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Ахмет Байтурсынов
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Mailin Beyimbet "Conversacion durante el camino"

02.12.2013 1598

Mailin Beyimbet "Conversacion durante el camino"

Язык оригинала: CONVERSACIÓN DURANTE EL CAMINO

Автор оригинала: CONVERSACIÓN DURANTE EL CAMINO

Автор перевода: not specified

Дата: 02.12.2013

Por el cielo otoñal flotante, hundiéndose en las nubes, bajándose más y más abajo, de las nubes lanudas. El viento cruel del norte arrancando vetusto, en los remiendos y las aberturas de la oda se penetraba hasta los huesos.

Ayer hemos pasado la noche en Tokana. Entre los tres-cuatro patios este era el más acomodado. El amo - en el otl ~ de otros - estaba dispuesto a llamarse rico: como-que dos vacas lecheras es aquí la riqueza. Koshom en la yurta de él, sin embargo, con todos los remiendos, y por ella el hombre lobo del humo negro. Poshurovav el estiércol seco hediondo ele foco que descompone, el amo con el enojo ya tocado ayer ha dicho:

- Barekelde-ay, para los invitados, como la suerte lo tendría, y nada de carne.

Es por eso que han decidido salir antes. Tokan sma:

Las ruedas agitadas, desvencijadas, de alguna manera rodan en cuarenta partes de la arbá, se ha puesto el enganche rucio al jamelgo. Aquí se acerco Aydarbek con la pelliza endurecida y con el gorro con orejeras puesto en la nuca.

- ¿A donde se ha ido?

- Quiero a los invitados llevar al bey Sakenu.

- Barekelde-ay, quería la arbá tomar, en la base e irse, a vender la carne.

Por lo visto, debe pedirnos perdón por esto, “lo único que hicieron fue que se han ido a aprovecharse en todo esto del arbá”. Para consolar de cierto modo a Aydarbek, me tratado de comenzar con él una conversación.

- De la venta de la carne los ingresos, deberán ser, bastante.

- ¿Oh, que grandes ingresos, hay allí?. ¡Quien ahora en la riqueza piensa!.  Sólo para con el hambre no perderse.

 

64

 

La mujer de Tokana - una tía alta, magra y negra. Se ve, que ante nuestra llegada de los esposos se han tomado entre si. La mujer zurraba la badana, arrancando el mal, el chiquillo de tres años sucio, y Tokan, ni palabra sin hablar, consolaba al chiquitín que bramaba, escondiéndolo en el dobladillo de la pelliza. Cuando ha llegado Aydarbek, estaba también en el patio y, al parecer no quería perderse oportunidad de tomar a su marido en público.

- A otros maridos en el asunto piensan, los beneficios buscan, - ha dicho. - y el mío, torpe, a que grado le ha sido necesario. Voy a ver cómo canta cuando pierda las cabras y el rocín rucio.

Tokanu obviamente no le gustaba eso que en frente de extraños hablan de su pobreza. Atando los cordoncitos del gorro con orejeras, él airadamente ha mirado con cólera a la mujer.

Poco tiempo después nos fuimos. Detrás de nosotros se fue el perro desgreñado, abigarrado. Hasta el mediodía aun estaba lejos todavía. A través de las nubes densas de vez en cuando atravesaba tímidamente el sol. Íbamos por las aldeas que se han situado a lo largo del río. De algunas yurtas chorreaba el humo. Las personas descubiertas, descalzas, demacradas en el viento de hielo esculpían la chabola de barro.

Se oscurecían indiferentemente las piedras-árboles y salían las paredes de madera que se han ladeado. Estaba claro a primera vista: el cementerio. Aquí nos ha llevado el camino tortuoso. Tokan más raramente arreaba al caballo kutsejvosta rucio, y cerca del cementerio y se detuvo por completo.

Él ha bajado de la arbá y nos ha mirado:

- ¿Usted que, no va a rezar ahora?

- ¡Nos hemos helado de frío, - hemos respondido, - Vamos!

