucho me ha molido durante el camino, pero el viaje me ha calentado, así que a mí hasta el sudor ha salido. Se ve, también que hasta mi compañero de viaje está molido, llevando al castrado caballo perezoso. Él se ha quitado de la cabeza el gorro con orejeras pesadas y lo ha atado al cinturón. Movió el redondo gorrito-borik, ha golpeado en la nuca del lado de su caballo y me ha alcanzado.

- Te vas demasiado a la izquierda, - me dijo él. – acaso espera la puesta del sol.

- Así usted se atrasará, y yo salté hacía adelante, y desde aquí nos devolvemos...

- ¡Sí! ¡Оморок toma a este rocín!. ¡Cánsate con ella!. Patalea en el mismo lugar... Y mi compañero de viaje con el corazón de halcón ha atizado al caballo castrado con el latigo.

- Estando ya a mi lado, - dijo él, - allá, mira, ¿aquel gran lago?. Se llama Kamysakty. Tomaremos hacía la izquierda de él, a través del túmulo. Pasaremos por ahí y en seguida caeremos en el sendero. Contornearemos allí al Monumento a Shuga y saldremos al camino real.

- ¿Sí?

El cuerpo a mí me dolía del sacudimiento desacostumbrado, y me ponía contento en cierto modo como para distraerme. Pero a su compañero no lo conocía y por eso con las conversaciones con él no me metía. Además a mí la costumbre que: durante el camino yo escucho más, que lo que yo hablo.

Habiendo dicho aún más palabras del camino, mi compañero se a callado, pero sentía que él tenía que contarme, y por eso, aunque no esperaba oír algo muy interesante, ha preguntado sin embargo:

- ¿Que es eso de Monumento a Shuga?. ¿Es una a montaña, o no?.

- ¡No que va!. Simplemente un cerrillo... Él ha golpeado de nuevo al caballo castrado a los lados, y hemos quedado de nuevo al lado. ¿- y que, no has oído nada sobre el Monumento a Shuga?

- Sí no. ¿De donde pues?. Yo, pues en estos rincones por primera vez me encuentro..

* dzhaylyau pastos de verano, por lo general en las zonas de montañas mié subalpinos y alpinos Asia, el Cáucaso, Crimea (por ejemplo Jajla - tapas planas de las montañas de Crimea).

 

Pagina 8

 

- Sí, entonces, por supuesto ... Usted, pues todavía sos joven. ¿De donde usted lo podrá saber?. Y a su tiempo cada uno de los muchacho en el condado conocía esta historia. Sí, pero ... ¡El barro, El barro! ..
- Bueno relátame, por favor, - le pedí yo - y viajaremos más divertido, y el camino parece más corto.
- Bueno ... Te lo contaré.
Y una vez más, habiendo ajustado el traje al caballo castrado, él cogió el abrigo colgado, ha escupido nasybay* masticado y se instaló cómodamente en la silla.
- Bueno, escucha ... esta historia es simple.

II


La aldea ... de la cual nosotros viajamos, se llama la "Aldea Ereke". Después a lo largo del río todavía toparemos con otras aldeas, y muchas más de ellas incluso habrán. Estos son todos los descendientes del mismo congénere, hay cerca de doscientas familias. Ellos inviernán por separado, y en verano se reúnen habitualmente en un dzhaylyau.
Cuando era un niño en aquella colina jugaban en alchiks** ... Amable, despreocupado tiempo era ... Aquí, en el tiempo de otoño, y estaban nuestras aldeas y aquí se pastoreaba el ganado. En la actualidad el lago se conoce como Monumento de lodos, y se decía simplemente: "Eso fue allí, cuando sacrificaron al toro abigarrado". Un gran lago. Alrededor de los arroyos ... ¡Rica y hermosa era entonces estos territorios!. En nuestros aldeas la gente había suficiente, y aquí desde el sur, desde las aguas costeras del Syr Darya, llegaron el pueblo de zhappasi al pastos de verano. Es un congénere de - Zhappas. Sólo recientemente ha dejado de movilizarse. Así que escuche ... Yo fui un pariente de Berkimbay. Hubo un tiempo en que él fue rico, pero decidió convertirse en el jefe del vólot*** se arruinó en él, desperdició todo el ganado. Y se convirtió en un hombre pobre. Y su padre fue un tío por línea materna. Se podría decir que en una especie Zhappas porque era muy rico y noble. Su nombre era Esimbekov. Apoyando en Berkimbaya, él siempre ocupaba los mejores lugares en el pastadero cerca del lago, «donde han acuchillado al toro abigarrado». Esimbekov le respetaban: generoso, acogedor, hospitalario era él

 

* nasybay - productos que contienen nicotina, tradicionales de Asia Central.

** alchiks -  huesos de la vértebra utilizados para juegos y adivinación.

*** vólot - poder

 

Pagina 9

 

En general el mimado de Diós, el hombre feliz. En ganado era rico, y los niños también. Cuatro hijos, fuertes y desesperados, como los lobos. Y entre ellos crecía, sin saber ni la pena, ni la tristeza, una hija - Shuga. ¡La bella!. La joven mujer y un señorial, justo de cara, con el pelo rubio oscuro recortado, tierno, esbelto, de ojos negros. ¡Como se dice, tal, así como me la comería!. Pero, y también se mantenía con severidad. Hablaba contenidamente, con dignidad, con el andar suave, como a la pava, y en cada gesto, el movimiento de la generosidad. Ahora tal en toda la estepa no encontrarás. Ahora, si se deja coger tal, seguramente salta-salta, como la cabra, como si no sabe, donde saltar con su belleza. He-he... Que allí... Malo tiempos han llegado... Han inventado aquí que estudien las mujeres. ¿Para que?. ¿A que?. La misma Shuga, como persona inteligentísima no le llamarás, pero no he trocado su tal y por una decena de inteligentísima. Y que al sentido de la enseñanza, si el mismo dios a tu mente no te ha dado...

A mí entonces iba justamente el veintiún año. Donde Esimbeka yo iba a menudo. Mi hermano menor, Bazarbay, el pasteaba entonces sus carneros. Hábil, diestro era. El año pasado él ha muerto. Aquí salía con él en la aldea de beyk en el día y en la tarde. Todo el verano pasaba allí. Shuga, pienso, tendría entonces los dieciséis años. Los muchachos de todos los alrededores por las jambas iban alrededor de su yurta. Alguien de los valientes trataba incluso de comenzar a hablar con ella. Mi hermanito le llevaba a ella las cartas, y todo sin resultado. Los jinetes del Cáucaso se enfadaban, se ofendían. Y bien, al final, era la hija del Bay, como que aquí e imagínate sobre a si mismo...

Había en nuestra aldea cierto Karim, mi coetáneo. Balamut, el bribón. Eternamente él inventaba algo para divertir a la gente. Aquí él codiciaba a la hija del Bay. En cierto modo su carta caía donde nosotros. Los versillos él los escribía por ahí... ¿Cómo allí él tenía esto?. Agá, como así:

Yo del mercado he traído a casa una correa,

Aunque sea bueno ella, aunque sea malo - esta es mi correa.

