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Ахмет Байтұрсынұлы
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Esenberlin Ilyas "El Cantante Vagabundo"

29.08.2014 2478

Esenberlin Ilyas "El Cantante Vagabundo"

Негізгі тіл: "Опасная переправа"

Бастапқы авторы: Есенберлин И.

Аударма авторы: not specified

Дата: 29.08.2014

El Cantante Vagabundo

Parte Primera

Acerca de la ciudad las olas tormentosas de Irtish de repente se moderan inmediatamente, y se revuelca el río lento, pesado y tranquilo. La ciudad se construyó en la orilla alta y arenosa: sauces, abedules, arbustos y matas y de repente e se frecuentaron inmediatamente casitas vacilantes con techos de madera y con decrépitos peldaños y detrás de esos - edificios largos y grises, parecidos a barracas de piedra- constituciones y tiendas. Detrás de las barracas – mezquita, detrás de la mezquita – un cinematógrafo de tablas con columnas y picos- es construido tan recientemente, que ya aún las tablas no han logrado a ennegrecerse- y ya han trepado al monte los palacios más reales, casas suntuosas pintadas, he aquí un palazzo, cubierto con hierro, pintado en ocre y bermellón con hérculeses y diosas. Todo eso debe, según el pensamiento del arquitecto, asemejarse a París, Muscú y Petersburgo o más – Roma y Florencia. Sólo los apellidos de los dueños de esta magnificencia de ninguna manera no son florencianos: Koshelev, Stroganov, Galimov y así decenas más. En las calles hay mucha gente y mucho ruido. Lentamente y majestuosamente anda el camello de dos jorobas con el labio aristocráticamente sobresaliente, sonando valientemente con cascabelitos andan velozmente troicas rusas verdaderas – brillan laca y ballestas rojas, anda la gente en viseras con cocarda nobiliaria, andan viejos en levitas largas, fulguran malakhaies, solideos, bufandas gitanas con rosas y capullos (cada capullo con un repollo bueno), se encuentran batas pintorescas asiáticas, yungshturmovkas verdes enrollados con correas. Unos se enfurruñan, otros sonríen y se puede ver - unos tienen piedra en el corazón, otros – alegría en el alma, y esta alegría reluce desde los ojos y alumbra la cara – y a todos únicamente, pero eso único se refiere a algo común para todos, a lo inmenso e invisible, que maravilló a todos igualmente. La fuente de la alegría y tristeza es el mismo para todos.

Yo quiero mucho esta ciudad antigua, establecida en las orillas arenosas de Irtish- la quiero en verano, quiero en invierno, pero más de todo la quiero en primavera, cuando florecen los abedules, en las calles vuela pelusa blanca y frágil y en los oscuros jardincitos sopla dulcemente con cerezo aliso.

Y ahora también es primavera. Las casas son adornadas con paños rojos y con ramas de abeto. En los plazos elevan tribunos y arcos, y dondequiera – tela roja, tela roja. El país celebra uno de sus días más alegres – la fiesta del primer mayo.

El sol se eleva. Con él aparecen en las calles los primeros transeúntes, los primeros rayos se acuestan en las veredas y son alegres los prados primaverales. En algún lugar sordamente batió el tambor y en respuesta le enseguida ronqueó, como si limpiando la garganta, gritó, cantó y se ahogó la trompeta. Tres hombres miran a la calle desde la ventana de par en par abierta. La habitación, donde ellos se encuentran, es como lúgubre, tanta y oscura, pero en ella hay mucho aire. Y está amueblada con gusto. En el suelo hay una purpúrea, pérsica alfombra, en la pared –era pálida, pero muy gran – en ella – una dombra con ricas, nacarinas incrustaciones. En los anaqueles y en la mesa la vajilla es de cubre y de porcelana, hay altas jarras de cubre y de cuello estrecho adornados con una tracería tenue con agujas, tazones abigarrados, panzudos blancos teteras con rosas suntuosas tabernales. En la esquina – cofre, también no ordinario, pero con una tracería ingeniosamente bordada. Mesita asiática baja, cubierto con un mantel vivo de seda, da cima a la decoración. Y a pesar de eso, es oscuro y lúgubre en la habitación.

Tres hombres miran a la ventana a la fiesta del primer mayo. El primero tiene treinta y cinco años- su cara es morena, de nariz aguileña, los ojos cataños y tristes. El es alto y espaldudo. Tiene una camisa blanca de seda con un cuello recto y alto, una correa delgada, decorada con incrustaciones de plata con el niel caucásico, pantalón de montar y amarillas botitas de cordobán. En los hombros – un chapan de torciopelo con un cuello de piel. Pelo largo. Se asemeja a un poeta o un pintor. A las mujeres les debe cortar la respiración con una sola mirada hasta él, pero ahora él es lúgubre y callado. Mira él fijamente a un punto y piensa sobre algo suyo. Es evidente, acabó de terminar una conversación pesada. Los dos sus interlocutores están a lo lejos: un dzhiguit joven de cara morena, con ojos oscuros, pensativo, con una hacina de pelo rizado y con labio alto, escultural. Es vestido en el estilo europeo. El otro gran hombre es sólido y vigoroso como un alcornoque joven. En él es un gorrito redondo caucásico, fileteado con la piel, una bata roja bukhara, un cinturón ancho, pesado, guarnecido con plato, batas de dibujos de templo. La mirada de él es pesada y con eso y aguda – sobre tanta mirada dicen: él no mira, sino traspasa con ojos. Los labios son fuertemente apretados. La cara oscura se ha helado en alguna mueca feroz y con eso y delicado.

Los tres miran a la ventana: el poeta famoso kazajo Akhan y dos sus discípulos – Burkut y Akpar. Burkut también es poeta, pero si su maestro Akhan es uno de los primeros kazajos en la ciudad, Burkut ha estado aún en la Universidad de Omsk. Ahora El enseña lengua y literatura en las clases altas. Akpar es el condiscípulo de Burkut- ellos han graduado de la gimnasia juntos. Ahora Akpar trabaja del secretario del tribunal. Sin embargo, para Acbar Karimsakov – el heredero del riquísimo y famosísimo ciudad Sara – eso es muy buena carrera. De esta generación han salido conocidos bayes, bies y regentes peludos, pero él es algún «bullicioso». Pero qué hacer. Los tiempos no son los mismos. De eso y son apertados sus labios, y es pesada su mirada, y la cara es ferozmente cerrada.

Los tres miran a la ventana.

La fiesta se ha empezado.

Se elevan los primeros denominadores, pasan las primeras columnas- la hoz de oro y el martillo se ponen en filas. Alguien aretó una canción y he aquí ella se levantó y se precipitó. Ahora ya canta toda la plaza.

- Cantan - dijo Akhan –. De la alegría cantan. Y los casacos también. ¡Tontos! Ellos mismos no entienden de qué se alegran.

El se fue de la ventana y paseó en la habitación. Akpar miró a él y dijo.

-Sí, no sin dadiva una vez cantasteis:

Esperaba a la primavera en vano,

El rayo del sol no nos brilló,

De nuevo el océano ruso inundió el país mío.

Akhan ya dos-tres veces se tiró aquí- allí, de repente se pero bruscamente en el centro de la habitación y dijo:

- Toda la desgracia es en la nuestra credulidad. Somos como pequeños niños. Quién nos haga señas con el dedito, prometa caramelito, tras de él y corremos rompiendo la cabeza. De la credulidad y de arruinemos.

Y de nuevo comenzó a andar.

- Sí - dijo Akpar-, sí, es así. Nos arruinemos de la tontería. ¡Es así! Akhan – ajá, Ud. Tiene razón mil veces.

Akhan miró a él y sonrió dolorosamente:

- ¿Pero en qué tengo yo razón? En efecto he sabido hasta ahora lo que sabe nuestro pueblo. Yo le llamó a la unificación, a la lucha por la libertad, por la independencia, y he aquí hoy miro a esta marcha y ... – El chocó con ala inquietada mirada de Burkut. Y dejó de hablar. El discípulo querido miraba al maestro callado y atentamente. El evidentemente entendía no todo y concebía de las palabras del maestro. Y, captando esta incomprensión, Akhan dijo:

- Pero, bien, hemos hecho todo que pudimos. Y en el resultado nos quedamos en una soledad completa. Delante de esta ventana somos los tres – ellos detrás de la ventana, en la calle – miles. ¡Miren - ellos llegan, traen a los dominadores, cantan el «Internacional»! El «Internacional» pero no es el nuestro himno nacional... ¿Por qué? ¿A? – y él miró fijamente a Burkut.

- Hoy Ud. está muy irritado, Akhan- ajá- dijo Burkut en vez de la respuesta.

-¿Irritado?- Akhan se paró y pensó. – ¡Pero no! No es la palabra cierta. Quizás que no esté irritado, no enfadado, sino desorientado y no puedo entender nada. He aquí ellos siguieron a los rusos. ¿Por qué?

-Aún también Abakh- ajá llamó a estudiar a los rusos- mencionó Burkut con precaución.

- ¡Estudiar! – se sonreyó Akhan- ¿Pero acaso estoy contrario de que estudien? Hay que, sin embargo, estudiar. Pero estudiar, querido – Akhan amenazó con el dedo-, no significa arrastrarse. Yo, juro con el allah, quiero a Pushkin y Lermontov, a Tolstoy y Dostoevski no menos que el ruso, ¿pero acaso en esté es el problema?

- ¿Y en qué? – preguntó Burkut.

- En lo, mi querido, que, por ejemplo, al hindú, apegado al tronco del cañón - recuerdas el «Ejecución en Bombay» - es muy poca tarea a lo que tenían los ingleses Shakespeare o no. Los negros morían en las plantaciones bajo el látigo del vigilante, a pesar de que los americanos tenían Longfello. El casaco, perdido su nacionalidad, se vuelve a un vagabundo, renegado, y ¿qué diferencia que El pueda saber todo el «Evgueni Oneguin» de memoria? No hay desgracia mayor que desprenderse del pueblo, y no hay suerte mayor que vivir con su vida y saber- él también entiende a ti. Pero fuera de la nacionalidad no hay ni felicidad, ni libertad. Pierda la lengua y el Occidente te absorberá en pocos meses. ¿Leíste Kipling? El es un gran poeta inglés, ¿verdad? Así, El escribió:

Occidente es Occidente, Oriente es Oriente,

Y de la mano no irán ellos,

Hasta que no comparezcan el cielo con la tierra

Ante el terrible tribunal del Dios.

- Está dicho con negro en blanco – continuó él –. Hay día, y hay noche. Hay Occidente, y hay Oriente. Y el Occidente estrangula al Oriente y quiere absorberlo. Sobre eso y escribe Kipling.

- Pero Quipling no es un ejemplo – se frunció ligeramente Burkut –. El es el mismo conquistador en el casco de corcho con fusta. En todo el mundo él ve y escucha solo a su Inglaterra. ¿Por qué referirse especialmente a él? En el Oriente hay no pocos otros – de nuestros amigos…

-¿Sí? ¿No pocos? – burlonamente movió la cabeza Akpar. Hasta este momento estaba callado y escuchaba. – ¡Qué decir, puede ser! Un montón de amigos débiles y cobardes y millones de enemigos armados no con fustas - qué son estas fustas, pues, es un juguete de niños– sino con pistolas browning y ametralladoras. Y amigos se callan, pero los enemigos actúan…

El quería añadir algo más, pero miró a Akhan y se paró en seco.

-Espera – dijo Burkut -, el Occidente quiere absorber el Oriente. Eso es así. Inglaterra exprime India como un limón. Eso también es así. ¿Pero tú lo refieres también y a nuestros grados? ¿Los rusos y los ingleses son los mismos para ti? ¿Qué quieren los rusos de nosotros? ¿Qué, tierra? ¡Su basta para ellos!

- ¡Exactamente! – Akpar bruscamente volvió a Akhan –. Ellos exactamente necesitan nuestra tierra. Los ojos de ellos son insaciables y las manos – codiciosas, ¡y ellos necesitan nuestros rebaños! ¡Nuestras montañas! ¡Nuestros valles!¡Los jardines en estos valles! Pasarán unos cincuenta-sesenta años más , y vas a recordar a mi, nos no quedará aún un trozito de la tierra para alimentar decenas de sarnosos corderos. Se degeneró, se debilitó, se cayó con el ánimo el pueblo caucásico. No tiene ni adalid, ni maestro el pueblo caucásico.

-¿Qué, de nuevo quieres llamar a lucha? – rió Burkut-. ¿Tú, qué, Kenesares necesitas?

-No Kenesares, sino...-, esta vez también él no terminó.

-Aquí, quizás, Kenesares también no sean útiles – tristemente se sonrió Akhan-. Y Temerlan también no va a ayudar. ¿Dónde es su impero? El está muerte, y su estado se arrastró. Y allí, dónde estaba Otrar, la magnífica ciudad del oriente medieval, es sólo estepa, colinas hasta barrancas. ¿Te recuerdas el imperio de Alexander de Macedonia? ¿Cómo fue? ¡El mundo no ha visto tan uno! Desde los Balcanes hasta India. Y se murió Iskander, y el imperio se deshizo. No, Burkut, el tiempo de los invasores se ha pasado. Y hoy día no en los huesos de las naciones defendidas se construye el estado. Fue antes cuando a la Rusia llamaban cárcel de las naciones.

-¿Pero qué ahora? – preguntó Akpar.

- ¡Ahora cada nación le glorifica para su liberación! ¿Oyes como gritan y cantan detrás de la ventana? Pero mira que nosotros no estamos con ellos. Nos escondemos detrás de bastidores. Pero para un escritor eso es peor de la muerte, mis cariños. El escritor verdadero – él aún después de la muerte va con su pueblo como sombra, él es su conciencia, orgullo, razón, honra, y los como nosotros, que se esconden y se callan... eso... – El pensó, calló y terminó -. Eso es como con el albatros.

- ¿Con el albatros? – con sorpresa preguntó Akpar –. ¿Qué es eso? Me parece que hay tanta ave marinera.

- Sí, una ave marinera - movió la cabeza Akhan –. Y un gran poeta creó un poema sobre este albatros.

Le cogieron los marineros, dejaron salir a la cubierta. Y así pasa por las tablas la gran ave blanca, se desprende, pero volar no puede, las alas no lo dejan, son tan grandes, que para lo que pueda volar, él necesita sin falta amplitud, necesita espacio, ¿pero de dónde puedes cogerlo? ¿Qué, en las tablas?

-¿Y qué? – preguntó Burkut.

- ¿No entiendes? «Tú eres tan poeta», dice Bodler, eso es su poema, y lo ha traducido P. Y., es decir – Pavel Yacubovich, un gran escritor ruso -, y así como tú, poeta, puedes volar solamente cuando te rodea tu elemento natal. Y el elemento del poeta es la nación. Si el pueblo no necesita al poeta, eso significa qué nadie le necesita. Aún él mismo. He aquí, ¿ves?: el pueblo es allí, pero nosotros- aquí. Y si eso es así, tenemos solamente una vía.

- ¿Qué? -preguntó Burkut-. ¿Qué vía, maestro?

Akhan de nuevo empezó a pasear por la habitación. Ambos discípulos miraban a él callados. De repente él se acercó a la ventana, cogió abrazaderas de la mano y se quedó sin movimiento por un minuto. Cuando él habló de nuevo, su voz era ligera y pensativa.

- Mucho he visto en la vida, - dijo él–. Prometió mucho, pero hizo casi nada. Casi nada. Eso tiene que ser considerado, - él aún reyó-. Pasaba, pasaba, cantaba, me alegraba, me divertía y una vez miró atrás y vi, que estuve en el desierto. Calor, arena, muerte, y para volver no hay fuerza. He aquí y todo. ¡Fin! Me perdió en las arenas.

- ¿ Y eso dice Ud.?- preguntó con sorpresa Akpar-. Usted, cuyas canciones sabe de memoria cada joven y cada muchacha de cualquiera alejada aula.

- ¡Sí, en la lírica de amor soy un experto! – sonrió tristemente Akhan–. Canto dulcemente. Cualquier puede decirlo. ¿Pero ahora la nación lo necesita?

- ¿Pero qué?- curiosamente preguntó Burkut-. ¿Qué necesita ella, maestro? ¡Digalo!

- Creía que necesitaba libertad. Y la llamó a la liberación. ¿De quién – me preguntaron – debemos liberarnos. Yo respondí – de los rusos. Y también dije a mi pueblo que su fuerza es en la unidad. Le llamó a unirse contra los rusos. Pero resulta que mi pueblo busca libertad en su manera y entiende la unidad de completamente otro modo –¿ y aquí oyes que canciones cantan detrás de la ventana? Y andan ellos todos juntos debajo de la misma roja bandera. ¡Como los rusos, también y los caucásicos! Y la palabra «nacionalista», «nacionalismo» entienden como palabrota. ¡Como los caucásicos, también y los rusos! En esto es todo el problema.

- Una vez usted hablaba de otro modo – pronunció Akpar, atentamente mirando al maestro.

- ¿Una vez? – volvió a preguntar Akhan, y de nuevo algo muy importante sonó en su voz.

-¡Sí, una vez yo no entendía muchas cosas! Más verdaderamente dicho: entendía nada. Bien, vamos a no recordar sobre lo que tuve lugar una vez. ¿Y los poemas de Bloc los recuerdas bien? Son:

Enterrarán, profundamente suscitarán,

Pobre montículo con hierba crecerá,

Y oiremos: lejanos, alto en la tierra

En algún lugar llueve...

El leí este poema hasta el final y dijo:

-¡Así! ¡Y vosotros decís - «una vez»! ¡El hombre tonto se tira, busca su sitio, pero su sitio, resulta, he aquí dónde está!

-¿Dónde? – preguntó con inquietud Burkut y se acercó a Akhan –. Maestro, ¿por qué usted leyó ahora este poema?

-Sepultura, sepultura se llama este sitio – dijo Akhan-. No hay nada en el mundo más firme de la sepultura. Ni fuego, ni bala no lo cogen. Así.

El fue, se acostó por encima de la colcha, aún sin quitando las botas, y cerró los ojos.

- Maestro – le llamó con timidez Burkut. De repente un temor insoportable le cogió. Como El sintió la respiración espinosa de la muerte. El aire en la habitación no bastaba. Alguna pesadez arrimó el hombro. – Akhan- ajá, - llamó El de nuevo. Y de nuevo el maestro no le respondió. Sus ojos estaban cerrados, los labios – apretados, pero El no dormía – eso podía ser visto rápidamente, con la respiración impetuosa.

Una vieja entró en la habitación. Ella puso en la mesa jarro con kumís, tres tazones y se alejó. Acabó de cerrarse la puerta detrás de ella, cuando Akhan se levantó de la cama y se acercó a la mesa. Sus movimientos fueron rítmicos y precisos. El sacó la achicador y empezó mezclar en él algún líquido amarillo y viscoso – kumís de yeguas recién paridas, le especialmente habían traído de los dzhaylaos lejanos. Después él derramó el kumís en los tazones y dijo.

-¡Inténtelo, por favor!

Y él mismo el primero probó el tazan.

Unos minutes todos bebían callados.

-¡Buen kumís! – alabó Burkut, sacando labios-, ahora sólo a usted se puede beber algo así. ¿Por qué usted mismo no bebe, Akhan – ajá? Probó y dejo. ¡Beba!

- Algo que no tengo apetito, - se frunció Akhan. El se levantó y de nuevo y de nuevo ando por la habitación.

Burkut miró a él y no se contuvo.

- Akhan- ajá, deje de torturarse – dijo él subiendo. – ¿Usted, qué teme de algo? ¿Teme de que le molesten?¡Nunca va a suceder eso! ¡La fuerza soviética se funde solamente con sus verdaderos enemigos jurados! ¿Pero acaso usted es su enemigo?

Akhan sonrió.

- Extrañamente comprendes la palabra «enemigo». ¿Según tú el enemigo es quién socava los puentes y quema las aulas? No, ellos consideran enemigo a cualquier, quién no parte sus ideas. Y la idea de ellos es así – cortar a todos hasta el último peine. Pero para eso hay que extinguir la conciencia, atar su voluntad. Y para alcanzar a eso de Nuevo hay que exterminar a los, quienes despiertan la conciencia de la nación, educa, dirige. Es decir a los mejores hijos de la nación. Y aquí empieza la persecución de los poetas, de los pensadores, de los maestros. Con ellos de repente con la cabeza abajo. Así es y mi destino.

- ¿Y eso significa que el nuestro también?- preguntó Burkut.

- No, sois otros – respondió Akhan –. Sois jóvenes, fuertes, con vosotros no es fácil dominar, ya desenvolveréis sus alas.

-¿Y Ud.?

- Yo soy viejo, cano, fatigado. Una vez yo también tenía alas, se ajaron, las plumas se cayeron. Para mi ahora sólo hasta el albergue llegar. ¡Y a vosotros ninguna vía mostrar yo no puedo! Además de maldad nada se ha quedado en mí.

¿Y qué consejera es la maldad? Solamente una cosa puedo decir: ¡qué amen su nación! ¡Con todo el corazón que lo amén! No como yo, sino con conciencia, de una manera suya. – El se acercó a los discípulos y cogió por el hombro–. Y ahora que se vayan. Paseen, miran a la fiesta, y yo lo … Me he cansado, me acuesto a descansar –. Y él dulcemente les acompañó hasta la puerta.

Ya en el segundo piso ellos se toparon con dos soldados en rojo. Los soldados en rojo andaban a la encima y se apresuraban tanto que aún no echaron una mirada a los amigos. Burkut se atrasó, pero Akap silenciosamente y fuertemente asió de su mano.

- ¿Para quién van ellos?- preguntó Burkut, cuando ellos se encontraron en la calle.

-Rápidamente desde aquí – ordenó Akpar y casi corrió.

Hubo mucha gente y mucho ruido. La demonstración ya se había acabado, pero el día era claro, soleado, y la gente no quería desaterse por las casas. Aquí y allí surgieron grupos de cantantes y bailantes – con las manos entrelazadas, la gente andaba por las calles, y cerca de una casa de madera se juntó un gentío bastante denso. Allí cantaban. Un hombre alto y delgado estaba dentro de la ventana, abierta de par en par, y cantaba.

Los amigos se pararon.

El delgado cantaba.

El camino a lo lejos corre, corre,

Y yo paso por él,

¿Quién sabe cuantas días y noches

Ya debo andar yo?

Con alegría empezo el camino,

Pero la lejanía es tan lejos…

¿Alcanzaré algún día,

O los vientos despegarán mi polvo

En montones de arena?

Sí, los vientos mi polvo despegarán …

Y la lejanía es holgada.

-Una canción extraña él canta – dijo Burkut–. Aquí regocijo, alegría, pero él de un modo…

-Supongamos que a nuestro estado de ánimo es ahora en el momento oportuno – sonrió ligeramente Akpar –. Como si con atención lo eligiera. ¡Ah, maestro, maestro!

-Vamos – se frunció Burkut-, he aquí se acerca la orquestra.

Ellos cruzaron la calle y se pararon, comprendiendo dónde debían ir. Y de repente Burkut cogió la mano de su amigo.

- Mira, mira.

Ellos estaban ahora en el otro lado de la calle al sesgo de la casa de Akhan. Y aquí en el piso superior con un agudo empujon, como de un puñetazo, se abrió de par en par el bastidor. El poeta estaba y miraba a la calle.

- ¿Qué hace él?- de repente gritó Burkut.

Akhan inesperadamente saltó en la solera y por un instante se quedó inmóvil allí, luego de repente hizo algún movimiento no atrapable y buceó en un abismo de tres pisos abierto delate de él.

-¡Espera! – gritó Burkut - ¡Que esperes tú! – y se echó a correr en el mismo lugar dónde ya se acumulaba y rápidamente crecía el gentío. El maestro estaba acostado con la cara hacia abajo de Puente, extendiendo las manos, y acerca de él rápidamente se lleno una balsa oscura. El ya estaba vivo, porque, cuando se acercó el militario (el gentío silenciosamente dejo sitio a él), se inclinó y cogió la mano de Akhan, el último lentamente abrió y cerró los ojos. Cuando cinco minutos después se acercó el doctor, Akhan ya era muerte.

Akpar casi con fuerza sacó a Burkut del gentío y le llevó a casa.

-Vamos, vamos – dijo él –. No hay que caer a la vista. Ahora tender lugar una instrucción, indagaciones, - cómo y qué – ayudarle de ninguna manera no puedes.

Ellos fueron al trimestre, y aquí Burkut se detuvo.

-No, tantas muertes no quedan impune – dijo él con una seguridad profunda–. Para cada gota de sangre de maestro alguien debe indemnizar.

-Seguro – apresuradamente enganchó Akpar -. Seguro, Burkut. Y aquí mi mano para ti. Venganza por el maestro.

-Venganza – confirmó Burkut. Se calló, pensó y añadió –. Venganza sin piedad a todos sus enemigos. A todos hasta el único.

II

Burkut tenía siete años cuando le del aúl trajeron y determinaron en el seminario conciliar musulmán de Karnacas – escuela superior de ciencia musulmana en Asia Central. Aquí el caloroso día de verano él recuerda hasta hoy. Era muy tenso y sin aire. El cielo desempañado brillaba por encima de la cabeza. El conciliar estaba en la colina y del debajo es visto sólo su cima – cúpula y minaretes – todo el demás se hunde en densa frondosa verdura. El muchacho andaba en el barrio, y en cada paso le encontraron ancianos en turbantes blancos con rosarios en la mano y mulos lentos con barbas agudas. Andaban aquí tranquilamente, hablaban silenciosamente. Los dos discípulos – vio él – se sentaban bajo el árbol en el infolio descubierto y perneando como lingotes de Madera, cantan algo. Pero pasó cerca de ellos un mulo, y ellos de repente subieron de un salto y saludaron. Y el mayor de ellos tenía ya casi treinta años. Burkut andaba y se sorprendía. Después de las montañas, orillas arenosas y lagos azules minaretes irisados, turbantes verdes, el vestido de dibujos abigarrado derribaba a Burkut con su magnífico alboroto de colores. El estaba preparado a sonreír y gritar de la sorpresa alegre, cuando miraba a las cúpulas de dibujos y cornisas mezquitas de Ahmet Yassav. El se conmovió hasta lágrimas cuando salía a la verde oscuridad densa de los jardines frutales, cubiertos del ojo ajeno con altas sordas duvalamas. Le derribaba también el lujo de los mercados – melones verdes, amarillos y naranjados, llenando con cintas serpentéales, asnos, cargados con cargas diversas, alfombras velludos purpúreos, extendidos justamente en la tierra.

Y aquí empezó la enseñanza y en primeros días él quería morir o huir de allí aún al extremo del mundo. Le pusieron de rodillas. De ninguna manera él no puso el ladino olmo árabe y por eso le batían, y él rellenó los ojos con lágrimas. En ningún lugar él no tenía asilo. Le irritaron amigos y aguijaron profesores. Así pasó un año. Pero en el principio del segundo, él ya leía ligeramente Corán, y alrededor de los veinte supo las lenguas árabe, pérsica, chagataya, citaba «Shah-Name», «Leila y Medzlun», contaba sin viveza cuentos de «Mil y una noches». Acaso en el fin saliera de él un mulo poco ordinario o aún un maestro de doctrina, si , cuando le cumplieron los trece años no se hubiera sobrevenido y no le hubiera llevado a Akshatir – gimnasio ruso. Yel primer día de su aparición en esta ciudad Burkut también recordaba con una claridad asombrosa. El recordaba las orillas rocosas de Irtish, la inmensa ciudad con calles amplias y extendidas, las casas de piedra de dos pisos, cubiertos con fierro: en los mercados y plazos- gentío, no parecido de ninguna manera a lo turkmeno – no turbante, no paranjá, tubeteica y malajay, sino algo completamente diferente – gorros, viseras, casquetes. En la gimnasia en el lugar de la lengua chagataya él se vio obligado a ponerse a estudiar el ruso. ¡Y cómo estudiar! Escribir dictados y composiciones. Por tres falsas ponían solamente tres, por cinco – mal, uno. El se atrancó en «satisfactorio», y nunca llegó hasta el cinco, pero hablar el ruso estudió magníficamente. También y el mundo alado de Asia, sus canciones, cuentos y poemas él no olvidaba. Ahora él estudiaba literatura caucásica clásica: «Kobandas», «Kozi – Korpesh y Bayan – Slu». Los delgadísimos litografiados folletos, publicados en Kazan y Tashkend, él contó hasta la abertura. Y también él quería los poemas de Abay. Ellos le recordaban sobre el aúl natal, sobre los días, cuando él junto con los amigos, con tantos pilluelos de los pies negros, corrió con la rejilla hasta el lago a pescar. Hasta hoy en su memoria se atrapó un recuerdo, pero cierto, con nada notable. El va a las orillas del río a través de un no grande, pero muy alegre verde boscaje y lee en una voz medios los poemas de Abay. Alrededor es un montón de paseantes, pero a él nadie presta atención – así va y va el jóven, lee poemas y lee. Puede ser que él se diverte un poco, ¿a quién le importa?. Acaso todos sean un poco abirrachados en esta clara, cálida tarde de mayo, una tarde de junio. Pero en esta tarde no remarcable y en general parecida a todas otras tardes, Burkut sintió en si un temblor del naciendo elemento. Posteriormente él dijo sobre si mismo:

«En esta tarde oí en mi rugido del león». El llamó rugido del león la voz de la musa. Este día él escribió el primer poema. La mañana siguiente – un otro. Después de eso – el tercero y el cuarto. Poemas borbollaron en él con tanta fuerza que él andaba todo el día como ensordecido de su resonancia. Y esta resonancia le rodeaba por el día, obligaba cantar de paso, se desgarraba en el papel y lo desgarraba. Un año después hablaron de Burkut, después un año más él se encontró con Akhan y se hizo su discípulo. A partir de aquél día en sus poemas, cantando hasta aquí él momento sólo sobre amor, naturaleza, kumís y amistad, se parecieron palabras: «Tierra paterna», «Mi Kazán», «Hermano kazajo». Eso coincidió con la revolución, con tiro en las calles con banderas rojas, con alguaciles detenidos y con las tiendas de «Hermanos Shahvorostov» completamente destruidas. La gente empezó a dividirse en partidos, y en una calle aparecieron barricadas. Un hombre alto y delgado con pelo largo y en quevedos declaró sobre la creación de la república soviética. Este día Burkut escribí su poemas «Mis hermanos kazajos», y en ellos no había ni alegría, ni sensación de la felicidad, sino aparecieron tristeza amarga, reflexión del pasado y temor del futuro. La alegría, que de parte a parte penetraba en sus primeras ya a veces no tan perfectas canciones, desapareció a partir de aquél día. Y en estos años difíciles y falleció Akhan. Su muerte fue para Burkut como un golpe bajo el corazón. El no pudo ni reconciliarse con eso, ni explicarlo. «Pet, él no se suicidó, le simplemente mataron»- dijo él y se recordó de los dos armados en rojo, y cuando le preguntaron: «¿Pero quién le mató?» - callado enseñaba con mano hacia Occidente. Y aquí en este tiempo se adueñó con su alma Akpar. Como si el destino les hubiera creado para la amistad, o , viceversa, para una enemistad mortal con uno el otro.

Ellos nacieron en un volost, en el mismo año entraron en la gimnasia y lo graduaron simultáneamente. Se sentaban en el mismo pupitre, galantearon de las mismas chicas, y los amigos decían sobre ellos: «Sí, amigos, pero son enemigos», «Aunque enemigos, son amigos». Y cabe decir, que causas para eso eran muchas. Empezar de los poemas. No hay, se cree, algún kazajo, que en su juventud no escribiera poemas – en algún tiempo lo escribía también y Akpar. El periódico regional publicaba sus bastante animadas canciones, después El pasó a las revistas «Aykap» y «Sana» y ahora empezó escribir poemas.Es cierto que la poesía era en ellos no mucho, pero ciudadanía – tanto como se quiera. ¡Y qué ciudadanía! El poeta joven recordaba de Alash – khan, del khan Ablay, Kenesar. A todos ellos El llamaba a levantarse de la sepultura y llevar a su nación a la victoria o a la muerte. Las palabras fueron fuertes y solemnes, cada renglón terminaba con signo de exclamación. Akhan, leyendo estos renglones, dijo no con seguridad especial: «Vamos a ver, tus sentimientos son buenos, por ellos mucho se perdona a ti».

Y eso fue el único elogio, que el maestro confirió a él. En cambio, al Burkut él elogiaba mucho y gustosamente. Qué-qué pero la continencia y el tact sabio le faltaban al maestro. El sea destruía, sea elevaba hasta las nubes. El simplemente llamaba genio al Burkut. Eso fue la primera causa de la rivalidad.

La segunda tenía un carácter un poco diferente. Los ambos amigos-enemigos se apasionaron por la misma chica, y ella prefirió a Burkut. A la chica llamaban Olga, ella fue la hija del director de la gimnasia. Una alta guapa rusa con ojos claras grandes y con una trenza hasta el suelo. Los ambos poetas le dedicaban poemas, ambos le escribían en el álbum, ambos creaban canciones para ella y ellos mismos los cantaban. Olga había crecido en estos lugares, y la lengua de los kázajos era como materna para ella. Y lo, que ella sin embargo prefirió a Burkut, sumió a Akpar casi a desesperación. El verdaderamente no podía entender por qué Burkut siempre aparece en el primer lugar y con qué este palurdo no cepillado, crecido en el aúl, es mejor que él- él no es un improvisador, ¿no?, y su técnica del poema no es muy bueno, y la lengua es desarrollada no tan fácil y libre como la del Akpar. Pero como un hombre inteligente y práctico, Akpar enseguida entendió otra cosa: es tontería tener enemistad con él a quién puedes utilizar. Hay que solamente encontrar la palanca correspondiente y apretarla. Y tanta palanca se encontró- eso fue la muerta del maestro. Desde aquí y hay que empezar.

Y Akpar empezó. Cuando él dijo a Burkut que sea buen preparar comida de exequias – pronto llegaría el cuarenta día desde la muerte del maestro- Burkut aún tuvo lágrimas. «¡Sí, seguro, seguro!» - exclamó él.

-Sólo hay que cuidadosamente formar la lista de invitados – dijo Akpar. – En ningún caso no es permitidle que en esta comida de exequias se aparezcan extraños.

-Es así – se acordó Burkut.

-Pienso que nos uniremos en el restaurante de Potapov. Allí durante el día es tranquilo. Vamos a coger un gabinete separado y cerrarnos.

Habrá algo de hablar.

Burkut se acordó con eso también. El restaurante de Potapov en la verdad como si fuera construido para tantos encuentros. Como los restaurantes semejantes de los tiempos de NPE él era colocado con palmas artificiales, envueltos en un fieltro agitado con hojas enormes de una viruta pintada inscrito con ninfas y bacantes. En él jugaba la orchestra rumana – violin, guitarra y piano, - cantaban los gitanos, detrás de las mesitas sentaban mujeres con círculos azules alrededor de los ojos y vivo venenosos, como laqueados, labios. Hubo en el restaurante mucha seda, raso, batista, olía a polvos, con cebolla frita, sigarillos. En generla, todo como es debido: la música retumba, los gitanos vocean y chillan, y todo el tiempo por el salón pasan corriendo los camareros con lazos negros y con solapas brillantes. En total, el restaurante es como un restaurante. Todos los restaurantes de NPA son aprosimadamente así, unos un poco limpios, mejor, otros más simples y más sucios.

En el cuarenta día a los visitantes les llevaron a un separado gabinete «de comerciante», eso es un cuadro bastante grande para cuarenta personas. En el centro hay una mesa, dentro de la mesa en toda la pared es pintarrajeado «El último día de Pompey». Y, mirando a él, Burkut pensó: pero lo que en elrestaurante, donde se unen los NPE, putas y desfalcadores, apareció exactamente esta pintra, tiene algún sentido supremo.

Hay bastante de visitantes, pero ellos se sientan tranquilamente, en la mesa no hay ni vino, ni vodka, sólo jarrones con kumís y comidas nacionales. La mesa está encabezada por Burkut, al lado de él está su paisano (ellos son del mismo aúl) y el pariente lejano Hasen – también poeta y cantante, ero sus canciones son completamente diferentes de las de Burkut – por que él es de los pobres, como su padre trabajaba de braceo ora para los ricachones, ora para los kázajos, ora para los rusos y legó a su hijo – aguantar y trabajar. Y no habría podido Hasen evitar este destino paterno si no hubo la revolución. Por qué le llamó aquí Burkut, no es completamente claro. Es que él es enteramente de otra compañía. Akpar está al lado de la ventana, fuma y mira a Burkut. Hasen quería tomar la dombra, pero solamente tocó con los dedos las cuerdas y puso a un lado.

-Hay nadie para jugar en él, nadie – respiró Burkut–. Murió nuestro cantante. él nos dejó en el momento más difícil. Voló...

-¿Dejó, dices?¿Voló? – Akpar movió la cabeza.

-No, no voló y no dejó. No se fue de la vida, sino le expulsaron. De la batida terrible se escapó. Le ya por los talones cogieron los perros, pero El les engañó con astucia y se escondió.

Hasen revolvió y miró a Burkut.

-Qué, se puede , seguramente, deci, que se fue - habló Burkut -. Pero diga lo que qiueras, la verdad es lo único – el maestro no está. Pero, dejándonos, él legó: «Hojis míos, kázajos, cojan fuertemente las manos, no pierdan uno a otro de la vista. Somos el color de nuestro pueblo mártiro – su única esperanza. Su deber ante ellos es aunarse, Aunarse por el nombre de la lucha. La lucha será difícil y no igual, mo muchos pueden sobrevivir, pero otro camino no tenemos».

-No hay otro camino – como eco confirmó Akpar. Y Hasen de nuevo un poco tocó las cuerdas, y, como respiración, volaron por la habitación los sonidos tristes de «Aksak-Kulan». Burkut miró a él y continuó:

-Pasaron cuarenta días. ¡Solamente cuarenta! Pero a mi me parece que un siglo medio ha pasado. Ni una noche desde el día, cuando ví el cuerpo del maestro en el puente, no pegaba los ojos. La maldad me ahoga, amigos. Es que ciertamento dijo Akpar – el maestro no falleció sino le asesinaron, con fuerza le meteron a la sepultura, y n hay nadie para exigir respuesta. Pasaron los tiempos, cunado el bracero cogió la espada y salió sólo contra cuarenta enemigos. No vimos ahora enemigos - ni uno, ni cuarenta. Pero se derreten ellos bajo cada arbusto. Comprendí eso en aquellos días terribles. La muerte de Akhan-ajá es un objetivo terrible para nosotros todos.

Los sonidos de la dombra se callaron. Hasen lo puso cuidadosamente en el armario y se levantó:

-La muerte de Akhan es una herida incurable –dijo él-.Cuando estaba al lado de su sepultura, nu pude hablar, solamente lloraba. Es que nosotros todos pasamos por nuestra estepa natal, en todos nosotros desde el mismo cielo brilla el mismo sol, nos rodean las imsmas montañas y he aquí lees las canciones de Akhan que todo eso él veía con ojos de genio- más brillante, más colorado, más abultado que nosotros. Y cuando escuchas sus canciones, tú mismo ves tu estapa natal tan brillante, colorado, rico.

-¡He aquí! –gritó Burkut-. Dijiste las palabras más necesarias. ¡Ni olvidar su muerte, ni perdonar! ¡No hay perdon para ellos! ¡No hay y no habrá!

-¿A quién?- preguntó perplejamente Hasen.

-A sus enemigos, a los culpables de su muerte.

-A los culpales –respiró Hasen-. Aquí es la desgracia, cariño, que no hay culpables. Hay culpable. Y este culpable es él mismo. El mismo se asesinó, y su merte es, cierto, una lección. Pero una lección a todos nosotros. Quién se ha lejado de la nación – él murió. Y tú esta lección, Burkut, aprenda como es debido. Recuerda la historia de Casim.

-¿De Casim?- perplejamente volvió a preguntar Burkut-. Piensate sobre esta historia. Piensa cuidadosamente sobre ella.

Y la historia de Casim fue así: una vez el viejo Mildabek de la familia de arguines llevó consigo de Acshatir a su aúl a un huérfano, a un muchacho ruso de siete años – Colya. Colya tenía los ojos azules, de cabellos rizados y tan ajenos de la vido de los adultos, que aún no conocía su familia. Llevaba el viejo a Costya como un zagal, pero dejó en casa como su hijo – él tenía no hijos- y a Costya pronto rellamaron Casim Moldabecov, y él empezó a llamar a su amo ake- padre y a la casa de ama Bigayca - apa-madre. Le vistaron los padres adoptivos malajayo kázajo y chapan kázajo, le vistieron para el día de un chuvaco (muchacho) y cazas de dibujos para las fiestas.ó y aquí hasta el servicio millitar see quedó kázajo Casim. Jugaba con chicos en los asikos, cantaba «Kamadzay», asistió en la bayeta, cuando tenía decinueve años le llamaron al servicio, afeitaron, le vistaron de soldado, enseñaron de aluna manera.

Disparar y anviaron a la frotera occidental. Pasó el verano del año 1916. En 1919 Casim volvió a su aúl natal. Y no volvió a una ocasión de alegría – en vez de su aúl natal él encontró ruinas hasta montones de cenizas dos días antés de su llegada aquí pasearon los Dutovesos. Los dutovesos, llamados por los parientes de Casim hicieron picadillos - «¡No ayuden a los bolcheviques, perros!». Todo el día vagó Casim por el aúl derrotado, se sentaba al lado de las viejas que sollozaban, hablaba con los viejos, como si fosilizados de la tristeza. Por la tarde al aúl llegó a galope un destacamento de soldados del Ejército Rojo. Ellos fueron enviados a persecución de los Dutovesos. Sin embargo, con la petición de las viejas el comandor del destacamento dej una docena de combatientes, para cavar tumbas- es que a ningún hombre sano no habían dejado vivo los bandidos. Hasta la tarde se continuó la ceremonia de los fallecidos y la despedida lagrimal con ellos. Y cuando ya completamente oscureció, los combatientes que no podían más terminaron de cavar la hondonada enorme – la sepultura fraterna – y empezaron a poner allá a los talados y disparados- ponían en fibranas. Llegó el turno y al cuerpo de la madre. Le revolvieron en un cobertor de lana antiguo, y Casim en sus manos lo llevó a la tumba. Y aquí cerca de la hondonada le detuvo una vieja, ella cogió la mano de Casim – cojeada, despeinada, delgada, horrorosa como una bruja – y gritó:

-¡Ay, Casim! ¡Nuestra luz Casim! ¿Qué hemos hecho a estos verdugos de ojos azules? ¿Por qué ellos así con nosotros? Luz nuestra Casim, tú mismo has estado con ellos y eres uno de ellos, ¿no? Dinos, ¿con qué, con qué les no hemos complacido?

-¡Espera, madre! – dijo Casim casi tranquilamente-. ¡Deja enterrar, después hablaremos!

Pero hablar con él no se logró. Por la mañana los soldados del Ejército Rojo le llevaron en el capote. Un pie fue descalza – él se había disparado en el pecho. Con e dedo grande del pie apretó el gatillo. Cerca estaba tirade el fusil. La bala pasó – desde el dedo hasta el corazón. Le llevaron a la comarca, y un año él estaba acostado en el catre del hospital. Volvió al aúl en primavera de 1920 y enseguida en el mismo lugar cerca del lago empezó a construir. Así surgió un aúl nuevo.

Esta triste y con eso también y dorada historia humana sabían muchos. Lo sabía y Burkut. Una vez él aún quería escribir un poema «Hermano».

-Y así – dijo Hasen mirando a Burkut ininterrumpidamente–. Piense bien sobre esta historia y entenderás algo. En el año 60 luchábamos para la libertad nacional y en aquél caso también no contra los rusos, sino contra el zar ruso. Y ahora, cuando los rusas han logrado libertad para tods nosotros, las naciones del antiguo Imperio Ruso, nuestro camino es andar con ellos.

-Los rusos hicieron perder al maestro – dijo Akpar.

-Tonterías, tonterías – se frunció Hasen–. Akhan se suicidió porque no ennontró un lugar para sí en la vida. El entendió: la nación no necesita ni a él, ni a su enseñanza, eso significa, que hoy hay que aceptar su error, alejarse de lo que hasta aquel día él enseñaba, pero para eso le faltaba valor. La muerte fue más accesible. Eso es todo. El, quién no quiere vivir, seguramente puede seguir a su ejemplo, pero él quién sabe bien su día pasado y vive con el día de hoy – él espera para la mañana. Esta mañana no hubo para Akhan.

-¿Y El hay para ti de verdad – se rió Akpar – y estas seguro que lo sabes? ¿Puedes contarme a que eso se parece? ¿Te no ha enseñado nada tu pasado? He aquí, Casim, a cuyos padres asesinaron los rusos, entendió algo, ¿y tú? ¡Espera, oiga a mí! – ¿Quién no ha devastado, no nos ha robado, no ha matado a nuestros íntimos, no ha quemado nuestras tierras? ¡Aquí con un sólo Chinhiz – Khan y Temur no puedes acabar! Hubo también hunos, jungares, y allah sabe quienes más. Y nosotros no fuéramos vivos en este mundo, si nuestros khanes no prepararan, no se echaran a los pies de los zares y zarinas rusas. Verdad, la libertad ellos perdieron, pero la nación defendieron. Gracias a ellos también para eso.

-Agradeces en vano – se rió un dziguit delgado, alto, que estaba al lado de la puerta–. fusilaron al último Romanov.

-¡Verdad!- exclamó Akpar –. Fusilaron. Ahora de nuevo somos libres. «Kaz-aj» en la traducción significa «hombre libre». Y ahora ente nosotros está una misión santa: unirnos. «Todos los kázajos en una familia». Eso es que debemos escribir en nuestras banderas.

-¿Pero qué te molesta? – enfadado se frunció Hasen-. Bajo esta bandera todos andarán.

-¿Sí? – burlonamente entornó los ojos Akpar- ¿Y qué sobre la luch de clase? ¿Derechos iguales? ¿Rusos? ¿Clases? ¿Ricos y pobres? ¿Religión? ¿Costumbres de los abuelos? ¿Qué hacer con todo esto? Bolcheviques dicen: ¡machatas bajo las cuadras, topetudo robo del rico, las mujeres adelante, los hombres detrás, a los viejos de la barba! Pero nosotros lo no queremos. Lucharemos.

-¿Con quién? – gritó Hasen y subió de su lugar - ¿Por quién? Eres un hombre tonto. ¿I qué te parece, que en estepa o hay ricos y pobres, sí? ¿No hay bai y bracero? ¿A quién tú lo dice? –¡ a mí, hijo de bracero! Ay, tú... – El no terminó.

-¡No dividas, no dividas mi nación a dos partes – gritó Akpar y enrojó con kulak a la mesa-. Ella es y sin este poco.

Así hacen todos los traidores. Es una regla antigua: «¡Divide y domina!»

-¿Qué crees, a qué llamas? – gritó Hasen -. ¿No ole con sangre y pólvora de tus palabras? Tú quieres que a la estepa de nuevo llegan khanes sangrientos y detrás de ellos salpiquen coloneles en caballos blancos. Que de nuevo quemen y corten. ¡No lo seré, Akpar! ¿Oyes? - ¡No lo seré! No volverás el pasado, La nación que desde tiempos inmemoriales vagaba por las estepas como en estado de saigas, encontró a un pastor.

-¿Y este pastor es el soldado del Ejército Rojo con una estrella en el casco? ¡Les vimos cuando ellos iban a detener el maestro! – Se rió Akpar- ¡Dios con él, con tan pastor! ¡No le necesitamos! ¡Y no compares con un estado de saigaces a nuestra nación, sino con estado de águilas, así será más exacto. Y a ti, Hasen, te digo: no estés a través de nuestro camino, no seas nuestro enemigo – aniquilaremos.

-¡Eso vamos a ver! – subió de la mesa Hasen –. No tantas amenazas y no de unos como tú he escuchado.

-Yo no amenazo, yo digo: vas contra nosotros – pierdas la cabeza – retumbó Akpar.

-¡Basta, basta! – gritaron de diferentes partes - ¿Nosotros, qué, al memorial hemos ido o a batalla?

-Y verdaderamente basta – Y Hasen cogió por la mano la dombra, y de nuevo sonó la melodía de plata de «Aksak – Kulan». El ruído calló enseguida. Se volvió muy tranquilo en la habitación y en este mismo tiempo el sol entró en la habitación. «El último día de Pompey» purpureó como una gran herida.

-¡Ay, maestro, maestro! – respiró Burkut - ¡qué hiciste contigo y con nosotros! Por lo menos sintiera lasima de nosotros, si no de tí.

-Sí, la nación nunca perderé a los bolcheviques esta muerte.

-¡Habla solo sobre tí, no del nombre de la nación, ell ate para eso no ha apoderado! – gritó Hasen.

-¿Eso por qué? – se sorpresó con arrogancia Akpar - ¿Qué, yo no soy el hijo de mi nación?

-¡Hijo! – Hasen aún puso a un lado la dombra - ¡Buen hijo! ¡Hijo con pupitre en la mano! Y quieres con este pupitre llevar a tu nación como avenas al abismo. Tú y he aquí tu amigito – El indicó a Burkut.

-¡Ay, tú…! - Burkut se atontó tanto que enseguida no pudo encontrar las palabras necesarias. - ¿Perot tú mismo quién eres? Yo sor cantador, akin, poeta, canto de los sufrimientos de mi nación, la nación es el poeta de mi canción. ¿Y qué haces tú? ¡Dime!

-¡Lucho con aquellos como vosotros! – gritó Hasen y arranco el mantel de tanta manera que los cubiertos cayeron. Todos subieron de sus sitios.

-¡Deja! – vociferó Burkut y se escape de las manos del vecino.

No se puede saber con que todo eso se terminara si la puerta no se abriera de súbito y no se entrara el camarero con servilleta debajo de los sobacos.

-¿Han llamado? ¿Quieren encargar algo más? – preguntó él, y estas tranquilas, habituales palabras y, lo más importante, la voz con que ellos se pronunciaron pusieron todo en su lugar. Burkut se bajó pesadamente. Hasen de Nuevo cogió la dombra y empezó a tocar las cuernas tranquilamente. Akpar fue a la ventana.

-¿Cuando de nosotros? – preguntó alguien de los invitados.

-¡No se molesten, para todo es pegado! – se frunció Akpar y se alojó del camarero – ¡No, no necesitamos nada más! Ahora vamos a marcharnos.

-He aquí que quiero decirte – frunciado dijo Hasen a Burkut, cuando el camarero se fue – Tú, seguro, eres poeta.

Y aún buen poeta. La nación canta tus canciones. Todo eso es cierto... Y sin embargo no conoces a tu nación. No la conoces completamente. A nueve aúl en el lazo no se puede traer. Tú simplemente temes de tu nación. Temes de tu sinrazón. Pero prueba, supérate, sale, mira, conserva con la gente, piensa sobre lo que has visto y escuchado, y después hablaremos, pero así ¿qué valor tiene gastar palabras?

El se marchó y con él todos los demás. Pronto en la vacía habitación se quedaron sólo dos: Burkut y Akpar.

-¡Sientate! – invitó a su amigo Burkut- ¡Mira como todos de pronto corrieron! Uno detrás del otro. He aquí. Akpar, eso es el precio de sus palabras y hechos. Cuando se logra al hecho, todos corren. Y aquí aún alguna tarea no había, solamente palabras hororosas «kázaco», «nación». – El reyó curvamente –. Ahora y de estas palabras debemos temer.

Axpar callaba. El sentaba y le miraba con clara burla, y eso en fin hizo a Burkut explotar verdaderamente.

-¿Por qué te ries? – preguntó él. – Lo que yo dige te parece ridículo, ¿sí? ¿En este caso por qué no te fuiste con ellos?

Akpar no se muvió.

-No en la cierta dirección miras – dijo él. – No puedes distinguir al amigo del enemigo y por eso estas solo. Y estarás solo. Pero recuerda: nosotros ambos asistiremos a la muerte del maestro. Miramos también a sus asesinadores, ¿cierto?

-¿Y qué? – preguntó Burkut.

-Y las últimas horas también él pasó con nosotros, ¿cierto? ¿Lo entiendes o no? Tú dices: «marchate». Yo no puedo ir de tí, maestro nos testó a continuar su trabajo. Así qué son ante eso nuestros discordias y zacapelas pequeñas. Y al fin y al cabo ¿el problema es lo, que tus canciones son mejores que los míos, que Olga te ama y está indiferente a mí?

¡Así es la vida! No, no sobre eso debemos pensar ahora. He aquí mi mano – tú no has tenido un amigo más fiel y más dedicado a tí como yo y no hará, si tú verdaderamente estas preparado a tomar todo este peso en tus hombros.

-¿Cuál?- preguntó Burkut.

-El peso de la liberación nacional, cariño, lucha por su nación. ¡Dame tu mano! Pesado puede ser, aún por encima de las fierzas este peso, pero además de ambos nosotoros nadie va a aceptarlo. Has visto que tuvo lugar aquí. Akpar atrajo la palma. Nurcut lo apertó en una posición amistosa y todo un minuto estaron ellos así son mover.

El primero aflojó la mano Akpar, él se arrastró en el bolsillo y sacó la pistola browinig.

-¡Toma! – dijo él –. Yo tengo. ¿Puedes utilizarlo? ¿No? – Akpar muvió la cabeza-. Eh, tú, combatiente, no puedes nada, pero no hay problema, lo enseñaré. Es una cosa necesaria. Mueves el dedo y no hay el hombre.

Es cargado.

Burkut cogió con precaución la pistola browning, revolvió en las manos y lo volvió a Akpar.

-Cogela. Yo no lo necesito. Yo, cierto, no puedo utilizarlo. Pero no es necesario para mi. Mi arma es la palabra.

Akpar puso la pistola browning en la bolsilla.

-Bien, vamos, - dijo él –. Con palabra no harás mucho – no muchos lo entienden. Hay que tener también eso – él agrietó con la puñada. – en lo dientes. ¡Pronto tú también lo entendrás! ¡Bien, vamos!

Ellos salieron al delantero. Estuvo muy ruidoso en los salones, ya alcanzaba a peleo. Un dziguit enorme abigarrado – por supuesto, hacía caer a alguien, revulvió el hombro de un aborrachado. El aborrachado

Algo ....

De la sala se oyó risa, gritos de aborrachados, de repente el torrente golpeó y se llenó la harmónica.

-Festín en el tiempo de peste-, dijo Akpar.

-¿Te recuerdas con Jayam? – sonrió dolorosamente Burkut.

De flechas que establecen la muerte, no encontráramos un escudo,

Y con pobres, y con el rey lo es igualmente escarpado,

Para que vivas con delicia –para la delicia vive

Todo lo demás, confía, es agitación solamente.

-¡Magnífico! – se reyó Akpar-. Si es así, ¿por qué se volvió a una tarea? ¡Revolvereos, encargamos una garrafa para si, una botella de champaña para las bellas, así es! ¡Vaga, alma, como estas vivo!

-¡Eso es cierto! – respiró Burkut. - ¡Vaga, alma!

Y ellos ambos salieron a la calle.

III

El verano en este año fue caliente y amistoso. El invierno nevoso en cierta medida se cambió enseguida por la primavera caudalosa. Se derramaron los ríos e inundaron campos y bajíos a centenares de kilómetros. Es realmente donde era un paraíso para los gansos y los ánades salvajes! Han llegado incluso los cisnes. En las llanuras cubiertas de hierba dolían los oídos del ruido multilingüe y de los gritos. Parecía que todoslos aves del mundo se han reunido aquí. Y el cielo estaba de color azul, y este color fue profundo y húmedo, como sobre el mar. Al comienzo del verano las tormentas han sido con aguaceros y truenos, pero en junio el clima se estableció, la tierra se secó, y tales hierbas pomposas y altas se levantaban de repente en las estepas que los ancianos solamente balanceaban las cabezas. Dijeron que hacia treinta años que no tenían tal cosecհa. Y cuales abigarradas parecían las estepas! La estipa plumosa superligera y plata, como si todo el tiempo tiende a volar; el trébol rojo azulado, tan alto que podía ocultar fácilmente una liebre; el ajenjo azul y amarillo; y al fin allí, donde la estepa convenía al río y se hacía húmedo eran las selvas de caña.

