El año de mi nacimiento está configurado, se puede decir, con una precisión astronómica. Y, lo que parecerá extraño, casi según la teoría de la relatividad... El año en el cual un caballo ciego en su ojo derecho fue atacado por los lobos en el otoño, y más tarde - en el equinoccio de la primavera- que separa el año de la vaca del año del tigre - yo nací. El invierno todavía no se había ido, y la primavera todavía estaba avanzando. Era Nauruz1.
Sólo una cosa permanece a oscuras- la circunstancia no está clara: si el niño nació ¿antes del amanecer o después? Si el año de la vaca fuese atribuido en el parto, esto significaba poseer innumerables rebaños y éxito en la vida, en los bienes y en la prosperidad. Si el tigre lo hubiese tomado bajo su ala – también hubiera estado todo bien... ¿Quién se hubiese atrevido a atacarlo primero? Pero esto - antes del amanecer o después - ya nadie se acuerda. Probablemente hubo una tormenta de nieve, y todos se sentaron en la yurta. Yo también no me acuerdo. Y sin embargo - ¿está aquí la astronomía? ¡Está! ... Y¿ la relatividad? ¡Está!
1 Nauruz - muchas naciones del oriente celebran el año nuevo año, que para ellas comienza en el equinoccio de primavera, el 22 de marzo según el calendario moderno, y el año de la vaca o del tigre es el ciclo del calendario de de doce años, que a cada año denominan con el nombre de un animal.
Mi primer día no estaba marcado por ningún acontecimiento notable en un pequeño aul, en el extremo norte de la estepa kazaja. No había siquiera luchas entre perros por los huesos exquisitos. Hay años en los cuales ni los huesos se acumulan para los perros.
Sin embargo, todo esto no me concernía. No me interesaba quien es el rey del mundo en el que tengo que vivir mi vida, y quien es el profeta cuyas palabras determinaban el destino del hombre, todas sus acciones, alegrías, tristezas. Indiferente también de quien era el todopoderoso gobernante de la parroquia –el volostnoy. Y ni di valor al hecho de que mis padres sean ricos o pobres.
Como ahora lo entiendo nadie estaba particularmente feliz de mi llegada a este mundo. Una simple familia - y ya numerosa – se incrementó con un hijo más y ¿cómo llamarlo? también no se rompieron la cabeza. Había un Hamit, el primogénito. También había un Sabit. Según esta consonancia al tercer hijo le dieron el nombre - Gabit.
Mi madre de vez en cuando se recordaba:
Terco, era... Nunca lloraba, aunque si él quería comer.
La gran vida pasó por al lado del aul. Ella fue oída solo por el repique de campanas simplistas, la cerreta con tres caballos hacia nosotros no se giró. Las huellas en la nieve en los senderos negros corrían directo al aul del viejo Torsan - una caminata de media hora desde el nuestro. -Dos de sus hijos fueron los gobernantes del municipio rural, y otros dos se enfocaban hacia posiciones de poder.
Y por esta razón, que nuestro aul estaba en los suburbios, nosotros sabíamos todo mediante las historias de los ancianos.
Los viejos conversaban sobre la presente forma de vida, sus ojos apagados se iluminaban y ellos enderezaban los hombros, cuando empezaban a rememorar la abarrotada y ruidosa - toya – concurso de cantos y versos, Y a las carreras de caballo con premios: sobre el coraje y audacia de los jinetes de nuestro clan que siempre habían salido victoriosos de las diferentes competiciones. Los ancianos se lamentaban de las grandes migraciones, en las cuales tenían que trasladar el aul, removerlo de su sitio durante muchas semanas, hacia la estepa sin fin.
Disminuyó la alegre melodía de las campanas, pero ellos siguieron hablando de la causa de su apariencia.
- De estas campanas, nada bueno se puede esperar - Rajmet suspiró, el hombre era tímido y taciturno, su familia era considerada grande en el aul;
- Sí - convino con él su hermano menor Kozhak.- tal huésped ¡no se satisfará aun con el sacrificio de un carnero por su llegada!
- Oh, Alá - Rajmet continuó -. Temo – que llegaron para comprobar las deudas – que cantidad se debe... ¡Estos impuestos! Si sólo los calculamos para nuestra parroquia - toda una familia, incluso una como la mía, podría vivir bien alimentada por cien años. ¿Y qué, al Zar y toda su familia-les falta?
Kozhak sonrió burlonamente:
- ¡Oh, mi gran hermano! ... ¿¡Si sólo los calculamos a nuestra parroquia!? De estos municipios el Zar blanco tiene miles y miles.
- Kozhak, usted se debe haber confundido, - expresó dudosamente Dosan que inevitablemente se confundía si tenía que contar algo mayor de un centenar -. Esta cantidad de aul y municipios como usted dijo, ¡en todo el mundo no hay!
- ¡Sí! Si usted hubiese viajado, mi querido Dosan, hubiera visto... Kozhak, en el aul no solía permanecer por mucho tiempo. El trabajaba en Kurgan – como estibador, su mundo era mucho más amplio que el de aquellos, que un viaje a Presnovka –que estaba a corta distancia- se transformaba en un evento. A las palabras de Kozhak ellos escuchaban, aunque si a veces sonaban repentinas y espectaculares.
Las discusiones se interrumpieron tan repentinamente como surgieron - ¿cuál es el punto de quejarse si la queja no es oída, y si la oyen la cancelan? Si Kozhak comenzaba a hablar sobre las injusticias en la tierra, ya sea Rajmet o Dosan acordaban con un gesto: así es el mundo. Todo de Alá. Y no es de nuestra mente entender todas estas complejidades.
Mi padre tenía un sueño desde su juventud: ¡hacerse rico! Pero a pesar de todos los esfuerzos, su finca era como un korzhun-especie de maleta, puesto sobre un strigunok-potrillo loco, que ininterrumpidamente se lanza de lado a lado, y este korzhun- se balancea en la espalda, para luego caerse en el suelo por cualquier salto fuerte.
A veces hemos sido capaces de acercarnos a la prosperidad, y el padre se puso feliz y orgulloso, e incluso su voz sonaba diferente. Pero - no por mucho tiempo. Siempre había algo que sucedía: un deshielo formidable a principios del invierno, cuando todo se estaba derritiendo, y después la formación de una costra impenetrable de escarcha en el pasto – el yute. O deudas viejas e imprevistas. O el aumento de los impuestos. Los ojos del padre se dispersaron. Parecía estar mirando a lo lejos, tratando de ignorar la pobreza inminente.
En tal situación - que nosotros los chicos teníamos solo una camisa rota - a nuestra familia llegó el momento de realizar el rito de la circuncisión, la ley establecida por el profeta, mucho antes de que mis hermanos y yo naciéramos.
Yo tenía cuatro años o un poco más cuando nuestra yurta fue visitada por el mullah de barba roja -Khoja. Y su sombrero también rojo, estirado hasta las cejas, y probablemente por esto que el rostro del mullah parecía de mal agüero. Él sacó un cuchillo y empezó a afilarlo, escupiendo de vez en cuando en el bar.
Pero su cuchillo ya estaba afilado. Anoche vimos al mullah, como de costumbre, en un solo movimiento cortó la oreja de la cabeza de un carnero, sacrificado en la fiesta de su honor, e inmediatamente trasladó el cuchillo y cortó la otra oreja, también.
Con miedo escuchamos los tres el zumbido hecho por el cuchillo y observamos con ansias su brillo de acero frío en las manos del mullah. Nuestros padres con entusiasmo promocionaban sus hijos, como los gerentes hacen con sus empleados. Según el padre, según la madre, parecía que no había en todo el mundo chicos tan inteligentes, obedientes, pacientes como sus hijos. Y si Hamit, Sabit y Gabit no se opondrán a los sacramentos, cada uno de ellos recibirá un caballo. Esto prometió el padre, que, probablemente, en ese tiempo había desarrollado una manera rápida y fácil de obtener dinero, y la madre dijo que justo hoy vamos a llegar a ser adultos, el momento de darnos a la escuela del mullah.
Ella preparó la cama al lado de la pared, puso una colcha, arregló las almohadas plumosas. El mullah probó la cuchilla con sus uñas y al parecer sintió que tenía suficiente filo. Su cara y barba eran rojas y se veía muy enfocado y riguroso. Puso el cuchillo a su lado y empezó a cantar una oración.
A mí me gustaría tener el caballo prometido y quería ir a la escuela. Sin embargo, cuando Hamit, guiñándonos con un ojo, salió primero de la tienda, yo lo seguí en silencio.
Un pequeño bosque nos protegió de la lluvia. Yo pensé: ¿De cuales caballos-habló mi padre? Cerca de nuestra yurta había solo una yegua vieja, de tipo - roan. Así que, Chalca, será la recompensa por la circuncisión, pero ella la puede obtenerla sólo uno.
¿Y los otros dos? ¿Tal vez la ceremonia para los otros, su ejecución, se pospondrá hasta que tengamos una manada?
Pero cuando quise expresar estos pensamientos en voz alta, Hamit me interrumpió de inmediato:
- Ustedes no saben montar a caballo...
Sabit le dijo: "¡Sabemos cómo hacerlo!" Pero el hermano mayor resopló con desprecio, nos llamó terneros estúpidos y para enseñarnos quería darnos algunos golpes pero en este momento alguien con seguras y suaves manos nos agarró en sus brazos, cara a cara ...
En una manta en la tienda estábamos tumbados según la edad, Hamit-en primer lugar, desde el borde, que está más cerca del tor- un lugar en la yurta para los huéspedes de honor, Sabit en el medio, el segundo – y yo al lado de la salida -tercero.
¿De qué lado empezará el mullah? ¡Ojala que no de la puerta! Él me preguntará primero: "¿Su caballo de circuncisión de qué color?" De inmediato, para que nadie se me adelante, contestaré: "¡Chalca!" Dejad que los hermanos me cortejen, aunque sea joven, y me pidan que les dé un paseo en el caballo... Voy a dejarlos, pero no tan a menudo.
Sabit se dio cuenta de que él es el más desfavorecido. ¿Con quién el mullah comenzará? Sabit será siempre el segundo - en todo caso el quiso cambiar de lugar conmigo, pero le di una patada en respuesta, que no me moleste. Él me pellizcó y con un susurro aterrador me prometió entonces de nivelar mi nariz con la cara.
Pero en vano nos enfrentamos. El mullah, naturalmente comenzó por los mayores.
- Dime, hijo mío... Dime el tipo de caballo, que querrás ensillar en este día festivo en honor al antiguo rito ceremonial.
- Chalca - Hamit dijo, y su voz era alegre, pero luego aulló del dolor insoportable.
Mullah con el cuchillo escondido en la manga aun no se había acercado a Sabit, que éste comenzó a sollozar. Pero resultó que no por la aprehensión del dolor.
- ¡No! ¡No! ¡Y yo no tengo un caballo-o-o!..
Él convulsivamente empezó a crispar todo lo que podía y gritaba a gran voz, y continuó a gritar cuando el mullah, haciendo su caso, se puso en cuclillas ante de mí.
Lloró en silencio también la madre. Ella estaba pasando por nuestro dolor, y simpatizaba con nosotros, ella maldijo la pobreza cruel, en la cual proceden los padres y los hijos involuntariamente, en un día tan trascendental. De hecho, se podría nombrar caballo de circuncisión también a un potrillo, pero éste no existía.
Y a mí ya no me importaba.
- Yo tampoco tengo un caballo - le dije, y decidí, no importa lo doloroso que sea, no lloraré.
Y yo no lloré.
Lamentándose suspiró, sentándose en el baúl el hermano del padre – el tío Botpay. Él no se resistió y reprochó al mullah:
Gueke - prefijo respetuoso delante el nombre para referirse a una persona mayor en edad.
- ¿Por qué preguntó tres veces acerca de los caballos?, usted es mullah-eke, sabía de antemano que la respuesta sería una sola.
- Así estaba determinado, pero no por nosotros.
Mullah insatisfecho se encogió de hombros, guardó su cuchillo y se alejó.
El tío Botpay nos consoló:
- No lloren, no atormenten el corazón de la gente... Yo, voy a comprar caballos rápidos, ágiles, como hay en la estepa. ¿Es que de su padre sin valor lo esperan? ¿Es que tiene una manada?
Uno se podía haber ofendido por las feas palabras del tío Botpay acerca de mi padre. Pero, ¿qué daño hubo aquí? Sobre todo, porque el padre sonreía con nosotros también. Así, él también, se alegraba de que el tío Botpay nos dé caballos que pueden atrapar el viento.
Desde entonces, desde cuando se llevó a cabo la ceremonia, pasaron dos años. Una vez más las hojas del abedul crujieron en el bosque, cerca de donde constantemente invernamos en chozas cubiertas de capas de césped conjugado. Ahora era el tiempo para migrar hacia las orillas del gran lago Kozhabaev.
Liberado de los hielos, era tentador con su color azul en el verde de la estepa de primavera.
Allá antes del verano, migramos no sólo nosotros, sino otros cinco o seis aul vecinos.
Por la noche, todos los ancianos de los aul, sentados primorosamente en una colina no muy lejos de la costa, se daban la bienvenida, preguntaban acerca de la salud y deseaban prosperidad. Finalmente después que el decoro se cumplió, los viejos hablaron de lo porque vinieron: cómo pagar por el mullah, que fue invitado a los niños a "romper el lenguaje." Así llamado el aprender a leer y escribir.