 

Pagina 10

 

Durante muchos meses yo no te he visto,

Y ahora he de ayunar apretado con el cinturón.

 

Que... El joven se ríe, entreteniendo la caza. Aquí han decidido jugarle la broma: han escrito como si Shuga le ha respondido. También en versos. Como Karim ha leído nuestra misiva, así, como se dice, un poco hasta el cielo ha crecido. Le hemos escrito aquí lo siguiente:

 

Es notable tu género antiguo, es grande el tesoro público,

Solamente mi alma no será comprada por ella.

Felicidad a mí en el mundo no habrá,

Si te diga, que tuya seré ...

 

Oh, Alá, que tiempo maravilloso fueron ... oyboy!1. ¡Qué maravilloso!.
Fue para los padres Shuga un triunfo. El bay actual, apenas una hija nace ya de antemano toman por ella el dote ... y Shuga iba no prometida en matrimonio. Muchos hijos de Bay la cortejaban, pero a todos se la negaron. Incluso desde lejos, desde donde en caballo no llegabas, venían. Todo fue en vano. Comenzaron en las aldeas las habladurías: " Esimbekov le ha privado a su hija la felicidad. La ha hecho esperar. Ahora no le encontrara un buen novio". Todo esto es una tontería. A todo la voluntad de Dios: que está predestinado a ser, de aquel no pasará......
Después nos enteramos de por qué Esimbekov negó todo los casamenteros. Al parecer, en su juventud, él y su amigo Cali se dieron la promesa de que si uno de ellos tenía una hija y el otro un hijo, estonces los hijos se unirían en relación. Y así sucedió. ¡Y he aquí para quien guardaba a la única hija Shuga, Esimbek! , pero ...
Cerca del lago Kamysakty nos apuramos, soltamos a los caballos, nosotros mismos descansamos, y luego tiramos de la cincha, nos hemos ido más lejos, y mi compañero de viaje ha continuado el relato interrumpido.

1 exclamación de alegría o sorpresa.

 

Pagina 11

 

III

 

Sí, le digo, ¡lo pasamos muy bien!. La tierra era fértil y abundantes pastos, mucho ganado. Por lo general, a finales de mayo, algunas personas, que después de haber terminado con la siembra, se encaminaban a dzhaylyau. Recuerdo que ese año nos trasladamos a los pastos de verano por el veinte de mayo. A menudo, las lluvias y la hierba crecía excelentemente. Nosotros, los jóvenes, nos divertíamos todo el día y a la espera de la emigración misma de zhappastsy*. Sólo en los pensamiento estaba: "¿Cuando vendrá Esimbekov? .. ¿Cuándo el poder se hartará de la carne fresca? .. "Un día cuando regrese en la madrugada, caí a dormir, y mi madre me despertó y me dijo:
- Los Zhappastsy emigraron, ponen las yurtas. Yo ya corrí, estuve, abrace a mi Bazarbai ...
Yo, por supuesto, ahora fuera de la yurta. El sol estaba caliente. A la orilla derecha del lago estaba negro del ganado... ovejas, caballos, camellos, y en todas partes la tienda ligera ordenadas. Los Zhappastsy llegaron. Apresuradamente me restregué los ojos y corrí a la aldea. Ya se juntaron. Ya en los calderos burbujeantes. En la yurta principal y espacioso de Esimbek se lleno de gente y ruido. Los huéspedes bebiendo leche de yegua (Kumís), ruidosamente, divertidos. Pasé por todas las yurtas. En una finalmente me encontré con Shuga. ¡Apyrmay!1, ¡los ojo no los arrancan!. ¡Delicada, blanca, como cisne, concretamente un cisne!. Estaba con su vestido de seda blanco en la parte superior de la misma chaqueta de felpa roja, adornada con hebillas intrincadas,  en la cabeza - un sombrero de zorro exuberante, con plumas de búho. ¡Un vestido rico!. Y todo esto le quedaba muy bien a ella!. ¡Así que ella era hermosa en ello!
- No mucho, se ve, que tenias prisa de encontrarse con nosotros, - me ha dicho ella, sonriendo..
Yo no sabía que contestarle. Antes, yo charlaba con ella libremente, y ahora como que la lengua me la han quitado.
1 exclamación que expresa sorpresa, confusión, resentimiento.

 

* Zhappas - una de las mayores divisiones tribales de la Pequeña Horda perteneciente a la generación de Baiul. Baiul (literalmente "los hijos de los ricos") - una alianza tribal, que incluía una "unión" 12 (raza): zhappas, altin, Alasha, baybakty, Bursch, esentimir, kyzylkurt, Maskar, serkesh, taz, Thana, Issyk, Aday.

¡Apyrmay!1 Las 1 Exclamaciones que expresan las sorpresas, la perplejidad, la indignación.

 

Pagina 12.

- ¿Quién está ahí que baja de los caballos? - preguntó de repente Shuga.
Miré a mi alrededor. Dos jóvenes kazajos, desmontaron, ataron los caballos. Uno de ellos estaba vestido como de la ciudad, como se visten en Rusia. Lo reconocí a él.
- Sí, este es Abdrahman - le dije yo.
- ¿Y quién es él? – preguntó ella.
- El hijo de Kazakbaya.
- A. .. aquel que es un maestro, ¿si?
- Sí, lo es así.
- Todavía muy joven, resulta, - lo notó Shuga y entró en la yurta.
Yo me acerque a Abdrakhman, lo saludé y le lleve a Esimbekov. Y a través de las grietas de la yurta, he notado, a Shuga nos seguía con la mirada..

IV

Por supuesto, usted no sabe ... - continuó mi compañero, instando habitualmente el caballo -. No había manera de saberlo. Abdrahman es de nuestros parientes lejanos, y nosotros somos con él casi coetáneos. Cuando éramos niños, él estaba atendiendo a los terneros en el vólost de dirección. Y en la casa de vólost vivía entonces el maestro de la aldea. Eso es de alguna manera a trancas y barrancas, y aprendió en cuatro años todo, lo que enseñan a otros en la escuela. El mismo Abdrahman me dijo: "En la tarde me paso con los terneros y los corderos, y en las noches a veces hasta la madrugada el maestro trabajaba conmigo. Bueno era el hombre. Un verdadero musulmán. Dijo que más de una vez que le complacía enseñar al pastor que a los niños del bey. Gracias a él, me las arreglé para graduarme de la escuela secundaria. Yo se lo debo al maestro para toda la vida ... "
Y su padre era un hombre pobre de los pobres, de modo que incluso después de graduarse de la escuela de la aldea Abdrahman continuaba trabajando de bracero. A los trece años, él por todo se decidió ha huirse del bey a la capital provincial, en verano trabajaba de bracero, y en el invierno
 

Pagina 13.