Y en este tiempo bueno Burkut iba en su caballo a Akpar. El iba no teniendo prisa, había sido detenido por largos períodos de tiempo en los estacionamientos nocturnos, incluso los pueblos similares. A cuarenta millas de su aúl ha encontrado al mensajero de Karymsak, el padre de Akpar. Fue este mensajero ágil, muy joven, y lo llamaban Arin. De este lugar viajaban juntos. Iban por la tierra virgen. La hierba crecía aquí en modo que únicamente las cabezas de los caballos eran visibles, y cuando el viento corría por el monte cubierto de hierba, la hierba crujió y se fue a las olas.

Arin comenzó a cantar algo sonoro sobre el amor y su querida y de repente sacó su guapo con látigo en los lados y corrieron a la raza con Burkut. Pero Burkut no quería conceder. La ambladura tomaba constantemente los primeros premios. Este caballo tiene un funcionamiento calmo y suave, se sienta a El, toma en las manos, él correrá así que las aguas no echarían.

El caballo de Arin en seguida se quedó detrás, y Burkut se sentía como una gaviota sobre el mar, el cielo infinito sobre él, la estepa despoblada y infinita bajo él y ante él – tira más fuerte, ulula, asesta un golpe al caballo con látigo, y, parece, no se jalaré, pero se separaré de la tierra y volaré.

En esos momentos, especialmente aguda te llega la belleza del mundo. El espacio ilimitado, el aire, infundido con la hierba de la estepa, el cielo, el argamak sencillo. ¡Y todo eso es el tuyo! Tu patria, tu país, tu hogar.

-Descansamos aquí - dijo Arin, galopando a Burkut -, Baje el sillín. Que los caballos pasta Ellos apearon los caballos y cayeron a la tierra.

Mira, aquí hay fresa, — dijo Arin, — cuales bayas! Acuéstate, Acuéstate y mira abajo, ¿ves cual es?

Realmente, una tal grande fresa Burkut veía por primera vez. El comió y comió, y no podía pararse. Y pronto empezó a oler como las fresas.

— ¿Realmente extrañabas la estepa? – preguntó Arin.

— ¡Wow! Como el pez extraña el agua - aún gimió Burkut. – Como salpica el pez en la tina, empujan los compradores, agarran bajo las branquias, pero el todavía piensa en su río.

Arin sonrió y se acostó en su lado.

— Si, está bien aquí, - él dijo -. Silencio, espacio, libertad. La fresa madura, el viento agita la hierba, cantan diversos pájaros. Está bien! ¡Vale! Mira! Pronto no vas a ver todo esto.

— ¿Por qué? — sorprendió Burkut.

— Porqué no habrá nada. Pronto cavarán todo esto. Comenzará funcionar el ferrocarril. Ot – arba pasará.

— ¿De donde lo sabes? — Burkut se levantó.

— Un comerciante vino de la ciudad y lo dijo. No sé es cierto o no. Sería bueno si no era cierto, pero la gente está preocupada.

— ¿Y por qué él tiene que preocuparse?

— ¡¿Como no?! A veces, alguien llega en shaitan – arbe, y las conversaciones duran un mes entero, dicen, que aquí hay tal milagro - lanza chispas, el humo de ella por los clubs sale y come los ojos, y en El cinco mil persona con las palas y con las piquetas están sentadas. He aquí una docena de veces, rodará en la estepa tal ig – arba, ¡y el fin de la estepa! Toda la estepa desgarraran, ararán, construirán algunas barracas. Fiestas comenzarán, los chicos rusos andarán con acordeones en aules -¡ y el fin de todo!

Sí, sí! — pensó Burkut —, y esto dice lo mismo que Akpar. Apoyará en la estepa kazaja la gente rusa, se levantará por los ladrillos y granitos en el lugar de los vastos espacios, y nada se quedará: ni las canciones, ni las costumbres, ni las tradiciones. Y dirán: « Ama la estepa — ella es tu patria », - y para qué necesito tal patria '?Eh, iremos adelante, - el dijo, levantando de la tierra, - ya el sol pone.

Y estepa comenzó a calmarse. El viento soplaba ahora débilmente, y no rodaban las hierbas por las ondas, el viento apenas se movió sus cimas… Callaron y los pájaros. A lo largo de la carrera era sensible y frágil silencio, lleno de pequeños sonidos sutiles cautelosos.

Pero en el oeste la puesta del sol lentamente se llenaba y se hinchaba por el oro.

- Ahora el estacionamiento nocturno ya es cerca, - dijo Arin, - de diez millas es el aúl de Takezhana. Es verdad, la gente es pobre, pero las muchachas son tulipanes. Yo conozco a todas allí, sólo dime, a donde llevarte, a las muchachas o a las mujeres jóvenes?

- Yo necesito los ancianos, - dijo Burkut, - ¡quiero hablar con ancianos!

-¿Y por qué les necesitas? - desconcierto se volvió hacia él Arin y al no recibir respuesta, terminó: - Pues, llevare a lo mismo Takezhan. El está feliz de recibir a los huéspedes.

Lule se encontraba en la orilla de un lago, entre las carreras. La yurta de Takezhan era la primera.

Cuando ellos entraron, comenzaron a prepararse para la noche. Al ver los huéspedes el viejo se alarmó: ordeno a inflar nuevamente el hogar apagado, traer el estiércol seco, encender la lámpara. El era fuerte, de huesos grandes, bronce del sol despiadado de la estepa. El ciertamente quería entretener a los visitantes con la carne, y ya había enviado alguien para traer la oveja, pero los huéspedes solamente pidieron extender las camas y se dormían.

El día siguiente Burkut se levantó antes del amanecer por el hábito urbano, se puso sobre los hombros el chöpönbueno, absolutamente nuevo (especialmente lo llevo por la camina) y salió de la yurta. Se sentía descansado y dormido, pero no cuerpo dolía y latía porque no era acostumbrado, ¡no es una broma pasar quince horas en el sillín! Pero también sabía que en media hora, esta debilidad desaparecerá por sí mismo, y sin pensar más en ella, fue hacia la colina más cercana. Al pasar junto al patio, un perro largo y negro del tamaño de un ternero se levantó del suelo y movió su cola, y dos grandes perritos colaron a Burkut, todo el tiempo lloriqueando suavemente, tambaleando y rebotando: los perros del aul están también hospitalario como sus dueños. Burkut ascendió a la cima de la colina, o mejor dicho, una pequeña colina cubierta de hierba.

Bajo sus pies yacía el lago - sobre él navegaba la niebla de la mañana mechosa. No había ninguna señal de algún ganso o de pato – soñaban, probablemente en las cañas. Y las cañas eran como una pared sólida, y por eso los bancos no eran visibles. El lago dormía, así como el aul. Estaba tranquilo, calmado y totalmente desierto. Y este silencio y la tranquilidad abrazaron Burkut también. "Esperaré a la salida del sol", pensó y tiene abajo en la piedra, desconocido como que ha acertado en esta cima. Diez minutos después, en el este pareció una raya oscura y rosada. Ella crecía, se hinchaba, se llenaba por los tintes nuevos , todo en la naturaleza se había esforzado y quedado inmóvil, esperando algo nuevo, brillante, inesperado. Y aquí comenzó la mañana. Todo a la vez adquirió su lugar y la forma. La caña se hacía verde, el cielo y el agua de lago eran azul y horneado en el lago también se hacía azul. Se voló y estalló la alondra.

La mujer con los cubos y un yugo salió a la calle, corrían después de ella los mismos cachorros amarillos; bramaban vacas y las ovejas de los votos emitidos. Humo azul oblicua sobrevolaba el aúl. De una gran carpa en el centro de la villa salieron delgada, esbeltó chica con trenzas negras (casi hasta el suelo) y un gorro. En sus manos estaba el fondo de la cubeta, y los llevó de manera tranquila y suave que la pelusa amarilla más ligero en casquete se mantuvo completamente inmóvil. El ruiseñor cantaba, crepitaba en los arbustos y ahora empezó a cantar chica. Burkut no entendió las palabras, y ni siquiera los escucho, porque no en las palabras, fue el caso – la chica cantaba de la alegría de la vida, de la felicidad de haber nacido en esta tierra, que tan temprano, temprano en la mañana, cuando todo el mundo duerme y el sol acababa de levantarse subir, tomar un cubo y en silencio, sin despertar a nadie, dejar la estepa aquí en este cap, en esta luz ropa de verano y que ande una brisa, el sol brille y ladren cachorros divertidos torpes.

«Sí - pensaba Burkut - ¡y en esa belleza, en esa alegría es el sentido de mi existencia! Ay de aquellos que quieren destruir todo esto».

Burkut amaba la naturaleza, la sintió con cada célula del cuerpo, pero era caro especialmente caro el tiempo, cuando se maduraban las hierbas y yurtas se destacaban en las curvas de los ríos. En verano después de la finalización de las clases él siempre se precipitó a su aúl natal, aunque vivía poco en el aúl, lo ha abandonado temprano y no ha conservado ningunos recuerdos claros de la infancia.

Pero ahora anhelo por estepas lo condujo fuera de la ciudad, obligaba a pasar los meses del verano en la carretera y finalmente se acercó con tal fuerza que el concepto de "paso" y "pueblo", "estepa" y "patria" se convirtió en su ambigüedad. Probablemente eso es la causa que sus mejores poemas estaban sobre la dzhaylya y trashumancia.

Así Burkut sentaba, pensaba, se acordaba, hasta que alguien tocó suavemente en el hombro. El miró atrás. Antes de él era el hombre viejo Takezhan. Takezhan estaba de pie, apoyando con todo el cuerpo en el palo, y miraba a Burkut divertido, simpático y ligeramente burlona.

- ¿Bueno, has restado del camino? – preguntó él-, sé lo que significa conducir un centenar de kilómetros en caballo a través de la estepa. ¡Para pastorear eso es diversión para un habitante de la ciudad es la muerte! ¿Es así?

- Bueno, aunque no del todo es la muerte - sonrió Burkut - Estoy muy cansado . He llevado el caballo a todo galope! Todos ansiosos eran por ver dzhaylya! ¿Cuando, pienso, llegaremos? Y ahora no puedo mirar a saciedad. ¡Tenéis Buena tierra! No puedes arrancar los ojos de ella. Y las hierbas que amistosas son en este año. Durante toda mi vida las vería. No vaya a cualquier parte, creerá sobre otra cosa.

- Bueno, entonces quédate aquí - el anciano sonrió -. Vive por lo menos cuarenta años, probablemente no te ejecutaremos. ¡Te casaremos, jugaremos la boda, la yurta pondremos! ¡Las chicas de nuestra región son famosas por la belleza! No puedes encontrar como ellas. ¿Por qué sonríes? ¿No me crees?

- No, ¿por qué no te creo? Yo creo - ya se ha visto una bella! ¡ Era con baldes !

- ¡Ah, ya sé, ya sé! ¡Sholpan es su nombre!¿ Así, has notado? Bien por ti, ¡no digas nada! ¡Todos sorprenden de ella! Y nuestros chicos y vecinos en el otro lado del lago. Allí están despiertos, también, equipan a la compra, y luego van a la ciudad ahora, los necesito ...

Burkut miró a la aquella parte y vio las carpas de lona, los carros y algunos soldados en la estepa. Tres personas estaban cerca del lago y se lavaban.

— ¿Quiénes son? — preguntó Burkut.

— Los hombres — respondió tranquilamente el anciano —, bueno, los colonos. Los rusos. Aquí un poblado construirán aquí.

— ¿En su tierra?

El anciano se sonrió y crió por las manos.

— ¿En que sobre nuestra? — volvió a preguntar él así, como si oyó algo muy ridículo —, decían antes la tierra de dios, después decían — la tierra de kan, después zarista, después de baes, y ahora dicen — la tierra general.

¡Aquí se lo tomarán todo, si es general!, —emocionado dijo Burkut -, ¿ellos os han enseñado a tales dichos? Este año construirán el poblado, y el año siguiente os echarán en general de estos lugares.

¿Pero para que echarán? ¡No echarán! La tierra aquí bastará para todos — el anciano miraba a Burkut y hablaba con él, como con un pequeño —. Ellos están en aquella parte del lago, y nosotros - en esta, y todo es bueno.

Burkut miraba al anciano, y lo dominaban sentimientos diferentes— el anciano le gustaba mucho. Gustaba su amplitud, su hospitalidad, su tranquilidad segura, con que él se tenía, pero ahora todo esto se volvía por otra parte — el anciano, excepto todo, era simplemente descuidado y desatento, él dejaba entrar en la casa los invitados, sin pensar que mañana estos invitados querrán ser los amos y lo arrojarán simplemente por el umbral. Para esto tienen que reunir fuerzas y soportar solamente el momento. Y que tal momento llegará — en este Burkut no dudaba.

— ¿Pero cómo se han encontrado aquí? —preguntó él al anciano.

— Casualmente. Iban al Irtysh a buscar felicidad, pasaron la noche en la casa de Kasym, y él a la mañana y los llevó aquí. Y ves aquí, donde había unos arbustos y piedras, se levantó el poblado. El año siguiente sembraremos juntos. ¿Nos enseñarán a sentar las patatas, criar melones, que mal?

— ¿Y quién es Kasym? — preguntó Burkut.

— Mira he aquí, él va a nosotros.

Burkut miró. Algunos muchachos kazajos llevaban la red. Iban detrás dos muchachas, a una Burkut conoció en seguida. La otra era puesto más fácilmente y parecía mayor. Las dos iban con los cubos.

— Van a saludarte, — dijo el anciano. — han oído que el invitado ha llegado, y aquí, entonces se han desviado del camino especialmente. Tienen que ir a la pesca.

El primero comenzó a hablar con Burkut Kasym. El era alto, magro, enérgico. Hasta sus cabellos se han quemado. El parecía muy fuerte y flexible, y por eso era más desagradable mirar la manga vacía de la chaqueta aventAhando el cinturón. Kasym no tenía la mano izquierda. «Pero esto es aquel Kostya, que tiró en sí mismo, — de repente comprendió Burkut —. Es correcto, correcto,ya me decían que él vive al otro lado del lago. Como quería conocerlo antes, y ahora...» Ahora por alguna razón (él aún no sabía por qué) él miraba a Kasym con el sentimiento del peso y la incomodidad. Probable, jugó en esto un papel también la misma bella, que Burkut ha notado hoy al amanecer. Solamente un instante ella levantó los ojos en Burkut y después sin desgajar miraba a Kasym — como él cuesta, como habla, como sonríe, — y se veía que nadie, excepto Kasym, para ella no existe en el mundo. Y esto en seguida cortó a Burkut.

Y exactamente Kasim no notó nada. El miró a su invitado y sonrió.

— Entonces, asi es como eres tú-, el dijo en el fluido kazajo -. Y nosotros a menudo cantamos tus canciones. Nuestras muchachas son las primeras cantarinas, como si él miró a su compañero, y ella inmediatamente se enrojeció.

— ¿O posiblemente Burkut Ajá venga con nosotros al lago? - Preguntó el satElite Kasim, un valiente denso de color rojizo, y este asunto de alguna manera alertó Burkut más.

Gracias, - respondió fríamente -. Pero estamos en prisa - Y miró a Arin. El se acercaba y condujaba a los caballos.

-No hay tiempo, - repitió Burkut.

Bueno, entonces la próxima vez — decidió Kasim - Adiós, compañeros.

Y se fueron: Kasim, el valiente de color rojizo y dos muchachas.

Vamos a la casa, - dijo el anciano-, no os dejará así.


Y justamente en este momento detrás del lago se ha oído el trueno, el estrépito, y ha comenzado a ladrar fuertemente el perro.

- ¿Qué es esto? — ha preguntado Burkut.

-Los geólogos, — ha respondido el anciano—. Ves, arrancan algo. De antemano nos advierten, porque antes las mujeres y los niños se asustaban y lloraban.

«Bueno, parece, pronto ellos comenzarán a llorar no solamente de susto»,— Ha pensado Burkut, pero nada ha dicho. En una hora eran de nuevo en el camino, y, solamente habiendo alejado a la distancia honrada del aúl, él ha dicho de repente a Arin: « Y bien, iremos a los geólogos » —y convirtió su ambladura.

El lago les ha encontrado por su silencio de piedra, las rocas, la despoblación y la maraña de los bloques grises. Los bloques eran grandes y pequeños — algunos con la cantidad de la casa, otros simplemente como los cantos rodados del labrado. Y las orillas del lago a pesar de todo eran verdes, y la verdura crecía aquí pomposa y alta. Las rocas tapaban el sol, y por eso todo en esta hendidura parecía nebuloso y vago. Vagamente era y sobre el alma de Burkut. Tuvieron que llegar al campamento de los geólogos dentro de media hora, y cuando han llegado, han visto: hay unas yurtas, y entre ellos van los caballos bajo la silla con los pies enredados. En la cima de la colina hay un sondeo de la torre, y cerca de él hormiguean las personas. Habiendo oído el pataleo, han dejado el trabajo y empezaban a mirar en los llegados, y cuando los jinetes galopaban muy cerca, un de que trabAhan ha exclamado:

— ¡Burkut-ajá! ¡Como lo habéis decidido visitarnos!

— ¡Nurlan!— Burkut agarró la mano que le ofrecía y la estrechó con entusiasmo.— ¿Por qué eres aquí?

— ¡La práctica parto!— Ha respondido Nurlan, sonriendo con toda la cara.— Ahora estoy terminando el Instituto. ¡Regresaré a la patria pronto, adiós Tomsk! Y bien, bajen, bajen de caballos — los invitados seréis. Aquí es Aleksey Vladímirovich...

Se les acercaba una persona alta, ligeramente encorvada en la ropa del obrero. Era un buscador de oro o un terraplenador.

Aleksey Vladímirovich, —dijo Nurlan —, esto es mi amigo Burkut — el gran poeta kazajo. Cantamos a menudo sus canciones. ¡Y esto es su compañero!

Y bien, bienvenido, bienvenido — ha pronunciado Aleksey Vladímirovich, sonriendo y dando un apretón de manos. Su nombre es Burkut ¿y como se llama su compañero?

- Por mi padre Baysalov — Arin ha respondido importantemente —. Mi padre es muy conocido. Todos los kazajos le saben, él es, como se suele decir, nuestro primero orador —. A Arin le gustaba ser el compañero de Burkuta-ajá.

Y yo estoy el jefe de esta partida — ha sonreído Alekksey Vladímirovich—. Pienso, ¿usted puede quedarse con nosotrosun dia? Aquí la caza y la pesca son de primera clase. Nurlan, ayuda a los compañeros. Es una pena que a mí es necesario salir en el grupo lejano, si no yo... ¿Jugáis en el ajedrez? — Ha vuelto él a Burkut. ¿ No? ¡Es una pena, es una pena! En contrario podríamos… ¡Y bien, no podemos hacer nada! Así, Nurlan, cuida los invitados.

Una persona admirable — ha dicho Nurlan, cuando el geólogo se ha alejado —. Escribirte sobre tal persona una poema, y en seguida todo el pueblo circunvolaría.

¿Y tú que eres? –Burkut ligeramente pincho al compañero -. Eres también un poeta.

Pero él sólo sonrió tímidamente.

Cual poeta estoy antes de ti - dijo, e incluso agité - ¡como un pequeño gorrión! Pero tu realmente eres un poeta.

— Y podrías ser tal, — ha dicho rigurosamente Burkut —, el talento tienes, pero no escribes porque el talento solo no es bastante, tienes que encontrar todavía tu camino.

— Busco — ha respondido sinceramente Nurlan —. Todo el tiempo lo busco, Burkut-ajá. Ya que nosotros tenemos una tal profesión. Creo que ahora es la profesión más necesaria — ya que piensen, donde ha llegado el geólogo, ha surgido allí la mina, y la fábrica, y el poblado, e incluso la ciudad entera.

Burkut ha sonreído tristemente.

— ¿Y cuya ciudad, Nurlan? No he oído algo sobre las ciudades kazajas, y no creo que tu Aleksey Vladímirovich construirá la ciudad para los kazajos. ¿Y acaso en nuestra tierra eterna kazaja trabajas para el hermano kazajo? ¡Al tío ruso trabajas! ¡Y no puedo así! Y bien, está bien, todo bueno a ti. — y él ha tocado al caballo.

— ¿Espere, — Nurlan ha puesto la mano en la silla del caballo, entonces nos preparamos para construir las fábricas, la mina, la eléctrica central, los clubs, la escuela, los cines ¿no para los kazajos? ¿Así para quien entonces? ¿Significa, el kazajo es un kazajo solamente si él nace cerca de las ovejas y muere en el establo? ¿Y el cine no es para él, la carta no es para él, el club no es para él, es así? ¿No comprendo, que queréis?

— ¡No quiero¡ — ha comenzado a retumbar Burkut del caballo — ¡no quiero para que los rusos hurguen en mi tierra! ¡Para que construyan sobre ella sus ciudades! ¡Para que en mi tierra me llamen de visita y estudiaban a jugar en el ajedrez! ¿Entiendes? — Y justamente en este momento en algún sitio a lo lejos se ha oído una explosión.

— Esto es - dijo Nurlan - ¿se puede escuchar? Nace una nueva ciudad.

— No, está rompiendo mi corazón - Burkut gritó y espoleó a su caballo.

Arin no mantenía hasta Burkut. Corriendo a toda velocidad él ni siquiera miraba al satElite. Corría, y punto. Sólo una vez él contestó a la pregunta de Arin, adónde corría con tanta prisa:

—Regreso a la ciudad.

«Bueno, bastante loco,— pensó Arin,— acabamos de venir de allí...» Pero no objetó, aún no oiría.

Y Burkut como si se había vuelto loca. Ni un solo espacio vital quedó en su alma – todo era lleno de un pensamiento: “ Akpar dice la verdad, muere la estepa, sobrevive sus últimos días, y nadie se preocupa por esto”.

Nurlan dice que hay que aprender de los rusos. Bueno, aquí no hay una pena porque él dice: ¡tenemos que aprender del hermano mayor de Rusia! ¡Este es el asunto – del mayor!Bueno, tragará el hermano mayor al menor – solamente a él y cantaban. Y no seriamos hermanos, seriamos más que los hermanos, sin lenguaje, sin canciones y cuentos! ¿Y entonces que quedara de nosotros? Fueron algunos peligros y pasaron. Allanes, hunos, jázaros - ¿dónde están?>>

Así piensa Burkut y corre, corre a toda velocidad. Sólo dos horas después cuando el sol pegaba en absoluto, El tomó una respiración profunda. Miró. Vio Ariev a lo lejos y saludó con la mano. Al alrededor, por cuanto bastaban los ojos, la estepa estiraba, y no era nada sobre que podría parar la mirada.¡Probable que ni piensa, todo es en vano! Eres ridículo, como un hombre que vio el cadáver: tiene miedo, como si no se convierte en él. Un caso vacío. ¡El fin es uno para todos!

El se ha parado, y aquí a él ha llegado Arin. Burkut le miró, y eso se hizo todo aún más difícil - el caballo y el jinete estaban cansados, era una pena mirar sobre ellos.


— Iba y componía una canción. Aquí es ella, escucha, — ha dicho Burkut y ha puesto a cantar.

No hay ni los próximos, ni aúl

La estepa es callada alrededor.

Yo mismo soy como una gaviota con ala herida

Sin rumbo persiguiendo después la ola

No puedo alcanzar y abrazar.

¿Qué puede hacer pobre gaviota

A menos que gritar?

Que puedo hacer, que puedo hacer?

Si no tengo fuerzas

Y yo estoy llorando como una gaviota,

En el vacío indiferente ...

— Esto es sobre mí —dijo él, acabando la canción -, yo estoy llorando, como la gaviota. Para mí esta estepa es como mi propio cuerpo. Aquí todo es mío — cada hierbecita, cada piedra, — todo esto es mío. No puedo darlo al ajeno. ¡No puedo, no quiero y no puedo! Aunque mátame, no puedo. ¿Que comprenden los rusos en esta estepa? Y para mí ella canta, como cobiz, y por cualquier lugar de paraíso no cambiaré ni sus colinas quemadas, ni la estipa plumosa, ni hasta los huesos amarillos de camino. ¡Es porque lloro, sufre y no encuentro mi lugar! ¡No sé, estoy cierto o no! ¿Puede ser, realmente no comprendo nada, a?

Y el miró a Arin tan exigentemente e impacientemente que se mezclaba y murmuró:

— Si, está claro, no puedes hacer nada. Así es nuestro destino.

— ¡Nuestro destino!—Burkut sonrió —. Bien has dicho: ¡nuestro destino! Bueno, vamos. ¡Si esto es nuestro destino, entonces es así!

Así todavía tres horas han pasado. Ya y el sol empezaba a sentarse, cuando Burkut de repente asedió al caballo y miró alrededor, propiamente dicho, donde él ha llegado.

— Ahora nuestro aúl es cerca también, - dijo Arin -. Y bien, ¿corremos?

— Ya no sé más cómo, — Burkut miraba perplejamente alrededor — ¿Puede, atrás? Bastante, se hemos paseado.

— Pero estamos muy cerca del aúl — se asombró Arin.

«¿Y realmente por que volver? — pensó Burkut. — Aquí en algún sitio es el aúl de Karymsaka. Doblaré allá. Miraré que hacen allí ahora» —, y él se sonrió por la causa de sus recuerdos.

Hace tres años que Akpar lo invitó al aúl durante las vacaciones de verano. Fueron. Los caballos bajo ellos eran buenos, jóvenes, y pasaron toda la vía en tres días. Y cuando llegaron ya al aúl, Akpar detuvo de repente al caballo.

— En nuestra familia hay tal asunto - el dijo tímidamente mirando a Burkut -. Mi padre se casó con una joven, envió la esposa vieja a sus padres. Nuestra propia madre murió cuando mi hermana tenía tres años, y yo tenía cuatro años - añadió apresuradamente.

— ¿Y porque es asi? – Burkut se asombró.

— Dicen, paseaba ella— Akpar respondió de mala gana -, y todos en esa familia son tísicos. Bueno, no sé, en general. Envió y envió. Y llevó la joven.

— Así probablemente ya tiene menos de sesenta años? - preguntó Burkut.

— Más. Con el rabillo,— Akpar reyó. — Bueno, si puede, — mándalo allah. El profeta no es contra esto, y los ancianos tienen su propia ley. ¡Pienso así!

— Así, así, claro, — consintió Burkut, pero después iban callando.

Y cuando llegaron al aúl, vieron que él como si se ha extinguido, — nadie salió al encuentro, hasta el perro, y aquella no ladró. Solamente el garañón pío, bajo la silla, atado cerca de la casa extrema, les miró, ligeramente relinchó y se quitó por la cola, echando a las moscas.

La yurta blanca estaba en medio del aúl. Cerca de ella también no estaba nadie. Ataron los caballos, arreglaron los beshmetes y cruzaron el umbral de la yurta.

— Assalamu Alaykum - Akbar dijo respetuosamente.

— Assalamu Alaykum - Burkut repitió respetuosamente después de él.

Ellos vieron un cuadro extraño. Un poco de costado de la entrada en el fondo de la yurta era extendida una gran alfombra blanca con las almohadas pomposas y el colchón, y sobre ella, todo blanco, en la ropa interior, de barba cana y larga, se había estirado el bay Karymsak. El era de pómulos salientes, fuerte y al contrario de los ancianos rurales kazajos, quemados en el sol y en el viento, era enfermamente blanco en cierto modo; sobre la almohada estaba la revista abierta "Sholpan". Cerca de los pies de bay, apretando contra sus rodillas peludas, se sentaba una muchacha y sonriendo miraba los invitados. Todavía era casi una niña, poco probable que tenía mas de dieciséis años, pero la han puesto ya como la mujer casada adulta: sobre la cabeza había un pañuelo rojo, en las manos habían anillo y pulseras. Ponía el vestido caro kazajo del terciopelo escarlata.

— ¡Increíble, Burkut-dzhan, el mismo ha venido! — exclamó cordialmente el anciano y no esto se levantó ligeramente de la cama, no esto cambió simplemente la pose — justo, quería todavía decir alguna cosa, pero miró a la mujer y no se decidió.

— Marzhan, tráenos el kumís, a los invitados, probable, la garganta se ha resecado, —ordenó él.

Marzhan echó a volar del lugar — aquí a su pecho cayeron las trenzas magníficas negras, todo en la plata y los flores. Se acercó a la mesa, tomó de la mesa el jarro y empezó a derramar el kumís por los tazones. Y el anciano tenía el kumís excelente: espeso, amarillento de la grasa, conservando todavía el olor del ajenjo. Marzhan era magníficamente proporcionada y desarrollada, como una mujer, —todo su cuerpo jugaba y trasvasaba bajo el vestido. Con la reverencia llevó los tazones. Comenzó una conversación regularmente lenta, y aquí los suelos de la yurta se abrieron, y entró un alto muchacho en beshmet desgastado y en algún modo simplemente roto. El no entró en la yurta, y se paró cerca del umbral. La cara del anciano oscureció, El masticaba impacientemente con los labios.

— Bueno. ¿Has llegado? — preguntó el anciano.

— He llegado a recibir el resto, bayke —respondió humildemente el muchacho.

— Ah, sí, parece, todavía allí se quedó algo antes de mi — se acordó con negligencia el anciano. ¿cuánto es allí, a?

— Cuatro carneros.

El anciano movió la cabeza:

— — ¿Así piensas que te he engañado?

— — Sobre el engaño no existe una sola palabra, bayke, — dijo el muchacho, — solamente a mí es necesario recibir todo esto ahora.

— Por qué te das prisa?

— Bueno, salgo de aquí, he inscrito en las fuerzas especiales.

— ¿Y qué es eso?

— Capturar a los bandidos.

¿Y sin ti no los capturarán? — El anciano miró al muchacho en los ojos, pero aquella sostuvo la mirada y no apartó los ojos-. De acuerdo, conducirán aquí el ganado, recibirás.

El jinete saludó y salió.

El anciano miró el hijo y movió la cabeza:

— Matan es su nombre. ¡Ves el agradecimiento! Cinco años pastaba nuestros caballos en Koksae, era una persona buena, y como han llegado los rojo, como si se volvió loco. En las fuerzas especiales, ves, se ha inscrito. Está bien, le daré que le han fijado, y que se va al diablo.

— ¿Y quien ha fijado? —preguntó el hijo.

— Ozhar.

— ¿Y habéis consentido? ¿No han retenido aquel ganado que ha caído por su culpa?

— ¡El diablo con él, que se va solamente! Ahora hay tales órdenes. A la mujer llevará - y no hay nadie a quien quejarse.

Marzhan estaba rojo, con los ojos bajados. Con la llegada del pastor se sabía que hacer — enrojecía y palidecía, como si no sabía, donde ponerse.

Solamente más tarde Akpar conoció la historia, bastante regular para lugares estas: Marzhan era la hija del campesino medio que vivía muy cerca.Karymsak la ha comprado del padre por las cuarenta y nueve cotorras. ¿Y qué? Marzhan se sometió. Tal es la suerte de la mujer kazaja venido de los siglos— y así empezaba a vivir. Todo como si iba bien, pero de repente… El anciano se dio cuenta de que a su esposa joven le gustaba Matan, el peón alto y guapo. Se reía a las bromas de Matana, llevaba conversaciones con él, pedía ayudarla en esto en y aquello. Hasta las cosas grandes el asunto no llegó, pero al bay y esto era bastante. El reparó en algo y despidió al peón.

El peón fue a quejarse al comité de los pobres, y el presidente del comité Ozhar los llamó a los dos— el criado y el señor, escuchó todo, pesó las razones del peón y del bay, y decidió al fin: «Alláh sabe que a usted ha pasado allí, pero él ha trabajado para ti, y tú tienes que pagar» — y estableció el pago justo.

Salió Matan de Ozhara y, hablan, se pusó a cantar:

Privados de derechos no era en el pueblo de pobre,

Pero ahora toda es en su mano.

Y si yo, un valiente, valiente y imprudente,

¿Qué te gusta la riqueza del viejo?

A gracias de mi sangre y el sudor de todo mi trabajo,

Acerca de Karymsak me bajé.

Usted pagó que debe haber en la cuenta,

Me voy. Conmigo es tu esposa.

Estos versos eran circunvolados rápidamente por todo el aúl, el anciano, oyéndolos, se llena de la sangre, y su mujer joven rojea solamente y se ríe. «Fu, que tonterías», — dice ella, pero sus ojos brillan. El anciano pensaba un cierto tiempo desarrugarse con este insolente con sus métodos, recoger a los jinetes, agasajarlos como debe, y a la mañana de este Matana y la huella no se quedaría, — pero en seguida se ha dado cuenta que esto no es un método moderno y que realmente ahora el peón en todo tiene su parte.

Y esto Burkut conoció habiendo pasado con Akpar en su aúl patrimonial. Y después muchas cosas ocurrieron: el viaje en dzaylya, la participación en baig, y al fin la voz burlona de Marzhan lo mitió en más pesado. «Y ti, mi amigo científico, miro, un gran cobarde eres, — dijo, — se me acercarás nunca y no hablarás. ¿Qué? ¿De mi perro lobo viejo temes? No temas, a él de los dientes solamente unos tocones se han quedado. Enseñará los dientes solamente, y para ladrar no tiene la voz». Y después son los recuerdos aún más emocionantes, pero tales, sobre que a nadie no es posible a contar: la noche de luna, de luna. El se ha agazapado bajo el arbusto en un barranco y esperaba. Esperaba ya casi dos horas. Nadie habría. El quería irse, se levantó, tomó el palo — de repente oyó el susurro: «¿No tienes frio? Y me he escapado apenas...»

¿Acaso se puede olvidar esto?

«Sí, ¿donde está ahora todo esto? — Piensa Burkut —. Dicen justo en el pueblo — la alegría que ha pasado es como el pájaro en la jaula — has producido, no cogerás.

— ¿Aún mucho tiempo? — él preguntó al satélite.

— Llegamos ya, —respondió Arin —, aquí solamente a las colinas se levantaremos. Habrá un lago, y detrás de él es el aúl.

Esta vez los perros como si se desprendieron de la cadena — tres perros sanos, rugiendo y saltando, echaron a los jinetes. Esquivándolos con látigo, saltaron a la yurta blanca. Como el vez anterior, nadie salió a encontrarlos. Solamente el anciano abigarrado con la barba larga que estaba cerca de la entrada, dijo «Vayan, vayan».

Saltaron de los caballos y pasaron en la yurta. Era oscuro y silencioso, nadie los encontró. En general les parece que la yurta era vacía.

— Assalamu Alaykum, - dijo Burkut perplejamente.

Pasó más de minuto, antes de lo respondió. La trapería gris abigarrada que estaba en la cama, comenzó a vacilar, y Burkut vió Karymsaka. El anciano se levantó y se sentó en la cama. Su barba era desmelenada, la cara purpúrea. «¿Qué pasó con El?» — Burkut pensó chiflado, pero aquí el anciano dijo:

— ¡Hola, Burkut! ¿Y dónde está Akpar?

— El se detuvo en la ciudad por los asuntos —respondió Burkut —. El saludaba a usted. Al final del mes llegará también.

— ¡А-а! — tendió el anciano. ¡— Y bien-,y bien! Llegará aquí, se alegrará también. En el tiempo malo vivimos, querido mío

En el bien no eres imperioso, en la familia propia no eres el amo. Han encolerizado a allah los kazajos.

— ¿Y que?

El anciano solamente meneó la cabeza, pero alguien tocó Burkut con precaución por el codo. El se volvió. Abigarrado hacía a ello los signos para que él se haya inclinado. Burkut inclinó ligeramente la cabeza, y abigarrado susurró:

— A la mujer han llevado. Llegó el miliciano Matan y llevó. Dijo: «Vamos de aquí, bella». Se reunió y se fue. En la calle ya dos milicianos con carro la esperaban. Tiraron la arcaal carro y lleveron.

— ¡Maldito! —juró en ruso Burkut - él era irritado de verdad. ¿— Y que las personas miraban?

En la yurta entraron aún más personas y se pararon, escuchando.

— ¡At-ro-pello!— dijo Burkut con fuerza.— Si yo tenía tales familiares como vosotros …

Y aquí todos en seguida comenzaron a vocear:

— Eran tres, con el fusil y los sables.

— ¡Ella fue su misma! ¡Si resistía, gritaba, pero saltó a la tartana — y adiós! Hasta la mano agitó.

— ¡Prueba decir algo! Ahora toda la fe es suya — escribirán que algunos querían interrumpir a los milicianos, — y retumbarás a Siberia.

Y un jinete alto, negro, con los hombros anchos, dijo:

— Y de Siberia no temeré, si baeke diría aunque una palabra. Pero él se puso el dedo en la boca. Callaba y miraba.

Karymsak de repente cabeceó bruscamente.

— Bueno, basta agitar, —él dijo. ¡— se ha ido entonces se ha ido! ¡Y es muy bueno que se ha ido! ¡Al lado conmigo la serpiente no estará bajo una manta! ¡Cinco potrillos para ella es un precio rojo! De nada, no empobreceré. ¡Ni un hombre ha muerto y ni el Irtysh se ha desbordado! Vayan, quiero hablar con el invitado.

Cuando todos se fueron, Karymsak se levantó de la cama y se sentó en la mesa.

— Hay allí un kumís fresco, — él dijo —. Viérteselo.

— ¿Y usted? — preguntó Burkut.

— ¡Vierte! Sí, picó mi corazón, el canalla. Recogió tal día y picó. ¡De nada, es mi culpa — tenía nada que comunicar con esta mendigo! ¡Es mi culpa! Antes aquí la levantó, pero ahora... ¿Ves, quien ahora tiene el poder? ¡Matan! ¡Mi peón de ayer! ¡Eh, y que decir! — el anciano manoteó. — Bueno, no sabían guardar el bueno, viviremos en mal. ¿Ti qué? ¿Vas en algún lugar o esperarás a Akpar?

— Bueno, no, esperaré, viviré, si no echen, miraré que se hace aquí.

— ¡Mira, mira, pasea, escucha que la gente habla! Es útil.

En este aúl Burkut vivió un media mes y salió completamente roto. El principal era que todos esperaban algo. Los peones esperaban una nueva ley, esperaban el reparto de la tierra, el deslinde de la estepa. Esperaban que echen a los baes, y sus propiedades distribuirán. Y baes esperaban también. Esperaban que llegue de algún lugar el ejército del zar blanco, atravesarán a todos los peones, ahorcarán a los milicianos, y comenzará de nuevo paz y harmonía y el paraíso de Dios.

Cuando Burkut salió del aúl al fin, en su cabeza hacía ruido, él estaba confuso y no sabía qué hacer, a que orilla juntarse, que canciones cantar.


Hacen se levantó por la mesa, dio una vuelta algunas veces por la habitación, erizó los cabellos y de nuevo se sentó a leer. Leyó aún más hojas, llenado a la escritura grande, como era visto, de niño, movió la cabeza.

— Tonto, — él dijo tristemente. ¡ Ah, que tonto! ¿Y dónde él, el tonto, trepa? — Y fue de nuevo por la habitación.

La habitación era grande, con los techos altos, llenado de la diferencia diferente. Una vez toda esta casa pertenecía al comerciante, y ahora el comerciante no esto corría al extranjero, no aquel lo han mudado, y el apartamento era ocupado por la redacción del periódico de gobierno. Hacen, como el secretario de la redacción y un hombre soltero y sin hogar, era asignado la sala. Cómo no se debe quitar, aun que fue vertido a la cima con algunos sujetos extraños: había un cartapacio del caoba, el armario de cristal con la figura porcelana, la mesita de juego, el espantajo del águila, estaban colgados los cuadros a las tramas mitológicas, — El ha llevado todo esto en el pasillo y en la despensa, y las paredes ha empapelado por los carteles y los versos de composición propia. En uno el soldado del Ejército Rojo valiente sobre el caballo presionaba por los cascos I! Rangelya y Kolchak y el Pan del condado.

(Inscripción:

«Como una turbonada, la gente en cólera

Golpeara, tirara y machacara

Regístrese en la caballería roja».)

En el otro un hombre sacó bolsas cerradas, y el obrero con una camisa azul estiró sus brazos hacia él. (Inscripción:

«Ti el proletario, y mí el cereal cultor.

Nosotros dos le hemos preparado al enemigo el ataúd».)

En tercero eran el martillo, la hoz y el sol saliente.

(Inscripción:

«Nuestra hoz y el martillo se brillan en el sol

¡Viva la emblema de nuestra República».)

Bajo estos carteles había una cama vieja de hierro, una mesa en las manchas de tinta y un par de sillas. Nada más era necesario a Hasen.

Ahora él andaba por la habitación y estaba irritado. Los papeles, que están por el montón, llamaban en la irritación inexplicable — hoy se los han enviado por correo, y aunque la escritura era desconocido, infantil, entonces hacían a copiar a cualquier colegial, y la firma no era, pero El adivinaba, quien era el autor.

«El trabajo de Akpar, — él pensó — Burkut es más recto, El mismo firmaría, si ha tenido la idea de mandar. Probable, Akpar a él ha tomado estos versos sin demanda. Eh, Burkut, Burkut, te perderás ni por qué ». El se sentó un poco más, pensó, royó la uña y decidió de repente:« Iré a Burkut, hablaré con él francamente ». El ha tomado ya la visera y se ha acercado a la puerta, como de repente se abrió ampliamente. Un joven desconocido, casi un muchacho, estaba al umbral. Era puesto el joven shegolo: beshmet de terciopelo, con el cinturón de plata, los pantalones anchos con el ornamento de dibujos, en los pies las botas de cordobán sobre los tacones. El joven sonrió claramente y amistosamente.« Un muchachito hermoso », — pensó Hasen y preguntó:

— ¿Ud a mí?

— ¡A usted! ¿Acogéis a los invitados, Hasen-ajá? — preguntó el joven.

— Pasáis, por favor, — Hasen se apartó.

El joven pasó en la habitación y se sentó a la silla.

— ¿Veo, no me habéis conocido? — él preguntó con melindrería. — y ya que tenía prisa así. De repente, pienso, llegaré a saltos, y él ha salido donde sea. ¿Bueno, y no conocéis?

— Espere, —dijo Hasen chiflado, observando, — como si, como si... Como si yo...

— ¡Y bien, y bien, — dijo el joven, sonriendo, — conozcan, conozcan! — de repente exclamó:—Bueno, la hermana de su amigo Akpar — Hanshaim.

— ¡Dios mío! — exclamó Hasen, tirando a la muchacha y bastándola por las manos. ¡— no conocería nunca! Era ya que tal avefría, con las trenzas, y ahora...

Y ahora ante él era una bella — alta, delgada, esbelta, con una expansión ancha de las cejas muy negras.

- ¡Allah, Allah! - repetía Hasen, mirando a la bella chica -. ¡Y dicen que milagros no existen! Sí cinco años antes me hubieran dicho que la pequeña Hanshaim se convertiría a una chica tan bella...

Hace cinco años que Hasen llegó a la aldea de Karymsak según el censo. Era algo nuevo, inusual. El tenía que trabajar desde el amanecer hasta el anochecer, y por eso él prestaba poca atención a una adolescente luminosa que constantemente rondaba a cerca de él. Era sólo una impresión general de ligereza y diversión sin preocupaciones; chica era juguetona como una erkeshora, llamada y constantemente inventaba nuevos juegos. Sus compañeros eran chicos y ella era como un chico pequeño, y en aquel tiempo ella era muy parecida a los chicos y ellos la trataban con delicadeza: después de todo, ella era la hija de Karymsak —quien era un bai muy cruel y vengativo.

En otras ocasiones Hasen estaría interesado en eso , pero ahora él tenía algas cosas de hacer y simplemente no habría notado Hanshaim, si no hubiera sido el caso: habían impulsado un caballo desde la estepa y bai estaba de ir a la ciudad. Eso fue un caballo muy enorme con músculos potentes y pelaje corto y brillante . Nadie, excepto el dueño, no se atrevió a sentarse a él. Pero Hanshaim quería montarlo. Dicho y hecho. La chica se levantó a caballo y gritó a Hasen (él estaba acerca):

_Oye, jinete, acércate y arrebató las riendas de las manos del chico que la llevaba al animal . Sí, usted probablemente nunca ha estado en uso de la silla.

_Además, no tengo tiempo ... - trató de romper Hasen, pero ella repetía demandantemente.

_Ve, ve si te piden.

Y Hasen capturó a la chica juguetona debajo de los brazos, y aquí - él todavía recuerda ese momento- y esto lo llevó inmediatamente a la olla.

Hanshaim se congeló también y confesó tan que no pudo gritar a Hasen algo desafiante y vitriólico. Así que en la segunda se miraban una a otro. Entonces Hanshaim gritó y se alejó. Pero ese momento y temblor , que cubrió su cuerpo entero, llevaron Hanshaim aquí. Ahora ellos se paraban y se miraban uno al otro.

_Bueno , vas, estarás como un invitado, - finalmente dijo Hasen - Estas junto a la carretera. Aquí está una toalla. La primera puerta en el pasillo - el lavabo, la cuenca y la jarra están ahí , mientras vaya a la cocina y prepare algo.

_¿Y no tienes amante? - preguntó la chica- ¿Bueno, al menos las mujeres que vienen? - Hasen hizo un gesto con mano y salió corriendo de la habitación.

Después de diez minutos ellos se sentaban a la mesa. Hasen derramaba el té.

-Entonces, estas aquí por negocios? - Dijo Hasen.

-Hay una cosa importante - dijo ella, mirando a él - pero de eso hablaremos después, - ella miró a su alrededor-, por lo tanto, vives aquí?

-Vivo aquí-, dijo Hasen.

_¿Dónde trabajas?

_ Trabajo debajo del piso


1Erkeshora- una chica a quien sus padres visten y educan como a un muchacho . Esto suele suceder en las familias donde no hay heredero.

_Sí, sobre todo no te borrarás. Y tú no tienes una amante, hermana o novia?

Hasen sonrió levemente y abrió las manos:

- ¡Allah, Allah! – repetía Hasen, mirando a la bella chica -. Y dicen que milagros no existen!. Sí cinco años antes me hubieran dicho que la pequeña Hanshaim se convertiría a una chica tan bella…

-Estoy solo. ¿Porque te asombras?

-Pues, yo también estoy sola-, de repente dijo la chica.

-¿Como estás sola?- no entendió Hasen.

- Así. El padre salió con su gente por montañas a China. Ahi junto a la frontera viven sus yernos- a mí me también tomó consigo , pero me escapé de Zaisan.

- Es decir ¿cómo es eso?- Hasen hizo un gesto desvalido.

- Así. Había una noche, y nadie notó, como salté lejos.

- ¡Qué bien! -sólo pudo pronunciar Hasen-.Sí no es, ¿es usted seriamente?

La muchacha se rió tristemente.

-¿Crees que es broma? No querido, no tengo ganas de bromas. Padre se marchó llevando consigo a su esposa joven. La ataron, amordazaron la boca y llevaron como a una oveja. Y al policiaco Matan no que fue matado, no que mutiló y le trajeron a un sitio de modo que él más no volvió.

-¿Y Akpar?- pregunto Hasen.

-¿Que Akpar?

-Es que él sabe todo eso.

Hanshaim se rió tristemente otra vez.

-Pero el mismo ha enseñado a padre. Se le dejo la mitad del dinero, ellos todavía unos dos meses antes se han acordado de todo con él. Padre mandó a un mensajero a la frontera para saber si le esperan allí. El mensajero llegó y dijo que ya hace mucho que le esperan. Tales cosas. Así que hermano tampoco quiere verme, y queda solo una persona que quiere verme.

Y quien es?

Pues, tú mismo.

-¿Qué?-grito´ Hasen saltando.

La muchacha le miraba sonriendo.

-¿Que, no estás contento?

Hasen atónito silencio.

- Y yo seguramente pensé...

- ¡Dios, Hanshaim! - Por fin, dijo Hasen y le apretó la mano entre las suyas -. ¿Me alegro de haber? Sí, yo ... Pero no, yo todavía no lo creo.

-De repente se levantó , se acercó y le abrazó y apretó la cabeza contra su cabeza.

-Sabes, ya hace mucho tiempo , que has entrado en mi corazón-, ella dijo de manera muy sencilla - incluso de los tiempos, la primera vez que te ví en nuestra yurta. Cuando estabas sentado y escribiendo. Y recuerdas, entonces…

- Recuerdo – dijo Hasen, aferrándose a ella -. Todo recuerdo, mi querida.

Ella empezó a reír y se sentó junto a él.

-Y yo tenía tanto miedo. Llegaba pensando, si junto a él esta sentado alguien. Entonces, creo, me tiro de la montaña. Y cuando entre, vi echado zapatos sobre la silla, en seguida me tranquile- no tiene mujer.

-- Yo no tengo mujer - dijo Hasen, presionándola a él cada vez más de cerca -.¡ No, no! ahora tendré.

-- ¡Ahora, por supuesto, va a ser, querida, torpe, bueno! - dijo ella, y se levantó rápidamente. - Oye, ¿tienes un establo de caballos? Mi gris no ha comido desde ayer y montó ciento veinte millas. Vámonos al patio.

- Vamos al patio - salto Hasen -. ¡Vamos fuera! ¡Vamos al parque! Pasearemos todo el día. ¡Beberemos! ¡Cantaremos!

Ella le miró con sonrisa.

-Tonto, tengo sueño. Ya hace dos días que no he dormido. Voy a llevar al caballo y a dormir, dormir, dormir. Y ella bostezo de una manera muy infantil.

Y a la mañana siguiente de repente apareció Akpar.

Los jóvenes en aquel momento estaban sentado y bebiendo té. Akpar apareció ante ellos en beshmet negro con el látigo en la mano. Y su rostro era negro y demasiado polvoriento. Se veía que él está furioso, pero restringido.

- Así - sacó ominosamente -. Así! Ahí es donde estas, hermanita. Fuera de la habitación, hay que hablar con Hasen.

-Pues, habla.

- ¡Le dije que ella se fuera! ¿Y en general porque ella está aquí? ¿De dónde ha salido?

- Estoy aquí porque Hasen es mi esposo, - rápidamente dijo Hanshaim.

-¡Oh, eso es cómo!-,gritó Akpar-, ¡Bien hecho hermana! Estas rápida, no pierdas tiempo. ¡Eh! ahora yo te diría una palabra, pero…

-Dime-, dijo Hanshaim.

_No es bueno para hermano hablar con su hermana delante de extraños.

Hanshaim miró a Hasen.

-Yo saldré-, dijo Hasen-,Pero mira, Аcparov, sí que…-, él se fue y se detuvo en la indecisión en el umbral.

-Ve, ve mi querido-, pidió Hanshaim-,nada malo va a pasar a mí. Vamos a hablar mi hermano y yo.

Hasen se fue. Hanshaim miró a su hermano.

-¿Y bien?-, dijo ella.

Akparov la acercó, cerró la puerta y la probó.

- Esta fuerte,_ dijo él ,_ no podrá arrancar. Y bien, aquí, la hermana cara, sobre resto hablaremos después, y ¡ahora sal de aquí! No serás nunca la mujer de este canalla !

- Soy su esposa ya , - Hanshaim sonrió ligeramente, y esa sonrisa tan sopló a Akparov que se puso pálido, pero se llevaba refrenado.

-Y sobre eso hablaremos después-, el dijo apretando el látigo-, y ahora sal de aquí! Sal! Sal!

-No me vaya de aquí -, le respondió con calma la hermana -, Yo amo a Hasen, y no me importa por quién le cuentas.

- Pues, — dijo Аcpar y dio una vuelta por la habitación, se dirigió a la ventana y miró al patio.

Estaba amanecido , y el patio estaba vacío.

-Pues-, él dijo misteriosamente-, te estoy diciendo que deshonras nuestra familia. ¡No te importa! Yo digo que este hombre es nuestro enemigo - y te no lo importa también. Te no importa también. Que yo soy tu hermano y puedo ordenarte , ¿es así, hermana?

- Es así hermano- dijo con firmeza Hanshaim.

-Bueno, hermana, buen - Akpar se acercó a Hanshaim y miró a su cara con sonrisa inexplicable- Entonces, no te importa - la vergüenza, la conciencia, los pactos de los padres-. Y de repente con el movimiento casi imperceptible instantáneo El ruidosamente pinchó a sus dientes.

Ella gritó en voz no baja y se sentó en el suelo.

-Levántate - ordenó Akpar en voz baja.

Hanshaim se levantó en silencio. Su rostro estaba cubierto de sangre.

-Bueno, te no importa, ¿no?-, Y Akpar golpeaba varias veces en su espalda con su látigo.

Látigo Kazajo es un arma terrible. Con un solo golpe es posible quebrar los huesos. Pero Hanshaim no se movió.

_Golpearé hasta muerte-, dijo Akpar en voz baja, y golpeó de nuevo.

Cuando Hasen irrumpió en la habitación desgarrando el gancho, Hanshaim acostaba en el suelo y Akpar estaba de pie sobre ella con su látigo . Hasen saltó y arrebató el látigo.

- Te mataré-, él dijo y apuntó un revólver a Akparov-, si no hubiéramos estado en mi casa..

Pero eso no le impresionó a Akpar.

-¡Ah! - gritó Akpar, - ¿tu me amenazas? ¿Has deshonrado mi familia y me amenazas? Bueno, espera, espera, espera, ¡maldita liebre! Llegará y tu turno. Usted tendrá que pagar por las lágrimas de Burkut. Tú no tienes suficiente Que le has arrestado.

Tan furioso que este Hasen, pero a pesar de todo pregunto aturdida.

-¿A Burkut?

-Sí, sí!- gritó Akpar ya en plena furia-. El está en cárcel. Siempre te recuerda, traidora. Bueno, espera, espera, hijo de puta ... - Y desapareció por la puerta. Hasen se inclinó sobre su esposa.

-Hanshaim - se la llamo cariñosamente – querida Hanshaim.

Ella levantó la cabeza del suelo, pero no podía abrir los ojos, todo lleno de moretones púrpura.

-Allí tengo otro vestido mas, de color azul- dijo ella, haciendo una mueca de dolor. ¡Saque de khurdjun! ! Y, querido, no me mires, por favor, ahora. Estoy tan fea.

Hasen sacó y trajo su vestido.

-Date vuelta-,pido ella. Y dentro de un minuto -:Y ahora ven aquí.

Hasen corrió hacia ella con tanta prisa y una ternura casi histérica, tan suavemente la abrazó, que las lágrimas acudieron sus ojos.

-¡Hanshaim mía, Hanshaim ! Querida, amante - repetía casi sin sentido. Ella le miró y sonrió - su labio estaba cortado, y era difícil de decir.

-Nada - dijo ella - ¡nada! ¡Para una persona querida se puede hacer todo! Nunca bebimos una taza de té junto. Siéntate, cariño-. Y cuando se sentaron a la mesa, de repente se preguntó:- Y ¿qué pasa con el Burkut? Está en la cárcel? ¿Por qué?

-Hoy todo sabré-, contesto Hasen-. Ahora me voy.

Le enseñó cómo tratar con el teléfono, abrir y cerrar la puerta y se fue.

-Pronto volveré-,el dijo-, no abras a nadie.

-No tengas miedo-, contestó ella-, Akpar no llegara mas. El está lejos.

Hasen se dirigió a la casa de Olga Pavlovna. Era una pequeña casa de un piso en el borde. La casa era pequeña, apartamento con tres habitaciones, pero el jardín de la casa ha crecido enorme, sombrío. Cerezas más fragantes y más exuberantes lilas crecen en este mismo jardín. El padre de Olga, Pavel Chernyshev fue un gran jardinero y amante de las flores - no había nadie que tenga tales tulipanes, como Chernyshev, a ninguno no había florecido tales rosas de como a Pavel Nikolayevich, y la Medalla de Honor de la Sociedad de entusiastas de la jardinería fue entregado nuevamente en 1913 al Directora del gimnasio de Akshatir – a Charnyshov. Y sucedió tal vez por accidente tal vez no del todo que en este último año de preguerra Pavel finalmente rompió parte de sus relaciones de muchos años, los cuales el mismo consideraba no solo "peligrosas", sino incluso parcialmente conspirativa. Este año, se negó a firmar una protesta de la intelectualidad local sobre algunas fealdades de la policía. . Firmaron muchos de sus amigos, pero él se negó y ni siquiera explicó por qué. Sin embargo nadie esperaba que el firmaría - porque en aquel tiempo ya era cuñado y director del gobernador militar del gimnasio. Y el director, por supuesto, excelente - bien informado, humana y progresista. En su gimnasio organizaban eventos de caridad y los estudiantes estaban leyendo la poesía de Blok y Bryusov. ¡Y qué poemas!