Él se ha asombrado.

- Un rato nos detendremos aquí.

Él se bajo y se ha arrodillado, ha comenzado a murmurar una oración memorial « aguzy bismilda». Su voz sonaba ronca, gangosamente. Habiendo leído la sura del Corán, él se subió al arbá y se ha comenzado a inquietarse, a cada instante nos remiraba a nosotros, deseando, aparentemente, algo decir.

 

- ¿Este es el cementerio de su aldea?

- Sí, el nuestro.

- ¿Y esta tumba fresca – de quien es?

- ¡Oh!. ¡aquí yace una persona respetada!. Es misterioso, ha dicho Tokan y se ha vuelto de costado a nosotros. Aquí este largo pueblo a lo largo de la orilla se llama Alsh y nuestra aldea - Kospak. Alshan y Kospak - los parientes hermanos de la misma edad, los niños de un padre. Su madre, quien fue digna Kunetay, contaba: «Cuando yo era una gran Alshanom, de repente se ha embellecido extraordinariamente ha florecido, fue bueno, acomodadizo, constantemente daba oídos a los consejos del marido. Se podía ver, que el hijo del sabio gobernante del campamento, respetado por todos, y con la riqueza que tenía iba a dejar a sus descendientes hasta la séptima generación». Ha pasado así. Alshan ha crecido, y con nadie podía ser comparado. Los huesos blancos, y negros - todos se dirigían a él buscando sus consejos. Contaba así mi padre. En la aldea que pasábamos ahora, por duodécima familias viven sus descendientes. Los otro - parientes lejanos, los aun descendientes de Alshana se encontraban en la gloria y casi todos los jinetes del Cáucaso eran enteramente ágiles, tenaces. A los amigos les eran benigno, generoso. En especial  se destacaba entre ellos Uali. Miraron hace un momento su tumba fresca. Ha muerto hace un mes  y medio atrás. Eran el sexto del vólost... Han comenzado después los disturbios, pero él continuará teniendo honor. Hasta su muerte no perdido de las manos la posición del poder...

El año pasado, ante de las elecciones, me ha llamado. «Todos nosotros, - ha dicho él, - un antepasado. Si nosotros somos amigos y únicos, ningún enemigo tan simplemente nos vencerá. Aquí han llegado de nuevo las elecciones. Quiero cientos de aldeas, nadie no me golpeará las manos. Pero para el nuevo poder nosotros no son especialmente agradables. Ahora tratan de colmar de beneficios a los pobres. Bueno, entonces eres de ellos. Te escogeremos mejor, que que-si de extraño. Contigo y hablar y consultar es fácil.

 

Te apoyaré: serás representante de aldea. Objetar a la persona respetada era no de costumbre, nunca dijo una palabra a él detrás. Ahora él ha muerto. Entre los parientes no hay tal, a quien era posible confiar la dirección del pueblo. ¿Que al sentido del grado de aldeano, si apoyarse no en quien?. Realmente, son vanas mis tentativas...

Tokan ha suspirado amargamente. Se ve, se ha acordado de los años pasados, el tiempo pasado con el benefactor Uali. Andaba Tokanu por los cincuenta, sin embargo sentía que: su alma era joven, y en su pecho se descomponen los sueños no realizados. Debe ser, que en el alma de él se veía por el intercesor algo parecido a, el soporte seguro de la generación joven, un buen gobernador, el continuador justo del pariente rico, venerable por sus descendientes. Por eso, he comprendido, él representaba cuidadosamente a los del vólost, de los ricos, estaba sentado descansando, tosía importante, parpaba sí escupía en todas partes.

Íbamos por la costa del río Tobol y a la hora del almuerzo hemos llegado a la aldea bay Sakena. Cuando han aparecido las casas de madera con los altos techos, Tokan ha dicho:

- He aquí una de las aldeas, cuyo esqueleto no se ha tambaleado. Crecen, se multiplican las cabezas del ganado, y las personas...

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