estudiaba. Así él se pasó a pan y agua durante dos años, y en las vacaciones de verano él mimo enseñaba a los niños bey y esto fue el pluriempleo para la alimentación. Y consiguió lo suyo, ser un hombre culto.
Se difundió su fama por todo el condado. Dolorosamente, ver, él era capaz. Los maestros también lo elogiaron. El nachandyk1 provincial lo invitó a convertirse en jefe de intérprete-traductor, pero Abdrahman esto no lo tentó, regresó a su aldea natal. Justo en ese momento, le dio a Ala el alma el escribano del jefe del Vólost y Abdrahman pudo haber tomado su lugar, pero se fue a la escuela del Vólost Zhamantyk de maestro. En el invierno, entonces enseñaba, y en las vacaciones llegan a donde nosotros, a la casa paternal.
En aquel año él llegó a dzhaylyau a principios de junio. Hace mucho no lo veía, y él como me ha visto, me dijo: "Bueno, ¿que nos abrazamos o que?. Después de todo, ¡cuanto no nos veíamos!» Y así, nos lanzábamos las bromas, y así hemos entrado a la yurta. En el lugar de honor se sentaba el anciano principal Khadjibaev hablaba con fluidez, como libro. Al vernos, al instante se quedó en silencio.
Abdrahman saludó la mano de todos. Al Bey Esimbekov evidentemente no le gustó, él en seguida levantó la cresta, y la conversación se interrumpió.  Luego empezó a hablar - con escarnio, con púas contra los "científicos". Me sorprendió simplemente no entender lo que pasó. Más tarde Abdrahman me explicó así. Resulta que después del otoño del rasurado de las ovejas Esimbekov como cada año ha cambiado los fieltros por pan y tomaba este pan para aborrajarse. Aquí Abdrahman y se ha metido – él le aconsejó no hacer nada a ciegas, primero saber el precio, y luego cambiar y vender. Y los que escuchaban Abdrakhman realmente han beneficiados. Koshma los consiguió a mitad de precio. Y es por eso que Esimbekov albergaba un resentimiento contra el maestro. "Él se metió en mi bolsillo", - dijo el bey.
1 Alterado - Jefe.

Pagina 14.

 

Y ahora, comenzando la conversación con Abdrahman, él ha preguntado:
- ¿Bueno, tú como el benefactor, la aldea ha pasado un buen invierno con tu ayuda?
- Si nada, han invernado – de tal modo fríamente respondió el maestro.
- Bien y bueno. Por lo tanto corresponde al intercesor verdadero y el protector de su clase ... - Esimbek se ha sonreído oblicuamente...
Dispérsense por la tarde, hasta que se sacien después de comer carne.

V

Cuando me fui a casa, Abdrahman todavía estaba donde Esimbek. Sin embargo, como se vio después, tan pronto como me fui yo él se fue a la yurta de Berkimbaya. Después de beberse el  kumys me venció el agotamiento extremo, y me desperté justo después del atardecer. Salí de la yurta. Sobre el montecillo detrás de la aldea se han reunido los hombres, en medio estaba sentado el anciano principal Khadjibaev.
Estaban hablando de Abdrakhman. Incluso desde lejos oí las palabras del anciano: "Este Abdrahman, veo que completamente se ha vuelto loco". Hablar el anciano mayor Khadjibaev sabía. Yo me acerqué y escuché.
- Tal como él es, no puede ser considerado como musulmán - aleccionaba el anciano – todos ellos no creen en dios, y su forma de hablar, es de blasfemia. Con los mullahs, Hazrat, padres piadosos del pueblo ellos están sobre los cuchillos. En Ala no creen. Sólo confunden a la gente crédula, dicen, no es Ala quien enriquece a los ricos bey, si no que nosotros mismos, con nuestro trabajo. ¡Pues después de todo, que él piensa para inventar!. Y me enteré yo, de que como que había vendido a los que quieren bautizar a los kazajos. Y él no estaba de acuerdo en ser un intérprete trujamán del jefe o funcionario escritor de la dirección de vólost, ¡y se fue a enseñar a los niños porque él quiere seducir a los musulmanes por el camino recto y apartarlos del profeta!
Como no trataba anciano mayor Khadjibaev, y nadie, en mi opinión, le ha creído. Él hablaba, y los jinetes del Cáucaso estaban, bromeaban entre si, se sonreían mutuamente.

Pagina 15.

- ¿Y usted sabe por qué andaba deambulando Esimbekov aquí?. Él ahora quería pastar el ganado en el desierto de Karakum. Y todo eso se debe a nuestro Karim - comenzó a decir un jinete.
- ¿Y ustedes han notado como Shuga se calentó cuando lo vio? - dijo él otro.
El tercero ha dicho que ha compuesto inmediatamente un poema, diciendo que fue escrito en el invierno por Karim, echando de menos a Shuga.
Salto yo y el caballo bayo asusta al Zorro a veces...
No había té y no adivino,
Que será de mí al separarme de ti.
Todos se rieron amistosamente. Karim se enojó y se fue. Yo me fui a donde Berkimbay. Abdrahman, apoyándose en el codo, tocaba el laúd.
- Vamos ... Siéntate - dijo.
Hablemos de esto y aquello, intercambiamos un par de chistes, y luego de alguna manera la conversación giró en torno al rededor de Shuga, y le pregunté:
- Bueno y que, ¿cómo te gusta Shuga?
- Sí, yo a ella no le ví, - respondió él.
- Bueno, ¿como no le vistes? - Me sorprendió. -Ella se quedó en la entrada de la yurta cuando tú atabas el caballo ...
- ¿Crees que le he visto?. ¿Lo que yo podía distinguirla a la distancia? Otra cosa, si yo hubiese hablado con ella.
- Así que hoy es altybakan1. Vamos - vamos a hablar.
- ¿En serio? - Abdrahman inmediatamente se animó.
- Bueno, a mí así me dijeron las nueras de Esimbekov - he confesado yo.
- Escucha, sé un amigo ... ¿Será mejor que me acompañe también, si?. Y esa fue la primera vez ...
No podía rechazar la petición de un amigo. Me prometí que sin duda iría con él al juego.
1 Juegos en el columpio en la noche de luna..
 

Pagina 16.