El mullah se merece por su ciencia: una vaca y un ternero, esto está establecido por las leyes y costumbres religiosas, aquí está establecido el pagamento para acompañar los muertos al otro mundo, además, los jueves, los estudiantes deben traer a su mentor el salario semanal, en relación a la prosperidad de los padres y sus grados de relación con el mullah - no más de cinco centavos, pero no menos de dos. Las clases se mantienen: Una semana en cada familia. Los padres se turnan para proporcionar la yurta para la escuela y contener al mullah, como corresponde a su rango.
La pobreza tenía allí su propio orgullo, ella quiere hablar sobre todo de antemano, de modo que no haya quejas y malentendidos, para que nadie pueda reprochar el obtener ganancias a expensas de los demás.
He oído y leído que muchos niños la noche antes del primer encuentro con la escuela no pueden dormir y dan vueltas en la cama, y a menudo se sobresaltan: por el miedo del sueño. Por mi parte a mí no me pasó. A causa de mi agotamiento al fin del día, caí como un tronco y en el mismo lado que me dormí allí me desperté. Y mis hermanos, supongo, también, no tenían mucho temor al pensar en el mañana, en el cual no serán capaces de correr, y tendrán que sentarse en silencio y escuchar lo que va a decir el maestro Mullah y hacer lo que él dice.
El Mullah que vino era joven. Para ocultar su juventud, ferozmente erizó su bigote y cambió varias veces de lugar la varilla flexible, cortada frescamente.
Al mismo tiempo le entregó folletos a los estudiantes, donde se muestran las veintinueve letras del alfabeto árabe.
Yo también recibí ese papel, pero no me interesaron mucho los ganchos, guiones, palillos, rizos, yo miraba mas a la varilla que parecía una cola de una serpiente y pensaba, ¿para qué el mullah la necesita? Sólo ayer aprendí de él palabras de amor y reconciliación, que no hay que causar problemas y preocupaciones a los seres cercanos.
Nos dividió por edad. Más joven que yo, no había nadie en ese momento, yo tenía seis años. Por lo tanto, en cualquier yurta mi lugar inmutable estaba al lado de la puerta, en compañía de corderos y cabritos. A menudo, mis vecinos fueron decrépitos perros de edad avanzada, que jadeaban con lástima y me miraban con una cierta simpatía, con ojos llorosos.
El Mullah nos enseñó según la edad. Hizo una seña al chico más grande y señaló con sus largos dedos al alfabeto. Hasta este momento nunca había visto uñas tan bien cuidadas.
Alif, bi, ti... – con una voz desconocida pronunció el mullah - Repita tres veces más de lo que he dicho: Alif, bi, ti. Ahora vaya al lugar y apréndalo.
Pero eso fue sólo el principio de la sabiduría escrita.
Ante nuestros ojos, la misma letra había sido objeto de ocho o incluso nueve transformaciones irreconocibles. Por falta de costumbre, no asimilamos inmediatamente el significado de estos misteriosos sonidos, y entonces nadie tuvo ninguna duda de por qué el Mullah necesita usar la varilla silbante que él cortó de un sauce al lado del lago.
Esta es la letra "a". Al principio se pronunció en voz más baja y se llamó alif, y fue retratada como un palo vertical. Había que recordar que en ese caso, ya sea desde arriba o desde abajo no se le pone ningún guión.
Mullah en la misma voz "científica" nos instruyó:
- No hay guiones en alif, un punto se pone bajo la "bi" y dos sobre la "ti".
En otra lección con la misma letra alif, ella tenía sólo tres pronunciaciones.
- Alifsin-a- ,Albasin i , aliftur-o ... Si las abreviamos, en la lectura, resultan - a-i-o ... Y se leen como palabras desconocidas AIO, e independientemente como letras, a i r. Repitan, repitan, no sean perezosos, ¡bribones!
Si utilizamos el moderno alfabeto Kazajo tendríamos que escribir: uli (hijo o grande) aoguly ondiris (producción) - aondyris on (diez) - , er (silla de montar, el hombre, temerario) - ...
¡Ojala si sólo en esto terminaría la vibración del guión, inscrito como un toque sutil en nuestros papeles! Pero la letra se balanceaba como el viento. Frente a ella, por cuarta vez, tras la voz del Mullah empezamos a cantarlas en una canción monótona:
- ¡Alifki Cusin an ... Alifki-Cusin-en ... Alifki kutir-on ... An-en-o!
Con la varilla en las manos del mullah, este nos daba golpecitos, pero no pudo incrementar nuestra comprensión, en cuales casos el maldito guión tiene sonidos espesos, en cuales están relajados, pero con firmeza. El profesor a veces se confundía en las explicaciones, el bigote se le movía, el agarraba su varilla, y en esos momentos, no me arrepentía de ser el menor, pues estaba sentado al lado de la entrada. En cualquier caso, no estuve de acuerdo en cambiar de lugar con Hamit. Mi pobre hermano estaba cerca de la mano del mullah.
Probablemente, es difícil para el presente lector seguir la pista de la letra insidiosa "a". Por eso si quiere puede omitir opcionalmente esta página. ¿Y nosotros? ¡Si sólo fuese la "A"! Veintinueve letras, cada una con ocho o nueve sonidos. Tiene algo así como ¡doscientas treinta opciones! Así nosotros paseamos en la jungla de letras árabes, y hubo algunos que no salieron de allí por lo bueno. Por ejemplo, uno de los primeros que de la escuela se hizo pastor de un salto, fue mi hermano Sabit.
De vez en cuando en la yurta frecuentaban los adultos, para escuchar que tal es la doctrina, a ver para que todos los jueves, paguen con el tintineo de cobre verdoso, y que en realidad no eran muchos, de hecho, en las viejas cajitas pintadas.
A petición del maestro, y en presencia de cualquiera de los padres, cantábamos en voz alta y clara:
- ¡Alifki Cusin an ... Alifki-Cusin-en ... Alifki kutir-on ... An-en-o!
Puesto que tenía más posibilidades, nuestro tío Botpay frecuentaba las clases.
Aunque nunca había comprado caballos en honor de la circuncisión, todavía lo queríamos. En el aul Botpay era conocido como un gran sabio, amante de las aves de rapiña y los caballos de carreras. Pero era sobre todo famoso por su habilidad para manejar la dombra y kobyz-instrumentos musicales orientales, que en sus manos se convirtieron vivos.
Botpay escuchaba, cerrando sus pesados párpados, y al principio lo envidiamos pues podía dormir, y nadie le prohibía esta siesta tranquila bajo el abarrotar melodioso.
Pero resulta que no estaba dormido.
- ¿Qué son esas palabras que dice usted? - No sin malicia, le preguntó al joven mullah -. Alifki Cusin-an ... ¿Son realmente palabras de Alá? ¿Eh? .. Dígaselo, al ignorante.
Mullah se acurrucó de miedo. Botpay era un hombre fuerte, de carácter imperioso, y áspero en la lengua, capaz de hacer lo inesperado, y por eso antes de responder había que pensar bien.
- Boteke, es la sabiduría de Alá - con cautela comenzó el mullah -. Un libro compilado por el Profeta, ¡bendito sea su nombre y sus obras! ¿Cuál es el significado de estas palabras?, sólo lo saben los padres espirituales en Ufa, Kazán ... Y los mortales deben repetirlas con obediencia y humildad.
En la conversación con Botpay su bigote se convirtió amable hasta empalagoso. Y nosotros cargados de alegría – pues había una persona ante la cual el formidable e implacable maestro empezó a tartamudear y se volvió tímido, como un niño inocente.
Las palabras de obediencia, Botpay las escuchó con oídos sordos y amonestando al Mullah dijo:
- ¡Y esto se llama la doctrina! No es por nada que la gente dice: romper el lenguaje. Si sólo hubieran recordado "an-en-on", era suficiente. ¿Para qué demonios necesitan su alifki-Cusin? Voy a volver dentro de una semana. Si los estudiantes muelen lo mismo - Saco de la escuela a mi hijo.
Una semana pasó y una semana más. Por supuesto, cantamos "alifki-Cusino, alifki kutir" y el hijo del tío Botpay siguió cantando con nosotros.
A veces venía a visitar a nuestros padres, Batima-la hija de Botpay, que fue casada con uno de otro aul.
No atraía por su belleza, hermosa no se podía llamarla. Pero en mi memoria hasta hoy no se borró su apariencia con vida. Femenina, encantadora,. Y lo que en ella parecía bastante inusual, era su sentimiento de independencia total - una rareza para una mujer de un aul viejo u otro.
Pero Dios no le dio hijos a Batima. Recuerdo que nosotros los niños pululábamos a su alrededor, y ella siempre estaba involucrada en nuestros asuntos: limpiando una nariz rota, haciendo la paz con los que se peleaban, nadie podía ponerse en contra de sus persuasiones y peticiones, consolaba los ofendidos, reprochaba los culpables.
Las llegadas de Batima rompían la monotonía de la vida en el aul, y no solo porque le gustaba perder el tiempo con los niños.
Una vez que tomaba la dombra, las más sencillas melodías, y bien conocidas, tomaban misteriosamente una nueva vida, como si fuera la primera vez que las escuchábamos.
Ella no sólo tocaba sino también cantaba. Todavía puedo, si quiero, escuchar su voz resonante, aterciopelada, cerrar los ojos - y encontrarme a las orillas del lago Kozhabaev cubierto de sauces y de caña. Ver la amplia franja roja del poniente reflejada en el agua, lejos de la costa, donde está el espacio descubierto y limpio.
Batima tocaba el laúd-dombra, y Botpay – el kobyz. Tocar de ese modo esos dos instrumentos, a excepción del padre y la hija, ninguno de nosotros sabía. Batima tocaba como si estuviera ella sola en la orilla y nadie más que ella misma, no muy cerca se reunieron en torno a ella un montón de gente de los aul que migraron aquí al lago, en el zhaylyau1.
Yo sentía algo más: la emoción de la multitud, siempre emocionados como la primera vez, por el regalo de su voz , se emocionaban de su talento , de cómo sus dedos tocan las cuerdas del dombra ... Y la joven: “una mujer toda luz ", aunque el sol ya se había puesto, y el agua oscura susurraba.
1Zhaylyau – pasteo de verano.
Ahora recuerdo que entonces, tal vez, tuvo que enfrentar la envidia, el mal que puede hacer daño a un talento milagroso y perforar derecho a través - del éxito de otra persona.. Entre los oyentes estaban sentados otros músicos. Más bien, se consideraban a sí mismos músicos. La dombra, la misma dombra en sus manos hacía un traqueteo sordo, causando irritación. Uno de ellos escuchaba con incredulidad. ¿Quién será más honesto? – ¿El considerado músico o el verdadero músico que su alma se vacía si la dombra cesa en las manos de Batima?
De repente, el silencio se rompía con una voz,: - Sí, pero ... Aquí se puede ver que esto fue sin hacer trampa., ¡Realmente la hija de Botpay!
Botpay en tales casos, con orgullo miraba alrededor.
"Su pobre yurta atraía a la gente” Canciones de Ahán y Birzhan, que Batima prestó, eran tristes, a veces violentas. Canciones que llegaron de Kazán, Ufa y Taskent. Muy conocidas en esos años. Las canciones contaban historias dulces sobre el senderismo de Ali, uno de los discípulos más cercanos al Profeta, Ali incluso se casó con la familia de Mahoma, se casó con su hija.
Las palabras de las canciones favorecían a Ali , le daban honor, elogiaban su valor e inteligencia. Las palabras reforzaban la fe, disipaban las dudas a la gente común.
Ahan (Ahan-Siry) - compositor y poeta de finales del XIX y principios del siglo XX. -Gbirzhan - compositor, cantante y poeta de finales del siglo XIX. -Arka - Kazakstán Central.
Pero era difícil engañar al tío Botpay. Él estimaba sus amigos, pero a los restantes decía que eran una pérdida de tiempo.
Botpay no puede ser llamado un trovador en el sentido ordinario de la palabra. Relataba las obras de su propia cuenta. Él daba una explicación, evaluaba el comportamiento de los actores y expresaba su actitud hacia ellos. Recuerdo que el leyó "Kozi-Korpesh", se levantó de un salto y dijo furiosamente su última palabra sobre Kodar, vilipendiado por su traición, por el hecho de que continuamente trató de evitar la alegría de los amantes.
"Kiz Zhibek" ... En el curso de la narración a menudo se detuvo y dijo indignado:
- Este es el legado, con sus patas sucias de todo tipo de gente ignorante. ¡Toda clase de mullah, Hadja! Y antes de eso, la gente era así, como lo voy a cantar ahora ...
Y sobre el cuento puso su enmienda. O hacía pausas de estudio.
"Kiz Zhibek" ... He aquí a una joven que de repente rechaza burlonamente la tradición en la cual la mujer del muerto pertenece a alguno de los hermanos del difunto. Zhibek no tuvo tiempo para llorar su Tolegen, y el hermano menor Sansyzbay ya le solicita.
Él oye la respuesta:
¡Pobre muchacho!
¿Qué te fuerza a arrastrarte debajo de la manta,
que cubre a tu hermano mayor ? ..
Botpay pronunció lentamente, dando el impacto, dejando a todos la posibilidad de pensar sobre el amargo sentido de estas palabras.
Si algunos de los espectadores eran tales, que tomaron para sí mismo, después de la muerte de los hermanos mayores o menores, a sus esposas, a continuación Botpay interrumpía la historia y les formaba una cuestión , directamente a ellos:
- ¡Se trata de ustedes! Se trata de ustedes, ganado bajos, dice nuestra digna Zhibek!
Ellos se sonrojaron y sonrieron distraídamente.