Albañil, albañil, con un delantal blanco

¿Qué estás construyendo y para quién?

Oye, no nos molestes, estamos ocupados

Construimos, construir la cárcel.

Leía artista, y en la primera fila estaban sentados el cuñado del Gobernador militar y el director del gimnasio y aplaudían. Eso impresionó. Pero mucho más importante era, por supuesto, otra cosa. Chernyshev fue presidente de la sección local de la Sociedad Geográfica, y muy activamente se ocupaba con arqueología y la colección de cuentos de hadas, leyendas y canciones. Hace treinta años que envió al académico E. Radloff cincuenta canciones populares grabadas en kazajo, pero con las letras rusas, y desde entonces empezó su correspondencia . Por el informe de este famoso turkologo le concedieron la medalla de oro de la Sociedad de Etnografía. Un año más tarde, por primera vez en Tomsk, y luego en San Petersburgo, se publicó su libro "Canciones y Cuentos estepa helada". Sin embargo, Chernyshev no se hizo un verdadero científico, pero él era un coleccionista diligente, concienzudo e infatigable.

Y los idiomas locales sabían lo que se llama de conciencia. A su hija Olga, también logró infectar a la misma pasión. Desde cinco años ella hablaba kazajo excelente. Y todo estaría bien si no fuera su esposa Alexandra Ivanova. Ella siempre se mantenía al margen de los intereses de su marido, aunque trataba no inferir de ninguna manera. Después de la Revolución de Octubre y los últimos acontecimientos en la ciudad, de repente se anunció que se iba y se dirigía inmediatamente a Petrogrado. Tal vez eso realmente era el más razonable de todos, que la hija del general Kolomeitseva podría inventar o emprender en esta situación vaga. Ya que los apodos " pa-iich" y "El Ahorcado" o simplemente "vampiro" persiguieron a su padre durante diez años. Para salvar el pellejo, el general tuvo que huir. Y su hija se escapó. En Petrogrado, tenía muchos amigos y parientes y se instaló bastante bien — pianista en un cine. Cuatro años después de esto ha escrito la primera carta a su marido, después segundo de respuesta, y se ha anudado la correspondencia. Alexandra Ivánovna llamaba al marido y a la hija a su lado, ellos respondían evasivamente, y sólo en el séptimo año el marido había escrito: «Liquido los asuntos, hago las últimas visitas>>. Si todo va bien, voy a dar un telegrama para que recibas a principios del próximo mes. En cuanto a Olga, todavía no está claro. Si, no está claro-, el dijo, levantándose de la mesa, es muy confutado. Es decir, todo era muy claro, y de pronto ...Solo Dios sabe cómo todo podría terminar.

-Piensa cómo puede terminar todo-,el dijo a su hija por la tarde-, él fue detenido por GPU y por lo visto no es por nada, tu sabes su estado de ánimo, y a pesar de eso, tu quieres esperarle. ¡Es una tontería mi alma! Y luego será así-le mandaran a Siberia y te quedaras solo, sin dinero, sin amigos y sin trabajo . ¿Qué te pasará entonces?

-Voy a esperarle -, respondió Olga ..

¿Dónde? ¿Dónde vas a esperarle loca? ¿Cómo? ¿por qué? Pues, por ejemplo el salga, ¿que va a decirte? El te dirá «como yo odio a todos vosotros, y a ti, rusa, más de todos».

-¡Que dices padre!-Olga protestó.

- Que oyes, querida. El odia a los rusos, y no solo a una o dos o cien personas, sino a todos los rusos, eso significa el te odia, me odia, odia a mis amigos. ¿Tú has oído sus canciones? ¿Te han gustado? ¿No? ¿Entonces que esperas?

Olga estaba callada y luego, cuando habló, su voz era tranquila y ecuánime.

_Mira, papá , -dijo ella - Yo comprendo tus sentimientos pero y ¡tú comprende a mí!, no puedo hacer algo otro. Ya sé lo que vas a decir: romance, juego, Princesa Volkonskaia, y así sucesivamente, que eso es una tontería, yo no juego, sólo quiero vivir y quiero vivir con Burkut. Espera, no me interrumpa. Le darán la libertad. El no es un contrarrevolucionario, y en absoluto él no odia al ruso.El odia a su abuelo, madre , pero me ama y te respeta mucho. ¡Si solo oyerás que dice de ti! Y el habla mucho, en vano pero fielmente. Recientemente él empieza a hablar malas cosas-esto también es cierto. A causa de su lengua él fue arrestado.

_ ¡Y a causa de las canciones!

_Y, obviamente, incluso a causa de las canciones. Es cierto. No puedo dejarlo en tal situación. Por lo tanto, tengo que luchar por él. La gente no es ciega - ve dónde está la verdad, sólo es necesario decírselo claramente. Si todo va bien, nos reuniremos en Leningrado. Esta es mi última palabra.

_Bueno, si es la última… -el padre levantó las manos y salió de la habitación.

Dentro de una hora del momento Hasen llego´ a casa de Olga.

_ Hasen, mi querido, - muchacha corrió a él tan pronto que él sólo pudo cerrar la puerta-,si supiera que desgracia nos ha ocurrido.

-Sé-, dijo Hasen-, ¿permites sentarme? ¿Cómo esto ha ocurrido? ¿Cuando?

Esto ocurró tres días antes . Olga y Akpar se sentaban con Burkut. De repente llamaron la puerta. Eran a eso de las once y Burkut dijo «¿A quién el diablo lleva?»- se dirigió a la puerta y volvió con dos militares en las chaquetas de cuero. Se veía muy confundido.

- Son tonterías - dijo - no lo entiendo.

Uno de los soldados pidió los documentos de Olga y Akpar y dijo mirándoles:

-Pido quedarse entendido es necesario hacer una búsqueda.

Salieron de la casa a altas horas de la noche.

Akpar fue a su casa y Olga acompañó a Burkut hasta las cárceles de la ciudad.

-Significa que él está en la cárcel de la ciudad-, dijo Hasen levantando-, ¡Gracias por la información, Olga! Yo voy a ir allí.

-Yo en tu lugar me iría a la GPU por primero-, dijo Pavel Nikolaevich-,(En medio de la conversación apareció en la puerta, se puso de pie todo el tiempo, escuchando)-,Las visitas están permitidas por el orden del juez el jefe del departamento- y a ellos tenemos que ir.

-Es correcto-, confirmó Olga -, el soldado me dijo el mismo. El llamó la habitación ciento treinta y ocho. Si, él dice, será necesario id allí.

- Es correcto. Iré al ciento treinta y ocho-, decidió Hasen-. En cuanto lo sepa te informaré, Olga, y ahora tengo que salir.

Hasen hablaba aproximadamente dos horas con el jefe del departamento político y fue directamente a casa a Khanshaym ni siquiera paso por redacción.

s

Nikolai Ivanovich Gavrilov,el investigador de OGPU, miró a la punta de la pluma frunciendo el ceño.

El no sabe cómo comportarse con este procesado.En la cabeza de este chico esta´ tanta confusión y una mezcla de todos los conceptos que es muy difícil hablar con él. Si empiezas un tema no notas como pasas a otro tema y la conversación era sobre Alejandro Magno y su imperio. ¿Y qué relación tenía ella con eso?

- ¿Pero que relación el imperio de Alejandro el Grande tiene? - dijo Gavrilov, haciendo un gesto de dolor -¿y que ejemplo es él para nosotros? Sí, estamos construyendo un estado multiétnico pero todo es basado en un interés común, en la amistad de los pueblos, y habían acaparamiento de tierras, robo, privándolos de su independencia: en una palabra, la ocupación militar. ¿Cómo se puede equiparar la unión federada de Estados iguales con la ocupación? Y usted comenzadó a machacar que el estado plurinacional no podría ser duradera. Sí, querida, y ningún Estado puede ser fuerte, si se basa en la opresión. Es por eso que se producen las revoluciones. ¿No está claro para usted? Bueno, histérica Casandra es su maestra, Achan no lo entendió, probablemente, era imposible pedirle. El es un hombre de edad, es educado por mulas . Pero tú, tú, eres joven …

- ¿Y usted le preguntó?-, dijo Burkut. El se sentaba fijamente delante del investigador y lo miraba-. Le hemos preguntado de tal manera que ahora no tiene otro medio.

- Con cabeza hacia abajo del piso arriba-, le miraba Gavrilov-, ¡Sí, es una historia muy triste ! Y Por la conciencia es totalmente absurdo. Nadie iba a tocar a nuestro maestro, sí, en conciencia, y nunca había sido eso.

- ¿Entonces, está él loco?

-Obviamente está loco. Al menos él es socialmente loco. Pero había gente que entregaba su locura. Ellos realmente son los verdaderos asesinos o, en cualquier caso, cómplices del delito. Y las demandas tienen que ser de ellos. Esta conversación está por delante. De todos modos, usted no está involucrado en esta muerte…

-Bueno, gracias a Dios - Burkut se rió - eso significa que usted sabe y las personas involucradas.

- Quizás sepamos-, pero esta conversación también está por delante. Vamos a hablar sólo de usted. Pues , le ofrecemos no ir en esa dirección, su manera se lleva directamente hacia el abismo.

- ¿Quizás en un hoyo?

-Y eso es más justo.Pero el problema no es en las palabras.Nosotros os ofrecemos la siguiente: si usted no puede ayudar, no moleste. ¡Dejese!¡Escuche!Aportar los disturbios y la confusión en las mentes de sus compatriotas es fácil.El zarismo nos ha dejado un legado de noventa y ocho por ciento iletrados. Estas personas siguen viviendo según el Corán y la Sharia y pueden creer cualquiera cosa. Ellos creen en los mulas, y te creerán. Además que usted realmente quiere todo bien a su tribu, pero simplemente no sabe dónde encontrarlo. Para usted cada kazajo es igual a otro kazajo, para usted Karymsak bai y el pobre Matan son iguales.

Burkut estremeció y miró con incredulidad a la juez - ¿qué es eso?¿Una Trampa?

-¿Por qué usted ha llamado a estos nombres?-, preguntó él.

-Para que, mi amado, Karimsak es el padre de su amigo Akpar _ que,¿ no es así?

- Bien, pondremos que es así, pero ¿qué relación tiene Matan con eso?

- Porque Karimsak ha golpeado a Matan hasta la muerte y huyó a China. El tomó consigo todo su ganado y dinero. Además, él ha llevado la ex esposa atada de pies y manos. Que él hará allí con ella no sé, anotará hasta la muerte, o colgará simplemente. Los tres son kazajos y usted quiere moverselos contra de nosotros. Karymsak, por supuesto, irá por usted, y esos dos?¿Cómo piensa usted? ¿Irán ellos también por bai Karymsak?

-Usted empieza traducir la conversación a la persona-,dijo Burkut con disgusto - él todavía no ha podido ordenar sus pensamientos.

- No, solamente,— objetó el juez de instrucción — a los hechos obstinados.

El se levantó, dió una vuelta por la habitación, se acercó a la ventana, la abrió y cerró de nuevo.

- La tormenta se empieza-, dijo él-, pero en momento equivocado: lavará el color.

-¿Y esto sabéis?- preguntó Burkut.

Gavrilov sonrió:

-¡Y de qué manera! Soy un ex maestro. He trabajado en la estepa kazaja por veinte años.Y de qué manera , mi amado! ¡Y mi abuelo era de allí! Le decapitó Khenesary. ¡Mi padre también era de allí! Dutov le ató a la pistola para turbarle.Aquí usted ve, cómo los problemas nacionales son permitidos aquí . El problema no es esto. Así le repito de nuevo la misma pregunta.¿Si le dejemos ir, usted se compromete a dejar de luchar? Eso es ideológico en primer lugar. ¿Puedo asegurar a sus superiores que usted no redactará una nueva canción sobre el sufrimiento del pueblo de Kazajstán y los atrocidades del comisario?

Burkut sentaba con la cabeza hacia abajo y pensaba.

-¿Crees? - dijo Gavrilov-.¡Esto es bueno! Piense en lo todo a fondo y decida si puede usted darnos la palabra. Porque si usted nos da la palabra, usted tiene que saber que no podrá romperla.

-¿Por qué?

- Porque entonces vamos a ver a usted como un traidor, usted será para nosotros no mejor que Karymsak y os destruiremos, tan pronto como caeréis en nuestras manos -. El cogió el teléfono y llamó a horario -. Tome el prisionero de nuevo a la cámara _ dijo, y sacó su reloj _.Ahora son las ocho. Te llamaré a las diez y tenemos que llegar ya con usted a la decisión definitiva.¿Así?

- Es así, - dijo Burkut y se levantó de la silla.

-Espere, -dijo Gavrilov-, Piense en una cosa más. Usted ha trabajado como profesora. Pediremos que dejéis este trabajo. ¿Entiende usted por qué? Será mejor para todos nosotros.

Fue liberado de la cárcel exactamente a las diez. Y cuando el reloj de la pared empezó a golpear, él todavía estaba en la oficina del comandante. Salió y de inmediato quedó bajo el aguacero alegre primaveral. Se lanzó en hojas de Lila,por bajos techos de las casas ,por las lámparas.Con luz amarilla equivocada se vió como eran llevado los flujos turbulentos y los zapatos de Burkut inmediatamente se mojaron a través.

- Mira lo que se hace - dijo el soldado del Ejército Rojo-. Saliendo después él al zaguán de la garita - ¿ puedes mudarte? Cuando te dejarán en la libertad.

- Pronto - respondió Burkut alegremente -¡ pronto! Adiós, camaradas!

"Sí, - pensó Burkut pasando por el patio-Todo el mundo debería tener un amigo al que él podría venir. Parece que eso dijo un héroe de Dostoievski .¿ Y a donde yo puedo ir? ¿A quién? Olga se fue Después del padre ella tenía billete. ¿Akpar? ¡Iré a Akpar! El es capaz de pensar solamente sobre sí mismo. El cree que le pertenecen no sólo el pueblo, donde había nacido, sino tabién la gente de este pueblo, y los rebaños, y toda la estepa en absoluto. No, no, a cualquier, solamente no a él ». Recordó Burkut sobre Hasen, pero en la manera muy breve, acordó así, como se acuerdan a veces de la persona buena, que sería bueno conocer cercana, pero no debía. El pensaba caminando por el parque cuando una figura en negro corrió hacia él de repente .

- ¡Burkut! Burkut-, gritaba la sombra abrazándole-, ¿eso eres tú?

-Dios mío - y sólo alcanzó a decir-, ¡Dios mío, Olga!

-Yo estoy esperando, esperándote, - dijo Olga, abrazándolo -hace tres horas Que me he sentado en este banco. Ves que estoy mojada? Es tan oscuro que no puedo ver tu cara. Has perdido peso probablemente. Te acaban de dejar salir? ¿Tienes hambre? Bueno, vamos, vamos! Todo está listo. Pero te han liberado en absoluto? Así que no te tocarán mas, sí? Por supuesto no te tocarán, ¿Por qué les necesitas?

Ella preguntaba y respondía a sus preguntas.Ella lloraba y reía abrazando a Burkut más cerca.

- En absoluto-, dijo Burkut apretando los dedos de la chica-, no les necesito. Yo necesito solo a ti.

Ellos caminaron a casa abrazando, es decir a casa de Olga, porque Burkut no pudo tener otra casa desde aquel día . Ahora su casa era el lugar donde estaba Olga. Y Olga estaría siempre con él toda su vida. Ella siempre estaba de acuerdo con él, con todos sus sentimientos, sus pensamientos, su actitud hacia la gente y eventos. Esto es comprensible. Si ella le ama, así que ella ama y todo lo que es querido para él - sus amigos, sus pensamientos, sus esperanzas. ¿Cómo se puede vivir con su amado en otro modo? Ella no entendía.

Boda, decidieron jugar una semana más tarde.

A pesar de que el tiempo era vago, decidieron celebrarla de maniere antiguo. Los invitados fueron un centenar de personas - no han olvidado ni Akparov ni Hasen con Khangaaim, o incluso conocidos lejanos como Karazhan, un hombre joven, que había graduado antes de la revolución del Cuerpo de Cadetes.

Del próximo aúl habían conducido un talón de carneros, habían adquirido cinco pieles del kumís. No habían olvidado y sobre la música. Fayzolla sí mismo, trovador local y juglar tuviera que abrir la fiesta. En general, todo fue establecido ,todo salió como se esperaba, y por la mañana del día de la boda Akparov llegó. Llegó en el momento mismo en que el joven hacía la decoración de la mesa final. Burkut estaba de pie teniendo en los manos un montón de los platos. Olga con sus amigas los establecía en las mesas.

-Tenemos que hablar-, dijo Akpar a Burkut saludándole-, puedes ir a otra habitación?

-Así en que es el asunto-, él dijo sentándose en el sofá de su despacho-, Pero en primer lugar, gracias por la invitación. Me acabo de regresar ayer del viaje y me la dieron. Así que, gracias, y le deseo todo lo mejor.

El hablaba sonriendo y sus ojos corrían, sonrisa se volvió oblicua, no era natural, era sonrisa lobuna.

- ¿Esto es que deseas para la boda? - dijo Burkut-, ten en cuenta, te esperamos .

- Por eso he venido aquí — sonrío de nuevo Akpar-, pero no puedo participar en la boda.

-¿Por qué? — preguntó Olga.

- ¿Usted no entiende?-, él la miraba por un momento-, yo pensaba que usted lo entendería. Yo soy un invitado realmente muy peligroso, porque hablo en alto estilo, soy el hijo de un estado traidor y hace apenas una semana que Burkut está en libertad y, por supuesto, le siguen y, en general, mejor que me vea poco gente aquí. Sería mejor para mí y para mis amigos.

- No seas tonto - Burkut frunció el ceño -. Padre ha corrido, pero tú has quedado. ¿Así, es algo de que tenemos preguntarte?

-Sí, por desgracia, es lo que. Tu eres un kazajo y sabes nuestra costumbre. Tal invitado, como yo, en la fiesta de boda es una pena para la casa. Quién no ha podido dar su hermana francamente y la dio a un enemigo, a la boda de otra persona no se atreve a ir.-, Su cara estaba desencajado por la rabia.-, ¡El canalla! Deshonestar así toda la familia...Yo desde luego no voy a vivir, maldita sea ... -, Cerró el puño y lo agitó, pero de pronto volvió en sí y rápidamente volvió a sonreír -¡Oh, Dios mío que digo! Ha venido en la víspera de boda a la casa de la novia y llevo los tonterías. Estoy aquí con lo que ...

Metió la mano en el bolsillo y sacó un brazalete de oro macizo con cierre de granate.

Olga quiero hacerte un regalo de boda. Es genérico. Ha Pasado de abuelos a padres, de generación a generación! ¡Tómalo!

-¡No, no! - dijo Olga, moviendo-.Ahora no tome, sólo en la boda...

El levantó las manos:

-Yo digo que no puedo llegar a la boda, y tú no me ofendas...

-Esres tú quien me ofenda, que ni siquiera quieres...

-Olga, Olga- movió la cabeza Аcpar- ¿Qué estás diciendo Olya? ¿ No habría venido si pudiera? Toma, no ofendas.

-¡Toma! ¡Toma, Olga! Apoyó Burkut a Akpar-, Después de todo, es de buen corazón.

-Un garnet por suerte-,continuó Akpar-, ¡Mira, es como la sangre, incluso arde ahora, y en el sol!

Permítanme desgaste.Y bien, ¿es perfecto! Como si es especial para ti. ¡Lleves no quitando!

Olga miró a Burkut : ella se sentía muy incómodo. Ella era un poco de miedo de Akpar.Esto se le ha quedado de aquellos días, cuando él cuidaba de ella. Siempre ella sentía en Akpar algo escondido, incomprensible. Y sus palabras sonaban siempre un poco no así, como si él día uno, y pensaba sobre algo otro, y sus ojos no sonreían, y fueron fríos y inmóviles, pero rió de buena gana y sus actos fueron extraños y incomprensibles. Cuando ella claramente dijo su preferencia a Burkut, ellos divergieron y no se veían casi el año.Luego, los tres de nosotros nos reunimos y fuimos al cine - del viejo no se ha dicho una sílaba. Desde entonces comenzaron a salir de nuevo, y todo fue como en sus relaciones y no había nada más que conversaciones de diversión, encuentros aleatorios, paseos con los tres: ella va de la mano con Burkut y Akpar en algún lugar cerca de aquí, aparece y desaparece, y luego participar en una conversación, y luego desaparece. Y si no fuera por la extraña sensación de tensión, que siempre dominaba de Olga, uno podría pensar que todo el pasado realmente esta olvidado,y Akpar sólo es un viejo amigo confiable.

Te ruego que esta pulser este contigo durante la boda, dijo él.

-Si, si- se acordo Burkut-,tiene razón, tiene razón. Y si uno pregunta de dónde es, contestaremos «el regalo de boda de nuestro amigo Akpar» si no pensaran que no ha llegado porque esta ofendido de algo. ¡Por supuesto! Exclamó Akpar. Use con salud, querida, ¡lo te ha traído corazón puro! Y ahora... Se volvió hacia Burkut:

- Quisiera decirte algunas palabras, creo que Olga no se ofenderá si tu... Por favor, por favor, - dijo Olga con rapidez y salió por la puerta.

-¡Chica preciosa! -suspiró Akpar. - ¡Qué suerte, Burkut! Pero eso es lo que quería decirte: ama a tu esposa, cuida de ella, pero guarda tu boca cerrada. Nuestro negocio - es nuestro negocio. Y mucho mejor para nuestros queridos cuando puedan contestar a todas las preguntas de otros: "No sé nada." Por qué implicarles Dios sabe dónde! ¿Estás de acuerdo?

-Sí, quizas – respondió Burkut.

-Está muy bien. Y ahora yo me marcho – él se acercó a la puerta y se paró. – Sí, y una cosa más. KarAhan también ni estará. Mañana él se va al amanecer.

-¿Por qué?

-Por la causa de la Instrucción pública del Comisariato. Le quieren hacer algo de gerente. ¿Por qué te sorprendes?

-Pero deja,¿que tiene aquí la instrucción pública? Es que él ha terminado el Cuerpo de Cadetes en Omsk, enseñaba a los soladados alashordanos en algún lugar cerca de aquí. ¡Es qué él es un soldado de la guardia!

-Sí, es que nosotros pensabamos así – se rió Akpar – pero en la realidad él ya en el Cuerpo de Cadetes trataba con los bolcheviques. Y se encontró en los alashordanos absolutamente no en vano.

-¿Y por qué él estuvo con nosotros?

-¡Eso va y pregunta a él! ¿Por qué? Yo pregunté – reía. «Servimos para el mismo hecho – él responde- vosotros de esta manera, yo de esa manera» - eso es toda la conversación.

- Y está bien que él no llegará – se irritó Burkut –. No puedo tolerar a tales... a tales les han rodado, un campo – hoy está aquí, mañana – allí. El viento sopló y él voló con él.

-Bien, - Akpar puse la mano en su hombro-. Veremos como él se llavará luego. Pero aquí, ve que tenemos, no quería decir en la presencia de Olga, es que he entrado para despedirme, ahora me voy.

-¿Adonde?

-A Alma –Ata. El cochero ya espera. Y tú también no te quedes aquí por un tiempo largo. Pronto te casa, vive con su esposa una semanita y tú también sal para Alma – Ata. Te esperaré.

-Primero, llegaré al aúl – dijo Burkut.

-¿A su aúl?- se sorprendió Akpar.

-Pero en que mío – manoteó Burkut-. Tú sabes soy huérfano, mi madre murió, cuando no tenía aún cinco años, y el padre – allah sabe cuando. Quiero ir de visita al tío, me ha llamado.

-¡Qué decir! Si ha llamado, vete – permitió Akpar generosamente –. Ora morirás de hambre junto con su esposa. Por poemas nadie va a dar de comer. No hay bais. Se han terminado nuestras ganancias pequeñas. Necesitas trabajar, hermano, eso es.

-¡Nuevo trabajo! Como si me darán trabajo y yo lo renunciara – se rió Burkut - ¿Quién me encargará?

-Evidemente él, quién ha dado trabajo a KarAhan – el poder soviético.

-¿Sí? No se puede creer, que el poder soviético de Nuevo me daba trabajo.

-Pero tendrás que creer, querido, tendrás que. Y no solo creer, sino también empezar a trabajar. Trabajar para ellos. Pero de un modo inteligente, sin duda. Es que tú entiendes, que si yo no fui a China con mi padre, eso no fue en vano.

-¡Ah, por eso! – se rió Burkut-. Así, trabajar como con los suyos, también y con nosotros. No, eso no es para mí.

-¿Pero sentarse en la cárcel es para tí? ¿Sí? ¡No digas tonterías! ¡Recuérdate que decían nuestros ancestros. Si es el tiempo de la zorra, sé mismo el gango.

-¿Y mañana convertirse en el lobo y aplastar al gango? No eso no es para mí de ninguna manera. Yo lucho solamente abiertamente.

-¿Y eso no es fuera de tus fuerza- luchar abiertamente? – reyó Akpar- ¡Ah, Burkut, Burkut! De toda manera quieres perforar noblemente, y si luchar – solo cara a cara. No, querido, los tiempos de Jeke – luchadores se han pasado y sin retorno. En esta lucha será necesario tolerancia de camello, astucia de zorro, pies de conejo y colmillos de lobo, y quien no tiene todo eso tendrá que sacar. Así, sal para Alma – Ata, pero recuerda, dígalo a Olga también, si nos encontramos en la gente, no somos conocidos.

-Eso es que tienes temor – se rió Burkut-. Tienes temor de que tu partidario se ha sentado en la cárcel. Eso, digo, no tiene nada que ver conmigo, yo he dejado de saludarme con él. ¡Ah, tú, lobo! ¡Eres un lobo!

Akpar sonrió.

-Que soy un lobo, eso es así. Que hasta hoy tiempo he escondido los dientes, también es verdad, pero en ninguna otra cosa no soy culpable. Y especialmente ante tí. Cuando no veremos, entenderás. Y ahora, hasta luego – él se marchó y se paró –. ¿Sí, Hasen asistirá a la boda hoy?

-Y qué – inmediatamente aplicó el aíro Akpar.

-Eso significa que asistirá. Pero yo pensaba que ya se había marchado. ¡Pero no, nada! Yo me marcho. Hola a Ole querida.

El se marchó, pero Burkut estuvo por un largo tiempo, miraba a la puerta, de la que él había salido, y pensaba.

En la boda hubo muchos visitantes. En total, salvo de Akpar y KarAhan, habían llegado todos. Había llegado también y Hasen con su esposa joven. Janshaim regaló a Olga un anillo de oro con rubís. El anillo fue muy caro. Lo había forjado un joyero cerebro Mustay. Este anillo y el brazalete regalado por Akpar, formaban parte de la herencia de Janshay. Viendo el brazalete ella se apenas resistió para no exclamar. Antes de la huída a China Krimsak había sacado el brazalete de la mano de su hija y lo había escondido en el cofre. «Lo pondrás de Nuevo en otro lugar» - dijo él. Pero otro lugar Janshaim no vio y por eso consideraba que no vería sus joyas también, y he aquí les encontró en la mano de otra mujer después de unos días. ¿Cómo eso podría pasar?

Y para que no se diera estas preguntas, Janshaim apretó la agitación, dijo algo no importante y rápidamente se alejo de la novia.

Y Fanzola este día superó a sí mismo. Los ancianos, llegados a la boda, solamente chasqueaban la lengua aprobativamente. El estragó una nota delgadísima como el pelo del violín, el violín casi hombre cantaba en su mano. Y lloraba también como un hombre. Y después Faizola tocó algo alegre y brioso, y las chicas empezaron a acompañarle, y con el tacto de la canción daban palmadas. Después tomaban té y cantaban de nueve, y aquí de repente se oyó el sonido del vidrio. Alguien disparó al vidrio. Los trozos cubrieron el suelo y volaron hasta la mesa. Todos gritaron pero el más de todos la ama de casa Sacipjamal. Mano llevó como un trapo húmedo. Ella la sacudía y lloraba. La sangre azotó directamente a la mesa, y pronto todo el cubierto fue en sangre. Ayeando y llorando le llevaron a otra habitación. Corrieron por el médico.

-Disparó de pistola brawning, canalla, - dijo Hasen acercándose a la ventana y examinando los trozos –. Está bien, que cayó a la izquierda.

-¿Por qué dispararon a ella?- preguntó Burkut con confusión.

-Eso era no para ella, sino para mí – se arrugó Jacen-. Ella me sirvió té, ellos dispararon, y cayeron en la mano. ¡Canalla!

-¿Quién es canalla?- exclamó Burkut ya no entendiendo nada.

-¿Pero quién? Akpar, sin duda – se sorprendió Jacen- o alguien de sus amigos.

-Akpar – Burkut salió corriendo a la calle.

Noche, luna, sombras en el suelo, no hay nadie. Sólo en algún lugar lejano golpeaban cascos.

«¿Es posible que sea Akpar? – pensaba vagamente Burkut – ¿para la hermana?

Pero todo puede suceder. Si él me ahora encontraría...»

Pero encontrarse no logró. Tres días después Burkut con Olga salieron para aúl al tío.

Parte segundo

Vagabundeo en el cruce de caminos

El faetón volaba a lo largo de Bukhtarma. El camino pasa al lado del mismo río. Pero el río aquí es rápido, tempestuoso con orillas altas y rocosos. Como si las rocas lo cortan por la mitad, y de una parte se queda el río, del otra – estas rocas sonbrías y altas, con nubes en las cimas. Si matas la cabeza para mirar el gorro se caerá de la cabeza. A lo largo del camio hay pinos, abetos, un bosque espeso, conífero. Y más cerca del río son prados inundados, hierbas alcanzan al cinturón – y se cultivan en estos prados bardanas jugosos, umbelas altas, flores rojos y azules. En el aire hay trasado continuo de aves, que ahoga todo: golpe de cascos, el viento en las rocas y aún el bramido del torrente. Para el hombre, acostumbrado al sonidos de la ciudad, al timbre, al claxón, a las sirenas, puede parecer, que se ha encontrdo en el país del cuento: y las rocas de aquí son fantásticas, ora agudos como picas, ora como esculturas gigantescas del cuento, y los bosques son frondosos y misteriosos, y aves no son ordinarios. En el faetón son tres: el cochero en el zhupán, un hombre sombrío, taciturno, a lo largo de todo el camino el dijo ninguna palabra. Son Burkut y su esposa. Olga tiene un vestido blanco de seda y pañuelo. Ella mira y no puede dejar de mirar, ella admira y no deja de admirar, aquí todo la sorprende – y estos picos, y las flores desconocidos en el borde del camino, y diferentes aves.

Burkut, por lo contrario, es sombrío y concentrado. El piensa sobre el suyo. No ordinario es el suerte de muchos siglos de su pueblo, piensa Burkut, no ordinario y confuso. Es muy difícil, pero es mejor dicho –simplemente no es posible comprender todo eso como si en la aspiración ciega de la plazma de muchos millones hombres del sur al norte. La historia de loc kázajos empieza de que cerca 20 años antés de naciminiento de los uisunes de Jesucristo – uno de los más poderosos tribus de kázajos- salieron al lago Balkhash.

Pasaron ellos por el valle del río Il, por las orillas del lago Alacul . este lugar no en vano se llama «puertas históricas» - todas las naciones, precipitándose al sur, han pasado por aquí. Durante casi cuatrocientos años los uisunes poseían con la orilla de Balkhash y con todo el Semireche en general, hasta que una otra ola en 177- ya de nuestra época- no les llevó lejos al oeste. Llevó, además, no solamente a los uisunes, en aquel tiempo llevaba y portaba a todos. Ni una nación no pudo sostenerse ante la ponderosa invasión de los hunos, lo brotó de China y se expandió por todas las estepas meridionales. Empezó la gran transmigración de los pueblos. Los hunos dominaban estos países por más de tres siglos, y luego, en su torno, fueron desalojados por los mongoles y desaparecieron completamente sin ninguna huella y estatua – así, que aún el facto de su existencia, como dicen historiadores, «no fue fijado alceológicamente».

«Al occidente corre el viento, y al oriente corre el viento, zumba, zumba, y de nueve vuelve a sus círculos», - se dice en un antiguo libro. Naciones ora fueron de las estepas, ora las invadieron de Nuevo, ellas luchaban una contra la otra, después se reconciliaron, fraternizaron, se mezclaron, así como de pronto fue imposible entender que tribu es, de donde ha venido, y que fue su papel en todo lo ocurrido. Quién solo no había estado por unos siglos en la tierra atormentada de los kázajos. Aquí estaron y pechenegos, y turcos, y pólovtsi- hasta que, por último, en el siglo 19 una ola ponderosa de invasores de pólovets no arrojó a todos ellos hasta Volga y a lo largo de las estepas y ciudades de Rusia. Que ocurrió luego, es muy sabido de los anales, bilinas y leyendas rusos. Hubo una matanza sinfín, hubo ciudades quemadas, hubo mujeres lloradas- ¿quién no recuerda el lloro de Yaroslavina? Hubo ciudades borrados de la tierra, y todo eso continuaba como si infinitamente. Y aquí e nueve aparecieron los kaysaki kirguises, completamente desaparecidos de la tierra después de la invasión de los hunos. Desde este momento y empiezo, estrictamente dicho, la historia del pueblo kázajo. Su atormentada, sangrienta historia, dónde hay más caídas que victorias-.Desde el Segundo hasta el decimoctavo siglo la nación de kazajos experimentó, parecía tres veces, exterminación total. Tres invasiones desastrosas (los Hunos, los mongoles, Dzungaros), parece, lo quitaban definitivamente de la faz de la tierra, pero él continuaba viviendo. Y luego comenzó՛ el decimoctavo siglo con las expediciones coloniales del zarismo, con el poder de janes de Kokand, Jiva y Bujará. En general, la historia no tuvo lugar. Todo pasado de este pueblo infeliz, rechazado se reducía a los sufrimientos, las luchas sangrientas, las derrotas y las muertes.En la Edad Media lúgubre y cruel era difícil encontrar algo semejante. Si no por eso el alma del pueblo kazajo se ha conservado más no en las canciones, no en las historias alegres, no en las leyendas heroicas — que también eran posible, pero no en ellos es la esencia, es en la imagen genial de Korkuta y Asan Kaygy. Vagabundea por siglos eternos este peregrino Korkut en su camello de pies ligeros, esperando encontrar la tierra, donde no hay muerte. Pero donde él ni iba, en todas partes ante él se abría la tumba desbocada - aquel hoyo vacío y estrecho, que siempre en las leyendas y las leyendas del pueblo kazajo era el verdadero símbolo de la muerte. Y entonces se dio cuenta que la única obra inmortal es creación. El hombre se muere, y la canción se queda. Y él les enseñó a sus compañeros juego en kobyz.

¡Y otro héroe de la leyenda, Asan Kaygy, y es más fácil decir — el Asan-pobre diablo, busca también la tierra de Promisión, donde los pájaros harían los nidos sobre las espaldas de las ovejas! Una imagen más silenciosa y de paz el poeta, por lo visto, no podía inventar para expresar la melancolía sobre la tranquilidad, el silencio. Y vagabundeaban por los siglos los simpatizantes grandes del pueblo kazajo, Buscaban sedación y no podían encontrarlo.

¿Qué estás soñando ahora, Burkut? ¿En qué piensas? ¿No tienes suficiente cantidad de estas lecciones sangrientas? ¿De veras la grandeza del pueblo es concluida en sus tragedias? Pero crees en la fuerza de la vida de los compatriotas. Nada en el mundo no puede conquistar y tirarlos debajo de los pies del conquistador. Cree, cree! No importa cómo se quemó la tierra, no importa lo llena de su sangre - su gente todavía se levanta de su ceniza, como el legendario Fénix!

Tal vez por eso su gente siempre está cantando. Nace un niño y cantan los viajes frente a su cuna, el viejo se muere y sus hijos con la canción le bAhan en la tumba. Se llama esta canción zhoktau, es decir canción de la inexistencia. Cantan, cuando pasean, cantan, cuando trabAhan. Cantan en la mañana, cantan en la noche, cantan en la pena, cantan en la alegría. Muestran a la novia a los invitados y cantan Betashar. La casan y cantan el calor-calor. Se enamoran - cantan, dejan de amar - también cantan. Cada nación reproduce a su manera la juventud. A los griegos se ha fosilizado en las piedras de la Acrópolis, a los italianos se ha encarnado en las pinturas de Rafael, los kazajos dejan la canción, pues ella es mejor que ha sabido crear la nación.

El padre de Olga relato a Burkut sobre el ace famoso servicio conmemorativo anual, dispuestos en la memoria del hombre rico Saginay. Aquí todo era grandioso, como en las leyendas antiguas. Para los invitados rotaban las yurtas blancas. Solamente los ricos en aquel tiempo tenían unas yurtas de la lana blanca, y aquí eran puestos por quinientos. En quinientos yurtas blancas estaba quinientos tapices de Bujará.

Cinco mil personas vinieron de todas partes de la tierra kazaja.

Servicios conmemorativos duraban dos semanas.

Los invitados tomaban cinco toneladas del té de flores y cincuenta toneladas del azúcar. Desde Tashkent, Kazan y Nizhny Novgorod fue traído a esta porcelana fiesta del té, los samovares.

Diez mil de mantas satinadas y las almohadas del plumón purísimo prepararon para el descanso de los invitados ,quinientos martas siberianas y cinco mil de batas de Bujará y ellos llevaron consigo. Veinte mil ovejas y mil de caballos, potros de un año acuchillaron para su ofrecimiento. En eventos ecuestres asistieron tres caballos. Los huéspedes sirvieron quinientos jinetes del Cáucaso ecuestres y trescientos mujeres.

Costaban estas comidas de exequias al género Kerey tanto, cuanto había costado al Gran Mogolu el palacio famoso ' Gadzhi Mojaba — uno de los milagros del mundo.

Pero nada habría quedado en la memoria de esta gente de estos servicios conmemorativos excepto Beshbarmak carreras y si no fuera trágica canción del gran poeta.

Pero nada había en la memoria del pueblo de estas comidas de exequias, excepto las carreras y Beshbarmak, si no fuera trágica canción del gran poeta. Y no sobre del muerto de bai era puesta, no. Durante las carreras era matado el Kulager famoso — el caballo del cantante Ahana Sere. Matado al caballo los bandidos, dos hermanos, Kotrash y Batrash, quebrantaron a ello la cabeza por el garrote, pues el pobre caballo no debe retener a los caballos de carreras famosos sacados a la fiesta por los mejores jinetes del Cáucaso de todos tres géneros. Y la canción sobre del muerte caballo admirable, puesto por su amo — este himno verdadero del dolor, ira y sufrimiento — sabe cada kazajo.Se enorgullecen los kazajos de este canción no menos, que los hindúes por el milagro de mármol de Tadzhi Mojaba.

¡Aquí que significa la canción para el kazajo! Por eso Burkut temía más que la cultura rusa destruiría mejor que era en los kazajos, — su ducha — su canción grande e inmortal. Es porque él era triste, pensativo, dispersado y cantaba en media voz:

Mi vida es un camino desierto,

Es muchas paradas de las verstas.

Era feliz poco, lloraba mucho,

Y siempre mi pan era seco.

Pero no sabía, cómo vivirme de otro modo y para que sobre mi vida lloraba esta solitaria dombra.

— ¿Escucha que por la canción extraña? El camino desierto, solitaria dombra lloraba mucho en la vida - Olga dirigió a su marido -, ves mejor, es muy hermoso aquí!

Una hora después, el camino se fue por la estepa. Ahora en todas partes, por cuanto bastaba el ojo, ardían los tulipanes rojos y amarillos, y en la distancia en el horizonte se pararon y se arrastraban lentamente grandes parches de niebla, eran amarillos, luego rojizos - ardían las nieblas lejanas. ¡Y era silencio, silencio! Corría en silencio la tripulación, se arrastraban en silencioso las nubes blancas, y las sombras se deslizaban en camino y en los individuos de los viajeros. Olga dormía con fuerza y sonría en el sueño, incluso el sol de la estepa (a veces su rayo directo y ardiente se escapará de repente en el instante de la nube ) no pudo inquietarla, movería solamente la cabeza y arrugaría el entrecejo. Todo el mundo parecía que se había agazapado en espera de algo. Y una vez se rompió el silencio. Esta vez se ha dormido Burkut, y se ha despertado del grito de Olga:

- ¡Mira! ¡Mira!

A su faetón se movía rápidamente a toda brida la liebre. Las orejas al pobre eran apretadas a la espalda, y él volaba a toda brida. Y en el desierto no había nadie - ni el lobo ni zorro o un perro, nadie.

- El está loco - espetó Burkut.

De repente, una larga sombra negro se deslizó por la hierba, y ellos vieron un águila real. Anteriormente, no lo había sido. El como una piedra cayó de las nubes. ¿Cómo el liebre podía sentir sobre él este aladas garras de la muerte, si hasta el último momento contenía detrás de la nube? Ver, por supuesto, no podía, pero, obviamente, el instinto le dio una idea sobrenatural y especial. La sombra callada negra era completamente lista a derrumbarse a él, como de repente la liebre hizo un tirón increíble o el salto y echó bajo el faetón.

«¡Estén!» — grito Olga al cochero.

Los caballos acercaron. Águila real voló, o mejor dicho, se deslizó fuera de la tierra - terrible y silenciosa, como un pez monstruoso (Burkut vio sus plumas de color marrón-cervatillo en las alas, el pico era temida negro, cabeza era como de serpiente viciosa) - y las alas casi golpeaba chaise, con grito enojado disparó a las nubes.

— La pasión es algo malo, — dijo el cochero —. Tales y atacan a la persona, por supuesto, cuando son demasiado hambrientos.

Burkut miró debajo de la faetón. El liebre estaba, ajustadamente habiendo apretado contra la tierra, se veía, como se levantaban sus lados.

— Que se recobrará, — dijo Olga —, esperaremos.

Se quedaron durante unos cinco minutos, y cuando se alejaron , la liebre acostaba inmóvil durante algún tiempo, y luego se levantó y tomó a sus talones.

— ¡Buen viaje a ti, la trenza! — Olga le gritó.

Y el liebre como si la había oído: corrió hacia la colina más cercana, se extendía estilo y repetidamente saludó a su pierna. Olga se echó a reír. Se rió y Burkut. Se rió y pensó inmediatamente.

«Aquí el faetón, — pensaba él —, le ha salvado a un ser vivo la vida. Mi pueblo... ¿Si Podré servirte aunque del mismo refugio en la temporada de la pena?»

- ¡Maldita sea que se arrastra en la cabeza! - dijo con tristeza.

- ¿Qué? - preguntó Olga.

- Mira a la roca, ¿a que es parecida?

Olga miró y dijo:

— A una persona.

- Cierto. Kazajos llamaban "Kerbezshyn", es decir la bella de piedra. De aquí esto no es tan ve, pasaremos he aquí por otro lado…

Cinco minutos más tarde llegaron a la roca.

- Bueno, - dijo Burkut parando - Yo nací aquí. Era casi exactamente hace treinta años -. Y viendo que Olga lo miraba con incredulidad, se echó a reír -. Aquí es nada sorprendente, querido, no. Entonces nuestro pueblo vagó hacia Tarbagataya, nos alojamos aquí por la noche. Eso es ... - él levantó las manos.

Olga miraba : las rocas eran altas, escarpadas y desnudas, y aún en ellos se subió a la parte superior de la curva de viento, pinos deformados y retorcidos. Y debajo era ruidoso y divertido. Estaban de pie en un bosque de abedules cerca de sus pies tocaron el flujo de clave y claro rodaba por el lecho del río de arena blanca.

- Sí, en esos lugares y valles son nacidos poetas - dijo Olga.

Burkut volvió y dolorosamente la sonrió.

— ¿Que? — Olga fue perturbado.

— Así, nada, — dijo, y de repente explotó - ¿nacen poetas? ¿Y por qué, preguntar, que nacen? ¡Para gritar en tambor y melodía! ¡Cavar en la tierra! ¡Ridiculizar los puños! ¡Revelar a los burócratas! No son necesarios para esto ni las rocas, ni el poeta.Y yo soy un poeta, yo nací aquí, ¡yo quiero cantar para la gente que quiero y sin la cual no puedo vivir! ¡No me importa los trompetas y los grupos de agitación! ¿Comprendes?

— ¡Comprendo! — dijo Olga y le dio un beso en la cabeza -¡Entiendo, querido! — Pero pido ¡sé no sólo subido, sino también inteligente! El poeta debe ser pensador. A ti todo la racha. El poeta, debe tener no solo un corazón caliente, pero también la cabeza fría.Promiseme pensar. Recuerda: respondes para dos vidas.

- Eso siempre me acuerdo, querida, - suspiró Burkut.

— Es bueno. Y a propósito de todo el resto... Quieres la felicidad para el pueblo , como lo comprendes, pero la gente puede hacer lo contrario. El tiene su propio concepto del bien y del mal, y no puedes imponer tus pensamientos a ello.

-Es muy bueno que quieres al pueblo, pero es malo que el amor tuyo es egoísta.

— ¿Cómo es esto?-, Burkut pensó que había oído mal.

- Sí, querido, - confirmó con humildad y piedad Olga -.Es egoísta. El amor irrazonable más a menudo es tal. También imponen sus conceptos a queridos: haz esto, y creo que esto es bueno y esto es malo, cree en mí, no en ti, yo sé mejor lo que tú necesitas, porque soy más inteligente. ¿Esto no es el egoísmo? Ya sabes, hay un proverbio ruso: "Te deseo lo mejor y te empujo en el agua, y tú no entiendes el bueno y sales atrás». ¿Parece que eres tú?

-No, - dijo Burkut y se rió.

- Y como no, no decida todo por adelantado, sino trata de entender que su gente quiere. Y cuando entiendas su voluntad -sométete a ella. Por una buena razón se dice, "La voz del pueblo - es la voz de Dios"

Al puesta del sol, ellos llegaron al campo de Burabay. Se puso de pie en la orilla de un lago cubierto de gruesa caña. Entre las innumerables yurtas negras repartidas por toda la orilla occidental del lago y la rosa yurta blanca a su lado con una docena similar pero más pequeña. Ellos fueron hechos de los mejores fieltros blancos y se quedaron al margen de todos los demás campos entre una pequeña y divertida arboleda. Allí mismo, a unos cincuenta metros de la propiedad, había caballos. Treinta caballos engordados y lisos-¡la lana se brilla! Debajo de los asientos y con una correa. En el campo nadie se veía, solo ladraban perros.

-No les gustamos- sonrió Burkut - no muy alegre nos reciben aquí.

- Si el inspector estaba llegando, probablemente estaban corriendo - sonrió sombríamente cochero.

-Mira, mira-, agarró el brazo de su marido Olga.

Galopando llegaba hacia ellos un alto jinete.

Desmonto el caballo, lo tomó de la rienda y se fue a faetón. Bizqueando, Burkut le miró y trató de recordar dónde podría ver este joven alto y moreno. Estaba vestido- pobre: chekpen de lana de camello con cinturón correa de cuero, en la cabeza un borik antiguo y quemado, en los pies botas remendadas batidas. Así se visten en el pueblo los pobres o los funcionarios. Sin embargo, en todas partes, incluso de la marcha, fue posible reconocer a un verdadero jinete. Y la costumbre llevaba con todas las reglas: los huéspedes son recibidos en el pueblo a pie, si alguien está sentado en caballo, tiene que desmontar y acercarse al huésped, llevando el caballo en ocasiones - y todo eso ahora hizo joven jinete. Pero por la manera con que caminaba, y sonreía y como finalmente levantó el látigo, defendiendo de los perros, una vez que se pudo ver a una persona amable, impecablemente educado y que conoce su propio valor. Pero de repente rostro frío y guapo se iluminó de verdadera alegría.

- Burkut-ajá - gritó y sostuvo las dos manos a la vez.

- Espera, espera - Burkut dijo, recordando - una cara conocida, pero algo ... ¡Oh, Dios mío! Es Erkebulan! Eso nunca lo sabría ...

Ellos se abrazaron.

— ¡No, como el tiempo corre! — continuaba Burkut. — Te recuerdo todavía como el zagal, tuviste doce años entonces, ¿probable? Sí, de ningún modo no más de doce. Ahora eres un jinete del Cáucaso. — El se ha vuelto a Olga: — Aquí, conoce — mi primo, el hijo del tío, se llaman Erke. Y ella, Erke, es la tía Olga.

Erkebulan sonrojó de vergüenza. Tomó en sus enormes manos morenas cepillo de Olga y suavemente se la estrechó.Era evidente que El por la primera vez veía a tal mujer hermosa, adornada joven.

- Bueno, ¿qué te fijas en ella -? Burkut sonrió - ¡Abrázala fraternalmente! ¡Olga, ya que él te teme, la palabra de honor, teme!

Olga se echó a reír:

-Nunca pensé que podía inspirar tal temor a jinete del Cáucaso. Nada, nada, en pronto seremos verdaderos amigos. Ya puedo verlo.

— ¿Y bien, qué tal? No he podido llevarte conmigo entonces.¿Qué puede hacer? - ¡yo era un estudiante! Entonces, ¿cómo te vas?.

- Hay no cambios, todo está el mismo, - dijo Erkebulan -¿Y cuáles pueden ser mis asuntos? Soy un pastor. Eso es todo.

- ¡Pobre! Ya sabes, Olga - Burkut volvió hacia su esposa - el destino de este chico es en mi conciencia. Se quedó huérfano, mi tía llegó a la funeraria, quería llevarle para educar, nuestros mayores no le dejaron irse. Dijeron que le educarían. ¡Y aquí se ve cómo le han educado! Sobre esto hablaremos después. ¿Y ahora qué tienes en el pueblo para el reunión ? Treinta caballos se sitúan en la picota. ¿Que pasa?

— ¡Sí, aquella! —sonrió doloroso Erkebulan—. Es así en nosotros, el hermano de aquella que sería mejor si no la veía mis ojos. ¡Shabagas — Bai se casa!

— ¡Bien! ¿Es que vez?

— ¿Y quién ha contado? ¡ Es décimo, probable! Sus mujeres se mueren de pronto, es doloroso. Ahora la mujer más joven murió y él decidió afortunar a Nurzhamal. Ella tiene diecisiete años y ¡El es de sesenta! ¡Qué bien!

—¡ Sí !, — dijo Burkut —¡ Sí !, ¡Esto es realmente así ! — él nada encontró que decir. — Es tal la costumbre de los abuelos y de bisabuelos.

— Pero lo aceptáis cerca al corazón así que... dijo Olga, mirando al jinete del Cáucaso joven.

— Es correcto, hermanita - dijo Erkebulan -en mi corazón está boda es maldita. Nosotros somos así. Se queremos con Nurzhamal... Mejor a mí verla muerta, que... ¡El anciano Maldito! ¡Ella, ella en la mujer menor! Ah ti…

— Espera, espera, - dijo Olga aturdido - diga que la esposa más joven, pero a menos que y hasta ahora …

— ¡Y de qué manera! Oh, hermana, ¿no sabes nuestras costumbres - agitó sus manos Erke -, si los ancianos nos ordenan enterrar a la persona en vivo en la tierra lo haremos. ¡Contrati, Burkut, no irán! Diréis — y todo será según tu palabra. ¡Sí, sí! ¡Allah os ha mandado!

— Sí, sí, - repitió Burkut él casi sin sentido -. Sí... él, por la conciencia, no sabía que decir. ¿Y porque su padre fue por eso? Realmente, diecisiete años... Y sesenta... El estaba angustiado. Lamento para el muchacho, pero él llegó al pueblo no para derribar el hábito.Y bien, de veras el padre pudo consentir .

— ¡Burabai ordenó! En contra de su palabra no arrollar. Ese viejo diablo prometió darle el picazo , y él en todo el alrededor es como una bandera.

Burkut trepó callando en la tripulación y saludó al cochero: “Lleva!”

Entraron en la aldea.

Cantaba la muchacha. Cantaba y lloraba. Lloraba sobre el aúl natal, que no vería, sobre las amigas, con la cuales tenía que salirse, sobre lo que en la infancia la querían y cuidaban y no permitían el viento soplarla, pero a medida que creció, fue vendido al otro partido por el garañón y cinco ovejas.

— ¿Quién es? - preguntó Olga.

—Mira, mira - la agarró del brazo Burkut. A causa de las yurtas grises aparece procesión de niñas. Estan vestidos festivamente: capas de gorras de terciopelo verde y negro, sable y solideo bordado de plata y oro en las cabezas. Todos tienen manojo de las plumas en las cabezas. Las trenzas son desatadas, y en ellos están enlazadas las monedas y las chucherías de plata. Todo esto se mueve, brilla, suena. Detrás de la procesión sin tener prisa va la telega, y en ella son muchas cosas.

- Pero Nurzhamal - murmuró Burkut.

Ella caminaba delante de la procesión -esbelta bella, cara vista con trenzas largas y oos negros enormes. “Ella tiene ojos de potro”, — así hablan sobre tales muchachas los kazajos, y es el elogio superior. Además, ella era delgada y elástica, tal vez de esto parecía más alto que sus amigas."Mira como un cisne entre los gansos" - murmuró Burkut. Las muchachas pasaron a través del camino y entraron en la yurta pequeña que estaba entre otras, y también era gris y vetusta.

Novia cantaba:

Adiós, querido borde

¡En el largo viaje me voy!

Me querías como el padre,

Temblabas tanto para mí,

Pero ha llegado la hora, y con las ovejas

Mi alma has cambiado.

Adiós, juegos infantiles,

Adiós, mis compañeros.

Mi marido es sombrío y viejo

Y me temo de su amor ... -

y luego se echó a llorar.

— Mira, mira, — dijo Olga.

De la yurta salió una mujer vieja y llevó una hermosa alfombra roja. Una de las muchachas la tomo de la mano y la puso en una cesta.

-¿Qué es esto? — preguntó Olga.

— ¡El regalo de la familia! La costumbre antigua pública — susurró Burkut-. Así la muchacha recoge el dote — hasau. Cada familia da a los jóvenes algo necesario para su economía. Aquí esta había llevado el tapiz, y ves, en la arbá todavía había las almohadas, el samovar, la manta.

— ¡Una costumbre admirable! — exclamó Olga en voz baja.

«Sí, si todas nuestras costumbres eran tales», — pensó Burkut.

La procesión paso todo el aúl y empezó a bajar de la montaña. Burkut y Olga los siguieron sobre el faetón. Krkebulan iba con él al lado del caballo. Cuando las muchachas se pararon ante tres yurtas blancas que estaban a lo lejos, él salto del caballo y movió las bridas abajo. Tenía una tal expresión de la cara, que Olga se volvió las espaldas más de prisa. Y él, parecía, no veía nada por las lágrimas.

— Que bonita es la novia — susurró Olga —, simplemente no romper los ojos.

— Y mira a él — dijo Burkut silenciosamente —, como del bronce vertido. ¡El par nativo!

Cuando el faetón alcanzó a esta procesión de las muchachas, de la muchedumbre salió una mujer morena.

— Bienvenido a usted, mirza querida — dijo saludando —, espero que ahora Erke ya se afligirá poco tiempo, la vez usted, hermano querido, oyó su llamada.

— Gracias por el saludo, coetánea querida, — dijo respetuoso Burkut —, aquí es mi regalo a la boda —, y él tiró el portamonedas.

— Nurzhama, — gritó la mujer joven — ¡mira que mirza ha donado a la boda!

Y de repente la novia echó al faetón.

— ¡Agaty, salven! — gritó y comenzó a llorar.

— ¡Va a su casa! — ordenó de repente Burkut — ¡Muchachas, indiquen el camino!

Y el faetón volvió atrás.

Al padre Nurzhamal llamaban Adilbek. El pasaba del género karzhas y al aúl de Burabaya ha llegado recientemente. Adilkbek ya era maduro y se ocupaba de la zapatería. Reparaba las botas, las leznas, echaba las suelas. Vivía difícil el zapatero Adilbeku, la persona foránea y pobre. La familia era grande — ocho muchachos, y el más mayor — Nurzhamal tenía diecisiete años. Era necesario dar de comer a todos, dar de beber, abastecer de la ropa, y la economía en total consistía de dos vacas, un camello y unas decenas de ovejas. Las vacas, es conocido, para la leche, la oveja para la carne, y el camello para las migraciones — en primavera al pasto de verano, en otoño a la invernada. Con esta economía existirás a duras penas, pero si elaboras a la parte. Aquí Adilbek salió por el aúl para coser en otoño las botas, pero tenía que trabajar sin enderezar el espinazo mismo y mendigar.