 

¿Por qué debo esconderme de usted? - dijo mi compañero -. El mas joven. Debe entender. La hora loca – la juventud. Sí, pero ... Todo a su tiempo ...
Ya tres de los hijos Esimbekov estaban casados. Su nuera menor, Zeykul, era la hija de un Karzhau de la generación de Tama. Alegre, sociable, linda, ella llevaba éxito entre los jinetes. A lo mejor inteligente, aunque irreflexiva. Su marido, Ibrahim, fue el más tranquila y agradable entre los hijos de Esimbekov. Durante todo el día obedientemente pasaba el rebaño de su padre, con la gente casi no hablaba. Todavía siendo una chica se dio cuenta que no era para Zeykul su prometido: su corazón no era para él, sino para Seid de un pueblo vecino, que incluso iba a huir con él, pero en la aldea se escucharon los rumores, y todo el mundo estaba molesto. La dirección de Vólost Kurman representó a Esimbekov como el casamentera, y el padre de Zeykul sabía que si su hija huía con Seid, Esimbekov se vengaría de su lado se levantaría el Vólost. Y con los ricos y poderosos no pueden igualarse. Y el padre asustado rápidamente dio a la hija obstinada al hijo de Esimbekov.
Por largo tiempo no quería llegar a resignarse con su destino la pobre Zeykul. Ibrahim pronto finalmente le disgustó, pero ¿cuántos pueden hacer una mujer casada en una aldea?. Los pobre jinetes desesperados arriesgaron todo por el enamorado, algo completamente extinguido en nuestro tiempo. Y la pobre Zeykul nunca encontró a su héroe.
Yo no voy a esconder de ti nada ... Yo te mencioné que todo el tiempo se perdió en la aldea de  Esimbekov y se ha hecho a ellos uno de los suyos. Me conduje bien educado. En fin, pronto me hice amigo de Zeykul. Yo era soltero entonces. Ella dijo: "Te seguiré". Yo le dije: "Me casaré contigo" - que fue toda la conversación. Así que estábamos jugando en el amor, hasta que nos dimos cuenta de que el juego es un juego, y la cabeza bajo el hacha, ninguno de nosotros por el bien de este juego no pondría.

 Pagina 17.


Esimbekov - hombre rico, - yo el pobre hombre. Si yo me llevará a su nuera de mí, y mañana habrá una mota de polvo. ¡La pobreza, la maldita pobreza!. ¡Zeykul era astuta, de lengua afilada! A veces, bromeando, cantaba para mí:
Kasymzhan, ¿no fuiste tú quien me juró, querido?
¿Yo no voy contigo querido?
No, Zeykul nunca te dejare.
¿Serás capaz de dejarme a mí?
No sé cómo escribir poesía, así que le pedí a Tukaya, aultsa pensó un poema como de mi.
Zeykul, la belleza tuyo es el color maravilloso
Quería describirla, pero las palabras no se necesitaba ...
Golpeé mi cabeza contra la pared -
Sin embargo, sólo la desesperación tonta encontré como respuesta.
¡Eso es todo!. ¡Sobre aquel nuestro amor ha acabado!...

VII

Cenamos con ... Abdrakhmanov que sí y fuimos a los juegos. En la aldea en el momento en que se preparaban para la cama. Estaba tan oscuro como una tumba. Por parte de la aldea Esimbekov llevaba voces apagadas y risas. Caminamos lado a lado, lentamente, de repente corrió Abdrahman y me adelantó. Se oía el ruido del alboroto, la risa de niña. Y de repente nos llego hasta nosotros un susurro caliente. Agarré a Abdrakhman de su hombro, los dos nos congelamos. Cerca de nosotros se han precipitado dos figuras.
- No, mi querido ... No pierdas el tiempo ... – dijo ella.
- Oh, mis ojitos, - ha respondido él con aire suplicante.
- Bueno, ¿qué quieres?
- ¿Harás lo que te pido?
La chica en voz baja, se rió avergonzada.
Inmediatamente supe que era - la hija Aynabay. Ella es decendiente de Kerey y en la aldea ella - diez familias - se encuentra entre la aldea
 Pagina 18.
de Esimbekov y la nuestra. Cuando pasábamos de cerca por la aldea, entonces escuchamos sus voces. Significa eso que sus niñas están asistiendo a nuestros juegos.
- Kulzipa va - dije en voz baja, riéndose.
Ante el nombre de Abdrahman ha estremecido. A esto había una causa especial..
Aunque en la aldea los descendientes de Kerey era numéricamente pequeño y Aynabay era un hombre pobre, todo a él le temían. Él sembraba constantemente los disturbios, llevaba los chismes y era capaz en general de cualquier infamia – por ello le llamaban: "osado de ojos rojos". Se veía él, justo, feo: cara opaca, hosco, cejudo, siempre con el ceño fruncido. Su hija - ella tenía diecisiete años - ha sido desposada, y han pasado un gran dote. Pero últimamente Aynabay, se ha hecho de una economía y comenzó utilizar a la hija de una manera más ventajoso, un novio prominente. Y el jinete más destacado era en aquel entonces, por supuesto, Abdrahman. En él entonces apuntaba Aynabay. «Lamentaría al pobre diablo, le cedería la hija a él, dándole a él aunque sea algunas cabezas de ganado...» - dijo el viejo bribón. Cuando Abdrahman llegó a la aldea de Esimbekov, las mujeres lenguas largas le llamaban "nuestro yerno." En general, todos firmemente estaban bastante convicción de que el maestro se casaba con Kulzipe. El invierno pasado, mi padre vino a Abdrakhman viajo a Aynabay a comprar heno y la esposa de Aynabay, invitándole a él, soltó el perol, no se descuartizo, dos vueltas de chorizo - de grasa abdominal de caballo. Así dan la bienvenida solo al invitado de honor. Al acompañar al invitado, la esposa de Aynabay le dio heno. Halagado por todo esto, el padre de Abdrakhman emparentarse de ningún modo fuera con Aynabay. Pero Abdrakhmanov Kulzipa no dio en el clavo. "¿Cómo puedo casarme con ella si me da asco" - Él respondió a todas las risas y felicitaciones. Sin embargo, esto sólo lo conocían los amigos cercanos - los coetáneos del maestro. Kulzipa misma en
 

Pagina 19.

 

Al encuentro casual se turbaba, enrojecía, se inflamaba, no sabía, donde meter sus ojos.
Ahora, al oír que ella estaba allí, Abdrahman intentó desaparecer rápidamente, pero yo quería hacer una broma, y ​​yo lo retuve a él.
Las muchachas, vivamente y agitando descuidadamente, han tropezado en la oscuridad de repente con nosotros y se han desconcertado.

- ¡Oybay es la gente ..! Y nosotros que pensamos – que era el ganado - se ha dado cuenta uno..
Y ellos se han apresurado hacía un lado.

- Este eres tú, es, ¿Marzhanbike? Ven, ven aquí - dije alegremente.
- Oh, ¿quién es este? Sabe mi nombre ...
- Venga a ver quién es el - le dijo a su Kulzipa zhenge1. Abdrahman se fue por delante, y yo esperaba a la chica.
- ¿Quién estaba contigo? - En seguida sintieron curiosidad.
- Abdrahman.
- Nuestra yerno, o qué? ¿Qué te ha escapado? - se rió Marzhanbike.
Kulzipa estalló, comenzando a susurrar algo en el oído de su Zheng, y ambos rieron alegremente. Hemos alcanzado Abdrahmana, sin embargo él no nos ha notado y todo miraba atentamente aquella parte, donde jugaba la juventud.
Nos hemos acercado al columpio. Ya se oían claro la risa, las exclamaciones, se podía hasta distinguir las voces separadas. Dos muchachas balanceándose en un columpio, interpretaban una canción persistente. Así nos dieron la bienvenida.
- Shuga cantaba, - ha notado Marzhanbike.
Sí, claro, canta Shuga. Y ella cantaba bien, con el alma, y ​​la canción era triste. «Desde el nacimiento nosotras, las chicas desdichadas, - cantaba Shuga -. no hay nadie en el mundo que es más infeliz. Y todo porque los padres nuestros están en el cautiverio de las costumbres antiguas».
1 cuñada (esposa del hermano); nuera (esposa del hijo).