Y ahora - tendría que dar un ejemplo como cualquiera de ellos, avergonzado, rompió con la mujer que conservaba en su memoria al difunto, al alineado de los fuertes brazos, que se ha ido para siempre ... Pero, por desgracia, este ejemplo, no lo puedo dar-. Botpay terminó su historia, todos fueron a sus casas, y todo se quedó como estaba.
A pesar de esto, Botpay y Batima me ayudaron a ver el poder que tiene el arte sobre la gente. Allí, a orillas del lago Kozhabaev, o en el aul cerca de la yurta de Botpay la gente se convirtió mas buena, más limpia, y si dombra, kobyz no pudieron cambiar instantáneamente sus ideas sobre la vida, sin embargo, dos enemigos a muerte podrían sentarse allí y escuchar .. .
Ese tipo de poder no se puede compara con la fuerza brutal del volostnoy, del juez o del colector de impuestos, que viene a comprobar el pago y puede salir de la yurta con el último carnero.
Fuimos al mullah tres veranos y dos inviernos, y aprendimos los trucos de las letras árabes, a leer cuentos populares y comparar los textos con los relatos del tío Botpay. Algunos extractos yo era capaz de decirlos de memoria, pero no me atreví.
Mi padre logró mejorar las cosas. El gran rebaño, sin embargo, no llegó. Pero si la circuncisión hubiera llegado a pasar en ese momento, cada uno de nosotros, los tres hermanos, hubiéramos tenido caballos para mostrar el día de fiesta. Y camisas - nuevas y al Mullah los jueves - no dos, sino tres peniques, haciéndole saber que no somos mendigos.
Mi padre triunfante, mostrando: "¿Qué les dije?", Miraba a todos, y mi madre se rompía un suspiro.
Ella sabía por experiencia lo que sustituía generalmente la satisfacción relativa. Y, por desgracia, la mala sensación no la engañó.
Llegó el año del jabalí. Trajo el yute. Dicha yute fue enviada a nosotros por nuestros pecados.
- No es por los pecados, ¡sino por la pereza, la estupidez! - Gritó Botpay.
Pero la gente se burlaba de él cuando el cortaba la caña, de pie hasta la cintura en el agua del lago. En la estepa no existía el dicho "Se ríe mejor quien ríe el último." Este último fue más tarde Botpay.
Mirando hacia atrás a esos días, me doy cuenta de que, de la pesada pobreza eran culpables la pereza de la estepa y el descuido, kumiz y Beshbarmak. Nosotros, los pobres, tomamos como ejemplo los parientes ricos, y demoramos mucho en el dzhaylyau. Pero los parientes contrataron trabajadores y cuidaron – de segar el heno. Y cuando todo el mundo se trasladó a los pastos de pre-invierno, resultó, no había comida para alimentar al ganado. La sequía quemó las hierbas, los pastos se convirtieron en polvo bajo las pezuñas de los animales que vagaban en busca de alimento. El otoño recién empezaba, y de frente, un largo invierno siberiano.
Las clases en la escuela se detuvieron. No había con que pagar al Mullah. Él se fue.
Nuestra familia era grande - dieciséis. Sin embargo, sólo cuatro - trabajadores. Todo el resto eran niños o ancianos.
Llegó el invierno, y los tres adultos fueron a trabajar para otros, como obreros. Las ovejas y las cabras, vacas y caballos murieron de hambre. ¡Y nada se podía hacer, y nadie podía ayudar!
El hambre se estableció aquí y se convirtió en el más importante de la casa. A mí me sigue apareciendo la imagen de nuestras abuelas y niños hambrientos, que somos nosotros mismos.
Casi la mitad de nuestra caseta de invierno estaba ocupada por un gran horno. Constantemente el agua hervía en la olla y los huesos hacían ruido dentro. Los huesos de las reses muertas, que su grasa ósea en tiempos mejores se cocinaba para hacer jabón - todos se fueron a la olla.
Hamit con Sabit se adaptaron, y yo no me aparté de ellos: cuando se cocinan los huesos, de la médula ósea, gotas de grasa flotan en la parte superior y se recogen gradualmente de los bordes de la olla. Una vez que el vapor causa el ocaso, he aquí el momento oportuno de aprovechar de la grasa cuando los adultos se alejan o salen, este es el momento que se elimina rápidamente la grasa con las cucharas que preparamos de antemano. La amenaza del castigo no nos puede parar. Si alguien de la casa nos hubiera encontrado haciendo esto, hubiéramos sido maltratados. Pero una cuchara de este caldo vale mucho más que el castigo más severo.
Bebíamos té blanco y amargo. Fue llamado así porque en el agua hirviente flotaban hojas de salvia. Impacientes esperábamos el momento del té: en el té había granos de trigo frito. La abuela distribuía: dos cucharas a los adultos y una a los niños.
Nuestros ojos vigilantes estaban en las manos de la abuela.
- ■ ¿Por qué sacude la cuchara ..?
- Más hondo meta la cuchara, ¡más profundo!
- Sí, cuando mi turno llega, la cuchara usted siempre la desliza por la parte superior ...
Los nudosos dedos de la anciana al instante decidían: a quien añadir medio dedal y por destino o justicia a quien sacudir unos granos de ...
Nosotros, los hijos, tratamos de sentarnos cerca de la abuela, obedientemente mirábamos sus ojos, y por la noche antes de ir a la cama, competíamos quien va a rascar su espalda. Aprendimos también que el bienestar de nuestros estómagos está totalmente dependiente de su favor o aversión.
Si mi abuela estaba enojada con cualquiera de nosotros, estaban el abuelo, el padre ... con quien congraciarse con una sonrisa falsa, servirles una taza de té, advirtiéndolos que tengan cuidado pues el trigo se puede desmoronar ... De este modo se podían obtener a veces diez granos.
Cuanto más el invierno se estiraba, las relaciones después de la comida se volvían más tensas. En los ojos de los adultos había una apatía frustrada y los buenos momentos que se podían endulzar disminuyeron para ellos.
A veces, al servir a un adulto un té alto, en la manga, como por casualidad, se cogía un poco de trigo.
- ¿A dónde? ¿Dónde lo coge? - Se oía un terrible grito, y la gran mano, golpeaba al mismo tiempo que con celo recogía lo caído.
Un suspiro y empieza a dividir tu cuota por siete u ocho, sólo para estirar la fiesta de té. El agua caliente en el samovar Tulsky era libre para todos, un facto que no se puede decir sobre las otras cosas. Sorbe todo lo que quieras, y nada se te puede decir.
Cuando hay una gran cantidad de personas, y poca comida a menudo hay inevitables malentendidos y a todo el mundo le parece que fue dejado de lado, herido, o engañado especialmente. El hambre es un mal terrible que aliena siquiera las personas cercanas.
Se hizo muy densa e incómoda la vida bajo un mismo techo.
Los hermanos decidieron alejarse. La brecha entre ellos y mi padre fue precedida por un caso anecdótico. Tenía una taza de té blanco en la cual flotaba una hoja de té. Esta es una señal para los kazajos que un invitado llegará, una cosa no tan deseable en un invierno de hambre
Pero, yo un muchacho estúpido, exclamé:
- ¡Llega el suegro Musa!
- No, no es Musa, es Boitan - dijo mi hermano Sabit -. ¿No ves que malakhay- gorra, arrapado lleva en lo alto de la cabeza?
- ¡No, es Musa!
- ¡No, Boitan!
Musa era el padre de la esposa del tercer hermano de mi padre, yo lo respetaba más que a Boitan, el padre de la esposa del segundo hermano de mi padre.
- ¡Nadie en esta casa no tiene respeto por mis parientes! ¡Nadie en este cuarto quiere que vengan!, Intervino en el conflicto de los niños uno de los hermanos de mi padre.
- De tal prueba, con sus ávidos ojos y cada vez más hambriento, me hubiera negado - Le dijo el otro hermano del padre.
Y entonces un puño del hermano mayor se fue a través de la oreja izquierda del hermano menor, quien en respuesta le dio un golpe en la oreja derecha ...
La lucha había comenzado ... Después de un montón de acusaciones mutuas, reproches, los hermanos se alejaron el uno del otro. Recibimos una oveja, una vaca seca con un cuerno roto y un potrillo de un año y medio de tipo, mukhortov. Todos fueron comidos por nosotros hasta la primavera, con la excepción del potrillo.
No hubo nada que hacer - mi padre dio a Hamit como obrero, y entonces nuestro Sabit fue ofrecido a alguien más.
Un año y medio después, y llegó mí turno.
Ese verano, del año 1916 los kazajos fueron llamados a las obras del frente interno, y de repente llegó a nuestro aul un invitado - el hermano de la madre.
Él dijo que tenía que ir a esas obras y necesita alguien para ayudar con las tareas domésticas. Tenía dos hijos, todavía pequeños, y la mujer no puede estar lejos de casa. Instó a los padres a dejar que me vaya con ellos a la aldea.
Tanto la madre como el padre creían que trabajar en la casa de un pariente no es lo mismo que en la casa de un extraño, y me dejaron ir con él al condado de Kustanaisky. Tan lejos de mi aul natal nunca había ido.
Los aul estaban asentados al borde de las orillas del río Ubagan, las chozas de invierno eran bajas, grises y no diferentes de las chozas en otras partes pero la forma de vida, las personas eran algo diferentes. Según la tradición antigua ellos migraban al dzhaylyau, pero sólo de cinco kilómetros, no más. Ellos se dedicaban a la agricultura y a los cultivos que exigían una supervisión constante.
Llegué a mi nagashi1 justo a tiempo para la cosecha, y desde la mañana hasta la noche pasé en el campo, aprendí a atar el heno en manojos apretados y correr con los caballos en círculo mientras molían ...
El trabajo en el campo finalmente terminó, pero aún no llegó el descanso.
La pesca era también una parte de la costumbre de este clan. Junto con el resto de los chicos y adultos yo trenzaba unas especies de redes barrederas hechas con cañas largas, del doble de longitud de un ser humano. Me mostraron cómo trenzar: añadir bajo el extremo grueso del vástago el extremo finito y de nuevo el grueso y así hasta ad infinitum.
1Nagashi - parientes por el lado materno.
El hielo en el río alcanzaba un grosor de dos dedos. Lo rompimos y bloqueamos el río con las redes. En cuatro o cinco lugares dejamos pases, y pusimos una trampa trenzada en forma de Ocho. Caza (la muerte), así se llamaba. Ningún pez ,sea aguas arriba o abajo, no podía escapar de la trampa.
¿Como es hoy en día? - no lo sé, pero antes en Ubagan había muchos peces. ¡Sólo había que pescarlos! Sobre el hielo congelado batían la cola en desesperación para luego silenciarse, el lucio, la perca, la carpa, la dorada, el carpín. Particularmente mucho tiempo tomaba, para llegar a un acuerdo con su destino, el ágil chebachki -Pseudorasbora parva. Pero también se calmaron, ya la luz de un sol de invierno brillaba azul plateado, como si hubiese experimentado en las aguas heladas el filo caliente de la daga caucásica.
A mediados de invierno para la venta y el almacenar había suficiente pescado, y entonces hubo un período de pausa.
En el pueblo cercano había un liceo ruso con dos clases. En diciembre, en contra de las reglas, el profesor de nariz roja me recibió a la primera clase. No puedo recordar su nombre, se decía que era de algún lugar fuera de Aktobinsk. Pero no me olvidé de la cantidad del soborno- seis rublos - se trataba de cuatro libras de pescado, el mismo pescado que tenía que recoger por la mañana, cuando el río estaba humeando por el frío, y púrpura por el sol que se levantaba sobre la estepa.
Muy pronto el profesor de nariz roja fue despedido. Luego llegó Becket Utetleuovy. Sólo puedo decir una cosa, que en ese tiempo lejano en que se conocían todos los maestros rurales sin excepción, tuvimos suerte de caer en las manos de este maestro, el cual vio que su propósito no es sólo enseñar a los niños ignorantes y rebeldes del aul la escritura y la aritmética.
Después de las clases, a veces nos contaba y leía diferentes historias fascinantes que hicieron avanzar nuestra comprensión de la vida. De él escuchamos por primera vez el nombre - Krylov. Nos leía sus cuentos en sus traducciones, y nos divertimos riéndonos del inteligente zorro que eludió al cuervo, halagándolo hasta que el cuervo graznó lo más fuerte posible y dejó caer desde el pico un pedazo de kurta. Becket nos introdujo en las obras de Abai y Altynsarin.
Algo olvidamos: pues en realidad éramos todavía pequeños. Pero algo asimilamos.
- ¡Todo lo que toques, tócalo con manos limpias!, repetía Becket con bastante frecuencia, por una variedad de razones. Y así que nos encontramos lavando nuestras manos casi en todas las pausas.
Y del hecho de que la expresión tenía otro significado, mucho más profundo, me di cuenta mucho más tarde.
Beckett se dio cuenta de mi pasión por la epopeya popular, la dastan - y empezó a darme libros. Para empezar trajo sus poemas, llamados "Zhigan-Tergen" 1.
Los poemas fueron de mi agrado, me acordé de algunas líneas y me las repetí a mí mismo. Beckett me preguntó, "¿Y qué es exactamente lo que le gusta?" Yo sonrojando mucho, tartamudeando, pero realmente no podía explicárselo. Pensamientos, algunos yo tenía, pero no los suficiente para expresarlos en palabras.
No insistió y me dio un poema, "Shakhmaran", dijo que lo leyera y luego que lo vuelva a contar todo en mis propias palabras. El poema me cautivó. Pasé unos días inmerso en el libro, hasta negando el bullicio con los chicos. Me tocó la historia del rey de las serpientes. Me llamó la atención la alta nobleza con que trataba a la persona en peligro, y luego la amarga ingratitud, la traición de la gente.