Y resultó así que él en seguida era el deudor de algunos ricos del aúl. Si uno le daba la yegua en caja, ahora tenía que mendigar el pedazo de la tierra para la siega del otro y tomar la trenza del tercero. Por eso, cuando askakal Burabay ordenó dar la hija al Zhabagy bizco y panzudo, Adilbek obedeció inmediatamente. También sabía: por Zhagabi era importante sólo que el askakal estuviese de acuerdo, en este caso, él no preguntará aun al padre, llegará con los jinetes por la noche y se llevará al indócil. Si gritará — vinculará y tapará la boca. Eso es todo. Y entonces de él exactamente de nada recibirás.

Adilbek ya terminaba la ablución de tarde, cuando vino un muchacho y dijo que los invitados se dirigieron a su yurta.

— ¿Sí? — Adilbek metió al niño la tetera y echó en la yurta — ¿ Y quiénes son? — El grito ya corriendo y, conociendo que esto era mirza Burkut, el akyn, el nombre de quien había oído muchas veces, se ahogó completamente de la alegría y del orgullo. Ya que él, le han dicho, especialmente ha llegado a la boda de su hija. Y aquí Adilbek ordenó a extender una nueva raíz, inundar el hogar y poner el caldero con la carne.

Se hacía completamente oscuro ya, cuando los viajeros, habiendo lavado, se sentaron por la mesa. Había un samovar viejo, merecido y unas galletas. A los niños mandaron a jugar, y sus mismos — el amo, los invitados y las decenas de los vecinos, que habían llegado a mirar los forasteros, — se sentaron alrededor del dastrakhan, extendido directamente en el suelo. Echaban baursakes — pequeñas bolas, fritas en aceite, pusieron un kurt redondo, el requesón secado y la mantequilla. En el lugar de honor estaba Burkut (Olga se encontraba con las mujeres en otra yurta). Cerca de Burkut se sentó un otro invitado de honor — el anciano Takezhan, — él ha llegado a este aúl por los asuntos. A su otro lado se sentó el anciano Shalabay y, al fin, el amo mismo, Adilbek. El té fue derramado por el ama — la madre Nurzhymal. Una vez cobraba también la fama de la bella y, justo, hasta ahora a ella habia sida conservada la cara clara y simple, solamente las arrugas, tal vez, eran demasiados. El último estaba el jinete joven gallardo en chekmen roto — el pariente más lejano.

La conversación en seguida convirtió en la disputa, discutían mucho tiempo y era caliente. Hablan, con la llegada del nuevo poder mucho cambiará en la estepa, y compartían opiniones. El zar no existe, y la necesidad toma da lo mismo. Como antes el bay tiene todo, el pobre no tiene nada; ¿Por qué necesitaban tal libertad? Con esto todos eran conformes. Y entonces Burkut dijo.

— Adilbek-ajá, — se dirigió él al amo, — aquí vosotros habláis sobre libertad y solamente sobre libertad. A todos la gusta, la necesitan todos. Claro que todo es así, pero ¿para que no queréis libertad para su hija? Ya que si hay libertad, ella es para todos — para usted, y para las hijas. ¿Y entonces como dais Nurzhamal al este abuelo? El y así tiene dos mujeres, y le vendéis la tercera. ¿Y además quien? La hija querida. ¿Cómo es así? Decís— una nueva ley. Y ya que esta nueva ley prohíbe vender estrictamente a las muchachas como el ganado.

Adilbek miro al invitado y se frunció. El era contento de la llegada de Burkut, se enorgullecía por su visita, pero no podía comprender de ningún modo, para que Burkut necesitara su yurta pobre. Ahora él comprendió. «Muchos sois, los consejeros, —él pensó —, nadie puede ayudar, pero todos aconsejan. ¿Qué puedes aconsejarme? ¡Que, por la alegría, si que, he comunicado con este Zhabagy maldito! «A quien la cabeza no duele — aquel y sobre el dios no habla»— un proverbio correcto».

— ¿Y donde es él, esta nueva ley? — él se volvió a Burkut —. todavía no lo hemos visto. Bueno, de la ciudad habéis llegado, allí, puede, él existe, pero aquí en el aúl, sobre ello solamente los rumores hay, y la ley aquí es Burabay. Lo gustarás — vivirás, si no — del hambre morirás. Porque todo aquí es suyo: el agua, y la tierra, el ganado, y el cielo. Aquí es así, invitado querido. ¿Estas leyes sabes dónde son buenos?

Comenzó el silencio.

— Sí, — suspiro alguien —. Sí, esto es así.

- No es así - de repente explotó el anciano Shalabay que era sentado al lado del maestro. Y no encolerices a Allah. ¿No sería Burabay, y nuestro pueblo no sería. ¿A quien él renunciaba la ayuda? ¿Cuando él empujaba a los parientes pobres? Y él te ha hecho por la persona. Y hacerse el pariente de Zhabagy es un honor para ti. Un honor grande, quien que ni te hablaba. Y por los niños ahora puedes no preocuparte. Del rescate tendrás una abundancia, y con este rescate los reponderás. ¿Y a quien es necesario agradecer por esto? Al mismo Burabay. No, en el no puedo decir nada malo. El me ayudaba todo el tiempo.

El anciano Takezhan miró a Shalabay e irónicamente negó con la cabeza.

— A ti, puede, y creería, Shalabay, — el dijo secamente - si no estuvieras del género de Zhangabyl. Aquí cantas su canción. ¿Y bien, después que paraíso has recibido de Burabay, dime? ¿Que El te ha dado? ¿La yurta rota y estera delgada?

Shalabay inclinó obstinadamente la cabeza.

— Nadie conviene el paraíso a nadie por nada, — él cortó —, y más generoso de Burabay no era nadie.

-¿Y para qué no ser generoso?, — se sonrío Takezhan —¿La Estepa con el ojo no echarás, las manadas no contarás, y quien los pasta? ¿Veías aquí que alguna vez Burabay mismo eche a aunque un caballo en la estepa?

— ¿Y el pastor es para que entonces? — preguntó Shalabay con aire de burla.

— Enseguida, nos acercamos a esto, — se alegró Takezhan—. Los pastores tienen que trabajar el día y la noche en la estepa, correr como los lobos, y el amo es para que reciba la cría, para que llene las arcas por dinero, compre las muchachas jovencitas y a sus padres las cordilleras rompa — bueno, para este y Burabay vive en el mundo. Todo es así. Pero que tú, persona vieja, por esto lo llamas el benefactor, no puedo comprender esto. ¡Y yo, Burkut-dzhan querido, — él se volvió al invitado de honor, — si en la vida no veía ninguna alegría, así aunque a vosotros, a los jóvenes, deseo verla! Ruego al destino: que aunque vuestra generación verá luz.

Burkut se volvió al anciano e hizo una profunda reverencia.

— Gracias, anciano, — él dijo-. Sí, ves, deseas alegría a las jóvenes, y tomarla como antes de ninguna parte. La vida nueva ha llegado, pero la pena vieja todavía no se ha atrasado. Nurzhamal se hacía ciega de las lágrimas, y nadie se preocupa. Y todos escupen en su amor también. Pero ella ama a otro.

Adilbek mordió el kurt, hizo algunos sorbos del tazón y solamente entonces respondió:

— Te preocupas por el destino de Nurzhamal — gracias a ti por esto, querido. Si todos los jóvenes serian tales, como ti, y la pena no sabíamos. Y ahora estamos en tal hoyo, así como no sabemos, cómo salir. ¿Y tu padre Kuntuar, aunque era inteligente y tenía la economía, también estaba más de una vez en el hoyo y no sabía también que hacer, donde buscar la ayuda? De eso y murió antes de tiempo. Y tú eres un hombre educado, escribes versos, pones canciones, no para ello y no para nosotros, claro, pero no sabes nuestra vida y no lo ves. Y, cómo el padre tuyo toda la vida se extenuaba, no sabes también, pero aconsejar — aconsejas. ¡Aconsejar siempre es fácil, — él tomó otro sorbo, — es fácil, es fácil aconsejar, he aquí ayudar —¡ es mucho más difícil! Pero ahora no hay nada completamente para ayudar. ¿Dime, acaso no compadezco a mi hija?

— ¿Cómo la compadecéis? Ella ha llorado todos los ojos, y a usted no se importa, — Burkut gritó.

— ¡Espera! ¿Quién te ha dicho que esto no me importa? ¿Y bien, que puedo hacer? ¿Llorar también mirándola? Se puede llorar, claro, pero ¿qué sentido? Y la lágrima no es un arroyo. El todo corre, corre y no se agotará, y la muchacha llorará, y dejará. Sólo la felicidad no vuele lejos de sus manos.

— ¡La felicidad buena! — se sonrió con enfado Burkut.

- Bueno o no bueno, — dijo obstinadamente el anciano —, es toda la felicidad. Toda la vida soñaba de ella. Ahora y los niños mis serán hartos — oyes que dijo el anciano, él lo dijo correctamente, a un buen camino saldrán, no mendigarán una corteza del pan y un hueso de carnero, como yo en sus años.

Y aquí de repente la madre comenzó a llorar — comenzó a llorar fuertemente, abiertamente, saltando. El tazón empezó a temblar en su mano. Comenzó el silencio pesado. Después alguien suspiro:

— ¡Todo es la necesidad, todo es la necesidad maldita!

Y todos comenzaron a hablar de una vez:

— ¿Acaso es fácil vender el niño natal?

— ¡Y además por el anciano!

— ¡Y además por oblicuo!

— ¡Y además por el Shabagy con dientes podridos!

— ¿Claro, cómo la madre no llorará?

— ¡Llorarás!

— Llorarás, y darás.

- Claro es así.

Y Burkut se sentaba habiendo bajado la cabeza y pensaba. Aquí él vi su ideal. Por la ley de la estepa. El género, el adat, la costumbre o de otro modo: el kazajo, la nación, la autonomía — por estos tres principios él se preparaba dar su vida. Así todos ellos estaban en el lado del anciano maldito, y ellos sacrificaban dos vidas jóvenes. Sí, resulta, los dioses son muy feroces — el género, la vida cotidiana, el adat. ¿Donde es la salida de esta confusión? ¿Cómo conservar esto y aquello? ¿Vincular el amor joven a la costumbre de los antepasados? ¿Dónde es la adivinanza, el fin, la salida? ¡Un laberinto, un laberinto! Cien años yerra — no encontrarás el camino.

— Y bien, bastará, — dijo Adilbek —, bastará llorar. Después de todo, Burkut-dzhan dice esto no condenado, pero de la simpatía. Acaso no comprendemos que significa para Nurzhamal dejar la casa paterna y salir al anciano. Y bien, bastará, bastará.

— Perdone, apa, — se volvió emocionado Burkut a la vieja, — pero en el camino se encontró Nurzhamal y Erke, y mi corazón se hundió con lástima.

— Mi querido, — dijo la vieja, dominando los sollozos — ¿has visto sólo una vez y has lamentado así, y para mí, la madre, como es? Si no la necesidad... Maldita...

— Aquí está la cosa, - asintió su marido - todo es la necesidad. Ya que nosotros tenemos todavía siete hijos excepto Nurzhamal. Mayor cumplirá dieciséis — es necesario calzar a todos, vestir y dar de comer. Un pedazo para cada uno - y entonces diez pedazos, ¿y donde conseguirlos?

Y de nuevo todos callaron.

— Ahora aunque todavía dos vacas y una yegua tenemos, — dijo la madre ya casi por la voz completamente tranquila, seca, — y quince ovejas. ¡El rescate después de todo! Aquí los jóvenes dicen: «¡Que se trague la tierra este rescate infeliz!», y yo digo: «¡Que se pierde esta vida maldita!»

«¡Sí, — pensó Burkut, — sí! Para conservar nueve dedos, es necesario dar uno. ¡Escoge el que quieres! ¡Aquí han escogido! ¿Qué hacer aquí, a quien culpar? ¿Esto es así con Adilbek, y ya que El todavía tiene vacas, ovejas, camello, y cómo viven los que no tienen nada? De la autonomía soñamos, y otros en el pan piensan. ¡Que son por ellos nuestros pensamientos! Da de comer primero, después llama a libertad. Esto es así, por supuesto».

El miró al vecino, al anciano Takezhan, y aquel sacó del bolsillo la petaca con nasiba lo puso exactamente bajo el labio, se sentó inmóvil un momento, y luego dijo:

— Aquí, pondremos, este año la hierba llega al cinturón. ¿El bay se alegra — el ganado graso será, y al pobre qué? El no tiene ni una oveja.

Y de repente un alto jinete joven dijo de la puerta:

-Desde los tiempos inmemoriales era así. El bay tiene las mejores partes, y ahora dicen — será de otro modo.

— ¿Y cómo? — preguntó alguien.

— Y he aquí cómo. Recientemente era en la ciudad. Iba con la caravana y aquí oía allí: una gran repartición será, toda la tierra de los bayes distribuirán a los pobres.

— ¡Dale Allah! — dijo alguien.

— ¡Dale Allah, dale Allah! ¿Que él te dará? — se irritó Shalabay. — ¿Por qué necesitas la estepa, si no hay ganado?

— Sí solo que la tierra de, — dijo el jinete, — sembraré granos. ¡En la ciudad venderé, sabes cuánto dinero tomaré!

— ¿Y los granos donde tomarás? ¿Y con qué araras, zoquete estúpido? — Shalabay se sonrió.

— He una tierra, y el resto yo encontraré, — manoteo el jinete, — aquí a los rusos iré, darán y enseñarán.

— Mira, mira, cuenta con los rusos. Darán la tierra, y la patria quitarán, lo pueden, — dijo Shalabay.

«Sí, lo pueden, — pensó Burkut con la amargura, — pero ya que él leyó mis pensamientos, el anciano maldito. « ¡La patria! ¿Quién lo ha enseñado a esta palabra? ¿Tenemos miedo de él mismo? Ah no, ya que a él, excepto su asignación, ninguna tierra no es necesario, y yo pienso en toda la estepa».

Y el muchacho, como si leyendo sus pensamientos, se volvió a Shalabay.

— Hey, anciano, — él dijo-, entonces tienes una gran cantidad de tierras sobrantes, si sobre la patria estás hablando. ¿Dónde está? ¡No hemos visto algo! ¿O escondes y no dices?

— ¡No saques de las casillas! — cortó con enfado Shalabay —¿Cual tierra? Dijo que sembrar no es el asunto del kazajo, su asunto es llevar los rebaños y las manadas por la estepa. Aquí esto es así.

— Pero yo estoy de acuerdo a sembrar, — de repente se entrometió de nuevo Takezhan—, que solamente la tierra den, y sacaré el grano y el arado. ¡Y conseguirás el tuyo! — se volvió él a Shalabayu. — ¡Oh, como conseguirás el tuyo!

— ¿Cómo conseguiré el mío? ¿De quién? ¿De ti?

— ¿Para que de mí? — sonrió tranquilamente Takezhan. ¡Estoy solamente un anciano como ti! ¡Se encontrarán unas personas! ¡Se encontrarán! ¿Y por qué? Por lo que por las yurtas blancas vas, los chismes llevas, soplas, y esto a las personas, especialmente a los jóvenes, no gusta. Aquí este año sembraremos, miraremos que dirás.

_ Quien sembrará? ¿Ti, si qué? — sonrió Shalabay.

_¡Yo!-, dijo el jinete del Cáucaso y se golpeó en el pecho con el dedo - ¡Lo haré personalmente!

_¿Qué, y parientes que ya están de acuerdo? - pregunto Shalabay.

_ ¿Que a mí los parientes? —gritó el jinete -¡Aquí los parientes no importan! No estén de acuerdo - Tomaré el cargamento en mi vaca y vaya a otros lugares! ¡Me iré a Sarykul!

- Bueno, bueno, - levantó la mano seca Takezhan - no te emociones, mi querida, no te emociones. La tierra de Sarikul es aún menos que de usted. ¿Dónde vive usted - allí y busca la felicidad - Así es en nuestra opinión.

_Sí aquí, ves, no dan, — asintió en los corazones el jinete del Cáucaso en Shalabaya.

— Darán, — lo tranquilizó su Takezhan -Saldrá la ley y darán.Contra la ley nadie hará nada.Sólo tienes que esperar un poco! ¡Espera! El anciano le guiñó un ojo y de nuevo tomó su tazón.

«Compréndelos, - pensó Burkut - tienen la única esperanza para el régimen soviético. Ellos esperan nada de los bais y de sus mayores. ¿Qué es esto? Su irresponsabilidad o mi estupidez? Y de repente yo realmente atribuí su pueblo no la suya, pero sus pensamientos? "

Por lo tanto pensó que no había notado que alguien tocó suavemente su hombro. Se dio la vuelta. Antes él estaba un muchacho muy joven, casi un niño.

- Burkut-sí - dijo -, te espera Bureke. A ti y Zheng.

Burkut miró al maestro.

_ Ve, ve,querida, - le sonrió Adilbek-. Los ancianos no invitan a las personas innecesarias.El tiempo vendrá y tú irás a nosotros.

Burkut dejó la yurta. Olga no estaba allí."Obviamente, fue a dar un paseo con los jóvenes" - pensó, y se fue a la dirección de yurta de Burabay.

... Y Olga en este momento estaba en el mismo borde del aúl en la yurta del campesino pobre. Allí vivía una viuda-peón. Ella no tenía ni casa ni hogar, ni ovejas, ni un cachorro, pero tenía el carácter alegre y entre la juventud cobraba fama de gran juguetón. Ella durante las fiestas siempre en la yurta tenía mucha gente.Y ahora la novia y a todas sus amigas se han reunido en su pobre viuda yurta.Olga llamó la atención sobre que la novia de repente en alguna manera se calmó, se formó y no era parecida a la chica que había sollozado inconsolable a quien encontró en la entrada de la aldea. Y Olga pronto se enteró de lo que había sucedido. Resultó que los jóvenes no pensaban a rendirse."Es mejor morir juntos que vivir aparte," - dijo esta mañana Erkebulan a su novia. «Espérame por la noche en la cañada. Conduciré los caballos — y recuérda como nos llamaban. Cuando se asirán, ya no estaremos en la ciudad. Y allá no es como en el aúl, allá no se meterán. Y Burkut interceda por nosotros ".Aquí la novia había abierto todo esto a Olga. «Solamente no se enteraran — dijo la novia —¿ ves aquí, aquellas dos mujeres? Las Zhabagi ha enviado. Y Olga dio cuenta de que la novia no era tan sencillo como parecía. Así, las mujeres y las niñas estaban sentadas, cantaban, se alegraban, se maravillaban con la lengua kazaja de Olga y con su amonestación pura sin acento. Luego por las manos fue su bolso de la ciudad, las reloj pulsera, la pulsera y los anillos y entró una muchedumbre de los jinetes del Cáucaso.Y fue el primero Erkebulan. El fue ofrecido el lugar de honor, pero él se nego y se quedo cerca del umbral.La anfitriona le ofreció dombra.

— Canta, , querida, - dijo ella -, canta, diviértenos.

El negó con la cabeza.

— ¡Sí donde cantar, como no sobre la boda! — dijo la viuda.

Erkebulan no dijo nada, solo negaba con la cabeza. Y luego Nurzhamal preguntó:

-¿Canta, Erke, no te opongas — quien sabe, cuando se reuniremos de nuevo? —Y guiñó un pequeño .

El tomó la dombra y le preguntó:"¿Y qué cantar ?" Y aquí eran echados de todas partes los consejos y las peticiones:

- Canta Syrymbet.

- No, no, Zhapbota.

- ¿Por qué Zhanbota,da Laylim Chirac?

Y aquí de nuevo Nurzhamal dijo:

- ¿Por qué tales canciones tristes? El duelo nos ha hartado. Canta a nosotros algo tal-. Y ella chasqueó los dedos.

Erkebulan pensó y golpeó las cuerdas. La canción se llamaba "Ak Kurai", es decir, el pollo blanco, y era considerado uno de los más divertidos.

Oh, Kurai blanco, oh,Kurai rojo ,

¡Dios mío!, la mujer mejor dame,

Y que el temblor de su papá sacude,

Y que sordera que tomará a su madre

Me dombra encontré en la carretera de hierba '

Estaba el gorrión sobre su cabeza.

Oh, Kurai rojo, oh,Kurai blanco ,

Me seca, y me ahoga nasybay,

Y si no masco nasybay,

Se rompa la cabeza, ay-ay-ay!

Erkebulan cantaba en voz alta, en voz alta, con las payasadas y muecas, y el público le aplaudió, gritando:

- ¡Vamos!

- Bueno, bueno, más!

— ¡ Bravo!

Olga miró a su novia. Nurzhamal sonreía a través de lágrimas. Ella sabe lo que es en el alma de Erke. Para cantar y reír ahora es necesario tener poderes extraordinarios.

- ¡Vamos de nuevo! - Ella dijo, y esto sonaba como « bravo, Erke». Y Erke golpeó a las cuerdas de nuevo y cantó:

Llegará el invierno, y la nieve volará,

Y hermosas jovencitas perderá el jinete del Cáucaso.

Estoy solitario y canto las canciones,

Y los ancianos fruncen el ceño en mi canción.

Para hacer dombra, rompí el Kura

Y se sentó el gorrión en la dombra, ay-ay-ay!

Y todos se ríen de nuevo, y Olga seriamente sorprendió: después de todo, hoy es decisivo para

la novia y el novio,podrían escapan o no : es desconocido,y hacen tonterías y cantan."Sí, la gente es verdaderamente misteriosa - pensó ella - pero yo no podría decir una palabra, mi cara era hinchada de tanto llorar,y ella está riendo, jugando.¡Y nada leerás en sus caras! ¡Nada! Solo se alegran.Y mi Burkut también es tal. El es el hermano de estas personas misteriosas murales. Debemos ayudar a estos jóvenes, pero ¿cómo? No sé cómo, pero es necesario ayudar. Según todas las apariencias, aquí las palabras al viento no echan y si la novia no podrá irse de no amado, morirán los dos. Como Romeo y Julieta. Como Bayan-Sulu y Kozi -Korpesh. Era bueno, si estos viejos de barba cana escuchan a Burkut, y si no — entonces qué? ¡Dios mío, es aterrador pensar en esto! ¡Bueno, cálmate, cálmate! Una palabra al azar puede destruir todo. ¡Cálmate, cálmate!». Apartó los ojos del cantante y miró a recién casados. La canción abarcaba a todos, y ahora cantaban el cuplé siguiente. Cantaba la novia misma.

Fue en dombra Kura Kura

Y se sentó el gorrión en la dombra, ay-ay-ay …Y Burkut en aquel momento estaba como invitado de honor en la casa de Surabay. No había muchos huéspedes, unas diez personas, no más. Se asentaron en un postlannom edredón de seda sobre la alfombra vellón. Junto a cada uno estaba una almohada. El huésped bebe, come y se apoya en la almohada de codo. En general en la casa del rico Burabay hay numerosas cosas bellas. Dos samovares niquelados , brillantes como un espejo, muchos cofres y estuches falsificados. Sobre ellos hay alfombras y capas de colores, cama de muelle con las bolas de plata. Los huéspedes, sonreían, mirando a esta belleza. Todos ellos son de vientre grande, barbudo, con enormes narices carnosas. En cuatro frazadas, apilados unos sobre otros, se sentaba el anfitrión. A diferencia de los huéspedes es alto y delgado, y su cara demacrada y arrugada. A su lado estaba sentado su novio. El, también muy gordo, pero accidentado - de todos los lados sobresale de su Zupan, y por eso el se parece un saco de estiércol. Su rostro estaba tranquilo y quieto, pero al mirar, entenderás de inmediato qué significa cómo ponerse en contacto o pelearse con esta persona. El lugar de honor se sienta Mullah Rakhimbayev una persona pequeña y extrañamente aplanada. Los chicos le llaman "tortuga". Burkut se sienta en el lado izquierdo. Luego no están sentado por la posición, pero se sienta de alguna manera otros huéspedes. En el último sitio junto a la puerta estaba sentada , la esposa joven de Burabay–con mejillas rojas y estrechamente compactada comprada el año pasado. Está ricamente vestida – en la cabeza hay tocado con botones de perlas en las manos pulseras y anillos - un montón de anillos, obviamente su viejo marido le ama. Ella se sienta y se mueve la yegua. En la mesa estaba silencio, sólo de vez en cuando interrumpida por algún grito o risa. Todos masticaban concentrado: marchan los vientres, funcionan mandíbulas . Dastarkhan está llena de comida.

Burkut les mira y trata de entender algo -él ve los caftanes ricos con el ajuste del oro, abrigos de piel de zorro, chaquetas de terciopelo con cinturones anchos de plata y de oro. Frunció el ceño, mirando a todo esto, y de pronto nota pantalones de colores - y de repente todo se convirtió en los pantalones - pantalones de color rojo, verde, azul, amarillo. Ya no recordaba ni la cabeza ni la nariz – solo unas piernas peludas y pantalones. ¡Piernas peludas como de animales, las manos en la lana! Ni las personas sino animales - una reunión de animales: lobos, tortugas, monos, águila de estepa desvanecido. Y entonces alguien habló en el verso: estrofas se fundaban completamente en su cabeza, y él los leyó él mismo.

Los pantalones, los pantalones, caftanes rojas,

Son hombres o monos?

Aquí son el carnero, el jabalí, el oso, el zorro,

Aquí es el macaco, aquí el huraño se sienta.

Como si habiendo olfateado los funerales,

Han rodeado Cuervos Dastarkhan

Y la muerte se inclinó con una guadaña larga

Sobre el alma de muchacha inocente.

Burkut negó con la cabeza, realmente es como los funerales.

Pero aquí el novio sexagenario se aclaró la garganta y dijo:

— Y bien, Burkut, mi querido, cuenta sobre del nuevo poder. ¿Es buena o es mala para los kazajos?

«Mirando para qué kazajos», — quería responder Burkut, pero aquél, por lo visto, y no esperaba la respuesta, eructó, miró el círculo de su familia y continuó:

— A ella ya no tenemos el diente.Ya sabes, hay un proverbio: «Hasta al dios es alto, hasta al rey es lejano».Y a nosotros no es así : Moscú es lejos, y el poder es cerca . Aquí — él tiene este poderen su bolsillo. El asintió con la cabeza a un alto muchacho granujiento — Conoce — se llama Buzabek, es mi sobrino. Buzabek, muestra el poder soviético al invitado. ¿Cual es? Sí, muéstra, muéstra, no tengas miedo. El robusto rojo sonrió y sacó del bolsillo impresión de Consejo aúl. ¿Ves aquí, que es el poder soviético? A quien queremos, aquel y arrestaremos.

Entró el jinete del Cáucaso con el perol de cobre, el jarro y con la toalla a través del hombro. Comenzaron las abluciones rituales. Mullah Rahim, limpiándose las manos secas, sacó el rosario de madera y golpeaba sobre la mesa.

Ahora llegó la joven esposa de bai y jugando con las caderas limpió lugar en dastarhan. Después entró y puso un plato grande con carne.El mola esperó hasta que la esposa de bai salió — no vale hablar sobre serio a la mujer, — y dijo:

_ ¡Ahora no tenemos diente en el! ¡Pero ahora ! Y cuánto esto "Ahora" sea prolongado, es desconocido. ¿Mucho tiempo este poder dejará vivir a nosotros por las costumbres viejas? No dejará. Esto por todo se ve. Arkán ya era en el cuello, solamente le tirarían y entonces intente tearte. ¡Y la juventud ya era tan revoltosa que por ella Alá y costumbres eran mismos juguetes. Aquí está tu esposa - él asintió hacia la puerta por la que salió la mujer joven - ella duerme contigo y ve sueños sobre la "igualdad" - estas palabras que pronunció en ruso - ¡Había su voluntad, el marido daría a luz, y en pañuelo las reuniones correría! ¿Y quién es culpable? ¿El poder, hablas, no es culpable — ¿así quien entonces todos estos disturbios ha convenido, el pueblo ha agitado, al dios ha ofendido?¿O has perdido la vista, no ves que se hace? Dos jinetes del Cáucaso aportaron la artesa, en ello estaba una oveja entera, lo han puesto en el mantel y, habiendo sentado de las dos partes, comenzaron a cortar la carne. Burabai tomó de la artesa la cabeza de carnero y llevó al mola. El mola sacó un cuchillo plegable, echo de la cabeza la oreja y lo llevó a Burkut.

En esta ceremonia había terminado - todos comenzaron a comer.

— ¡Y bien, Zhabagy, da Alá a ti la vida larga, ti hoy aquí es más joven! — dijo el mola. ¡— no ha pasado un año y tienes una nueva mujer tan joven! ¿He aquí si nuestra mujer, no de Alá , morirá, quien nos dará otra? ¿El poder soviético, si qué?

El vientre de Zhabag comenzó a temblar de la risa.

— ¿Porque moriré tu mujer? - dijo él, -¿Cuántos años ella tiene? Hace un año que la has tomado en su cama, cuando ella era una niña.

— Alá , Alá ordenó - piadosa mulá sonrió -, él no quiere a los solteros. En el Corán es dicho: cuarenta días después de la muerte de la mujer vieja, introduce en la casa la joven. No se puede hacer nada - la sabiduría de Alá . No quiere Alá que el hombre eche de menos, por el aburrimiento los pensamientos diferentes aparecen a él. El hombre debe vivir alegremente.

— Bueno, yo no estoy en busca de diversión - de repente frunció el ceño Zhabagi - Yo solo quiero tener un hijo. Que ella me dará a luz al hijo, y nada más yo no necesito de ella. Para este tengo que pagar la dote. Y, finalmente, decidió Burkut.

- ¿Pagare´ usted más - el dijo tranquilamente y puso el hueso, que roía -. Usted pagare con su honra. Ya que todo el aúl ve — ¿Nurzhamal llora todo el día, y todos la compadecen, y sabéis que hablan sobre usted? Muy malo hablan sobre usted, Zhabagy.

— ¿Balsary, y donde es el pepinillo? - De repente, gritó en silencio el jefe estaba callado - ¡Ahora Llévalo aquí!

La mujer joven entró de nuevo teniendo en sus manos una copa llena, se la entregó a uno de los jinetes del Cáucaso y salió, sin mirar a los personas presentes.

Las conversaciones cesaron. Los invitados mascaban, resoplaban, reían, hipaban, quejitaban. Ellos tomaban los trozos de carne con sus manos y la grasa fluía a través de sus dedos. Comían así, como si sufrían de hambre. Era recogimiento callado y la avidez en este refunfuño. «Son como perros, en verdad como los perros, — pensó Burkut, alejándose de la alfombra —, y aquí con estos perros quería construir el estado libre. ¡Dios mío, qué tontería! ¿Y si así jaman, cuando son hartados, cómo los cerdos, que será, cuando tendrán hambre? Comenzarán a arrancar uno a otro. «Y aquí esto es agudo el blanco hueso, la sangre azul». El honor y la conciencia de mi nación. ¡Ella debe encabezar y guiar a mi pueblo! ¡Dios mío, qué tontería es! " Comieron a largo. Poco a poco, cuando la montaña de carne se redujo en un buen medio, manos y mandíbulas comenzaron a moverse lentamente. Burabai primero empujó hueso roído inmaculadamente, se sirvió una taza de madera del kumís, amarillento de la grasa y empezó a mezclarlo con precaución. Y el mulá de pronto se volvió hacia Burkut.

— Probable, no te he comprendido , Burkut, mi querido, —él dijo -Sus poemas ya canta toda la estepa y en ellos solo son las palabras, la patria, la patria, la tierra paternal."El país de los padres, costumbres de los abuelos." Pero en realidad, consigues algo diferente. ¡Has desafiado las costumbres de los abuelos y la tierra paternal, los has desafiado definitivamente! Aquí que te diré.

- ¿Y por qué es eso? - Burkut preguntó sorprendido.

— ¡Aquí has llegado al aúl natal, nosotros te queremos feliz! - Mullah continuó -¿Y bien, y al ruso para que ha traído aquí? ¿Que no veía aquí? Burkut se mezcló, no encontró de inmediato la respuesta. Pasó todo el día en el pueblo, y ninguno de los pobres no le había preguntado - ¿por qué con usted es ruso? «Y ya es más importante — ha pensado él —, que todos piensan así. Y aquí, el problema no es que Olga es de Rusia. ¡Si ella fuera la hija del gobernador o el comerciante de la primera corporación — entonces todos me comprenderían, pero ella es hija del maestro!»

— ¿Que, no podías encontrar a la kazaja adecuada? - mulá continuó -.No te gustan ellas, no? ¿La vez tu es con los rusos, la mujer necesitas ruso, así? Y porque ayudas a Zhabagy? El ha elegido aquella, que vino a su gusto y ha enviado honestamente a los consuegros a sus padres, así que ¿esto es malo? De acuerdo con nuestras costumbres de los abuelos esto es bueno. ¿Qué dices?

- ¡Pero Nurzhamal ama a otra! - Exclamó Burkut.

— ¡Aquí, entonces que son tus nociones! ¡Quiere! ¿De los poderes la nueva ley nos ha traído? — Ha preguntado Zhabagy, y se inmutó de malicia. ¿— a quien quiero, con aquel y voy, y los padres no son el decreto — así, si qué? ¡Ay tú,cantante!

— Espera, espera, Zhabagy, no te emociones - le mantuvo mulá - , ves, que asunto, Burkut, en la ciudad es ley, y a nosotros en la estepa es costumbre. No vale la pena la ciudad sin ley, no vive la estepa sin costumbre, de otro modo en seguida todo se hace pedazos. No es posible así que a un caso haya leyes diferentes. Si la casa está construido de los ladrillos diferentes , se deshará la casa. Aquí,en estepa tenemos desde tiempos inmemoriales la costumbre según que la muchacha se casa por la voluntad de los padres, y existe nuestra estepa — no se ha derrumbado.¡Y, ves, ha lamentado a una, y sin duda para ti las costumbres valen nada, solamente que tu Nurzhamal vivía con su vagabundo. No es bueno que hablas sobre tales malas cosas, haces malo. A esta mesa no estaríamos y no conduciremos la conversación si estábamos haciendo nada.¡Los consejos solamente esperan esto!

— Y aquí recientemente -de repente dijo Buzaubek y su rostro se puso rojo de inmediato - recientemente hablaban en la dirección que llegarán los rusos, quitarán de los ancianos la tierra y darán a los mendigos, a estos mismos Erkebulanes.

— ¿Enseguida, — dijo Zhabagy, — quitarán la tierra, no habrá heno, el ganado morirá que será entonces con nuestro pueblo? ¿Quién lo ayudará? ¿Donde él echará? ¿En la ciudad?

¡Ese es el final de la estepa! Así que tu, tal vez, quieres estar un sabio kazajo o el esposo de la mujer rusa - habla directamente —, y de repente golpeó con los nudillos en la mesa - y no dices que eres un científico.Mi hermano también es un científico y vive en la ciudad. El dice que la perdida de la costumbre es el fin del ganado, el fin del kazajo.

— ¿Porque te has deshecho en lágrimas para los ganados, Zhabagui? — sonrió mulá —. Quien te tomará la tierra, aquel se preocupará de los ganados. ¿Qué importancia tiene aquí Erkebulan con su joven esposa ?

- ¡Dios nos libre! - espetó Zhabagui tan sinceramente que toda la gente se echó a reír. Por un momento, como si la atmósfera estaba muerta, todos ruidosamente comenzaron a moverse, sonreían y hablaban. — Alá librará, librará, — tranquilizo el mulá — mientras luz no vaya de cabeza nos veremos en las estepas esto. En el Corán es dicho: «Quien ansía, aquel morirá de las maldiciones». En vez de esto la luz se oscurecerá que esto ocurra.

— Que llegue el fin del mundo, — dijo Burabay -. Que se rompan las Halajás de mis rebaños,cada uno daré por el garañón. ¡Empuña! Y la estepa también es tuya. ¡Tome todo!¡Te ataré a la cola que no caigas de mi trineo, tú y en la silla nunca has estado, — y te deje a la estepa! Que sea como en un cuento viejo, cuanto recorrerás, tantas tierras tomarás.¡Tómala! ¡Es todo tuyo! ¡Coma llenando su boca!No puedo esperar cuando este día llegaría. Date prisa! -El apretó los dientes.

"Los lobos, lobos - pensó Burkut - ¡Oh, soy un tonto! ¿Puede, comprenderán, si con ellos tratará humanamente?»

_ El Sharia por el Sharia, pero es necesario recordar al Dios también-, dijo él-. Nosotros con ustedes reñíamos al zar y sus cómplices, pero todos tipos de policía, oficiales de policía, gobernadores, lucharon con él: que no recuerdo el año XVI , y también estaban esperando que el sol echaría esta maleza. Aquí echo, arrojaron al zar, echaron a sus perros, parecía, por qué no comenzar la vida nueva, y tú ... - Hizo un gesto con mano.

— ¿Que nosotros? — preguntó el mulá.

- ¡Y vosotros seguéis siendo el mismo! Zhabagui, Nurzhamal llora día y noche, pronto caen los ojos de lágrimas. ¿Crees que la gente no los ve y qué no te maldice? ¿Que dijo mulá? «Que ansía morirá de las maldiciones». Yo sé que no asustas del Dios, pero la gente …

— ¿Oye, piensas que mueles? - Zhabagui ladró y saltó. Llevaba en la mano el látigo de la correa - la fusta tejida de de varias pieles de cuero crudo : el arma terrible, que corta la piel, como el peón- ¡Si no eras un invitado!-. gritó, gruñendo y escupiendo.

- ¡Espera, espera! - también se levantó mulá Rahpm - bye -. Aquí todos hablan, que Burkut es la persona inteligente , ¿qué estás haciendo? ¿Ha llegado al aúl de los padres y ya la discordia ha sembrado? A los pobres a los ricos azuzas. ¿Qué es todo eso que dices? Que significan tus palabras? ¿Qué, has dicho a Zhabagui-bai! Sí aunque será mil de tales jóvenes, El no te escucharé. Y los mayores? ¿Se violan Sharia? Oh, tú …

— El es tonto, — dijo Zhabagui radiando. A ello Se recuperó mucho el habla tranquila del mola —. Tonto y verde. Lo han enseñado a ladrar en la ciudad, aquí…

- Burkut, como se has llegado a nosotros - dijo el dueño en paz - sea como un invitado, toma la bebida, cuenta algo o canta, y este asunto no es de tu mente... Los ancianos están sentados aquí, ellos son mejores nuestras personas, ellos saben.

- ¿Así que si usted es el mejor, el peores quiénes son? - Escapó Burkut - ¿Y si alguien hubiera dijo a esa vieja desvergonzada una palabra?

- ¿Qué? - Zhabagui rugió y saltó, casi tirando vecina -. Y bien, que mi rescate se perderá, y yo a ti, maldito... Y él algunas veces de arriba abajo y golpeó en la cara de Burkut con su látigo.

En seguida rezumó la sangre y fueron llenadas rayas rojas. Burkut sostuvo una mano a la cara como si era desconcertado.

- Sangre - dijo con sorpresa.

Los huéspedes se quedaron en silencio. El dueño quería decir algo, pero Burkut de repente limpió su mano directamente en la chaqueta y en silencio se levantó y salió de la casa.

— Sabrá —después Žabagy lo silbó, pero todos estaban callados.

...Burkut caminaba por aúl. A la estepa habían bajado las sombras transparentes fáciles. Habían conducido los rebaños.Las mujeres con alféizares correteaban entre las casas. Se oían el balido o el mugido. Todos los sonidos en el crepúsculo de tarde parecían agudo y claro. Sobre los patios estaban hogueras encendidas, ollas colgantes y leche se desborde. Estas horas de tarde de Burkut quería especialmente, pero ahora le ocupaba sólo un pensamiento, y se olvidó del dolor. Cuando llegó a la tienda de Adilbek, Olga corrió hacia él y le susurró :

— Solamente te esperaban. He metido nuestra pulsera en el cochero de Akpar. El estuvo de acuerdo a esperarlos en la cañada.

— Bravo, Olga, — dijo emocionado Burkut y la abrazó -. Así a ello, la boa vieja, es necesario. No hay otra manera. Que corren.

- Nos vamos a ellos pronto - Olga abrazó los hombros de Burkut - ahora canta Nurzhamal, y todos se han reunido a su alrededor, entonces yo cantaré y Nurzhamal puede imperceptible deslizar de la casa.

Entraron en la tienda, se sentaron en la alfombra de fieltro (con la preparación ruidosa por ello liberaron el lugar), y Olga cantaba. Ella tenía la voz hermosa y alta, y sabía la multitud de las canciones esteparias. Casi la mitad de la pluma de conocer de su padre ella había aprendido de memoria. Cantaba las canciones de boda, de jóvenes, canciones chistosos, tristes, canciones sobre la separación, sobre el amor rechazado. Olga cantaba en voz alta, y a cerca de la casa de Adilbek se habían reunido las viejas de todo el aúl, todos eran interesados escuchar al ruso.

Y mientras a otras yurtas — las yurtas preparadas especialmente para la boda — también se reúne el pueblo. Algunos de estos distinguidos huéspedes que eran invitados por el novio venían de aldeas distantes: Zhabagui y Burabai no eran las personas pequeñas. Las barbas canas, las canas peinadas, los puñetazos de zorro, el añino, los turbantes verdes y blancos, voz dulce. Se encontraban, se abrazaban, saludaban, se sentaban. Y de repente en esta conversación lenta sólida irrumpe el grito desesperado:

— ¡Oh, oh que desgracia , han llevado a Nurzhamal!

Y en seguida todo como si fue explosionado:

— ¿Que significa “han llevado?”

— ¿Adónde han llevado?

— ¿Que ha llevado?

— Este Erkebulan maldito ha llevado.

— No puede ser.

— Ahora todo puede ser.

— ¡Preparemos los caballos!

— ¡Así en la persecución!

— ¡¿Así que estar de pie?!

— ¿Que vamos a decir al novio?

Dijo alguien tímidamente:

— Sí, puede, también...

Dijo alguien con violencia:

— ¿Que "puede"? ¡ Nada puede! ¡Todo está claro! ¡Han engastado puramente, los canallas!

Y alguien lloraba:

— ¿Nosotros que diremos al novio? ¡El nos matará!

— ¡En la persecución, en la persecución! En el faetón ellos no pueden alejarse mucho. Dónde están los caballos?

— ¡Ha dicho! Este faetón todavía antes de anochecer se alejó.

— ¡Aquí lo han remojado!

Alguien arrastró fuera de la tienda a la mujer que lloraba y pateando sus pies, gritaba:

— ¡La guardabas! ¡¿Cómo la guardabas, maldita?! ¡¿Dónde eres?!

Y la mujer, cubriendo la cara con las manos y arrastrándose en el suelo gritaba:

— ¡Oh! ¡Tu hermano es culpable! El me ha llevado en los arbustos. ¡Oh, tu hermano!

La multitud de invitados que haría ruido, se espantaba, reía y los simpatizantes condujeron hasta las yurtas blancas. Burabai salió primero, entonces salió Zhabagui.

Cuando el novio se enteró de lo que había pasado, cayó al suelo y gritó:

— ¡Han matado, han deshonestado! Han acuchillado en la raíz!Nurzhamal, Nurzhamal dónde eres tú, mi novia de pecho blanco?

Durante el ruido y la algarabía, llegaron dos invitados más. A medio camino del aúl se encontraron con un faetón, pero quien estaba en ello no veían,la parte superior era bajada, y la tripulación no se precipitó rápidamente y voló delante de ellos.

Al oír esto, Zhabagui gritó:

— ¡Y eso es todo! ¡Ahora me ha dejado el vagabundo maldito una vasija vil! ¡El está maldito!

~ Y bien, lo veremos, — dijo Burabay y ordenó: —

Que seis jinetes del Cáucaso se mueven rápidamente en la persecución. Cogerán, vincularán y llevan aquí. ¡Aquí jugaremos su boda!

En algunos minutos el grupo de los jinetes corría a todo correr. Detrás de todo en un semental negro temblando, saltaba, pero no dejaba Zhabagui. El todo se había puesto verde de la malicia. El a toda costa quería matar Yerkebulan con sus propias manos. Cerca de él se movían rápidamente algunos de sus parientes. Y los caballos eran selectivos especialmente preparados para mañana. La persecución se movía rápidamente con todas las fuerzas. Ya que el faetón había abandonado el aúl todavía antes de anochecer, y eso era cincuenta verstas.

. Las Verstas por tres había oído el cochero el chacoloteo de los cascos y arreó el faetón con todas las fuerzas. ¡Pero era tarde! Cinco minutos más tarde, se cortaron tres gigantes rabiosas maneras muy locas. «Espera, si la cabeza es caro»- gritó uno de ellos y golpeó con látigo en el cuero de la parte superior.El faetón detuvo. Y de inmediato voló Zhabagui.El sonrió como un lobo y golpeó en el hombro del conductor. El gritó sordamente y cayó . Zhabagui colgó en la cuenta, y el caballo asentó sobre sus patas traseras ronqueando.

— ¡Oh, la guardia, han matado! — De repente gritó conductor por toda la estepa.

— ¡Los arrastren! — Gritó Zhabagiev -. Por sus cabellos, por los cabellos, sí sobre la tierra.Y con él yo mismo ... Bueno, ¿Y bien que usted?.

— No hay nadie - alguien gritó desesperadamente.

— ¿Cómo? — rugió Zhabagui y, habiendo dejado al caballo, corrió a las cuclillas en el camino hacia el conductor.El lo vio y gritó a carcajadas.

- ¡Carrión! - Mostrando los dientes siseó el bai, y con todas sus fuerzas le golpeo con su látigo. Luego levantó el pelo y lo llevó a su terrible rostro -. ¡— mataré! Dijo con voz ronca -¡Aquí y morirás! ¿Dónde están ellos?

- Oh, Alá, Alá, - voppl yamschpk -¿ Eres un ladrón, qué? Yo no tengo un centavo. ¡Rebusquen todo, nada encontraréis! Y los caballos no son míos, sino son de Naurzbay. Oh,Alá, Alá,

- ¡Cállate, maldito! - Zhabagui gruñó -. ¿A dónde fueron? ¿Dónde está ese bastardo? ¿Dónde está la chica? ¡Te matare!

— ¡Oh, matan, matan! Al cochero de Naurzbay matan - grito el el conductor - ¡Qué chica, que maldito seas! ¡No vi a nadie! ¡Ninguna chica! Me voy a casa de Naurzbay. ¡Oh! ¡Oh! Me matan. - El conductor gritó tan heroico que los jinetes del Cáucaso hasta las orejas han caído enfermo.

- ¡Uf, maldito! - Burabai escupió con disgusto -. Con la repugnancia escupió Burabay - ¿por que con él perder el tiempo?¡Vamos! Nadie quería comunicar con Naurzbay, que era un hombre poderoso, enojado y vengativo.

— ¡A ningun lugar no podían irse! — grito Zhabagui-. Hay que buscar en el camino. Oh, si solamente lleguen a mis manos, malditos!

Los caballos caminaron en paso; ya que fueron expulsados ​​casi toda la noche. Zhabagui era silencio, y nadie se atrevió a conducirlo. Durante estos algunas horas como si El fue menor. Iban a lo largo del río. Cerca de la isleta pequeña juncal se preparaban para descansar. Habían debilitado las cinchas de los caballos, se sentaban en la tierra. Zhabagui dio de beber al caballo, le dio un sencillo, luego se sentó en él y cabalgó hacia el río. Burabai miró y movió la cabeza.

— ¡Que desgracia! —dijo él —. Sesenta años él ha vivido, y tal deshonra no veía.

— Sí, ahora ello no puede esperar la gracia de él, —dijo otro jinete del Cáucaso, —vivimos como en las peliculas . Vea como ha enseñado los dientes.

—Sí, sus dientes son como de un lobo.Mira, mira, ya que a la isla se ha puesto a nadar.

Zhabagui regresó después diez minutos y le dijo: "¡Aquí!" - sacudió blanco pañuelo femenino.

—¿Qué es esto? —preguntó Burabay.

— ¡Su pañuelo! ¡Aquí ! Así no los tomaremos, será necesario encender la isla. Allí la es caña del año pasado — en seguida se inflamará todo. ¡Enciende!

Los jinetes miraban uno a otro.

— Así ya que, Zhabagui, entonces arderá, —dijo tímidamente alguien.

— Saldrá corriendo. Temerá.

— Y si no...dijo Burabay.

— ¡Y bien, entonces el diablo será con ella! —grito Zhabagui. ¡— Vamos a quemar a los dos!¡los dos! ¡Ella ha pasado toda la noche con él ! ¡No necesito a tal mujer! Oyes, Burabay, nada a la isla. ¿Tienes las cerillas ? ¡Yo tengo!

— Sí, es la isla del bai Mayo-Basara, — dijo él.

— Voy a pagar. ¡A mí el ganado a todo bastará! ¡Y para otro año la caña crecerá aún mejor! ¡Hace mucho tiempo que chamuscarlo es necesario! ¡Enciende!

Y, antes de alguien había conseguido decir la palabra, golpeó al caballo a los lados y se puso a nadar a la isleta. Después de unos minutos de la isla hicieron girar la luz roja. De pronto se oyó el grito desesperado de un lejano, como la voz de una chica.

Burabai miró.

- Bueno, aquí vamos ya - dijo a los jinetes - Ahora van a morir.

Media hora más tarde, la isla se convirtió en un fuego sólido. El humo negro bullía, como el agua en el perol, las chispas volaban por los fuegos artificiales, la estipa plumosa ardía por la llama blanca, por fuego amarillo ardían las cañas secas. El resplandor enorme anaranjado estaba en el cielo. Una hora más y todo había terminado.La persecución por la mañana volvía al aúl, y dos horas después, todo el mundo ya sabía que el amor había quemado, pero los amantes no se dividieron. Porque es mejor quemarse que casarse con una odiosa. Porque «el amor, como es el amor de bai Zhabagui es peor que la muerte cruel».Eso han comprendido y recordaron todas las muchachas del aúl.

... Están Callando Olga y Burkut sobre los montones de la ceniza. Todo es negro aquí: el cielo negro arriba, la tierra negra que había quemado debajo de los pies, ella cruje, cae, destellando el polvo seco vuela de debajo de los pies.Y el vestido de Olga también era negro . Ella apenas se contuvo para no llorar. Burkut estaba silencioso.El miraba a la tierra quemada en cenizas y pensaba: «Aquí por quien iba a batirme hasta la muerte. Eso es lo que le dedico mis canciones y poemas. ¡Boa a Burabay y el jabalí de Zhabagui! Pero ellos también son kazajos.Parte insignificante y despreciable de mi pueblo, todas las personas se imaginan a sí mismos. Si no estaríamos, el pueblo kazajo no sería. El chariat somos nosotros, y las costumbres somos nosotros y nos quien contra, aquel contra todos los kazajos. ¡Les has creído, el tonto, y ahora vas por la ceniza muerta!»

En el aúl Olga, Burkut y el viejo Takezhan ( él los llevó a su cesta sin pretensiones en esta terrible isla) regresaron tarde. Llegaron y de inmediato toparon con algo completamente nuevo. En la plaza había una mesa cubierta con colorín colorado. Estaban sentado a la mesa tres personas: presidente de la Junta del aúl, ese chico con acné, a quien Zhabagiev señaló ayer, alguna kazaja, y en medio un joven jinete magra. Y a la izquierda y a la derecha de la mesa estaban personas. Tales reuniones Burkut ya se ha visto mucho: por ejemplo, eligió la parroquia, pero entonces todas las familias estaban en grupos. Ahora la gente se separaba por otros motivos - en un lado estaban invitados de ayer de Zhabagi - bai, los comerciantes, los ancianos, y en frente de ellos - los pobres.

-¿Que pasa aquí?- preguntó Burkut a su vecino, obrero de clase zhangabyl, y él respondió:

- Llegó el nuevo decreto.

"Sí, eso es lo que dije Gavrilov" – entendió Burkut. Empezó a escuchar. La multitud rugió, se trataba de la cosecha, el intercambio de la tierra que ahora se distribuirá de manera diferente. «Sí - pensó Burkut. Ellos se oponen entre sí, como enemigos genéricos. Pero no es la raza - aquí una división diferente: aquí se enfrentan entre sí la riqueza y la pobreza, el trabajo y la explotación, el poder y la impotencia. Esto es lo que los bolcheviques llaman la lucha de clases.Ella se sigue y ahora - que va a leer el decreto y las personas se dispersan pacíficamente a sus casas, y al día siguiente ya se reunirán de manera diferente, cada una de ellas tendrá piedra en seno y la ira en el alma. Y empezará una lucha, no por la vida sino por la muerte». Lucha sobrevenio no al día siguiente, sino de inmediato, de repente. En el silencio de muerte se leyó el orden sobre la tierra. La tierra fue distribuida a todos, y no por el número de ganado, sino por la cantidad, como se ha dicho, los consumidores.

— ¿Y entonces donde pondremos el ganado? — preguntó humildemente de pie junto a Burkut un anciano de una aldea distante -.Ahora tengo mil ovejas, tres caballos, y en la familia somos cinco personas, así que ahora me ordenaréis, ¿cortar todo el ganado?

— ¡Entonces que nos corten! — dijo burabay ¡— más vale morir del cuchillo, que del hambre!

Y la muchedumbre de inmediato comenzó a hacer ruido, gritar, moverse.

— ¡Cortaremos! — Alguien gritó del otro lado. ¿— Pensáis que lamentemos? ¿Y nos haís compadecido?

- Zhabagui, Zhabagui ¿dónde está tu esposa? - Gritó alguien -. ¿No sueña? ¡Espera, soñará, el verraco viejo!

Todo eso continuaba y comenzó a hervir.Las disputas e incluso peleas no son infrecuentes en las reuniones del aúl cuando se dividen la tierra, y hoy llegó a ser esta colisión -eran apretados ya los puños, dos partes eran preparados.Alguien habia agarrado a alguien por el cuello y tiraba, cuando de repente se oyó un grito:

- ¡Mira, mira!

Por la yurta parecían jinetes. Esto era el grupo de la milicia mandado por Zhabagui y sus gamberros.

III

Burkut se sienta en una pequeña habitación detrás del escenario y espera a la llamada. Hoy le aceptan en los miembros de KazAPPa — la asociación Kazaja de los escritores proletarios. Ahora toma parte en el debate, lo llamarán en algunos minutos. Ayer todo el día y la noche él se preparaba para lo que dirá hoy a la reunión, y siente ahora que nada esto no es necesario. En la declaración él ha escrito todo, todo que contaba lo más importante en la vida, ha enumerado los méritos, no ha callado sobre las faltas, que, tal vez, son hasta más que los méritos. En general, ha escrito francamente, sinceramente, no ha escondido ni bueno, ni malo y no ha pasado a galimatías. Realmente aprendió mucho durante este tiempo. Un año le separaba del matrimonio con Olga y del viaje en el aúl. Diez meses de aquel artículo, que él contaba en el comienzo de la vida nueva. El artículo era fustigante, luchando. Burkut describía detalladamente la historia de la vida, del amor y de la muerte de los dos amantes. Sobre la muerte él los escribía especialmente emocionado y apasionadamente. Describía él la isla terrible, negra, que ha quemado, donde todo crujía y caía, y aquel sentimiento, con que los tres- el padre de la muerta y ellos — dos personas extrañas — iban por esta ceniza ya seca. Y después él describía al asesino — un anciano panzudo sin escrúpulos con los ojos de lechuza y el habla tropezando, que ha encendido tranquilamente este fuego gigantesco del sacrificio. «¡Si no a mí, así a nadie!» — El dijo. Y, acabando, Burkut preguntaba, por qué medida debe medir la fechoría del criminal. El artículo ha llamado muchas conversaciones y repercusiones. La medida era encontrada rápidamente. Era superior — Zhabagy han fusilado, y sus cómplices fueron enviados a Siberia. Para entonces Burkut ha trasladado ya en Alma - Ata (han cambiado de nombre de la ciudad Justo), que se ha hecho de la capital de Kazajistán. La ciudad le gustó inmediatamente a Burkut. La verdad es que no había aquí un río tan ancho, rápido, silenciosamente majestuoso, sobre que hay Akshatyr, pero había una ciudad a pie de Ala-Tau, bajo las cimas cubiertos de nieve y todo ahogando en los jardines. Cada calle se parecía un callejón del álamo. Y los álamos crecían aquí altos, esbeltos — como si los gigantes centenarios con la piel arrugada del elefante. ¡Y después los canales! A lo largo de las calles corre el agua rápida y glacial, y sobre ella cuelgan las ramas pesadas, todo en los frutos amarillos y rojos. Y la gente en Alma - Ata es otra - más abierta, comunicativa, sociable. Con ellos Burkut se convirtió en amigos rápidamente. La peor situación estaba con sus compatriotas. Aquí trabajaban Akpar y Karazhan, pero con ellos el no quería encontrarse. Con Karazhan no quería encontrarse porque aquel era el pariente de Zhabagy, y sobre esta persona y sobre todo que le concierne, Burkut no podía pensar sin estremecimiento. Y en ese tiempo Karazhan trabajaba en la Comisaría pública de la educación, ocupaba el puesto responsable y podría ayudar mucho a Burkut.