Pagina 20.
 

VIII

Sí, lo que sucede en la juventud, todo es hermoso. Esa noche me quedado el recuerdo para toda la vida. Hasta ahora, todo lo que sucedió esa noche, pasa delante de mis ojos. Los juegos apenas comenzaban. Shuga con su amiga se bajó del columpio. Regando con preguntas, chistes, risas. Abdrakhmanov trajo el laúd, y comenzó a cantar.
Oh, y él ¡agradable como valiente!. Y durante el juego en absoluto lo transformó y se convirtió en un verdadero atractivo. La misma noche se transformaba en un efecto especial. Él cantaba y tocaba el laúd, y todo lo escuchaban respiraban profundamente. Incluso algunos de los viejos no podía contener se levantaron a media noche, echaron sobre sus hombros chapans y llegaron a oír al joven cantante. Así que entre las canciones, y los juegos, no nos dimos cuenta el comienzo de la aurora. Tuvimos que irnos. Marzhanbike giró alrededor de mí y me susurró:
- ¿Tú aun no te vas a casa?
Y caminó lentamente, llevandose consigo a Kulzipu. Tras de ellos se han ido los niños y los adolescentes. Nos quedamos solamente nosotros: yo, Abdrahman, Shuga y su Zheng - Zeykul. Tomé a Zeykul a un lado y le dije a ella que Abdrahman está locamente enamorado de Shuga.
- No lo sé - dijo Zeykul - el jinete, que, por supuesto, el es un hombre culto, destacado, tal vez es a ella que la cautiva. Y así ... ya sabes, no es que ella se niegue. Los grandes eran guapo ... - Y Zeykul se rió.
- Zheneshe, vamos a casa - llamado a ella Shuga.
- ¿Por qué tienes tanta prisa? - Preguntó Abdrahman, se acercó a ella, y ellos en susurro algo hablaron.
Nosotros estábamos aun lado, y justo antes de que yo pudiese oír sus palabras, "un corazón joven". Y de pronto le oímos decir:

Pagina 21.
 
- Adiós ...
Me di la vuelta. Shuga caminó apresuradamente hacia la aldea.
- ¡Oh, mi descarada!. ¿Qué tú me abandonas? - Zeykul gritó y corrió tras ella.

IX

De camino a casa Abdrahman estaba sombrío.
- Todo por culpa de mi pobreza, - me dijo -. Si fuera un hijo bey, Shuga de otra manera me respondería.
Resulta que sólo era una media broma, medio en serio, dejó entrever aguanieve sobre sus sentimientos, y ha puesto cara, como si de nada ha comprendido. Claro, se afligía él en vano. Por supuesto, él se molestó por nada. Es imposible de las muchachas, especialmente de Shuga de inmediato exigirle una respuesta.
A la mañana siguiente me llamó y sacó una hoja doblada.
- Esta es mi carta a Shuga, - dijo él. - Si ella está de acuerdo, yo me la tomaré en secreto. Y así por mí no la darán. No dote no hay. No sé que ella va a responder a esto ...
El estado de Abdrakhman estaba muy deprimido. La carta fue en verso. Unas pocas líneas de lo que recuerdo.
Cómo fría la luna brilla en el cielo.
- Pero en mi alma las llamas es vertida por ella.
Y aunque soy insignificante, la luna, es para ti,
Todo la herida del alma  cicatrizan no libremente.
¡Pero el dolor será ahogado por mí con suficiente fuerza!
Por primera vez la melodía me es envenenada por la melancolía,
Yo en las canciones nunca me había sentido triste.
Me convertí en un prisionero en su primer encuentro. Los deseos desataron su habla dulce.
Fueron escritos "consentimiento" de repente,
Yo sería la carta, como el santuario, a quien cuidar.
¿Pero cómo entregar la carta a Shuga?

Pagina 22.

 

Se produjo por accidente. Por la tarde, al regresar de la pastura, corrió a la aldea mi hermanito Bazarbai. Nosotros le pasamos una carta diciéndole que se lo transmitiera a Shuga, y si ella iba a escribir algo en respuesta, que lo trajera inmediatamente aquí.
Por lo que recuerdo: en nuestra aldea era un pequeño jardín. Los huéspedes que llegaron a la aldea, dejaron sus caballos allí, y la hierba estaba tan mal como arrugada. Aquí estaban apiñadas, las ovejas unas sobre otras. Así de esta forma se escapan del calor y de las moscas. Aquí a ellas les rasuraban.
Fui a buscar Abdrakhman. Estaba tendido boca abajo en el sol caliente en el medio del césped cerca de los rebaños, meditando y eximido de todo.
- Oh, mi amigote, ¿que es este lugar que tú has elegido? - Me sorprendió.
- ¿Qué se puede hacer ..?. No se siente uno como en casa.
Estaba distraído, y con impaciencia y con alarma miraba a lo lejos. Claro: él esperaba a Bazarbai.
A mi también me era interesante, si respondería, como era su costumbre, se rompe una carta sin leerla - esto era lo que Abdrahman temía. Dudó al principio: escribirla o no?. Pero yo le di las palabras Zeykul; Despidiendo de mí, me ha susurrado: «Que él le escribiera. Él es un hombre conocido. Quizás se apiadará Shuga». Y una vez ella dijo esto: «el Nombre de tu amigo no baja de la boca del niño travieso». Y debido a que las mujeres confíen entre sí todos los secretos de su corazón. Además, Shuga amado, y respetado a su Zheng y, por supuesto, todos confiaban en ella. Y de nuevo, yo esperaba a Zeykul, porque sabía que para mí va a tratar de hacer todo.
Abdrahman estaba en silencio. El sol estaba en lo alto sobre su cabeza. Con este calor se oculta en las sombras, y nosotros, como a propósito, tumbado al sol.
- Algo dirá Shuga ... – le he dicho yo.

Pagina 23.

 

- Quien a ella la conoce, - ha suspirado Abdrahman. En sus ojos había una melancolía y la esperanza.

Nosotros ya nos habíamos preparados para ir ya a casa, como de repente hemos visto a Bazarbaya. Él corría hacia donde nosotros. Abdrahman tan emocionado que inmediatamente se levantó de un salto. Nosotros dos hemos clavado los ojos a la cara de nuestro enviado.

Y él, de oreja a oreja, se ha acercado corriendo hacia Abdrahman y ha sacado de su bota el trozo del papel. A aquel hasta las manos le han empezado a temblar, cuando él lo ha desenvuelto. «Respetado Mirze Abdrahman nuestro Salem, - ha escrito Shuga. - le informo que la carta suya la he recibido. Por el momento nada definitivo no le puede responder. Perdone. Ha escrito Shuga».