Beckett estaba contento con mi relato. Preguntó que más he leído, y yo le conté del dastan, que cayó en mis manos allí, en mi aul, cuando estudiaba con el mullah.
Una noche, unos invitados llegaron al profesor. Él me llamó y me hizo contar. Estaba muy tímido al principio. Parecía que no podía recordar nada. Pero después de la primera línea, llegó la otra, y luego la tercera ... Eran fragmentos de "Kiz-Jibek."
Los invitados elogiaron unánimemente el arte del joven lector. Para las personas analfabetas, cualquier persona que sabe cómo dar vida a las palabras tontas escritas en un libro es considerado un erudito, un hombre respetado.
1 "Zhigan-Terek" - aquí en el sentido de descripciones de observación.
Para mí, que había pasado dos años en la escuela del mullah, las lecciones del primer grado me parecían fáciles. Comprendí mucho más rápido que mis compañeros, para los cuales la enseñanza era una
Novedad. Y no hay nada que daña más , como el sentimiento de superioridad. Además, me di cuenta de que el nuevo maestro me trata muy bien. Abusando de su buena actitud, - a menos de un mes – le dije a Becket:
- Mugalim1, quiero decirle que ya he terminado los libros del primer grado. Ahora estoy leyendo los libros de segundo grado.
Becket fue sorprendido por mi autoconfianza, tan arrogante. Pero él grosero con nosotros nunca había sido.
- ¿Cómo es posible – terminó?- Me preguntó con sorpresa.
- Sí, seguro ... Pruebe- el primer manual del ABC lo sé todo. ¿Qué números se deben sumar o restar uno del otro? ¡Lo sé todo! Compruébelo si es que tiene alguna duda.
Algo de verdad en mis palabras había. Imitando la escritura a mano de él, comencé a escribir bien también y con claridad. Y el ABC lo aprendí del principio al fin, no menos, que el dastan.
Beckett estrictamente frunció el ceño. Pero ¿quién de nosotros no sabía qué él no puede realmente enojarse?
- La conversación entre nosotros es como si , el estudiante Gabit - fuera yo, y el profesor Becket – es usted ... Creo que sería más justo que no usted me mantendría informado acerca de su éxito, si no yo, tuviera que alabarle. ¿Eh? ¿Qué piensa usted?
Yo ya no pensaba en nada. Poco a poco, me puse rojo de vergüenza. Beckett me dio tiempo para lidiar con mi vergüenza no fingida, y luego dijo:
- Usted aprende realmente muy bien, esto no se puede discutir. Pero si usted quiere llegar a ser un hombre, nunca esté satisfecho consigo mismo. Siempre diga a sí mismo, yo podría haber hecho más de lo que hice ...
En silencio, experimenté la vergüenza. Beckett añadió, como si no hubiera pasado nada:
1Mugalim - un maestro, un mentor.
- Pasado mañana llegará un inspector. Éste examinará el funcionamiento de la escuela. Él me pidió que le mostrara no sólo los alumnos mediocres sino también los mejores estudiantes. Prepárese. Le llamaré en la aritmética.
Yo hubiera preferido leer algo, en ese momento yo había aprendido de memoria varias poesías rusas. Pero bueno, si aritmética entonces que sea aritmética. A pesar de que tuve que pensar, "yo podría haber hecho más de lo que hice", me llenaron cosquillas de orgullo porque él pensaba que yo era uno de los mejores.
Sabíamos que ... que el inspector - es superior como el volostnoy, y tal vez aún más. Iba vestido como un director- en un uniforme azul marino con galones dorados, un bigote y perilla.
Cuando entró en la sala de clases nos saludó con cortesía, y esto me sorprendió. Allí, en mi aul, me acostumbré: si es un director, entonces tiene que gritar fuerte para reclamar, amenazar con el látigo. Y éste tan diferente de los otros-otra persona.
En una pared, dentro de grandes marcos dorados colgaban los retratos del Zar y la reina. El inspector, como se esperaba, nos preguntó si sabemos quién se representa en ellos.
En respuesta, se alzaron las manos.
- Bueno ... Dígame - preguntó el inspector a Musatay que incluso se puso de pié por la impaciencia, todo su aspecto indicaba que él sabrá decir mejor que todos, si al menos se le pide.
Pero cuando, sin ahondarse en el significado, se memorizan palabras largas en otro idioma desconocido, rápidamente se escapan de la memoria. Musatoy tuvo sólo lo suficiente para saltar rápidamente en el pasaje, pararse allí con sus manos a los costados. Luego perdió la cabeza de su propio coraje. Ruidosamente trago saliva y murmuró:
- No sé ... ,
El inspector miró con recelo a nuestro maestro, y
éste se sonrojó como un niño.
- Entonces diga usted ... - El inspector señaló a un chico muy sano -de veinte años Zhakyp, que apenas cabía en la última mesa.
Apenas salió de ella y se paró, él ni sabía lo qué hacer con las manos grandes.
- Iago ... - Zhakyp comenzó con un suspiro.
- No se dice Iago sino "Yego", - corrigió el inspector, y eso fue suficiente para Zhakyp que muy confundido, finalmente se detuvo.
Nuestro pobre maestro perdía el corazón, con sus ojos lentamente paseaba de cabeza a cabeza, donde estaban sentados los alumnos buenos. Lo entendí y empecé a llamar la atención del inspector alzando mi mano no peor que -Musatay.
- De acuerdo. Le voy a preguntar, - el inspector se volvió hacia mí y señaló con la cabeza a una mujer que miraba desde la altura a un torpe muchacho kazajo, como yo ero en ese momento.
Lo aprendí en el primer grado, y yo tenía casi catorce años. Y mi lengua, al igual que todos los alumnos mayores permaneció torpe. Para mí, especialmente me era difícil decir la palabra "Eia", que era el comienzo del excesivamente largo título de la emperatriz de todas Rusia. "Ia", si no "ia" - cada vez me resultaba diferente y siempre equivocado. Así que traté de saltar rápidamente por la desafortunada palabra. Y lo hice, y entonces todo me salió de un tirón.
Era evidente que el inspector estaba satisfecho. Él asintió con la cabeza a Becket y me llamó al pizarrón. La tabla de la multiplicación la conocía muy bien y diligentemente respondí cuanto son cuatro veces ocho, cinco, nueve, ocho, siete. Completé también dos cosas que él pidió.
Becket lentamente volvió en sí y le ofreció al inspector de preguntarme también en la lengua rusa, él me ordenó leer una fábula. ¿Qué leí? ¿"El cardenalito y el palomo" o "El mono en gafas?"
La trampa villana atrapó al cardenalito:
El pobrecito estaba ansioso, y se revolvía
Y el joven palomo lo abusaba ...
Si es que ahora lo puedo recordar libremente hasta el final, entonces yo probablemente leí esta fábula particular.
En nuestra clase, había cinco chicas. Tres de ellas, por temor al inspector no vinieron ese día a la escuela. Y una de las restantes dos - la más audaz - también leyó un verso.
Me regalaron de premio la colección del autor Lermontov, y a la chica - un volumen de Pushkin. Al salir de la clase después de la escuela, la chica me golpeó con Pushkin, y yo le devolví con Lermontov.
Leí a Lermontov, y algunos versos, incluso los memoricé. Pero su significado no era para mí siempre claro.
¿Que es el "emperador", "vela", "Capitán"? Por ejemplo el poema, "Terek". Terek en Kazajo es aspen, y yo no podía comprender lo que resultaba, "Terek grito, salvaje y malicioso, entre las comunidades rocosas." ¿Viento, o qué? Becket, gracias a él, me explicó: Terek - es un río en el Cáucaso, que fluye en las montañas, y es muy torrentoso.
Otra cosa – eran las fábulas. Estas eran mucho más comprensibles. El mismo autor explicaba que son sus morales. Allí actuaban bestias, las cuales se podían encontrar en nuestra estepa o en las páginas de dastan; todo estaba en su puesto: lo bueno, lo malo, a quién condenar, sobre quienes reír, a quien simpatizar.
Sólo pasaron cuatro días después de la salida del inspector que un evento definió por siempre nuestras vidas, nuestras fortunas.
- ¡Libertad! Libertad – Gritaban los jinetes que corrían por las calles, de los vecinos aul -. ¡El Zar se ha ido ..! Libertad - y gritaban suyunshi1.
Pero con Zar o sin, la mañana siguiente todos llegamos a clase. Lo primero que me llamó la atención - el maestro retiró de la pared el retrato de la familia real, este estaba inclinado sobre la mesa. Resulta que los retratos fueron pintados con pinturas al óleo sobre láminas de estaño. Y las lujosas molduras doradas eran también de chapa fina.
1Suyunshi - un llamado para dar buenas noticias.
- Hoy - no hay clases - nos dijo con ojos brillantes Becket – en el ojal de la chaqueta tenía un moño rojo, como una flor, Hoy todos están libres y por esto, ustedes los niños estarán libres también. Pero estos dos ... - Movió el dedo a uno de los retratos. Estos ustedes pueden arrastrar por el aul, desgastarlos en el suelo. ¡Así que nadie después de la noche los podrá reconocer!
Y griten con toda la garganta , gritos de risa, que el Zar se fue, y ahora - ¡la libertad! Gritar, en mi opinión, ustedes saben bastante bien.
Sí, ya sabemos cómo gritar. Encontramos rápidamente trozos de cuerda - y arrastramos los retratos del Zar y la reina, hasta la noche, corriendo por las calles, visitando los aul vecinos. Nuestra pandilla ruidosa se escuchaba desde lejos. La gente salía a nuestro encuentro. Algunos lo observaban todo en silencio, como si tuvieran miedo de expresar una opinión. Decían que el Zar se fue ... pero de repente, él volverá a tomar el poder en sus manos, y entonces, ¿qué pasará con aquellos que lo desafiaron en diferentes maneras en los aul?.
Otros no ocultaban sus sentimientos. Gritaban, se alegraban, y nos invitaron a sus casas y fuimos agasajados por quién podía.
Me acuerdo de una mujer de edad avanzada – una Kazaja, que nunca había visto el retrato del Zar, ella sorprendida:
- Bueno, ¡qué cara! ¡Él, Satanás, y con un ojo curvado!
Ni tenía idea de que Zhakyp había rasgado el retrato que estaba pintado con pintura al óleo.
Al final, estábamos hartos de arrastrar los retratos. Los pusimos en un agujero en el hielo del Ubagan.
Llegó el verano.
Este verano fue un punto de inflexión en mi vida. Becket Utetleuov escribió una petición a la escuela en Presnogorkovsky. El halagó mis capacidades e insistió en que tenía que continuar mis estudios en la escuela rusa.
Tengo que interrumpir el curso de mi historia de nuevo, para decir algunas palabras sobre Becket.
Fue uno de los pocos kazajos, que lograron obtener una educación en el seminario de maestros. Podría permanecer en la ciudad, pero no se quedó. Si
habría una palabra para definir la complejidad y la originalidad suya, yo diría el iluminador.
Así el fue en esos años cuando yo era un niño,
la primera vez que lo conocí. Y así lo conocieron todas las próxima generaciones de estudiantes - Becket Utetleuov durante muchos años fue profesor de literatura en una de las escuelas de Kustanai.
Él nunca dejó de escribir poesía, pero sin
entusiasmo extra, con una actitud perfeccionista
en su creatividad. En toda su vida (Becket murió
hace unos años), él publicó solo un libro-
que resistió la prueba del tiempo y poco antes de su muerte, fue re-publicado. "
No tengo ahora la posibilidad de dar más detalles sobre Becket, como lo merece, de su vida. Pero tengo que admitir que la palabra profesor, ha siempre permanecida conectada con su
nombre, que descanse en paz, como se decía
en los viejos tiempos, ¡y que sus negocios continúen a atraer muchos estudiantes. !
Ahora, de vuelta al mil novecientos dieciocho.
Los exámenes de ingreso en Presnogorkovka me trajeron un cinco confiado en aritmética y un brillante fracaso en la lengua rusa. Y sin embargo, me aceptaron. Obviamente, creyeron en las palabras de Becket .
En el otoño del mismo año en un aul vecino - no recuerdo cuál sea la ocasión-hubo un toya.
Me puse las nuevas botas de cuero, que sobre sus extremos superiores sobresalían densas medias- estas botas se llamaban- saptama. Me puse sobre las cejas un sombrero de piel artificial de astracán gris. Más pena pero me dio mi "abrigo". Una conocida Kazaja alteró el uniforme de un soldado. Ella era una buena mujer, pero no recordando mi punto de vista entonces, ahora entiendo que la buena mujer no tuvo ninguna relación con el arte de la sastrería. El abrigo me hacía una joroba en la espalda, que por cierto yo no tenía y mis manos parecían más largas de lo que realmente eran.
Me sorprendió que me reconociera y me llamó un amigo - paisano. Sabit, Sabit Muhanov. Él me habló, algo avergonzado. Fuese mi pinta que le trajo el desconcierto, o mi aislamiento natural por ser una persona restringida y no muy social, no lo sé.
Nos tomó un poco de tiempo para acostumbrarnos el uno al otro, y reírnos. Y compartimos nuestras intenciones para el futuro.
Sabit se dirigía a Omsk a los cursos de formación del profesorado. Me sorprendió que la noticia le llegara, como yo escribí la primavera pasada a mis compatriotas unos "dostobireny", es decir, certificados de venta de caballos. Las personas analfabetas - mayores que yo, desde hace años, respetuosamente me llamaban: el escribano, y, también una vez, me pagaron el primer honorario, por un total de tres rublos. En tal momento era una gran cantidad de dinero.