Y solamente a un compatriota Burkut se alegraba sinceramente — a Hasen. Aquel trabajaba en la redacción del periódico republicano y recientemente ha vuelto del viaje. El iba por los aúles, leía y explicaba un nuevo decreto sobre la tierra, traía muchas impresiones y los compartía con mucho gusto.

Hablaron hasta la noche, y Hasen alabo el artículo de Burkut algunas veces: «Es un artículo bueno, muy necesario, sincero. Hasta he vertido algunas lágrimas, cuando leía». Y al fin aconsejó a entrar en KazAPP. «Comprende, — dijo el a Burkut, — ahora no tienes nadie para aconsejarse, la mujer no entra en la cuenta aquí, y allí serás en colectivo grande, tendrás unos amigos, esto significa mucho. Mañana ve al presidente, pasaré también, verás, el te encontrará como el conocido». Burkut aceptó el consejo, y todo paso así, como ha dicho Hasen. Precisamente por eso Burkut hoy está sentado en una pequeña habitación entre bastidores y espera, cuando lo llamarán. Llamaron al fin. El entro, lo sentaron en la primera fila. Informaba el presidente. Esto era un hombre denso de cara redonda de la estatura media. Hablo el muy poco. Aquí que el dijo:

—Hace mucho tiempo sabemos Burkut como el poeta. Aun en los primeros años del poder soviético cantaba sus canciones. Pienso, así también como muchos de usted. Es necesario decir, eran unas canciones muy buenas. Ahora también el escribe unas canciones. Claro, no todo en ellos conviene a nosotros. Pero, según la declaración del compañero Burkut Kuntuarov, él mismo comprende esto y quiere librarse de todo aluvial, erróneo que existe en el. Voy a contar su declaración. Escuchen aquí y decidan, compañeros.

El leyó esta declaración y dijo:

— Discutiremos. ¿Quien tomará la primera palabra?

Y a la tribuna se levantó el primer orador, un hombre denso, entrecano, en la guerrera; los cabellos duros y cortos estaban por el erizo. Antes de hablar, se aclaró la garganta y se pasó la mano por los cabellos

— Me gusta mucho la declaración del compañero Kuntuarov, — él dijo, - es escrito claramente, abiertamente, sin cada agitación. Se equivocaba, erraba, escribía y hacía no lo que es necesario, ahora todo ha comprendido y ha terminado con pasado. «Y pido a usted comprenderme: erraba sinceramente y corregía las faltas también sinceramente, sino también entonces y ahora quería solamente el bien». Aquí que a nosotros, en realidad, ha dicho Burkut. Le creo y levanto la mano por su recepción en nuestra organización.

El dijo y bajó de la tribuna. "Gracias", — le susurró Burkut, cuando aquel pasaba de largo.

A la tribuna se levanto un hombre alto con pelo exuberante en los anteojos. El desecho los cabellos de la frente, miró a la sala y dijo:

— Compañeros, nosotros todos somos escritores, y este establecimiento es la Unión de los escritores. No hay personas más responsables ante los pueblos y la historia, que los escritores, especialmente ahora. Nadie debe trabajar como el escritor. La época pone ante nosotros el problema de la importancia sin precedente y la complicación, que...

— ¿Quién es esto? — preguntó Burkut al vecino. Aquel se sonrío:

— No sé, pero en cada reunión actúa obligatoriamente. Aquí, se dispara y se dispara, como el gramófono. No lo pararás.

El orador por fin llego al final feliz de su período torcido, multigradual y continuaba:

- ¡Son unas tareas honrosas! Pero las dificultades en la vía de su realización son bastante grandes, y debemos...

El hablaba todavía cinco minutos y acabó:

— Así, si el compañero Burkut Kuntuarov nos da la promesa solemne de cumplir las obligaciones encargadas por el pueblo al escritor proletario, — pienso, debemos aceptarlo. Yo estoy de acuerdo. Pero el compañero Kuntuarov debe darse cuenta de las obligaciones que él toma. Aquí, así.

Y él bajó de la tribuna, mirando rigurosamente a Burkut.

Luego hablaba un militar joven en los pantalones de montar y con el correaje a través del hombro. Su habla era muy corta:

— Yo estoy de acuerdo. El compañero Kuntuarov es un maestro maduro, y nosotros tenemos mucho que aprender de él. El ha reconocido sus faltas que es también muy importante. que ahora sobre sus faltas estudia a otros!

Luego pasó algo no completamente claro. Burkut vió dos personas a la puerta: uno era Akpar, y segundo... El poeta involuntariamente se inclinó hacia delante. «¡Pero esto es Karazhan! «¡Como él se ha cambiado!» Se veía El muy sólidamente y hasta "responsable". Los pantalones corte militar de buena calidad, la bolsa de campo a través del hombro, la pistolera en su lado, las botas militares pulidas. Los quevedos. Cuando el militar bajó de la tribuna y el presidente preguntó: «¿Y bien, hay todavía los que deseen?» — Karazhan sin tener prisa levantó la mano y dijo: «Permítanme». En la tribuna El quito los quevedos, los froto y, volteándolos en la mano, comenzó:

— No soy el miembro de su asociación, compañeros, pero tengo la relación a ella más directa. Mi apellido es Aybasov. Administro en el Comisariado del pueblo de la educación en aquel departamento, a través de que se realiza el enlace del comisariado del pueblo con su asociación.

— Nosotros sabemos todo sobre Usted, compañero Karazhan, — respondió el presidente —,tenemos muchas ganas de escucharle.

«¡Karazhan! ¡El primo de Zhabagy, — pasó por la cabeza de Burkut — ¡pero él es un héroe, un héroe! El ha salvado la vida del comunista Nuroly y sus tres compañeros. Arriesgando su vida, entró en el campo de los Kolchak, entro en su confianza, se ofreció a mandar el fusilamiento rojo y los llevó. Les convino la huida durante el camino. Los blancos le buscaban, querían fusilar, pero aquí Akshatyr, dónde todo esto y ha pasado, ocuparon los rojos». Burkut no tenía ningunas dudas de toda esta historia, y no podía tener — todos los tres comunistas salvados han contado lo mismo sobre el salvador.

Karazhan llevó los quevedos, y continuó:

— Una carta hermosa era escrita por el compañero Burkut, realmente hermosa, escuchaba, y aparecieron lágrimas en mis ojos. Aquí hasta los quevedos se han empañado, — él sonrío, hizo una pausa, como si reflexione para un minuto, y continuó: — pero así era solamente el primer sentimiento. Y después pensé: ¿Y cómo es así? ¿Si realmente el compañero Burkut se arrepiente así ¿cómo él escribe sobre esto? Ya que él es un poeta, y puede escribir todo. lloramos, cuando escuchamos sus canciones. Lloramos y ahora también. ¿Pero pensaremos, y donde están las pruebas de esta regeneración? Y ya que la pregunta va sobre la regeneración. Ya que esto no es así, compañeros... Por la mañana el poeta es otro, por la noche algo ha soñado a él, y aquí una nueva persona se levanta de la cama. Se levanta y va a hacer solicitud de su aceptación en la partida o en la asociación de los escritores proletarios. Ya que esto es un disparate completo, compañeros. Para esto, para que a tal persona admitamos al partido o en la asociación, es necesario que en ello haya algo completamente nuevo. ¿Si hay esto en Burkut? Nos dicen, hay un artículo en el periódico regional sobre el acto feroz de Zhabagy. Hay una prueba de esto. ¿La prueba de que? Ya que Zhabagy es una persona, condenar sus crímenes no significa todavía condenar su clase, es verdad, ¿no? Y si examinar el asunto más detalladamente, ya que saldrá así: el compañero Burkut ha condenado Zhabagy, y ha decantado su clase. Esta clase, por sus canciones, es el portador y el custodio de todas las tradiciones sagradas del pueblo kazajo. Los versos sin duda son excelentes, pero si usted, compañero Burkut, ya ha reconocido sus faltas, tenemos derecho a esperar de usted otras canciones también que van del corazón, y aquí por ellos y juzgaremos de usted. Por ahora tales canciones no existen, y nosotros tenemos nada a juzgar. Por eso yo, compañero presidente, tomaría en consideración la declaración del compañero Kuntuarova, pero aceptarlo en los miembros de la asociación se abstendría — esperaría simplemente. Miraría. Nosotros tenemos mucho tiempo. Aquí, así es mi opinión, compañeros. — y él bajo de la tribuna.

En la sala fue armado el ruido. Alguien gritó: «¡Es correcto!» Alguien exclamó con entusiasmo: «¡Bravo!» Y alguien preguntó vehemente: «¿Y por qué entonces, según usted, Burkut ha hecho tal solicitud?» Y aquí Karazhan se volvió y respondió con la pregunta: «¿Y la fábula sobre el lobo en la piel ovejuna habéis oído?» Y fue. Aquí Burkut no sostuvo. El saltó dentro y cruzó su camino. Todo temblando de la excitación, él preguntó:

— ¿Así que, estoy el lobo, sí?

Karazhan se sonrió.

— ¿Qué, vas a golpearme?— él preguntó. — como no, cuando los puños has apretado. Bueno, te responderé - no te creo, Burkut. Por no creo que eso es el tiempo correcto para ti a entrar en la asociación. Justo cuando nada más se quedó. Sabes, cuando brotará el aguacero — entonces no hay tiempo a escoger el techo, en cualquier lugar te meterás, pero cuando ha pasado el aguacero — y adiós lugar, no eres necesario para mi, sigue tu camino. Pero no necesitamos a tales necesitados. ¿Y bien que de nuevo tuerces los puños? El puño, querido mío, es un argumento malo, especialmente para el escritor. Aquí necesitas otras pruebas.

— ¡Demostraré por las canciones que eres un mentiroso! — Burkut gritó en la espoleta completa.

— ¿Por cuales canciones? ¿Si por aquellos, que no existen, yo y todos que están aquí seremos muy contentos de oírlos, pero donde están? ¡Y bien, y si hablar sobre los pasados — sabes, a quien decantaban, — el mismo Zhabagy! ¿Sí acaso a su uno? ¿Quieres, enumeraré los nombres?

El dijo todo esto silenciosamente, suavemente, con la sonrisa triste, y la sala empezó a agitarse de nuevo.

— ¡Correctamente, correctamente, Karazhan, que demostrará primero! — gritaba alguien.

— ¡Que viejo remover! — gritaban de otra esquina. — Von Brucov también elogiaba una vez la guerra, y murió como el miembro del partido. Eran muchos... Si lo mirar...

Burkut se volvió de repente y fue de la sala. Fue parado por el grito fustigante del presidente:

— ¡Compañero Kuntuarov! Y bien, ocupen su lugar.

Burkut volvió y se sentó.

— Aquí, así. A mí sus palabras, compañero Karazhan, no han gustado mucho. Son muy malas estas palabras, injustas. Como si hable no sobre el amigo, sino sobre el enemigo. No, no es necesario tratarse asi con el poeta Burkut Kuntuarov. El es joven todavía. Toda la vida es ante él. ¿Bueno, y que, compañeros? — él dijo, volviéndose a la audiencia. — pienso, se puede comenzar la votación. Compañero Kuntuarov, ahora le pediremos salir y esperar en aquella habitación de nuevo. Se tarda unos diez minutos, no más.

Pero lo llamaron solamente en una media hora — por lo visto, a lo largo de la votación han surgido unas conversaciones o putrefacciónes. Karazhan no era en la sala. El presidiendo llamó a Burkut.

- Y bien, aquí, — él dijo —, la reunión ha decidido aplazar el examen de su declaración al medio año. La reunión espera que en este tiempo sin duda sabréis escribir algunas tales obras, que le y nos darán la posibilidad de tapar la boca a todos, quien probará actuar con las hablas semejantes a lo de hoy. No cuenten esta nuestra decisión por la renuncia — nos cuenten su y nuestro comprobación. De usted en aquellas obligaciones, que habéis tomado, nosotros — en lo que les hemos creído. Estamos seguros que...

Burkut se volvió y salió callando. La malicia borbotaba en ello. La malicia, de qué era difícil respirar.

... El no ve nada. Por su cara golpean las ramas (El ha pasado en el parque), los zapatos palmotean, las transeúntes se apartan, porque él sigue derecho a las personas, como el invidente o el alienado, — va y no nota, que todavía una persona sigue detrás de él.

Se paró Burkut en el suburbio, cerca del río Alma - Atinki — rápido, menudo, pero el riachuelo loco que truena por los cantos rodados. Y sólo ahora él sintió, cómo se había cansado. El bajó ciegamente hacia abajo sobre una enorme rodado negro. Se sentaba así algunos minutos, mirando en la tierra y sin pensando ni en qué. Y cuando levantó la cabeza, vio: ante él era Akpar. El se volvió las espaldas callando. Akpar bajó al lado en cuclillas y comenzó a lanzar piedras al agua. Así pasaron aún más minutos. Los dos callaban. Al fin Akpar dijo:

— ¿Te sientes, querido? ¿Quieres llorar? No llores; cuando el niño llora, le cuentan un cuento de hadas, y él se tranquiliza. ¿Y el poeta es el mismo niño grande, contarte un cuento?

Burkut no respondió nada.

— Está bien, escucha. Era una vez en cierto modo en el mundo un poeta. Tenía todo: talento, y mente, y laboriosidad — él escribía las noches enteras de una tirada, he aquí por la felicidad Allah lo ha ofendido — no tenía suerte, y nada más. Podrían, claro, los amigos ayudarle, y tenía él tales amigos. Pero aquí era la desgracia — y los amigos no tenían suerte también. Sobre otros poetas escriben artículos en los periódicos, sus retratos en "los Fueguecillos" diferentes colocan, y sobre este poeta, quien tenía talento, y mente, y laboriosidad, — en ninguna parte ni una palabra. ¿Y bien, acaso esto no es ofensivo? ¡Es ofensivo, claro, y tiene nada que hacer! Aquí él una vez pregunta a un crítico: «¿Dime, por favor, por qué a todos alaban, y de mí callan? ¿Que, soy mucho peor?» — «No, — dice el crítico, — eres mucho mejor, pero alabarte no por qué. Nosotros somos rojos, y aquellos poetas son rojos — aquí nosotros alabamos por esto. ¿Y tú, hermano, eres blanco, no eres como nosotros, no somos una pareja, para que te alabáramos? Que los blancos te alaben». Y como los blancos pueden alabar, cuando unos están detrás de la rejilla, otros están en custodia, y algunos están allí, donde en los perros van, se sientan. «Mal es mi asunto, — piensa el poeta —. Es necesario hacerse rojo, en contrario, voy a morir así». Pregunta él al crítico: «¿Dime, si es posible hacerse rojo?» — «Por qué no es posible, — responde el crítico, — claro que es posible, véndenos solamente a tus amigos — y en seguida se enrojecerás». ¿Y bien, si es un grande asunto a vender a los amigos? ¡Por los tiempos actuales es un pedazo de la torta! Dice el poeta: "Estoy de acuerdo". Y penetro en seguida por el sonroseo. Se hacía no blanco, como la bandera de nuestros antepasados, no verde, como la bandera de Magometa y Kenesary, pero rojo, como la remolacha. Se enrojeció y dijo: «Y bien, aquí, soy rojo, tómenme. ¿Qué necesitáis todavía?» ¿Comprendes?

- Comprendo, — respondió Burkut —. Escucha, déjame en paz por el bien de Allah, no estoy en humor.

— Veo, veo que no estás en humor, — se sonrió Akpar —, pero escucha el fin del cuento. Así no lo aceptaron — los rojos, al diablo lo mandaron. «Tu, dicen, solamente por afuera eres rojo, y en el medio eres blanco, como el rábano. Ve, ve, no necesitamos a tales». Ves, ellos también no son tontos. Al perro negro no lavarás hasta blanco, ya que es un proverbio ruso. Y va el poeta pobre por la ciudad y no sabe, donde meterse: los rojos no le toman, y a los blanco él ha vendido. Ha llegado al río el poeta, se ha sentado en tierra y piensa: o huir de la vergüenza al borde del mundo, donde nadie me sabe, o partir del quinto piso.

— ¡Fuera! — gritó Burkut y salió dentro. ¿Que necesitas? ¿Que, has llegado a burlarme?

— ¡Ha llegado a salvar al tonto! — de repente dijo seriamente Akpar. ¿Te has perdido sin mí, acaso no has comprendido esto? Y hundirse en esta charca no podrás — a la orilla clavará, como el estiércol. No a esta, entonces a la otra. Y se moverás. ¿No, has decidido hundirte realmente?

— Por la culpa de tales benefactores y saltarás al agua, — dijo Burkut con rabia.

— ¡De nuevo, entonces soy culpable! ¡Eh, tú! ¿Todavía a los culpables buscas alrededor? Escupiría a ti, si no la amistad. Así, escucha. En algunos días pasaré la frontera china. Iremos conmigo. Allí nuestros parientes hacen una vida nómada. Se fueron al extranjero aun en el año décimo sexto. Han perdido la tierra, pero la lengua han conservado — por la canción buena el alma darán. De pies a cabeza por el oro te cubrirán. Son personas ricos, tienen muchas cosas. ¡Se decide! Encontrarás allí el techo, y la familia, y la gloria. ¿La muchacha — contigo cualquiera casara, por qué necesitas esta rusa?

Mientras él hablaba, Burkut callaba. Hasta las palabras de Olga no lo tocaron, el preguntó solamente:

— ¿Y bien, acabaste?

Akpar asintió con la cabeza.

— Y bien, así, querido, — dijo Burkut, levantando de la piedra—, tú mismo corre, en esta tierra, justo, no tienes nada que hacer, y déjame en paz. Conseguiré lo que quiero. Cuando vagabundearás por China y mirarás, como el lobo a nuestra parte, cantaré mis canciones. ¡Y las oirás allí! ¡Te prometo — oirás sin duda! ¡Y ahora adiós! Hasta tales personas como tú, no son del todo sin el beneficio. No fue tú, yo estaba tan amargado y herido, que, sin embargo topis, pero escuché tu habla y pensé ya que los compañeros dicen la verdad. ¿Con quién tenía amistad, por quien combatía, cuyas hablas escuchaba? Si te atreves a aconsejarme correr contigo — significa, que muy mal es mi asunto, y es correcto que los compañeros no me creyeron en seguida, y dijeron — ve, piensa, se reconcentra. Adiós, Akpar, no recuerda mal sobre mí, pero nunca más encontraremos de nuevo —. Y se alejó rápidamente.

Akpar puso de pie aún mucho tiempo y miro en la oscuridad, donde él desapareció. Luego se encogió de hombros y se echó a reír.

— Bueno, — dijo él, — bueno, compañero Burkut, la vez habéis elegido tal camino... Y bien, miraremos.

... Olga casi lloró cuando vio a su marido, — tal oscuro era su cara.

— Y te esperaba, esperaba, — dijo Olga —. Mira, son las doce. ¿Dónde has estado hasta ahora?

— En Alma-Atinka estaba, — se sonrío Burkut.

— ¿Qué? — Olga se sorprendió y se dio cuenta inmediatamente. ¿Te han negado?

— No, — respondió Burkut —, han aplazado al medio año. ¿Está bien, sobre esto después, pero sabes, a quien veía? ¡А Akpar!

— ¡Dios mío! — murmuró Olga. — Y él.

— Aconsejaba dejarte y correr a China. Dijo que yo soy como el rebano, y soy blanco por dentro. Lo mandé al diablo, y cuando iba, todo el tiempo esperaba que él disparará en mi cabeza. El lugar estaba vacío: Alma-Atinka; no, tuvo miedo de algo, y puede, el browning no ha capturado. En general, todo con él está terminado. He aquí que será conmigo... Y él, sonriendo, movió la cabeza.

— Sabes que, — de alguna manera, de repente decidió Olga —, tengo una botella de coñac, la guardaba todo para una ocasión especial — vamos a tomar.

— Oh, cual rica estás, — sonrío Burkut.

Olga sacó de la maleta una botella de coñac armenio escondido allí todavía en Akshatyra, sacó una copa del armario, luego corrió a la cocina, trajo pan, mantequilla y puso delante de su marido. El la miraba con sonrisa.

- Bravo a ti, Olga. Iba aquí ahora a casa, así mal era, que no quería vivir, y ahora como si de nuevo todo está en orden. Bueno, la vez por la alegría no es posible tomar, tomaremos por la pena. Pon la segunda copa — tomaremos juntos.

Brindaron y tomaron. Olga tosió.

— ¿Que, es amargo? — preguntó Burkut.

— Como la cicuta.

— Sí, tal vez, nosotros tenemos que beber con tú la cicuta, — se sonrió amargamente Burkut, — más de una vez, muchas veces. Aquí Akpar me llamó traidor, y sabes, que esto no es solamente su palabra. Así sobre mí hablan estos y aquellos. Ya que y Karazhan me dijo lo mismo que Akpar, y Karazhan ya que es un héroe — por el compañero él ponía la cabeza bajo las balas... Y bien, vierte más.

Esta tarde Olga tuvo que escuchar mucho, esta noche Burkut dijo mucho injusto con relación a él y a sus compañeros. El era irritado, triste, confundido, y Olga lo veía. Ella no le contradijo, simplemente lo puso a dormir. «Lo principal es que no se rinda, no pierda la fe en su mismo. Ha comenzado el tiempo de las pruebas — es necesario que él lo lleve». Y después pensó: «Y el dinero nos queda de dos grivenes. Es necesario hacer algo».

E hizo. Temprano en la mañana se deslizó de la cama, con cuidado, tratando de no hacer ruido, abrió el armario y sacó su chal de plumas blancas.

«Iré de nuevo a aquella mercadera, — pensó ella (por alguna razón todo llamaban así a la viuda, que se ocupaba del acaparamiento y la venta de las cosas y prestaba dinero por los porcentajes). —Tal vez, de cinco». La mercadera vivía cerca, en la casita blanca con tres ventanas y con el zaguán esculpido. Olga golpeó, nadie respondió. Golpeó más. «Entra, entra, — se oyó la voz femenina —. Estoy aquí, en el patio». Parecía, la mercadera había acabado de graduar el lavado. Entre los manzanos era tendida la cuerda, los frutos rojos colgaban sobre los manteles de color lila y rosa. La mercadera era una mujer corpulenta de cuarenta años con mejillas rojas, en una blusa con mangas enrolladas. Ella llevaba pelvis con lino drenado. Al ver a Olga, la mercadera puso la pelvis en el taburete y se secó las manos con el delantal.

— Y bien, y bien, — dijo, — despliega, muestra que es—. Olga desenvolvió el periódico — ¿Un chal? ¿De plumón? — echó el chal sobre los hombros y dio vueltas ligeramente, como ante el espejo —. Y bien, el chal es como un chal, — dijo ella, quitándola, — solamente no lo necesito. Y, además es comido por las polillas.

— ¿Pero no puede ser, — dijo Olga indignada —, todo el tiempo estaba debajo de la naftalina en mi cofre, ¿dónde ha visto?

— En todas partes, es comido en todas partes, querida; no, ahora es verano, los chales no están el curso. Toma, — puso, metió atrás a ella el chal.

— Y cedería a buen precio, — dijo Olga tristemente —. El dinero es necesario.

— El dinero, querida, para todos es necesario, nadie lo tiene, — pronunció sentenciosamente la mercadera —. Tu aquí el anillito de oro me vende.

— ¡Pero es el regalo del marido!

— ¿Sí? Se ve, es un marido bueno, él comprará más. ¡El mío también era tal, pero murió, ahora tengo que comprar yo mismo! ¿Cederás así o no?

— Pero no sé, — se turbó Olga. Dinero le era muy necesario —.Pero esto el marido ha regalado.

— Habrá un marido, habrá un anillito, — cortó la mercadera —. Deja mirar, al mismo tiempo entonces tomaré el chal. Daré bien — en la marcha no recibirás tanto.

A casa Olga llegó cargado. El marido estaba sentado en la cama y se ponía las botas. Parecía bastante confuso. Ella se echó a reír, dejó los paquetes a la mesa, se acercó y lo abrazó.

— ¿Mí qué? ¿Ayer fue muy bien? — él preguntó temerosamente. — No recuerdo, cómo se ha dormido.

— ¿Y la cabeza no duele? — preguntó Olga —. Y bien, es excelente. Vamos a preparar la comida. Levantate, me ayudarás limpiar las patatas.

— ¿Escucha, pero de dónde a ti todo esto? — preguntó Burkut, cuando con las patatas era terminado —. Ya que dinero hace mucho tiempo debería haber terminado.

- Todavía para una semana bastará, — le tranquilizó Olga.

— Y bien, es excelente, es excelente, — se alegró Burkut —, y en una semana recibiré dinero de "Kazajistán Rojo», entonces saldremos de apuros.

Después del desayuno, se dirigió a la redacción. El jefe del departamento de la prosa, un hombre de edad mediana, alto y delgado, lo saludó con inclinación de cabeza.

- Usted me dijo que viniera hoy - dijo Burkut.

— Sí, sí, — respondió cordialmente el jefe del departamento — solamente, por desgracia, nada consolador decirle no podré, la novela ha caído de la revista.

— ¿Es decir irá en el número siguiente? — sonrió tímidamente Burkut.

— Si digo «ha caído de la revista», entonces la novela en nuestra revista no irá en general, — explicó el jefe.

— ¡Excelente! — dijo Burkut frenéticamente. — ¿Y por qué?

¡Las instrucciones!

— ¿Que instrucciones? — no comprendió Burkut.

— Las instrucciones de arriba, — dijo el jefe y empujo al techo —. Qué esto significa concretamente — pregunten al redactor.

Burkut fue al redactor.

— No se puede hacer nada - el redactor se encogió de hombros - ¡Karazhan es contra!

— ¿Karazhan Aybasov?

— El mismo. Dice que la novela está llena de alusiones inadmisibles.

— ¿Cuales, por ejemplo?

— Y bien, los ejemplos son bastantes. En la imagen del lobo son mostrados los comunistas y la canibalización en los aúles.

— ¿Qué, usted está tomando el pelo?

— ¡Por qué tomar el pelo! — se sonrió el redactor. — Es bueno, si no me atraigan por la pérdida de la intuición de clase. ¡A su lobo la boca es roja! Por la boca roja él devora a las ovejas blancas, esto es examinado como la propaganda antisoviética.

— ¿No, usted no está tomando el peloé

El redactor de repente se echó a reír dolorosamente.

— ¡Por que tomar el pelo, querido! — dijo El simplemente, se acercó y abrazó a Burkut por los hombros —. He aquí un consejo, ponga Ud. mientras a nuestra revista una cruz y vaya a otras redacciones. Allá, donde la mano de Karazhana no le sacará. Nosotros ya que estamos en la competencia de Narkomprosa. El imprimirá en algún sitio algunas poesías, y después vaya atrevidamente a nosotros. Entonces a usted ya ningún Aybasov no será terrible. Pero ahora a él ninguna justicia no encontrará.

— ¿Donde irme?

— Donde sea más allá de nosotros pecaminosos, — en los periódicos de jóvenes, si que. Allí los muchachos están valientes. Para ellos Karazhan no es una autoridad. Vaya allá.

El no se fue. El regresó a casa. Se sentó en la mesa y abrió la carpeta con el manuscrito del poema «Erkebulan y Nurzhamal». El leía y la recontaba hasta la noche, y después de nuevo hasta mañana. El poema fue recientemente terminado, pero ahora, leyéndola de nuevo, él veía, cuántas elaboraciones definitivas todavía la necesitaba, cuantas líneas debe reemplazar o echar. Por todo esto era necesario sentarse inmediatamente; él comprendía que su argumento más eficaz en su disputa con Karazhan era esta poema, y eso todo que él podría hacer, era necesario hacer inmediatamente, sin compadecer ni las fuerzas, ni el tiempo. En lo que la lucha será larga y encarnizado, él no dudaba. Que Olga duerma — él trabajará día y noche.

Olga no dormía. Ella estaba acostada, le miraba por los párpados semicerrados y pensaba que el dinero recibido por ella hoy, bastará para la semana ¿y después qué?

IV

Dos jinetes van uno tras otro a lo largo de un camino estrecho montañoso. Bajo de uno es un caballo negro, bajo el otro — blanco. Delante es un hombre, detrás - una mujer. A la mujer llaman Sholpan (que significa «la estrella de la mañana» — la Venus), al hombre — Akpar.

Es tranquilo y vacío. El sol otoñal rompe las nubecillas fáciles blancas, y se esconde de nuevo detrás de ellos. Por la cuesta de la montaña lejos de los jinetes se mueven las personas y el ganado. Están oyendo los ronquidos de los caballos, el mugiendo, los gritos de los pastores. El aúl de Takezhan traslada del lago Konyr Aygyr en otro lugar. El aúl es pobre, y esto se ve en seguida. Los checpenes de los hombres son rotos, las mujeres son puestas en los trapos, pero sobre aquella, que jinetea en el caballo blanco, está el kamzol del terciopelo rojo, el cinturón de plata y sobre la cabeza está un pomposo malakhai de la piel de zorro. Es la novia de Akpar, pero, más justo, es la ex novia de Akpar. Le han prometido por Akpar, cuando ella apenas que ha nacido. Era aquella muchacha, que Burkut ha visto temprano por la mañana, cuando vivía en el aúl de Takezhan. Entonces iba con los cubos y cantaba, y Burkut en seguida pensó: «Aquí la cantarina despreocupada». En efecto, Sholpan era tal, mientras la vida no se volvió rápidamente de su lado. En primer lugar, se arruinó su padre — su rebaño cayó en el yute y cayó casi todo. El yute es una de las desgracias más terribles, que puede concebir al kazajo. Del cambio brusco del tiempo — primero la lluvia, después el frío o primero el deshielo, después las heladas — la estepa se cubre por la corteza delgada del hielo.

La hierba que se encuentra bajo esta corteza, se hace inaccesible. Ni la vaca, ni la oveja, ni hasta el caballo no pueden abrir este hielo por el casco y mueren. El yute es la escasez de forraje, los pies rotos y luxados del ganado, del muerte de hambre, del empobrecimiento. Aquí el padre de Sholpan empobreció (dicen, el precio al rico es un yute). Esto era la primera pena, que cayó a los hombros de la muchacha. Luego su familia en seguida concibió la segunda pena — Karymsak se negó al arreglo, y, al fin, acabó completamente esta familia lo que tuvieron que devolver el coste del ganado, que han recibido hace dieciocho años como el rescate por Sholpan. Así, el arreglo y la boda fue desafinado, pero ya que Sholpan se quedo. Aún más, se convirtió en una novia madura, más bonita y los jinetes de vecindad comenzaron a mirarla. Tal y vio a ella Akpar. Es necesario decir que al principio el tuvo suerte. En el aúl de la muchacha lo miraban solamente, hablaban solamente con él, pensaban en el. ¡Por supuesto! Después de todo, él era un estudiante, un habitante de la ciudad, un científico. Después de nuevo comenzó la separación bastante larga, Akpar no estaba aquí por tres años, y cuando él llego, no podía creer: Sholpan era una verdadera belleza, pero ahora ella quería Kostya-Kasim. Era un acuerdo. Han decidido casarse el año siguiente, después de la migración a un nuevo lugar. Es que los habitantes del aúl vinculaban a esta migración mucho: han decidido construir en un nuevo lugar las isbas y comenzar cerner. Y aquí ahora el aúl se traslada. La mitad de la juventud ya está en el sitio — miden la tierra, levantan el vapor y ponen parches. El comandante es Kasym. Y precisamente por eso Akpar se encuentra ahora cerca de Sholpan.

Los padres de Sholpan no recordaban mal de él— aceptaron al ex novio de la hija como el suyo, trataron y dieron a beber, pusieron la cama, y por la mañana persuadieron a ir juntos.

Akpar aceptó de inmediato. El aúl era en la dirección de la ciudad, y por eso (así él les explicó) era su camino. El sabía que en las trashumancias se permite la indulgencia conocida, los jóvenes y las muchachas juegan juegos, cantan canciones, saltan en razas, o al lado. Aquí ahora el ex novio y la ex novia van en los caballo uno a otro lado. «Por supuesto, el padre ha hecho bien, — piensa Akpar, mirando a la muchacha, — que él escupió con estos mendigos. Probable, los ingresos de toda la familia solamente bastan para vestir Sholpan. Además, es claro que y el ruso ayuda. Y bien, espera, espera, amigo, parece, te mostraré a la novia. ¡Perder a tal muchacha! Ya que después todos los dedos morderás. ¡No, aquel no es un hombre, que cederá tal belleza! Y bien, te me acordarás, rusito. Antes de la invernada todavía hay uno y medio día de la vía, algo inventaré. Aquí por la formación no tomarás, por los suspiros también — y no tal veía, — es necesario, tal vez, batir al pasado».

— Sí, — dijo él, tristemente sonriendo —, la dicha sobre un poeta era verdadera: «No existe más desgracia, que en los días de tristeza recordar la felicidad». Y así es conmigo. Hasta ahora recuerdo nuestro último encuentro. Recuerdas, la noche en dzaylay. Había mucho pueblo, y todos cantaban canciones, y las muchachas y los jóvenes, y cantaste para mí:

Eras tan tierno conmigo, querido,

¿Que ahora pasas de largo?

Ya que mientras somos juntos, no tema ni la pena, ni el dolor.

Y te creía, y pasaron tres años...

Shoplan no respondió nada.

— ¿Callas? ¿Se enfadas? ¡Pero yo no soy culpable ni en que! Demasiadas desgracias cayeron de una vez sobre mí. El padre corría, el maestro murió, el amigo se cambió, la hermana se fue al enemigo, los parientes se volvieron las espaldas. Llegó aquí al aúl, donde ha nacido, y los todos me miran como a un lobo. Y tu padre también. ¡Y bien, por supuesto! Soy hijo de bay, y él es un campesino rojo, pobre, el pilar del poder soviético en el aúl. ¿Acaso no lo comprendo? ¿Qué puedo hacer? ¿Correr también a China? ¿Y la patria? ¿Y los amigos? ¿Y tú? Aquí apunto así y no sé, donde ponerse, y así me siento mal, y no quiero vivir.

La muchacha callaba. El la miró y se agarró las riendas en la mano.

— ¿Y bien, por qué es así, Sholpan que me dirás?

La muchacha lo miró fijamente.

— ¿Qué debo decirte?

— ¿Qué? Ya que me querías una vez —. Y Akpar canto de repente:

Mientras somos juntos, no tema ni la pena, ni el dolor.

¿Esto no es así ahora, Sholpan?

Ella lo miró.

— Ha pasado tres años, dijiste, y ya que tantos cambios han ocurrido alrededor. ¿Recuerdas, cómo llegabas de la ciudad? En la chaqueta de la ciudad, con corbata, con una pulsera en la mano. Por primera vez vi un tal reloj sobre ti. Tal vez no era lo más importante que me atrajo a ti, pero aún así... Eras algo especial, no de aquí, no similar a ni quién.

— ¿Y después?

— Y después se pasó otra cosa. Al llegar al aúl- sólo beber, luchar, las tarjetas, las canciones obscenas. ¿Recuerdas, cual era escándalo, cuando el jinete joven te perdió? ¿Cómo te maldecía su padre? Y después esta desgracia con Zhibek. ¡Qué hiciste con ella! ¿Y de verdad no sientes por esta huérfana?

Akpar estremeció, pero se calló. Sí, por lo visto, la historia con Zhibek le no olvidarán pronto. Y la historia era tal. Vivía este Zhibek con los parientes lejanos en el aúl de Sholpan, era una muchacha delgada, como la cañita, y cohibida, como la gamuza montañosa. Era tan silenciosa que raramente quien oía de ella una palabra. Parece, nunca nadie veía que se reíese. Aquí era desacreditada por Akpar. Pasando la vez por el desfiladero, él vio a la muchacha, salió del sillín, la llamó, agarró y arrastró hacia los arbustos. Eso es todo. La muchacha aun no gritaba, y nadie sabía nada en la casa en aquel tiempo. Conocieron más tarde, en un mes, cuando media muerta era llevada a casa por Kostya-Kasym.

Resulta, la muchacha se tiró en el lago, y, si no fuera Kostya, que en este momento comprobaba justamente las redes, nadie la vería viviendo más. Sino aun después de esto no contó nada a nadie.

Pero por el aúl se arrastraron rumores malos. Zhibek estaba enferma, y el rumor acusado Akpar en esto. El resultado fue que Kostya llevó a la muchacha a la ciudad y trajo en un mes. La muchacha se encerró en sí misma aún más. Sobre ocurrido como antes ni con quién no hablaba.

— Sí, es bueno, bueno, — dijo Sholpan con rabia —. Las personas traen de la ciudad a los niños las golosinas: libros con las estampas, jabón odorífero, cinta. ¿Qué regalaste a esta niña? ¡Y nadie no se atrevía hasta a reprocharte! ¡Y bien, por supuesto, eres un jinete, ¡hombre urbano, fumas cigarrillos, sabes palabras culturales, el perfume huele de ti! ¡Eh, tú! Esto es lo primero que me empujo de ti.

— ¿Que es el segundo?

— Segundo... ¡Eres malo dolorosamente, Akpar! No te gusta nada en nosotros. Dices que mi padre te mira como al lobo, pero él te ha aceptado como un invitado querido. Como un invitado más-más caro. ¿Que hablas ahora sobre él? ¿Y sobre mi Kasym que hablas? ¡«El rusito»! Otra palabra a ti para él no existe. Que él ni ha hecho, todo para ti es ridículo. Aquí él ha recogido ahora a los jinetes y ha salido construir el aúl, cortan allí, cavan, los pilotes clavan, los días y las noches libres no existen para ellos, y te ríes. ¿Qué te ríes? Y esto te ríes, que nunca en tus manos no era ni la pala, ni la hacha, y como el pan crece, veías, probable, una vez o dos — aquí a ti y es ridículo. ¡Eh, Akpar, Akpar! Como si a la risa te llamaron así los padres.

Akpar palideció, pero se contuvo.

¿Pero por qué? — él pregunto.

— Y por eso que Akpar en árabe es "grande". ¿Y cuál grande de ti? ¿Quien en ti dirá algo bueno? Solamente el malo oímos.

Akpar se contenía más.

— ¿Que malo oías sobre mi? — dijo él roncamente. — ¡Cuenta!

— ¡Sí que administrar allí! Has dicho que todos te miran como un lobo, — tú mismo eres un lobo ¿Y cómo querer al lobo? Lo temen solamente. Tu eres malo, Akpar, muy - muy malo. Aquí que te diré con toda sinceridad.

— ¡Oh, perra! ¡Te mostraré un corazón puro! — y, habiendo levantado sobre los estribos, Akpar de repente algunas veces diagonalmente recortó su látigo en la cara. Ella gritó y cayó en la silla. Su rostro enrojeció de inmediato con la sangre. Akpar miró a su alrededor, vio jinetes corriendo y una vez más, apretando los dientes, golpeó con látigo a la espalda, los hombros y la cabeza de ella.Luego golpeó a su cuervo y se alejó.Lo perseguían, algo le gritaban, amenazaban con los látigos de cuero — pero ni quien no tenía a tal caballo de carreras, como tenía Akpar, y pronto la persecución desapareció de la vista.

Por la noche dejó las riendas y desmontó del caballo. Era tan oscuro que él veía delante solamente los arbustos de la mimbrera o algo vago-gris, no la mujer de piedra o la columna. No lloraba, sollozaba fuertemente, sin contener.

El lloraba de todo: de la cólera, de la debilidad, de la ofensa, de lo que la vida a él se forma tan desgraciadamente que él no sabe, cómo con ella obrar, y él era parecido realmente ahora a un lobo ,un vagabundo llevado, solitario gris, de que todos temían y que también temía de todos. Poco a poco sus sollozos fueron a un aullido lúgubre. Sólo entonces él volvió en sí. Se puso de pie y se limpió los ojos. Era tranquilo y sin viento. En el cielo negro alto brillaban las estrellas azules enormes .Estaban tranquilo, silencioso y tranquilizaban, como el agua fría. Solamente ahora ellos no eran hostiles para Akpar.

— Eso es cierto, - dijo Akpar en voz alta y no se dio cuenta de que él estaba hablando a sí mismo - esto es así, entonces, camaradas. ¿Ustedes han decidido seguirme?¡Muy bien! ¡Pero sólo tengan en cuenta que no voy a rendirme, ¡ A la guerra responden con la guerra!Oh, me tienes persiguiendo a lo que mi padre se fue a China, y no me gustas ni tú, ni tu poder, porque ¡lo mío es mío, no es el tuyo! ¡Perfectamente!No vamos a compartir, yo soy uno, y ustedes son muchos. ¡Pero miraremos! ¡Y estas mis lágrimas, compañeros queridos, — ¡aquí a usted no olvidaré estas lágrimas por esta noche en la estepa! ¡Lo sobreentiendan!Aunque la yurta de oro den a mí, a usted recordaré mis lágrimas . La muerte por la muerte, la sangre por la sangre, y la lágrima por las lágrimas. ¡ Todos de vosotros lloraréis! Por las lágrimas sangrientes lloraréis, compañeros queridos. ¡Eso es todo!

Después de un día él era en Akshatyr, había vendido al caballo (mientras la despedida le besó en la frente , así él no besó a su padre en el día de la separación) y el mismo día fue a Alma-Ata. Acerca de la huida a China él ahora no pensaba por alguna razón. El tenía dinero.

(El había encontrado este dinero en la invernada vieja paternal. Eran enterrados a él en el lugar condicional: unos pocos cientos de monedas de oro que Akpar llevaba constantemente en la bolsa. "Para pagar con tus amigos, eso es suficiente" - pensó, sonriendo, llamando a sus amigos y Burkut y Sholpan y Hasen, y su hermana).Desde la estación de la ciudad (y en ese momento era una distancia considerable) tuvieron que coger un taxi. El dio la dirección y después de algún tiempo ya entró en el patio de una pequeña casa de un piso pequeño con persianas venenosas-verdes y los jambajes, cerca del canal principal. Karazhan estaba de pie sobre artesa zinc en medio del jardín desnudo por el cinturón y se frotaba por la toalla velluda. El saludó a Akparov, guiño y le preguntó:

—¿Ya has vuelto?

— ¡Como ves!

— Rápidamente. ¿Qué? ¿Solamente del tren?

— Solamente. Pensaba que has dormido todavía.

Karazhan rió, cogió un cubo y lo derramó sobre la cabeza.

—¿Cómo estoy dormido? Desde mi infancia solía levantarme temprano y hacer gimnasia. Esto es mío, por así decirlo, es un hábito de cadetes.

— ¿De cadetes, dices? — entrecerró los ojos Akpar.

— ¡Mira mejor! Militar! Bueno, ¿qué hay de nuevo?

"Así que, desde el Cuerpo de Cadetes he renunciado - pensaba Akparov - y enorgullecía así por ello una vez, simplemente hay que no resucitar!»

— ¿Qué es nuevo? - él dijo, pensativo-. He ido al aúl, ha mirado los lugares natales.Ha encontrado a alguien. En general, una gran cantidad de que es nuevo y tenemos que hablar!

— Bueno, vamos a hablar. Espera, tengo que hacer un par de ejercicios -. Y Karazhan fue a la barra fija.

Se levantó, lanzando su cuerpo alto acuerdo, muscular, y miró con envidia a Akparov ,a sus poderosos hombros redondeados, al ancho de pecho semicircular y pensó que, después de todo, este antiguo cadete era hábil, rápido en los movimientos y era como un trineo preparado para Baig: «tengo vientre, — pensaba él, — y él no tiene vientre completamente , sin duda debería hacer gimnasia".

- ¡Mira! - Gritó Karazhan, se elevó por encima de la barra y se puso en una mano. Luego saltó, preparaba, saltó de nuevo hacia la barra horizontal y de repente giró como una rueda de fuego. Tal Akpar había visto en la fiesta en el jardín de gobernador."Y, sin embargo, dicen que cae en un níquel en el momento - recuordó Akparov. - Sí, el cuerpo de cadetes ya que no ha pasado en vano. "

Karazhan finalmente cayó al suelo y tomó una respiración profunda.

- Bueno, vamos a ir a la casa - dijo, poniéndose la camisa - la dueña no ha despertado, así que mientras nos sentamos en el comedor.

La habitación en la que entraron, brillaba de limpieza y la decoración. En el medio estaba la mesa redonda cubierta con el mantel verde de terciopelo. Eran una bandeja de plata y coloridas tazas de porcelana con borde de oro.Todo esto se reflejaba en el tremó enorme de la caoba.

— Se sienta aquí al sofá, hablaremos, — dijo Karazhan —. A quién has visto, que has oido, cuenta.

No se hablaron durante cinco minutos, la puerta se abrió, y apareció una mujer alta y rubia, una mujer alta y rubia en un manto carmesí. Ella era adornada con diferentes adornamientos: los granos coralinos estaban sobre su cuello, las pulseras de oro disminuían de las muñecas, en las orejas estaban las perlas redondas en la montura del metal blanco. Era grande, hermosa, como si era de pura sangre y era en la yegua cara de las cuadras de kan. Caminó con movimientos tranquilos, suaves, redondeados y tranquilos. Los ojos y labios carnosos se reían, ella tenía labios jugosos y maleables. Ella fue a Akpar y le tendió la mano.

— El no me quería presentarle, pero ahora conoceremos uno a otro , - ella se echó a reír.

Su mano era suave, tierna, caliente, por el apretón casi de hombre. Akpar se la presentó y dijo:

— Soy un viejo amigo de su marido.

— Así que, amigo mío - dijo la mujer -. ¡Dispón preparar el té! Y de nuevo volvió a Akpar:-¿Dime dónde pude verte?

"Si te dijera dónde ..." - internamente Akpar sonrió.

... Veía Marukey Akpar sólo una vez, por supuesto, ella no lo notó entonces. Ella pasó ante él: era joven, hermosa, sonrojada de viaje, en el trineo, y argamak que llevaba estaba bajo de la malla de seda azul. Sucedió esto durante las carreras tradicionales de invierno en Akshatir. Entonces había mucha gente en alrededor, y Akpar preguntó aturdido: "¿Quién es?" Le respondieron con la risa que Marukey, y él conoció que su padre era tártaro bautizado, el comerciante de la primera corporación, el propietario de las tiendas grandes coloniales en Petropavlovsk, Akmolinske, Semipalatinsk y Atbasar: Marukey era su única hija y la heredera de todo (la madre murió en el parto), y los novios a ella se reunía mucho, pero nadie se quedó...

— Marukey es una muchacha a quién se puede conocer solamente en la cama, — le explicaron un poco más tarde.

Desde entonces, ha pasado mucho tiempo. Llegó el poder soviético, el padre huyó, Maruko se quedó con su madrastra (y era la "la mujer comerciante", que compró el anillo y mantón para Olga) y ella tenía muchos novios.Pero ella se casó, al parecer, todavía recientemente.

Cuando Marukey se casó, Karazhan dijo rápidamente:

—Este es el trato: su esposo fue encarcelado por tráfico de marihuana, y eso es realmente seis meses que ella vive conmigo- Y, viendo que Akpar callaba, añadió: ¿— Bueno? Es necesario casarse .

— Sí, - dijo Akpar-, es necesario. Por supuesto . - y pensaba: ". Aquí, tal vez, y tengo algo que hacer. Anímate, Akpar. "

— Bueno, - dijo Karazhan - has contado de otros, ahora habla sobre ti. En primer lugar, no te he visto en aquella reunión. ¿Con Burkut no te has encontrado más?

— Solamente aquella noche, - respondió Akpar-. En general, hay que desechar a Burkut. El no es uno de nosotros, él es nuestro enemigo. - Las últimas palabras dijo en voz baja.

Karazhan lo miró y se echó a reír:

— ¡Marukey no oye nada! Como dicen los rusos , tiene las orejas colgados de oro, blanco o rojo - no es importante. Sólo que haya oro en las orejas ..

Y él rápidamente le contó todo lo que había ocurrido con él en el pueblo Takezhan.

- Comprendes que ella me llamó en la cara lobo, y yo la he golpeado con látigo y he galopado.

— ¿Perseguían?

- ¡Por supuesto!

- Así, así - Con mucho gusto le entregó Karazhan - ¿Así que, así, querida, que significa lobo blanco atacó a las ovejas de color rojo? ¡Es divertido!

— Sí, por supuesto, es divertido - Akpar frunció el ceño.

— Sí no veo que llores, — rió Karazhan — y es con razón, por supuesto.¿Y bien, y después que piensas?

Akpar se encogió de hombros.

— Sí, - dijo Karazhan -. Sí. Hay algo en que pensar. No tienes que mostrarte ahora en Akshatir. En Alma-Ata también no tienes seguridad. Tienes que irte.

Akpar era silencioso y miraba a Karazhan. ¿Cómo? Si ellos no te atrapan, entonces van a escribir. Escribirán al tribunal, a la milicia. Comenzarán a buscar. Entonces- Burkut. ¿Estás seguro de que mañana no va a funcionar con una denuncia? No hay otra salida para ti, excepto escapar. Además, la situación es desfavorable dices a ti mismo que te miran con recelo, a través de los dientes. Por lo tanto, debemos esperar. ¿Cuánto? Eso es otra cosa. Pienso que es poco tiempo. Pero un año o dos es necesario vivir en algún sitio. Ahora es una pregunta : hay dos vías. La primera es la más fácil: recluta y sal a Karaganda. Te aceptarán, si informan sobre ti en el aúl — dirán que te has roto las relaciones con tu padre porque le has negado a correr a China. Y entonces nadie te preguntará, ¿por qué de pronto has decidido convertirte en un proletario , es claro, la necesidad ha hecho. Bueno, entonces ... ya sabes - “el puñal es agudo, saco se frotó," No tienes que ser un obrero por el siglo — estarás el jefe de la brigada, y se abrirá ante ti el camino verde , primera posibilidad. Pero, como veo, ella no te gusta mucho ¡Bien! Es la segunda posibilidad: comienza a estudiar. Te daremos un billete y un estipendio. Ahora se necesitan geólogos. ¿Has notado con la cabeza? ¿Esto no te conviene también?

— ¿No, esto sería magnífico, —dijo Akpar - ,pero tomas en consideración que mi padre corría a China que soy el hijo del bai , y todo el resto.

Karazhan rió:

_ ¿Que quieres decir? ¿Hablas sobre los documentos? Todo va a estar bien. Ahora hay dos lugares libres en el instituto de los metales no ferrosos de Sverdlovsk— Ve allí. Entonces, ¿estas acordado?

Akpar, sonriendo, le tendió la mano.

- Gracias. ¿Cuándo vamos?

- Tan pronto como sea posible. ¿Hoy en día? ¡Excelente! El tren se aleja a las diez de la noche, el papel recibirás después de la comida. Ahora llamaré, ordenaré al secretario preparar. Seguimos la mesa.

—... Y bien, —dijo Akpar en el pasillo, estrechando la mano a Marukey, — ves, por tan poco tiempo duró nuestra amistad. Salgo por la noche. Así que no veremos uno a otro más.No recuerda mal de mí.

Ella le miró a la cara.

— Hasta tarde queda todavía mucho tiempo, — dijo ella¿— A dónde vas?

— Voy con Karazhan al comisariado del pueblo para la orientación.

— Hasta tarde queda todavía mucho tiempo, — repitió Maruko y se fue.

Entró Karazhan, ya en abrigo, y dijo:

— ¿Estás preparado? Despidete de Marukey, y vamos. El papel ya está preparado, voy a llevarla para la firma.

En Comisariado Akpar retrasó no más tiempo de lo que era necesario para la recepción de los papeles. El dijo que tenía algunos negocios.

— Y a ti, —dijo él emocionadamente a Karazhan, — soy agradecido hasta la muerte. Lo que has hecho para mi hoy, puede hacer solamente el hermano para hermano. Y bien, de nada, si llegan otros tiempos, puede ser, yo te compensaré.

Se abrazaron y Akpar se echó a llorar.

Se divorció de Karazhan literalmente por media hora. Cargado del vino y de las frutas, él llamó a la puerta de su casa de nuevo. Maruca abrió la puerta. Era como la mañana en una túnica carmesí con el pecho abierto.

- Aquí estoy yo ... - empezó Akpar.

Ella se echó a reír.

— Ya que sabía que volverás, — dijo ella, — pasa, — y le besó en los labios.

Paso uno y medio año. Mucho se había cambiado en este tiempo. Fue establecido Turksib. En la estepa había unos gigantes de acero de la potencia sin precedente, en los periódicos comenzaron a aparecer los nombres "Karaganda", "Dzhezkazgan", "Ridder".

Terminó la colectivización. En la estepa crecieron nuevas ciudades, y los pastores de ayer tomaron martillo neumático. Por las extensiones de Sary-Arka, Semirechya, Syr Darya caminaron otras personas, sonaron otras canciones. Sólo en la vida de Burkut nada ha cambiado significativamente. Todavía no publicaban, pero durante este tiempo el periódico juvenil publicó en tres ediciones su poema "Erkebulan y Nurzhamal", pero eso fue el final. Karazhan, en general es un hombre cauteloso, e incluso lento, en relación con Burkut de repente mostró energía inusualmente exuberante. Durante la reunión republicana, hizo un detallado informe "Sobre las supervivencias del nacionalismo en la prensa nacional", y especialmente destacó los poemas y canciones de "algún Kuntua-foso."

-Permítame a leer sin comentarios todavía - dijo y efectivamente una media hora leía los primeros poemas de Burkut. Luego puso a un lado la carpeta con recortes y dijo: - Bueno, podría leer otras dos horas, pero parece bastante, camaradas. Creo que la pregunta es clara. ¿Cómo debemos llamar estos versos? Creo que "políticamente empapado-," o incluso "políticamente incorrecto" - Estas no son las palabras en relación con dicha poesía. El error es un error, pero aquí el autor sabe lo que quiere.

- Bueno, se le puede llamar lo que quieras - hizo una mueca Karazhan - pero ciertamente el problema no está en las palabras, pero en esencia. Y la esencia de este poeta, se me permite decirlo, es tal que había sido arrestado en cuerpos Akshatyre. Fue detenido y puesto en libertad. ¿Por qué han liberado, no sabemos - es su asunto, pero nuestro negocio es no permitir la entrada de tales poetas en la prensa soviética estrictamente.

No hay que proporcionar una plataforma para el enemigo. Creo que esta pregunta, no vamos a debatir.

- Pido la palabra interrogativa - de repente escuchó una voz, y subió a tribuna un jinete alto, negro, editor de un periódico juvenil -. La pregunta aquí es lo que tengo - continuó-,los versos que leyó el altavoz venerable para nosotros, verdad, en cualquier órgano soviético no se pueden imprimir, pero ellos no se han publicado. Estos son antiguas poemas – poemas décadas. Camarada Kuntuarov los renunció públicamente. Camarada Kuntuarov los renunció públicamente. Ya no escribe nada parecida. Exactamente por eso él presentó en KazAPP. Usted estuvo en esta reunión, le escuchó.

—Permítame, permítame, — interrumpió Karazhan-, pero usted dijo que quería hacerme una pregunta.

-Ahora llego a la pregunta. Ya has oído que el presidente declarando la decisión de buro a Burkut Kuntuarovu de volver a su solicitud en un plazo de seis meses, dijo "Durante este tiempo, sin duda podrás escribir varias obras semejantes , que probarán a todo lo que el pasado ha terminado de una vez por todas, y nuestra literatura adquirió una nueva ronda de gran poeta." Pues, Kuntuarov debe publicarse. ¿Y cómo se va a publicarse, si cerramos su camino?