Abdrahman ha oscurecido y se ha bajado a la hierba. Empezaba a preguntarle Bazarbaya, como él ha entregado la carta a Shuga. ¿Donde?. ¿Que le ha dicho?.

- Estaba en la yurta paternal. He dicho que su cuñada la llama, y cuando ha salido, le metí su carta a ella. «¿Que me has traído ahora, pequeño diablo?» - ha preguntado Shuga. - «Lees – y sabrás», - le he respondido a ella. Ha leído la carta, la ha escondido en el bolsillo, se ha sonreído y se ha ido a la yurta de su cuñada. Yo me fui detrás de ella. «¡Sí, tú perro, cagalitroso!. ¿Que te has importunado?. Todo llevas y llevas las cartas», - refunfuñaba, y sonría. Antes, cuando a ella le llevaba las cartas de otros muchachos, se enfadaba y las rompías de inmediatamente. Y como he visto que no se ha enfado, le hable: «Alá, ti escribe la respuesta, y al instante la llevaré. Nadie notará...» Bueno, y esto es lo que escribió...

El mozalbete radiaba, se sentía orgulloso de haber cumplido tan bien esta difícil tarea, y sonría de oreja a oreja.

Y aunque Shuga en la respuesta no ha dicho ni "sí", y ni "no", después del relato del hermanito a mí se me hacía aún más claro que Abdrahman que ella de ningún modo le era él indiferente.

- La muchacha será tuya, - he dicho con seguridad. Y Abdrahman ha radiado.

 

 Pagina 24.

 

Y poco tiempo después se confesaron abiertamente su amor claramente uno al otro. Y su amor se produjo tan fuerte que si un día no se veían, se morían verdaderamente de la melancolía. De mí los dos no se contenían. Cuando llegaba a la aldea de Esimbeka a tomar el kumís, Shuga de la alegría toda radiaba. A la primera posibilidad, cuando nos quedábamos cara a cara, siempre preguntaba:

- Y bien, ¿dónde está el compañero tuyo?

Es indecente sin embargo ya que mucho tiempo se queda de visita en una aldea. Abdrahman se fue por diez días a donde el padre, y Shuga en este momento estaba como alma en pena.

- ¿Y bien, por qué él no viene? - Me preguntaba. - ¿está sano o no?. ¿No sabes nada?, ¡ah!.

Pronto sobre Shuga y Abdrahman comenzaron a hablar en la aldea. La verdad es que nadie no los condenaba especialmente, y nada vergonzoso en sus relaciones no había. El primero que ha armado el estampido siempre el contencioso Aynabay pendenciero. Hubo un rumor de que Kulzipa sollozaba, después de enterarse de todo. Aynabay furiosa ha informado a Esimbek que Shuga va a huir con este pobretón de Abdrahman y entonces en su cabeza caerá la deshonra indeleble.

En la familia de Esimbek se ha levantado la tormenta. A Bazarbay han echado. A mí - también. A partir de ahora, no podía acercarse a la aldea. Ellos dicen: "Rompieron el perro del mal en una grulla". Los ancianos venerable – jefe del clan - han dicho al maestro: «Nuestra aldea tiene amistad desde la antigüedad. ¿Para que enemistar a los vecinos?. Es malo esto. Ajuicia, renuncia».

Y Abdrahman ha respondido: «Si Shuga cambia su palabra, - me negaré. Por ella, estoy listo para cualquier cosa». Entonces los ancianos han maldicho unidamente al maestro. ¿Si «es posible esperar el bien del ateo, que ha cambiado la fe de sus padres y estudiaba en la escuela rusa?» - hablaban ellos. Vivía él

 

Pagina 25.

 

ahora con nosotros en la yurta, y los ancianos ahora me reñían fuertemente a mí, porque yo, en verdad, daba la bienvenida a las habladurías, que no honra a las leyes de los padres. Y cuando a Esimbek se le perdió el caballo, me acusaron del robo y han hecho que le dieran al bey la vaca con el ternero. Fue ofensivo, sin embargo no puedes hacer nada, pues lo ha decidido así la mayoría, y contra el mundo no irás en tropel. En la aldea empezaban a mirarnos hacía abajo. Los hijos de Esimbek con algunos pendencieros por las noches nos acechaban a mí y a Abdrahman. Si nosotros le caímos en sus manos accidentalmente, vivos no nos dejarían.

Cada vez se conseguía más raramente que los enamorados se encontraran. Y, echando de menos a Shuga, Abdrahman ha compuesto estos versos:

Creo que a ti te han dada a luz para que seas mia,

Te quiero más cada día...

Para oír tus confesiones y el juramento tuyos,

Durante el camino, Shugazhan, calentaba al caballo.

Pero el género tuyo cordial es hostil ahora.

Los enemigos nos persiguen infinitamente a cada hora,

Quieren separarnos, para condenarnos en sufrimiento...

 

XI

 

No era suficiente, al parecer, aquel Aynabay que él ha azuzado en nosotros Esimbek, él trataba también a Abdrahman deshonrar ante los ojos de las autoridades. Cuando me llegó el rumor, como que si Aynabay ha dicho al del vólost que Abdrahman cobra misteriosamente dinero para los turcos, me he asustado de verdad. Sin embargo Abdrahman no se ha alarmado de estos rumores. Él vivía como antes con nosotros y, en mi opinión, pensaba todo el día solamente en una sola cosa: como se iba a encontrarse con Shuga.

Bazarbay en nuestra aldea no vivía. Verse con Zeykul a mí también no lo conseguía de ningún modo. ¡Oh, y los tiempos difíciles habían llegado!.

Entonces, como en una tarde estábamos con él sobre el montecillo, cerca de la aldea. Miraban, claro, hacía el lado de la yurta

 

Pagina 26.

 

de Esimbek. La yurta de Esimbek se levantaba en el centro de la aldea. Quien fuera el que ha aparecido cerca de ella, Abdrahman siempre le parecía que había salido Shuga. Sentados y callados los dos, y echábamos de menos. Él por el Shuga, y yo por Zeykul... Al poco tiempo después del pasto empezaban a volver las vacas. Cerca de las yurtas de los zhappases estaban los camellos taciturno. El ruido y la algarabía nadaba sobre la estepa. Balaban las ovejas, mugían las vacas, relinchaban las yeguas. El corrido deportivo rápido, de los potros, levantando el polvo gris azulado. Contemplábamos tristemente la agitación habitual de la aldea por la tarde. Todos nuestros pensamientos estaban metido sobre otros.

- Hoy he recibido la noticia de Shuga, - ha dicho de repente Abdrahman.

- ¿Que ella ha escrito?. - Me he estremecido.

- Te echo de menos, escribe, se ha consumido todo. La familia en contra. La cabeza me da vueltas. ¿Que nosotros inventamos?. ¿Donde está la salida?. Aquí que ella escribe... Yo le he respondido a ella. Es necesario, escribo, corre. Otra salida para nosotros no existe. ¿Solamente como entregar la carta?. Con tal de que ella esté de acuerdo, yo por mi en un instante me la llevaría...