Anticipando que esa podría ser una gran oportunidad para él en la próxima feria de otoño, pues también, tenía que ganarse la vida, Sabit me pidió que le muestre como hacer el certificado. Le di una muestra de la venta de un caballo gris oscuro. Le advertí que tiene que especificar el color, y escribir los nombres en kazajo en una columna, y delante de cada uno de ellos – el nombre ruso: Bury - ruan, Zhiren-rojo, Kulan - ligero, Sary - melado, Kara-negro Shubar - picazo, Tori - bahía. Además, le dije que era necesario escribir posibles "signos especiales": marcas , estigmas.
Más tarde, en la próxima feria de primavera, me enteré de que Sabit tomó la muestra a la letra.
En su descripción todos los caballos eran de color gris oscuro y caballos bahía. Todos con estigmas en la oreja derecha, la marca bajo la silla de montar y la melena siempre del mismo color y largo... "Y el mismo certificado escribió para el ganado bovino y ovino.”
¿Y en qué clase de lío cayeron los propietarios de los animales que los querían vender? Los guardias listos del bazar rápidamente descubrieron cómo sacar provecho de esto. Acusaron a los kazajos de los aul que los caballos fueron robados, y los amenazaron con la muerte, poniéndolos en libertad sólo por un buen soborno.
Eso es lo que le pasó a muchos. Y en no menos problemas entró también el autor del dostobirenov."
El padre estuvo de acuerdo con mis estudios en Presnogorkovka porque en este tiempo su korzhun resistió con bastante firmeza, sobre la espalda del caballo loco.
Pero, entonces, para alquilar un apartamento de un ruso, no tenía suficiente dinero.
Por eso es que me establecí en las afueras del pueblo, en la casa de Sagandyk . Él pastoreaba el ganado, que pertenecían a los cosacos locales. Su familia de hace mucho tiempo se estableció en Presnogorkovka. Las mujeres cosían abrigos para la venta, él era también zapatero, traía madera y heno en el invierno y limpiaba los agujeros en el hielo.
Todos ellos hablaban un ruso bastante limpio y en su presencia por largo tiempo no me atreví a hablar en ruso, me avergonzaba de mi acento. Me hice amigo del hermano menor de Sagindyk. Su nombre era Syzdyk. Cuando era niño, estudió en una escuela rusa - y allí escribió los poemas kazajos "Kiz-Jibek" en ruso.
Pero si con Syzdyk me sentía libre, ero particularmente tímido con Salima y Shayzat. Ellas tenían catorce y trece años de edad, y según los conceptos de entonces se les consideraba adultas jóvenes. Estas se daban el placer de burlarse del joven que llegó de un pequeño aul al pueblo grande.
Decidí – que es hora de convertirse en un adulto, y también recordé los halagos de Becket y los dichos- que tengo que tratar de superar la timidez natural. ¿Qué es que me van a comer, o qué? .. El primer paso es mostrar a las dos hermanas de lengua mordaz que de hecho no soy peor que los que crecieron y vivieron en Presnogorkovka.
Este caso se presentó muy rápido. Volvía a casa de la escuela. El camino pasaba por delante del bazar. Una mujer rusa y anciana ágilmente gritaba:
- Manzanas, Manzanas ..! ¿Y quién quiere manzanas? ...
Del diccionario ruso-kazajo al cual a veces miraba, sabía que las manzanas son las "Alma" – una fruta jugosa, sabrosa y dulce que crece en los árboles. Obviamente, puesto que sabía el significado de la palabra, pero nunca había visto una manzana, yo me acerqué a ésta y me acurruqué a su alrededor. En nuestro rincón las manzanas no crecían.
- Dos centavos - respondió a mi pregunta, ¿cuánto cuestan? -. Son, pura miel, dulces y deliciosos.
Me llevé diez. Los frutos estaban maduros, a punto de estallar al menor contacto. Ponerlos no tenía donde, los puse en los bolsillos de la chaqueta y los pantalones.
Caminé con cuidado, como un hombre no acostumbrado a la silla de montar y al caballo, que ha recorrido un largo camino. Ya casi en casa sentí que los bolsillos estaban húmedos.
Para mi desgracia en la yurta había huéspedes.
Al parecer era una acogida importante pues Salima y Shayzat estaban sentadas a ambos lados del samovar y vertían el té. No ayudaron mis objeciones. Sagindyk me sentó sobre la alfombra. Los huéspedes, con las piernas dobladas hacia arriba, me hicieron lugar en la estera de fieltro junto a ellos.
Ni tuve tiempo a llegar a un plato - y los bolsillos de mis pantalones se mojaron por la humedad. Aparecieron manchas oscuras traidoras. Y esas manzanas que puse en los bolsillos de mi chaqueta, fueron aplastadas por mis vecinos. El dastarkhan estaba lleno, y estábamos sentados codo a codo.
La fiesta del té duró mucho tiempo. En primer lugar, tenían que contar todas las noticias el uno al otro, y en segundo lugar – los kazajos del aul son muy aficionados al pan, cocido en masa agria, y las jóvenes hospitalarias anfitrionas servían una hogaza de pan tras otra.
Finalmente todos terminaron de beber y comer. Las chicas removieron el samovar y fueron a recoger más combustible. Yo salí tras ellas. Tenía un acuerdo con Sagindyk que siempre voy a ayudar con las tareas domésticas.
Nos alejamos de la casa, y me levanté mi valor - di a las chicas sus regalos.
- Aquí / .. Manzanas ... Para ustedes las compré. Para usted, Salima. Para usted, Shayzat - murmuré.
Salima tomando lentamente la arrugada fruta considerada "manzana", miró mis pantalones mojados y no resistiendo se empezó a reír. Shayzat, impulsiva, mimada, por ser la joven, la querida, golpeó fuera de mis manos la fruta roja, la recogió y se dio vuelta corriendo, gritando en su movimiento:
- ¡Mamá! Mamá - Ella se echó a reír. ¡Mira las golosinas que Gabit nos compró en el bazar.! Manzanas dice, ¡y estos son tomates! ¡Tomates!
Salima, infectada por su alegría, de tanta risa se cayó al césped.
Así terminó ignominiosamente mi primer intento (pero no el último) para hacer el bien a las chicas. ¿Cómo iba yo a saber que en Presnogorkovka y en general en aquellos lugares, los lugareños llaman los tomates "manzanas".?
Cuatro años estuve en la escuela de Presnogorkovska. Allí encontraba antes de las clases a todos los alumnos, sin importar de su religión, en la sala de oración. Por delante en una elegante bata de seda estaba el maestro de la ley de Dios - el sacerdote Malinovsky. A su lado, el Director Mikhailov, diácono y profesor. Comenzamos invariablemente: "Padre nuestro, que estás en los cielos ... Santificado sea tu nombre ... Venga tu reino ... Hágase tu voluntad ... "Él, Tú, Dios mío – lo pronunciamos con una letra mayúscula, y de una habitación espaciosa en la segunda planta nos volvía el eco.
A partir de la fuerte voz baja de Malinovsky, como en un frenesí, las ventanas vibraban. Él fue secundado por el diácono – y su coro de la Iglesia y el coro "secular" estudiantil. El diácono era joven, lindo, y nuestras chicas siempre estaban dispuestas a cantar con él. Como cualquier artista, que aprecia su dedicación. En sus clases de música y canto el diácono no veía a los chicos. Parecía que estuviera enseñando solo a las chicas.
Lo que era bueno en la escuela de Presnogorkovska, era que daban cada vez más atención a la lengua rusa, a la literatura, a la enseñanza de la literatura rusa. Obviamente, nuestros maestros creían - y con razón, que la literatura va a ayudar a sus discípulos a tratar mejor las complejidades de la vida. ¿Cuántas almas invirtieron, cuantos esfuerzos gastaron para suavizar la tela áspera de la lengua, para enseñarnos a profundizar en el significado de las palabras que decimos?
Que paciencia, por ejemplo, tuvieron durante dos años sin descanso para corregirme: No suppyks sino sufix. Plex - está mal, es necesario decir - flex.
La escuela pensaba también a nuestro futuro terrenal, no sólo a los asuntos elevados. Los interesados podían entrenarse en el arte de la carpintería, zapatería, de albañiles, de costureras.
Durante el vigésimo primer año, los seguidores de Kolchak en nuestra zona se habían ido. Pero había gente que todavía estaba esperando a traer de vuelta el pasado. En la primavera se encendió un levantamiento contra el poder soviético, y, nosotros los nueve alumnos mayores, capaces de portar armas, nos unimos al equipo " el grupo de guerrilleros de la provincia del Sur Akmolinska." Ellos estaban al mando de Dimitri Kovalev, originario de Aannavka, una aldea de pobres campesinos.
El levantamiento de los Bandidos Blanco se suprimió muy pronto. Y nosotros después de tres meses volvimos a la escuela y, al parecer, por nuestra participación en las proezas marciales, a nosotros nos cancelaron el examen final. Este fue sustituido por un ensayo sobre cualquier tema.
La lengua y literatura rusa las enseñaba Sylvia Mihailova, o de Latvia o de Polonia. Era una joven y bella mujer. Tras ella, muchos suspiraban en secreto, sus ojos eran vivos, vibrantes, y profundos como el lago Kozhabaev, cerca de donde nuestra familia pasaba el verano ... Sylvia Mihailova. tenía una hermosa voz, especialmente cuando se reía – como las campanas de una carreta tirada por tres caballos. Era agradable escucharla, aunque sea, como ahora, nombrando los temas de los ensayos. Y ellos determinaron todo mi destino. Sylvia Mihailova dijo:
- Seleccionen y elijan ... Ustedes pueden escribir sobre lo que pasa en estos días de primavera en nuestra zona con los agricultores que plantan pan. ¡Pan! No se olviden que en la región del Volga hay gente que se muere de hambre. Y en muchas ciudades siguen racionando y dando onzas miserables por cada adulto. Y aquí en el pueblo, algunas personas tienen los graneros llenos ... Pan - es solo uno de los temas de sus ensayos ... Entonces – está la Feria de Primavera. Es también un tema. Algunos de ustedes participaron en la liquidación de una peligrosa banda. Ésta , en verdad, es una historia que se puede contar.
Con orgullo enderecé los hombros mientras hablaba sobre los que fueron con la guerrilla Kovalev, pero a pesar de todo elegí un tema diferente: "Presnogorkovskaya - Feria de Primavera 1921" Al igual como lo escribió Sylvia Mihailova con su mano en la pizarra, y el nombre que le di en mi cuaderno.
Ayer fui a la feria - y vi que hubo muchos casos en los que el triste y el divertido ocurrieron el uno al lado del otro, y que no era claro – si fuese feliz o triste.
Las Ferias no ocurren sin la intención de regatear. Si usted vende, quiere hacerlo caro y si compra - más barato ... Para aquellos que no entienden el idioma del otro, habían signos comunes: La señal del rublo se hacía con los dedos, los centavos - con las articulaciones, los medios rublos con la mitad del dedo.
- Veinte - Dijo un campesino ruso, dos veces lanzando sus puños al vendedor.
- Zhiyrma .. - afirmó el kazajo, también, dos veces tirando sus puños, pero no estaba de acuerdo pues también sacudió la cabeza.
- ¿Qué más necesita? – preguntó el comprador perplejo. El kazajo demostraba su desaprobación en silencio, acariciando el cuello del toro, no queriendo rendir el animal, pero era necesario comprar fósforos, kerosene, calicó para las camisas y los vestidos, y ¡especialmente el té!
- Está bien, así que ... - se atrevió el ruso, como haciendo cuentas -. A los cinco primeros se sumará - mostró de nuevo sus dedos.
- ¡Demonio! Joc, Joc - No estaba de acuerdo el vendedor e insistió: - Bir Butun - Quería decir:. "Añada unas libras de harina."
El Kazajo no podía explicar lo que quería, no entendía el ruso al Kazajo, y un intérprete, por desgracia, no había cerca. El Kazajo le demostraba que masticaba pan.
- ¿Un pan a ti .. Pan? .. - La voz del cliente se escuchaba enojada.
El vendedor no podía retratar la harina. Aquí ni las manos ni la cara podían ayudar. Y la transacción no fue hecha. El ruso juró en Kazajo, el Kazajo - en ruso, y se separaron. El ruso hizo un gesto con la mano, y el kazajo escupió.
No muy lejos de ellos, algunos visitantes del aul, miraban con admiración a un caballo gris moteado, tirado por las riendas firmemente y haciendo cabriolas, por un gitano en camisa de color rojo brillante. Éste dejaba escapar setecientas palabras hasta que siete personas tuvieron tiempo de decir setenta y siete en total.
Su látigo afilado silbó en el aire. El gitano entonces bajó del caballo y lo ofreció al que quiera probarlo. ¿Y quién que lo pruebe – va a querer desmontar? ... y luego se sentó de nuevo en la silla, fingiendo que había llegado a la desesperación de la intransigencia de los clientes, de su falta de comprensión de su propio beneficio.
- ¡Lo doy gratis lo doy! Por nada - exclamó -. ¡Usted pruébelo, querido! ¡Siéntese y compruebe su andar. Yo lo habría mantenido, pero el dinero lo necesito ...
Los tres jinetes, manteniendo una expresión de incredulidad en la cara, alternadamente condujeron la hermosa polla, luego se alejaron, a consultar, y uno de ellos empezó a contar grasientos cincos rublos, tres rublos. El gitano los arrebató de la mano del nuevo propietario, estos cambiaron de mano y el gitano desapareció entre la multitud de la Feria.