El discurso se hizo una impresión. Por la sala pasó susurro , asintieron con la cabeza.

- ¿Esta es tu pregunta? - Karazhan preguntó, sonriendo. Esta es mi primera pregunta – dijo el jinete-, hay un segundo, es estrictamente práctico. Del siguiente número vamos a publicar el poema de Kuntuarova "Erkebulan y Nurzhamal."

El tema de este poema, como ustedes saben, es muy actual. Obras semejante todavía no hemos tenido. Lo discutimos, y ella llamó a la aprobación unánime. El secretario de propaganda habló muy bien del poema. El mismo es de esos lugares, participó en la investigación y envió una respuesta por escrito. Aquí lo tengo conmigo. Queréis que lea. Entonces, tengo una pregunta - ¿qué hacer con este poema? Esta reunido-¿dividir?

La voz del jinete sonaba burlona.

Karazhan se encogió de hombros - él era un hombre de experiencia, y sabía cuándo retirarse.

- Bueno, ¿por qué me dices esto, sólo estoy advirtiendo que Burkut, como se llama , es una persona lejos de tener próspero pasado, y eso siempre hay que tener en cuenta, así ... - él levantó las manos. Si el poema es bueno, por supuesto, pública. Usted es un editor responsable, entonces usted está responsable por toda la respuesta.

- Todo está por mi responsabilidad- se acordó el jinete y se sentó.

Por supuesto, en otras circunstancias, Karazhan sin causas vilipendiaría el poema de Burkut. Sólo organizaría una llamada al editor, y el material podría volar fuera de la habitación. Con su historia, él ya lo hizo. Pero ahora, por el poema de pronto intervino guía kazape. Tuvo una conversación muy desagradable una semana antes. Presidente de la Asociación, un viejo escritor honrado le llamó por teléfono y ...

Y Karazhan respondió sinceramente, aunque no del todo al punto:

— No he leído este poema de Burkut .

— Y bien, además, — Presidente estuvo de acuerdo—. Entonces, una cosa más: Burkut es profesor de literatura, él quiere instalarse en una de las escuelas, y no lo toman. Conocíamos, hablan, hay sobre esto una disposición especial de su departamento. Esto es injusto.

— Y nos concedan saber, — respondió suavemente Karazhan — creemos que el hombre que estaba sentado en la cárcel por la contrarrevolución, no puede enseñar nada bueno a nuestros muchachos, para esto son necesarias personas de completamente otras cualidades, — y colgó el tubo.

El poema apareció, era ensalzada, pero después de la posición de Burkut fue, tal vez, aún más ambiguo. Exigían no sólo reprensión de la antigua aldea, sino las obras de una nueva vida, de la construcción, de la clase obrera. No había que sólo condenar, sino también mostrar una nueva vida, pero él todavía no sabía cómo. De su pluma salió algo esencialmente incoloro, grandilocuente. Siguientemente las diversas opciones en tema "Viva!" no se fue, y se habló de que Burkut garabateó, que esta nueva vida ajeno a él y que él estaba todo en el pasado. Y luego estas mismas acusaciones fueron hechas en el periódico regional. "Sabemos las viejas canciones del bardo Burkut – escribía el periódico. - La gente alababa la vieja vida, bayga, la competencia de cantantes, incluso las peleas y combates - en resumen, todo lo que es una cosa del lejano y, como decimos, pasado irrecuperable. Los poemas eran sonoros y hermosos.

Ellos cantaban con gusto y ensayaban. Luego vino la revolución, y la vida de bahía, junto con las mismas peleas empezó a ir al pasado, pero también la lucha, bayga y competiciones en los que los cantantes compiten no sólo para expresar sorbo, sino también por palabras malsonantes donde gana el que juró mordaz, todavía continúa. Y además de todo esto, el cantante de todos estos saliente, medio muerto, pero aún así no quería morir, era el mismo Burkut. Y hay que confesar, que fue de nuevo la poesía muy sonora. A continuación, el cantante se detuvo y algo se quedó en silencio por un largo tiempo - un año o tres, él estaba pasando por el proceso de la ruptura, la reestructuración, crisis. ¿Por qué no? Nos solidarizamos profundamente con el hombre que tuvo el coraje de golpear a cabo el pasado y empezar un nuevo camino. Damos bienvenida a esta gente y queremos verlos en sus filas.

Pero aquí hay nuevas canciones de Burkut, los leemos y no entendemos lo que pasó con el poeta. ¿Un agarre de líneas incoloras - es todo el mismo Burkut? Todo es largo, tedioso, irónico como si golpeó a toda prisa en una máquina de escribir. Repito, que recibimos a la magnífica poeta Burkut y de buena gana le perdonamos sus errores del pasado, pero si de verdad quería que nosotros vivimos y trabajamos con él, si él renuncia su pasado, ¿por qué tan lentamente y tedioso escribe sobre ello? ¿Por qué poemas sobre peleas le salían magníficamente, y poemas sobre la vida nueva es disgustado a leer? ¿Qué pasa? " Después de este artículo Burkut se desánimo finalmente, lo que contribuyó a otro muy agudo conflicto con la redacción después de esto las obras de Burkut dejaron de publicarse totalmente. Karazhan podría ser satisfecho,porque poco después con su enemigo como el poeta todo habría sido terminado . Pero entonces el destino finalmente tuvo compasión y envió a un amigo.

...Había una primavera temprana nublada. Con las nubes, la niebla y luego con sol, y luego con lluvia, y luego lluvia y nieve. Aquí y allá, en las colinas ya hizo su camino de hierba y en las vallas y en la sombra de los edificios todavía yacía nieve marrón y esponjosa. Burkut en esos días siempre se sentía mal. Ahora él estaba acostado en el sofá y leía. Olga estaba junto a él y planchaba la ropa. En el cuarto no había nada ni el samovar ni el reloj- todo estaba vendido. En aquel tiempo llamaron la puerta. Llego el cartero con el paquete. Burkut tiró el paquete al azar y sacó el cuaderno. Abrió el cuaderno, y cayó el impreso de la redacción. El leyó y lo tiró sobre la mesa.

— Bueno,eso es todo, - dijo.

— ¿Qué pasa? - Olga preguntó, aunque ya lo sabía todo.

— No se acerca. «La canción de las estepas» en nuestra revista no se puede publicar.Con el saludo... Y bien, si con el saludo, todo está en orden, — se rió con ira Burkut -. ¿Y por qué no se puede - sobre aquel ni es la palabra. Y sé por qué - porque el autor no les conviene. Tengan que decir así: ve donde quieras, haz lo que quieras, y no te imprimiremos, por eso no sufra en vano. Y todos tiran algo, esperan a algo y son astuciosos. ¡Que vayan ellos al diablo! ¡Es todo! ¿No se le acerca mi relato? ¿Es malo, habláis? ¡Bueno, eso es todo! Cogió el manuscrito y se puso a hacer pedazos y tirarlo por el cuarto. Olga corrió hacia él y le agarró la mano - la empujó para que ella casi se cayó, pero ella una vez más corrió hacia él.

- ¡Burkut! - Ella gritó, sollozando.

Gruñendo y nada escuchando Burkut corrió hacia el armario y sacó un manuscrito.

— ¡Dejalo! — Provenía de la puerta la voz tranquila de alguien. Había en el umbral Hasen.El era todo mojado: vino bajo la ducha. Burkut miró, se detuvo por un momento en sus pensamientos, y luego abrió la puerta y salió corriendo a la calle.

— Burkut, espera, ¿a dónde irás? - Gritó Hasen, pero Burkut se había ido.

Una tormenta de repente estalló entre la venganza, el cielo retumbó como una chapa de hierro enorme. El trueno seguía el trueno, y a la llamarada del relámpago era posible ver el cielo que se había mezclado con la tierra.Algo silbaba cerca de cara de Burkut.Este viento sopló a las perras. Sobre tales tormenta kazajos dicen -el héroe Gazretgali persigue en el caballo de Duldule a los diablos.

El viento silbaba, aullaba y parecía cuerpo casi denso. Se balanceaban los olmos poderosos, de los robles centenarios volaban las hojas y las ramas.

Burkut apenas podía caminar. El era sordo y ciego del viento, si es que se cayó, pero de inmediato se levantó de nuevo y se fue obstinadamente: llegó a un gran árbol de roble viejo, se detuvo, se inclinó hacia El n dijo claramente y simplemente:

— ¡Y bien, mata, mata! ¡En estos robles quieren batir los rayos! Si existes en realidad, laméntame, vas conmigo a un rayo.

— Aquí golpee, — y él empujó su cabello y miró al cielo. Hay una vieja tradición de Kazajstán: es necesario durante mente abrir la tormenta y en seguida te derribará el relámpago.

Viento arrancó de modo que apenas podía mantenerse en pie; luego se volvió, cogió las manos de roble y apretó la cara hacia él.

— ¡Y bien, mata, mata! Repitió casi sin sentido y de repente gritó: -¿Por qué me has creado? Para vivir, tenemos que ser capaces de hacerlo, pero no puedo. ¡Me echan de todas partes, arrojan, como el perro! ¡No eres necesario para nosotros! ¿Y quiénes son necesarios para vosotros? ¿Quiénes ?

El hacía las preguntas fuertemente, conscientemente y, parece, esperaba realmente a respuesta. Pero sólo aullaba el viento, en el bosque había un crujido y el sonido de la lluvia.

— ¿Ah, no quieres? — dijo de repente Burkut tranquilamente —. Ah, no te basta todavía mis sufrimientos y las humillaciones. ¡Y bien, bien, bien, altísimo! — El trepó en el bolsillo lateral y sacó de allá el cuchillo grande abatible. Esto era el acero del temple alto y puro. Burkut se despedía nunca de este cuchillo. En los minutos libres él quería cortar con ello de las raíces las figurinas diferentes, y toda la habitación de él era hecha con ellos.

— ¿Aquí ahora me servirás de verdad, — dijo él al cuchillo cariñosamente, —¡¿El asunto no es cortar el ajedrez?! —Lo abrió y lo acercó a la garganta -. ¡Bueno, eso es todo! - Dijo en voz baja. Un movimiento de la mano y fuera el final del todo: de los tormentos, las burlas, los enemigos, de toda esta vida en general. Era necesario cerrar los ojos, apretar los dientes y ciegamente tajo en la garganta, pero su mano estaba como adormecida, y él de alguna manera ya por la miró. El acero agudo puro ahora vertía por luz casi azul.

Burkut luego perdió la conciencia y el sentido del tiempo, y cuando llegó a la vida de nuevo, resultó que él cuesta por - anterior por la espalda al roble y la mano tiembla por el temblor profundo interior. Y en la cabeza corrían y desencadenaban los trozos de los pensamientos, los pedazos de uno, segundo, tercero. «Morirás aquí, y en seguida todo terminará. Y nunca ya no repararás esto. Y nadie reparará. Por nada. Para siempre.

Y también él pensaba:«Sí, Ahan, es evidente, ha obrado bien — de otro modo él y no podría. El buscaba la salida y lo ha encontrado. Mismo encontrará Burkut —. El pensaba de sí mismo ahora, por alguna razón en tercera persona — Un movimiento de la mano, y él nunca no contestará a la pregunta de Olga: «¿Por qué me has dejado en momento más difícil de mi vida? ¿De veras no me querías que no pensabas, cómo me quedaré?» El seguía sosteniendo el cuchillo, pero la muerte se alejó de él, y él lo sentía. Cuánto tiempo él estaba de pie, sin ver y sin sentir nada, en un estado extraño del duermevela y la realidad, él no recordaba. Probablemente por mucho tiempo. Probable, mucho tiempo. Y sólo cuando dejó de llover y el viento estaba en silencio, él miró y vio que el cuchillo en la mano no existe.

No estaba bajo los pies. Es evidente, Burkut lo había enlodado.

No se habían visto con Hasen dos años . Por tanto tiempo Hasen había estado en Moscú en el Instituto del profesorado rojo. Junto con El fue Hanshaim. Allí tuvieron una hija, y Hasen escribió a Alma-Ata, que en su familia ahora era una moscovita nativa, Burkut y Olga felicitaron a los esposos. En general, se escribían bastante a menudo, pero sobre los fracasos de Burkut no lo escribía. Sin embargo Hasen ciertamente sabía algo.

- Entonces, - dijo Hasen, después de oír todo - esto significa, que te pareces a Gógol o, más justo, a un héroe de Turguénev: «... Y he quemado todo, a que adoraba, adoraba lo que había quemado». En general, los dos son malo.

Estaban sentados a la mesa y Olga los vertía el té en los tazones. En la cocina se preparaba beshbarmak , Olga había vendido los últimos bienes para comprar el reloj de pulsera de oro como un regalo por cumpleaños de su padre. El extendió la mano y tomó la carpeta de nuevo que estaba sobre la mesita, y la leyó:

Yo cantaba incansablemente como un ruiseñor en la arboleda,

Pero yo estaba solo y perdí mi canción.

Una desesperación en mi alma ha dejado,

No había lugar vivo en ella.

Ella está sangrando hasta ahora,

Pero soy luminoso y mi dolor es tranquilo-

Ni los próximos, ni los amigos: soy solitario en el desierto,

Pero tú estás conmigo, mi amigo - la melodía del verso.

—¿Es de dónde? — preguntó él. ¿es sobre ti?

— ¿Para que sobre mi? —manoteó Burkut —. El Poema se llama «La Confesión de Korkita». La acción se refiere al decimoctavo siglo.

— ¿Del decimoctavo siglo, dices? — Hasen echó unas páginas y leyó:

Yo no tengo ni el ganado, ni el bien,

Sólo una dombra de oro.

No tengo algo, y siempre será así,

Mi canción como el viento vuela.

Los jóvenes, las muchachas, veis — es borracho,

Tiene prisa a visitaros Ann alegre,

Que no toque a nadie,

Que solamente la dombra es su riqueza.

— ¡Muy bien dicho! , — dijo Hasen, — y probablemente tu Ayan se parece en Till Eulenspiegel del pueblo, él va y canta, y a él se enamora la hija de un khan -dijo, hojeando el poema - ¡es todo! De aquí es el conflicto, la confrontación, callejón sin salida del poeta.Bueno — él cerró la carpeta — siempre eras romántico, y tenemos que aceptarte así .¿Y no puedes abrir este poema de ningún modo? Sí,ahora no es tiempo adecuado para tales historias, y además que tienen prescripción de dos siglos. Tenemos que esperar. ¡De nada! ¡El arte tiene la vida larga !

— Pero la vida humana es corta - Burkut sonrió.

— Por supuesto - asintió Hasen - Por un gran barco la gran natación, lo que el poeta escribe para la eternidad, en la eternidad y se quedará.Si solamente el poeta no es más abajo del tiempo. ¿Completamente pequeño "solamente", eso es la verdad? Por la eternidad eternidad, y, de hecho, en la actualidad tiene sus propias necesidades. Por primera vez en el desierto se producen este tipo de eventos, como una sección de la tierra a los pobres, la expulsión de los de Bais, la estepa llegó médicos, maestros, ingenieros, la construcción de la nueva ciudad, ferrocarriles establecidos. Estás un contemporáneo de estos eventos -¿De veras no son dignos de tu canción?

Burkut se encogió de hombros:

— ¿Que sé de esto? Y después, el bien de hoy puede mañana volverse por el mal. «Cara a cara no se puede ver, se ve a gran distancia," - dijo el poeta. Llegarán los historiadores y comprenderán.

— ¡Bien! — sonrió Hasen. ¿— Y ti, eres un contemporáneo, no eres un testigo y no el testigo de vista? ¿Qué material usarán los historiadores, si no los ayudes? Pero no existe y no habrá eternidad para esto, quien no podía correctamente reconocer el día de hoy en escala de la eternidad. Solamente el contemporáneo bueno de su siglo es el contemporáneo de todos los siglos futuros. Recuérdalo.

— ¡Muy bien dicho! , — Burkut meneó la cabeza —. ¡ Muy, muy bien dicho! Probable, allí, en el Instituto del profesorado rojo, os estudian así. Y estudian correctamente. El periodista bueno es necesario hoy, y será necesario mañana, y a través de mil de años. Para el contemporáneo , el constructor o el contable él es efímera, y para el historiador él es la voz del tiempo. Todo es así, pero yo no soy un periodista , Hasen, querido. Mi asunto es escribir sobre la alma humana. Y aquí no veo alma. Sobre las construcciones escribirá el historiador, mi asunto es escribir sobre la persona, sobre su mundo interior, como él se cambia.

— Enseguida, — se alegró Hasen y saltó de su asiento — ¡como él se cambia! ¿Y por qué es cambiado? ¿La muchacha querida le ha cambiado? ¿Ha abandonado la patria y ha salido para otros bordes? ¿El padre y la madre han muerto de él? ¡Esto, sin embargo, es gran ruptura!¿Y bien, y lo que él era pastor, y se convirtió en estudiante, era estudiante, y se convirtió en ingeniero, era ingeniero, y se convirtió en un miembro del gobierno, — ¿acaso esto no es la ruptura? ¿Di, cómo comenzarían a hablar tu Erkebulan y su Nurzhamal, si pudieran llegar por aquella noche a la ciudad y te encontrarías con ellos hoy en la construcción? ¿Esto no te interesa, el poeta, no?

Burkut alzó las manos:

—Me interesa, por supuesto,he visto con mis propios ojos el aúl viejo y he visto el muerte de los enamorados— aquí y escribo sobre esto. ¿Y cómo puedo escribir sobre lo que no he visto?

— ¿Y nunca has visitado las construcciones? — sorprendió Hasen.

— No.

— Bien, de nada, esto es corregible, - sonrió Hasen. En este momento Olga apareció con una bandeja.

— ¡Hasen, Burkut, lavense las manos! — Ggitó alegremente — la mesa está preparada.

— ¡Vamos! — Burkut amigable empujó a Hasen debajo de las espátulas. ¿— sería necesario acuchillar para tal invitado un carnero, ¿qué puedes hacer? Por los pensamientos nadie paga dinero mientras .

— Pagarán, pagarán, y no sólo para los pensamientos, y por los asuntos, — le aseguró Hasen, pasando junto con él al lavabo — por tus asuntos grandes. Olga Pávlovna, y ya que Burkut saldrá.

- ¿A dónde? - sorprendió Olga.

— Vamos a la construcción con mi mujer. Juntos saldrán a la construcción del sovjós de "Koktogay". Y la hija Zura irá. Hay allí un jardín de infantes. Aquí y acompañarlos iré. He ido a tu casa para eso asunto.

— ¿Y discutían tanto? — Olga se rió.

— Y con persona inteligente es agradable discutir. Así, por la mañana, mi querido, irás al comité territorial del partido, recibirás la plaza e irás. ¿No?

— Es así, — dijo Burkut. Burkut.

— Es así, — confirmó Olga.

En una semana Burkut se fue a la estación de Koktogay.

LA VIDA — LA VICTORIA

Koktogay en la traducción literal significa boscaje azul, pero cuando Burkut vino aquí, vi no el boscaje, sino la estepa y los cerros. Soplaba viento frío, que atravesía, levantaba los montones de la arena, y el cielo parecía amarillo. Burkut con un saco sobre los hombros estaba de pie en la estepa observando y pensando, : ¿por qué esta estación se llama «boscaje Azul» — "Koktogay"? Además, en las estepas y los nombres estepario son kazajos — Ayaguz, Sary-Ozek, Chemolgan, las Manadas, Ushtobe, y solamente una tiene el nombre ruso y, a propósito decir, el nombre es completamente justo — Del Prado. En cuanto a la construcción de "Koktogaya", él era puesto en la estepa, de la estación hasta él era necesario pasar cincuenta verstas en los coches. Ahora en este lugar había solamente fosos, refugios temporales con las estufas redondas de hierro que eran construidos rápidamente. Ahora, en noviembre, sin estos refugios temporales no fuera posible vivir, porque le penetraba frío de la estepa y soplaban los vientos. Burkut en su cazadora de cuero se puso rígido completamente, además, él estaba cansado, enojado y agotado del camino. Su chófer no le dejó en la cabina , dijo que no era lugar, allí se sentaban la amiga del Chófer, redondita, era una mujer constantemente riendo y él todo el camino estaba en la carrocería entre dos barriles de hierro que ruedan. Llegaron a la finca por la tarde, condujeron el coche a la esquina muy roja ( llamada cabaña en el centro del pueblo ) y la primera que vi Burkut, saltando por la borda, era alta, morena kazaja en la camiseta y con un pañuelo, ella salió a su encuentro. El la miró y la cogió en la cara algo familiar.

— ¿Hanshaim, eres tú? — la gritó.

— ¡Oh, Dios mío! ¡Burkut! - se alegró Hanshaim -. ¡Y nosotros te hemos estado esperando al final de la semana! Mirarte es frío. ¡Vamos ! Allí no podemos acercarnos a la estufa - es muy picadura. Soy secretario del del Komsomol. ¿No lo sabe? Aquí a usted y la hija del bai.

Estas palabras ella había dicho en el cuartel, quitándose la chaqueta de cuero de Burkut y haciéndole a Burkut sentar más cerca de la estufa. Las razones para esto, hay que decir, era sólo en esta estufa caliente y era caliente, pero paseaba el viento alrededor de la habitación, como en la calle. Pero hervía la tetera, y alrededor de él estaban algunas personas con latas. Se vertían las bebidas y Burkut bebió cuatro copas de agua de ebullición burbujeante .Entonces Hanshaim dijo:

— Le estableceremos las verstas por dos de aquí, hay allí unas barracas buenas, fuertes, y aquí sólo hay refugios temporales . Veis, aquí construimos el puente , es muy difícil construir algo en esta región. El suelo es malo, arenoso, movedizo. Una vez la comisión no aceptó el camino de nosotros, y resulta, que hizo bien: una semana después de esto la orilla se derrumbó, tuvimos que empezar todo de nuevo. Dos semanas se atareaban . En general, ocupamos el último lugar, pero trabajamos sin escatimar esfuerzos. Que, habéis tomado el té, y no habéis comido. Espera, yo os daré pan. A menudo no tenemos mucho pan, pero vivimos.

Ella se fue y regresó con media hogaza de pan y un gran pedazo de queso.

— Coman aquí, — dijo ella —. Ahora de la construcción volverán los cocineros — han ido distribuir la cena, — os daré de comer caliente, y después acompañaré a la barraca. No te desanimes, todo saldrá bien.

«¿Todo saldrá bien, yo sé — pensaba Burkut —,¿pero de mí que se quedará? Tu eres joven, para ti todo es nada».

Después de una hora salieron de la roja rincón y entraron en el pueblo. Ya casi era de noche, y salió la luna. Era muy suave y, por extraño que parezca para estos lugares, no soplaba el viento. Pasaron por el cuartel y tiendas de lona, miraron en una, en otra - pero no era nadie, sólo algunas personas dormían.

— ¿Y dónde son todos ? — preguntó Burkut.

- Ahora les veremos. TrabAhan. Yo he dicho que estamos en la brecha, así que tienen que manejar día y noche.

- ¡Y la gente soporta esta tensión? - se asombró Burkut.

- Tenemos que soportar-, sonrió Hanshaim.

- ¿Y que digas de comida? ¿O no lo importa?

-Nos alimentan, es decir que, es pésimo - frunció el ceño Hanshaim,no se establecerá la entrega. En la base nada existe .Tenemos que de nuevo, como se dice, recalcar la cuestión, en otra manera seguramente no estiraremos.

¿"La llegada", "la base", «recalcar la cuestión","no lo estiraremos» — eres tú? Hansha, — pensaba Burkut, — ¿la loca hija del bai? Realmente el trabajo hace milagros. ¡Bravo, Hasen! ¿— E inmediatamente pensaba: ¿- Y yo? ¿De veras soy más débil que esta muchacha?»

Poco tiempo después se acercaron a la construcción. El río estaba en cuenca, estaban al borde de la rotura. Lucía la luna llena, y era claro casi como por el día. Las personas parecían de aquí como las hormigas. Llevaban las andas, llevaban las carretillas. En algunos lugares ardían las hogueras, y trabajaban de uno en uno o por un grupo de varias personas que se los acercaban .

— Ahora trabajamos por los cambios, — dijo Hanshaim —. Todo el día. De nada, se escaparemos de la ruptura.

Cuando una hora después Burkut se sentó y sacó un lápiz y un cuaderno en sus orejas sonaban todavía las palas, picos retumbaban en la grava, , gritaba la gente, y todos rodaban y rodaban las carretillas. Cuando él se levantó de la mesa y salió a la calle,ya había sol. A pesar de la hora temprana, era lleno de gente, cerca de las barracas ,sobre los lavamanos habían algunas personas. Uno desnudo hasta el cinturón el gigante rizado trituraba el pecho con la toalla. Al lado estaba de pie Hanshaim y algo le decía. Los dos se reían. Burkut saludó. Hanshaim, habiendo visto al poeta, enseguida se encendió, lo agarró por la mano y dijo al gigante:

— Aquí esto es nuestro famoso poeta Burkut . Conozcan. Es Bureke — nuestro capataz. Ayer, Burkut, nosotros fuimos a su parte. ¿Bien trabAhan las personas, no?

— Es tan genial, yo os envidio, - dijo Burkut-. ¿Qué, si pido al capataz la pala?

— ¿Para qué ella a usted? — Se asombo Hanshaim.

— Sí, yo también quiero combar aquí la espalda junto con usted. Mirar, como esto me saldrá.

Hanshaim miró perplejamente al capataz, y aquel acabó de triturar el pecho, pecho al hombro la toalla, escondió en la jabonera el jabón, cerró y solamente entonces dijo en corto:

— ¡Bueno! ¡Vamos! Te presentaré con el capataz. Pero usted tendrá que cambiarse la ropa.

— ¿Y qué?

— Y así de su traje en seguida unos andrajos se quedarán. ¿Ya que usted veían, cómo trabajamos? ¡Y bien!

En la construcción del puente Burkut había trabajado desde la semana. Pero esta semana él recordaría en toda su vida. Al fin de este plazo él se puso atezado, quemó , fue deshilachado definitivamente.

En esta forma y se encontró con otra persona importante.

Aquel día a esta construcción declarada por de choque, llegó un grupo de trabajadores del arte. En el rincón rojo colgaba la cartelera sobre el encuentro de los trabajadores del arte con los constructores de la construcción de choque. El encuentro era fijado por la tarde, por el día estos trabajadores y los artistas con acompañamiento del compañero responsable del comisariado del pueblo visitaron a la construcción. Caminaron alrededor de la línea,estaba en la playa y miraban a los trabajadores, y aquí uno de los artistas famosos paró al terraplenador. Este terraplenador conducía este coche, hasta la parte superior cargado de la arena mojada. Cuando se detuvo, respiró profundamente y se apartó el pelo de la cara. Artista preguntó sobre su salario mensual. El terraplenador estaba de pie, pensó y dijo que no sabía. ¿Por qué? Y por eso que él nunca recibía los salarios.

— ¿Como es así? — se asombró el artista y miro en que está detrás del representante del comisariado del pueblo.

— Y él trabaja aquí sin año una semana, — explicó el representante-. Es antiguo poeta Kuntuarov. Elhabíaa trocado la pluma por la carretilla, y, por supuesto, había hecho correctamente. ¿Que, no es así, Burkut, ? ¡Que son los poemas , es necesario llevar la tierra!

— ¡Oirás mis versos! ¡Y comenzarás a llorar todavía de ellos, Karazhan! Y comenzarás a llorar las lágrimas sangrientas, — respondió Burkut y, habiendo saludado al artista, conducía una carretilla.

El poema sobre la construcción «De hierro tulpar», primero en los retazos, apareció en el periódico regional. Luego se publicó completamente en la revista. Opiniones sobre él eran muy positivos, y dentro de dos meses el periódico regional sugirió a Burkut a visitar las minas de Konyraygyrsk en calidad del corresponsal especial.

«A propósito, — le dijeron , — con usted irá Hasen, propiamente dicho, según su consejo le hemos propuesto este viaje. Vaya. Estas minas nos interesan mucho. A este material asignamos la página entera». Y Burkut fue.

Desde la última estación hasta las minas tuvo que llegar en el caballo. En el pueblo les dieron la arbá y el trotón delgado viejo. Y el arriero era un alto anciano taciturno de los años de setenta. Todo el camino él estaba sentado en la parte delantera, sin entrometerse en las conversaciones, con dificultad y sin ganas respondía a las preguntas y todos callaban y pensaban, y después durante el descanso se acercaron de repente a Burkut que se revolcaba beatamente sobre la hierba, y dijo:

- Y eso es lo que quiero preguntarte. Ha vivido usted en Akshatyr?

-He vivido, - preguntó Burkut.

- ¿No has tenido un amigo? Que era un moreno alto, de tus años.

- ¡He tenido! ¡Era Akpar!

— Aquí, aquí, el compañero Akparov.Es completamente exacto. Ibais al escritor Ahanov, lo que durante el primero de mayo saltó por la ventana. Antes de eso erais sentado en su casa.

- Mira, ¿qué te ... ?- gritó Burkut.

- Hmm -, sonrió amargamente el carrier -. Sí por este episodio aquí me he encontrado. Juzgarnos querían.

— ¿De quién de ustedes?

— Y bien, a mí y también a dos…

— ¿Para qué?

—Ya que Ahanov era estrellado de muerte.

— ¿Y usted que ha hecho?

— ¡Aquí! Hablen con ellos, — se rió amargamente el carretero —. El hecho del asunto es que yo no podía saber en la calle que él había pensado allí, en la habitación.

Burkut frenéticamente miró a Hasen.

— Espera, — dijo Hasen, él estaba al lado, mordía la hierbecita y hasta ahora en la conversación no se entrometía. ¿— y bien, en primero, cómo llamarle?

— ¡Me llamo Dyakov! ¡Pyotr Maksimovich Dyakov!

— Así, Pyodr Maxímovich, ya usted ha comenzado , cuentanos claramente. ¿Qué relación tenéis al suicidio de Ahana, por qué a usted preguntaron algo ? ¿Que han preguntado?

— Veis aquí, — se alegró hoscamente Pyodr Maxímovich, — usted es una persona responsable. Lo comprendéis, nos era dicho: ¡el Primero de mayo cuidar de él — de Ahan es decir!Pero esto no era para que allí derrocarlo y mirar simplemente que en el primero de mayo él no hiciera nada de tal. Y hablan que él puede, como él es desesperado. Aquí estamos mirando. Y todos han notado, y bien, y aquel día era ... un poco fuera de forma ... Es decir no estaba como un borracho, y así... Alegre. Aquí era esta disconformidad. En la desgracia, dos de nosotros en las formas del Ejército Rojo, como se espera en un día de fiesta, con la manifestación decidieron hacer una visita a sus señoras, por decirlo así, al pecado y enmarañaron el apartamento. Le llamaron. El se decidió: saltó por la ventana. Y de nuevo es el pecado — el templo de piedra aterrizó. Eso es todo. Le tomó "Urgencia" , y a nosotros a la sección. ¿Qué? Y estábamos sentados en el jardincito. Hablamos con aquellos soldados del Ejército Rojo hablaban. Se despidieron de nosotros y se alejaron.

Explicamos, y el jefe no quiere escuchar.

"Sí, dijo, sois borrachos." Nosotros no estamos borrachos, así sólo doscientos gramos hemos tomado. Esto, si imparcial, es todo lo mismo que nada. Le decimos , y él estaba loco y empezó a gritar. Escribió el informe. Luego explicó. "Si ,dice, todavía estaba vivo después de una vez estrellarse, entonces no hay ninguna conversación. ¡Al despido! No correspondéis». Y me disparan. Bueno, ahora trabajo aquí. ¿Y acaso soy culpable?

Burkut suspiró y se levantó de la hierba.

- No, usted no tiene la culpa - dijo - y entonces nadie tiene la culpa y él mismo no es culpable. Sólo época era infinitamente superior de él, y él se consideraba por encima de la época y no pudo llegar a un acuerdo con el hecho de que su verdad era pequeña , y la verdad del siglo era grande. El no lo entendía eso.

- Así es -accedió el conductor Pyotr Maksimovic Dyakov -. ¿Ellos pueden entender? Establecido como " la guardia borracha '- y todo.

Después cabalgaban en silencio por un largo tiempo. Burkut no se notó, cómo habían pasado la estepa desnuda y salieron a la premontañosa y de repente de dónde por la vuelta aparecieron las rocas agudas negras — todos eran en el arbusto. El sol se estaba poniendo, y acantilados parecían escarlata. Calor es absolutamente intolerable en el desierto, de repente despierto y se cambia por el frescor nocturno. La naturaleza era muy, muy tranquilo. Saltamontes también eran silenciosos. Burkut se sentaba con ojos cerrados con la mano y pensó en otra cosa.

- Sí, - dijo Hasen - muerto Ahan ajá! Es una lástima! Es muy, muy triste. ¿Y sabes qué es más triste? Porque en realidad sólo nosotros le lamentamos: El a nadie es necesario. Sus canciones no se cantan, los poemas no se leen. Pasaba como un rayo, se quemó y no dejó rastro. Pero fue un poeta. Y que un poeta!

— Sobre esto no tengo que hablar; — dijo Burkut.

Y los dos se quedaron en silencio.

El camino de repente dio un giro circular afilado, y debajo de los pies parecía extensión estrellado oscuro, y sobre ella la maleza juncal. Luna brillaba casi púrpura. Se dirigieron a la orilla del lago.

— ¡Mira! ¡Mira! -, dijo Burkut.

Burkut miró: entre rocas era colgado placer fuego - como si mil de fuegos repetían el firmamento.

— ¿Qué es esto? — ha preguntado Burkut.

— La mina de Konyr-Aygyrsk —dijo Hasen.

— ¡А-а!. - dijo Burkut. — Recuerdo.

Y este recuerdo era también no de agradable. Hace diez años él ya estaba en estos lugares y veía este lago. Entonces él iba de visita a Karymsaku y se ha parado de camino en el aúl de Takezhana. Entonces él por primera vez oyó,cómo arrancan las rocas.

— ¿Qué es esto? — preguntó a su compañero,que era un jinete de bai muy enérgica y se llamaba Arina.

—¿Qué es esto? — preguntó a su compañero,que era un jinete de bai muy enérgica y se llamaba Arina.

— ¡Sí las montañas arrancan! — dijo aquel —. Algo buscan en los. Puede, los quieren llevar en general para que todo será fácil.. Alá les administra. Los rusos.

— Bueno, vamos a ver - sugirió Burkut.

Arin negó con la cabeza y se marchó. Entonces Burkut se reunió con toda la parte geológica, con el jefe Alexei Vladimirovich y su asistente Nurlan. Nurlan le dijo sobre el plan de trabajo y concluyó: "En un año aquí habrá un pueblo de trabajo." El gruñó dudosamente y se apresuró a salir. Así que van a ver la planta en este sitio.

— Ahora aquí es un descenso, — dijo el cochero, —agárrense fuerte. ¡Pero, amable!

El pueblo estaba al pie de la montaña. Una cincuentena de barracas de ladrillo , y cerca de ellos la multitud de yurtas y las carpas. Las carpas de lona, las yurtas de fieltro. Todo esto compone la calle larga y directa, el final del cual se pierde bajo la montaña. . Allí, es evidente, la continuación del pueblo, porque allí son muchos fuegos.

— ¿Donde llevar? —pregunto Dyakov.

— A la oficina, — dijo Hasen.

— Significa, de nuevo debajo de la montaña — la oficina es donde los faroles están encendidos.

Fueron a lo largo de la calle principal. Aunque era bastante oscuro, en la calle había mucha gente. Pasaban, hablaban, se reían, cantaban. A lo largo de los lados de las calles estaban fuegos encendidos y calderos hirvientes. Cerca de algunos fuegos estaba extendida una alfombra , y sobre ella se sentaban las personas. ¿Y bien, que paz es el aúl de kazajos al anochecer? Solamente los ladridos de los perros no eran audible , y en lugar de las escudillas de petróleo en todas partes la luz eléctrica era igual.

— Sofoca en las yurtas, aquí ellos y han salido, —dijo Dyakov.

Burkut conseguía volverse solamente. Aquí, sobre la compañía de los jinetes están dos muchachas en gorros con plumas. Hablan, se ríen.

— Son buenas— alabo el conductor.

- Sí - convino pensativamente Burkut - sí, pero …

Alrededor de una fogata bebían té. Se movían los tazones. Un anciano se sentaba a la cabeza y contaba algo grandiosamente. Y entonces de repente se produjo una canción.

- Oh, - dijo Hasen - escuchen. Es Saken Seifullin. Juvenil, "La Marsellesa".

Dyakov oyó y dijo:

— En la oficina cantan. Probable, allí hay ensayos del coro hoy.

«¡Sí, — pensaba Burkut, — aquí un nuevo aúl! Y las canciones también son nuevas. Eso es aúl o no?Pero estas personas están cantando las canciones de Seyfullina, y no mío ». "Y recordó las palabras de las palabras de Hasen sobre Ahana: "Sus canciones no se cantan, sus poemas no son leídos. Brilló, se quemó y no dejó rastro, y que poeta fue "- y una mueca de dolor le ha tiro.

La carreta se detuvo cerca de la oficina.

El joven jinete huyó por las escaleras y corrió hacia el carro.

- Viniste Burkut agá y Hasen agá - gritó divertido - Y todavía por el día le esperábamos.

- ¿Cuál fue el telegrama? - Hasen dijo saliendo.

- ¿Como? ¡Dame la mano, aquí, vamos!

La voz apareció a Burkut muy conocido, y cuando han entrado en la raya de luz, Burkut conoció a Nurlan.

— ¿Ud todavía está aquí? — asomó Burkut.

Nurlan respondió suavemente:

— ¡Y cómo! ¡El director de la mina! Pidió los favores.

Su apartamento de tres habitaciones se colocaba justo al otro lado de la oficina. Uno de ellos, el más grande, se había preparado especialmente para los huéspedes. Nurlan introdujo Burkut a las personas de casa : esposa parecía una niña, era delgada, esbelta, vestida de oscuro sencilla - y el padre,parecía un aksakal - era un anciano alto, con hombros anchos, con una barba blanca bien recortada. Al entrar, lentamente se sentó en el borde de la cama y dijo:

- Buena salud. ¿Cómo ha llegado usted?

Agradecieron.

— ¿De cual aúl es usted? -, preguntó el aksakal.

- Estamos ahora de Alma-Ata, y en realidad somos de estos lugares, de Aydabal.

- Bueno, entonces, sois de nuestro verdadero - el anciano asintió condescendiente-,¿que tal en Alma-Ata?

— Se construya Alma-Ata, — respondió Hasen —. Que es un día esto es la casa. ¡Sí por qué! Toda esta mina pondrá en orden en un tal edificio.

- No está mal, no está mal, - dijo el anciano, acariciándose la barba -,y nos habíamos llegado de Chubartu.¡Cuando Nurlan fue elegido como director, nos hemos reunido aquí!

- Entiendo, entiendo - el anciano sonrió con picardía, -tú mismo has dicho "La vez yo era puesto por la partida...." ¿Es eso cierto?

_ ¡Es cierto!

— ¡Así! Pero te diré que nosotros ,es decir nuestra partida, habíamos elegido al parroquial. Nosotros, los pobres, queríamos una, y la otra parte quería al bai Tolebi. Gritabamos de nuestra elección, ellos gritaban la suya. Pero sus sorbos eran más grandes, y superaron gritando. Tolebay se convirtió en parroquia, ¿sabes? Ahora es su partido ganó, y te ha puesto. ¿Así?

Hijo saludó. El anciano se volvió hacia los clientes:

- Bueno, entonces ¿cómo han hecho a Nurlan por director, nos trasladamos a ella. Y no estamos solos.¡Esta mina de muchos ha salvado de la muerte, oh muchos! - Hizo una pausa, pensaba-. ¿Eso es lo que pasó? Cuando comenzó la colectivización dijeron que probablemente alguien disolvió deliberadamente que tuvieras nada en koljós todo fuera en común: cucharas, cuencos, esposas, hijos , ganado.En la misma cama vamos a dormir, dicen, vamos a estar cubierto por un manto, comer de una cuchara . Corten más el ganado, en otra manera no se dejara dinero para kespe ... Bueno, y comenzaron a cortar. Y todo el ganado han cortado. Bueno, llegamos al koljós , no nos dieron el poder para morir, dieron a un indigente el ganado,y en primavera y enviaron semillas y nos enviaron para cerner. Sembramos. Problemas de nuevo. Durante todo el verano ni una gota de lluvia no se cayó. Todo se seco. Aquí ayudaron estas minas. ¡Ellos aceptaban a todos!Aquí el trabajo comenzó a hervir, fue la juventud al trabajo, comenzaron a estudiar , eran todos tipos de cursos.

- Sí aquí sin jactancia podemos decir - nos hemos trabajado por la fama - confirmó Nurlan -. cursos de los soldadores eléctricos y torneros, y una escuela de carpintería. ¡Deberías ver que manos de oro tienen los pastores de ayer! Aún sus maestros rusos se sorprendieron.

- Recuerdo que escribieron sobre eso, - asintió Hasen.

Burkut se sentaba en silencio y pensaba:

- Todo esto, por supuesto, es bien, - dijo - pero como tú dices: los inflexiones, las malas cosechas, la gente broto a las fábricas, El muerto de hambre los ha conducido a ustedes. Le he entendido bien?

- La mina se presentó ante la colectivización - Nurlan volvió hacia él -. Luego vienen a nosotros los primeros disparos - tres cuartos de ellos eran pastores y obreros.Estábamos muy sorprendidos de sus habilidades: llegó analfabeta - y después seis meses ya se puede montar y desmontar el motor. Recuerde, usted vino a nosotros hace ocho años. Usted parece he llegado de la aldea de Akpar …

- ¡Guau! – Burkut sorprendió -. Su memoria es buena. ¡Usted todavía recuerda ese nombre!

- Entonces, ¿cómo no recordar cuando trabaja para nosotros. ¿Por qué estás tan sorprendido? Llegó como un practicante,después de un año pasará a grado de ingeniería.

- ¿Y él está aquí? - Saltó Burkut.

- Ahora él está ahí, de dónde ha llegado usted. En Alma-Ata. Le ha dejado por unos días. Dice asuntos familiares urgentes. Después de un par de días habrá aquí. ¿Por qué frunces el ceño, Hasen-agá?

- Las manos de hijos de bais son - negó con la cabeza Hasen - ¡son muy largas! ¿Quién se lo dio a estudiar? Ahora recibirá un diploma, y de nuevo no puedes conseguirle.

- ¿Que significa conseguirle? - Dijo Burkut -. ¡La vida y el oso estudia!Probablemente con una piedra el ha llegado no para el seno.

- Dios permita que lo será así - suspiro Hasen -. Dios lo permita, no vamos a rechazar alguien ¿Quién eras antes - no importa, importa quién eres ahora - esta es mi actitud hacia la gente. Sólo no creo en Akpar. El anciano tampoco se escapó en China a gracias de su ayuda. Estoy seguro de que esto es así.

Nurlan sólo levantó las manos.

- Todos pueden ayudar-,Hasen suspiró -. Y tal malo hombre, como….Oh, bueno, ya veremos. Entró Dyakov y separó cerca del umbral.

- Hola, - dijo.

- ¡Amigo mio! –El anciano se alegro -. Pasa, pasa. Siéntate aquí. Vamos a comer. Y entonces tomaremos una taza de té. Somos fanáticos de lo - se volvió a Hasen - y ¿Akpar es el hijo de Karymsak?

- Su propio.

- Le vi una vez. Es un hombre severo. Nunca sonríe, sólo frunce el ceño. Y su padre huyó a China en realidad... He oído de su invernada, han dado bajo al Superintendente.

- En virtud de la sovjós, - rió Nurlan -zavjós es una persona y sovjós es la economía soviética.

- Bueno, todos son los mismos: yo te he contado no sobre eso. No estoy hablando de eso. He hablado sobre lo que la invernada de bai Karimsak ha pasado en propiedad a los pobres del aúl de Takezhan.¡Y que invernada lo es ! Seis casas de ladrillo, los techos de hierro, en cada casa cientos personas serían colocadas, y además los cobertizos, los barriles, todos tipos de bien, y por el director han puesto Kasym — con tal director es posible vivir. El mismo no ofenderá al otro y en la ofensa no dará. ¿En el año seco que ha hecho él? El arreo la gente en la primavera para cavar un hoyo . Cavaron, empastaron todo con cemento,el cemento se vierte hasta los bordes , aquí y la sequía no es terrible. Sabe saca solamente sí riega. A otros todo se ha quemado, pero él ahora tiene mucha cosecha. Patatas y col (el anciano pronunciaba «las patates y corl»). El los vecinos ha ayudado también. ¿Y el año pasado el artel pesquero ha derribado cerca del lago — además sabes que el pueblo del hambre ? Aquí que significa el dueño bueno.

- ¿Quien es Kasim?-, preguntó Burkut.

-El es Kostya, Kostya Suxoruki-, dijo Dyakov-, él es oriundo de Rusia sólo kazajos le crecieron, por lo que su nombre es Kasim.

- ¿Oh, Kasim? - Exclamó Burkut -. Espera, yo le…

Y él se acordó de repente de aquella mañana lejana en el aúl de Takezhana — el lago, y Kasym-Kostya en la orilla , y al lado era una muchacha con las trenzas hasta la tierra. «¡Era llamada, parece, Sholpan, — recordó él, — ¡realmente la llamaban Sholpan! Ella le miraba en tal manera que yo estaba celoso, entonces yo pensaba: ¿que es necesario para nosotros de este ruso? ¿Por qué a la muchacha kazaja ha gustado este extraño? Y bien, hoy el anciano lo ha explicado. Ha salvado el aúl entero, es decir ha hecho lo que yo no podría hacer justamente».

En ese momento el anciano reprochó a Dyakov con sensibilidad:

— ¿Porque lo has llamado Kostya? Los kazajos no tienen tal nombre. Se llama Kasim. ¡El es kazajo! Y su mujer es kazaja, y los niños serán kazajos. ¿Que Kostya?

Dyakov se atrasó, la vieja miró a su esposo y manoteó:

— Completamente has perdido la mente, anciano. ¿Kostya, Kasym — que diferencia? Quien como quiere,así le llama. El es de su aúl — si es el ruso, si el kazajo — no se irá . Eso es todo…

— Bien, bien, — dijo el anciano, viendo que los invitados se habían echado a reír, — yo digo una palabra, tú dices las diez. ¡Ahora eres muy cultural , que por lo menos la radio no escuches! Sí, — se volvió de nuevo a Burkut, — pienso sobre Karymsak. El tiraba con vivos y muertos, no dormía ni el día, ni la noche, había acumulado , y dicen que El tiene un saco del oro. La aldea entera ha construido para sí mismo. La casa era de diez habitaciones, y ahora los extranjeros están viviendo en ella, y él no puede hacer nada.

—Nada, él llevó consigo el orden, — se sonrió Hasen —, así se desconcertará nunca. — y preguntó a Nurlan: ¿— Akpar realmente es en Alma-Ata?

Nurlan se encogió de hombros.

- ¿Y quién sabe? Ha preguntado sobre Alma-Ata, y no ... no, en su pueblo natal no puede tener asuntos .

- Puede ser que tiene-, dijo Hasen pensativamente.

La esposa de Nurlan entró y les invitó a la mesa.

... quedaron por la medianoche. Después, cuando llevaron la carne y trajeron el té, Burkut se levantó, acercó a la puerta de la oficina, la abrió a la derecha en la calle y se quedó apoyado en la jamba de la puerta. Se acercó Hasen.

- ¿Que es eso? ¿Eres tú? -, le preguntó en voz baja.

- Estoy mirando-, dijo Burkut indefinidamente.

Hasen le brazo alrededor de sus hombros y le llevó a la mesa.

- ¡Vamos! El té se enfriará.

Burkut se sentó , el amo le entregó a través de la mesa un tazón de té.

- Bebe, aga, y luego vamos a acostarse. Mañana tenemos mucho que hacer. Vamos a romper las piedras a los pies de la colina peluda. Pero quiero preguntarle:¿qué pensaba usted mirando en nuestra mina? Esto es un típico aúl kazajo -así pensaba usted. ¿No?

- Pensaba así, - sorprendió Burkut-, pero dónde usted….

- Porque usted es el primero, cada piensa así cuando lo mira - Así, digo, mañana tiraremos el cerro, en algunos lugares vidrio caerá, y porque la gente será indiferente ¿Cómo hemos trabajado, así vamos trabajar, para ellos explosión es algo habitual. Eso es ciertamente inusual para un pueblo, aquí no hay nuevas calles, casas de piedra y ni siquiera un kazajo en tractor y una nueva conciencia es naufragio de psicología para el aul.

— Sí, esto es así, — acordó Burkut (él recordaba cómo, hace ocho años, habiendo oído la primera explosión, él pensaba: «¿Sería mejor si ellos me hubieran explosionado a corazón »), — Digan, — continuaba él, callando, — ¿y no nos permitirán asistir a esta explosión?

— Tenga la bondad, — sonrío Nurlan, pero aquí Hasen dijo:

— Mañana no podremos, pienso. He olvidado completamente que mañana debe asistir a la primera reunión del nuevo sovjós sobre la invernada del bai Karimsak. Todo el aúl de Takezhan estará allí.

- ¿Y qué?-, preguntó Burkut.

— Así, pienso, tenemos que estar allí. Comprendes, mi corazón se ha roto de repente. Esto es el aúl de Akpar. Aquí, probable, por eso él le ha pedido permiso para partir. ¿Podrá él aguantar cuando distribuirán sus tierras ancestrales? Ya que él hasta ahora la cuenta suya. Además, allí esta Sholpan. Y a Kasym no perdonará.

-¡Vamos, vamos! -, Burkut atrapó y se puso de pie para algo -. Hay que estar en el pueblo mañana.

— Le daré la calesa, — dijo Nurlan —, y el cochero también. Que Pyotr Maksimych descanse.

... Salieron sobre el amanecer. Entonces, cuando al otro lado de la montaña se habia oído la explosión y la columna negra se habia levantado al cielo.

- Pero con esta explosión y voy a empezar mi nuevo poema - dijo Burkut -. Explosión - el símbolo de la nueva vida, el final del antiguo asentamiento. No sé que yo quiero, pero en la cabeza vaga tanto ..

-Todo será bueno- le aseguró Hasen - deberá tener éxito.. Sólo tenemos que querer. Usted es un hombre que sólo tiene que querer. Mira - asintió con la cabeza en los caballos, - aquí y los caballos no se asustan de las explosiones. ¡Hey! - Gritó al joven jinete sentado en la caja -. Bueno, querida, chase. ¡A toda velocidad!

El jinete golpeó con su látigo al caballo, gritó algo diferente, y apresuraron.

- Lo principal es tener tiempo - de repente no está claro para qué y qué dijo Hasen -. Bueno,quizás...

Desde el alto de la colina se veían abajo en el lago y el pueblo, que se encontraba en su orilla sur.

- Estas yurtas de fieltro entre los juncos es el aúl de Takezhan - dijo Hasen - Ves, también romperlos como debe no han podido. Y la invernada de Karymsak está en la estepa.

- Sí, lo sé - Burkut asintió, recordando las circunstancias en las que veía estas construcciones fuertes de un piso del ladrillo rojo. Había cinco o seis construcciones. la casa más grande tiene Karymsak, y pequeñas son las casas de su hijo, su hija, la casa de la mujer mayor ,menor y los invitados. Cerca de estos edificios están corrales, cobertizos y graneros. Todo es de la piedra. Aquí el bai guarda harina de compra y la avena, aquí en invierno había un ganado de carne y los caballos de carreras selectos, que él no dejaba en el rebaño. Más lejos en el suelo podía ver el techo plano con portillas ofuscadas, en estas cuevas vivían jornaleros, pastores y todos que eran más pobres. Y más lejos era la estepa , de aquí cincuenta kilómetros se tiraban las parcelas de los abuelos y de los bisabuelos de Karymsak. ¡El mejor kumís en el borde era de sus yeguas!

- Sí, - dijo Hasen, y sus ojos brillaron burlonamente - Hasta hace poco tiempo, se podría decir:

¡Kotchoubey es rico y glorioso!

¡Sus campos son inmensas!

Hay manadas de sus caballos

Pastorean libremente, sin estar almacenado...

Ahora todo es nuestro.Arreglarán aquí economía de bai y la habitarán. Tal vez ,por el otoño vencerán esto. .Aquí en diez verstas es la cantera Kulantas, allí la piedra bastará en todo el país.

Se movieron hacia abajo de las colinas, y sólo llegaron a los primeros edificios cuando se encontraron entre la muchedumbre que voceaba , la gente estaba de pie y miraba hasta el camino de la ciudad. ¿Estaban de pie las mujeres con niños lactantes en sus manos, los niños se apiñaban juntos, estaban jinetes en las minas, a ellos se apretaban los jinetes y ancianos barbudos. Todo esto voceaba, zumbaba, se reía, hablaba.

-¿Qué pasa?-, dijo Burkut.

Hasen se encogió de hombros.

— Veremos.

Y aquí de repente todos gritaron y empezaron a moverse al mismo tiempo.

Por la vuelta del camino parecían dos monstruos que truneaban,ellos completamente eran negros. Iban balanceando y tronando, y este estrépito crecía y finalmente se convirtió en cual que ahogaba las voces. Gritaban los niños. Un caballo se encabritó. Los monstruos se acercaban zumbando. La tierra temblaba de sus escalones de acero y lo golpeaba y en el ritmo de los tubos sobre la cabeza de los monstruos salía humo azul. Dos muchachos jovenes bronceados se sentaban detrás del volante.Los monstruos detuvieron. El jóven se levantó al primer monstruo y agitó una bandera roja. La muchedumbre se reía y gritaba.

- Tractores - dijo Hasen casi relajado -. Tractores en nuestra estepa.

Y de repente Burkut lo agarró de la mano y le gritó:

- Mira, mira, ¿qué es esto?

El tractor frontal se encontró con ellos, y se descubrió que lo gobernaba una mujer.

-¡Shoplan!-, gritó Burkut.

Sí, definitivamente era ella. Llevaba un mono azul y una bufanda. Pelo era recogido en un nudo apretado.

— Es una locura, — Burkut murmuró.

— ¿No lo sabías? —Hasen rápidamente se volvió hacia él — ¡Cómo! Recientemente terminó los cursos seismensuales en Alma-Ata y adquirió los derechos. Y aquella, detrás, también es una mujer. Ellas llevan los tractores de la ciudad. Esto les es encargado como a las alumnas sobresalientes.... Van los coches por la estepa, y detrás de ellos va la gente. Delante de los hombres es Kostya-Kasym. Va, sonríe, la camisa desabrochada, el casquete en la mano, habla algo, pero nada es audible. Y especialmente todos son enternecidos por el arte de las tractoristas.

—¡No, mira, cómo se sientan! — grita a través de la gente un jinete enorme. —quería sentarme así en el caballo, como ellas.

— Aquí una mujer, — le responden, — aquí una esposa. Tal vez, ahora no puedes gritar a tal mujer.

—¡Bueno, ahora aguanta, Kasim! - Gritó alguien, y todos se echaron a reír. A los forasteros a través de la gente se acercó Takezhan.

— Uds. no se ofendan, queridos, que ellos han olvidado sobre usted por la alegría. Ya que nadie de nosotros no creía que después de todo nos darán los tractores. ¡Y aquí aún los conducen las mujeres!

— No te importa, somos vos relativos — dijo Hasen, — y no nos alegramos menos de vosotros. Somos alegres y por su aúl y por todo nuestro pueblo. ¿Cuándo pensáis a arar?

— Aquí la tierra se secará un poco y comenzaremos. Semillas tenemos nosotros. El gobierno ha prestado. ¿— Y para la siembra no es tarde? — vaciló Burkut.

— No, querido, — el anciano movió la mano, — aquí es bajo — la parte superior está seca y la parte inferior está todavía húmeda: y las semillas hemos pedido especiales, precoces, se puede sembrarlos cuando sea. Kasim en esto comprende el sentido. ¡Allah nos ha mandado la persona verdadera! El a nosotros y la invernada de Karymsak ha reconquistado. Si no era él, estos lugares no veíamos.