Mientras nosotros hablábamos así, en el camino entre las aldeas, donde giraban ahora las manadas, ha aparecido de repente la calesa. Los caballos corrían vivamente, el polvo se levantaba por la columna. Volvían, torpemente saltando en la silla, saltaba ecuestre. Los viajeros tenían prisa. Un presentimiento malo me ha apoderado - uno de los que está sentado en la calesa era parecido a un ruso.

- Vámonos mejor a la yurta, - he propuesto.

Abdrahman se ha echado a reír.

- Y eso es todo lo que tienes es miedo ...

La calesa ha rodado virtuosamente a nuestra yurta. En la parte delantera estaba un joven jinete del Cáucaso - el cochero, y seguido por dos más.. Y con uno de ellos se encontraba realmente un ruso.

- ¡Que todavía por el castigo de Diós!. - se soltó hacía mí.

Abdrahman también cambió de color. Nosotros de prisa nos hemos ido a la yurta. El ruso ha saltado del estribo y se dirigió a nosotros al encuentro.

 

Pagina 27.

 

- ¿Quien es aquí Abdrahman?

- Yo – ha respondido el maestro.

- Anda, te viste. ¡Al volost nos iremos!.

Este era un guardián. De un lado de ello colgaba el peón, sobre la gorra brillaba la escarapela.

- ¿Y para que? - Ha preguntado Abdrahman.

- No puedo saber. El comisario de policía ha ordenado.

¿Que hacer?. ¿No contradecir a la autoridad?. He aparejado apresuradamente a los caballos y he decidido yo mismo llevar a Abdrahman. Cuando aparejaba, toda la aldea desde el viejo de ochenta años hasta los chiquillos de ocho años se han reunido cerca de nosotros. Unos se compadecían, otros gozaban del mal del otro. ¡ Mi madre estaba llorando amargamente, mientras que otros, por el contrario, muy sonriente - ajá, hasta que te llego la hora!. ¡Lo has conseguido!. ¿Y de que allí te llego la hora?. Tenía amistad con Abdrahman y - alá es testigo - sé que nunca él a nadie le ha hecho el mal. ¿Solamente acaso a los baisk lacayos algo les demostrarás?

 

XII

 

Cuando hemos salido de la aldea, el sol se sentaba ya. Íbamos en pares. Yo llevaba los caballos. El camino pasaba a través de la aldea de Esimbek. Los caballos iban por un gran lince. Abdrahman miraba atentamente intensamente hacía adelante, él esperaba ver a Shuga. Hasta la yurta de Esimbek restaba cincuenta brazas, pero Shuga no aparecía, y él ha comenzado a añorarla completamente. La separación - la pena para los enamorados.

Y los caballos han tomado a la carrera, el camino era bueno, y se arrancaban de las manos las riendas. Todavía un instante, y pasábamos de largo la aldea. Contuve con todas misma fuerzas a los caballos. Ya que quien sabe... Puede, ser que más nunca en la vida el jinete del Cáucaso no verá a su querida. Y si la viera, probable, no muy pronto. Por alguna razón me ha parecido así en este momento... Nosotros dos callamos, porque comprendemos bien que es lo que pasa en el alma de cada uno... Los perros crueles de Esimbek,

 

Pagina 28.

 

los cuales por las noches, pasaba, y que cerca no nos dejaban acercarnos a la aldea, ahora, mostraban sus colmillos, saltando al encuentro. Cerca de la entrada en la yurta estaba la muchedumbre, y todos con curiosidad nos miraban. Se ve, que  nuestra llegada ha interrumpido su conversación... La Mujer del hermano mayor de Shuga, habiendo atado con el lazo al camellito a la yurta negra ahumada, ordeñaba a la camella. Entre la yurta principal y otau - la yurta para los jóvenes - paseaba el importante baybishe. Me parece que desde hace tiempo sabían el próximo arresto de Abdrahman.

Solo Shuga no se veía.

Abdrahman se ha ensombrecido, ha gritado bruscamente:

- ¡Ayda!.

Yo solamente ahora he notado que los caballos van ya al paso. He bajado las riendas, y los caballos van corriendo. Y han aparecido aquí dos mujeres al lado del pozo detrás de la aldea. ¡Zeykul y Shuga!. ¡Apyrmay, como yo, habiéndolas visto, nos alegramos!. ¡Incluso las lágrimas nos han salpicado de los ojos!. También nos han reconocido sí y se han helado, sorprendidas y confusas. Zeykul, como recuerdo ahora, con un yugo sobre el hombro, con dos cubos de agua. Shuga estaba al lado vacía. Abdrahman ha saltado de la telega, corrió hacía ellas. Yo esperaba que él abrazará a Shuga, apretará al pecho, la besara. Pero él no ha hecho esto. Probable, se ha se avergonzado de las personas que estaban en la yurta de Esimbek. ¡Y en vano!.

- ¿A donde vas? - Ha preguntado Shuga alarmada.

- Me llevan en al volost, - ha respondido Abdrahman.

A Shuga le han brillado las lágrimas. Y yo por poco me he deshechado en lágrimas también. Zeykul ha mirado rápidamente – ella estaba terriblemente asustada - y, habiendo equilibrado sobre el hombro el yugo, ha gritado:

- ¡Oybay, mi pequeña, vamos, vamos!. Ves: ¡corren de la aldea!

Pero Abdrahman y Shuga como si se han helado... Y detrás se oían ya los gritos, el ruido, las injurias, el pataleo. Por delante, habiéndose levantado sobre la calesa, gritaba a nosotros el guardián enfadado.

 

Pagina 29.

 

- Adiós.

Moviendo, Abdrahman se acercó a la telega, se sentó. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Yo azoté a los caballos.

- ¡Ho-osh!. Adiós, querido, cariño... – con voz ronca ha gritado Shuga y, habiendo comenzado a llorar, ha caído sin fuerzas a la tierra.

 

XIII

 

El comisario de policía del vólost ha llevado Abdrahman a la provincia. Nos hemos despedido en lágrimas. He regresado a casa con la nota para Shuga. Pasaron seis días, y yo no conseguía entregarla de ningún modo.

Resulta, que Esimbek se ha puesto con una furia terrible, cuando se dio cuenta que su hija delante de todos, se despidió de Abdrahman. Los hermanos estaban feroces también. ¡Se ve, que la ha pasado muy difícil la pobre Shuga!. Todo esto la ha conmovido de tal forma que no salía y hasta ha dejado de comer. Dentro de un tiempo por la aldea se han arrastrado los rumores: la melancolía ha gastado a Shuga. Se derrite ante los ojos, no se levanta de la cama. Aunque nuestra aldea se encontraba a un lado, sin embargo ahora no podía, como antes, llegar a Esimbek.

El tiempo pasaba, y a Shuga no se mejoraba. Viendo que la hija había caído enferma en serio, Esimbek se ha ablandado. Han llamado a los curanderos, los curanderos-chamanes, sin embargo y no podían hacer nada. Shuga soñaba y en el desmayo llamaba a Abdrahman.