La continuación de la historia la oí en la casa de Sagindyk, el comprador resultó ser su amigo.
Por la noche, el caballo empezó a cojear de la pata delantera, y se cayó por la mañana. Lo llevaron al veterinario. El veterinario lo examinó, se encogió de hombros y dijo que era por el vodka, que el caballo bebió en la víspera por eso que el caballo estaba agotado y si el propietario realmente lo quiere conducir, tiene que darle a beber cada vez.
El confundido visitante daba vueltas por la feria, preguntando si alguien ha visto a un hombre con una barba negra, con un látigo, en una camisa de satén rojo y un chaleco negro.
Es a partir de estas imágenes que cumplí mi trabajo - un cuaderno escolar, de diez páginas.
Un día o dos después, toda nuestra clase se atestó en el pasillo, de frente a la puerta cerrada de una clase de un profesor. Llamaron a uno por uno. Nosotros, los mayores éramos nueve , como ya he dicho. Ocho cruzaron el umbral y volvieron con los papeles en sus manos: los certificados de graduación.
Yo escuchaba con recelo. Había una disputa entre los profesores. La voz generalmente sonora de Silvia Mihailova se sentía sorda – enojada y ofendida. Ella insistía en algo, y no parecía estar de acuerdo. Sólo una vez fui capaz de distinguir sus vehementes palabras:
-¡ Y yo le digo a todos ustedes ..!
Mis compañeros estaban celebrando con los certificados en sus manos, como si temieran que se rallen en el bolsillo o se pierdan. Siguieron mirándome con simpatía y, luego se alejaron, cuando quedó claro que el asunto es largo.
Pasé una hora y media solo. Finalmente, la puerta se abrió, y Sylvia Mihailova, toda sonrojada y emocionada, me invitó a los profesores. Yo estaba ni muerto ni vivo. El Director con el ceño fruncido hojeaba mi cuaderno con la escritura. Él me miró con reproche: "¿Ves?" – Dijo con sus ojos.
Sí, vi ... el cuaderno estaba lleno de líneas púrpura, corregido completamente con la tinta roja de Sylvia Mihailova como si hubiera pasado una sangrienta batalla, y no quedaron palabras vivas. Mis declinaciones descoordinadas y conjugaciones, participios y gerundios recordaron las carretas de los campesinos puestas al azar en la feria.
- Ciento cincuenta - dijo el director -. ¡A las diez páginas, ciento cincuenta errores!
Estaba completamente marchito. ¿Qué hacer ahora? ¿Quedarme un año en la escuela? ¿O tirar todo por la borda? Pero de repente el director me mostró la última página.
Aunque parezca increíble, con la misma tinta roja estaba escrito un enorme número - 5. Y desafiante , destacado por dos características rojas. Cerré los ojos y los abrí de nuevo.
El director ya no fruncía el ceño. Estaba sonriendo.
- No, no es lo que pensaba ... - Su voz era amable -. Debe dar las gracias a Sylvia Mihailova. Esto es todo ... Ella era una contra todos nosotros. Y nos convenció. Ella dice que usted va a convertirse en un gran escritor.
Sylvia Mihailova estaba sentada al lado de la mesa. Ella sonrió triunfante al Director y a mí me alentó. De aquí me enteré de lo que se me avecinaba.
Por supuesto entonces no pensaba en mi futuro de escritor. Corrí directamente a casa – a poner orden en mi aul y en mi parroquia. Según los rumores, los Bai se habían adaptado hábilmente a las nuevas condiciones.
El hombre que volvió a su pueblo natal en el verano del vigésimo primer año, no era de hecho el mismo de una vez , el que se fue de aquí. ¿Crecido? Si ... ¿Vio mucho? Sí, has visto un montón ... Así me estaba hablando a mí mismo, sentado en la orilla de mi lago y mirando mí reflejo en el agua, en la tranquila costera.
Me cambié. En este punto me encontré con el hecho de que "el maestro soviético" Yesim Dosbol me hablaba como a un igual.
Si alguien nos estaba mirando desde la distancia, podría pensar: estos dos están a punto de llegar a las manos. Saltar de sus asientos, agitando los brazos y gritando el uno al otro.
De hecho, demostramos la unanimidad completa y sólo tratamos de convencer a los otros de que no se puede tolerar por más tiempo. El Consejo Soviético del Municipio de los aul, como antes, estaba en manos de ricos terratenientes. A ellos les gustaba no hacer nada, estaban de un lado: Operaban a través de personas nominadas, dependientes totalmente de ellos y obedeciendo su voluntad. Lzhebelsendy – Falsos Activos fueron llamadas estas personas en los periódicos. Esencialmente eran secuaces de los Bai.
Una vez Yesim, yo y otros tres activistas, que pensaban de la misma manera que nosotros, por la mañana fuimos a la aldea donde había un nuevo gobierno – volrevkom- comité revolucionario de la región. El Presidente era el hijo de uno de los Bai, y toda la estructura del comité revolucionario estaba formado por representantes de los distintos clanes fuertes.
En un nuevo texto, amenazando su naturaleza oculta, exigimos que el volrevkom se reúna para discutir varios casos en la parroquia.
El Presidente del volrevkom asintió con la cabeza y se fue, prometiendo de volver pronto.
- ¿Y si no quieren renunciar? – Dirigió un pensamiento a sí mismo Yesim.
- ¿Cómo - no quieren? - Se arremolinaron mis diecinueve años -. Clarificamos todo a las personas , ¡los van a forzar! ¡Y no te olvides que yo nací en el año del tigre.!
. Yo miré como un guerrillero militante, miré a mi alrededor para ver si hay alguien cerca que quisiera darnos resistencia. El Presidente volvió.
- Reunir a la gente - tomará mucho tiempo, - dijo -. Quiénes están en el dzhaylyau , otros que todavía están en la cabaña de invierno... Cada uno con sus negocios. Mejor si nosotros mismos ... ¿Si quieren alejarnos de nuestro cargo? - por favor. Nos alejen. Tómenlos ustedes mismos - y controlen los asuntos. Nosotros los dejamos voluntariamente.
Al parecer, no querían discutir entre la gente, argumentar y silenciar sus culpas, que eran verdaderas. No querían el ruido y el barullo.
Así, durante media hora en nuestra parroquia se desplazaron indiscriminadamente el presidente del volrevkom, el secretario, el comisario, el Jefe del Departamento de Educación, el jefe del departamento de la tierra. Empezamos a repartir las responsabilidades.
Después de la campaña en contra de los partidarios comencé a albergar una especial predilección por las armas. El sable en el cinturón, el fusil al hombro, e incluso mejor - el revólver en una funda, ¡yo no necesito nada más!
Dada mi experiencia de combate, fue decidido por unanimidad, me nombraron comisario militar.
Muy extraño, pero en el centro de la provincia no sólo no nos detuvieron por nuestra arbitrariedad, sino aprobaron los nuevos puestos. Aprobada aún nuestra primera decisión - transferir la capital de la parroquia a otro aul. Yesim convincentemente explicó: los habitantes de la vieja capital corroboraron con los antiguos amos que eran bastantes esbirros, y en otro aul, más pobre, es más fácil llegar a un acuerdo con los habitantes.
Pero el viejo y crujido aul resistió la innovación. Me recuerdo hablando con una persona de edad de un aul cercano, se llamaba Omar.
- ¿Y de quien es usted, hombre? ¿De cuál clan? Preguntó, no reconociéndome aún después del vigésimo encuentro.
Después de haber escuchado atentamente la respuesta, continuó con sus demandas:
- Ah ... ¡Por supuesto! Así que esto es lo que eres. Si, te reconozco que ... ¿Todavía estás en el mismo lugar?
Sí, Omeko, en el mismo.
- Y quien es ahora su policía - Se refería a la persona principal en la parroquia.
- El mismo joven zhigit-jinete.
- Bueno, gracias a Alá ... ¿Y el kaperatyp? - el presidente de los intereses de los consumidores, que era considerado el segundo hombre más influyente en la parroquia.
. ■ - usted lo sabe, Omeko. Ese hombre alto así ...
- Ah..Por lo tanto, todo está quieto, todo en su lugar. Bueno, gloria sea a Alá, glorificado sea Alá.
Y nos despedimos hasta la próxima vez, cuando todas estas preguntas se repitieron en la misma secuencia, otras preguntas nunca sentí de Omar. Él sabía una cosa: la policía - es el poder. Kaperatyp – es la tienda. Es mejor permanecer lejos del poder, pero cerca de la tienda... Era bueno, que en esos puestos se mantuvieron las mismas personas que él ya conocía y que a las cuales estaba acostumbrado.
Yo realmente me molesté cuando, después de nueve meses en los distritos: se abolió el cargo de comisario y perdí mis brazos. ¿Quién sabe si no fuera por eso, sería ahora un general, y no me quedaría toda la vida un soldado raso?
Entonces yo no podía soportar la idea de que tendría que desprenderme de mis armas, por esto me puse a trabajar en la policía, como jefe adjunto, y en los pueblos empezaron a llamarme Gabit-orynbasarch-adjunto.
Pero a medida que pasaba el tiempo, más a menudo me recordaba de las conversaciones con Becket Utetleuovym, sus consejos y orientaciones. Me acordé de la profecía de Sylvia Mihailova. Pero en vez de poemas y cuentos, escribía mientras tanto protocolos sobre un caballo de tipo mukhortov que fue robado de Mukhammedzhan en el aul Alday, detenido en Presnovka , pero su nuevo propietario Thule niega que lo robó, y dijo que lo compró ...
Yo empecé a investigar, pero ya sabía que este trabajo no era para siempre, no por mucho tiempo tuve que esperar a los nuevos caminos.
Llegó a casa, de permiso, Sabit Muhanov, nos encontramos. Esto fue en la temporada de verano, en el vigésimo tercer año.
Resulta que durante el tiempo que transcurrió, Sabit llegó a Oremburgo, y estudió en la Rabfak. ¿Qué es la Rabfak?-es la facultad de trabajadores -una escuela técnica .. Allí aceptaban a aquellos que en los pasados años les estaba cerrado el camino a la educación superior.
Francamente, yo estaba envidioso de Sabit. Después de todo, él vivió desde el décimo octavo año en las grandes ciudades, sus horizontes eran muchos más amplios que los míos. Él hablaba con facilidad y libremente acerca de la situación en el país, el futuro de Kazajstán, sobre las relaciones internacionales. Y sabía esto de primera mano de Orenburg1. Él vivía cerca del Presidente de la UPC- Unión Popular de Comisarios, también un poeta revolucionario, Saken Seifulin que apoyaba los ciernes creativos de los jóvenes. Y esto era comprensible: después de todo, el presidente del UPC de la República Saken Seifulin – era uno de los fundadores de la literatura Kazaja moderna, era un gran poeta, cuya poesía se difería a lo largo de nuestra estepa, tal vez más rápida que sus firmados decretos.
- Vamos - Sabit dijo: - ¿Qué quieres, quedarte aquí? En Oremburgo tenemos - ya sabes ...
Y comenzó a hablar de las mujeres, encuentros, acerca de sus poemas.
Sus palabras cayeron en tierra fértil. Mentalmente me imaginé, a mí mismo en la gran ciudad, en camaradería entre los estudiantes. Sorprendiéndoles con mis historias sobre lo que he visto, mis conocimientos de la vida ...
- Usted dice -¿ vamos? Y yo digo - ¡vamos! - Así le dije un día a Sabit.
Dejé detrás mi yurta y aul natal. En un cierto momento ... me di la vuelta en la silla. Las yurta habían desaparecido de la vista. Mi caballo, dándose cuenta de que el camino no va a ser corto, que no es sólo un viaje a la vecina aul, no se hizo más el terco, se volvió hacia adelante y empezó a trotar divertidamente.
Finalmente llegamos a Petropavlovsk, allí tuve que decir adiós a mí fiel caballo, el que al menos tres veces me salvó de la muerte. Por lo que recuerdo: en Petropavlovsk lo dejé en el establo, para que se ocupen de él, y éste me saludó con sus ojos como si se diera cuenta de que nuestra separación es para siempre.
El caballo que era rojo, con una estrella blanca en la frente y la pierna de atrás en medias blancas.
En Oremburgo, Sabit de la estación me llevó directamente al apartamento de Seifulin.
1El Gobierno de la República en esos años estaba en Oremburgo.
El Presidente poeta estaba rodeado de tantos jóvenes poetas, cantantes, compositores, que la aparición de otros dos no le podría sorprender. ¿Dos más? Bueno, dos más ...
Sin embargo, la mayor parte casi nunca vio a Saken. Cuando regresaba, de sus viajes, a Oremburgo desde la mañana hasta tarde y en la noche visitaba los Comisarios del Pueblo. Además, él ocupaba el cargo de redactor del diario "Enbekshi kazajo", la única publicación en la lengua kazaja. (Ahora se llama - ". Sotsialistik Kazajstán", el diario republicano)
Todo el tiempo él se iba, pero con nosotros se quedaron sus poemas. En sus poemas -un magnífico caballo, que competía con el viento, y una dombra reflexiva que conocía todos los movimientos más íntimos del alma humana, la locomotora de fuego, rápida, que corría a través de la antigua estepa, devorando el espacio, - todas estas imágenes se convirtieron en la revolución, en símbolos transmisibles.
Los versículos los leímos en el estrecho y poco espacioso apartamento de Seifulin.
La única ventana daba a la terraza. Estaba oscuro, pero aún estábamos contentos. No pudimos controlar la limpieza. No necesariamente barrimos el suelo, por no mencionar el hecho de que no lo lavamos. Éramos descuidados por naturaleza, y Sabit también no podía ser considerado como un modelo de orden y organización.