— ¿Y su hijo sabíais? ¿A Akpar? ¿En estos lugares él no ha aparecido? — preguntó Burkut.

— Sí, aquí el hecho es que, probable, aquí en algún sitio él vaga, — respondió el anciano —. Solamente ayer el pastor decía que veían a un jinete, cerca del lago del caballo daba de beber. Sobre nuestro aúl preguntaba. ¿Por las señas le es parecido, así y hemos pensado — si no es él? Y allí Allah sabe, es él o no. Sobre esto la conversación terminó. Nadie se refirió a él seriamente, porque nadie pensaba que este jinete podía ser realmente Akpar. Y en realidad, sin embargo, esto era Akpar. El hasta no comprendía especialmente bien que le atraía aquí, a quien él buscaba. Además, a quien él buscaba, Akpar claro que sabía. Akpar buscaba a Kasym-Kostya. ¡Con esta persona le unían muchas cosas! Y lo que Sholpan se había casado con este muchacho ruso de un solo brazo, no era el único problema que lo había llevado aquí. El odiaba a Kostya con un odio pesado, escondido. Todavía hace mucho tiempo, entonces, en el funeral de Acán, él decidió a toda costa ver y revelar a este ruso extraño. Su toda historia, a pesar de la fiabilidad absoluta, parecía a Akpar completamente increíble. ¡¿Para que el ruso suelte la bala en su mismo por las lágrimas de la kazaja vieja?! ¿Solamente por que los dutovites devastaron un aúl? ¡¿Así por esto el ruso disparo en su mismo y se quedo vivo solamente de milagro?! ¡Sí que va todo al diablo, quien cuenta tales cuentos! «Pero era realmente así », — le objetaban. «Si no lo veré, no hablaré con él, no creeré», — cortaba Akpar. Y aquí tuvieron que verse realmente. Después de la boda de Burkut, Akpar no pasó el cordón en seguida. El decidió a esperar un poco, esconderse y fue a los lugares natales. Por el camino él se paro en el aúl de Takezhan. Pero, a su gran descontento, los rumores de la llegada del invitado importante de la ciudad se difundieron rápidamente al distrito. En la yurta, donde él se paro, llegaron de repente muchos invitados, y entre ellos Akpar en seguida notó a un alto ruso, de ojos azules con la manga puesta por el cinturón.« Así es él, entonces, este Kasym-Kostya, — penso Akpar —. Sí, es hermoso, aquí nada dirás. ¡Tal hombre puede hacer perder la cabeza no sólo a Sholpan!» La conversación se inició desde lejos, con noticias urbanas, luego se extendió a las empresas locales. Comenzaron a hablar sobre el artel pesquero. Akpar sabía que lo había acoplado Kostya, y por eso preguntó, como iban los asuntos de los pescadores.

—¡Trabajamos! — respondió evasivamente Kostya —. Dinero aquí es un poco insuficiente. No podemos hasta comprar los aparejos buenos. Con los trastos viejos trabajamos.

—¿Como así? — sonrío Akpar desagradable.¿Significa que, trabajáis en vano? Se sabe ya que, los aparejos viejos no dejarán descansar. No, al amo no era así. Al amo era así: quien trabajaba, aquel y el dinero tenía.

— Dinero y a nosotros será, — respondió secamente Kostya.

—¿De dónde? — se sonrío Akpar. ¿— Bueno, el estado a usted, si que, los echará? Y aquí Kostya miró por primera vez en los ojos de Akpar y no sonrío.

— El estado, —respondió él.

—¡Bien! — Akpar se echó a reír con rabia.

— ¿Pero de que bolsillo? No, al estado, amigos, ahora no hay que contar. Ello respiran a duras penas. ¡Ahora los comerciantes no existen! Los trajeron.

— ¡Pero no de todos trajeron! Pero, de todos traerán rápidamente, — respondió Kostya. — Aquí por su dinero el estado nos ayudará.

— ¿Cómo? ¿De nosotros quitará, y le dará, así, que?

— ¡Así! — respondió Kostya. ¡— De bay Karymsak quitará, y nos dará! — Bien esto le resulta, —movió la cabeza Akpar. ¡Ah, como bien! Sobre esto aquí se despidieron. «Aquí quien necesitaba la primera bala, —pensó Akpar. — Manda a mí solamente Allah aunque una vez verlo a solas. ¡Sí ya que no verás!» Se encontraron con todo eso al otro día. Por la mañana Akpar movió al caballo al abrevadero. El sol no subía, pero el este ya fue claro y se sonrojó. El lago Konyr Aygyr estaba en la quebrada. Por él paseaba el viento débil, y a los pies de Akpar corrían las ondas menudas. Akpar daba de beber al caballo y pensaba:

«¡De Karymsak tomará, y nos dará! ¡Como así ahora comenzaron a hablar! ¡Y la voz no temblaba, cuando él decía esto! ¡No, con tales no se pondrás de acuerdo! ¡Por tales es necesario arrancar las cabezas — ¡eso es!!» Y de repente él vio en medio del lago la lancha.

«Ah, sí esto es él , — comprendió Akpar —¿Que él hace aquí?! Comprueba sus redes desgarrados. ¡Mira y no saluda! ¡Y bien, espera, espera, el diablo de un brazo! ¡Toca a la orilla!»Y de repente, había algo casi increíble. En el lago completamente tranquilo, casi llano sopló ráfaga volante. El caminó sobre el agua, agachó el bastón torció las olas , y el barco empezó a girar en un embudo como un trompo. Un momento después en el agua se encontró el hombre con una mano . En esencia, por supuesto, nada especial había sucedido, tales torbellinos instantáneos pasaban a menudo en estos lugares, y para el nadador bueno no era terrible.. Pero Kostya tiene solo una mano! Bueno, bueno! Akpar todo se convirtió en el ojo, dejó una razón. La cabeza de Kostya desapareció, y después de unos segundos apareció de nuevo en este mismo lugar, y de nuevo se fue bajo el agua y surgió de nuevo en el mismo lugar.¿ Porque él no nada? - Akpar sorprendió y de repente se dio cuenta que ¡él se había embrollado en el hoyo! Y el hoyo era clavado en la parte inferior -. Bueno, ahora usted esquife. ¡No, todavía hay Dios! Ahí, ahí! ¡Ya has terminado la captura de peces! ¡Ahora les peces te capturaran ! "

Se puso de pie y miró como hace fuerzas de un solo brazo. Pero para escapar del agujero, firmemente unida al polo, no era fácil. Aqui uno necesita dos manos,y estaba claro que las fuerzas de Kasim no eran suficiente. Además, le tiraba la ropa mojada. Finalmente pensó Akpar alegremente-. Es fin,hay que marcharse. Tomó las riendas de su caballo y se fue. "Y ni siquiera está gritando - ¡ese bastardo testarudo! Entonces no voy a lamentar "- pensó, y cuando se dio la vuelta después de unos pasos, vio: el de un brazo lentamente nadaba a la orilla.

Por lo tanto, ¡se ha conseguido para sacar bien! Sin embargo, era difícil nadar, a menudo iba bajo el agua y cuando salía a la superficie, se tragaba el aire por la boca. Sin embargo, no se pronunciaba ni un sonido este hombre ahogado, ni siquiera miraba a Akpar. Después de un momento llegó al lugar pequeño, se levantó y tomó aire. Akpar saltó sobre su caballo y se alejó sin mirar atrás. ¡Así que este diablo de un solo brazo se casó con su novio y se va a vivir con ella y con sus golodranos en granja de su padre!

Y Akpar, el heredero legítimo, no puede hacer nada para detenerlo.

Fue entonces cuando se decidió finalmente: tengo que irme. Por eso vino a la mina Konyr Aygyr. Aquí a la franja fronteriza a la mano, pero antes decidió ajustar cuentas con los enemigos. Es por eso que hace tres días el giraba alrededor de su casa escondiendo en las cañas, el sauce, pero cazar a Kasim él todavía no podía -, obviamente, él no dejó la casa y aparecer allí Akparov seguía dudando.

Todo esto la gente no lo sabía, y por eso Burkut no prestó especial atención a la historia del anciano. Tractores pasaron por la carretera un medio kilometro más y se convirtieron en la estepa al granero de piedra. Kasim reapareció. Le dio algunos órdenes, y de inmediato varias jinetes corrieron al granero y sacaron uno tras otro pares de arados. Los engancharon al tractor - todo esto se hizo increíblemente divertido, con una sonrisa, rimas, chillido -y tractores con arados se movieron, y pasaron el primer surco en la estepa. La gente se miraba cómo es exactamente como la mantequilla, cortaba la tierra y qué capas de grasa negro rectas caen.

- Acércamelos más cerca – propuso Hasen, y de nuevo se encontraron con risas y gritos.

Después de todo, es realmente un milagro: un tractor en la estepa. Tractor araba la tierra.

Tractor conduce mujer del pueblo, y la mujer – es la esposa de nuestro Kasim - Sholpan. Milagro de milagros todo. Se escucharon voces:

-No es un caballo para ti.

- Una manada de caballos en la una misma máquina.

- Ni comer ni beber ni preguntar.

- Y no me enfermo supongo. Sin embargo, algunos dudaban: - No es por enfermedad, por lo que rompieron.

- Y se rompía, para siempre.

- Sí, no es médico.

-Se convirtiera -, entonces Kasim de repente alzó por encima de la multitud a su uno, pero una mano tan fuerte y bronceada.

- Voy a ser un doctor. Cualquier tractor curaré en la lugar. No en vano he sido mecánico durante la Guerra, se todo. Hasta altas horas de la noche la gente s llenaba alrededor de las yurtas y hablaba de los tractores, y por la tarde se reunían en la casa de viejo Takezhana, y Kasim compartía sus planes: de la cantidad de hectáreas que piensa recaudar y sembrar este año, y cuanto en el futuro, que gana tendrían, que producción establecería.

Ya se separaron tarde en la noche y Burkut estaba dormido cuando le despertó un grito de "¡Fuego!". Ardiaban cobertizos. De repente en la noche por alguna razón desconocida iluminaron barriles metálicos de gasolina.

Cuando Burkut con Hasen saltaron de la invención el sitio de cobertizos furiosaba tormenta de fuego. La potencia de fuego era tal que el hierro para techos quemaba un trueno, cajas y bajó los ojos. El fuego rugía y aullaba. En el aire estaban grajillas de fuego, a veces edificio disparaba una fuente de chispas amarillas sin quemar o clubes de humo azul-negro. Aullido y gritos estaban en el aire. Nadie se atrevía a acercarse, hubo tormenta furiosa - el calor era tal que las casas más cercanas irrumpieron vidrios. Y de repente Hasen chilló y corrió al establo extremo.

- ¡Tractores! ¡Tractores! –él gritó a jinetes - ¡Debemos llevar los tractores!

Corrió para las llaves. Ellos estaban en casa de Kasim, y el adrede se marchó a algún sitio.

Sholpan mismo con jinetes estaba a pie encadenado cerca del lago, y cubos – vacíos y llenos, volaban en sus manos. Pero no tenía llaves.

- ¡Derribar la puerta! -Mandó Hasen - ¿Hay una palanca? Se encontró una palanca. Rompieron el estreñimiento trajeron tractores justo en el momento cuando el fuego se acercó al cobertizo. . Y extinguieron, inundieron el fuego sólo al amanecer. Y entonces se despertó de nuevo: y donde está Kasim?

_¿No ha pasado algo?-preguntó Sholpan con voz baja, y todos le atacaron : que podría suceder cuando nunca se ausentó y alrededor estaba gente. ¡Vendré! - No me gusta eso- dijo Hasen a Burkut, cuando regresaban del incendio - y no me gusta el fuego, y la desaparición... Pero, ¿quién podría quemar? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Y donde está Kasim? Se sentaban y tomaban té en casa de Takezhana, cuando corrieron dos jinetes y al mirar a sus caras, de repente Burkut entendió todo.

- ¿Kasim? - gritó, y de repente uno de los gerentes se puso a llorar.

- ¿Qué pasa con él? –preguntó Hasen acercándose a otro jinete.

- Muerto - respondió jinete - una bala en la cabeza ... -. Y contó que encontraron el cadáver de Kasim en la misma granja donde habían traído los tractores . Allí estaba un cofre para suministros domésticos palas, escobas, trapos, - y en estos harapos y estaba el cadáver de Kasim. Obviamente, le dispararon cuando llegó al granero.

"¿Por qué fue allí por la noche?" -Sorprendió Burkut pero Hasen dijo: "Obviamente, sentí que algo estaba mal y fui a ver. Sabía que Akpar estaba aquí en alguna parte ... "Así que la segunda vez en este día fue pronunciada el nombre de Akpar. Y por tercera vez el nombre de Akpar fue pronunciado por Burkut ya junto al investigador.Investigador llegó al día siguiente y comenzó a llamar a uno de los agricultores adultos. Cuando se trataba de Burkut, dijo: "Sospecho a Akpar." Y, obviamente, este nombre estaba conocido al investigador, por eso él ni siquiera pregunto quién era Akpar, sino solo pido corroborar sus sospechas. "Bueno, esto no es suficiente" - hizo una mueca cuando Burkut le dijo que esta tierra pertenecía al padre de Akpar y Akpar les sigue considerando suyo. Además, el día pasado, obviamente, fue visto aquí en el lago; en el pueblo, él no apareció. "Poco, poco,, - investigador repetía - incluso para la sospecha no es suficiente."

Burkut mismo sabía que era poco, pero la confianza no vacilaba de esto. El estaba convencido de que el asesinato y el incendio era obra de Akpar. Después el investigador llamó a Sholpan , pero ella sólo lloraba y repetía: : «Akpar! Akpar puede todo! Todo, todo!». Por la noche el investigador fui a casa de Takezhan y ofreció a Burkut pasear (Hasen apresuradamente se dirigió a la ciudad). Era un muchacho ruso , alto, rubio , rizado, con ojos azules, algo muy similar a Koltsov.

- Es la primera vez que estoy en el pueblo, - dijo simplemente – ¡que belleza es aquí! Asi y se quiere después de todo este horror pasear simplemente en silencio de la estepa. Se fueron a la orilla del lago. Era tranquilo y sin viento. El sol no estaba latiendo hacia abajo, y, envuelto en una nube se puso sobre la tierra. El aire estaba llenó del olor de frescura y hierba.

- ¡Qué extensión! - Suspiró investigador -. ¿Y qué es todo eso - hizo un gesto circular con la mano - pertenecen a una sola persona?

Hasta el horizonte y otras cincuenta millas en alrededor era la propiedad del padre de Akpar - dijo Burkut.

- ¡Sí, sí, Akpar. Akpar! - Cuidadosamente asintió el investigador - ¡Después de Ud, escuché de nuevo quinientos veces!

- ¿Y qué? – Preguntó Burkut.

Investigador se inclinó y arrancó una brizna de hierba.

- ¿Qué? ¡Es poco! ¡De todos modos es muy, muy poco! Por supuesto, le llamaremos inmediatamente, interrogamos, averiguar dónde se encontraba en esos días, incluso tomamos obviamente bajo su propia responsabilidad, pero eso es todo lo que es posible todavía. Debido a que no hay evidencia directa de que no lo es. En aquel día en el pueblo, no se presentó en general, por lo que si él dice que pasó la noche en el desierto, tienes que creer. ¿E incluso si lo era? ¿Tanto si se reconoce este pastor? En general, es una niebla densa. Ni un fiscal no dará una orden para arrestarlo.

- Pero el cadáver de Kasim no se niebla - dijo Burkut. Y le gustaba mucho e irritaba este investigador - irritaba su indecisión, precaución e incluso como le parecía – la timidez.

- Sí, el cadáver con trapos y el incendio -. ¿Eso, por desgracia, no se niebla - estuvo de acuerdo - esto, por supuesto, el hecho de la lucha de clases en el pueblo, o, como se escribe en el artículo, el ataque de enemigo de clase. ¿Qué debo hacer? Habrá muchas más muertes. De repente se le miró y sonrió: - ¡Eso es, querido amigo escritor! Me gustó mucho tu artículo sobre el asesinato de la chica y su novio: ¬ con verdadera pasión fue escrito. Y sin duda se podía ver que no había solo la venganza de la gente, sino también la venganza de clase – con la hija de Bahía no lo haría. ¡Recibirían una compensación, y todo! ¿Que le había ofendido particularmente? ¡Las nuevas reglas, ya ves, me sentí! Así que les voy a mostrar el nuevo orden "Y entonces lo mismo: "Nosotros le mostraremos lo que significa" nuestra tierra, nuestros tractores, nuestro pueblo. "- Sí, lo es, - suspiró Burkut -. Obviamente, todo esto es así. Voy a escribir sobre eso.

- Y hará bien - dijo investigador - y luego lo que resultó después, la muerte de Kasim no pasa en vano, ¡y esto es muy importante! Anduvieron hasta que se anochecí, y cuando Burkut volvió por todas partes en el pueblo ya habían encendido las luces.

- Ya le estamos buscando, - dijo el anciano Takezhan – luego los chicos dijeron que Ud. pasea alrededor del lago. El doctor vino.

El día siguiente, en el establo, donde estaban tractores se produjo autopsia eliminado y adjunto al caso la bala, Burkut y Kasi vistieron a Takezhan un traje nuevo (Shoplan estaba cerca de la granja, pero acercarse al cuerpo de su marido y no se le permitieron).

Por la tarde comenzó ritos funerarios. Kasim fue enterrado con la antigua costumbre de Kazajstán. . En el desierto, a unos cien metros de la aldea, habían puesto una yurta negra y junto a la entrada habían colgado una cola de caballo. Ahora cada visitante sabía que en pleno pueblo cadáver. En el lado de sotavento bajo de una manta negra estaba atado el caballo de Kasim. La cola y la melena le habían esquilado. Es una costumbre. Por la tarde de la ciudad regresó Hasen. Y todos ellos - el investigador, doctor, Hasen, Burkut – fueron a despedirse del cuerpo. Cuando se acercaron a la yurta, de repente Hasen agarró la mano de Burkut: "¡Mira!" Por la estepa corrían tres jinetes – gritaban y lloraba. "¡Querida, querida! ¿Qué te ha pasado? "No galopado cincuenta pasos de la yurta, los jinetes desmontaron de sus caballos y se fueron a pie.

Honraban de tal manera al jinete de la aldea vecina. Cuando la multitud de dolientes entró en la yurta, de inmediato aullaron, lloraron, gritaron las mujeres. Durante toda la noche se sentaron encima del cuerpo, toda la noche se cantaron y lloraron. Cantan y ahora, descansando y balanceándose caderas. De las lágrimas sus rostros habían hinchados, sus ojos estaban rojos. La canción del fallecido se llama zhoktau. Se compone de varias cuartetas. Cantan por turnos. Una mujer comienza, otros continúan. Cada canta solo su único zhoktau.

Sholpan canta:

Como si mi manantial se secó,

Mi hierba marchita.

Cuando él vino a nuestro pueblo,

De repente, el sol brilló.

Kasim se encuentra debajo de las sábanas. Su ropa – es lino, caftán de terciopelo, pantalones de corte militar - se cuelga al lado. Nunca he tenido la oportunidad de usarlo durante las vacaciones, siempre guardaba y ahora ... Cantan y cantan las mujeres. Había llegado el llamado padre y se sentaba a la cabecera del ataúd - fijo, severo, como una piedra. Nadie se atreve a hablar con él. Pero hay que llegar a un acuerdo sobre el funeral. Y por fin el más anciano de invitados se inclinó hacia Takezhan:

- Ya ves, el mayor, y que nosotros, sus vecinos, patimos su dolor como nuestro. Toda la raza de karzhasov llorar contigo, pero no resucitarás a los muertos con lágrimas. Vamos a pensar en cómo vamos a enterrar Kasymdzhana. Todos estaban en silencio. La pregunta en efecto era muy difícil.

- Pero él majus Aybek - Sholpan dijo tímidamente.

-Sí, y a majus Aybek entierran en alguna manera especial - dijo Takezhan - y sobre la tumba no se ponen media luna sino estrella. Estrella roja con hoz y martillo. Pero el anciano sentado a la cabeza, decidió lo contrario:

- Allah es en absoluto - todos somos sus hijos, somos majus Aybek o no somos majus Aybek – eso no le importa. Bueno no creyente siempre es más agradable para el villano ortodoxa. Y quien haya matado a Kasim, sin duda irá al infierno, a pesar de que leyó el Corán día y noche. Y hay que enterrar a Kasim de modo musulmano, para que fue directo al cielo. Así que vamos a leer el Corán y cantar recuerdo - zhanazy como sobre los fieles. Y habiendo dicho esto, se ve inusualmente grande discurso para el anciano, hizo una pausa y no dijo ni una palabra.

... Enterraron Kostya-Kasym en el cementerio viejo semilanzado en tiempos pasados que pertenecía al género de Karimsaks. Estaban aquí los bisabuelos y los tatarabuelos de este género. En algunos de ellos eran santuarios de piedra o de arcilla, cúpulas, piedra turbante, crecientes, placas con frases del Corán. Algunas tumbas ya han comenzado a deshacerse. Se han ladeado las losas, se han derrumbado las cúpulas de barro. ¿Los nómadas especialmente no visitan a menudo el cementerio, ya que ahora ellos están aquí, mañana — allí, así como pueden mirar detrás de las tumbas? Después de la fuga de Karymsak a China nadie era aquí, y el cementerio ha llegado a la vetustez, la parte de las tumbas se ha derrumbado, y en el lugar de las colinas había unos hoyos con el agua verde y negra, otros se han arrastrado, se han cubierto de las hierbas, se han convertido en los cerrillos simple verdes. El cementerio cuesta en la pena, y ello se ve de todas partes a muchas verstas. En la parte superior de la colina han excavado esta nueva tumba. El cuerpo de Kasym envolvieron en el fieltro doble y pusieron por la cabeza al occidente, solamente la cara fue abierta hasta la mitad, miraba todavía al sol. Quedaron en silencio cuanto se debe y por el orden de Takezhan comenzaron a esparcir la tumba. El anciano Takezhan se inclinó también, tomó el pedazo de la arcilla del túmulo, se derrumbó entre sus dedos y lo arrojó en el hoyo.

— ¡Descansa en paz, duerme suavemente, Kasym -dzan! — él dijo — ¡adiós, querido!

Cuando creció la colina, los ancianos sentaron callando. Uno de ellos abrió el libro.

— Aguzu billiaji imana shaitan... - él leyó cantando.

... Hasen y Burkut vivieron una semana más en el aúl. Hasen iba con los jinetes por los campos y les explicaba algo, y Burkut quería ser mas cerco al centro de los acontecimientos. El pensaba por alguna razón que en el futuro próximo el asesinato será obligatoriamente abierto, aunque aún en una semana no pudieron averiguarlo. Llego una vez más el investigador y dijo que la bala es de torreta— lo más probable producido del browning belga. Tal browning Burkut vio realmente hace mucho tiempo en las manos de Akpar. Aquel hasta le regalaba este browning, «tengo un otro» pero, por supuesto, eso no significa nada. Habiendo pensado que tiene que contar demasiado mucho, él no lo dijo al investigador.

Cuando salieron del aúl, él ya sabía, cómo comenzará su poema sobre Kasym.

III

Hansham se despertó porque alguien arañaba con precaución por la uña el cristal. Se levantó, se puso la bata y se acercó a la ventana. La persona densa estaba detrás del arbusto y la miraba a través de las ramas. No distinguía su cara. «Alguien de Hasen», — pensó. A veces él mandaba a ella a los koljosianos con la nota: «Pasea por las tiendas con aquella, ayuda escoger el material» o «va con aquella en el comisariado del pueblo y trata de aclarar para ella esto y aquello». A veces enviaba simplemente las personas que los haya convenido. La verdad es que hasta ahora con tales notas cada vez llegaban las mujeres y durante el día, pero quien sabe que. En general, abrió el ventanillo.

La persona salió de los arbustos, y ella lo conoció. Y era sorprendida así que solamente y pregunto:

— ¿Tú?

—Yo — respondió secamente el invitado —. Abre la ventana.

Y, sin comprender, cómo y por qué, Hanshaim levantó la falleba.

— ¡No labres! — previno él y saltó fácilmente a través de la peana. El era vestido en capa de lona y en traje claro veraniego.

— Aquí donde tenemos que verse, — él dijo, pasando y mirando atentamente a su cara. ¿Bueno, y el marido no está aquí?

— No, — respondió en el mismo entumecimiento extraño. Su rostro rudo, moreno, puramente afeitado en la luz lunar parecía misterioso y significativo.

— ¿Bueno, entonces, puede, invitarás a pasar? — sonrío Akpar.

«Ahora da lo mismo», — ella pensó y pasó callando adelante.

-¿Es el comedor? — preguntó Akpar, pasando detrás de ella, y se paró cerca del tremó grande. — y vosotros, miro, habéis puesto la casa: el tremó, el tapiz, la porcelana, el armario, el mantel de seda. Bueno, dáselo Allah.

« ¿Pero que necesita?» — pensó Hanshaim y preguntó:

— ¿Tienes hambre?

El se sonrió:

— No se negaré, no se negaré, hermana. Pero primero, lo siguiente: si alguien le pregunta si me has visto - no has visto y no has oído, ¿comprendes?

— No es difícil comprender, — se sonrió.

— ¿Y bien, — dijo él, — donde está su teléfono?

Ella vaciló un momento y respondió:

— Allí.

El abrió rápidamente la puerta del cuarto contiguo. El teléfono estaba en la mesita de noche. El se acercó y levantó el tubo, escuchó y lo bajó de nuevo.

— Querías traerme comer, — él dijo.

Ella fue a la cocina y trajo pan y escudilla con carne fría. Después pensó y sacó del armario una botella con aguardiente.

— Vaya, — dijo ella.

El se levantó y fue al comedor. Vio el aguardiente y se reyó.

— Ya que me emborracho fuertemente, hermana, — dijo él, — ahora especialmente —. Tomó el vaso y vertió el la mitad. ¡Y bien, por el encuentro!, ¿Claro, no bebes? Y haces correctamente, vivir con tal marido y beber... El tomo, vertió mas. ¡Y yo bebo, hermana! ¡Hay que! La vida es así.

De repente ella se tranquilizó completamente. Ella comprendió todo. Akpar se escondía claramente. Los motivos para esto son muchos. Como su vida ni estudia, no puede negar las costumbres. Le parece que todavía él es el hijo de bay, que su palabra es ley, y el látigo - su argumento. Y ya que él tiene un temperamento salvaje, después del escándalo siguiente tiene que correr y salvar su piel. ¿Parece, por que no vivir?

¡Gana no mal, es fuerte, joven, por él no es malo, con él cualquiera muchacha se casaría — ¡pero no, no puede vivir como un hombre! ¡Las historias constantes! En general, no pensó ella nada malo. Además y Akpar mismo (después de su segundo vaso era borracho considerablemente) se deshizo en la silla y comenzó a quejarse. Además, hasta no comprenderás bien, se quejaba él o reprochaba: salía así que en sus desgracias son culpables todos, solamente no él. Cuando Hanshaim le hizo alusión sobre esto, él desembocó en la rabia completa.

— ¿Pero qué dices? — él gritó, - ¡¿no, piensa — que has dicho?! Me llevan, como a un animal, por lo que soy el hijo de mi padre. ¿Para qué naciste en la familia de bay? — Me preguntan. ¡Bien, respondo, soy culpable, pero nací! ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Ir al lago de los abuelos, y hundirse? ¡Así dirían! No, por supuesto, me darían primero la formación, el destino, ordenaron — ve trabaja, y después comenzaron a llamar a las interlocuciones. ¿Donde es tu padre, sí como esto él corría, sí no con tu ayuda? ¡Y te recuerdan todavía! Como, preguntan, tu hermana no escuchó al padre, corrió del camino, y por esto le batiste hasta la semimuerte con el látigo. ¡¿Y además dónde — en la casa del marido?! ¿Esto, que, tú has contado? — él preguntó en el hincapié. Ella negó con la cabeza. ¡y bien, entonces tu marido! ¡A él, resulto, por algo más el camino ha atravesado! Está bien, ahora la conversación no es sobre esto. Después: da el oro. ¿Cual oro? ¡Lo que a ti el padre ha dejado! El no me ha dejado ningún oro, todo ha llevado consigo, y ahora vivo con el salario. Deja, dicen, con el salario no puedes vivir así: ¡bebes, paseas, el caballo compraste, cada año en sus lugares vas, allí por dinero ensucias — ¡así con el salario no viven! ¿Y bien que allí interpretar? Se ve, realmente, solamente sobre mi cabeza os reconcilien. ¡No, hermana, aquí no puedo vivir! Tengo solamente dos vías: o en el remolino, o a China. Te sientes bien, eres como un perro, te has acurrucado al hombre - y de ti nada se quedó. Hasta su apellido. No puedo vivir así. Mí por sí mismo. Y el dinero... ¡El dinero, hum! ¡Hay dinero! ¡Hay! Solamente ellos no van a verlo. Todo consigo tomaré. No dejaré ni una copeca a nadie. ¿Correctamente?

El hablaba encarnizando, más siempre manoteando, riendo y amenazando a alguien. Bebió la botella hasta el fin y se durmió en la butaca.

Por la mañana Hanshaim fue despertada del teléfono. Tomo el tubo. Era Burkut. El dijo que tenía una carta de Hasen. El mismo se detuvo en la región en relación al asesinato de Kasym. « ¿De quién?» — ella preguntó, y Burkut explicó:

— De Kostya-Kasym. Y bien, él, cuando llegará, le explicará todo. Han matado al jinete joven. Han matado y han metido el cuerpo en la artesa de madera en el cobertizo. Y han encendido el cobertizo. Querían quemar los tractores.

— ¡Dios mío! ¿Quién es eso? — preguntó ella.

Burkut vaciló.

— Aquí mucho dicen, — él dijo, — ya que es el aúl de Karymsak, de su padre.

— ¿Y bien, que? —gritó ella.

— Y bien, aquí... es aún más torpe y confuso Burkut continuó vacilante en cada palabra, — él mismo huyo a China, y a su hijo se han visto recientemente en estos lugares. Antes de eso, hace seis años mutiló con el látigo la esposa de Kasim.

— ¡Akpar! — exclamó ella y se volvió.

Akpar estaba cerca de ella. Se despidió rápidamente de Burkut, dijo que lo esperara con la carta. Durante un minuto el hermano y la hermana estaban uno contra el otra y callaban.

— Así que asuntos, - dijo ella —. Es porque estás aquí.

— ¿Qué es? — preguntó él.

Estaba todavía con el tubo en la mano.

— Han matado a Kasym y han quemado los almacenes, — dijo ella —. Y sobre nuestra invernada. En este momento estabas también allí.

— No estaba allí, — dijo Akpar.

— Además, has pegado a la mujer de Kasym...

— Era mi novia.

— Y yo era tu hermana, — se sonrió Hanshaim —, Y a todos, a quien cuentas tuyas, pegas con el látigo. Así que, hermano. No cuento que el asesino y el incendiario eres tú, y este asunto, claro, será explicado, pero se ve de mí inmediatamente. La noche te dormiste, ahora es mañana temprana...

El apretó los puños, y su rostro ya se enrojeció.

— ¿Y si no me iré? — preguntó él silenciosamente. ¿Qué, llamarás a la milicia?

Ella puso el tubo y se acercó al niño.

— No llamaré, — dijo, remetiendo la manta bajo el niño en todas partes, — pero en unas medias horas llegará Burkut, y tienes que hablar con él.

— ¡Así! — tendió él, suspiró profundamente y para un segundo cerró los ojos. Se veía, que fuerzas increíbles necesitaba para contenerse. ¡Así! — repitió él y abrió los ojos. ¿Significa, me echas? ¡Pues bien! Pero si salgo, y llamarás por teléfono...

Ella encogió de hombros irritadamente y se volvió las espaldas. Se puso de pie y salió. Sobre el umbral se volvió.

— Y bien, recuerda, hermana, — dijo él, — recuerda que, llegué y me echaste. Recuerda de esto, por favor.

Todo esto Hanshaim contó a Burkut, cuando él llego a ella con la carta. Habiendo oído que Akpar era aquí, Burkut se agitó tanto que durante un minuto no podía hasta hablar.

El pregunto después: « ¿Donde él fue?» Hanshaim dijo que no sabía, pero que en general él ha decidido trasladarse a China al padre. «Y bien, lo miraremos todavía», — dijo con rabia Burkut y se fue.

El no fue a la milicia, sin embargo. A tiempo se dio cuenta que entonces obligatoriamente tuviera que hablar sobre Hanshaim también. «Que llegará Hasen, — pensó él —, él sabe mejor».

Y Hasen llegó en tres días por la tarde y en seguida llamó a Burkut. Su la voz era empañada y fatigada.

— Pasa, por favor, mañana, — dijo él, — tenemos que hablar.

— ¿Qué pasa? — preguntó Burkut.

— Sí pasarás, hablaremos, — respondió inarticulado Hasen, — así a las cinco, — y colgó el auricular.

«Significa, la mujer le ha contado sobre Akpar, — pensó Burkut —, y él, por supuesto, se pusó muy enojado con ella. Tontamente. Será necesario decirselo».

Exactamente a las cinco él se acerco a Hasen y vio que cerca de su casa estaba el pueblo, en el patio y en la entrada estaban unos milicianos. El primero nada comprendió, se levantó al zaguán, pero alguien lo tomó por la manga y dijo:

— No es posible ir allá.

— ¿Por qué? — preguntó él.

— Allí les han matado.

— ¿Cómo? — exclamó Burkut, y le parece que o sobre él se ríen, o él no comprendió lo que le decían: ¿Como han matado? ¿De quién? ¿Quién?

— ¿Y usted que, es querido para ellos, probable? — preguntó una vieja que estaba al lado, y enjugó los ojos por el fin del pañuelo.

— Los malvados han matado, — se volvió a Burkut un agradable viejecito en un jubón negro. — El, seguramente, en el sueño de todos los ha matado, porque ningún grito no era. Soy su vecino, duermo ligeramente, oiría.

— ¡Suelten! — gritó desesperadamente Burkut y trepó a través de la muchedumbre. ¡Suelten! ¡Debo ser allí! Sé, quien es esto...

El gritaba así que al zaguán de la habitación salió una persona en el uniforme civil, le miró y dijo algo en voz baja al miliciano que estaba de servicio cerca de la puerta.

— Compañero, que gritaba, — dijo el miliciano, — levantese, por favor, piden pasar.

En la habitación, donde había ocurrido el asesinato, no le permitieron.

— Aquí a través de esta ventana ha pasado, — dijo el civil (él era el investigador) y un poco ha entreabierto el marco. — Usted ve, el marco no se acuesta ajustadamente a la jamba. Aquí él ha metido el cuchillo y ha desechado el gancho. ¡Sobre el cristal hay unas huellas dactilares, puede ser son del criminal!

— Sí, — dijo Burkut-. ¡Sí!

El civil apareció familiar. En cierto modo Bircut ya tenía que encontrarse con él. Una vez la redacción le ha mandado a la policía judicial para recibir noticias sobre un asunto, y era aceptado aquí por esta persona. Inmediatamente, estando cerca de la ventana, Burkut comenzó a contarle de la conversación de ayer por el teléfono, pero aquél después de la primera frase le interrumpió:

— Contaréis todo esto en la dirección. Mientras siéntese. Voy a liberarse e iremos, - y de nuevo entro en el dormitorio.

De la dirección Burkut ya había salido por la tarde. El se paró en medio de la calzada y durante un minuto era parado así sin movimiento. Lo llenó el silencio pésimo, realmente de cementerio, ya no quería ni ir, ni ver a alguien. Y la conversación con Olga sería insufrible para él.

El cruzó la calle y entró en el parque. Esto era un parque viejo, conocido a cada Amaitino, plantado por los padres de la ciudad hace cincuenta años. Ahora se llamaba "de pinos", porque en ello crecían abetos enormes grises azulados de Tian-Shan, y "de niños", porque lo había dado a los pioneros.

Durante el día él estaba ruidoso y abigarrado, como un lorito. Ahora él callaba, y hasta los abetos eran oscuros, negros y se parecían a los cipreses de cementerio. Burkut se sentaba y pensaba. Significa, después de que era echado por la hermana, Akpar fue a buscar al refugio y lo encontró en algún sitio, dónde — es desconocido, y, tal vez, no es importante especialmente, pero encontró, — de la ciudad, en todo caso, El no salió. Estaba esperando en algún sitio. Estaba esperando a la llegada de Hasen. Como él conoció sobre esto es desconocido también, pero él llego a la primera noche a él. ¿Si le ayudaba alguien? Es difícil decir pero, con toda probabilidad, nadie ayudaba. Simplemente no era necesario para él la ayuda de los ayudantes, además él no les quería. « Significa, — pensaba Burkut, — por la noche él ha salido de la casa. Ha pasado por las calles somnolientas y no ha encontrado, probable, a ninguna persona. El tenía todo a mano: el cuchillo para matar, el revólver para hacer fuego, puede ser, en algún sitio en el patio y el caballo para esconderse, si lo notan. ¿Si atormentaba su conciencia, cuando él saltaba a través de la cerca, abriendo con el corte del cuchillo la cerradura de la ventana, ¿y saltaba, al fin, sobre el alféizar? ¿Si ha reflexionado él aunque para un segundo antes de que empujar la puerta de la habitación? ¿Qué él sentía, cuando ha pegado una cuchillada precipitadamente por la garganta de la hermana? ¿Cuándo con el bramido, todavía casi durmiendo sin haber comprendido que se pasaba, Hasen se abalanzó sobre él, y él con un movimiento cortó y cuidadosamente calculando le golpeó en el corazón? Y después, cuando él, estaba evitando cuidadosamente los cadáveres y la sangre (ni en el suelo, ni en la cama no han descubierto ni un rastro de sangre), salió de la habitación, ¿si se sentía otra cosa que el deseo de escapar?" Burkut sabía que no — la conciencia de Akpar no alarmaba. ¿Y por que empezaría a alarmarlo? El nunca violaba el adát, y el asesinato de la hermana que había renunciado a su familia y la fé de los antepasados, por este mismo adát era posible considerar hasta una hazaña. Y en el resto él no era santo poco a poco: los deberes no hacía, no robaba, a los compañeros no traicionaba, el poder soviético contaba sinceramente la encarnación del infierno, así que las puertas en el paraíso eran ampliamente abiertas ante él. Habiendo pensado en el paraíso y en Akpar, en la ropa blanca como la nieve andando en este paraíso, Burkut de repente saltó del lugar, se sentó y saltó de nuevo. Y otro pensamiento, importuno y doloroso, como el delirio, se le ocurrió. El pensó que hace poco tiempo esta persona era su amigo, y él era su héroe. El se acordó de que Akpar entonces también haría algunos asuntos, más pequeños, claro, que este asesinato, pero da lo mismo tales, de cuales era posible caer en la desesperación. ¡Pero entonces él no sólo se reconciliaba con ellos, pero hasta contaba los necesario, ya que se cumplían en nombre de su causa común, — ¡y esto es su asunto! La cama, inundada con la sangre, y dos personas, sus queridas, acuchilladas durante el sueño. El bebé de dos años que perdió al instante la madres y el padre, el asesino que corría de la bala, merecida por él, — así es su causa común. El saltó del lugar de nuevo, dio un par de pasos, murmurando, y se sentó de nuevo ¡Y él era con Akpar! ¡Y si lo sabían las personas, que lo interrogaban, hablarían con él completamente de otro modo,¡y esto sería merecidamente, merecidamente! ¡Cientos veces él mereció desconfianza, y sospecha y burla — y todo, con que a él podrían dirigirse estas personas, si lo sabían!

Así él sentaba, balanceaba, se arrugaba, como del dolor, y murmuraba algo, cuando su hombro era tocado con precaución. El saltó dentro en el horror. Ante él era Olga.

— Querido, — dijo silenciosamente y, se sentó, le abrazó por los hombros —, todo tu rostro está mojado.

El se agarró de su mano, la apretó a su rostro y comenzó a llorar libremente y silenciosamente. Parecía, como si un absceso maduró al fin y se rompió en su alma. En seguida se hacía más fácil. Callaba y le planchaba por la cabeza. En un minuto él se calmó.

— ¿De dónde llegaste? — preguntó él, sollozando todavía.

— Te buscaba, — respondió, — fue a Hasen. Allí era el pueblo, y no me soltaron. Dijeron que estabas aquí. Llamo y encontró el gabinete necesario. Me dijeron que ya hacía una hora como has salido. Pensé: probable, estabas en algún sitio aquí, solamente tú no tenías las fuerzas para levantarse — y bien, llego aquí.

— ¡Olga, — dijo él, — mi querida! Solamente, por Dios, sé siempre tal buena, como ahora. Sé, por favor, siempre la misma.

Ella sonrió y le besó en la mejilla mojada.

— ¡Bien, — dijo ella, — seré!!Levántate, vamos! ¡Zura es en nuestra casa!

— ¿Zura? — preguntó él con sorpresa.

— ¡Claro, le he tomado! No podemos dejarla allí. ¿Sabes que pienso? ¿Si a ella no se encontrarán los parientes, que ella en general siempre vive con nosotros, que piensas?

El día del funeral de Hasen en el periódico republicano apareció el poema de Burkut, que se llamaba "El Juramento", y en el mismo día su traducción apareció en el periódico ruso. Así se veía:

Mi amigo, tú has caído de las manos de los enemigos,

Y nuestras lágrimas se han convertido en la sangre

Mi amigo, eres inmóvil en el ataúd,

El semblante pálido tuyo es silencioso y terrible

Ahora daré un juramento terrible:

¡Vengar al enemigo para la muerte tuya!

Toda mi vida cogía la sombra,

Pero sólo los pies se ensangraron en la carretera, perdido en el camino,

Ha aceptado de repente la noche por el día claro.

Mi carga era desastrosamente pesada,

Era arrastrada bajo la carga pesada,

Pero cayó, mi buen amigo

Cómo águila cortada de bala .

Y de nuevo he hallado fuego en la alma, se cubierta con moteado.

Todo, ahora doy todo a la afirmación de la vida nueva,

¡Y mi vieja dombra he construido gravemente

Y mi voz estará afilada,

Y la canción estará como un fuego!

Por aquella canción doy un juramento

Vengar para la muerte tuya al enemigo.

Pero no ha podido vengar, Akpar como si era desvanecido en el aire. Era declarada la búsqueda en toda la Unión Soviética, pero él también no había dado nada. Dos años después, el caso fue cerrado, porque la culpa de Akpar no era documentalmente demostrada. Pistas del asesino que no se fue. Y todos se han olvidado de la búsqueda del asesino, cuando de pronto cinco años Burkut fue convocado a la Corte Suprema de Justicia de la República.

Unos días antes de su llamado a la Corte Suprema, el se sentó en su escritorio. Editorial firmó un contrato con él para traducir "Camino al Calvario", él estaba en prisa. Ya se acercaban y añn habian pasado todos los plazos. Y él quería traducir este libro a cualquier precio.

Comprendes, Olga, — hablaba él a su mujer,esto es lo más necesario para nosotros ahora. ¿Por qué vía los intelectuales han ido a la revolución? Por supuesto, cada país tiene su manera, pero nuestra vía era mucho más difícil, que la rusa. Ya que todo nuestro pasado se ha asociado con Este musulmán, y Rusia nos espantajo, ella era la conquistadora. Recuerde la tragedia de Chokan Valihanov. Habiendo visto que estaba haciendo el ejército del zar blanco, él dejó todo: los amigos, la ciencia, los grados, la afición , había ido a morir en la estepa. ¿Acaso este ejemplo no estaba ante nuestros ojos? Ya que los rusos no tenían pregunta nacional, pero nosotros teníamos. Así fue que el pueblo demostró ser más inteligente, más sagaz que sus intelectuales, él iba directamente, y nosotros empezábamos a vagar, de aquí y se llevó la tragedia de Ahan y mí.

El leía la novela de Tolstoi, y tranquilamente tocando un lápiz, él pensaba sobre la forma en que mejor podía captar y transmitir la réplica de uno de los actores,que sería muy enérgico,cuando de repente sonó el teléfono. Al instante se quedó paralizado, pero ahora se puso de pie y caminó hacia la puerta. Alrededor del umbral se detuvo y entró en el dormitorio. Olga durmió con sus brazos cruzados. Zura dispersa en el pesebre: la manta estaba en el suelo, una almohada demasiada. Se quedó un poco por encima de ella, luego levantó la manta, la cubrió y se metió por todos lados. -Bueno duerme bien, - dijo, y se fue al frente -. ¿Quién es? - Le preguntó.

- Telegrama” - respondió él.

El sonrió y abrió la puerta. Antes de El había dos soldados y el administrador del edificio. Superintendente sonrió.

- ¿Burkut Kuntuarovich? - Preguntó amablemente militar que estaba de pie delante -. Bienvenidos. Perdone, le molestó en una hora tan tardía. Les pedimos subir con nosotros por una sola planta. Se entenderá.”

- ¿Cómo? - No lo entendía y se retiró Burkut -.¿Yo? - él esperaba todo, pero no sólo esto: ¿entenderá?

- Nada, nada, - dijo el superintendente - es justo por encima de ti. Ya sabes, ese profesor ... El era un buen hombre, sonrió propósito: quería tranquilizar a Burkut, pronunciaba con claridad, que no vino para su alma, pero la alma del vecino, pero el militar, manteniendo la cara amable, volvió la cabeza y lo miró de manera que superintendente inmediatamente vaciló, se sonrojó y se quedó en silencio.

- Así que vamos a ir, - dijo el militar -. Nadie advirtió que no es necesario.Volverá entonces.

Burkut regresó sólo por la mañana. Olga en la cocina preparaba el desayuno en la estufa. Zura saltó cerca. Burkut caminaba en silencio y se sentó en un taburete. Olga lo miró, pero no dijo nada. Burkut dijo:

- Ya sabes, Olga, - dijo seriamente -es algo que no entiendo. Estuve presente durante una búsqueda ahora. Tomaron un anciano con un perro. Bueno, recuerdas, nos preguntamos quién era y se convirtió que era arqueólogo. El y su esposa son divertidos, pequeños. Así que le llevaban y ella se levantó y le gritó: no te sentaras a cerca de la ventana, soplará viento, porque tienes un derrame pleural. Apretó sobre los dientes:

- Exudativo! - negó con la cabeza, como si para aliviar el dolor de la obsesión -¡ EX-U-Da-TI-VO! Oh!”

Olga dejó la leche que hervía, se acercó y abrazó sus hombros.

- Bueno, no es necesario - dijo ella con dulzura, - que tú y yo sabemos? Clasificarán todo y le dejaran en libertad.

Pero ella misma y el no sabían que ahora era necesario, y se callaba, era nerviosa y miraba con incertidumbre. Se puso de pie y dijo:

- Si a alguien me llame, dile qué vendrá en una hora.Voy a dar un paseo, la cabeza es algo...”

Casi hasta la tarde el caminaba por las calles. Caminó hasta Alma-Atinca -un pequeño río rápido en las afueras de la ciudad - y ya en el camino de regreso se reunió con el director de la editorial, donde iba a publicar su traducción. El director era el hombre bajo con anchos hombros, la cabellera era de los cabellos duros semicanos. El siempre tenía razón: de sesión al trabajo, del encuentro a la casa y ahora, al ver a Burkut, levantó la mano para saludar y pasó a toda velocidad, pero de repente, recordando algo, se detuvo y le preguntó:

-Sobre Aybasov no te han llamado?

- ¿De quién?” - No entendió a Burkut.”

-A propósito de Aybasov Karazhan, — explicó el director. ¿— no ? Y bien, probable, llamarán todavía, ya que con él en los cuchillos erais. He dicho sobre esto. El y en la editorial nos llamaba, advertía: no comuniquen con Kuntuarov, él es un tipo muy sospechoso. Y... Y El,El mismo ..

Y el director contaba rápidamente a Burkut que la hazaña militar de Karazhana se encontraba de hecho la traición que no liberaba a él, a los guerrilleros y los soldados del Ejército Rojo del fusilamiento inminente, como él lo había atribuido a él, y los conducía en realidad bajo la bala, pues mandaba el destacamento punitivo que la liberación había pasado casualmente y de él no dependía — simplemente los castigadores tropezaron con el grupo que había acostado y en el pánico corría, habiendo dejado a los condenados a muerte ,la verdad es que lo es que había recibido un gran soborno del hermano que era uno de condenados, el comerciante de Fayzolly debía salvar sólo a una persona — al comunista Nurolly —así y había hecho, si no era este caso — el destacamento de guerrilleros había acostado en algún sitio en la quebrada cerca del lugar de la ejecución. Todo esto era contado poco atontado y en algún lugar aún era muy inarticulado, pero lo más importante Burkut comprendió, y por eso, cuando en una semana por la mañana temprano le llamaron en el ministerio público de la república, la conversación, que a ello tuvo que conducir allí , no era una sorpresa para él . Pero un encuentro en el ministerio público lo sorprendió muy fuerte. El juez de instrucción del ministerio público no lo aceptó en seguida: el tuvo que esperar. Y aquí mientras él se sentaba y leía el periódico, entró una mujer y preguntó: «¿Ud. espera a Feofánov?» -, y se sentó al lado. Burkut la miró. Ella tenía treinta y cinco años, era hermosa, una mujer ardiente, esbelta, un poco magra en el último color brillante, pero ya tenía belleza defectuosa. «¿Donde la he visto?» — pensaba Burkut y se acordó de repente de donde: en Akshatyr hace quince años, en invierno de 1923.Fiestas, muchas personas, adornados triples, y ahora ella pasó a su lado en el trineo ligero adornado con cintas y rosas de papel. De todo su tocado Burkut notó sólo un sombrero de castor y guantes negras con encaje. Pero recordaba su rostro para siempre. Las cejas duras, correctamente perfiladas, los labios jugosos y la sonrisa, tal sonrisa que... Entonces le explicaron que es Marukey, la hija del comerciante rico, su única heredera. Dijeron y otro: el anciano no ahorraba para la hija, ella no tenía madre y por eso la hija haría que quería y tenía que quería. Burkut la no había visto más. Oía, sin embargo, que ella se había casado con Karazhan, pero había dado a esto ninguna significación . Y ahora tenía ocasión encontrarla aquí en el pasillo del ministerio público y aún estar al lado. ¡Es maravilloso el destino! ¡¿Qué no acabé de tirar! El reflexionaba sobre esto y de repente sintió un ligero toque.

Se dio vuelta - Maruko miró a él.

- «¿Usted es aquí sobre el caso de Aybasov?» - Preguntó ella.

El asintió con la cabeza.

- ¿Agenda ha llamado? ¡Así es como! Conocemos uno a otro por mucho tiempo. No te acuerdo. Soy la ex esposa de Aybasov. Yo. ¿Entiende..?

Pero entonces la puerta se abrió, y Feofanov apareció en el pasillo.

-¿Camarada Kuntuarov?-,preguntó él -. Es excelente. ¿Y tú ..? - Se volvió a Maruca.

Ella inmediatamente se levantó de pie y le bombardeó con preguntas y afirmaciones, por lo que él retrocedió. Ella quiere divorciarse de Aybasov. ¿Cómo puede hacer esto? ¿Cuándo? ¿Es imposible? ¡Lo siento! Ella ha afirmado que ni una sola hora no pasaría con este bribón bajo del mismo techo, si sabía quién era él. ¡Pero él se enmascaraba así, se enmascaraba así!

-¿Y quién es él? - preguntó Feofanov.

- Si usted le ha arrestado, entonces él es un enemigo del pueblo, - dijo ella. Entonces ella informó de que se encuentra en el ático de una pila de libros y cuadernos, y se los llevó a la bolsa - tal vez eso sería interesante para la investigación, y esa es la petición del divorcio.

- Espera, espera - dijo absolutamente sorprendido el investigador -tus papeles aceptarán y os entregarán un recibo en la Secretaría, pero llevarás la declaración de la oficina del registro, nada tenemos que hacer con esto - Y, sin poder ponerse de pie, de repente sonrió y negó con la cabeza: - Rápidamente muy rápidamente. ¡No digas nada! - Y asintió a Burkut: - Tienes que esperar, camarada, terminaré con este ciudadano y pasaré a ti.

Era ocupado con Marukey más de hora, y, cuando al fin llamó a Burkut, el parecía un poco confundido.

-Bueno, - dijo el investigador cuando se llenó el informe del interrogatorio, - Ahora dime, ¿cuando te fuiste de la casa hoy?

-Por la mañana, muy temprano – respondió Burkut, un poco desconcertado, - usted ha nominado a ocho.

- ¡Sí, sí! – Sonrió el investigador-. Y es probable que usted no ha leído un periódico-. ¿No tuviera tiempo? Bueno, por favor. El metió la mano en su escritorio y sacó un periódico y se lo entregó a Burkut. -Aquí lee el círculo en lápiz azul-, dijo él, -mientras yo..., Y él opacó con algún papel.

Diez minutos después Burkut puso el periódico sobre la mesa y dijo:

- ¡Sí-i! Y el artículo se llama "En la estela del enemigo de clase.

-¿Cómo valora usted eso?-preguntó el investigador.

Burkut pensaba. El era muy tranquilo por alguna razón. Tan tranquilo que era extraño y aterrador. Sin embargo, él siempre era así en los momentos de peligro, pero aquí el peligro era extremo, mortal, y él era consciente de eso.

- Usted ve, - dijo el - me acusaron para ayudar e incitar a Karazhan, en lo que , usted no entiende, ellos sólo pueden, por ejemplo, significar estas líneas: “ Karazhan era expuesto y se neutralizó, pero nos encontramos con otra pregunta- ¿cómo podría este inveterado enemigo, ex oficial de la Guardia Blanca, verdugo y castigador tanto tiempo trabajar entre nosotros desapercibido y sin expuesta? Complacencia enfermedad Idiotica es una enfermedad muy contagiosa, pero no es sólo su caso. Por ejemplo, ¿qué decir de Burkut Kuntuarov, a quien Karazhan Aibas una vez ayudó a meterse en la Unión de Escritores Soviéticos, y quién le pagó lo mismo?”La continuación ya no se trata de mí, pero ¿qué significan estas líneas? ¿Cómo iba a pagar Aybasov lo mismo? ¿Qué es? Se lo llevó en la Unión de Escritores, ¿o qué?’’

- ¿Usted está familiarizado con el autor del artículo? - Preguntó el investigador.

- El hecho del asunto es que estoy familiarizado. He visto y he oído a Karazhan y él en el mismo día, eso es muy memorable para mí . Me aceptaron en la Unión de los escritores. Y aquí durante la discusión peroro este Zholybekov. En seguida le presta atención.

- ¿Porqué? ¿El estaba contra a usted?

-No. Karazhan estaba en contra, él me reñía sobre en que está basado el Mundo y por eso me no aceptaron . Zholybekov, al contrario, me apoyaba.Pero hablaba tonterías. En cinco minutos no comprendía lo que estaba pasando. Entonces lo he recordado para toda la vida, y veis , no es sin razón. El ha escrito sobre mí este artículo.

-¿Y no hay una sola palabra de verdad? -Preguntó el investigador.

No existe ni una palabra de la acusación. Porque, si en la acusación no hay especificidad , se llama simplemente el juramento. Y el proverbio ruso dice que el juramento no pende en la compuerta. Es difícil comprender que quería decir Zholybekov con esta frase sobre que Karazhan me ha ayudado penetrar en la Unión de los escritores, y lo he pagado lo mismo. ¿Cómo entender todo esto? No sé ... Si usted sabe, por favor explique.

El juez de instrucción se echó a reír:

- No, yo no sé también. Firmaré para usted la admisión. ¡Hasta la vista!

Burkut no fui a la redacción . El regresó a casa.

- Duele la cabeza, — eijo él a Olga —. Me echaré un rato, descansaré. Si alguien pasará, di que yo no estoy en casa. ¿Bien?