Baybishe se ha alarmado, viendo, como se marchita su única hija y querida, y ha persuadido a los parientes de salvar a Shuga de la muerte inminente. Y el salvamento era solo uno: por toda la aldea conseguir la justificación del maestro, dar a él a Shuga, haciendo la boda. Y, al fin, Esimbek ha consentido. Desde luego, a regañadientes, de mala gana. Después de consultar con los parientes y los aldeanos, él ha decidido pedir al de la dirección del vólost liberar a Abdrahman.

 

Pagina 30.

 

Y en relación a mí, él ha cambiado también su ira a su misericordia. Parece ser más fácil respirar en ambas aldeas.

Una vez vino a mí el camellero de Esimbek, me ha dicho que quiere verme Shuga. He saltado de la alegría y he echado a correr a donde ella. Estaba en la yurta grande. El borde de un gran pedazo de fieltro estaba levantado. Me ha mirado y ha comenzado a sollozar. Su madre la ha echado a ella, empezaba a consolar, secarle las lágrimas, a besar, a suplicar:

- Tranquilízate, mi pequeña... ¿Poco me haces soportar este dolor? ¿Que puedo hacer yo?. Si fuera mi voluntad, yo no te llevaría hasta tal situación...

- Azhe, - ha llamado silenciosamente de repente a Shuga.

- ¿Ou, querida? - Ha respondido la madre.

- Déjame a solas con él...

- Bien, pupila mía, ahora, ahora.

Baybishe ha salido de prisa, yo me senté con Shuga:

- ¿Y bien, como te sientes?. ¿No estas mejor?.

- No, no estoy mejor, - ha respondido tristemente, y de nuevo sus ojos se han llenados de lágrimas. - y no quiero sentirme mejor... Tú... comunícale a él... A... Le era difícil hablar dale mi saludo... de las lágrimas, le era difícil hablar, ha sacado el pañuelo de bajo de la almohada, ha secado sus ojos. – tú lo verás... si él vivo estará... y yo......yo... -Ella no podía continuar.

- A todo a la voluntad de Dios, - he respondido. - solamente que piensas en vano así... Te ves bien , pronto, te repondrás.

- No... ¿Si y para que?. Da lo mismo feliz yo no seré. Mi padre me ha lamentado simplemente. Él ve, en a mí como a Judá. Se ha asustado. Y mañana, si me mejoro, se va a poner de nuevo como estaba, en contra. No temo a la muerte. Solamente compadezco uno... Que como despedida Abdrahman no me diga algunas palabras afectuosas. ¡Si podría verlo solamente antes de la muerte!. Si solo él se encontrase de repente al lado, nos apretáramos cara a cara y a mi, me diría: «¡Shuga mía!», yo me iría de la vida felizmente...

Ha suspirado penosamente.

 

Pagina 31.

 

Hasta tarde he estado junto a ella y, abatido, deprimido, me fui a mi casa. Y en casa me esperaba una alegría: resulta, que Abdrahman supuestamente regresó hoy. No podía esperar mas que llevármelo a donde Shuga, e inmediatamente he empezado a saltar a la aldea de Abdrahman. Allí también todos se alegraban, el maestro realmente solamente acababa de llegar de la provincia y en seguida ha preguntado sobre Shuga. Sobre lo que ella estaba enferma, le han informado enseguida. Lo tranquilice como pude, ha dicho que ella recobra la salud. Y él me ha creído.

A la mañana, tan pronto como han conducido los caballos del pastadero, hemos salido a nuestra aldea. Los caballos iban por un gran lince. El día estaba muy caluroso. Todo el camino Abdrahman se reía, bromeaba, me hacía reír. Hablaba que, cuando lo han llevado a la provincia, ha compuesto a Shuga una canción. Y él se ha puesto a cantarla:

La caricia de los ojos de mi Shuga,

Cada palabra de la canción sonaba,

A mí, me ha acompañando, no me abrazaba,

Solamente las lágrimas fluían todas más fuerte.

Acercándonos a la aldea, todavía desde lo lejos hemos visto a la muchedumbre cerca de la yurta de Berkimbay. Habiendo atado a los caballos, he llevado a Abdrahman a la yurta, y yo me fui a averiguar, que pasaba. En este momento de la muchedumbre montaba alguien a caballo, ha gritado algo y se fue a toda prisa después. Que él ha gritado, no escuche, pero el corazón a mi me se me ha apretado por alguna razón...

Y cuando me he acercado a la muchedumbre, he oído:

- Sí que la bendiga Alá...

Todo se han pasado las palmas de manos por el rostro. Me he pasmado, he mirado a Aytbaya.

- ¿Escucha? – me ha dicho él. - Shuga ha fallecido.

A mi como si con agua helada me han vertido sobre mi. Y me he quedado yerto. Todo me balanceaban alrededor de mi cabeza.

- ¡Ay, Shuga, Shuga!. ¡Shuga pobre!. Tan joven...

Después la muchedumbre se ha ido a nuestra yurta para informar a Abdrahman la noticia fatal. Él no ha comenzado a llorar,

 

Pagina 32.

 

Solamente ha palidecido terriblemente. A él le empezaban a consolarle. Él callaba...

Todos nosotros nos hemos dirigido a la aldea de Esimbek.

De la yurta de bayka se oía el llanto desgarrador. Habiéndonos notado, las nueras Esimbek han salido. Ellas tenían los ojos rojos e hinchados. Zeikul ha dado la seña, me ha llamado hacía un lado y ha sacado del bolsillo un trozo de papel. He adivinado que este era la última carta de Shuga.

He aquí lo que ha escrito Shuga antes de su muerte:

A la desgracia la belleza me fue dada,

¡A ti te ha traído solamente la pena!

Pero por nuestra felicidad soñaba yo,

Creía firmemente: que nuestro destino era uno.

Quería que el único que me poseyeras fuera tú sólo,

¡Oh mundo cruel!. Has roto los sueños.

De la vida terrestre me voy sola,

Sin haber visto a la persona de mi querida.

Que sea esta la última esta carta te recordará a Shuga la pobre.

Cuando Abdrahman leía esta carta, sus lágrimas goteaban sobre el papel, y algunas veces él interrumpía su lectura.

Esybek ha enterrado a Shuga en su tierra natal, en el cementerio viejo patrimonial, y ha abandonado el lugar de prisa hacía el sur. Dentro de un año, cuando los zhappastsy de nuevo llegaron aquí, él hizo una gran exequia.

Entonces se vertió este túmulo.

... Contándole, a mi compañero de viaje tanto se ha aficionado que ha olvidado a caballo, que apenas movía las patas. Habiéndose dado cuenta, él ha atizado a su vez dos veces su látigo y me ha alcanzado de nuevo. Poco tiempo después hemos salido de la cima del paso, y ante nosotros se ha abierto en toda la belleza el gran lago. Al occidente de él se asomaba en la bruma la pequeña colina.

- Mira, - le he dicho a mi compañero de viaje. Esta y es el mismo túmulo. El monumento a nuestro Shuga. ¡Ah, Shuga, Shuga!.

 

Pagina 33.