Las esquinas estaban llenas de colillas de tabaco de tipo mahorochnye. A sabiendas no las barrimos. Cuando durante la noche terminamos los cigarrillos "Temeke", hasta la mañana no estábamos preocupados por el tabaco, pues íbamos recogiendo los "bychki-toritos"-colillas. Fue entonces cuando me di cuenta de que el desorden en otros casos reporta beneficios innegables.
Por la noche los dos nos dispusimos en una sola cama de hierro. La malla se rasgó por el tiempo, y tuvimos que cubrir la cama con tablas de madera contrachapada que sacamos de las cajas de té.
La mayor parte de la noche se oía un rugido, acompañado de juramentos silencios – con nuestros lados probamos la fuerza del fondo. Nos gustaba o no, teníamos que levantarnos y parchear la cama apresuradamente. Sabit inmediatamente se quedaba dormido otra vez, sin prestar atención a los ruidos sospechosos y los crujidos.
Por supuesto, sería más fácil sustituir la madera rota por una nueva. Sabit pero pensaba que yo debería hacerlo, y yo pensaba que él. Vivimos en la pequeña habitación durante casi seis meses, y todo ese tiempo nos acompañaron los monótonos incidentes nocturnos.
Sabit escribía obsesivamente poesía, y cualquier otra cosa no tenía ni deseo, ni tiempo y ni energía. Se regocijaba en cada encontrado éxito y la rima se alegraba con él. Yo le miraba desde el libro de texto y pensaba con miedo: ¿es que será por mí bien que Sylvia Mihailova, esa mujer buena, predijo mi futuro de escritor? ¿Es posible que esto me espera a mí también?: por una sola palabra, sufrir como si arrastrase una gran bolsa y estar a punto de caer bajo su peso ...
Pero si no fuera por los ejercicios literarios de Sabit, me hubiera sido difícil permanecer el invierno en Oremburgo, sobre todo al principio. Sabit publicó sus poemas en los periódicos, revistas y recibió una comisión. Trató de convencerme-de escribir. Pero todavía no pude tomar una decisión, y me empezó a traer, para traducir, del consejo editorial diversos reglamentos, directrices, informes, que en aquellos días abundaban.
Los documentos oficiales estaban a menudo traducidos a un idioma que la gente de la provincia - a la cual estos materiales se dirigían en primer lugar - es poco probable que entendía sobre que estos trataban.
Debo admitir que he hecho una contribución a esta causa. Pero de todos modos, el traductor fue pagado. Los honorarios de Sabit y mis ganancias para la distorsión intencional de materiales oficiales eran más que suficientes para mantener una vida cómoda. Pero no sabíamos cómo dirigir el dinero y a veces pasamos en la vida períodos miserables, medio muertos de hambre.
Sabit empezó la escuela técnica un año antes que yo, y ahora estaba en el segundo año, y yo en la preparatoria. Pero en medio del invierno, nos reunimos. Me adelanté por mis éxitos. Y Sabit que tuvo algunas "colas" (ahí es cuando me enteré de esta palabra por primera vez, bien conocida por los estudiantes de todas las generaciones), fue enviado a repetir.
Él no estaba muy molesto. "Los bolcheviques no se desaniman y bajan la cara de frente a las dificultades," - me dijo y aún continuó escribiendo poesía. Y en la primavera, cuando los exámenes ya nos agarraron por la garganta, de pronto arregló sus maletas y se fue.
Una vez solo, no me senté más con la misma diligencia sobre los libros de texto y los libros de ejercicios. A menudo me distraía de las fórmulas y fechas. Pude entender cómo esto podía suceder: uno es llevado a otro mundo, en medio de algunos acontecimientos, conocidos sólo a usted, multitudes de imágenes tímidas y sensibles le rodean. En esos momentos, resulta, se puede olvidar de todo: de las "colas", del hecho de que hoy , no comió el desayuno o ayer la cena, acerca de la fecha designada para un encuentro con una mujer real, no imaginaria...
Hojeando el libro de Pushkin, de repente me encontré con la confirmación de mis nuevas experiencias:
El poeta tiene momentos,
Cuando encuentra la paz suprema,
Y el don se oculta y se calienta del fuego solemne
Para levantarse en la vanidad del mundo.
Luego en el versículo corren fácilmente los versos
Y vierten una corriente de vida,
Y el pensamiento inspirado profundamente toma posesión de toda su alma.
La duda, la timidez, la inseguridad, eso es lo que molesta al pensamiento inspirado a atrapar profundamente mi alma.
Sin embargo en el Rabfak me convertí en un lector diligente. El profesor de Literatura Karl Karlovich Bezin de los alemanes rusificados, contrariamente a la creencia popular que los alemanes son gente puntual, él era capaz de detener su discurso a mitad de la frase y leer, leer consecutivamente a Byron, Berenguer, Pushkin, Lermontov, Block, Goethe, Schiller, Heine ... No sé si todos los estudiantes compartieron sus impulsos pasionales. Pero yo sí los compartí.
Karl Karlovich me inculcó un amor no sólo para la poesía. Gogol, Gorki y Jack London - Yo no me separé de sus libros. Del astuto y suave Chichikov, el ruidoso Nazdriov, y el muchacho inmóvil Tchelkach de "La Pasión del descarado". Smok Belliu con su fiel amigo Malish - eran para mí personas reales, como mi paisano Omar, que constantemente preguntaba las mismas cuestiones, como Becket Utetleuov ,como Silvia Mihailova, como Batima, la hija del tío Botpay.
He visto: la vida que me rodeaba desde la infancia, la que conocía hasta el último detalle y con todos sus matices, y estos datos podían ser utilizados en la literatura, si hubiera un escritor que la sabría tan bien como nosotros – los de la estepa. Y con la arrogancia de la juventud, decidí- yo, yo debo intentarlo y ¡dar mi opinión!
Después de haberlo decidido, me apresuré a poner a un lado la lapicera de pluma. Postergarlo hasta un futuro indefinido. Demasiado amargo fue estar convencido de mi impotencia frente a una hoja en blanco.
Sin embargo, ya era hora de hacer algo, no sólo saltar de un lado a otro, como el caballo que se asusta de su propia sombra. Me decía: "Yo no voy a escribir –que, yo soy escritor." Pero era más para engañarme a mí mismo. En el penúltimo año del Rabfak decidí entrar en la redacción del "Enbekshi kazajo" no sólo para hacer otras traducciones.
Ese día, con cuidado limpié mis botas cromadas que sus chillos acompañaban cada paso que daba, me puse los pantalones – a los cuales ero adicto y guardado desde mis tiempos como comisario, planché la sudadera con capucha que llevaban todos los que querían seguir la moda.
No sé, tal vez mi aparición causó una cierta impresión, en la redacción decidieron - activista ... Y dieron una prueba de alfabetización. Fue entonces cuando me vino muy bien el alifsin-a-Albasin- i -aliftur-o ... El diario estaba publicado en el alfabeto árabe, en aquellos tiempos era el único.
El Secretario Técnico, en la entrega de la copia de la orden de mi inscripción me dio un consejo de amigo:
- Corrector, es un corrector ... Pero para usted será mejor si se llamase a sí mismo - colaborador literario. Suena más impresionante, más firme.
El Secretario no era mucho más mayor de mí en edad, y yo estuve muy dispuesto a seguir su consejo. Y entre mis colegas me consideraban un colaborador literario aún sin haber escrito ni una sola línea normal.
Sin embargo, al ser llamado así tenía sus obligaciones. En la edición por primera vez me confronté con el hecho de que la escritura es una necesidad profesional. Aquí delante de mí estaban las más experimentadas personas, las más maduras, las que ya han logrado algo. El primero de ellos se llamaba Beimbet Maylin.
A su nombre - incondicionalmente ahora y para siempre están ligados mis primeros experimentos en la prosa realista Kazaja. Y si nuestra poesía tenía detrás una rica tradición, la prosa tuvo que empezar casi desde cero. La primera historia de Maylin " Memoria de Shugui", fue publicada dos años antes de la revolución. La historia fue un éxito, fue leída y discutida.
En la redacción Maylin era secretario ejecutivo. En aquellos años, el nuevo editor, que sucedió a Seifulin constantemente representaba en varias reuniones, o salía a unos viajes largos. De facto el periódico lo hizo Beimbet, simpático, amable, situado a la gente, y particularmente atento a los principiantes. Pero lo que no podía tolerar y lo que le podía dar un rápido ataque de ira - era el descuido, la pereza, la falta de responsabilidad.
Una noche muy tarde(lo recuerdo muy bien, parece mentira que ya han pasado más de cuarenta años), después de que la edición estaba ya firmada, Maylin reunió a toda la redacción.
El Secretario Ejecutivo analizó las ediciones del mes. No estaba muy contento con la forma en que trabajamos: escribimos muy mal, no planteamos muchas preguntas vitales. Fueron amonestados por él los jefes de departamento y el litsotrudnikom- colaboradores literarios.
Él pacientemente examinó los materiales del departamento de crítica y bibliografía: los artículos, los comentarios ... Casi todos ellos desde el punto de partida tomaron una opinión indiscutible, e inequívocamente que no hay ni que pensar en el crecimiento de la literatura, hasta que no terminemos con nuestro retraso en la crítica. Siguiendo este argumento empezó algo así como una competencia - cómo criticar más agudamente a los escritores. Si éste , digamos era un hombre muy leído y educado, aún sin ninguna prueba, lo acusaban de ser de origen feudal, del Bai. Si, sin embargo, el autor no estudió mucho, sin otra palabra fue llamado ignorante.
Yo estaba sentado relativamente tranquilo. Mi trabajo en esencia era la gramática y errores especiales no resbalaron este mes.
Maylin dijo:
- Y una cosa más ... Ustedes al respecto de esto, están probablemente cansados de escuchar. Pero yo estoy aún más cansado ¡de hablar! La calidad de las traducciones ... Aquí, voy a leer una ...
Yo, ocupado con mis pensamientos, no escuché el principio del texto. Pero una vez escuchado, inmediatamente quise volverme pequeño y discreto. Beimbet leía una de los certificados que yo traduje, yo y no otra persona.
- ¿Entienden ustedes algo? - Nos preguntó, poniendo el documento en la mesa sobre una hoja del periódico.
No hubo respuesta, pues entenderlo era en efecto relativamente difícil, incluso al propio traductor.
- ¿Cómo serán capaz de entenderlo en los aul? ¿O producimos un periódico para que fuera usado como raskurku-papel para cigarrillos?
Las instrucciones terminaron casi a las tres de la mañana; Maylin entregó una pila de manuscritos a los colaboradores literarios. - Es para ser procesado. La fecha de entrega dentro de dos días. Devuélvanlos listos para imprimir.
Todo el mundo empezó a dispersarse, y yo parado al lado de la puerta. Decidí que nunca más Maylin me dará algo – a una persona que no sabe bien leer ni escribir, y con poca conciencia ocupa lugar en la redacción que no es claramente su lugar. Probablemente me va a despedir. En el mejor de los casos, hará de mí un mensajero - para llevar los originales a la tipografía y de allí las pruebas compuestas a la tira. No hay lo que decir, bonito regalo me hice para mi cumpleaños ...
- Espere - me detuvo.
Yo estaba preparado para escuchar un largo discurso y de nuevo me equivoqué. Maylin sólo me miró, muy expresivo, - suspiró y me entregó un artículo en el idioma kazajo.
- Corríjalo. Y tráemelo. El tiempo, como para todos. Vaya ...
Todo esto sucedió en la víspera del ocho de marzo, y el artículo estaba dedicado a temas sobre la mujer. Yo no aparecí por dos días en las clases, estuve sentado en un hostal, preparando el artículo para su publicación.
Escribí, taché, copié, hice inserciones.
A la hora señalada crucé el umbral del gabinete de Maylin.
Beimbet apartó de encima de la mesa diseñada las bandas, y me miró con sus grandes ojos grises mientras yo ponía el manuscrito en frente de él.
- Lo Trajo? Lo Traje ...
Siéntese.
Leyó con atención, a veces se remontaba a los párrafos anteriores. En un cierto momento, hizo una nota con lápiz rojo.
- ¿Y de dónde la tomó?
- Del "Pravda".
Preguntó sobre la pertenencia de uno de mis insertos. La idea era que en Gran Bretaña, un país de alta civilización y muy antiguo, las mujeres sólo en el año 1918 ganaron el derecho a votar en las elecciones, y nuestras mujeres de Kazajstán - un año antes, en el 1917. El estudiante erudito, trató de explicar la conocida posición leninista de que los pueblos anteriormente oprimidos tomarán el camino del desarrollo socialista, sin pasar por la etapa del capitalismo.
¿Cómo podía Maylin alegrarse de la buena fortuna de los demás, incluso si la suerte - sólo surge de la comparación lógica del curso de los argumentos en un papel ordinario?
- ¡Bien por ti! ¿Y algo suyo trató de escribir?
- No
No podía decir "sí", en referencia a una composición que ni cruzó el umbral de la escuela Presnogorkovoska.
- ¿Tal vez lo intente?
Unos días después le mostré un pequeño boceto, se llamaba: "Cuando Edegey es bueno, y cuando es malo." En el cual intenté describir brevemente las relaciones, para mí muy familiares, entre el trabajador del campo - Edegey y su propietario. Si perseguía el rebaño en la pradera – era bueno, si iba para la leña - bueno. Pero el mismo Edegey empeoraba, si quería sentarse a descansar o iniciar una conversación, sobre lo bueno que sería si el propietario le hubiese comprado un nuevo par de botas.