Después Burkut acordó estos días como un sueño atufado. Todo sucedió lo contrario, toda la gente estaba haciendo lo contrario de lo que debería, como si deliberadamente querían estar en peor condición que eran.. Y, es necesario confesar, alcanzaron a esto completamente. En una palabra, mucho desagradable había pasado durante estos días, y cada tal disgusto echaba a Burkut en calor y frío.En algunos días después de la primera llamada en la oficina del fiscal siguió la segunda. Esta vez el juez de instrucción encontró a Burkut cortésmente, con hospitalidad, pero , como Burkut comprendió enseguida, con un escondido pensamiento. Empezó muy lejos, le preguntó sobre cuestiones literarias, en que Burkut ahora trabaja, y luego habló acerca de los tiempos remotos, sobre el caso de Zhabagui y de pronto preguntó sobre Akpar.Y no simplemente sobre Akpar sino también preguntó a Burkut que el asesinato de cónyuge de Hasenov era la obra de sus manos . Burkut dijo que estaba convencido. «¿Por qué?» — preguntó el juez de instrucción, Burkut le dio de nuevo sus ideas y habló sobre la última conversación con Hanshaim. Ella había dicho que Akpar alejándose de ella, amenazó: "Recuerda, mi hermana, que he venido a ti, y tú me has echado. Recuerde sobre esto, por favor». Hanshaim se alarmó cuando decía estas palabras a Burkut. El asesinato se produjo pocos días después de esta última conversación.

Sí, suena muy convincente -dijo el investigador , - pero sólo sobre la base de estas palabras no podemos condenar a una persona. Bueno, entonces, todos esos días de visita a las hermanas hasta el asesinato Akpar tenía que estar en Alma-Ata, ¿es la verdad? - Burkut asintió -. Excelente. ¿Dónde él estuvo todo este tiempo? ¿Tiene amigos? ¿Podría estar con Karazhan? ¿No sabe?

El investigador no le preguntó pero dijo, y ni siquiera hablaba pero le preguntó con pasión, persistencia, y a Burkut esto parecía algo personal.

- No, no lo sé - dijo - los vi, sin embargo, una vez juntos, era en Akshatyr, y ya le ha contado de esto, pero nada sobre su conocimiento puede decir. Usted necesita hechos, no mi suposición.

Sí, sí, hechos, -asintió el investigador - sólo hechos y nada más ... Así que, está documentada que en estos días Karazhan Aybasov no estaba en la ciudad y encontrarse en la casa de él no podía, pero en la ciudad estaba su esposa Maruko ... - Y ella de nuevo miró a Burkut significativamente : - ¿Dime, te dice algo ese nombre?

Burkut se encogió de hombros:

- En esta relación, exactamente es nada.

¿Y ningunas conversaciones sobre esto no iban en la ciudad ?

No oía por lo menos nada, —respondió Burkut, — sobre Akpar hablaban mucho, pero en otros motivos.

El juez de instrucción se puso de pie y caminó alrededor de la oficina.

¿Y bien, en general sabes algo sobre Marukey? ¿La has visto?

«No, definitivamente necesita algo , — pensó Burkut , — y no a través de la investigación» - y respondió:

- La vi dos veces unos días atrás con usted y hace quince años en Akshatyr. Eso es todo.

- ¿Significa, usted quiere decir que Akpar no podía esconderse en la casa de Marukey?

- No , simplemente yo no sé nada —respondió Burkut.

Era compuesta el acto del interrogatorio, en que era escrito que nada reprensible Marukey sabía de Burkut y consideraba inaceptable la idea de que el asesinato de los esposos Hasenov tenía relación con su nombre. El, sin embargo, dijo "infundado", pero el juez de instrucción escribió "inadmisible" y explicó: «hacer sombra a la mujer sin las razones es tonto y es criminal. — Luego ponchó en su admisión y le tendió la mano: — Hasta la vista. No le inquietaremos más».

Realmente, este juez de instrucción no llamó a Burkut más. Lo llamó un investigador completamente diferente y dirigió la conversación. Eso fue dos meses después de la última llamada. En el gabinete se encontraban dos: corto y alto . El alto presentaba a Burkut como fiscal por los asuntos especiales de la república. Conversación de inmediato tomó una rotación espinosa.

¿Cómo puede usted garantizar que Akpar no podía pernoctar en la casa de Karazhan Aybasov? Nosotros tenemos todas bases para decir que su mujer aceptaba durante la ausencia de su marido. ¿Qué sabe usted sobre esto?

Burkut se encogió de hombros.

- No sé nada.

¡Escribís! — dijo, como si juraba el procurador. -

¿Y sabe Ud. que Feofanov está arrestado? Se casó con este Maruko, no oficialmente, por supuesto ... pero ... y cerró su caso.. Así ahora ha reanudado el caso, y usted volverá a tener que responder una serie de las preguntas que se interesen para la investigación . Siéntate! Vamos a llenará de nuevo el protocolo. Su nombre y patronímico, año de nacimiento, ocupación. padre ...

El coto se sentaba, miraba a Burkut y sonreía contenidamente. Sonrió muy malo el corto, como si supiera algo malo.

…Burkut regresó tarde a casa, y su corazón era tan oscuro y desierto que él casi por primera vez en su vida pensé, "¿Emborracharse, o qué?" Y entonces él se precipitó su hija.

- Papá – exclamó ella-,¡mire que he recibido hoy!- Y ella le dio su agenda escolar. Era un deuce.

-¡Esto es marca, papá!, - Zura gritó, temblando de emoción y mirando a la cara de su padre.

El sonrió, acarició su pelo y la besó en la frente.

- Felicitaciones con la primera marca, mi querida.

Por la mañana fue al editorial. Iba centrado, oculto, listo para cualquier enfrentamiento con el editor. Pero le recibieron como de costumbre, e inmediatamente el jefe de la producción agarró por su hombro y arrastró en el departamento de arte, ya que algunos ahorradores allí no eran firmados. Les agitó sin mirar y se fue a casa aliviado - todo estaba en orden.

Y por la noche se levantó de un salto y se acercó a la ventana de los pies descalzos. Oyó el ruido del motor. El coche de alguien se paró bajo la ventana. La puerta delantera se golpeó, él esperaba hasta que llegó de casa el taxista y con una mujer - la vecina de la zona. La mujer gemía y demostraba algo al conductor, pero él asentó con la cabeza y sonrió. El marido de la vecina era ebrio. Le trajeron a casa de nueve, la vecina lloraba. Burkut suspiró y se alejó de la ventana. "Estoy volviendo loco - pensó en silencio y con amargura-. Nada más. Estoy volviendo loco. Hay que acostarse y dormir". Se acostó, pero no se durmió.

Al prisionero de la cámara cuarenta y ocho convocaron en una hora insólita – en la noche. El iba por el pasillo y pensó en lo que había sucedido, probablemente algo bastante inusual, y se enfrentó a algunos materiales inesperados. Por ejemplo, la acusación del asesinato de Hasen. Sin embargo, todo era mucho más fácil. Le llevaron por los corredores a la otra ala del edificio, tomaron el ascensor, bajaron las escaleras de nuevo, y ya la guardia golpeó a la puerta, tachonada con hule negro. La habitación era luminosa como durante el día, eran alfombras en la pared y en el suelo, había una biblioteca, y un hombre que se había levantado de la mesa, era completamente desconocido.

-Vamos a conocerse, - dijo el tranquilamente -. Estoy el adjunto comisario Gavrilov. Siéntese en esta mesa, fume. ¿Cómo se siente?

"¿Qué quiere?" Pensó Karazhan y dijo que se sentía bien, pero le atormentaba el suspense, la consecuencia había retrasado tanto tiempo que...

Gavrilov escuchaba y asentaba con la cabeza.

— Para esto le llamo, — dijo él, — acabamos la consecuencia en este mes, pero tengo unas vaguedades. Aquí, por ejemplo, os acorde a menudo del nombre de Burkut como el cómplice directo, al mismo tiempo, a pesar de su carácter perentorio, no lleve ningunos hechos concretos. ¿Dónde habéis encontrado?

Karazhan pensó y respondió que en KazAPPe.

— ¿Pero cómo? — Continuaba Gavrilov. — Ud. no es el miembro de KazLPPa.

Para un minuto Karazhan se hacía en un punto muerto: antes nadie no daba tales preguntas a él — era importante la indicación: participaba, ayudaba, era informado y etc.

— Hemos conocido durante su recepción en los miembros de KazAPPa, — respondió Karazhan. Esto era... — él se paró para responder. Ya que cuando mientes, es tan fácil embrollarse en las fechas, los detalles, pero Gavrilov le interrumpió.

— ¿Cómo esto era — es insignificante? — dijo él, — otro es importante — ¿Cual encuentro era? ¿Ud. qué? Recomendaba Burkuta en los miembros de la asociación o...

"Coge", — pensó Karazhan y respondió:

— Recomendar yo no podía porque no consistía en la organización, pero he apoyado.

— ¿Verbalmente ha apoyado?

— Verbalmente.

Gavrilov hurgo en los papeles, encontró una hoja y tiró a Karazhan.

¿Es su mano?

«En el complemento a todo dicho por mí en la reunión, — escribía Karazhan en la carta a nombre del presidente KazAppa, — debo decir a propósito de la aceptación posible de Burkut en los miembros de la asociación lo siguiente: el alumno del poeta Ahana así llamado, tristemente conocido la antisoviético actividad, Burkut Kuntuarov es la segunda voz de la aquella poesía de bayos, que es hostil a la revolución proletaria...»

«¿Al diablo, escribía y ha olvidado, — pensó perplejamente Karazhan, — y quien sabía que este trozo de papel se ha conservado?»

— ¿Que podéis decir en cuanto a esto? — preguntó Gavrilov.

Y Karazhan no restaba nada, como encoger de hombros.

— ¡Así! — Gavrilov se levantó de la mesa y se acercó a Karazhan —. El asunto es en aquel, — era dicho por él suavemente, — que conozco a Burkut bien. A su tiempo le he arrestado y he producido, así que todos sus materiales son comprobados por mí, por decirlo así, todavía antes de la escritura. ¿Para qué le necesitó embrollar a esta persona? No le sabía en absoluto, y calentaba toda su vida. ¿Sabe por qué calentaba? Porque él no era suyo, pero nuestro, y lo sentía. ¿Escuche, de veras embrollaré después la consecuencia?

Karazhan callaba obstinadamente.

Gavrilov sacó el emboquillado, pero fumarlo no se hacía, llevó solamente a la boca, y así olvidó en la mano.

— Una pregunta mas, — dijo él, — ¿recuerde el artículo de Kuntuarov sobre Zhabagy?

— Recuerdo, — respondió Karazhan tristemente.

— ¿Zhabagy recibió la medida superior y era fusila, así? El era su pariente cercano. ¿Cómo conté, la persona de su almacén y sus posibilidades pueden perdonar este artículo a su autor? ¿Si no se hará él a su enemigo mortal?

... Cuando Karazhana llevaron, en la mesa el comisario se encontraba el documento siguiente:

«Presente declaro que todas mis acusaciones a dirección del poeta Burkut Kuntuarov no corresponden a la realidad y por completo son inventados de los objetivos personales por mí».

— Es la verdad, — dijo Gavrilov y descolgó el auricular.

Burkut no sabía todo esto. No sabía él que la orden preparada a su arresto estaba ya en la mesa de Gavrnlov, no bastaba solamente la firma del viceministro.

Pero esta firma no era recibida.

Pero era recibida en el papel sobre la dirección del asunto del profesor a la encuesta suplementaria. Era agudo, toda la inscripción que tacha: «Liberar por falta del cuerpo del delito. Es el disparate — el cuarto juez de instrucción — y ninguna culpa».

Así Burkut sobrevivo el invierno. Comenzó la primavera.

IV

Los kazajos tienen tal proverbio: «Cerca de la pena las canas en la barba, cerca de la alegría el sol en los ojos». En últimos dos años Burkut hasta rejuveneció exteriormente para diez años.

Se transforma así el abedul, habiendo sobrevivido la sequía esteparia. El veía alrededor las construcciones gigantescas que habían cambiado definitivamente la persona del país, y creía, así como en lo sucesivo todo será bueno. El trabajaba, sin compadecer las fuerzas, y nunca se sentía tal animoso y fuerte, como después de la noche acertada pasada detrás del escritorio.

Hace un mes antés de los acontecimientos descritos él llego al fin a la mina Konyr Aygyr a Nurlan. Nurlan hacía ya unos años trabajaba el director y cada verano llamaba al amigo a su casa (en las cartas él lo llamaba respetuosamente "ajá" que significa el hermano mayor, aunque la diferencia en los años era no tan grande), pero "ajá" o "el akyn-ajá", como él lo llamaba todavía, todo no podía escoger el tiempo libre, aunque prometía cada año. Y aquí ahora por fin.

«Se escapo de las obligaciones». Además, no, no se escapo, claro, y este viaje era también la ejecución de uno de tales obligaciones. Sobre la mina — él se hacía ya la ciudad entera — trabajaban ahora no sólo los rusos y los kazajos (de ellos había, sin embargo, una mayoría), sino también los ucranianos, los bielorrusos, los tártaros, los calmucos y los bashkirios. Y sobre este trabajo unido coordinado, más justo, sobre la amistad de estas personas de Burkut iba a escribir el poema. El nombre condicional del poema era «La amistad de los pueblos», pero asustaba poco por su tradicionalismo. «Y además, — decía él, — el nombre — el asunto no es el primero, sino también el último. Lo principal es escribir».

Y él no podía quejarse — se lo escribía bien. Durante un mes el poema era preparado en borrador. Crecía como el edificio, el ladrillo detrás del ladrillo, el piso detrás del piso, el cuerpo detrás del cuerpo. Una semana más — y el poema sería acabada. Y había aquí un caso, a primera vista tanto fútil que a él no era necesario dirigir atención. Burkut vio un sueño (él trabajaba toda la noche y se dormía solamente en el amanecer) - soñó que ellos los tres-Ahan, Akpar y él — están en la misma habitación, de cuya ventana ha sido echado el maestro. La conversación va en los tonos - subidos y de repente Akpar salta dentro y basta a Burkut por la garganta. El ve a su rostro pálido por el odio, las excrecencias que saltan, oye su voz que grazna, se vuelve al maestro, pero no existe ya — él desapareció no sabe dónde, y la habitación se oscurece, y se oye el trueno. En seguida la oscuridad envuelve todo, alguien invisible grita algo que amenaza, se oye una canción como el ronquido, o como el graznido. Los pasos claros de soldado suenan detrás de la ventana.

Y Akpar le aprieta por la garganta y grita:

« ¿Los versecillos quieres escribir? ¡Un nuevo poder colmarás de elogios! ¡Las flautas! ¡Destruiremos a ti y tus semejantes! Hemos declarado guerra a usted. ¿Comprendes? ¡Guerra! ¡Guerra! ¡No esconderse de ella a ninguna parte!»

El aprieta a Burkut todo más fuerte, aquel ya se ahoga.

Se despertó de propio grito. Sobre él había Nurlan y lo sacudía con precaución por el hombro.

— ¿Que pasa contigo, Burkut-ajá? — él pregunto inquietamente. — ¿Soñaste algo terrible?

Burkut rompió la cabeza pesada de la almohada, miró al amigo y respondió:

— ¡Sí así, así, un disparate!

Y conto cortó sobre el sueño.

Nurlan movió la cabeza:

— ¡Es terrible el sueño, es benevolente el dios, dicen los rusos, — ¡todo es disparate! El sueño es un sueño. Probable, ayer fuiste reventado, aquí y viste lo.

— Puede ser, — respondió Burkut de una manera opaca, puede ser, justo, estuvo reventado.

— Lo más probable que es así. -Nurlan pensó-. Aunque sobre Akpar esto, tal vez, no es en vano. Tales amigos solamente esperan al minuto para agarrarse de la garganta. Y en el mundo ahora no es inquieto. La peste castaña oscura se acerca todo más cerca.

— Sí, había uno castaña oscura, — suspiró Burkut, — incluso Japón, Italia, y los finlandeses allí pasa algo tal... Así que sin guerra no pasaremos, tal vez. Toda la pregunta es: ¿si somos preparados para ella? Ya que tales, como Akpar, son unos millones.

— Y bien, tenemos muchos amigos sin embargo, — sonrió tranquilamente Nurlan: no, no los encontrarán de improviso. El miro en el reloj. — Pero tengo que irme — El fue a la puerta y se paró. — De ningún tema, akyn-ajá, trabaje tranquilamente. Y en los enemigos no piense. Somos más fuertes, créame.

Nurlan se fue, y Burkut se sentó y pensó.

«Todo esto es así, pero todavía son solamente palabras, esperar a amigos es necesario pero contar solamente en ellos es imposible. Ya que y el acero de la mejor marca no sostiene a veces el supercargamento. ¡¿Y en general que es posible saber sobre lo que no existe todavía?!»

Estos pensamientos le dominaban todo el día, y al atardecer él fue a un lugar elegido hace mucho tiempo a las orillas del lago Konyr Aygyr. Aquí él se sentó a la piedra querida y reflexiono de nuevo.

El escribió el poema después de que la primera vez vio este lago. El cisne a los kazajos es un pájaro sagrado, dispararle es un pecado grande, y matar — simplemente no perdonado. En el amor de los kazajos al cisne hay alguna relación inquieta que recuerda y supersticiosa de los marinos ingleses al albatros. El que matará a este pájaro, creen, atraerá hacia los satélites los siniestros interminables. El poeta Kolridzh en el siglo pasado escribió sobre esto un poema, que sabe por lo menos de oídas cada persona competente. Y Burkut también la leyo una vez, pero el colorido lúgubre y nebuloso del poema — sus hielos y las nieves — no influyo en la obra de Burkut. Es claro, es triste y es lírico. Quien la lee respira el aire del lago estepario. En la hora del ocaso dos cisnes, escribiría Burkut, nadaban tranquilamente por las aguas de Konyr Aygyr, pero se acercó cautelosamente aquí el forastero y mató al pájaro. El no sabía, y no quería saber las leyes de la estepa. Y por eso su tiro violó toda la armonía de la naturaleza. Oscureció el cielo, comenzó la tormenta. Era después la canción del cisne que había quedado huérfano. El perdió a su amiga y lloraba sobre ella. A su voz juntaba la voz del poeta. El pide a Allah a castigar al pecador. El quitó al lago su belleza, quito al pueblo su costumbre y turbó la tranquilidad de la estepa. ¡Que sería éste maldito por siempre!

Y así este poema se encontraba en aquel punto de viraje, de que comenzó la fama fuerte del poeta. El llanto del cisne y la maldición del poeta pusieron en música. A Burkut le llamaban cantante de la estepa y guardián de su silencio eterno sempiterno.

En aquel tiempo, claro, era así. Y ahora Burkut pensaba en el poema y los conjuros con alguna perplejidad. ¡Tranquilidad! ¡Silencio! ¿Acaso esto es lo más importante? Aquí ante él de nuevo era el mismo lago, y de nuevo por él nadaban los cisnes. Y, como a propósito, ellos también eran un par, y cantaban también. Y mientras no era un sólo tiro, pero su cañoneo entero, las salvas innumerables de las explosiones metieron ruido aquí. Eran explosionadas las montañas. Los ferrocarriles eran pasados. Era construida la ciudad — y aquí ahora por este lugar iban los turistas y cantaban, iban los autos y retumbaban, los centenares de muchachos jóvenes bronceados llegaban ruidosamente aquí de todos los lugares de Kazajistán. ¿Pero acaso de esto ha perdido Koynyr Aygyr su poética, el silencio de cristal, la tranquilidad silenciosa orgullosa? ¿Y la estepa — acaso ella no se hacía aún más hermoso? ¿Y los cisnes? ¿Acaso no habían creído a la persona, no habían poblado el lago de las decenas y los centenares de vapor? Ahora aquí hasta nidificaban, y a nadie se ocurrirá no sólo disparar, pero hasta simplemente llegar con el fusil.

¿Y no solamente los kazajos guardan el silencio y el encanto de esta estepa — aquí sobre el montículo estaba sentado el niño pastor ruso, — ¿acaso a él no era caro esta estepa? La belleza es querida por todos, ella es mundial. Y aquí él se acordó por alguna razón una otra cosa: los funerales de Hasen y Hanshaim. Para acompañar a los matados salió toda la ciudad. A la cabecera del ataúd iban dos: él y Takezhan, y detrás de ellos se movía la gente. Eran aquí los soldados, y los científicos, los obreros. Los tártaros y los bashkirios, los kazajos y los calmucos, los rusos y los ucranianos. Muchos lloraban. La orquesta jugaba Shopen. Y la tristeza de este polaco que había muerto hace muchísimo tiempo, era clara también a todos los rusos y los kazajos, a los científicos y a los pastores. ¡Porque la pena verdadera — el dolor por las personas fuertes jóvenes, hermosas que se fueron demasiado temprano, — estaba clara a todo! ¡Prueba escribir así sobre esto! ¡Y escribe así para que esto llegue a cada ruso, al kazajo, al soldado y al agrónomo así, como a todos entonces llegaba esta marcha fúnebre!

El pensaba sobre esto y miraba al lago. Así pasó mucho tiempo. Y ya el muchachito ruso llevó a sus vacas, y el sol empezaba a pasar, y el agua se hizo de azul primero dorado, después rosado, después rojo, luego simplemente negro, y él todo el tiempo se sentaba y pensaba. Y de repente le parece que alguien se acercaba detrás.

El se giro rápidamente. En cinco pasos estaba de pie una persona alta, derecha en un carenado negro de andar por casa y miraba a Burkut. «Es alguien conocido, — pensaba Burkut, — no, no recuerdo alguien de tal. Y ya hace mucho no veía tales bigotes por los anillitos».

— Burkut-ajá, — dijo la persona. — ¡buenos días!

— Buenos días, — respondió Burkut, levantando. — Yo te... ¡Arin!

El hombre sonrió.

- ¿Es difícil de aprender? ¡Lo mismo, lo mismo! Habéis cambiado poco. -. El acercó y dio la mano-. Soy muy contento de verte vivo y saludable.. Hubo una pausa incómoda.

- Entonces, ¿cuál es el destino de que usted consigue aquí? - Burkut preguntó -. Estoy pensando que no estás aquí pero allá.

-Y estoy allí , — dijo Arin, — como se has ido entonces con Karymsak, así allí y se has quedado. La verdad es que aquí tengo que estar también, pero aquí no me detengo, haré que es necesario, y allá. — guiñó un ojo,:—no son las mismas circunstancias.

Burkut le miraba sin desgajar.

-¿Y para qué has llegado ahora, puedes decirme?

- Un poco más tarde.

- ¡Ajá! Está bien. ¿Puesto que os habéis instalado allí?

Arin se sonrió:

-¡Como se instalan en el país ajeno! Malo, por supuesto.

- ¡Bien! ¿No os habéis ido a los parientes? ¿Y he oído que hacéis una vida nómada cerca de las montañas Altaicas, por encima del Irtysh Negro? Qué, ¿no es así?

-Sí, es así.

- ¿Y bien, así en que entonces es el asunto? Ahí están sus nacimientos antiguos Nyman y Keren. Mil de años, como los kazajos pastan allí el ganado.

Arin se sonrió:

- ¿Y qué es la resulta? Los amos dicen que todo les pertenece. Ellos nos han transferido antes pero sus manos no han alcanzado. En primer lugar, se han peleado entre ellos, y en segundo lugar, vivimos alto , no podran sacarnos.

Burkut negó con la cabeza:

Y sabes eso kazajo proverbio: "¿Dónde subida rata, allá y la serpiente se arrastrará." No, las montañas no os salvarán. Esa es otra cosa si el poder del pueblo gane ... Pero el poder público nos aprecia, — suspiro Arin, — ella ha vencido aquí y allá , y aquí es donde tuvimos correr de ella .

Burkut miró y negó con la cabeza:

¡Pero tú no tuviste que huir, Karymsak tuvo que huir! ¡Te capturo como una cosa ! Tomó bajo su brazo y llevo. ¡Y tus anfitriones antes de usted y se pondrá a las montañas, mantengas la calma! Ellos no van a cortar a las personas por primero .¿Has oído lo que pasó en un mil setecientos cincuenta y seis años en China?

Arin levantó las manos:

-¿Dónde he podido oír eso? Eres tú el científico... Los viejos pueden saber, por supuesto.

Los viejos, por supuesto, sabían, pero no les dirán algo. Al borde del abismo vivís, y cada año la tierra a usted se es rebozado debajo de los pies, y no veis. Dzanguaria tenía un imperio enorme que ocupaba todo el noroeste de China. Pero en este desafortunado un mil setecientos cincuenta y seis años del emperador chino peleaba con huntaydzhi de Dzungaria y ordenó: "Barrer los dzhungaos de la tierra." Y les barreron. No a niños, a mujeres han dejado, solo salvaron algunas jóvenes que eran las más bonitas. Ese es el fin de toda Dzungaria. En el verano solo cenizas quedaron , no le olvide. ¡Y acuerdate de mis palabras! ¡No te de Alá esto!

Sí, no da Allah, — repitió Arin, — corríamos del viento, y caeremos, parece, en el huracán. Ahora Karymsak no nos persuadiría tan fácilmente. Aquí las personas viven mucho mejor, esto es la verdad. Me paseaba, miraba.

- ¡Está bien! ¡Quedate con nosotros!

Arin meneó la cabeza cortamente pero categóricamente.

- No saldrá. Akpar dejo mi hermano por el rehén. Dice, no serás a tiempo — y el hermano tuyo vivo no estará.

- ¡Akpar!-Burkut se agarró del hombro de Arin y no notó esto. — ¿Así, entonces él está vivo?

- ¡Por supuesto está vivo! — se sonrió Arin — ¡Es la primera persona entre nosotros! Solamente recientemente ha vuelto del viaje. Estaba en algún sitio en Europa. Dicen, a Berlín iba. Quitado la decena de nuestros jinetes y mandó a algún lugar. Dicen, para estudiarse.

- ¿Que estudiarse?

- ¡Y a qué bueno Akpar puede enseñar! Probable, cualquier asunto bandidesco. Los enseñará y después enviará aquí, como a mí.

— ¡Así, así! — Burkut pasó por la mano por el rostro, tratando reconcentrar. — ¡Así, así! Bueno, vamos se sentaremos, tantas novedades en seguida... Así, entonces él te ha mandado.

- El.

- ¿Para qué?

- Por usted y Marukey.

- ¿Para qué?

- Para que juntos conmigo os hayáis apartado a él.

- ¡Así, así! ¿Veías Marukey?

- Veía.

- ¿Que respondió?

Arin se sonrió:

- Respondió con fuerza. ¡Iría, dice, con tu Akpar! — y aquí los hombres me bastan.

Burkut se echo a reír:

- ¡Bien! ¿Así fuiste de ella?

- ¿Y qué? Me volvió y me fue.

- ¿Significa, cumpliste la orden hasta el fin?

- No, no completamente. Ya que la debía inmediatamente hincar la bala en la frente en este caso.

- ¡Así! ¿Y a mí también?

- ¡Claro!

- ¡Es consolador! — se sonrió Burkut —. Entonces por eso ibas a verme.

Burkut lo miró y rápidamente decidió qué era necesario hacer.

- Bueno, — suspiro él, — cumple que has pensado.

- Que dice, ajá, — se asustó Arin —. A mí la bala me ha quedado una. Lo guardo para mí mismo. Pero esto allí. Tiene que volver. Akpar contendrá su palabra en tales casos.

¿Tal es su fuerza allí?

¿Y cómo?— se maravillo Arin -¡¿Y cómo, Burkut - ajá?! ¡El único heredero de Karymsak! ¡Y Karymsak es dos mil de goles de los caballos! ¡Y qué caballos! Allí lo miran como a Allah. ¡A alguien mostrara con la cabeza — y todo! ¡Y no será aquel en el mundo! ¿Sabe cuántos maestros tiene allí para estos asuntos? No podía quitar sus cabezas — bueno, traeré la mía en cambio. Y después, — él se sonrió tristemente, — aquí aunque se hacía más tranquilo, y va da lo mismo la guerra, me pasaba por aúles, preguntaba — lo sé. Entre los kazajos era desacuerdo. Y ya soy ajeno aquí... ¿Así que de quien puedo perecer — o de los míos, o de los ajenos, de Akpar o por Akpar, — que es la diferencia?

Hace mucho tiempo Burkut callaba.

-Está bien, — dijo él al fin. — vuelve. Vuelve allá, a la tierra extraña. ¡Pero siempre recuerda, naciste aquí, y no allí, y la tierra natal sobre las suelas no llevarás — ¡así dijo una persona inteligente, cuando a ello invitaban a correr al extranjero! Y recuerda todavía, todos nuestros grandes maestros-abay, Chokan, Ibray-nacieron, vivían y son enterrados aquí, y llamaban no de los rusos, pero a los rusos. Así, si hay una posibilidad de correr, llega a mí. A tú sacarás todo. Así es mi ayuda. Y lleva a tu mujer también. La aceptaremos, como la hermana carnal.

Arin sonrió tristemente:

-No estoy casado, Burkut-ajá. Esto no es tan fácil allí. Este año debía casarme, pero no casó. — Algo se turbo y de repente añadió: — Akpar prometía llevar a la novia y dar todavía un par de jambas de caballos, si traigo su cabeza. ¡Así ve, cómo no tengo suerte! ¡Adiós!

El se volvió callando y fue, en algunos minutos su figura se disolvió completamente en la oscuridad.

- ¡Arin, guardase! — gritó Burkut, comprendiendo que es necesario gritarle algo como despedida, sin saber que especialmente.

Y en la respuesta de repente, como parece completamente cerca, la oscuridad respondió:

- Gracias... ¡Gracias!

Burkut iba a casa. Ya habia ascendido alto la luna, y entre los montículos se inflamaron los fueguecillos blancos, azules, verdes y rojos. Trabajaba allí la mina, vivía el poblado y rodaban los búnkeres del mineral de plomo.

«Así, entonces por eso Akpar soñaba a mí, — pensaba él, — realmente un sueño augural. Y en estos días él piensa en mí y adivina, a cuya parte me encontraré en la lucha futura. Así lo responderé con un poema, donde hay unas líneas especiales dedicadas a el; asi por todas las letras escribiré: ¡Akpar Karymsakov!»

Y todavía él pensaba:

«Y Arin no se perderá. El ya comprendió mucho. ¡Y comprenderá pronto todo! Y si, no da Allah, entrarán los buitres...»

V

Los buitres entraron en un año. Comenzó la guerra. Burkut se hacía el corresponsal viAhando del periódico militar. Primero él era en el frente de Leningrado y escribía ensayos sobre la subdivisión kazaja separada que estaba de muerte en algún sitio cerca de Nevelya. Luego, después de que sus artículos entraron en la colección de los mejores ensayos militares y eran traducidos al extranjero, le llamaron en la redacción «de la estrella Roja» y le entregaron el billete corresponsal. « Oía que queréis escribir un libro, — le dijo el redactor, — así que como le rompo del asunto directo, pero sólo el libro, créeme, de usted no se irá. Simplemente todavía no ha llegado el tiempo para ella. Ud. la de por partes, en forma de los ensayos y los bosquejos, y los imprimiremos en los números. Aquí a usted y el libro. Y hasta las telas grandes con generalizaciones filosóficas y conclusiones, créeme, el tiempo no ha llegado. Lev Nikoláevich expuso sus reflexiones sobre la guerra en doce años después de Sebastopol, y «los relatos de Sebastopol» escribió en seguida durante las operaciones militares. ¿Comprende Ud. este ejemplo?»- «completamente », — respondió Burkut y salió para su parte. Con ella él hizo una vía pesada de la desviación. Con ella él vivió hasta Stalingrad, y después hasta una gran batalla sobre el arco De Kursk.

Entonces por primera vez los alemanes introdujeron en la guerra el tanque superpotente "el tigre", y por eso el libro, que escribió Burkut, se llamaba «la Caza» a «los tigres». Tenía éxito y era también traducida en las lenguas extranjeras.

Entonces con él ocurrió un suceso muy memorable. En aquel tiempo él trabajaba ya de redactor del periódico de regimiento y por esta noche justamente acababa de terminar el envío en el número de los materiales, cuando le despertaron. El fue despertado porque alguien estaba sobre él y repetía fuertemente:

— Compañero Kuntuarov, a usted le piden llegar inmediatamente al estado mayor. Allí ha llegado el representante de la Tasa.

El en seguida saltó dentro. Esto era el ayudante del coronel.

Solamente ayer acabó la batalla por la localidad, donde se habían atrincherado las grandes fuerzas del enemigo. Por este punto junto con los alemanes luchaba la legión así llamada de Turquestán, y cada día sonaba el habla kazaja, kirguisa, tayika. Todo esto era completamente opuesto, y Burkut se moría literalmente de la cólera melancólica y una incomodidad inefable. ¡Mentir así! ¡Hablar tal lengua! ¡Inventar tales fábulas! Una vez a causa oyó la voz de Zhakan Syzdykov, el viejo poeta enfermo, que él sabía perfectamente en Alma-Ata y de quien recibió una carta la semana pasada. «¡¡Dios mío!, ¡que idiotas! — pensaba él. — ¿Aún no son animales, no son asesinos — y esto, por supuesto, en primer lugar, aun esto, — son simplemente cretinos, en que cuentan?»

Quería aullar lastimeramente, cuando escuchó la voz del hablante.

Y ayer, finalmente, tuvo lugar la batalla, y maldita voz se apagó. Pero Burkut estaba tan cansado que apenas andaba. Finalmente le remató ni siquiera la batalla mismo, sino lo que siguió despues de él - el interrogatorio de los prisioneros, la recolección y envío de los heridos, la llegada de las autoridades, la correspondencia del periódico central que había llegado de repente, arrugando lo más significativo, ya que la ocasión se iba por la mitad de una hora. Luego, casi todo el día los combatientes escuchaban la música. En el cuartel general alemán habia un armario lleno de platos, y entre ellos dos o tres colecciones de óperas kazajos (obviamente herencia radio de coche blindado). Día y noche cantaba Kulash, y la habitación siempre estaba llena de soldados. En general, durante los últimos tres días Burkut apenas durmió unas horas. Y apenas acabó de enviar a todos y se deshizo de todos los casos - y voluntarios y obligatorios - se acostó en el sofá, y aparecio este teniente.

Burkut aún dormía cuando se vestió y se apretó el cinturón; dormía cuando caminanba por la calle, con sueño subió al porche, con sueño esperó mientras informaban sobre su llegada, y sólo cuando llegaron a la sede oyó una voz duro pero algo muy familiar: "¡Ah, Burkut! ¡Esperando, esperando! "-Sólo entonces sueño desapareció.

General, se sentaba a la mesa y escuchaba el informe. Abogado militar de segunda fila estaba delante de él. Cuando entró Burkut general le saludó: "¡Un minuto!" Y otra vez se enterró en los papeles. Así transcurrieron cinco minutos, y el general de repente puso la mano sobre el papel y dijo:

- Bueno, eso es todo. Si les responde asi,yo creo, ellos se trranquilaran. ¡Adiós, mi querido! Aquí vino un invitado mío ...

El miró a Burkut y se rió.

-Bueno, seguramente usted no me ha conocido, pero yo le conocí inmediatamente. Usted no ha cambiado absolutamente.Y yo me he envejecido, por supuesto . Usted, si no es secreto, ¿cuántos años tiene? ¿La quinta década ha pasado?

-Es el tercer año, que he pasado, - contestó Burkut.

-¡Chico! Me queda un año de sesenta - alegremente se quejaba el General y se volvió hacia el capitán -. Eso es todo, esperaremos una respuesta - dijo - ¡enviar inmediatamente! ¿Cómo es posible, informar inmediatamente de vuelta? ¿Eso?

- ¡Eso es! - respondió el capitán, saludó y salió.

General miró a Burkut.

- Pero no te acuerdas de mí, - dijo con confianza -. ¿No? Bueno, pero a Akshatir ¿recuerdas, no?

-Me acuerdo - murmuró Burkut - pero, vamos, vamos ...

-A el año veintiséis, ¿recuerdas? ¡Verano! ¡Llovía cantaros! ¡Sólo ha salido de nuestra casa, y la lluvia llega como ducha!¡ Usted se había enmojado hasta los huesos!

-Dios mío, - Burkut murmuró -. Camarada Gavrilov ... Oh no ...

-¡Bueno, eso "no"! ¡Más verdadero "sí"! - General se rió - ¡Siéntese! Bueno, bien por ti, ¡y ahora usted está bien! áY la correspondencia escribes genial! Yo todavía entonces, cuando leí su artículo sobre el caso Zhabagiev, dije: ¡el chico salió en el camino correcto! Ahora bien, nadie va a tocarle. ¡Y como se ve, no me he equivocado! Siéntese, por favor. Aqui mueble es de roble con leones. Sobre ello y se sienta bien.

-Si usted supiera como yo os debo, - dijo Burkut.

General se rió y hizo un guiño.

-Bueno, suponemos que, lo sé - dijo -, pero ¿usted, probablemente no?. Con su nombre había encontrado dos veces durante diez años. La primera vez durante la investigación del Zhabagiev - bueno, es algo claro.¡Su artículo utilizó el fiscal en un discurso acusatorio! Pero la segunda vez, entonces todo era mucho más difícil. ¿Usted conocía a este Karazhan?

-Personalmente muy poco - contestó Burkut - pero me estropeó la sangre. ¿Parece ser fusillade?

-¡Dieron diez años! ¡Pero no llegó al campamento! Mataron criminales, - dijo el general -. Con ellos también jugó alguna cosa buena, pero ellos a este respecto tienen una conversación breve. En general, ¡le mataron! Como usted dice, ¿bebió su sangre? Bueno, por supuesto, usted es su enemigo jurado. Este maldito Zhabagiev le estaba como padre. El, verdad, le había enseñado cortar cabezas.

-¿Cortar cabezas?

-¡Corto, corto sin vergüenza! Sólo una persona sabía eso. El abrió. Este Karazhan fue el verdugo habitual y atamán. Nadie fue capaz de decapitar con un golpe como él. Pues Dutov se acercó. Y esto verdugo trabajaba incansablemente. No temía de los testigos. Todos los testigos en sus seis pies bajo el suelo yacían. Eso es todo.

-¿Así que ninguno no quedo vivo? - exclamó Burkut.

-No, al final uno se encontró – guardia de nivel alto. Se puso en otro caso, y la abrió. Visto, quería conseguir un favor. Bueno, por supuesto, su historia tampoco es una prueba, a continuación, Karazhan celebró considerable. Trabajé un año. Archivos plantearon, compararon los documentos, tarjetas de Karazhan envió en diferentes lugares. De verdaderos participantes, pocos quedaron vivos, pero alguien de todos modos, quedo. ¿Sí, y eso sorprende?

La historia de aquellos años, especialmente en Kazajistán, es tan confusa que aún mucho tiempo nos encontraremos con las sorpresas semejantes. Bien, ahora aquí hay tal asunto. — el general descolgó el auricular y llamo a "la Abeja".

— Querría asistir al interrogatorio de este cautivo, — dijo él a "la Abeja", — yo y un compañero. No, no, usted conduzca, conduzca el interrogatorio, llegaré a sentarme y escuchar simplemente. — El se volvió a Burkut. — Y bien, parece, hoy le mostraré un espectáculo interesante, — dijo él —. Sí, el asunto ahora es pasado, pero, habiendo caído a nosotros, este hijo de perra Karazhan trataba de embrollarnos de todas maneras y usted le llamó su cómplice, pero aquí me entregaron el asunto, y yo ya tenía por completo la representación sobre usted y sobre lo que cual piedra él encubre en el seno contra usted. Ya que sabía el asunto de su padre prometido en todos sus detalles abominables. Así que, cuando lo llamé, encontraremos un idioma común rápidamente. Karazhan es una persona con experiencia y en seguida comprendí que tirar el número vacío es en vano. En que no sé, pero en la mente no le renunciarás de ningún modo. Aquí era con usted también, — cuando yo prendí, él en seguida se negó todo.

Y el general contó rápidamente a Burkut de todo que pasaba hace siete años alrededor de su nombre y sobre que Burkut podía solamente adivinar vagamente. Y sólo que habían terminado de hablar, sonó el teléfono. El general descolgó el auricular.

— ¿Ya? — dijo él. — ¡Y bien, es excelente! Vamos ahora. — y él tocó ligeramente el hombro de Burkut: — y bien, se preparen para el encuentro con el compatriota. Es que hemos capturado a su locutor. El dice que es tártaro, pero yo no creo. El es kazajo o kirguís. Y bien, todavía tengo una sospecha personal. Vamos a mirar.

Era, sin embargo, kazajo, y Burkut ahora sabía, quien era. Hablaba él armoniosamente y fácilmente; tenía una dicción perfectamente producida y la voz bien puesta. El no hablaba, pero actuaba.

— Y bien, pondremos, a que estudiabáis su pueblo — lo oíamos y sabemos, — de repente dijo el general, — pero le debe afligir, en primer lugar, no habéis inventado nada original, es la charlatanería de emigrados. Exactamente así dicen a su pueblo los dashnakes armenios, los mencheviques georgianos y las independentistas ucranianas. ¡Y bien, y si le cautivaron los soldados de la brigada nacional, señor bueno! Y aquí he llegado con el kazajo. El es un escritor y escribe en su lengua. Así que, ni a él, ni a sus lectores no contaréis esta destrucción de la lengua nacional y de la noción "el kazajo". Como si ni se llamabais, el nacionalismo a usted es solamente la forma exterior, el contenido es antisoviético. Nosotros tenemos un tal proverbio: «Ha repetido la cotorra de Yakov — sabe sobre cualquiera». Si este señor también tiene el mismo equipaje...

El alemán alto, magro y todavía soberbio sonrío y movió la cabeza.

— Soy racista, y no nacionalista, señor general, — dijo él, — y aquí, sin embargo, hay diferencia.

— ¡Esto, supondremos, está claro! — se echó a reír el general. — ¿Pero qué conexión él tiene con esto? Está bien, usted es la raza de los señores. Uds. son la raza Nord, y todo eso. Todo el bueno en el mundo es suyo. O nos interrumpirán, o harán trabajar bajo el látigo. Está claro. ¿Pero que conexión él tiene con esto? ¿Si usted es un superhombre, y yo no soy, entonces quien es él? ¿Recibirá algo durante el reparto?

— El recibirá su país, — respondió pomposamente el alemán y toco los quevedos—. Como el hijo verdadero del pueblo, él ocupará el lugar apropiado en ello.

— ¡Es decir él es su lacayo, y encontrarán lugar para él! ¡Claro! El colonialismo se apoya no sólo sobre la fusta del conquistador, sino también sobre los servicios de tales semireptiles. ¡Está bien! Ahora me interesa una otra cosa, esto no es para el interrogatorio, pero, por decirlo así, para mi iluminación personal. ¿Que era su esperanza? ¿Comenzando esta guerra contra nosotros — dónde era su cálculo? — El capitán tosía y movió por la silla. Esta pregunta no relacionaba claramente al interrogatorio. Además, él se ya había acostumbrado a los caprichos del general.

— ¿Es decir cómo? — el alemán levanto la cabeza arrogantemente —. No lo comprendo.

— Voy a explicar. Mire. La Unión Soviética, cuando lo arrastraron a la guerra, esperaba a amistad de nuestros pueblos, a comunidad de los intereses. No tenemos raza de los señores, como no hay raza de los criados. Soy ruso, combato por mi casa, y él es kazajo, combate también por su casa. Y, entonces nosotros dos combatimos por nuestra casa. Y por mí él combate porque yo combato por él. ¿Y por que combatirá en su ejército, digamos, el kazajo, el checo, el francés, el polaco? ¿Por su dominio? ¿Por el orden? ¿Por la derrota? ¿Ya que ustedes son la raza de los señores, y ellos son la carne de cañón, así para que pueda combatir la carne de cañón? ¿Por su propia tumba? ¿Acaso no ve que sus ejércitos en campaña más siempre se convierten en el ejército de escolta, y los países conquistas se convierten en los campamentos de concentración, donde están los pueblos enteros? ¿Han aplastado Europa y que le dio esto? Doscientos millones de enemigos que le aborrecen, y de quienes hay que protegerse. Ellos han encadenado a sus soldados y los han congelado en su territorio. Y han capturado nuestras repúblicas enteras, pero no pueden aun tranquilamente pasear por ellos.

¡Cada árbol prepara allí ataúd para ustedes! ¿En qué contáis? ¿En tales, cómo el esto?

El alemán en los quevedos se sonrió:

— Oh no, no todo es tan desesperado para nosotros, como le imagina, señor general rojo. Esta persona ha crecido ya hasta el nacionalismo, entonces tenemos el camino mismo. Ya que para ser racista consciente, al principio es necesario asimilar bien las lecciones del nacionalismo. El nazismo y el nacionalismo son los grados inferior y superior de la asimilación de la misma idea.

«Sí, — pensó Burkut, — esto es lo mismo que vino a mi miente, cuando una vez quitaba del árbol del muchacho colgado. ¡La justificación científica! Lo encontrarán para cada cadáver, para cada gota de la sangre».

— Compañero general, — se volvió él al general, — permita dirigirse a mi compatriota.

Gavrilov asintió con la cabeza.

— Hola, Akpar, — dijo Burkut —. Te conocí en seguida. Cuando entré, comprendí que eres tú. Se sentaba y pensaba, ya que hoy yo también podía estar en la misma silla y azotar el mismo absurdo — ya que comenzaba así como tú. Sí, tal vez, esto podría ser — si no estaba esa mano, — él mostro con la cabeza a Gavrilov. — Esta mano me apoyo. El dijo: «Tú destino pertenece a ti, ve y piensa. ¡Estás en la orilla salvaje y lejana, debes pasar a nado el río de noche y juntarse a su pueblo, esto habrá un paso peligroso, pero debes superarla! Debes, si quieres seguir siendo humano. ¡Debes, si quieres vivir simplemente!»

En la habitación comenzó el silencio. El capitán miraba perplejamente a Burkut y en cautivo. Y solamente el cautivo se sentaba sin movimiento ante el escritorio del investigado, habiendo puesto las manos por la espalda.

— ¡Es Akpar! — como si se asombriera el general. — ¿Y ya que él se llamaba... y miró al capitán, — ¿cómo es su nombre en su lista?

— ¡Sí! — dijo el capitán. — ¡sí, él nos ha dicho un otro nombre! ¡Y bien, nada, nada!

— Hola, Burkut, — de repente pronuncio Akpar fuertemente. — Así tenemos la suerte de vernos. No te tiendo la mano, sé, no estrecharás.

— No estrecharé, — respondió Burkut.

— Y aquí tú estás sentado, y yo estoy presentado ante ti en posición de firmes. «El destino juega con la persona» — es cantado en la canción vieja. Pero siempre recordaba de ti.

— ¿Y recuerdas de Kasym? — preguntó Burkut.

En el rostro nada se cambió, él solamente encogió de hombros ligeramente:

— ¿Sobre cual Kasym?

— A cuya mujer pegaste por el látigo. Recuerdas, en durante las migraciones...

— Mucho ha ocurrido, Bureke, — se sonrió Akpar, — no es posible recordar todo. ¿Ahan-ajá ante dos alumnos saltó por la ventana y se hizo daño de muerte — ¿si alguien recuerda de esto? Y la conversación ahora no es sobre eso.

— La vez usted es Akpar, entonces la conversación irá sobre muchas cosas, — se entrometió el general, — incluso sobre su hermana.

— ¿Qué pasó con ella? — de repente como si se animara un poco el cautivo.

El capitán miró a Gavrilov.

— Compañero general, — dijo él, — si el cautivo tiene relación con cualquier asunto viejo, ahora no hay que hablar sobre esto. Hay que esperar a la consecuencia.

— ¡Sí, será la consecuencia! ¡Será la consecuencia obligadamente! — dijo el general —. Y usted tendrá que responder a todas las preguntas, que le daremos. Y usted también, — se volvió al alemán —. Por todo responderán, salvaje maldito.

El alemán en los quevedos ligeramente apretó el hombro y sonrió.

— He acabado la universidad De Heidelberg y enseñaba filosofía. Estoy docente y doctor, — dijo él con aplomo.

— Vi a un niño colgado en el bosque anteayer, — dijo Burkut —, era pequeño, delgaducho, con carita del tamaño de leva, no viven los niños allí, donde lleguen, — y aquí pensó: se encuentra a mí ahora docente o doctor honorario y él en seguida fundamentará científicamente este cadáver. Y las manos enrolladas por el alambre, fundamentará. Sabe, — él se dirigió al general, — tenía manos negros de hierro, alambre ha entrado así en el cuerpo que no se veía. ¡Le batían por el látigo! Es todo el racismo, señor bueno. He aquí hace quince años un anciano rico quemó a una muchacha. El la compró, y la muchacha se escapó, así entonces él la quemó junto con el novio. Se escondieron de él en la isleta juncal, y él chamuscó esta isleta y estaba a la orilla, se sonreía y calculaba, en cuántas cabezas de ganado costara a él esta caña, porque él estaba ajeno. Y entonces comprendí que es el nacionalismo. Usted, doctor honorario, tiene lo mismo precio que aquel antropófago, que apenas puede escribir su nombre en árabe. Espere, espere, — el levanto la voz, viendo que el alemán quería objetar, — ante la guerra he leído las cartas de Flober — El los escribía cuando los alemanes capturaron la mitad de Francia, lo recuerdo casi de memoria. « ¡Que odio, que odio! — escribe él - todo que veíamos durante la guerra, no me atierra especialmente, siempre ya que era no sólo el asesinato, sino también la expoliación, y los invasores siempre eran animales. Pero el doctor de la filosofía que expolia los que mueren, los profesores de universidad, que disparan al espejo, esto es completamente nuevo y desconocido hasta ahora en la historia mundial». ¡Y sí él viera, que a generación le han educado estos doctores y los docentes! Pero sobre los padres él decía "los salvajes". Sobre los niños él podría decir solamente «los ganados y los animales».

— Con todo eso los juzgaremos solamente como salvajes, — dijo el general, levantando. — ¡Y el diploma de doctor en tales casos es una circunstancia agravante! ¡Bueno, y con usted, Akpar, tenemos una conversación especial! Usted ha simultaneado todo: nacionalismo, racismo, traición, asesinatos, ¡¿pero si su cabeza única será bastante para pagar todo esto?!

Epílogo

La mañana siquiente del regreso de Zura desde el viaje Olga entró con precaución en el gabinete de Burkut. Estos días él se preparaba para la salida un nuevo libro, libro de los versos (se llamaba «Por al verano»), y de repente el trabajo era tanto que él dormía detrás del escritorio.

Ayer el anciano era especialmente inquieto, la casa había sido llena de jóvenes, y su hija distribuía los regalos y los recuerdos, bebía y bailaba con todos, cuando a las tres de la madrugada los invitados se fueron al fin, los padres casi en las manos la llevaron a la cama, y la madre así incluso ayudó desvestirse. Pero Burkut no refunfuñaba: en primer lugar, él quería la hija con locura, en segundo lugar, el quería juventud, en tercer lugar, el día era especial — la hija había vuelto de Francia; estaba de visita allí por la invitación de la editorial antiguo parisiense, que había publicado y había vendido ya el libro de sus versos. Zura sabía el francés así como sus dos lenguas natales, y los malévolos hablaban que al éxito del libro al extranjero le contribuía mucho lo que su buen cuarto era dedicado a Francia, y el poema de programa "el Preso" contaba de los últimos días de Prust. La enfermedad mortal le había hecho por mutilado, había quitado de las personas, había plantado en la habitación sorda alcornoqueña. En ella Prust había escrito el libro genial «En busca del tiempo perdido» — su misma oración fúnebre. El poema empujaba en la analogía y ahora era traducida a ruso, y luego en francés. Aquí entonces Zura había sido invitada a Francia. Después de la tarde ruidosa y de la noche llena de bebidas Burkut estaba sentado y dormía. Olga tocó su hombro con precaución.

El en seguida se estremeció:

— ¿Ya es tan tarde?! Zura...

— Duerme, duerme, — tranquilizó su mujer, — todavía no son las siete. Escucha, no quería decirte, pero aquí Zura ha llegado, pienso que es mejor que ella juzgue...

— ¿Pero qué pasa? — se inquietó Burkut y saltó dentro de la butaca.

— Siéntate, siéntate. ¡Nada especial! Zura ha recibido una carta. No le dé. — Y sacó el sobre del bolsillo.

— ¿Bueno, y qué? — no comprendió Burkut.

— Pero mírate, mírate.

Burkut tomó el sobre, lo revolvió en las manos y exclamo de repente:

— ¡Escucha! Pero es desellado. — El miró a Olga, ella callaba. — Como tú... El dejó la carta en la mesa: — ¡No lo leeré! No leo cartas ajenas.

— La carta es de Akpar, — dijo Olga secamente, — por eso y lo he desellado.

— ¡Que! ¿Pero él no...?

— ¡Está vivo! Escribe del campamento y saldrá pronto. Y nuestra Zura ha recibido la carta a la dirección de la Unión de los escritores. Lo han mandado aquí.

— Es una locura, simplemente locura... Burkut estaba tan confuso que, cuando él estiró a termos para verter té, sus manos temblaban, pero él todavía decidió leer la carta ajena, pero lo miraba con miedo.

— ¡Bueno, escucha, leeré para ti! ¡Es mi pecado! — se frunció Olga. - «Sobrina querida, eres mi única pariente en el mundo...»

— ¡Reptil! ¡Serpiente! — Burkut apretó el puño.

Después Akpar escribía que él había recibido veinte años por la traición a la patria, y en verano su plazo acabará, y le dejarán ir. El es viejo, enfermo, decrépito, tiene ya sesenta siete años, y su camino derecho es la casa de los inválidos. El le irá, pero antes de la muerte él querría mirar los lugares natales y encontrarse con la sobrina. El había conocido sobre su existencia de los periódicos. En el artículo «La literatura Kazaja conquista el mundo». El había leído sobre lo que el poema de Zura Kuntuarova era traducido al francés y había llamado repercusiones extensas en la prensa extranjera. La editorial "Gallimar" produce su segunda colección. Después muy corto era expuesta la historia de la poetisa (los padres habían muerto a mano el enemigo de clase feroz) y se comunicaba que los versos de su padre Burkut Kuntuarov fueron traducidos también a una serie de las lenguas de los pueblos de la Unión Soviética y a dos occidentales. «Por eso, — escribía Akpar, — y comprendí que se trata de mi sobrina. Debo decirte, mi hija, — escribía él después, — que sobre la muerte de tu padre eran dicho y embrollado muchas cosas. Al asesino no han descubierto, eran muchos sospechados. Alguien me relacionaba con esto, que esto se quedará sobre su conciencia. Aquel tiempo era en China, y, por supuesto, se podía relacionarme con cualquiera cosa. Hace veinte años el tribunal reconoció que ningunas pruebas de mi culpa no existen. Te diré que Hasen era un partidario celoso de poder soviético, iba por los aúles, quitaba y distribuía la tierra de los bayes, así que, por supuesto, tenía muchos enemigos".

— ¡Canalla! — exclamó Burkut y aún golpeó en la mesa con palma — ¡Ahora renunciará todo! ¿Y su amenaza de Hanshaim en la víspera de su pérdida?

— Escucha después, — continuaba Olga. - «Pero en uno tu padre, sin embargo, tiene razón. La verdad era a su parte. De nosotros tres — Ahan, mí, Akpar, y él, Burkut, — solamente tú padre sostuvo este paso peligroso con el honor. Los dos murieron, uno físicamente, el otro moralmente. ¡Sí, soy nada para el país natal! ¡Soy una sombra, que es visible solamente por la noche, y por la mañana se derrita sin dejar huella! Soy un fantasma, una niebla. Pasará todavía un año o dos, y no seré completamente. Aunque si contarme el malvado, ahora yo valo muy poco. ¿Pero por que acordar sobre pasado? Querría verte, mi hija. En agosto seré en Alma-Ata y te llamaré por teléfono. No quiero sorprenderte y por eso te escribo. Piensa, pesa y decide. Ya que no necesito mucho. Solamente pasar contigo una hora, mirarte — ya que, probablemente eres como tu madre — e irse ya para siempre».

— ¡Canalla! — Burkut de nuevo saltó dentro —. Y él puede escribir sobre esto tan tranquilamente... tropezó con la mirada de la mujer y falló. — Pero ya que es necesario decidir algo en cierto modo, — dijo él perplejamente. — ¿El agosto? ¿Significa, será aquí pronto? Es necesario inmediatamente escribir una carta para que... él se pare.

— ¿Qué?

El callaba.

Ella esperó un poco y se levanto.

— Zura duerme, — dijo ella, — iré, pondré la carta en su mesa. Que decida.

— Sí, que decida, — repitió él pensativamente, — que. Ella puede. No la amenaza el paso peligroso. Ella todo puede.


Көп оқылғандар