En la última edición del periódico, mi trabajo tomó veintiuna líneas. Y por primera vez - con mí firma.
- ¿Lo vio usted? - me preguntó Maylin cuando nos encontramos.-corregí sólo cuatro palabras. Escriba más.
"Escriba más."
Esas palabras me perseguían, me estaban acosando. Pusieron fin a mis dudas. No dormí por cuatro noches. Y escribí una historia - "En las olas furiosas." Realmente me gustó el nombre.
Yo copié cuidadosamente la historia tres veces, tres veces llevé el manuscrito al editor, y tres veces me volví hacia tras de nuevo: no me atrevía a mostrarla a Maylin, no fui lo suficientemente valiente para forzarlo a hundirse en mi ola furiosa. El resultado fue que la historia fue puesta en el boletín de pared del Rabfak -de, una longitud de las hojas de dos metros veinte centímetros.
Algunas personas me criticaron, mientras que otros me alabaron, algunos incluso ni decían nada. Después de unos días de la publicación de la historia, la empecé a olvidar, aunque si seguía puesta en el periódico mural al lado de las oficinas del comité del Komsomol.
Por la tarde durante un descanso entre clases me demoré en el auditorio, y de repente saltó hacia mí un compañero y dijo:
- ¿Qué estás sentado? ¡Corre rápido! ¡Maylin está leyendo su historia!
Empujando el mostrador, me deslicé por la barandilla. Pero Maylin en el vestíbulo ya no estaba. Por una conversación con mis amigos descubrí que Maylin ese día visitó un colegio cercano. Los escritores de la antigua generación, como ahora lo entiendo, se preocuparon por el cambio de guardia, y lo buscaron en las escuelas, donde estaban los jóvenes.
Por la noche, los cuatro de nosotros - en nuestra habitación en los dormitorios – nos preparábamos para el seminario de mañana. Alguien llamó a la puerta. "Entre," - dijo uno de nosotros
La puerta se abrió y entró Maylin.
Saltamos los cuatro y el huésped fue invitado simultáneamente a cuatro taburetes.
- ¿Soy tan gordo? Para mi uno es más que suficiente,-se rió -. ¡Cuánto humo hicieron aquí con sus tabacos! ...
Él nos dio cigarrillos gordos, que en ese momento eran considerados una rareza y lujo. Preguntó sobre el tema que preparamos para el seminario y si es que no teníamos miedo. Le respondimos que tenemos miedo, y cómo no tener miedo, pero esperamos tener tiempo para leerlos todos.
Maylin se volvió hacia mí:
- ¿Cómo está, zhigit?
Le contesté que estoy bien, pero hoy estoy en casa pues no es mi turno en el periódico, si no me cree ...
- Aja, lo creo ... No vine a comprobarlo. Leí su historia en la tarde en el periódico mural. La conversación detallada entre usted y yo será una charla especial, pero por ahora sólo quiero decirle: no está mal, no está nada mal. ¿Por qué no me lo mostró?
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho con latidos irregulares. Maylin dijo - no está mal ...
Me tomó años y años para que yo entienda - que mi indefensa historia atrajo a Maylin principalmente por el hecho: de que un joven de repente escribió una prosa, y no poemas como lo hacía cada segundo joven ... Pero, ¡qué eufórico me puse con el apruebo "no está mal"!. Así, pues, fue el principio.
El hecho de que este fuera el comienzo, me convencí aún más cuando mi primer cuento se llenó de detalles, eventos como cuando en la casa llegan cada vez más personas. La historia se convirtió poco a poco en una novela. No podía pensar en otro nombre adecuado, y siguió siendo "Tulagan tolkynda" - "En las olas furiosas."
Por la noche, yo estaba sentado en la mesa larga, iluminada del borde con una lámpara de aceite no muy brillante y una hoja en blanco, que de derecha a izquierda, como es habitual en la letra árabe la cubrí de palabras. Estaba solo. Pero no era la soledad. Yo albergaba en mi pequeña habitación – a todos mis amigos en la fuerza partidista de Dimitri Kovalev y muchas de las personas que había conocido en varias ocasiones en los aul: los Bai, los pobres, los soldados del ejército rojo, los alashordyntsev-fuerzas progresistas que simpatizaban con los rusos blancos, que odiaban ciegamente el nuevo orden.
Había también una historia de amor: Birzhan el pecador no podía aceptar el hecho de que su amada, su Shayza será vendida a un viejo, rico a Ospanov! Ella va a entrar en su casa como tokal - la segunda esposa, la más joven. ¿Y qué clase de vida va a tener? Por la noche no tendrá descanso de su marido y durante el día - de las mujeres mayores, que por los celos estarán dispuestas a destrozarla. En otros tiempos - no hubiera podido evitar este destino. Pero Birzhan y Shayza huyeron del aul a la ciudad, que ahora era roja, y allí encontraron su felicidad.
Durante el tiempo que describí lo que pasó ante mis ojos, en lo que yo mismo participé, todo fluía y me pareció bastante muy bien. Pero entonces llegó un momento cuando en el cual se debía desenredar los nudos atados, y por más que trate, nada funcionó. Al no encontrar una mejor manera, yo tuve que ser como un héroe de la antigüedad, ¡y corté los nudos!
Pero lo colorido y convincente en la mitología, resulta un fracaso doloroso cuando se trata la trama de forma corriente y específica. Este héroe de epopeya realizó una hazaña tras otra hazaña por la sencilla razón de que él – es un héroe, y así lo debe, por su rol de héroe.
Una historia que al final resultó arrugada, poco fiable, apresurada. Yo no era perezoso para escribir una y otra vez, pero no sabía - cómo, no pude ver lo que había que corregir.
Y ahora sólo puedo envidiar a Leo Tolstoi, quien por muchas incontables veces empezó su "Hadji Murat". El punto aquí no es el trabajo duro, la diligencia, la paciencia, el perfeccionismo. Estuve sorprendido por su maravillosa e inexplicable vigilancia como un águila:
Él en cada frase, en cada giro de los acontecimientos, en cada movimiento de pensamiento entendió exactamente lo que no se adapta. Él sabía exactamente cómo lograr el tono deseado, como mejorar el texto, que al parecer, ya estaba perfecto.
De todos modos, la historia "En las olas furiosas" - mi primera obra que vio la luz y se puso al juicio de los lectores. En realidad, como demostraron los acontecimientos posteriores de mi vida, no fue un impulso a la obra literaria constante, no ocasional.
Después de muchos años es difícil para mí decir si fue malo que sucedió, o bueno. Yo no añadí arte, me senté metódicamente al lado del escritorio (pero sólo en el escritorio había infinitos borradores que se tiran y se vuelven a escribir, frase por frase, así esto nace). Pero, he vivido, he acumulado un abastecimiento de observaciones en la vida, pensando en lo que había visto ... Sin esto no puede haber ninguna literatura.
Ahora ... no escribo la historia de mi vida, solo hojeo sus páginas individuales.
Yo era el hijo de mi estepa, que me dio de beber y comer, y yo entendí que ella necesita personas que poseen un conocimiento científico en la agricultura. Tal vez porque en mi memoria estaba demasiado vivo el año del jabalí cuando fue el yute terrible, elegí el Instituto Agrícola de Omsk, que se llamaba entonces la Seebak (Academia de Siberia). Pero después del primer año fui movilizado durante un año - para trabajar en los aul. Luego el período de movilización se extendió por dos años, y para siempre me alejé del estudio establecido del instituto.
El trabajo en la agricultura, así como las actividades militares en el comisionado no fueron todo el contenido de mi vida. Todavía me siento atraído por el blanco de la hoja de papel, que me obligó a revivir los acontecimientos a los que participé y recordar lo que vi para contarlos. Después de todo, nadie más lo hará por mí.
Resulta que durante cuarenta años no he escrito mucho. Dos romances, unas diez novelas y obras de teatro, cuatro decenas de historias. "Menos es más", siempre traté de adherirme a esta regla, pero no la voy a imponer a todo el mundo. He vivido lo suficiente en el mundo y entiendo que lo que es bueno para mí, no es necesariamente bueno para todos. (Lo siento, escribir menos a veces es mucho más simple, que mejor.)
La historia de "En las olas furiosas" – fue en el año mil novecientos veintiocho. Colindan con ella algunas de las historias escritas en diferentes épocas – sobre el gran cambio social en el desierto, y cómo la gente de la propia estepa estaba dispuesta a cambiar su destino. Aquí me gustaría mencionar el drama "Amangeldi" - El líder de la revuelta, en vísperas de la revolución.
Poco antes de la guerra, me sentí atraído por el destino de nuestro destacado poeta y compositor. Su nombre era Ahán-Sery. Él era un mullah, y ocupó un lugar destacado en la sociedad - y tiró todo por la borda dirigiéndose al arte, en el final del siglo XIX su ocupación fue considerada no del todo de buena reputación, poco fiable e inestable, y para los mullah – un pecado. El mullah en el pasado - tenía una cuenta pendiente con Dios, y Ahán fue quizás el primer kazajo que abiertamente se rebeló en la poesía kazaja, hablando luego en tono burlón, y entonces airadamente contra las bases inconmovibles de la religión. Los episodios individuales de su biografía tormentosa pidieron explícitamente a ponerse en obras teatrales, y yo pensé que debía escribirlas. Bajo el nombre "Anán-Seri" - "Aktokty" fueron presentadas en muchos teatros dramáticos;
Siempre me parecía inquebrantable la cadena de acontecimientos en la vida de las generaciones. Pero sin volver al pasado el presente no puede existir, los críticos, sea los muy miopes o aquellos precoces con respecto a la visión del futuro, para satisfacer la moda contemporánea intentaron declararla una salida de la realidad, ¡como si el escritor pudiese esconderse en algún lugar de la realidad!
Yo consideré necesario describir en detalle cómo cuando todavía estaba el Zar , los nómades ancestrales en la estepa encontraron nuevos caminos - y se convirtieron en trabajadores de fábricas de cobre y minas de carbón en la zona, llena de vegetación del tipo Karaganov, y de ahí su nombre - Karaganda. Su destino inquieto, su nueva comprensión de su lugar bajo el sol - todo esto fue la base de la novela "El Despertar de La Tierra".
Debo confesar que yo nunca pude concentrarme en un solo tema al contrario de la especialización estrecha contemporánea. Es por eso que en mis libros volví una vez al aul Zhanbyrshi , otra vez a los descendientes de un noble clan de Kazajos, o a la estepa, expuesta al fuego de la guerra civil, otra vez llamé la memoria del poeta, el primer poeta kazajo, que se convirtió en el cantante de la revolución. A partir de una historia divertida que ocurrió en un tren pasé a una leyenda antigua, conservada en el clan Naiman
Y luego comencé un relato sobre mis impresiones japonesas después de visitar Hiroshima y Nagasaki ...
Puede parecer que no se pueda permitir tal dispersión no sólo en lo descrito sino también en la elección del material de la vida. De hecho, yo escribí prosa, ensayos y editoriales en el periódico, obras de teatro, guiones documentales y de largometrajes, traducciones, actué como crítico literario y teatral. Pero la razón no es frívola y no en la autosuficiencia. Los escritores folklóricos de mi generación (y no sólo en Kazajstán, pero también en Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán) tenían que ser integro no solo en tres rol sino en muchos más.
Del periódico me llamaban: "Usted se convirtió en un escritor, pero nosotros necesitamos un boceto y una reseña de un nuevo libro." Me reunía con un director del teatro, y éste me reprendía: "Usted es un escritor, pero nosotros necesitamos una obra." Llegaron compositores: "¿Qué pasará si usted pensará en un libreto, un libreto para una ópera?"
¿Un libreto de ópera? .. Yo en cualquier momento podía imaginar las orillas cubiertas del lago Kozhabaev, escuchar la voz de mi tío Botpay y su hija Batima. Fueron los primeros que me conectaron con el arte, y toda la vida me retuve la impresión inolvidable de los dastan populares "Kyz Jibek" y "Kozi-Korpesh y Bayan Sulu-." Traté de crear sobre esta base mis espectáculos.
La música de "Kyz Jibek" la escribió Eugene Brusilovsky. La opera está viva hasta nuestros días. No hace mucho tiempo, en la casa de ópera de Kazajstán, asistí a un espectáculo milenario, en la cual participaron muchos de los actores de primera fila. (Las migraciones de Jibek no terminaron en la escena de la opera. En el estudio cinematográfico "Kazajfilm" hicieron una película. Basada sobre este dastan) ..
Mi deseo de presentar, de varios lados, el camino histórico del pueblo no puede dejar que yo no me refiera al modernismo vivo. Y no sólo en las historias. El romance "Soldado de Kazajstán" – sobre un coetáneo, acerca de su vida antes de la guerra, sobre sus acciones en el frente durante la guerra - se convirtió para mí la encarnación más voluminosa de este tema extenso y complejo.
A veces la gente me pregunta:
- ¿Por qué usted se convirtió en un escritor? Tengo una larga respuesta preparada:
- Debido a que me lo ordenó Sylvia Mihailova, mi maestra en Presnogorkovka. Y yo no podía desobedecerla.
Pero en serio, es muy difícil, si no imposible - explicar por qué de repente uno empezó a ocuparse de diferentes historias de la vida de las personas. Y en un momento uno quería hablar acerca de los cambios en el destino de su pueblo que le dio la vida y le dio el lenguaje para expresar sus pensamientos, sus sentimientos.
¿Por qué empecé a escribir? .. No puedo responder - como si me hubieran preguntado, ¿por qué yo y no otra persona, nací en la noche del Nauroz, el año en que la vaca fue reemplazada por un leopardo?